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UNIVERSIDAD CATÓLICA LUMEN GENTIUM

ESCUELA DE TEOLOGÍA
INTRODUCCIÓN A LA BIBLIA Y MÉTODOS EXEGÉTICOS
Prof. Patricio Ortiz Izquierdo
PRESENTA: Sandra Hernández Arámburo
1 Semestre Grupo LTM1B
CDMX, 17 de noviembre de 2020.

REPORTE DE LECTURA 1:
DEI VERBUM, CONSTITUCIÓN DOGMÁTICA SOBRE LA DIVINA REVELACIÓN
La Doctrina de la Iglesia, expresada en esta Constitución Dogmática, afirma que Dios, por
propia iniciativa, quiso y tuvo a bien darse a conocer a la humanidad, no sólo en sí mismo,
sino también en los eternos decretos de su voluntad para hacer al hombre, en Cristo y por
mediación del Espíritu Santo, partícipe de los bienes divinos. Esta revelación tiene como
principal mensaje que Dios está con nosotros para darnos la salvación venciendo la muerte
y el pecado, haciéndonos partícipes de la eternidad con Él. Ahora bien, la manera en que el
hombre debe acoger esta Revelación es mediante la obediencia de la fe, que permite acoger
plenamente la voluntad de Dios revelada, pero es asombroso saber que aún en esta
respuesta somos auxiliados por la gracia de Dios y la iluminación del Espíritu Santo.
El Concilio expresa también que Dios puede ser conocido con certeza, mediante la luz
natural del raciocinio humano, primeramente, partiendo de las cosas creadas y también en
sus acciones, que toman cuerpo en la historia humana convirtiéndola en historia de
Salvación. Ahora bien, este anuncio de la Revelación debe alcanzar a todas las naciones,
puesto que todos somos sus destinatarios. Para que esta transmisión no fuera truncada bajo
las condiciones naturales de la persona humana, los apóstoles instituyeron como sucesores
suyos a los obispos, y representantes de la iglesia, que es el depósito de la fe, ejerciendo
esta misión por su autoridad en nombre de Jesucristo, mediante su magisterio, el cual bebe
de la fuente que es la Sagrada Escritura, como Revelación escrita.
Así, la Sagrada Tradición, por la que se conoció cuáles eran los libros inspirados, está
estrechamente unida a la Sagrada Escritura y por ella se consigna a sus sucesores la Palabra
de Dios, formando así un solo depósito sagrado. Por tanto, estas tres fuentes, Sagrada
Escritura, Sagrada Tradición y Magisterio están unidas entre sí, de modo que una no
subsiste sin las otras.
Se ve pues, en el Concilio, prioridad en dar a la Iglesia rectos criterios de interpretación de
la Palabra Revelada, puesto que ésta fue escrita ciertamente bajo la inspiración del Espíritu
Santo, por lo que el Intérprete sagrado debe escudriñar, a fin de determinar lo que quisieron
realmente significar, y, sobre todo, cuál fue el mensaje que Dios tuvo a bien revelar.
Para adentrarse en la mente del hagiógrafo en necesario considerar los géneros literarios de
composición de la Escritura, pero siempre atendiendo al contexto y unidad de toda ella,
porque Dios, inspirador de ella en su conjunto, así como autor de uno y otro testamento,
dispuso sabiamente las cosas, de modo que el nuevo estuviera oculto en el antiguo, a la vez
que éste está manifiesto en el nuevo.
Así, la Iglesia rinde veneración a las Sagradas Escrituras, en cuanto que son la palabra viva
de Dios. Es, por tanto, en torno a ella, que gira toda la vida cristiana, es centro de la
predicación cristiana, eje de cada reflexión teológica que quiera preciarse de serlo, es sostén
y vigor de la iglesia, manjar del alma y fuente de perenne vida espiritual, por lo que es
preciso y han de buscarse formas para que todos los fieles tengan acceso a ella.

UNIVERSIDAD CATÓLICA LUMEN GENTIUM


ESCUELA DE TEOLOGÍA
INTRODUCCIÓN A LA BIBLIA Y MÉTODOS EXEGÉTICOS
Prof. Patricio Ortiz Izquierdo
PRESENTA: Sandra Hernández Arámburo
1 Semestre Grupo LTM1B
CDMX, 17 de noviembre de 2020.

REPORTE DE LECTURA 2:
CARTA ENCÍCLICA DIVINO AFFLANTE SPIRITU, DEL SUMO PONTÍFICE PÍO
XII, SOBRE LOS ESTUDIOS BÍBLICOS
Esta carta encíclica del Papa Pío XII, sobre los estudios bíblicos, hace eco de otros textos
pertenecientes al Magisterio de la Iglesia, que bien expresan, tanto la preocupación de los
Santos Padres respecto a la relación que debe guardar la vida de la Iglesia con la Palabra de
Dios, así como el impulso que ellos quisieron dar en este sentido.
Resalta el texto el aspecto de la inspiración divina como una manera en que Dios lleva a
cabo su obra de Revelación, por lo que, mediante la lectura y meditación de la Sagrada
Escritura, Palabra de Dios escrita, se ha de buscar el alimento con que se sustente la vida
cristiana, hasta llevar a la perfección la vida del Espíritu.
La finalidad de esta Carta Encíclica es invitar a todos los hijos de la Iglesia a que puedan
dedicarse a la loable tarea del estudio de los libros inspirados, destacando que en éstos se
contiene la doctrina de la verdad. Pero ha de tomarse en cuenta que la Inspiración divina no
excluye las imperfecciones propias del instrumento humano de que Dios se valió, para lo
cual se hace necesario adentrarse en el contexto del escritor sagrado, para en verdad hallar y
exponer el sentido genuino de los sagrados libros, y con este fin se hace la invitación
expresa a profundizar en el conocimiento de las lenguas en que tuvieron origen los divinos
escritos, así como la necesidad de volver sobre los textos primitivos, para la mejor
comprensión de las traducciones actuales. Por ello, es de desear, que sean cada vez más los
que penetren estos divinos misterios, pero especialmente los que sólidamente tomarán a su
cargo y mantuviesen constantemente el patrocinio de las divinas letras, leyéndolas,
meditándolas, exponiéndolas.
Los sumos pontífices han tomado con mucha seriedad la necesidad de que los fieles, entre
ellos, aquellos a los que Dios ha concedido el ministerio del Orden Sagrado, se empeñen en
los estudios y profundización sobre las Palabras Reveladas, de manera especial en los
seminarios a imbuirse de este conocimiento y amor profundos de la Sagrada Escritura, por
lo que, de diferentes maneras se fue reflejando este interés en la doctrina y hechos de los
Santos Padres. Así, por ejemplo, al Papa Pío X se debe la institución de los grados
académicos de licenciado y doctor en Sagrada Escritura, que serían conferidos por la
Comisión Bíblica, así como otras aportaciones mediante las cuales se fue normando este
estudio, de manera que se estipuló que nadie que no hubiese obtenido la licencia o el
doctorado en la Escritura, pudiera tener el servicio de explicar a los fieles la Sagrada
Escritura.
Gracias a estos impulsos dados por los santos padres, es que ese ha ido multiplicando
semillas de reflexión y profundización formal de la Sagrada Revelación, entre las que es
lícito imbuirse en ciencias que le sean afines o que estén a su servicio en cuanto que
proporcionan caminos para su mejor comprensión y que enriquezcan el sentido espiritual
que reclama la dignidad de la Palabra Revelada.

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