El documental de la película llamada “La mejor película jamás vendida” trata de
como un tipo llamado Morgan Spurlock, comenzó a hacer una película con el objetivo de desenmascarar y mostrar a los especialistas en marketing cómo funciona en la vida real. Para ello, planea venderse como producto, a diferentes marcas de productos, y cuando reciba el dinero, se apunta a reuniones, porque al final será la película. Primero, Morgan consulta con varios periodistas para obtener ideas y estrategias que puedan ser útiles en esta nueva película. También buscó asesoramiento legal para evitar que las franquicias restantes que no aparecen en la película se vieran afectadas, preocupado de una forma u otra por cómo funcionaba el marketing y curioso por saber más. Una cosa muy interesante sobre Morgan es el hecho de que enfrentó varias dificultades y desafíos a lo largo del proyecto; como conseguir clientes y convencer a los representantes de las diferentes marcas, hacer publicidad individual para cada marca, mostrar como se van a posicionar en el mercado, si hay participación de su familia. Por otro lado, nos muestra cómo el marketing vende productos simplemente por imágenes impactantes o apelando a la inteligencia humana, definiendo así la publicidad como el arte de persuadir a los consumidores. La publicidad tiene una gran importancia en el mercado, ya que tiene la capacidad de manipular y controlar a los consumidores al llegar a ellos de diferentes maneras, como se muestra en varias escenas de la película, especialmente cuando un anunciante le enseña a Morgan, porque el cerebro humano produce dopamina, estos son los receptores encargados de crear las sensaciones que captan la atención del consumidor a partir del anuncio visto. En resumen, la publicidad es beneficiosa para el fabricante, para el vendedor, ya que crea alguna ventaja en términos de demanda del producto, pero Morgan ha señalado claramente el otro lado del anuncio, destacando el verdadero objetivo de la publicidad, que es meterse en la mente de los consumidores, para que por un tiempo determinado, puedan vender productos o servicios, pero las empresas no piensan en los efectos negativos que provoca la publicidad, como abrumar a los clientes, opresión frente a ellos y obligaciones de consumo , y por eso mi punto de vista debe cambiar, es decir; la publicidad debe basarse en las ventas, pero antes de persuadir, satisfacer realmente las necesidades del cliente, pensar en su felicidad, beneficio mutuo y crear la relación adecuada entre vendedor y consumidor.