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Asignatura:

Psicología General

Catedrático:
María Marcela M. Hurst

Alumna:
Wendy Anabell S. Moradel

No. Cuenta:
202110020212

Trabajo:
La Psicología en la Antigüedad

La Ceiba, Atlántida 2021


PSICOLOGÍA EN LA ANTIGÜEDAD

Los orígenes de lo que ahora conocemos como psicología -una disciplina científica
articulada, sistemática- se remontan a la antigüedad griega, y en especial a ese
momento en el cual el hombre se inclina sobre sí mismo para interrogar su propia
existencia, sus poderes, sus múltiples enigmas. F.- L. Mueller ha escrito esta
'Historia de la psicología' como un documento narrativo que atiende sobre todo a
las modalidades de cada época histórica del desarrollo de esta ciencia. La
psicología experimentó un prodigioso avance a partir de la segunda mitad del siglo
XIX. El positivismo fue la matriz donde se generaron los grandes cambios. La
transformación fue total; se abandonaron bagajes metodológicos, en particular
aquellos que tomaban como modelo a las ciencias naturales; se alcanzó una
concepción global del ser humano, en contraste con la anterior parcelación, y se
recibió el influjo fecundante de las modernas filosofías y de los acervos de la teoría
de la Gestalt y del psicoanálisis freudiano y pos freudiano.

La Historia de la Psicología es un apartado dentro de la psicología que, haciendo


uso de los métodos historiográficos y de los conocimientos psicológicos
acumulados a lo largo de la historia, trata de averiguar la génesis de las
propuestas psicológicas, la influencia entre ellas y con otras ciencias, y la deriva
de las mismas, atendiendo, entre otros factores, al contexto y a los autores que las
desarrollan.
La psicología, tal como la conocemos en la actualidad, es una ciencia
relativamente nueva que investiga los distintos procesos mentales y la
conducta humanas. Para ello se sirve, en parte, de la experimentación con otras
especies animales, que ayuda a iluminar diversos aspectos relacionados con las
facultades perceptivas e intelectivas humanas

EXORCISMOS

Pero los trastornos mentales no son un fenómeno de los tiempos modernos.


Seguramente, siempre han existido. Un repaso a la historia de la evolución de la
psicología clínica muestra que, desde antes de Cristo, se buscaba remedio para
las personas que manifestaban un comportamiento o unas emociones
«diferentes» y que podían suponer un peligro para ellas mismas o para su
entorno. En la antigüedad, se partía de la base de que los malos espíritus, los
demonios o los conflictos entre Dios y el demonio originaban comportamientos
anómalos. Por entonces, el tratamiento se limitaba, sobre todo, al exorcismo, a
expulsar los espíritus o el diablo del cuerpo de quien padecía esos síntomas. Pero
Hipócrates (460-370a.C.) arrojó un rayo de esperanza para estas personas. Fue
uno de los primeros eruditos en desligar los trastornos mentales de conflictos
sobrenaturales. Este médico griego atribuyó un origen somático para esas
maneras «extrañas» de comportarse: hablaba de un desequilibrio en los humores
corporales. En la actualidad, sin embargo, muchas de sus suposiciones resultan
extravagantes; entre ellas, la idea de que el útero que tiene vida propia y
vagabundea por el cuerpo de la mujer en busca de hijos desemboca en histeria.
Con todo, su punto de vista fue revolucionario para la época. No obstante, pronto
cayó en el olvido. En la Edad Media, los demonios volvieron a protagonizar las
explicaciones para la conducta inusual.

OPERACIONES

Si bien las técnicas de la guerra psicológica se remontan a la antigüedad, fue a


partir del siglo pasado que fue entendida y practicada como un componente
sistemático e imprescindible de la acción bélica, buscando sugestionar al
contrario, modificando sus ideas y actitudes de modo que sea posible
influenciar sus acciones o debilitar su capacidad de resistencia. Estas técnicas
se fundamentan en estrategias de comunicación apoyadas sobre el
conocimiento de las características socio-psicológicas del oponente, de modo
similar a la propaganda que Young en su Psicología social de la propaganda,
definía como el "uso deliberado de métodos de persuasión u otras técnicas
simbólicas a fin de cambiar actitudes y, a la postre, influir sobre la acción"
(1969: 7). Por desgracia, este nuevo siglo ha visto una brutal intensificación de
la actividad bélica, que ha traído consigo una expansión cuantitativa, y en
ciertos aspectos también cualitativa, de las llamadas operaciones psicológicas.
En esta comunicación se pretende examinar cómo han cambiado y
desarrollado sus técnicas y objetivos en los últimos tiempos, incidiendo en
algunas pautas que posiblemente se desarrollarán en el futuro.

FORMAS DE TORTURA

La tortura se puede realizar de varias formas. El daño físico se puede causar


mediante golpes, rotura de huesos, desgarres musculares, castración,
aplastamiento, cortes, descargas eléctricas, desfiguración, quemaduras, aplicación
de temperaturas extremas, ingestión de productos químicos o elementos
cortantes, baños con substancias químicas cáusticas, ahogamiento, violación,
privación del sueño o posturas corporales incómodas.
El daño psicológico se puede realizar mediante la privación sensorial, el
aislamiento, la humillación verbal o física (desnudez durante los interrogatorios), la
manipulación de la información sobre el detenido o sus allegados, la mentira (por
ejemplo falsas informaciones sobre daños sufridos por amigos y familiares), la
desorientación física y mental, o la simulación de torturas físicas o ejecuciones
que contribuyan a la desmoralización. En general, lo que se busca con la tortura
psicológica es la ruptura de la autoestima y la resistencia moral del detenido, con
el fin de que el interrogado acceda más fácilmente a los deseos del interrogador.
LA PSICOLOGÍA NO ES MAGIA, SINO UNA CIENCIA 

Ojo, que esta es una pregunta trampa. Claro que la psicología es una ciencia, y lo
voy a ejemplificar con tres historias que espero, y en este orden, sorprendan,
estremezcan y estimulen. Porque este artículo trata de tres experimentos
científicos relacionados con la psicología y sus métodos. Y no me vengan los
ortodoxos de lo cuantitativo y el laboratorio a confundir términos como el
psicoanálisis con la psicología, que la primera es una disciplina psicoterapéutica
de aproximación clínica y la segunda una disciplina científica que la engloba y
clasifica.

El pensamiento mágico ha acompañado a la humanidad desde el principio de los


tiempos. Tenemos una tendencia natural a establecer relaciones de causa y efecto
sin comprobarlas de modo lógico; esta predisposición es muy marcada en la
infancia y se mantiene si el contexto en el que nos encontramos lo promueve,
como ha sucedido en muchas culturas.
En este artículo definiremos el pensamiento mágico y explicaremos cuáles son sus
causas y sus funciones, según la literatura existente. Para finalizar expondremos
algunos ejemplos significativos y contextos en los que este tipo de razonamiento
aparece de forma habitual.

En esta conferencia de la Royal Institution el mago y psicólogo Gustav Kuhn


repasa y explica cómo funciona nuestro cerebro cuando vemos juegos de magia.
Esto incluye qué sucede en el aspecto visual, qué datos científicos sumamente
interesantes conocemos al respecto y cómo creemos que «funciona» todo en
perfecta conjunción: ilusiones visuales, datos sobre la percepción y cómo trabaja
el cerebro. Y además hace algunos juegos de magia sobre la marcha.
Me ha parecido interesante que esta ciencia psicológica de la magia –que se
concentra prácticamente solo en lo visual– trate sobre muchos efectos que hemos
comentado por aquí alguna vez: desde el pato-conejo a las mesas de Roger
Shepard o numerosos ejemplos de desvío de la atención (misdirection) que son
una de las bases de casi todo efecto mágico.
Más interesante es también cómo se han analizado científicamente en las últimas
décadas efectos como los del punto ciego de los ojos, los movimientos sacádicos
oculares y otras cuestiones relacionadas con la atención. Entre otras cosas
muestra cómo usan un equipo de eye-tracking (seguimiento de los ojos) en
el Mágic Research Lab, su centro de investigación

Conocer estos efectos tiene su utilidad más allá del mundo de la magia. Se han
usado experimentalmente en entornos de mundos virtuales para recrear un efecto
de profundidad infinita al caminar; en la atención de los conductores y en los
sistemas HUD (pantallas superpuestas, heads-up displays). Se sabe por ejemplo
que hablar por teléfono mientras se conduce equivale a conducir borracho – y por
eso está prohibido. También deja caer que algunas inteligencias artificiales
podrían aprender de nuestras «debilidades técnicas» (cómo funcionan el ojo y el
cerebro) para engañarnos y aprovecharse de nosotros.

Respecto al ojo, Kuhn recuerde que no vemos nada (literalmente) durante los


movimientos sacádicos del globo ocular, que duran unos 100 ms y se producen
unas tres veces por segundo. Si se suman todos esos instantes totalizan de 4
horas al día en que estamos ciegos. [En otros estudios hemos visto el dato de 90
minutos/día, que en cualquier caso parece una enormidad.] Si a eso le sumamos
los 13 grados de visión «anulada y recreada» del punto ciego de cada ojo y
los «engaños» de percepción de colores y formas… Pues resulta que vemos poco,
vemos mal y vemos sólo una parte del tiempo a lo largo del día. ¡Y sin embargo
todo funciona!

El comportamiento humano ofrece tal complejidad, e intervienen en él tal número


de variables, que la psicología ha de requerir imprescindiblemente el concurso de
otras disciplinas para llevar a cabo su tarea. 
En el ámbito de las ciencias sociales es preciso destacar las importantes
aportaciones realizadas por la historia, la sociología y la antropología. La primera
de ellas da cuenta de la constitución y evolución de las condiciones sociales,
económicas y políticas que explican la actual organización de las diferentes
sociedades.
Estos conocimientos interesan a la psicología en cuanto la ayudan a entender la
relación entre los procesos históricos  y la formación del comportamiento humano. 

QUE DESEMPEÑA UN PSICÓLOGO EN SU TRABAJO Y EN


FUNCIÓN DE AYUDA A LA SOCIEDAD, DETERMINE LAS ÁREAS
DE ACCIÓN EN LAS QUE LOS PSICÓLOGOS TRABAJAN.

El psicólogo es aquel profesional que tiene por objeto de trabajo entender el


comportamiento humano. Sea en situaciones educativas, de trabajo o personales.
Estos especialistas están capacitados para administrar e interpretar diversas
pruebas y evaluaciones que pueden contribuir al análisis de cómo piensan y
sienten las personas.

Papel del psicólogo en la sociedad


El profesional de la psicología puede ayudar a los individuos a enfrentarse a
aquellos cambios sociales que se producen alrededor de ellos. Esto se debe a que
dichos cambios se presentan más rápidamente que la capacidad de asimilar que
tienen muchas personas. Con esta ayuda la adaptación se hace un proceso más
sencillo.
El objetivo principal de los psicólogos es mejorar la calidad de vida de las
personas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la palabra salud
como: “un estado completo de bienestar”. Los tratamientos de estos profesionales
no están dirigidos únicamente a modificar aspectos negativos de la persona,
también buscan fortalecer y reforzar los positivos.

¿Cómo ayudan los psicólogos a las personas?


Los especialistas de la psicología tienen una gran variedad de tratamientos que
permiten mejorar las condiciones de vida de las personas. Aunque son diversos
los tipos de terapias, siempre el profesional escogerá la que pueda resolver la
inconformidad del paciente de la mejor forma.
Las terapias se pueden aplicar tanto a una persona como a parejas, familia o
grupos de trabajo. En algunos trastornos, la terapia y los medicamentos
conforman la combinación más eficaz para solventar la situación.

¿Qué es la terapia psicológica?


Es el conjunto de técnicas y procesos que realiza un profesional de la psicología
clínica para mejorar la calidad de vida de su paciente. El psicólogo precisa que la
persona realice cambios sea de su conducta, pensamientos, actitudes o afectos
que le puedan estar generando inconformidad en su vida.
Los profesionales coinciden en que la psicoterapia debe finalizar en un cambio
positivo y estable en la calidad de vida de persona. Este tipo de tratamiento solo
ha reportado no ser tan efectivo en casos de esquizofrenia o trastorno bipolar,
siendo el tratamiento psicofarmacológico el sustituto de la terapia.

Beneficios de la terapia psicológica


Las personas acuden a un psicólogo por distintos motivos, sin embargo, muchas
otras no se presentan por considerar la asistencia psicológica como algo
innecesario. Mientras quienes acuden a este tipo de atención conocen los factores
positivos que ha traído a su vida, estos son los más comunes:
 Ayuda a la persona a sentirse mejor
 Aporta herramientas para el manejo de conflictos.
 Permite eliminar las creencias limitantes.
 Facilitar una vida en armonía
 Empodera al paciente frente a la vida
 Ayuda que la persona se conozca mejor.

Dependiendo de la necesidad de cada persona, pueden ser estos o muchos más


los beneficios que adquiera en una terapia psicológica.

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