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Nombre: Jason Manuel Gutierrez Ruiz

Asignatura: Mecánica

Grupo: DI04A

Introducción

Nicaragua es el país de América Central que posee la generación de electricidad más baja, pero el
segundo con el porcentaje más alto de población con acceso a la electricidad. El proceso de
desagregación y privatización de la década de los 90 no alcanzó los objetivos esperados, lo que
resultó en muy poca capacidad de generación agregada al sistema. Esto, junto a su gran
dependencia del petróleo para la generación de electricidad (la más alta de la región), provocó una
crisis energética en 2006 de la cual el país ya se ha recuperado por completo, gracias a nueva
inversión.

El sistema de electricidad abarca el Sistema Interconectado Nacional (SIN), que cubre más del 90%
del territorio donde vive la población del país (las zonas del Pacífico, del centro y del norte
completas). Las restantes regiones están cubiertas por sistemas de generación aislados. El
proyecto SIEPAC (Sistema de Interconexión Eléctrica para América Central) integrará la red
eléctrica del país con el resto de los países de América Central y se espera que mejore la
confiabilidad en el abastecimiento y reduzca los costos.

Desarrollo
Recursos en el país
“Nicaragua es un país que tiene un potencial geotérmico distribuido a lo largo

de la cordillera de los Maribios, desde Cocigüina hasta la isla de Ometepe, de

alto potencial, con más de 1,500 megavatios. El potencial de energía

hidroeléctrica es de más de 2,000 megavatios. Solamente la cuenca del Río

Grande de Matagalpa podría llegar a 1,000 megavatios de potencia”, rerfirió Tiffer.

También destacó que “en energía de biomasa (el potencial) anda por los 1,000 megavatios de
potencia; en eólico está entre 500 a 600 megavatios. Hoy en día, el porcentaje de energía
generada a base de recursos naturales subió al 54%”.
Situación actual de la generación de electricidad a partir de biomasa en el
contexto de la generación eléctrica en Nicaragua.
En Nicaragua, el uso de la biomasa como fuente de energía eléctrica es aún incipiente y no ha
merecido la suficiente atención de parte de las instituciones del Estado, a pesar de haber sido
objeto de importantes propuestas e informes elaborados por CEPAL, Olade/FAO, IID, PAF-NIC,
AED, donde señalan que la política energética de Nicaragua debería considerar el consumo cada
vez más creciente de leña, integrar el consumo de leña en la matriz energética, y que cualquier
control de precios e importaciones de petróleo o alzas de tarifas de electricidad y/o mayor oferta
de energía tendría que considerar la alternativa dendroenergética, dentro de su matriz de
propuesta.

De acuerdo al Balance Energético de Nicaragua presentado por el Instituto Nicaragüense de


Energía (INE), en 1994 la leña representó el 57,3% del consumo final de energía, el carbón vegetal
1,4%, los derivados del petróleo el 31%, la energía eléctrica 6% y los residuos vegetales el 4,3%
(ver cuadro 1). Con estos datos se muestra la importancia que tiene la leña en la demanda
energética. Se estima que el consumo de leña es de 2.898.550 m³ de madera equivalente a
2.000.000 t/año, siendo los principales usuarios de leña el sector residencial, el cual consume
93,4%.

Política energética en Nicaragua y el interés en la generación de electricidad a


partir de biomasa.

La Política Energética del país en estos últimos 15 años ha permitido diversificar las fuentes de
energía, sin embargo, no se ha incrementado la oferta al ritmo de la demanda. El racionamiento y
la importación de energía eléctrica y derivados del petróleo han sido y continúan siendo una
constante de la política en los últimos años.

Al analizar el diagnóstico de la leña y energía en Nicaragua se observa que es necesario formular


una política global y coherente del sector energético, de tal forma que la leña sea vista como un
recurso energético con toda su potencialidad y no como se mira actualmente, como un registro
estadístico y una energía apta sólo para cocción de alimentos y para la industria artesanal.

El país no tiene inversiones en programas para incrementar la oferta de energía. Existe un déficit
en la generación de electricidad, lo que propicia un mercado favorable para otras fuentes de
energía, que estimula al sector privado a buscar inversiones en alternativas de generación con baja
inversión por MW instalado utilizando tecnologías adecuadas y no de punta. Esto último se logra
con fuentes alternas de energía que sustituyan al bunker y que no tenga el impacto económico y
ecológico que tienen las presas hidroeléctricas y las plantas eléctricas derivadas de petróleo.

En Nicaragua se espera que la dendroenergía, puede tener un impulso de desarrollo a través de


plantaciones energéticas como lo están desarrollando los Ingenios azucareros, para generación de
energía a partir de biomasa.
Desde el 2007 Nicaragua ha dado un vuelco a su matriz energética. De producir solo el 25 por
ciento de su energía con fuentes renovables, en 2016 se espera que este alcance el 52.5 por ciento
y para 2018 la meta es elevar esa participación a un 74 por ciento, según las últimas proyecciones
oficiales.

El aporte que están haciendo las centrales de energía renovable al parque de generación de
Nicaragua es muy pequeño. En la actualidad, hay dos plantas de hasta 10 MW integradas al SIN,
una pequeña hidroeléctrica de 0.9 MW y una geotérmica de 10 MW, que representan un 1.24% de
la capacidad instalada total. Se identificaron un total de 14 proyectos en diferentes etapas de
desarrollo con una capacidad total de 66.7 MW. Si estos proyectos estuvieran hoy en día en
operación, representarían un 8.0% de la capacidad instalada total. Se puede concluir entonces
que, si bien las pequeñas centrales deben ser consideradas como una fuente importante de
energía (principalmente en regiones alejadas de los mayores centros de población), su
contribución a la solución de falta de capacidad del país es pequeña, ya que representaría apenas
el crecimiento proyectado para uno año dentro del Plan de Expansión de Generación (PEG).

Sector eléctrico en Nicaragua

Datos

Porcentaje de energía fósil 23.6%

Porcentaje de energía renovable 76.4% (hidroeléctrica, geotérmica, eólica y


solar)

Emisiones de GEI de la generación 1,52 millones de Tm de CO2


eléctrica (2003)

Consumo medio de electricidad (2006) 366 kWh per cápita

Propuesta
Mi propuesta es sencilla, Invertir en más proyectos que nos aporten energía renovable, ya que es
un recurso de vital importancia para eliminar el uso combustible fósiles, los cuales ocasionan una
amplia contaminación a la capa de ozono, Nicaragua tiene el potencial de lograr hacer una energía
más limpia y amigable con nuestro medio ambiente, cuenta con recursos para la renovación de
energía a través de recursos naturales.
ANEXO

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