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1.- CONCEPTO
Agente, sujeto activo o autor del delito de secuestro puede ser cualquier persona, el tipo
penal no exige alguna condición especial. Incluso puede ser cometido por un funcionario o
servidor público en ejercicio de sus funciones, así como un representante diplomático ya
sea peruano o extranjero.
Víctima, agraviado o sujeto pasivo del delito de secuestro puede ser cualquier persona,
incluso un recién nacido o un enfermo mental. Esta es la diferencia con el delito de
coacción, en el sentido que en aquel ilícito penal se requiere que el sujeto pasivo tenga
conciencia de su libertad para poder obligarle a realizar lo que la ley no manda o impedirle
algo que la ley no prohíbe; mientras que en el secuestro no se requiere tal conciencia,
pudiendo ser sujeto pasivo del delito cualquier persona que tenga o no conciencia de la
libertad. Esta es la interpretación de la Suprema Corte cuando por la Ejecutoria Suprema
del 10 de abril de 1997, expresa que "en el delito de secuestro agravado por la calidad del
sujeto pasivo (un "menor de edad" que no tenga la capacidad física locomotriz ni psíquica
para autodeterminarse), el injusto culpable se configura porque el agente priva a su víctima
del derecho de mantenerse bajo la órbita, el control y cuidado de quienes tienen el deber y
poder de tenencia respecto a él, como libre ejercicio de las potestades que se producen
dentro de los vínculos de familia, lo cual no implica que los padres del menor sean sujetos
pasibles del delito" (591).
En tal sentido Javier Villa Stein (590), citando a los españoles Agustín Jorge Barreiro Y
José Prats C. (quienes comentan el Código Penal español), afirma que es intensiva la
doctrina que admite que el bien tutelado con el tipo penal del secuestro es la libertad
ambulatoria, es decir, la libertad de locomoción, entendida como la facultad de fijar
libremente, por parte de la persona, su situación espacial.
El original tipo penal que recoge la figura delictiva denominado en forma genérica
como "secuestro", por la evidente alarma social que ocasiona su comisión, ha sido
modificado en varias oportunidades. La última modificación se ha producido por el
Decreto Legislativo Nº 982, publicado en El Peruano, el 22 de julio de 2007 y su fe
de erratas, publicada el 2 de agosto del citado año. La anterior modificación fue
efectuada por imperio de la Ley Nº 28760, del 14 de junio de 2006.
Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de veinte ni mayor de treinta años
el que, sin derecho, motivo ni facultad justificada, priva a otro de su libertad personal,
cualquiera sea el móvil, el propósito, la modalidad o circunstancia o tiempo que el
agraviado sufra la privación o restricción de su libertad.
La pena será no menor de treinta años cuando:
1. Se abusa, corrompe, trata con crueldad o pone en peligro la vida o salud del
agraviado.
2. Se pretexta enfermedad mental inexistente en el agraviado.
3. El agraviado o el agente es funcionario o servidor público.
4. El agraviado es representante diplomático de otro país.
5. El agraviado es secuestrado por sus actividades en el sector privado.
6. El agraviado es pariente, dentro del tercer grado de consanguinidad o segundo de
afinidad, con las personas referidas en los incisos 3, 4 Y 5 precedentes.
7. Tiene por finalidad obligar a un funcionario o servidor público a poner en libertad a
un detenido o a una autoridad a conceder exigencias ilegales.
8. Se comete para obligar al agraviado a incorporarse a una agrupación criminal.
9. Se comete para obtener tejidos somáticos del agraviado.
10. Se causa lesiones leves al agraviado.
11. Es cometido por dos o más personas o se utiliza para la comisión del delito a
menores de edad u otra persona inimputable.
12. El agraviado adolece de enfermedad grave.
13. La víctima se encuentra en estado de gestación.
La misma pena se aplicará al que con la finalidad de contribuir a la comisión del delito de
secuestro, suministra información que haya conocido por razón o con ocasión de sus
funciones, cargo u oficio, o proporciona deliberadamente los medios para la perpetración
del delito.
El comportamiento que exige el tipo simple es el de privar, sin derecho, motivo ni facultad
justificada, a una persona de su libertad ambulatoria, sea cual fue re el móvil o
circunstancia.
Por su parte Roy Freyre (1983), afirma que la materialidad del delito de secuestro consiste
en privar a una persona de la facultad de movilizarse de un lugar a otro, aun cuando se le
deje cierto ámbito de desplazamiento que la víctima no puede físicamente traspasar,
configurando el delito precisamente la existencia de los límites impeditivos. Con la
finalidad de sustentar su concepto, el profesor sanmarquino, cita como ejemplo el hecho
que una persona estará secuestrada en un estadio deportivo cuando no pueda abandonarlo
por haberse cerrado sus puertas con el fin de impedir su salida, no obstante que se le ha
dejado la posibilidad de desplazarse por la cancha y por los diferentes compartimentos del
local.
En ese sentido, Luis Bramont-Arias y García Cantizano (2015), haciendo uso de fraseología
parecida al profesor Roy Freyre señalan que, "el comportamiento consiste en privar a una
persona, sin derecho, de la facultad de movilizarse de un lugar a otro, con independencia
que se deje cierto espacio físico para su desplazamiento, cuyos límites la víctima, no
obstante, no puede traspasar; en este caso se configura el delito, precisamente, por la
existencia de tales límites impeditivos. Estos autores, incluso ponen el mismo ejemplo del
secuestro en un estadio deportivo.
Asimismo, los citados autores, sustentados en argumentos esgrimidos por el penalista Juan
Bustos Ramírez, acertadamente concluyen que lo importante no es la capacidad física de
moverse por parte del sujeto pasivo, sino la de decidir el lugar donde quiere o no estar.
El actuar sin derecho ni motivo o facultad justificada p:ua privar de la libertad ambulatoria
a una persona, constituye un aspecto importante a tener en cuenta para la configuración del
delito de secuestro. En efecto, si se concluye que determinada persona actuó conforme a
derecho o en todo caso, dentro de las facultades que le franquea la ley, el delito no aparece.
Ello ocurre cuando una persona o autoridad detiene a una persona que sorprende en
flagrante delito, o cuando la autoridad detiene a una persona por orden judicial.
Por el contrario, cometerá delito de secuestro aquella persona o funcionario que priva de la
libertad ambulatoria por tiempo determinado, a su víctima, sin tener derecho ni razón
justificable.
La comisión del delito de secuestro puede ser por acción o por omisión impropia. Se
presentará la omisión impropia cuando, por ejemplo, una persona que solicita a su sirviente
lo encierre durante la noche en su habitación porque sufre de sonambulismo. continúa
encerrada a la mañana siguiente al no abrírsele la puerta.
Nada indica el tipo penal del medio o modalidad que puede utilizar el agente para cometer
el secuestro, por lo que se admite cualquier medio de comisión, siendo las más comunes la
violencia, amenaza o el engaño. Salinas Siccha (2015) afirma que las formas de privación
pueden ser muchas, siendo las previsibles las del encierro de la víctima por el tiempo que
sea, aún el muy breve, o su traslado engañoso o violento a lugar distinto del que le
corresponde o quiere estar.
6.1.- Agravantes
El legislador, recogiendo la experiencia social de los múltiples secuestros ocurridos en las
grandes ciudades peruanas, ha previsto, en forma singular, diversas agravantes al hecho
punible simple, las mismas que motivan la imposición de pena más severa al agente. El
Decreto Legislativo Nº 982, del 22 de julio de 2007 ha ampliado la gama de circunstancias
agravantes. Así tenemos:
a.1. El agente abusa, corrompe, trata con crueldad o pone en peligro la vida o salud del
agraviado (inciso 1, artículo 152). Esta circunstancia agravante significa que el secuestro
será calificado cuando el agente, aparte de privar de la libertad ambulatoria al agraviado,
abusa de él, lo corrompe, le trata con crueldad o pone en peligro la vida o su salud.
a.2. El agente pretexta que el agraviado sufre de enfermedad mental (inciso 2, artículo 152).
Se presenta la figura de secuestro agravado cuando el agente priva de la libertad
ambulatoria a su víctima, con el pretexto que aquel sufre de enfermedad mental que en la
realidad no padece. El profesor Salinas (2019) indica que la gravedad del hecho resulta del
medio -falsedad en el dato- empleado por el agente. El atribuirle a la víctima un
padecimiento mental que no tiene, resulta alevoso.
Sin duda esta circunstancia es muy común en nuestra realidad, pues siempre de por medio
están motivaciones económicas. Ocurre, por ejemplo, cuando los hijos, con el propósito de
disfrutar de la fortuna económica de su padre, con el auxilio de un psiquiatra, le internan en
un manicomio, alegando que sufre serias alteraciones mentales.
a.3. Causa lesiones leves al agraviado (inciso 10, artículo 152). La agravante aparece
cuando el agente, con ocasión del secuestro, ya sea con la finalidad de vencer la resistencia
natural de la víctima o para lograr su finalidad, produce en el agraviado lesiones leves. Se
entiende que para que una lesión sea catalogada como leve debe ser de la magnitud que
establece en forma clara el artículo 122 del Código Penal.
a.4. El agente suministra información que haya conocido por razón o con ocasión de sus
funciones, cargo u oficio con la finalidad de contribuir en la comisión del delito de
secuestro (Tercer párrafo del artículo 152). Aquí se trata de un cómplice primario, esto es,
el agente presta su ayuda de manera primordial, sin la cual no sería posible la comisión del
secuestro y por ello consideramos que resulta adecuado el haberlo separado de las
agravantes del secuestro para ubicarlo en párrafo aparte del tipo penal 152.
a.5. El agente proporciona deliberadamente los medios para la perpetración del secuestro
(Tercer párrafo del artículo 152). Aquí también estamos ante una complicidad primaria. El
agente presta los medios materiales indispensables a los autores para la comisión real del
secuestro; sin la ayuda del cooperador, hubiese sido imposible la realización de dicho
delito. Por ejemplo, ocurre cuando el agente presta su vehículo y sus armas a los
secuestradores, quienes no cuentan con tales medios, para privar de libertad a determinada
persona.
b.3. El agraviado es secuestrado por sus actividades en el sector privado (inciso 5, artículo
152). La agravante fue introducida con la modificación del tipo penal mediante el Decreto
Legislativo Nº 896, el mismo que tuvo como correlato social, el incremento de secuestros al
paso de empresarios exitosos ocurrido en las grandes ciudades del Perú.
b.5. El agraviado adolece de enfermedad grave (inciso 12, artículo 152). La circunstancia
agravante se configura cuando la acción de secuestro se dirige contra una persona que se
encuentra sufriendo de enfermedad grave, ya sea de tipo mental o físico. Resulta clara que
la enfermedad no debe haberlo contraído durante la comisión del secuestro, sino en un
momento anterior.
b.6. La víctima se encuentra en estado de gestación (inciso 13, artículo 152). La agravante
aparece cuando la víctima-mujer del secuestro se encuentra en estado de gestación, es decir,
esperando que se produzca el nacimiento de un nuevo ser que lleva en su vientre. Ya hemos
indicado al analizar la figura del aborto, que una mujer se encuentra en estado de embarazo
desde el momento mismo que se produce la anidación del nuevo ser en el útero de la madre
hasta que se inician los intensos dolores que evidencian el inminente nacimiento.
b.7. Si el agraviado es menor de edad (cuarto párrafo del artículo 152). Esta agravante se
presenta cuando el agente dirige su conducta sobre un menor de dieciocho años.
b.8. Si el agraviado es mayor de setenta (cuarto párrafo del artículo 152). Esta agravante,
antes de la modificatoria introducida por la Ley Nº 28760, presentaba un serio problema: se
preveía que se producía el secuestro agravado cuando la conducta se dirigía sobre un
anciano.
b.9. Si el agraviado es discapacitado. Tipificado en el cuarto párrafo del artículo 152 del
Código Penal por disposición primero de la Ley N° 28760, de junio de 2006 y ahora por el
Decreto Legislativo N° 982. Se configura cuando el agente secuestra o priva de su libertad
ambulatoria a una persona que sufre de incapacidad física, mental o sensorial, con la
finalidad de hacer que personas estrechamente vinculadas a ella le entreguen cualquier
ventaja indebida a cambio de dejarlo libre.
c.2. El agente tiene por finalidad obligar a una autoridad a conceder exigencias ilegales
(inciso 7, artículo 152).
c.3. El agente busca obligar al agraviado a incorporarse a una agrupación criminal (inciso 8,
artículo 152).
c.4. El agente busca obtener tejidos somáticos de la víctima, sin grave daño físico o mental
(inciso 9, artículo 152).
d. Por el resultado
d.2. Cuando el agraviado muere durante el secuestro o a consecuencia de dicho acto (último
parte del artículo 152).
e.1. Se utiliza a menores de edad para cometer el secuestro (inciso 11, artículo 152). La
agravante se configura cuando el agente o agentes utilizan, en la comisión del secuestro, a
personas menores de 18 años de edad.
e.2. Se utiliza un inimputable para cometer el secuestro (inciso 11, artículo 152). La
circunstancia agravante se presenta cuando el o los agentes, para cometer el delito de
secuestro, utilizan o hacen participar a una persona inimputable.
d.1. El secuestro es cometido por dos o más personas (inciso 11, artículo 152). La agravante
se configura cuando el secuestro se realiza por el concurso de dos o más personas que se
reúnen ocasionalmente para ello. No es una agrupación delictiva cuya característica es su
permanencia en el tiempo, sino que aquí la agravante se configura cuando dos o más
personas se juntan en forma ocasional para realizar un secuestro.
De la propia redacción del tipo penal que recoge el supuesto básico del injusto penal
denominado secuestro y sus agravantes, se trata de un delito netamente doloso. El agente
actúa con conocimiento y voluntad de privar o restringir la libertad ambulatoria de su
víctima, esto es, afectar su libertad.
8.- PENALIDAD
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Roy Freyre, Luis (1983). Derecho peruano (tomos II y III). Lima: Instituto de
Ciencias Penales. Lima.
Salinas, R. (2019. Derecho penal. Parte especial (sexta edición, dos volúmenes).
Lima: Grijley - Iustitia.