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QQ:.HH:.TODOS
A:.L:.G:.D:.G:.A:.D..U:.
Desarrollo.
El Origen de la Leyenda:
Según el Q:.H:. Eduardo Phillips, “No hay ninguna relación
entre el episodio que vive Hiram (de la leyenda masónica del 3º grado) y el personaje
Hiram que figura en la Biblia en Crómicas y reyes, pues, de acuerdo con lo que dice la
historia judea bíblica, “Hiram no era cantero ni albañil, sino que Artífice Metalúrgico”.
Además, el Q.. H:. Gould de la Logia Quator Coronatis, en las antiguas constituciones,
de 15 menciones o referencias al personaje bíblico, solo en una aparece el nombre de
Hiram, con que lo menciona la biblia, en todas las demás menciones aparece con el
nombre der Ayman, Aynon, etc. Este detalle hace pensar al H:. Phillips, que en esto no
ha habido sino un aprovechamiento de la traducción fonética de la palabra IMAN, que
en Ingles se pronuncia AYMAN, nombre que se le da al jefe de una secta islámica, por
el parecido fonético entre AYMAN e HIRAM, llega a la conclusión que este
aprovechamiento, esta especie de transposición, se haya escogido por motivos
religiosos que coincidieron con el propósito de reafirmar en Inglaterra el concepto
operativo de la masonería dentro del concepto luterano.
Para comprender la relación entre la masonería Inglesa y los árabes es preciso
destacar la importancia que tenía para este país el contacto con la cultura Islámica, la
cual estriba en que gracias a esta cultura pudo incorporar Inglaterra a su patrimonio
mucho antes del renacimiento (como también lo hicieron los cataros en su tiempo), el
acervo filosófico y científico de la cultura clásica, sin contar su caracterizado
empirismo, de neta procedencia árabe. El H:. Gould en su historia de la Masonería
Inglesa, menciona la existencia de dos manuscritos árabes, del siglo XIV, es decir en la
misma época del Manuscrito Regio (1390), manuscritos que revelarían la existencia
entre los árabes de signos masónico y palabras de pase.
Cuando nuestra Augusta Orden se transformó de operativa en especulativa,
existían solamente los Grados de Aprendiz y Compañero, pues, solamente en el año
1738 en la segunda constitución se incorporó el Grado de Maestro.
En esta tarea de elevación personal y colectiva implica tener en cuenta que; Hiram
es el Gran Iniciado y sus legendarias acciones, son sublimes acreedoras de imitación.
Jubelás, Jubelós y Jubelón encarnan la malvada Trinidad de Ignorancia, fanatismo
y Ambición, pero la conciencia nunca duerme ni absuelve con facilidad, por lo tanto, es
recomendable “Erigir templos a la virtud y cavar sepulcros a los vicios”, nuevas
prescripciones fluyen del dramático tercer grado y de sus múltiples y sabias
enseñanzas. El progreso es hijo del dolor y, por ende, todo sacrificio es factible y tiene
que aceptarse en esta obra redentora de la humanidad, porque La Acacia se sustenta
de la cal de los huesos y de los elementos esenciales del cadáver del Maestro Hiram. La
Acacia es para todo maestro masón planta animada, símbolo de la Madre Naturaleza y
de lo eterno. Incorruptible y siempre verde, reemplaza entre nosotros al Mirto y al
laurel de los clásicos. En el sistema místico de la Masonería, simboliza La Inmortalidad
del Alma, dado que se le conoce blanca y luminosa, ubicada sobre la oscura y negra
tumba de Hiram. De allí que el verdadero maestro masón, le interesa develar los
Misterios de la Vida y la Muerte, le incumbe llevar a cabo empresas de bien universal,
aun cuando el realizarlos le sea penoso y difícil pues sabe que todo bienhechor de la
humanidad, descubridores, reformadores, redentores, filósofos, etc. Han tenido,
tienen y tendrán inevitable calvario y probable crucifixión, y no han estado, no están ni
estarán exentos de calumnias, injusticias, humillaciones y soledades. Esto pasa a nivel
planetario, en grande y pequeña escala, inclusive y es lamentable al interior de
nuestras propias Logias, por carencia de superación individual que indudablemente
afecta y nos define a todos.
La tarea más importante de nuestra Augusta Orden es; la de lograr que los hombres
sean Libres, Iguales y Fraternales, y en la maestría esta tarea es de índole
impostergable, dentro y fuera de nuestros talleres. Según la preciosa y hermosa
leyenda hiramica, el estableció un orden entre sus obreros, digno de ser repetido e
imitado en todos nuestros templos, la Logia debe trabajar movido por el espíritu del
maestro masón, tanto como la docencia, es deber y obligación de la maestría.
Conclusiones:
La leyenda hirámica, núcleo y esencia de la maestría Masónica, nos
enseña a ser verdaderos maestros iniciados en el Arte real, en cuyos pechos y en cada
primavera, deberá florecer nuestra mística Acacia, cubriéndonos con su albo manto de
valores y virtudes en nuestro paso por la vida, para que más tarde, cuando la propia
muerte nos envuelva en su negra túnica, ella la Acacia, perfume los recuerdos de
quienes nos conocieron y conjugaron sus vidas con la nuestra, haciendo de la
Fraternidad (EGREGOR FUNDAMENTAL DE NUESTRA LOGIA) el fundamento y principio
de todo Verbo.
SALUD_FUERZA _ UNIÓN