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»Número de Referencia: 73-2003
»Origen: SALAS
»Nombre del Tribunal: SALA DE LO PENAL
»Tipo de Proceso:
»Tipo de Resolución: Sentencias Definitivas
»Fecha de Resolución: 30/09/2003
»Hora de Resolución: 08:00:00
C 73-03
Interpuesto el recurso y conforme su análisis, ADMITASE por haber cumplido con los
requisitos y formalidades que indica el Art.423 C.Pr.Pn..
"...El día ocho de agosto del dos mil dos a las quince horas con veinte minutos, fueron
detenidos los imputados José Amílcar Hernández García y Delmy Cecilia Solórzano por
elementos de la Policía Nacional Civil, porque en un lugar conocido como el Cantón
"Hato Nuevo", kilómetro 142 de la Carretera ruta Militar, en el que se realizaba un
control vehicular, se le hizo señal de parada al automotor placas 348200, marca Nissan
tipo pick-up, color gris, conducido por el señor José Amílcar Hernández, propietario,
quien era acompañado por Delmy Cecilia Solórzano, y que al proceder los agentes a
registrar el medio de transporte mencionado se encontraron, unas cajas que contenían la
mercadería consistente en cepillos para lustrar zapatos, las que resultaron ser cincuenta
docenas, mostrando en su viñeta el origen del producto fabricado en China,
solicitándole a los detenidos los documentos que legalizaran el ingreso de la mercadería
a nuestro país, es decir el correspondiente control aduanero o pago de impuesto de la
mercadería, los cuáles manifestaron no poseer tales documentos que amparen la
tenencia legal de la misma procediendo al decomiso y a su detención...".
El recurrente alega como único motivo la errónea aplicación de los Arts.52 y 53 Inc.3º
del C.Pr.Pn., por haber sometido a conocimiento del Tribunal del jurado, un hecho
delictivo que es competencia del Tribunal de Sentencia de conformidad al Art.53 Nº 9
de la citada Ley Adjetiva, porque según el impugnante, el delito de contrabando de
mercaderías se considera un hecho de crimen organizado, de conformidad al Art.22
Inc.2º del C.Pn.
Por lo que el veredicto emitido por el Tribunal del Jurado -alega el inconforme- es nulo
de acuerdo a lo prescrito en el Art.224 Nº 5 .
a) El Art.22 "A" del Código Penal, prescribe una definición de Crimen Organizado y en
lista ciertos tipos penales los cuales considera de la entidad de la mencionada actividad
delincuencial, sobre este aspecto no sólo debe realizarse un esfuerzo interpretativo de la
norma penal que en este caso en particular es meramente descriptiva y flexible para su
aplicación concreta, sino también la visión en conjunto de las normas internacionales, y
de los aspectos doctrinarios sobre el tema en comento.
Estima este Tribunal, con razón se justifica la intervención estatal en el combate del
Crimen Organizado introduciendo las modificaciones necesarias, en este caso en la
norma penal sustantiva, por los temores que genera el advenimiento de nuevas formas
de criminalidad, que en mayor medida socavan la estabilidad económica, política y
social de un Estado. Así mismo la circunstancia de la lucha legislativa hacia la
criminalidad organizada no debe ser un cheque en blanco para ampliar intervenciones
de los órganos del proceso penal.
Entiende este Tribunal que esos elementos doctrinarios son comunes en muchas
definiciones; y que los efectos de esta forma de delincuencia, es distinta en muchos
lugares donde se trate de definir las actividades de hechos delictivos en forma
organizada, sin embargo la naturaleza flexible del Crimen Organizado, permite
adaptarse a las diferentes acciones que se articulan para combatirlo, fundamentalmente,
dependiendo del lugar o país donde se estén desenvolviendo, porque es muy probable
que esta forma de delincuencia adquiera formas diferentes de manifestarse o
implementarse nuevas, -vgr.- utilización de comunicaciones, manipulaciones genéticas,
sofisticados ilícitos electrónicos, tráfico de drogas, armas, lavado de dinero, etc.; no se
debe omitir que la naturaleza de este fenómeno presenta dificultades para establecer sus
dimensiones.
Aún así las Naciones Unidas han realizado los esfuerzos para positivar desde el punto
de vista internacional y con el consenso de varias naciones del mundo la "Convención
contra la Delincuencia Organizada Transnacional", que si bien es cierto no ha sido
ratificada aún por nuestro país y no constituye todavía ley de la República, podemos
extraer los insumos de la misma para los efectos de esta sentencia, puesto que de
conformidad al Art.2 Lit."a" de la citada Convención lo define como un "grupo
delictivo organizado, estructurado de tres o más personas que exista durante cierto
tiempo y que actúe concertadamente con el propósito de cometer uno o más delitos
graves o delitos tipificados con arreglo a la presente convención con miras de obtener
directamente o indirectamente un beneficio económico u otro beneficio material.", y en
la misma disposición regula también qué es lo que debe entenderse como grupo
estructurado, dado la característica de grupo formado no en forma fortuita, y en la que
no necesariamente se haya asignado a sus miembros funciones formalmente definidas ni
haya continuidad en la condición de miembro o exista una estructura desarrollada.
Observa este Tribunal de casación que de nuevo se reitera describir en este cuerpo
normativo internacional elementos de crimen organizado, como una estructura más o
menos estable aunque no desarrollada, división del trabajo, con un propósito común,
planificación de las actividades. Elementos que son comunes por una razón
fundamental, y es que las organizaciones criminales de este tipo debilitan el poder del
Estado, no buscando su reemplazo sino burlar su control o soslayar el mismo, para
aumentar los beneficios de sus actividades ilícitas.
Así como se han reformulado los instrumentos legales de carácter sustantivo sobre la
criminalidad organizada, también entiende este Tribunal que se han experimentado
cambios en los cuerpos normativos adjetivos para averiguar la verdad procesal,
reconociendo procedimientos que garanticen el resolver eficientemente, el problema de
la delincuencia organizada, con el objetivo de lograr mayor eficiencia y funcionalidad a
través de la administración de justicia.
Por lo que el delito que conoció el Tribunal del jurado en este caso concreto, no tenía
esas características y lo que dispone el Art.53 Nº 9 C. Pr.Pn, se refiere a la competencia
del Tribunal de Sentencia para conocer de los delitos de crimen organizado y se le ha
concedido legalmente esta competencia siempre con la idea de eficiencia en el combate
de este tipo de delincuencia y no se podría someter a conocimiento del Tribunal del
Jurado precisamente por el peligro efectivo que correrían los ciudadanos al tener que
resolver un hecho que sea de naturaleza de delincuencia organizada, por la razón de ser
de esta actividad representa este tipo de criminalidad, no sólo por la violencia que
puedan ejercer, sino los grados de corrupción e influencia que ejecutan en todo el
aparato estatal.
Este Tribunal estima que la calificación jurídica de un hecho delictivo como de crimen
organizado, de los que aparecen en el Art.22 "A" C. Pn., aunque sea tautológico, es una
facultad exclusiva de los jueces que conocen del caso concreto y que posean los
elementos o indicios necesarios y acreditados dentro del proceso, para poder afirmar si
es o no de delincuencia organizada y de esta calificación surgirá obviamente la
competencia del Tribunal que conocerá de los hechos .
POR TANTO: De conformidad a las razones expuestas y a los Arts.50 Inc.2º, Nº1, 357,
421, 422, 423 y 427 C. Pr. Pn., en nombre de la República de El Salvador, este Tribunal
FALLA: