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• MÚSCULO GENIHIOIDEO

El músculo genihioideo pasa por encima del músculo milohioideo junto con la línea media.
Su origen está en la espina mentoniana de la cara posterior de la sínfisis de la mandíbula, y
se inserta en la cara anterior del hueso hioides. Cuando la mandíbula está fija, dirige el
hueso hioides hacia adelante y arriba; cuando el hueso hioides está fijo, es depresor de la
mandíbula.
• MÚSCULOS TENSOR DEL TÍMPANO Y TENSOR DEL VELO DEL PALADAR
Los músculos tensor del tímpano, tensor del velo del paladar y elevador del velo del paladar
pueden tener importancia clínica por los síntomas auditivos subjetivos relacionados con
alteraciones temporomandibulares y musculares (T M D ). Estos músculos están inervados
por el nervio trigémino y, por tanto, pueden responder a informaciones ascendentes
procedentes de las articulaciones, la piel y los músculos.
La limitación de la abertura y la dificultad al bostezar en la ATM y en los TM D puede
conducir a síntomas otológicos como pérdida subjetiva de audición y sensación de oído
«tapado». De esta manera, el dolor en el interior o alrededor de las articulaciones y de los
músculos puede influir en los músculos otomandibulares a través de interneuronas del área
trigeminal y puede ser el responsable de la aparición de tinnitus en casos de impedimento
de la abertura por alteraciones de la ATM y de los músculos.
• MÚSCULOS DE LA CABEZA Y CUELLO
Los músculos de la cabeza y del cuello tienen interés en odontología por sus relaciones
potenciales con la oclusión y la ATM y sus músculos, así como en los dolores de cabeza por
contractura muscular. El protagonismo de los músculos del epicráneo en las cefaleas
tensionales todavía no está suficientemente aclarado.
El músculo esternocleidomastoideo se afecta con frecuencia en pacientes con alteraciones
musculares de la ATM y puede sufrir un espasmo al apretar las arcadas. La actividad del
músculo orbicular de los labios y del músculo buccinador es de suma importancia para el
buen funcionamiento de las dentaduras completas. El séptimo par (VII) inerva todos los
músculos de la expresión facial.

MOVIMIENTOS MANDIBULARES Y ACTIVIDAD MUSCULAR


Los movimientos mandibulares durante el funcionamiento normal y durante la parafunción
(p. ej., bruxismo) siguen patrones neuromusculares complejos que se originan en parte en
un patrón generador localizado en el tallo cerebral, modificado por influencias de los centros
superiores, a saber, el córtex cerebral y los ganglios basales, y por influencias periféricas (p.
ej., periodonto, músculos y demás). Sin embargo, la descripción detallada de estos
movimientos excede los objetivos de esta obra. Preferiblemente nos referiremos a la
actividad muscular que se observa por electromiografía en los movimientos de abertura,
cierre, protrusión, retrusión y lateralidades.

• MOVIMIENTO DE ABERTURA
Durante la abertura de la boca se activan los músculos digástrico, milohioideo y genihioideo,
en mayor o menor grado según la resistencia. Cuando la boca se abre al máximo
lentamente no se produce ninguna actividad en los músculos maseteros y temporales,
aunque se puede apreciar alguna actividad en el pterigoideo medial. Cuando la mandíbula
se abre con resistencia, los músculos temporales permanecen silentes. En la abertura, los
pterigoideos externos muestran una actividad inicial y sostenida. En el descenso forzado, el
músculo digástrico se activa al mismo tiempo que el músculo pterigoideo externo.
Generalmente, la actividad del vientre anterior del digástrico sigue a la del pterigoideo
externo.

• MOVIMIENTO DE CIERRE
Cuando la mandíbula se eleva lentamente, sin contacto dental, no existe actividad en
ninguna porción del músculo temporal. La elevación sin contacto ni resistencia se lleva a
cabo por la contracción del masetero y del pterigoideo medial. Los músculos temporales,
maseteros y pterigoideos mediales se activan cuando la elevación se hace con resistencia.
Los músculos suprahioideos actúan como contradictor de los músculos elevadores. El cierre
en máxima intercuspidación (oclusión céntrica) puede activar los músculos faciales y del
cuello.

• RETRUSIÓN
La retrusión voluntaria de la mandíbula con la boca cerrada se lleva a cabo por el espasmo
de las fibras posteriores del músculo temporal y por los músculos suprahioideos e
infrahioideos. La retracción de la mandíbula desde la posición protrusiva y sin contacto
oclusal se realiza por la contracción de las fibras medias y posteriores de los músculos
temporales. En el deslizamiento de los dientes, desde la oclusión céntrica a la relación
céntrica, puede aparecer una ligera actividad en los suprahioideos, separándose
ligeramente la arcada.

• PROTRUSIÓN
La protrusión de la mandíbula sin contactos oclusales se debe a la contracción de los
músculos pterigoideos laterales y mediales, así como de los maseteros. La protrusión contra
resistencia se realiza por la contracción del grupo de músculos pterigoideos laterales y
mediales, de los maseteros y de los suprahioideos. La protrusión con los dientes en
oclusión se consigue por la contracción de los músculos pterigoideos y maseteros, con una
ligera actividad en los músculos suprahioideos. En la abertura y protrusión combinadas hay
una actividad manifiesta en los músculos pterigoideos mediales, en los maseteros y a veces
en las fibras anteriores de los músculos temporales.

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