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Una caloría es una unidad de medida, pero esta no mide peso ni

longitud. Una caloría es una unidad de energía. Cuando escuchas


que algo contiene calorías, es una manera de describir la cantidad
de energía que podría recibir tu cuerpo al consumir eso.
En general, para adultos, un rango de 1.800 a 2.100 kilocalorías
para mujeres y de 2.000 a 2.400 Kcal para hombres, podría ser la
media, teniendo en cuenta que las mujeres tienen, en general, de
manera normal menos músculo que ellos, y que a más edad
también debemos ajustar a la baja el gasto energético.
Para hombres: (10 x peso de Kg) + (6,25 x altura en cm) – (5 x edad
en años) + 5.
Para mujeres: (10 x peso en kg) + (6,25 x altura en cm) – (5 x edad
en años) – 161.
las calorías de los alimentos se miden por calorimetría, al calentarse
un alimento se mide el calor que se aplica y la energía que se libera,
las calorías se expresan en kcal/100 g de alimento. Este resultado
es lo que determina el valor energético de los alimentos.
Para ello, el calorímetro consiste en un recipiente metálico dentro
de una cámara con agua. El alimento se quema y el agua recoge el
calor producido. El aumento de temperatura es el que nos permite
saber qué calorías tiene la sustancia que estamos quemando.
Los primeros, pueden ayudarte a sentirte satisfecho y sin
privaciones, lo cual es importante cuando te enfrentas a las
restricciones de calorías. La clave para incluirlos es controlar con
cuidado el tamaño de las porciones. Conoce algunos de ellos.
Frutos secos. Son saludables para el corazón, sobre todo las
almendras, las nueces y las avellanas. Es importante saber que
contienen 180 calorías por onza (28 gramos), el límite de frutos
secos recomendado por día.
Papas. Son una gran fuente de vitamina A y otros nutrientes.
Tienen 120 calorías por cada media taza. Se aconseja cocinarlas sin
grasas, aderezos o mantequillas, las cuales podrían duplicar
fácilmente la cantidad de energía.
Aceite de oliva. Aunque es una grasa, es monoinsaturada. Es decir,
no aumenta el nivel de colesterol, a diferencia de las grasas
saturadas. Si bien son 120 calorías por cucharita, todo lo que
necesitas son unas gotas de aceite para aderezos o para saltear las
verduras.
Plátanos. Se trata de un fruto rico en potasio, fibra, vitamina B6,
vitamina C, entre otros nutrientes. Por cada 100 gramos, consumes
89 calorías. Lo ideal es comerlo solo, sin mezclar con otros frutos o
granolas.
Aguacate. Además de su delicioso sabor, son ricos en ácidos grasos
Omega-3. Media taza de aguacate tiene unas 100 calorías, motivo
por el que se deben medir las porciones.
Algunos de los alimentos y bebidas más comunes que contienen
calorías vacías son:

Alcohol. Las bebidas de mayor graduación alcohólica nos aportan


mayor cantidad de calorías. Por ejemplo, una copa de vodka nos
aporta 300 kilocalorías, las mismas que, por ejemplo, un plato de
noodles con verduras y langostinos. La cerveza y el vino son las
únicas bebidas alcohólicas que si aportan nutrientes además de
estas calorías vacías.
Refrescos. Como comentábamos en nuestro ejemplo anterior, los
refrescos son una clara muestra de estas calorías vacías.
Básicamente aportan azúcar a nuestro organismo y muchas veces
no somos conscientes de la cantidad de azúcar ingerido al tomar
únicamente una lata. Es mucho más saludable cambiarlos por
zumos naturales, infusiones…
Salsas precocinadas. Las salsas precocinadas suelen contener
muchos azúcares y grasas. Resulta muchísimo más saludable
aprender a cocinarlas y añadir a nuestros platos aquellas de
elaboración propia.
Bollería industrial. La mayoría aporta a nuestro organismo una gran
cantidad de azúcares y grasas saturadas. No son saludables y
suponen un altísimo contenido en calorías.
Zumos envasados. Siempre es más recomendable tomar la pieza de
fruta o hacer el zumo en casa. Sin embargo, si apetece un zumo
industrial hay que recurrir a aquellos que no cuentan con azúcares
añadidos. Es importante fijarnos bien en la etiqueta de los zumos,
pues muchos de ellos incluyen una alta cantidad de azúcar poco
beneficiosa e innecesaria.
Snacks. Suelen aportar sal, grasas y calorías, frente a muy pocos
nutrientes. Por ello no es beneficioso consumirlos habitualmente.
Azúcar. Además del azúcar que tomamos con, por ejemplo, el café
o las infusiones, ingerimos bastante más a lo largo del día en
productos preparados. Es recomendable sustituirlo por, por
ejemplo, azúcar moreno o stevia.

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