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TEMA 6: EL CALCOLÍTICO EN EL RESTO DE EUROPA

La península ibérica desarrolla una metalurgia independiente y el denominado


fenómeno campaniforme, desarrollado en Centroeuropa; donde entre el 3000 y el 2200
aC encontramos distintos grupos cordados que serían fruto de la penetración de esas
gentes del Mar Egeo, sobre todo de los Yamnaya, hacia la zona de Europa.

1. LOS GRUPOS CORDADOS

Tienen cerámica realizada con impresiones de cuerda sobre todo en la boca y el cuello.
Presentan formas acampanadas y globulosas. Se les denomina los grupos de las
hachas de combate que ya habíamos visto en los Balcanes y en el sureste de Europa,
pero que también van a tomar los grupos de las estepas. Esas hachas de combate
pueden ser de piedras o de metal y son siempre hachas- martillo. Además de las
hachas de combate que a veces son hachas dobles; producen hachas de piedra que se
denominan hachas naviformes.

Estos grupos cordados contarán con la oleada de los pueblos de las estepas y una
oleada de grupos Yamnaya que se extiende por el sur de Rusia hasta el Báltico,
ocupando Dinamarca y el sur de Suecia; y hacia el oeste, ocupando Polonia, Alemania,
Suiza y los Países Bajos. Estos cordados conectan con los grupos del TBK, con los que
intercambian comercialmente en ocasiones y en otras, tienen conflictos.

Economía. Son grupos pastoriles de ovicápridos y de caballos, aunque tienen


desarrollada a pequeña escala la agricultura. El hecho de que la base económica sea la
ganadería explica la necesidad de sus migraciones. Son también guerreros-
comerciantes que intercambian metales y ámbar, así como las hachas de combate, las
hachas naviformes hechas de piedra; y que sobre todo, en el sur de la península
escandinava tienen puñales tallados en sílex que imitan formas metálicas. Estos
mismos instrumentos se encuentran en metal.

Los ritos se centran principalmente en la inhumación. También hay necrópolis de


túmulos dentro de los grupos cordados, aunque existen casos de incineración de fosas
cubiertas.

En resumen, se trata de grupos étnicos que hoy se han identificado con los Yamnaya.
En estas oleadas se incluían más grupos, como los kurganes que surgieron en la estepa
de Europa oriental y que corresponden a grupos de comerciantes y guerreros (que a
veces comerciaban al igual que podían saquear).
2. LA PENÍNSULA IBÉRICA

La Península Ibérica fue otro centro de inmersión independiente en la metalurgia del


cobre. Dicho proceso se ve representado por la cultura de los MILLARES, que
comienza en el neolítico reciente y que abarca todo el calcolítico; momento de mayor
esplendor. Entre el 3800 y el 3500 aC se sitúa su fase neolítica; y entre el 3500 y el 2200
aC su fase calcolítica. Esta cultura se desarrolla en el sur de España, sobre todo los
principales yacimientos que encontramos en la provincia de Almería; donde se
encuentra el principal poblado y la necrópolis.

Economía. Sabemos que en esta zona del sur y el este de la Península Ibérica se
desarrolló una agricultura de regadío, que favoreció la intensificación económica y que
desembocó en el desarrollo de una metalurgia del cobre en un territorio donde los
yacimientos de cobre eran muy abundantes. Había muchos filones en la superficie, que
son los que primero se comienzan a explotar. Se sitúan sobre un espolón amesetado
entre una rambla.

Hábitat. Como muchos otros yacimientos, el poblado de los millares se instala en un


lugar estratégico, fácilmente defendible y que abarca una gran superficie. Este poblado
está amurallado: las murallas forman 4 líneas que se fueron realizando a lo largo del
tiempo, a medida que crecía el poblado y se fueron completando con torres y
bastiones. La muralla más antigua fue la última en ser abandona por sus habitantes y
tiene 6 m de espesor. Los bastiones son torres huecas que tienen, en muchas
ocasiones, huecos o ventanas que dan al exterior, y esos huecos se denominan
saeteras, por ahí se disparaban flechas. También la puerta de acceso tiene un baluarte
o un doble bastión, de forma que, en la puerta de la última muralla, quien quisiera
entrar tenía que pasar entre los bastiones para acceder. En el entorno circundante hay
un arco y una serie de fortines que protegían el poblado principal. Esos fortines se han
clasificado en tres grupos según su complejidad: algunos son torres simples, con una
pequeña barbacana o un pequeño saliente para defender la puerta de entrada; otros
son recintos de tamaño medio que están
reforzados con bastiones; y por último,
fortificaciones más complejas que pueden
tener hasta dos recintos de muralla, que
también tienen bastiones, bien en los
recintos, bien en el exterior. Además,
poseen fosos profundos frente a los
portones.
El hábitat dentro y fuera de los fortines, así como en el recinto amurallado es de planta
circular y tienen los fundamentos (la base) realizados en piedra. Encima de ellas se
realizan paredes con barro y cañizo. Las cubiertas son cónicas de ramas con un hueco
central para la salida del humo revestidas con barro y apoyadas sobre postes de
madera. En su interior suelen contener hogares y elementos de molienda. Algunas de
estas viviendas son talleres metalúrgicos.

La cerámica incluye formas como vasos, fuentes, cazuelas y recipientes de usos


especiales relacionados con el culto. La decoración es siempre incisa, a menudo puede
estar rellena de pasta blanca y son motivos muy típicos las formas que remiten a soles,
ojos u rosetas. En las fases más avanzadas hay cerámica relacionada con el mundo
campaniforme. Existen también formas más toscas destinadas a la cocción.

La cultura material móvil se compone de instrumentos líticos; puntas de flecha, hachas


de piedra, algunos recipientes, ídolos y estatuillas. En hueso encontramos elementos
relacionados con el textil; agujas de hueso, punzones, objetos de adorno, objetos para el
cuidado personal y figuritas antropomórficas.

Existen hornos metalúrgicos y objetos relacionados con el proceso de extracción:


hachas planas, puñales, leznas y punzones. El uso del oro está limitado a cuentas y
anillos. Se han encontrado cuentas realizadas en marfil y huevos de avestruz (relaciones
comerciales con África del sur a través del mar).

Junto al poblado, existe una gran necrópolis. Incluso cuando se construyó la línea de
murallas más exterior, englobó parte de la misma. Los enterramientos son colectivos.
Cada una de esas tumbas está pensada para enterrar a un grupo familiar. Se conocen
unas 80 sepulturas de diferentes tipos. El más importante es el tipo tholoi; se
caracteriza por constar de una cámara circular, cubierta en falsa cúpula, corredor
dividido a través de lajas perforadas y una entrada abierta
denominada vestíbulo, en la cual se encuentra toda una serie de
piezas troncocónicas de piedra que se denominan betilos. Dentro
de estas tumbas hay enterramientos primarios y secundarios.

Aparecen ajuares muy variados que reflejan el estatus social de


los individuos enterrados. Se han podido establecer hasta 4
niveles de riqueza. Entre los ajuares tenemos lo que
denominamos ídolos oculados (de piedra o hueso) que presentan
una suerte de ojos. Se extienden por el sur de la Península Ibérica y
la zona de Extremadura.
De hecho, las influencias de la cultura de los millares se extiende durante el tercer
milenio aC por amplias zonas del levante, Andalucía y Portugal. En Portugal, se
encuentran una serie de poblados también amurallados y que presentan torres o
bastiones; clara relación con la cultura de los Millares.

3. EL FENÓMENO CAMPANIFORME

El fenómeno campaniforme está relacionado con la aparición de recipientes


cerámicos en forma de campana decorados con motivos geométricos realizados con
impresiones de gradinas. Se asocian a nuevos enterramientos en fosa bajo túmulo, en
los que los individuos son inhumados junto a armas, recipientes cerámicos y artefactos
de piel. El fenómeno campaniforme corresponde a la mitad occidental de Europa
desde la República Checa hasta el Atlántico y desde el Mediterráneo hasta el norte de
Europa. La cronología va desde el 2800 al 1800 aC (depende de las regiones, porque no
en todas las regiones comienza y acaba a la vez).

El origen se discute desde su aparición y da origen a muchas teorías. Una de ellas,


propone que es una civilización formada por pastores y buscadores de metal originales
del Próximo Oriente Asiático. Para otros investigadores, su origen se situaría en la
Península Ibérica (Alberto del Castillo). Desde finales de los años 20, autores británicos
observan que la cerámica cordada del Bajo Rin tiene muchos parecidos. Esta idea de
relación entre ambos, se ha mantenido y visto reforzada en la actualidad por los análisis
de ADN.

Hoy en día sabemos que el campaniforme no es una civilización o una cultura. Es un


FENÓMENO: rasgo cultural que aparece en numerosas culturas arqueológicas; afecta
a sociedades y culturas diferentes y que está vinculado al surgimiento de élites
masculinas y guerreras en algunas de estas sociedades. Se vincula igualmente en
muchas ocasiones con un cambio económico en el que cobra preeminencia la
ganadería sobre la agricultura; en el que existen relaciones comerciales a más larga
distancia que durante el neolítico, controladas por esas jefaturas masculinas y guerreras
y vinculadas a la aparición del caballo y la explotación de las ovejas para el tratamiento
de la lana.

Estas nuevas relaciones comerciales controladas por las élites se realizan utilizando los
grandes ríos de Europa y por vía marítima (Bretaña- UK, PT - UK), también hay vías
terrestres. Estas relaciones incluyen contactos y relaciones comerciales pero que
aparecen enmascaradas por relaciones de hospitalidad. Las nuevas élites se
desplazarían entre lugares para realizar intercambios y al llegar a un poblado, serían
recibidos (por las élites locales) con ceremonias de hospitalidad que incluían banquetes
(que ya no son colectivos) en los que se utilizaban los vasos campaniformes para
consumir hidromiel y cerveza. Durante dichas ceremonias se producían los
intercambios comerciales. El huésped entregaba una serie de objetos y recibía otros
como regalo.

Por ello, los vasos campaniformes aparecen en lugares de habitación y en las tumbas
individuales bajo túmulo; donde además de dichos vasos se encontraban armas de
metal (especialmente puñales de espiga), puntas de flecha (con pedúnculo y aletas),
puntas de jabalina -lanzas ligeras- (tipo palmela), botones de hueso con perforaciones
en V, que servían para unir los tejidos de lana. También aparecen brazales de arquero
realizados en piedra; se colocaban en la parte interior de la muñeca de forma que al
disparar, la cuerda no raspaba al arquero. Aparecen también pequeños adornos de oro.

Estos nuevos ajuares vinculados al proceso campaniforme presentan una nueva


ideología más agresiva e individualista. Estas élites han adquirido su poder controlando
diversos recursos (metal, sal, etc.).

Dada la amplia extensión cronológica y geográfica del proceso, sabemos que este
fenómeno adquiere diferentes matices dependiendo de la región en la que se
implantó. En algunos lugares parece que las élites locales son las que acceden al
estatus de jefatura; en otros lugares parece que se trata de recién llegados.

En la Península Ibérica se realizaron distintos análisis de ADN y se confirmó la presencia


de ascendencia yamnaya y kurganes. Según los investigadores, a lo largo de varias
generaciones van sustituyendo a los varones locales. No obstante, la muestra no es
suficientemente amplia en el tiempo o espacio para afirmar tal conclusión.

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