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DERECHO AGRARIO.

PRIMERAS MANIFESTACIONES HISTORICAS.

No se puede negar que una de las primerísimas expresiones del derecho positivo en las sociedades humanas cuya historia
conocemos ha sido de esencia agraria. Uno de los textos más antiguos de derecho escrito que haya llegado a nuestros días, el Código
de Hammurabi, trata en particular de las relaciones jurídicas entre el hombre y la tierra. Las leyes de Solón contienen los principios
fundamentales de una verdadera reforma agraria y una de las partes más importantes de las leyes de las Doce Tables está dedicada
a la legislación agrícola. Por último, Roma promulgó no menos de siete leyes agrarias entre el siglo V y el siglo primero antes de
Jesucristo.

Así pues, el derecho agrario, lejos de ser una disciplina jurídica nueva, puede ser considerado justamente como uno de los
precursores y sostenes de todas las demás disciplinas jurídicas de derecho privado.

Aun en el caso de poblaciones nómadas o sedentarias, las relaciones entre los grupos de individuos - clanes, tribus, naciones, etc., y
más tarde entre los individuos en calidad de tales, se han fundado, en primer lugar, en los derechos a la utilización de la tierra
nutricia dispensadora de los bienes elementales y accesorios y receptáculo y guardián de los muertos. Una parte importante, si no
esencial, del derecho de África, del derecho tradicional de los países de Asia, de la América precolombina, del derecho romano y del
derecho coránico se ocupa de esas relaciones jurídicas.

Durante varios siglos de nuestra historia moderna, la tierra ha constituido el único elemento sólido de riqueza y la única parte seria
de un patrimonio y esta función económica se ha visto duplicada con una función socio-política, ya que constituía el cimiento y el
sostén de toda soberanía y concedía el ejercicio de los derechos políticos que acompañaban a su posesión; en consecuencia, la
relación entre la propiedad y el poder político dio como resultado la identificación entre propiedad y libertad a base de la cual se
elaboró la doctrina del "laisser faire ... laisser passer".

En los orígenes, fueron casi exclusivamente las reglas de derecho que rigen las relaciones entre
el hombre y la tierra las que sirvieron de base y de armazón a los sistemas jurídicos existentes; de aquí que influyeran por tanto
profundamente en la evolución del derecho. Correlativamente, en una segunda fase, durante un período que se extiende hasta fines
del siglo XIX, sobre todo para los países de Europa occidental, el régimen jurídico de la propiedad de la tierra y las relaciones jurídicas
agrarias no se han concebido dentro de otro marco que el del derecho civil.

La doctrina dominante encontró su expresión en la teoría del derecho natural: "derecho impuesto por la naturaleza de las cosas",
nacido del concepto aristotélico tal como lo adaptó el jurisconsulto holandés Grocio (1583-1645), renovado y desarrollado por el
filósofo inglés Locke (1632-1704) y por la escuela fisiocrática Esta corriente se tradujo en una afirmación de los principios
fuertemente individualistas que dominaron la vida rural y las actividades agrícolas hasta la primera guerra mundial.

Así pues, las relaciones jurídicas entre los elementos constitutivos del mundo rural, basadas esencialmente en los vínculos y las
relaciones personales fuertemente impregnadas de humanismo, han tenido a dar al hombre - a través de sus derechos y sus
obligaciones -un lugar preponderante.

EL ANTIGUO DERECHO AGRARIO COMO CIENCIA.

La existencia del Derecho Agrario como fenómeno histórico no ha existido siempre; esta aparece a partir del momento en que se
dan una serie de condiciones económicas, políticas, sociales e incluso culturales, lo que permite su nacimiento. Al no ser el Derecho
Agrario un fenómeno constante en el mundo jurídico, y al encontrar su razón de ser en virtud de una serie de condiciones
extrajurídicas, resulta un Derecho Histórico.

Un primer acercamiento desde el punto de vista histórico nos permite afirmar el origen del Derecho Agrario como ciencia. Se ubica
fundamentalmente en Italia a principios del siglo XIX y en las décadas sub-siguientes en España, Francia y América Latina; para
mayor precisión, debemos indicar que las primeras manifestaciones de la ciencia que estudia el Derecho Agrario tienen su origen en
las investigaciones realizadas en Italia a finales del siglo XVIII y principios del XIX, por un grupo que se dieron al estudio profundo de
la normativa agraria, dictada en la época, llamados, por las características comunes y homogeneidad de planteamientos, la Escuela
Toscaza que se diferencia de la Escuela Napolitana en que ésta se estudiaba la materia civilista.

Dichas investigaciones, planteadas por la doctrina italiana, tienen su origen con la aparición en el mundo jurídico de la Revista "Di
Diritto Agrario", cuyo primer ejemplar vio la luz pública en el año 1922, gracias a la labor tesonera de Giangastone Bolla, con la
creación de la primera Cátedra de Derecho Agrario que se inauguró en Pisa, en el otoño de ese mismo año y cuyo titular fue el
mismo Bolla.

Los estudios realizados en gran aparte del siglo XVIII no se tomaron como origen del Derecho Agrario como ciencia, todas las
acciones tomadas hasta el momento fueron desvirtuadas por el Código Napoleónico de 1804 y como representación jurídico-
política de las ideas revolucionarias de la época, es decir, la instauración del derecho de libertad del individuo y de la tierra como
símbolo del Feudalismo, las consecuencias fueron negativas. Para la doctrina, durante la revolución francesa el individuo era el
centro de toda riqueza y la propiedad de la tierra se encontraba ligada a la voluntad de éste.

El factor determinante para considerar nuestro derecho como una rama autónoma se circunscribe en determinar si ésta puede
producir sus propios principios generales o si debe mantenerse dentro del derecho común (Derecho Civil). No fue sino entre los años
1928 y 1931 cuando en Italia el debate cobró mayor significación, en esta época, algunos se manifestaron a favor y otros en contra
sobre la debida autonomía; el planteamiento era demostrar si el Derecho Agrario era autónomo en los planos legislativos, didácticos
y científicos.
El debate de la autonomía del Derecho Agrario, indudablemente, le dio un impulso fundamental a la necesidad de retomar el
planteamiento de este tema que se ha dado en llamar clásico.

CAUSAS QUE ORIGINAN EL DERECHO AGRARIO MODERNO.

Existieron factores que contribuyeron a que se detuviera el desarrollo por mucho tiempo en ese campo, si le agregamos la
incapacidad de manejo con que contaba el Derecho Civil para manejar y resolver la problemática existente, nos encontramos con las
diferentes causas que le permitieron la aparición del Derecho Agrario Moderno como ciencia, las cuales se dividen en tres grandes
grupos:

1. EL CAPITALISMO: Luego de la revolución Industrial, el capitalismo introduce en la agricultura todo un modernismo


tecnológico, tales como el uso de la intensificación de los drenajes, el uso de los abonos químicos y la llegada misma de la
maquinaria agrícola implantándose, desde este momento "La Revolución Agrícola", superando así todos los avances del
siglo XVIII. Además introduce la tierra como instrumento de producción, llevando a un grado de igualdad e importancia el
trabajo y el capital, adquiriendo valor el trabajo del hombre en la tierra, divorciándose considerablemente de los criterios
anteriores, donde el Código Francés tenia la propiedad de la tierra como un bien de goce y de consumo, sin otorgarle
importancia al factor trabajado y al económico.

Debemos aclarar que el capitalismo no va a generar jurídicamente el Derecho Agrario, pues éste concibe ante todo el
Derecho Comercial, que es su derecho por excelencia, donde se forma toda su filosofía y sus principios. Debía ser así, pues
el Código Civil era un derecho pre capitalista, cuyo sistema agrícola en torno a la propiedad se reducía al uso y goce
absoluto de la misma; en fin el Código Civil era el Código de la propiedad para las clases propietarias, mientras que el
Código de Comercio era el Código de la nueva clase social, de la burguesía industrial y comercial.

El Derecho Comercial comienza a ganar la batalla y el Derecho Privado conoce el fenómeno de la comercialización, se
concibe la subordinación de los intereses de la propiedad a los de la empresa, por lo que el Derecho Civil es interpretado en
forma distinta, separándolo de sus propios principios. En materia comercial el centro normativo del sistema pasa de la
propiedad propiamente dicha a los contratos, pues por su medio se pretende que si se intercambian prestaciones de
trabajo con bienes reales o bienes reales con bienes reales, lo importante es que al final quede en manos del empresario
capitalista el exceso de valores del intercambio "dinero".

2. LA RUPTURA DE LA UNIDAD DEL DERECHO PRIVADO: Como consecuencia del Capitalismo, el cual genera las bases jurídicas
del Derecho Comercial, tomando la delantera con todo el proceso de la comercialización, y ante su contrario, un Código
Civil cuyo sistema agrícola en torno a la propiedad se reducía al uso y goce de la misma; era de esperarse que la ruptura de
la unidad del Derecho Privado diera paso a un conflicto de interés entre lo privado y lo impuesto por el Derecho Público.

La tierra como actividad de agricultura pasa a ser de interés social, por lo cual el fenómeno de la privatización se convierte
en un derecho indispensable para una mejor tutela del interés general. De estas transformaciones nace el Derecho Agrario,
como derecho la actividad de la tierra y no solamente de propiedad de ésta.

Otro elemento importante que surge de la ruptura del derecho privado, es que la propiedad va adquiriendo el carácter de
instituto típico de Derecho Agrario, dado su aspecto social, ésta adquiere el carácter de derecho función, o sea, un derecho-
deber en cuanto a la obligación del sujeto que produce.

3. LA EVOLUCION DEL ESQUEMA JURIDICO CONSTITUCIONAL: El tercer factor que contribuyó al Derecho Agrario Moderno lo
fue el avance de los distintos esquemas constitucionales, introduciendo dentro del Derecho Constitucional la figura de la
función social de la propiedad, no imponiendo limitaciones a la propiedad misma sino dándole una justificación político-
social de la propiedad, basándola en el trabajo, para hacerla accesible a todos, pretendiéndose con esto una justa
distribución de la riqueza.(2) Este tercer factor, inspirado en un ambiente social y dinámico, lo encontramos por primera vez
en la Constitución Mexicana, con una revolución nacida en su primera fase con un aspecto político-social, de donde se
desarrolla el importante concepto de función social a nivel constitucional.

Más adelante encontramos la Constitución de las Repúblicas Socialistas Soviéticas de 1918, confirmada luego en la carta
constitucional de 1936, aquí el derecho de propiedad deja de ser un derecho subjetivo para convertirse en un derecho del
Estado y de las cooperativas de Derecho Público.

Nos limitaremos a señalar que la Constitución de la República Dominicana del 1966, en materia agraria expresa en su
artículo 8, ordinal 3, letra a): "Se declara de interés social la dedicación de la tierra a fines útiles y la eliminación gradual del
latifundio. Se destina a los planes de la Reforma Agraria las tierras que pertenezcan al Estado, o las que éste adquiera de
grado a grado o por expropiación, en la forma prescrita por esta Constitución, que no estén destinadas o deben destinarse
por el Estado a otros fines de interés social. Se declara igualmente como un objetivo principal de la política social del Estado
el estímulo y cooperación para integrar efectivamente a la vida nacional la población campesina, mediante la renovación de
los métodos de la producción agrícola y la capacitación cultural y tecnológica del hombre campesino".

Los preceptos antes señalados fueron asumidos por un sin número de constituciones, pero es importante ubicar el Derecho
Agrario dentro de nuestro esquema constitucional, pues el Derecho Agrario en las últimas Décadas de este siglo constituye
para el Estado una norma de primer orden dada la proyección misma de la agricultura.

Diferentes aportes al desarrollo del concepto de función social de la propiedad surgieron a nivel constitucional en el mundo
para principios del siglo XX.
CONCEPTOS.

Giorgio de Semo; Jurista Italiano, destacado precursor del Derecho Agrario lo define como “La rama jurídica de carácter
prevalentemente privado, que contiene las normas reguladoras de las relaciones jurídicas concerniente a la agricultura”. Para Semo
el Derecho Agrario será el instrumento regulador de las relaciones jurídicas concerniente a la agricultura, calificándolo como
prevalentemente privado.

Raúl Mogabura; Jurista Argentino, al referirse al concepto de mayor amplitud del Derecho rural expresa que es “El conjunto
autónomo de preceptos jurídicos que recaen sobre las relaciones emergentes de toda explotación agropecuaria, establecidas con el
fin principal de garantiza los intereses de los individuos y de la colectividad derivado de aquellas explotaciones”. En este concepto
hace referencia a la autonomía de los preceptos jurídicos, originando una importante corriente que agrupa a la mayoría de los
estudiosos de la materia, y la mención de los intereses de la comunidad.

Ramón Vicente Casanova; Jurista de Venezuela define el Derecho Agrario como “El conjunto de normas y principios que regulan la
propiedad territorial y asegura su función social” Sin duda lo más notable de esta definición es la referencia a la función social de la
propiedad.

Raúl Lemus García; Jurista de México considera al Derecho Agrario como: “El conjunto de principios, preceptos e instituciones que
regulan las diversas formas de tenencia de la tierra y los sistemas de explotación agrícola, con el propósito teleológico de realizar la
justicia social, el bien común y la seguridad jurídica.

Antonio Luna Arroyo; Jurista Mexicano, Derecho Agrario “ES el orden jurídico regulador de los problemas de la tenencia de la tierra,
las diversas formas de propiedad y la actividad agraria, que rige las relaciones de los sujetos que interviene en las mismas”. Luna
resalta los problemas de la tenencia de la tierra en las relaciones de los sujetos que participan en la actividad.

Marta Chávez Padrón; Jurista de México, apunta que el Derecho Agrario, es el conjunto de normas que se refieren a lo típicamente
jurídico, enfocado hacia el cultivo del campo y al sistema normativo que regula todo lo relativo a la organización territorial rustica y a
las explotaciones que determine como agrícola, ganaderas y forestales. Pone énfasis la tratadista en el objeto del derecho agrario,
como es el cultivo del campo, así como lo relativo a su organización.

Mario Ruiz Massieu; Jurista Mexicano, afirma que es el conjunto de normas jurídicas que regulan la actividad en el campo, derivada
de la tenencia y explotación de la tierra, con el fin primordial de obtener el bien de la comunidad.

Lucio Mendieta y Núñez; Jurista Mexicano, sostiene que el derecho agrario es el conjunto de normas, leyes, reglamentos y
disposiciones en general, que se refieren a la propiedad rustica y a las explotaciones de carácter agrícola.

José Flores Moncayo; Boliviano, define al derecho agrario como “una disciplina especial jurídica cuyas normas rigen las relaciones de
las personas y los bienes en la actividad de trabajo agropecuario”. Flores Moncayo también menciona que se trata de una disciplina
especial, e incorpora el concepto de trabajo en la actividad agropecuaria.

J. Montero y García de Valdivia; Jurista Español, concibe al Derecho Agrario, como el derecho especial que regula la propiedad y
además derechos reales sobre la tierra, considerada como fuente de riqueza, a beneficio de trabajo de toda clases y del cultivo, así
como las relaciones que tengan por objeto la explotación agrícola, ganadera o forestal y su realización más adecuada, teniendo en
cuenta la naturaleza y el destino de los bienes y de las unidades productivas, así como el cumplimiento de los fines del labrados y las
necesidades de su familia, todo ello de conformidad con la exigencias de la justicia y las de la economía nacional rectamente
dedicadas al bien común.

Este autor precisa aspectos sumamente importantes para tener un cabal concepto de Derecho Agrario, tales como: derecho
especial, fuente de riqueza a beneficio del trabajo, naturaleza y destino de los bienes, fines y necesidades del labrador, exigencia de
la justicia y bien común, haciendo una definición de gran riqueza conceptual.

CARACTERISTICAS Y PECULIARIDADES.

Los numerosos juristas que se han dedicado al estudio del derecho agrario le atribuyen diversas características y entre ellas,
especialmente, el hecho de ser a la vez dinámico, interdisciplinal, proteccionista y tutelar.

El derecho agrario es un derecho dinámico - algunos lo han calificado de "derecho precursor"


o "derecho revolucionario", ya que pertenece a un sector donde la problemática de las mutaciones de orden político, económico y
social se plantea con la mayor agudeza - pues si bien es cierto, según un proverbio muy conocido, que la ley es general en el espacio
y permanente en el tiempo y que por ello adquiere un carácter estático, la legislación agraria, más que ninguna otra, está llamada a
evolucionar con el crecimiento económico y se ve obligada a resolver los problemas que surgen en cada una de las fases de la
evolución, lo que precisa por su parte un reajuste constante.

De este modo, las normas jurídicas introducidas por el derecho agrario son esencialmente circunstanciales y temporales y oponen
una especie de empirismo al estatismo generalmente
reconocido a las normas del derecho clásico. Más que cualquier otra disciplina jurídica, el derecho agrario contribuye a poner en
evidencia los defectos e imperfecciones que existen en las relaciones hombre-tierra y su maleabilidad permite efectuar rápidamente
los reajustes necesarios para la puesta en práctica de la planificación económica.

El derecho agrario es también un derecho interdisciplinal, ya que no escapa a la tendencia actual que apunta a una complejidad
cada vez mayor del derecho en general. El hecho de que en muchos países las tierras no se utilicen siempre en forma que permita
aumentar la productividad de la totalidad de la nación, hace preciso recurrir a medidas legislativas que puedan estimular a los
agricultores a explotar las tierras adecuadas, vinculando, por ejemplo, el mantenimiento de su derecho de propiedad o de tenencia a
esa misma explotación.
Por otro lado, el Estado puede verse obligado a modificar el estatuto de la propiedad y a proceder a orientar los cultivos en función
de la aptitud de las tierras; puede también, en algunos casos, verse en la necesidad de determinar las dimensiones óptimas de las
explotaciones agrícolas e incluso de definir una política de colonización agrícola.

La racionalización del aprovechamiento de las tierras implica una modificación de las estructuras sociales, la renovación de las
instituciones inadecuadas, la creación de nuevas instancias, la reorganización de las instancias administrativas y judiciales, la
ordenación de la legislación fiscal y, ante todo, la renovación de las actitudes mentales recurriendo a la vez a la compulsión y al
estímulo.

Resulta, pues, que el derecho agrario ya distinguido por la compenetración de conceptos de derecho público y conceptos de derecho
privado es, por consecuencia, en gran medida, un derecho complejo que guarda relación a la vez con contingencias de derecho
económico, fiscal, rural, forestal, social, administrativo, etc., y también con la sociología, etnología, etc. siendo, asimismo, un
derecho de síntesis cuya unidad reside esencialmente en su objeto y cuyos límites se encuentran en su funcionalidad.

El derecho agrario es proteccionista y tutelar por el hecho de que a consecuencia de las modificaciones de los métodos de
interpretación y aplicación de las normas de derecho civil, los conceptos de igualdad y autonomía de la voluntad dejan paso a la idea
de la protección del contratante más débil, lo que implica la negación misma del principio de igualdad y de su corolario, el de la
autonomía de la voluntad, por lo que ha podido decirse que "el derecho agrario puede considerarse justamente como un derecho de
clase", concebido para asegurar la defensa de la parte económicamente débil, es decir de los que no tienen defensa frente a los
detentores de la riqueza representada por las tierras.

Las clases sociales que se rigen por el derecho agrario no están sometidas a las mismas obligaciones y no se benefician de las mismas
ventajas; también están netamente diferenciadas por la tradición histórica y la educación, y en tiempos pasados se han enfrentado a
veces brutalmente.

Por último, el derecho agrario es un derecho comunitario, ya que regula menos las relaciones individuales que las relaciones entre
grupos sociales y realiza una integración de la justicia legal y de la justicia distributiva en el crisol del bien común.

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