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¿Qué es desempleo?

El desempleo es el ocio involuntario de una persona que desea encontrar trabajo.


Una persona se encuentra en situación de desempleo cuando cumple con cuatro
condiciones:

1- está en edad de trabajar


2- no tiene trabajo
3- está buscando trabajo y
4- está disponible para trabajar

En este orden de ideas el desempleo es un fenómeno involuntario, tanto del lado


de los individuos como del lado de las empresas, esto es: las personas que
desean emplearse no son contratadas y las empresas, al existir desempleo, no
reciben los ingresos que serían posibles si hubiese pleno empleo o si el
desempleo fuera menor.

El desempleo en El Salvador

considerado el desempleo como el problema social y económico ocasionado por


aquel grupo de personas cuyos ingresos económicos se encuentran reducidos o
extinguidos por no disponer de un empleo adecuado a sus capacidades y
suficiente para cubrir sus necesidades básicas (entendiéndose como tales no sólo
la alimentación, casa, vestido, sino la recreación, educación, etc.)

Algunos autores consideran el desempleo como sinónimo de desocupación, por


ejemplo, Philip Taft en su obra “Problemas Económicos del Trabajo” expone que:
“Son desocupados aquellas personas que se sienten dispuestas y capacitadas
para trabajar pero les resulta imposible encontrar empleo conveniente y con el
salario en vigor. Un individuo es desempleado si está dispuesto a trabajar, si es
capaz de hacerlo (si tiene voluntad para ello) pero no le es posible encontrar
trabajo con un salario y otras condiciones que sean aproximadamente las mismas
que prevalezcan en la industria”.

El desempleo es un problema agudo en todos los países. Las causas que lo


motivan son múltiples, entre ellas tenemos:
1. Falta de capital

La falta de capital es una característica de los países insuficientemente


desarrollados, dichos países carecen de medios económicos para poder crear
más oportunidades de empleo a sus habitantes, sus presupuestos son tan bajos,
que no alcanzan para incrementar el desarrollo de la industria, la agricultura y el
comercio, cuyo fomento haría crecer las oportunidades de trabajo y en
consecuencia el desarrollo económico y social del país. A veces la falta de capital
se debe a la fuga de éste al extranjero.

2. Ausencia de espíritu de empresa

Muchas veces, aunque existan los medios suficientes para darle mayor auge a las
industrias, los capitalistas o empresarios carecen de iniciativa para crear nuevas
industrias o para idearse nuevas formas de trabajo que absorban más la mano de
obra disponible. Estas empresas permanecen estáticas contribuyendo así al
atraso del país y al aumento de personas desempleadas.

3. Crecimiento demográfico

El aumento de la población que va creciendo tan rápidamente, hace cada día más
grave el problema de desempleo, pues la población económicamente activa, es
mayor a las ofertas de trabajo existentes. Aun en los países industrializados no
existe relación entre las oportunidades de empleo y el número de habitantes.

4. Falta de trabajadores calificados y especializados y abundancia de mano de


obra no calificada

La abundancia de trabajadores no calificados alcanza un número bastante alto en


la mayoría de los países del mundo. Por el contrario, existe un número limitado de
trabajadores calificados y especializados con una buena preparación para realizar
cualquier trabajo. Este problema ha sido más agudo en los países
insuficientemente desarrollados donde no existen escuelas especializadas para
preparar esta clase de personal.

5. Carencia de personal de dirección

Otra de las causas del desempleo es la carencia de supervisores técnicos e


instructores competentes para dirigir las nuevas industrias o ampliar las existentes;
lo cual se debe a la falta de instituciones adecuadas para preparar este personal y
a la poca oportunidad que se da en algunos países a los trabajadores para
ascender y desempeñar funciones más complejas.

6. Fluctuaciones estacionales en las actividades económicas

Los cambios estacionales en las actividades económicas, principalmente en la


agricultura, constituyen una de las causas más frecuentes del desempleo. Estas
circunstancias obligan a los trabajadores a emigrar a otras zonas más productivas
en busca de empleo, o a permanecer por cierto tiempo desempleadas en espera
de las nuevas temporadas de producción.

7. Introducción de nuevas técnicas administrativas e instalación de maquinaria

La introducción de nuevas técnicas administrativas o la instalación de


maquinarias, ha venido a desplazar en muchos países a gran cantidad de mano
de obra, ya que el trabajo desempeñado por varios obreros ha sido reemplazado
por uno o dos, con cierta especialización para el manejo de dichas maquinarias.

8. Escasez de trabajadores responsables

La irresponsabilidad en el desempeño del trabajo ocasiona con frecuencia el


despido de trabajadores. Esta irresponsabilidad puede deberse a problemas
individuales, o porque al trabajador no le agrada el trabajo y realiza sus tareas
únicamente porque tiene necesidad de obtener un pago, y no porque se sienta
satisfecho. Esto lo hace cometer faltas graves: irrespeto a los jefes, se presenta
ebrio al lugar de trabajo, falta de frecuencia y mantiene malas relaciones con sus
compañeros y como consecuencia, su rendimiento es muy bajo. Al quedar
cesante, sus antecedentes le harán más difícil encontrar otro empleo, aumentando
así la cifra de desempleados.

9. Descenso de la producción debido a la falta de mercado

El bajo nivel económico de las familias trae como consecuencia su poca


capacidad para adquirir mayor número de productos; por consiguiente, si el
mercado consume pocos artículos, la producción tendrá necesariamente que ser
baja, y por lo tanto necesitará menor número de trabajadores.

10. Reacción del capital contra las leyes de protección al trabajador

Las leyes de protección a los trabajadores ocasionan una reacción negativa de


parte de los capitalistas, sobre todo en estos países en donde no existe una
verdadera conciencia de los problemas nacionales y la forma de abordarlos.

11. Centralización de industrias

La falta de planificación industrial en algunos países, ha hecho que la mayoría de


centros fabriles se encuentren establecidos en determinadas zonas, ocasionando
así la emigración de la mano de obra a las pocas ciudades en donde se
encuentran ubicadas estas fábricas. Esta concentración de trabajadores,
contribuye a aumentar el número de desempleados; ya que la mayoría de veces
las ofertas de trabajo no alcanzan a cubrir ni a la población económicamente
activa del lugar.
12. Inestabilidad política

La inestabilidad política en que viven gran número de países, es la causa por la


cual muchos capitalistas nacionales sienten inseguridad para invertir su dinero, ya
sea creando nuevas industrias o ampliando las existentes, lo que daría
oportunidades de trabajo para la mano de obra cesante. Tampoco el capital
extranjero se siente garantizado con la inestabilidad de esos países, negándose a
conceder préstamos o hacer inversiones mientras continúen esas condiciones.

13. Falta de legislación

Una de las causas principales que ocasiona en muchos países el desempleo es la


falta de legislación que estimule la fundación o ampliación de las industrias. Las
inversiones privadas permanecen paralizadas por las grandes limitaciones que se
les presentan, los altos impuestos es un factor primordial que impide a que éstos
creen nuevas fuentes de trabajo para la población activa.

Las consecuencias del desempleo se sienten, tanto en la economía general


de un país, como en el del individuo desempleado en particular, y en la
estabilidad de los gobiernos.

En la economía del país

Sobre la repercusión del desempleo en la economía del país, Philip Taft en su


obra “Problemas Económicos del Trabajo” dice: “Un gran número de problemas
económicos, sociales y políticos son ocasionados por el desempleo. Al no poder
mantener a sus ciudadanos empleados, la sociedad sufre pérdidas en la
producción y en la riqueza nacional”.

El individuo al estar desempleado, no tiene cómo cubrir los impuestos que se le


exigen, por lo tanto los ingresos del Estado en este aspecto, se verán reducidos y
le impedirán atender los servicios públicos o ejecutar futuros proyectos. Los
industriales por su parte, no pueden fabricar para el mercado los mismos artículos
que producen en épocas favorables, ya que el desempleo ha reducido o
extinguido los ingresos económicos de la familia, impidiéndole adquirir los artículos
que necesita para el consumo. Por consiguiente, a los empresarios o industriales
se les hace difícil estar al día con sus impuestos, y si la situación de desempleo
continúa, algunas empresas pueden llegar hasta la quiebra. El Estado al no
percibir sus ingresos normales, se ven en dificultades para atender las obras de
beneficencia y asistencia social, que en esta situación serán más solicitadas, pues
el individuo no podrá asistir a consultas particulares por no disponer de los medios
económicos necesarios. En aquellos países en donde existen los seguros sociales
por desempleo, el Estado además tendrá que hacer fuertes erogaciones para
cubrir las cuotas que en tal concepto se le entregan al desempleado.

Todo lo anterior ocasiona graves consecuencias en la economía del Estado, pues


que, por una parte, se reducen sus ingresos, por otra tiene que hacer fuertes
erogaciones para atender la situación en que se encuentran los desempleados y
sus familias.

En el individuo y su familia

Como hemos visto, el desempleo ocasiona graves problemas en la economía


general del país, pero en el individuo y su familia estas consecuencias son todavía
más desastrosas, el citado autor sobre este aspecto dice: que el no encontrar
trabajo acarrea en el individuo la pérdida de la capacidad, la decadencia de las
energías físicas y la merma de su moral. La repercusión del desempleo en la vida
familia trae además una serie de problemas. El individuo desempleado, muchas
veces único sostén de su esposa, hijos y parientes, se encuentra desesperado al
no proporcionar a éstos las condiciones de vida de la que antes disfrutaban:
vivienda honesta, alimentación adecuada, recreaciones sanas, en fin, una serie de
actividades que lo hacían sentirse satisfecho de hacer feliz a los suyos. Además,
el individuo al no encontrar trabajo, tiende a buscar otras actividades en las que
busca un olvido a sus penas morales; se dedica a ingerir bebidas alcohólicas, a la
vagancia, y puede llegar hasta la delincuencia, pues muchas veces es a través de
esto, como hace llegar ingresos económicos a su hogar. Todo eso hace certera la
frase que emplean muchos autores al decir “que el desempleo trae la miseria, la
desmoralización y desesperanza, engendra odio y desprecio a la libertad”.

En la estabilidad política del país

En la estabilidad política de los países, también el desempleo tiene grandes


repercusiones y hasta ha sido una de las causas que han contribuido al
derrocamiento de un gobierno. Las masas de individuos por el acicate del
desempleo, sienten la necesidad de agruparse y tomar medidas violentas como
signo de protesta contra el gobierno, a fin de que éste trata de resolver su
situación, lo cual puede ocasionar una crisis política, que lejos de resolver el
problema, viene a agravarlo.

¿Cómo afecta el desempleo?

El desempleo es un problema que afecta a la mayoría de los países, sin embargo,


no se ha podido conocer la frecuencia con que este problema se presenta, debido
a la poca importancia que en años anteriores se le ha dado a este problema. No
obstante, en algunos países se han realizado varios estudios al respecto

En América Latina, el desempleo ha adquirido graves proporciones, especialmente


en regiones del Caribe, entre ellas Jamaica, Haití, Barbada, Trinidad y Puerto
Rico. En estos países el desempleo se debe especialmente al alto crecimiento
demográfico y a la falta de oportunidad de empleo.

- En Puerto Rico el promedio de desempleados se presentó alrededor del


14% de los efectivos de la mano de obra en 1958
- En Jamaica, a pesar del programa decenal de desarrollo económico por
345 millones de libras quedará al finalizar ese período aproximadamente en
1963 un desempleo de 8 al 10% en relación con los efectivos de la mano de
obra. En 1957 la proporción media de desempleados era del 10% en
relación con los efectivos de la mano de obra en Barbada y del 7% en
Trinidad y Tobago.

En la mayoría de países sub-desarrollados existe un agudo contraste entre un


sector económico de carácter tradicional y predominantemente rural, y otro
moderno, esencialmente urbano; la mayor parte de la población de estos países
trabaja todavía en el sector económico tradicional. La agricultura es la principal
ocupación, viviendo la mayoría de la población en el campo. Como gran parte de
las fuerzas de trabajo está constituida por trabajadores independientes o por
personas que trabajan en empresas familiares, la proporción de asalariados dentro
de la totalidad de los que trabajan es relativamente pequeña. Por eso el número
de personas que buscan ocuparse como asalariadas pretende a ser inferior al de
aquellas que están sub empleadas. Sin embargo, en algunos países el desempleo
ha alcanzado proporciones importantes, especialmente en las zonas urbanas.

Agricultores, Pescadores, Cazadores, Madereros y trabajadores afines 483,150


Artesanos, Trabajadores en proceso de producción y trabajadores 119.590
afines
Obreros, jornaleros no especificados en otras calificaciones y 88.280
trabajadores de servicios personales y en ocupaciones afines
Vendedores y similares 42.280
Gerentes Administradores, empleados de oficina y trabajadores afines 28.910
Profesionales, Técnicos y trabajadores afines 20.350
Conductores de medios de transporte y personas en ocupaciones afines 11.890
Trabajadores en ocupaciones no identificables o no declaradas y otros 11.430
Mineros, Canteros y trabajadores afines 710
En lo referente a nuestro país tenemos que según estimación a base de muestreo
aplicada al tercer Censo de la Población en 1961, la población económicamente
activa es como sigue:
Y la población económicamente activa por rama de actividades es como
sigue:
Agricultura 42.810
Servicios 108.830
Industria 102.360
Comercio 51.770
Construcción 34.040
Transportes 16.730
Actividades no bien especificadas 7.670
Electricidad 1.660
Minería 720

Como se ve en los cuadros anteriores, la agricultura constituye la principal fuente


de trabajo de la población económicamente activa de El Salvador, por lo que
cualquier variación estacional en el equilibrio de la oferta y la demanda de trabajo
en esta actividad, puede producir un desplazamiento grande de trabajadores,
desplazamiento que produce una migración hacia los centros urbanos, agravando
el problema de desempleo en estos sectores.

Como vemos, también resulta significativo el número de personas ocupadas en los


servicios, comercio, construcción, transporte, etc., que generalmente están
reconcentrados en los centros urbanos y de preferencia en la capital, en donde el
problema del desempleo es más agudo.

La demanda laboral en América Latina

Creció en los años noventa a un ritmo del 2.2% anual, inferior al de la oferta
laboral, del 2.6% por año. Por ello, la tasa de desocupación aumentó de menos
del 6% a cerca del 9%.

Además, la calidad de los empleos disminuyó: a lo largo de la última década, siete


de cada diez nuevos puestos de trabajo en las ciudades se generaron en el sector
informal. El incremento de la desocupación en la región durante los años noventa
es una de las manifestaciones más preocupantes del desempeño actual del
mercado de trabajo, por su fuerte incidencia en la pobreza y en la desigualdad de
la distribución del ingreso.

El aumento del desempleo a lo largo de la década pasada afectó mayormente a


los países sudamericanos. En Argentina, Brasil y Colombia, el desempleo creció
persistentemente. También mostró una tendencia al alza en Bolivia, Chile,
Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela. Por el contrario, en México y en la
mayoría de los países de Centroamérica y el Caribe predominó una tendencia a la
reducción de la desocupación.

Según la CEPAL, diversos factores inciden en la persistencia del desempleo. La


falta de dinamismo del mercado de trabajo se ha visto agravada en muchos países
por la reducción del papel del Estado en la generación de puestos de trabajo y por
la reestructuración del sistema productivo. Los sectores primario y secundario han
registrado una pérdida de participación en el empleo, al tiempo que la generación
de nuevos puestos de trabajo se ha concentrado en actividades terciarias.
Además, el uso intensivo de nuevas tecnologías hace prever una capacidad cada
vez menor de oferta de empleos en el sector formal o estructurado de la
economía.

El desempleo afecta desproporcionadamente a los estratos de menores ingresos y


a los jóvenes. Sin embargo, hacia el final de la década también afectó de manera
creciente a los sectores medios. Junto con ello, hubo una prolongación del tiempo
de desocupación, de 4.4 a 5.3 meses. Asimismo, hay evidencias de que quienes
logran recontratarse después de haber pasado por un período de desocupación lo
hacen con salarios entre 23% y 34% más bajos que los del empleo anterior.
Es probable, según la CEPAL, que el alto nivel de desempleo actual en la región
tienda a mantenerse ya que se prevé un crecimiento económico para el año 2001
cercano al 2%, lo que representa una caída sustancial respecto del 4% alcanzado
en el 2000.

A lo anterior se agregan indicios sobre la persistencia de un factor de carácter


estructural en el desempleo y una mayor lentitud en la recuperación de los niveles
de desocupación después de períodos de contracción del crecimiento. La mayor
volatilidad del mismo, unida a la vulnerabilidad de los estratos medios y bajos en
períodos de destrucción y lenta recuperación de los niveles de empleo pone de
relieve la necesidad de establecer mecanismos de protección que cubran dicho
riesgo.

El desempleo luego del COVID-19 en América Latina


La ola del desempleo en el mundo, por cuenta de la pandemia, se hace sentir con
mayor fuerza en América Latina. Las restricciones al comercio, a la vida laboral y
al turismo, entre otros, como medidas de contingencia para tratar de frenar la
propagación del Covid-19, deja 41 millones de personas desocupadas en esta
región, según un balance de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Esto significa que a los 26 millones de personas que ya se encontraban sin trabajo
antes de la emergencia sanitaria, se han sumado otros 15 millones que perdieron
sus empleos durante los meses de cuarentena.

Se trata de "un récord histórico, la cifra más alta de desocupación", desde que hay
registros, aseguró el director de la OIT para América Latina y el Caribe, Vinicios
Pinhero.

Es una situación agravada por los altos niveles de informalidad en la economía de


estos países, pues ha impedido que las decisiones para frenar la emergencia
sanitaria funcionen a cabalidad.

El informe 'Panorama laboral en tiempos del Covid-19: Impactos en el mercado de


trabajo y los ingresos', de este organismo especializado de la ONU, destaca que la
región en conjunto reporta una tasa de desocupación del 13%, que comparado
con el 8,1 % de 2019, es "bastante importante y sin precedentes en la historia",
apuntó Pinhero.

La organización resalta que se perdieron 400 millones de empleos en todo el


planeta, pero en América Latina se registra un descenso de 18,3% de horas
laborales en el segundo trimestre de 2020, por encima del 14 % de la disminución
a nivel mundial, en el mismo periodo.

Además, en las penosas cifras, la región supera a Europa y Asia Central que
tuvieron una reducción del 13,9 % de horas de trabajo, apenas 0,4 % más que
China y el resto de Asia.

Chile, los mayores niveles de desempleo en una década


De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), Chile registró una tasa
de desempleo del 11,2%, entre marzo y mayo, la cifra más alta en los últimos diez
años.

De esta manera, la desocupación aumentó un 4 % frente al mismo periodo de


2019, en medio de las medidas de aislamiento en el séptimo país con mayor
cantidad de contagios de Covid-19 en el mundo y el tercero en Latinoamérica

Estas cifras se suman al desplome de la actividad económica del país, que cayó
15,3%, en mayo, mes en el que comenzó un aislamiento estricto en Santiago, la
capital, el principal foco de contagios.

Pese a que en las últimas 24 horas el país registró 3.394 nuevos casos del
coronavirus, lo cual representa la cifra más baja en cerca de mes y medio, todavía
es incierto cuándo se levantará la cuarentena.

Con 21,4 %, Colombia marcó récord de desempleo en mayo

Esta es la tasa de desocupación más alta, en términos mensuales, desde que


existen los registros del Departamento Administrativo Nacional de Estadística
(DANE), según señaló la entidad gubernamental.
Colombia alcanzó un 21,4 % de desempleo el pasado mes de mayo. Es decir, que
las pérdidas de trabajos, al menos según los registros oficiales, se duplicaron en
comparación con el mismo periodo de 2019, cuando registró un 10,5%.

Según el DANE, las mujeres siguen siendo las más afectadas en esta materia, con
una desocupación del 25,4 %, en mayo, frente al 18,6 % de los hombres.

El impacto más fuerte en el ámbito nacional se presentó en 13 de las principales


ciudades del país y sus áreas metropolitanas, con un 24,5 % de desocupación, en
decir 3 puntos porcentuales por encima del promedio general del país.

Brasil registra la tasa más alta de desempleo en dos años

La cifra de desocupación laboral en el territorio brasileño alcanzó un 12,9 % entre


marzo y mayo, la más alta en los dos últimos años, según datos del Instituto
Brasileño de Geografía y Estadística. Además, por primera vez desde 2012,
menos de la mitad de las personas en edad para trabajar quedaron sin empleo. La
tasa cayó a 49,5 %, en comparación con el 54,5% que tenía en el mismo trimestre
de 2019.

Por otra parte, Brasil perdió más de tres años de esfuerzos fiscales para intentar
equilibrar su déficit en cuentas públicas, ya que la pandemia desplomó los
ingresos tributarios y disparó los gastos del Estado.

Según las estadísticas de las cuentas públicas hasta mayo de 2020 divulgadas por
el Banco Central, el déficit fiscal nominal en 12 meses volvió al nivel que tenía en
diciembre de 2016, cuando el entonces Gobierno de Michel Temer impuso un
severo ajuste fiscal, que continuó el presidente Jair Bolsonaro.

Bolsonaro, conocido por ser un fuerte opositor de las medidas de aislamiento


dictadas por gobernadores y alcaldes en su país, el segundo con mayor cantidad
de contagios en el mundo, anunció el martes que su Administración pagará
durante dos meses más los subsidios destinados a trabajadores informales y
personas sin empleo por cuenta de la pandemia, que equivale a unos 120 dólares
por ciudadano, al mes.
Perú: el desempleo se duplicó en el primer trimestre de cuarentena

El estatal Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) informó que la


desocupación durante el periodo de cuarentena, entre marzo y mayo de 2020, se
duplicó a un 13,1 %, con relación al mismo periodo de 2019.

En Lima, la capital del país, 2,3 millones de personas perdieron sus trabajos,
según especificó el INEI

Estas cifras fueron reportadas luego de que, en abril, el Gobierno anunciara que la
economía del país se contrajo a un 40,49 %, el peor registro mensual de la historia
de este país.

Un porcentaje incluso mayor a la estimación del 33 % que habían previsto


analistas citados por la agencia Reuters.

México: al menos 12 millones de personas perdieron sus empleos desde marzo

Datos oficiales revelados el martes indicaron que 12 millones de mexicanos han


perdido sus empleos desde marzo, como parte de las consecuencias económicas
del coronavirus.

La tasa de participación económica fue del 47,4% en mayo, señaló el Instituto


Nacional de Estadística y Geografía, en comparación con el 60,2 % que registró
en mayo de 2019.

"La variación a la baja de 12 millones de personas económicamente activas en


comparación con marzo se mantuvo debido a la suspensión temporal del trabajo
causada por las medidas de distanciamiento social", explicó el organismo.

Pero, además de la pérdida de empleo formal, el número de mexicanos que


trabajan ahora en el sector informal aumentó considerablemente a 22,6 millones
de personas, en mayo, un incremento de 4,1 puntos con relación con abril.
La economía de México se ha visto afectada por la pandemia, con el Fondo
Monetario Internacional prediciendo que el PIB del país podría reducirse hasta un
10,5% este año, en lo que sería su mayor declive desde la década de 1930.

Argentina registró las peores cifras de desempleo desde 2006

La desocupación laboral en este país subió al 10,4 % en el primer trimestre de


2020. Es un aumento de 1,5 puntos porcentuales en comparación con el mismo
periodo del año anterior, de acuerdo con los datos divulgados por el Instituto
Nacional de Estadística y Censos (INDEC) en la última semana de junio.

Si bien en el caso argentino hay un contexto de una recesión económica en los


dos últimos años, la situación se ha visto agravada en los últimos meses de
aislamiento.

En el marco de la crisis económica profundizada por la emergencia sanitaria de la


pandemia, el Gobierno de Alberto Fernández decretó una prohibición de los
despidos sin causa y creó un programa por el cual el Estado paga hasta un 50 %
de los salarios de los trabajadores del sector privado.

El desempleo luego del COVID-19 en El Salvador

El Salvador recibe la pandemia del COVID-19 en un contexto económico frágil. En


los últimos 20 años, el país se ha caracterizado por registrar bajos niveles de
crecimiento económico (el promedio observado entre 2002 y 2011 fue de 1.9% y
entre 2012 y 2019 de 2.3% del PIB). El país cerró 2019 con un crecimiento
económico del 2.3%. Proyecciones recientes de CEPAL1, Banco Mundial2 y el
FMI3, estiman variaciones negativas en el orden del -8.6%, -5.4% y -5,4% del PIB
en 2020 respectivamente, tal como se observa en la gráfica siguiente.

PROYECCIONES DE CRECIMIENTO DEL PIB (% DE CRECIMIENTO ANUAL)


Además de la interrupción de cadenas de suministros y la contracción del
consumo derivado de las medidas de contención sanitaria, hay que considerar el
impacto que tendrá en la economía salvadoreña la disminución de las remesas y
de las exportaciones, debido a la reducción de la actividad económica y el
aumento del desempleo en los Estados Unidos (principal socio comercial). Las
remesas internacionales generan casi la misma cantidad de divisas que los bienes
exportados (21.2% y 26.9% del PIB respectivamente) y representan el 48% de los
ingresos de los hogares pobres. Se utilizan principalmente para el consumo, con lo
cual, su disminución, tendrá un fuerte impacto en el aumento de la pobreza. Se
prevé que el impacto económico como consecuencia de la pandemia del COVID-
19 en el corto plazo, se sienta con más fuerza en el sector terciario. Este sector es
el que más aporta al PIB y en el que se concentra la mayor parte de la población
ocupada. Los servicios representan alrededor del 69.3% del PIB frente a un 16.1%
de la industria manufacturera y un 5.9% de la agricultura. Para el año 2019,
solamente el sector comercio, restaurantes y hoteles ocupó a casi 900,000
personas, es decir, una tercera parte del total de ocupados a nivel nacional. Tanto
el Banco Mundial como el Fondo Monetario Internacional estiman una
recuperación (en forma de “V”) para 2021. El primero proyecta un rebote de la
economía del 3.8% y el segundo de 4.5%. Esto no significa necesariamente que
los retrocesos en pobreza y desigualdad derivados de la contracción económica
del 2020 se recuperarán automáticamente; se requerirá que los trabajadores más
afectados sean beneficiarios de la recuperación del crecimiento económico. La
situación económica pre-crisis no solo determinará el tipo y la magnitud del efecto
de los shocks derivados, también incidirá en la capacidad de respuesta del país.
Las respuestas de política a la atención de la crisis en el corto plazo (alivio,
protección y reparación) y a las medidas para la recuperación (mediano plazo)
requerirán de un importante esfuerzo fiscal por el lado del gasto, en particular, en
el área de salud y seguridad social. Al respecto, la pandemia del COVID-19
encuentra a las finanzas públicas de El Salvador en una situación delicada. En el
año 2019, el déficit fiscal alcanzó el 3.1% y la deuda pública llegó al 73.6% del
PIB, lo cual limita la capacidad de intervención gubernamental con la rapidez y
magnitud que esta emergencia requiere. La economía salvadoreña, tiene un alto
grado de integración financiera con la economía internacional, ello la expone a los
efectos económicos globales del coronavirus. La crisis económica que se avecina
repercutirá adversamente en el mundo del trabajo en tres dimensiones: 1) la
cantidad de empleo disponible; 2) la calidad del trabajo; y 3) los efectos en los
grupos específicos en condición de vulnerabilidad frente a las consecuencias
adversas en el mercado laboral. En cada una de estas dimensiones se generarán
presiones adicionales a las que ya los países afrontaban en la pre-crisis, que, en
el mejor de los casos, ralentizará la velocidad de reducción de los principales
déficits de trabajo decente en el país. Una estimación preliminar de los empleos
actuales en riesgo desde un enfoque sectorial para El Salvador (ver cuadro a
continuación), indica que el 51,4% del total de empleo están en riesgo alto, es
decir, alrededor de 1,500,000 empleos, ubicados en los sectores económicos que
se prevé sean los más afectados por la crisis económica. Los empleos de las
mujeres se verán particularmente afectados por la alta participación femenina en
los sectores de más alto riesgo ante la crisis: hogares como empleadores y
comercio, hoteles y restaurantes (87.9% y 59.3% respectivamente).

EL SALVADOR: TRABAJADORES EN SITUACIÓN DE RIESGO DESDE UNA


PERSPECTIVA SECTORIAL
La cantidad de empleo disponible Estimaciones recientes de la OIT calculan el
impacto de la pandemia del COVID-19 en el segundo trimestre 2020 en una
reducción del 10.7% de las horas trabajadas a nivel mundial equivalentes a 305
millones de empleos a tiempo completo (48 horas semanales). Solo para América
Central se espera una pérdida de 8.8% de horas trabajadas, equivalentes a 6
millones de empleos a tiempo completo (48 horas semanales), sin embargo, a
nivel de país, el impacto en los mercados laborales dependerá de la configuración
y características de los mismos4. En el año 2019, la tasa de desempleo en El
Salvador fue de 6.3%, con la pandemia del COVID-19 se prevé un aumento
significativo en la cantidad de personas desempleadas. La incidencia heterogénea
del desempleo entre distintos grupos poblacionales es una característica
importante a tener en cuenta, pues el impacto en este indicador, como lo demostró
la crisis económica mundial del 2008-09, tenderá a ser diferenciado y se ensañará
con aquellas personas en condición más vulnerable. A diferencia del resto de
Centroamérica, en El Salvador la tasa de desempleo de los hombres es mayor
que la tasa de desempleo de las mujeres (7.0% y 5.4% respectivamente). La
población más afectada por el desempleo son las personas más jóvenes, de
196,747 personas desocupadas en el país, alrededor del 40.1% se encontraban
en el rango de 15 a 24 años. Los jóvenes registraron una tasa de desempleo del
13.4% frente a una tasa de 4.6% para las personas.

entre 25 y 59 años. El desempleo de las personas jóvenes duplica la tasa de


desempleo nacional. Esta brecha entre jóvenes y adultos se ha venido ampliando
de manera consistente, así que se espera que se profundice aún más con la crisis
generada por la pandemia. Frente a una contracción económica, son las personas
jóvenes quienes enfrentarán más dificultades para encontrar un empleo. Es
importante señalar que la economía salvadoreña genera alrededor de 30,000
empleos al año, pero esto es inferior a los 40,000 empleos que se requieren para
proporcionar trabajo a quienes ingresan al mercado laboral año con año. La
calidad del trabajo La economía informal es particularmente vulnerable y sensible
a los impactos de la pandemia COVID-19. El empleo informal ha venido creciendo
en tamaño y peso relativo respecto al total de la ocupación, caracterizado por no
estar cubierto por la seguridad social (acceso a seguro de salud y/o riesgos
profesionales), ser de bajos ingresos, concentrado en unidades económicas de
pequeño tamaño (MYPE) y especialmente en los sectores donde más fuerte
golpeará la crisis. Los ocupados en condición de informalidad están más
expuestos a las consecuencias de la crisis económica que se avecina. En el caso
de El Salvador, un 68.4% de las personas ocupadas tienen un empleo informal.
Éstas se verán afectadas en el plazo inmediato por el parón de consumo que
implican las restricciones de movilidad a las personas como parte de las medidas
sanitarias implementadas por el país, en particular, aquellos trabajadores que se
encuentran dentro del sector informal (representan el 57.3% del empleo informal).
La alta incidencia de la informalidad es un rasgo importante del mercado laboral
salvadoreño, por tanto, es bastante probable que el impacto de la crisis no se
refleje únicamente en el incremento del desempleo y la informalidad, sino también
en los ingresos laborales, especialmente de los ocupados menos calificados y en
la economía informal. Lo anterior tendrá un devastador efecto en la pobreza
laboral, particularmente en aquellos que actualmente no alcanzan a generar ni
siquiera el salario mínimo mensual en sus actividades económicas. No puede
obviarse el efecto que la crisis tendrá en materia de igualdad en ingresos, el cual
puede ser mitigado o profundizado dependiendo de la forma en que las políticas
de recuperación y estímulo al mercado laboral se implementen. Los más
vulnerables Como se mencionó previamente, las personas jóvenes deben afrontar
un elevado índice de desempleo y subempleo, y son más vulnerables frente a una
disminución de la demanda de mano de obra, como se constató a raíz de la última
crisis financiera mundial. La exclusión de los jóvenes del mercado laboral, habida
cuenta de sus efectos a largo plazo, es uno de los mayores riesgos para la
sociedad en la situación actual. A largo plazo, los efectos de la crisis en los planos
educativo y profesional no solo afectan adversamente a la calidad y la cantidad de
los empleos, sino que también exacerban las desigualdades existentes tanto entre
países como a escala nacional. Los trabajadores de más edad son asimismo más
vulnerables en el plano económico. Las mujeres también son un grupo
particularmente importante, a raíz de la amplia labor que desarrollan en los
sectores más afectados (en particular el de los servicios), o por realizar un trabajo
de primera línea para hacer frente a la pandemia (por ejemplo, las enfermeras). En
El Salvador, el 79.5% de las mujeres que trabajan lo hacen en el sector terciario,
frente al 49,5% de los hombres. Las mujeres tienen menor acceso a servicios de
protección social y soportan una carga laboral desproporcionada en la economía
asistencial o de cuido, en particular en el caso de cierre de escuelas o de centros
de atención. Los trabajadores sin protección social, en particular los trabajadores
por cuenta propia, los ocasionales y los que llevan a cabo una labor esporádica en
plataformas digitales, son especialmente susceptibles de verse afectados por el
virus al no tener derecho a bajas laborales remuneradas o por enfermedad, y estar
menos protegidos en el marco de los mecanismos convencionales de protección
social, u otros medios de compensación de fluctuaciones de ingresos. Las
personas trabajadoras en condición de vulnerabilidad en El Salvador
representaron el 34.6% del total de ocupados en el año 2019, cifra que sube a un
43.5% para las mujeres5. La vulnerabilidad de los hogares en pobreza y sin
protección social, así como otros factores asociados podrían generar un aumento
en la tasa del trabajo infantil (6.8%) y el trabajo adolescente peligroso.

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