Está en la página 1de 2

La terapia de grupo en las

adicciones.
FacebookTwitterWhatsAppCorreoMás...22

La evidencia científica ha demostrado que esta modalidad terapéutica es el componente


más efectivo del tratamiento ambulatorio y crucial para el mantenimiento de los
resultados a largo plazo.
La terapia grupal es la mejor manera de contrarrestar los patrones de pensamiento y de
conductas que presentan los pacientes con adicciones y particularmente a la cocaína. El
grupo incide en la principal característica de esta enfermedad: la negación. Que generalmente
va acompañada de aislamiento, vergüenza y deterioro del funcionamiento social.

Los pacientes, entran al tratamiento con ideas muy distorsionadas sobre ellos mismos y sobre
la gravedad del problema, aspectos que se tratan de manera muy efectiva en el grupo
terapéutico, ya que por lo general tienden a sobreestimar sus fuerzas personales, su
motivación y subestimar sus puntos vulnerables.

También les resulta difícil, aceptar su propia falta de control sobre el consumo de drogas y la
necesidad de confiar en los demás para superar el problema, y es aún más duro aceptar la
cronicidad de la enfermedad. Y es ahí, donde aparece el poder terapéutico de los grupos,
cuando se reúnen personas que pasaron por situaciones similares y los mismos estadios de la
enfermedad. Esto genera en ellos empatía e identificaciones mutuas; contacto con su
realidad; influencia positiva en la relación con iguales, afiliación y apoyo social.

Por otro lado, el programa de tratamiento les brinda una estructura para comenzar a ordenar
su vida con más disciplina y límites, como así también, un espacio para el autoconocimiento,
el aprendizaje de la experiencia e intercambio de información objetiva, y no menos importante,
la instauración del optimismo y esperanza de cambio.

Otras características de los grupos terapéuticos es que son: entretenidos, estimulantes y


reforzadores de lo positivo. Sin embargo, hay incomodidades iniciales, que exigen un reajuste
cuando nuevos miembros integran en un grupo que ya funciona. Pero, las ventajas
potenciales de estar abiertos a nuevos miembros sobrepasan los presuntos inconvenientes.
Los recién llegados, en las primeras fases de recuperación, pueden generar beneficios
inmediatos al contactar con los miembros más experimentados del grupo, que tienen
necesidad de transmitir lo aprendido.

Herramientas en la terapia grupal


La confrontación y la valoración son las herramientas centrales que se utilizan en la dinámica
terapéutica de un grupo de rehabilitación. Es decir, el confrontar tiene que ver con el proceso
de dar a alguien información real sobre su conducta tal como el informador la ve, y a partir de
este se intenta “presentar un espejo” para permitir a la persona saber cómo aparece a ojos de
los demás. No se trata de atacar a la persona, sino mostrarle como la vemos, desde la
comprensión y preocupación por la conducta negativa, peligrosa y destructiva que mantiene.
La valoración tiene que ver con resaltar y afirmar una actitud o conducta positiva que ha
logrado el paciente en un momento dado. Ya sea el poder decir NO a una tentativa de
consumo, a elegir sanamente o a construir vínculos sanos alejados de la conflictiva de
consumo, entre otros logros.

¿Cuál es el rol del terapeuta de grupo?


Los coordinadores de grupo, casi siempre nos enfrentamos a diversas tareas que determinan
el destino y la efectividad del grupo. Entre las funciones más importantes se encuentran:
Mantener las reglas del grupo, seleccionar, preparar y orientar a los miembros potenciales del
grupo, para decidir si le va a servir, mantener la cohesión del grupo, crear un clima sereno y
seguro. Y por último, la psicoeducación a los pacientes sobre aspectos concretos del uso de
drogas, adicción, recuperación, etc. de manera que esa información sea útil y susceptible de
ser reflexionada de manera grupal.

Por todo lo expresado a hasta aquí, es que integrar al adicto en un grupo, es el primer
acontecimiento importante de su tratamiento de rehabilitación.

También podría gustarte