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Elasticidad
Estos apuntes han sido preparados con el objetivo de introducir los conceptos
más relevantes de la teoría tridimensional de la elasticidad lineal a alumnos de grado
de las carreras de Ingeniería Civil e Ingeniería Mecánica. Entre los conocimientos
previos necesarios para una lectura provechosa de estos apuntes están: los incluidos
en los cursos básicos de cálculo de nivel universitario, especialmente aquellos sobre
diferenciación e integración de funciones de una y varias variables; los incluidos
en cursos de álgebra lineal, en particular sobre las transformaciones lineales en
espacios vectoriales de dimensión finita; y los incluidos en cursos básicos de física,
siendo particularmente importante tener una buena comprensión de la mecánica
newtoniana de sistemas de partículas. También puede ser útil para el alumno haber
realizado un primer curso de resistencia de materiales, y por lo tanto tener algún
conocimiento previo sobre fuerzas y tensiones internas, así como de deformaciones
de cuerpos continuos. Esto último sin embargo no es absolutamente necesario. Con
el objetivo de que puedan servir de repaso o referencia, al final de los apuntes se
incluye un anexo que contiene una lista de las definiciones y resultados matemáticos
más utilizados.
Los apuntes están divididos en cuatro grandes partes: en una primera parte se
considera un problema muy simple, en el cual una barra compuesta por un mate-
rial elástico lineal se deforma bajo la acción de cargas externas que actúan en la
dirección del eje de la misma. Si bien es un problema muy sencillo—es habitual-
mente el primer problema considerado en libros de resistencia de materiales—sirve
perfectamente para introducir muchos de los conceptos claves de la teoría completa
tridimensional sin incurrir en complicaciones matemáticas: los conceptos de ten-
sión, desplazamiento, deformación y las relaciones experimentales o teóricas entre
esas magnitudes que conducen al planteo del problema de elasticidad lineal. Tam-
bién es introducida una versión unidimensional del teorema del trabajo virtual, el
cual es utilizado en la formulación débil (también llamada variacional) del problema
de elasticidad lineal. Esta formulación se resuelve empleando el método numérico
más utilizado en la solución de problemas prácticos en ingeniería: el método de los
elementos finitos, el cual es brevemente descrito en esta primera parte.
La segunda parte es dedicada enteramente a la descripción del modelo mate-
mático del problema tridimensional. Los conceptos de tensión, desplazamiento y
deformación introducidos en la primera parte son revisados y extendidos a este ca-
so. En forma más detallada se presentan las expresiones de equilibrio, la relación
entre los desplazamientos y las deformaciones y las expresiones del comportamien-
to constitutivo del material, incluyendo algunas de las teorías más utilizadas para
describir los límites del comportamiento elástico. Por lo tanto esta segunda par-
te recorre el mismo camino que la primera parte, pero en forma más minuciosa y
siempre enfocada en el problema tridimensional, lo que implica que cada breve sec-
4
Capítulo 2: Equilibrio
Capítulo 3: Cinemática
I Introducción a la Elasticidad 1
1 Elasticidad unidimensional 3
1.1 Ensayo de tracción uniaxial . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
1.2 Tensiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
1.3 Deformaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
1.4 Ecuación constitutiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
1.4.1 Ecuación constitutiva de la barra termoelástica . . . . . . . 10
1.5 Problema de elasticidad lineal unidimensional . . . . . . . . . . 11
1.5.1 Ecuación de Navier . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
1.5.2 Analogía de Duhamel. . . . . . . . . . . . . . . . . 13
1.5.3 Primer teorema del trabajo virtual . . . . . . . . . . . . 14
1.5.4 Formulación débil en desplazamientos . . . . . . . . . . 15
1.6 Método de los elementos finitos. . . . . . . . . . . . . . . . 17
1.6.1 Método de Galerkin . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
1.6.2 Discretización de elementos finitos. . . . . . . . . . . . 19
1.6.3 Solución de reticulados espaciales. . . . . . . . . . . . 30
II Elasticidad tridimensional 37
2 Equilibrio 39
2.1 Sistemas de partículas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
2.2 Equilibrio en cuerpos continuos . . . . . . . . . . . . . . . . 41
2.3 Existencia del tensor de tensiones . . . . . . . . . . . . . . . 42
2.4 Ecuaciones puntuales de equilibrio . . . . . . . . . . . . . . 48
2.5 Consecuencias de la simetría del tensor de tensiones . . . . . . . 52
2.5.1 Círculo de Mohr . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
2.5.2 Tricírculo de Mohr . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
2.6 Estado membranal de tensiones . . . . . . . . . . . . . . . 58
2.6.1 Cilindro sin tapas . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
2.6.2 Cilindro con tapas . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
2.6.3 Esfera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
8 Índice general
3 Cinemática 65
3.1 Función deformación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66
3.2 Función desplazamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70
3.3 Pequeñas deformaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72
3.3.1 Tensores de deformaciones y de rotaciones infinitesimales . . 73
3.3.2 Simetría del tensor de deformaciones infinitesimales . . . . . 76
3.3.3 Ecuaciones de compatibilidad . . . . . . . . . . . . . 78
3.3.4 Medida experimental de la deformación . . . . . . . . . . 80
4 Comportamiento material 83
4.1 Ecuación constitutiva para materiales sólidos lineales . . . . . . . 83
4.1.1 Material sólido hiperelástico lineal . . . . . . . . . . . . 84
4.2 Material sólido hiperelástico lineal isótropo . . . . . . . . . . . 86
4.2.1 Obtención de la densidad de energía de deformación . . . . 86
4.2.2 Ecuación constitutiva . . . . . . . . . . . . . . . . . 88
4.2.3 Propiedades del tensor elástico . . . . . . . . . . . . . 88
4.2.4 Módulo volumétrico y módulo transversal . . . . . . . . . 89
4.2.5 Módulo de Young y coeficiente de Poisson . . . . . . . . . 92
4.2.6 Ecuación constitutiva del material termoelástico isótropo . . . 93
4.3 Límites del comportamiento elástico . . . . . . . . . . . . . . 95
4.3.1 Criterio de Rankine . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
4.3.2 Criterios para materiales dúctiles . . . . . . . . . . . . 98
4.3.3 Criterios para materiales granulares . . . . . . . . . . . 104
Bibliografía 267
Parte I
Introducción a la Elasticidad
Capítulo 1
Elasticidad unidimensional
En este capítulo consideraremos uno de los problemas más simples que exis-
ten entre aquellos involucran un cuerpo sólido deformable. Se trata de una barra
recta compuesta de un material sólido puesta en tensión según la dirección axial.
Por barra entendemos una pieza de geometría alargada en una dirección, que pue-
de ser descrita por una cierta directriz unidimensional y un conjunto de secciones
transversales, es decir, un conjunto de figuras bidimensionales que resultan de la
intersección de la barra con planos normales a la directriz. En este capítulo conside-
raremos que la directriz de la barra es recta y es además compuesta por el conjunto
de los baricentros de las secciones transversales. En algunos casos llamaremos eje
de la barra a la directriz recta, y a la dirección del eje le llamaremos dirección axial.
En las secciones siguientes introduciremos varios conceptos útiles en el estu-
dio de problemas de sólidos deformables, comenzando por una breve descripción
del comportamiento mecánico de algunos materiales. Veremos que el ensayo de
tracción uniaxial puede ser utilizado para caracterizar el comportamiento mecánico
de los materiales sólidos. La descripción de este ensayo nos servirá para introdu-
cir los conceptos de tensión, deformación y las características del comportamiento
constitutivo elástico. Luego nos concentraremos en los sólidos elásticos con com-
portamiento constitutivo lineal e iremos presentando la descripción matemática del
problema unidimensional de elasticidad lineal. En una primera instancia veremos
la descripción clásica del problema, y luego introduciremos su formulación débil.
Para obtener soluciones numéricas introduciremos el método de los elementos fi-
nitos. El capítulo finaliza con una descripción del método de los elementos finitos
aplicado a la solución de problemas que involucran sistemas de barras rectas arti-
culadas, conocidos como estructuras reticuladas, que estarán sometidos a la acción
de un conjunto de fuerzas externas.
Hierro fundido
Aluminio
d0
`0
F
Figura 1.1: Ensayo de tracción uniaxial, dispositivo y curvas típicas.
σ
(4)
σrot
(3)
σfl (2)
σle
(1)
≈ 0,001 ≈ 0,1–0,2 ε
Figura 1.2: Curva del ensayo de tracción uniaxial del acero común: (1) régimen
elástico, (2) régimen elastoplástico, (3) régimen elastoplástico con endurecimiento,
(4) estricción.
σ = Eε ,
Note que la expresión anterior es igual al área debajo de la curva ε-σ. En el régimen
elástico la energía aportada por la prensa es almacenada en la probeta en forma de
energía de deformación elástica.
Por su parte, la tenacidad coincide con el área debajo de la curva ε-σ hasta el
momento de la rotura. Por lo tanto, un material que presenta un área que duplique
el área de otro material será el doble de tenaz, y requerirá el doble de energía pa-
ra producirle la rotura, por lo que será percibido en la práctica como mucho más
difícil de romper, inclusive aunque su tensión de rotura pueda ser menor. Así, un
material dúctil es usualmente mucho más tenaz que un material frágil, por presentar
este último una deformación de rotura pequeña al carecer de régimen elastoplástico.
Por esta razón es que los materiales frágiles, aún de tensiones de rotura elevadas,
se pueden romper con cierta facilidad aplicándoles cargas de impacto, mientras que
los materiales dúctiles de tensión de rotura elevada nos resultan en la práctica im-
posibles de romper sin el uso de herramientas poderosas. La ductilidad y tenacidad
de um material son propiedades muy importantes de los materiales usados en inge-
niería, y normalmente son especificadas explícitamente en las normas técnicas.
En resumen, ya hemos visto que los materiales pueden ser dúctiles o frágiles, de
acuerdo a si presenta o no el régimen elastoplástico. Esta distinción es uno de los as-
pectos cualitativos más importantes en relación al comportamiento resistente de los
materiales usados en ingeniería. Entre los aspectos cuantitativos más importantes
en relación al comportamiento resistente se encuentran el módulo de Young E, la
tensión de fluencia σ f l , la tensión de rotura σrot junto con la deformación de rotura
asociada, y la tenacidad del material.
Hasta ahora hemos descrito el comportamiento del material en un ensayo de
tracción uniaxial. Otro ensayo muy utilizado para evaluar las propiedades de los
materiales es el ensayo de compresión uniaxial, en donde en vez de aplicar una
fuerza de tracción se aplica sobre la probeta una fuerza de compresión. Algunos
8 1. Elasticidad unidimensional
1.2. Tensiones
En esta sección consideraremos una barra, de secciones transversales con di-
mensiones mucho menores que la longitud de la misma, sometida a la acción de
fuerzas externas dirigidas según la dirección axial. Consideraremos que en el ins-
tante analizado la barra está en equilibrio y en reposo. Cada sección transversal de
la barra puede ser identificada por el valor de una cierta coordenada x que crece a
lo largo del eje de la barra y que adopta valores en el intervalo abierto I = (xi , x f ),
como es mostrado en la Figura 1.3.
ex x
xi xa xb xf
Figura 1.3: Geometría de la barra.
Supondremos que las fuerzas actuantes sobre una parte D de la barra limitada
por las secciones transversales de coordenadas xa y xb son de dos tipos:
Fuerzas de volumen: son fuerzas que actúan sobre las partículas del interior
de la barra y cuya resultante es dada por:
Z xb
RD = b(x)e x dx , (1.3)
xa
donde b es la fuerza por unidad de longitud que actúa sobre las partículas del
interior de la barra.
Fuerzas de superficie: son fuerzas que actúan sobre las partículas de las sec-
ciones transversales xa y xb de D. Supondremos que la fuerza de superficie
transmitida por la parte derecha de la sección x de la barra sobre la parte iz-
quierda es dada por la expresión N(x)e x = σ(x)A(x)e x donde N es llamada
fuerza axial o fuerza directa, σ es la tensión de ingeniería y A es el área de
la sección transversal. Consideraremos el caso en que el área A de la sección
transversal varía levemente a lo largo de la barra. Grandes variaciones del
área A o variaciones repentinas no serán consideradas aquí, puesto que para
ese caso es necesaria la utilización de la teoría general de la elasticidad tridi-
mensional. Haciendo uso del principio de acción y reacción, la resultante de
las fuerzas de superficie es:
∂ x N(xb ) + b(xb ) = 0 .
∂ x N(x) + b(x) = 0 ∀x ∈ I .
1.3. Deformaciones
Como vimos en el ensayo de tracción, la presencia de tensiones en la barra pro-
duce deformaciones que pueden ser medidas. La diferencia principal con el ensayo
de tracción es que en el caso general la fuerza directa en las secciones de la barra
no es constante, sino que es dada por una función N que adopta valores diferentes a
lo largo de la barra. Por esta razón la deformación de ingeniería también dependerá
de la sección considerada. Asumiremos que la sección transversal de la barra que
en la configuración indeformada es dada por la coordenada x, en la configuración
deformada es dada por el valor x0 :
x0 = x + u(x) ,
εθ = αθ .
Note que esta expresión implica que un cuerpo libre sometido a una variación de
temperatura θ sufre una deformación proporcional a la variación de temperatura,
siendo α un valor real positivo que depende del material y que es conocido como
coeficiente de dilatación térmica.
Veamos cómo queda la ecuación constitutiva para la barra termoelástica. En
el caso general en que las propriedades materiales y la variación de temperatura
dependan de la sección x tenemos:
N(x)
ε(x) = + α(x)θ(x) .
E(x)A(x)
Si despejamos la fuerza directa utilizando la ecuación anterior, obtenemos la ecua-
ción constitutiva de la barra termoelástica:
û b F
u : I¯ → R ¯ R) , y u ∈ C 2 (I, R) ,
con u ∈ C 0 (I,
ε : I¯ → R con ε ∈ C 0 (I,
¯ R) , y ε ∈ C 1 (I, R) ,
N : I¯ → R con N ∈ C (I, R) , y N ∈ C 1 (I, R) ,
0 ¯
1. Equilibrio:
∂x N + b = 0 en I ,
¯ R).
con b ∈ C 0 (I,
2. Relación desplazamiento-deformación:
ε = ∂x u en I .
3. Ecuación constitutiva:
N = EAε − αEAθ en I ,
con E, A, α, θ ∈ C 1 (I,
¯ R).
4. Condiciones de contorno:
Cinemática: u(xi ) = û ,
Mecánica: N(x f ) = F .
Note que las condiciones de contorno anteriores son válidas para el problema de
la Figura 1.4, y deben ser modificadas si se tienen otras configuraciones de apoyos.
En el problema de elasticidad lineal, el intervalo I = (xi , x f ) es considerado conoci-
do, al igual que las propiedades materiales α y E y el área A, que no necesariamente
consideraremos constantes, la función b y los valores û, y F.
N = EAε − αEAθ en I .
Note que esta relación es válida el caso en que las propiedades materiales E y α
y el área A varíen levemente a lo largo de la barra. Sustituyendo ε por su valor en
función del desplazamiento u tenemos:
N = EA∂ x u − αEAθ en I .
∂ x (EA∂ x u − αEAθ) + b = 0 en I .
En el caso usual en que los valores de las propiedades materiales y del área
transversal sean constantes tenemos:
EA∂2xx u − αEA∂ x θ + b = 0 en I .
u(x) = C1 x + C2 .
N m = EAε , N θ = −αEAθ .
bθ = b + ∂ x N θ , F θ = F − N θ (x f ) ,
∂ x N m + bθ = 0 , N m (x f ) = F θ .
Teorema 1.5 (Primer teorema del trabajo virtual) Considere el problema de elas-
ticidad lineal de la Figura 1.4. Sea N la fuerza directa en equilibrio con el campo
de fuerzas de volumen b y la fuerza externa F, y w un desplazamiento que vale
cero en el apoyo y cuya deformación asociada es εw , es decir:
∂ x N + b = 0 en I , y N(x f ) = F ,
εw = ∂ x w en I , y w(xi ) = 0 .
Entonces se cumple:
Z xf Z xf
Nεw dx = bw dx + Fw(x f ) . (1.5)
xi xi
Note que la tesis del teorema, es decir, la ecuación (1.5), resulta fácilmente de la
expresión anterior y de utilizar las otras tres ecuaciones válidas por hipótesis para
la fuerza directa N y el desplazamiento w.
N F
εu F/(EA)
u F`/(EA)
` 2` x
clásica del problema de elasticidad lineal tal como ha sido planteado, ni tampoco
satisface la ecuación de Navier, aunque sí es candidata a ser la solución de la
formulación débil.
es simétrico:
a(u, w) = a(w, u) ,
y es definido positivo en W (para esto asuma que E y A son dadas por funciones
¯ y que las funciones de W son continuas con derivadas
continuas y positivas en I,
¯
continuas por partes en I):
a(w, w) > 0 ∀w ∈ W ,
a(w, w) > 0 ∀w ∈ W , con w , 0 .
U 0 = {u0 + α1 w1 + α2 w2 + . . . + αn wn : α1 , . . . , αn ∈ R} ,
W0 = { β1 w1 + β2 w2 + . . . + βn wn : β1 , . . . , βn ∈ R} .
a(u, w) = `(w) ∀w ∈ W0 .
β> Kα = β> F ∀β ∈ Rn ,
Kα = F . (1.6)
Lema 1.8 La matriz K es positiva, es decir, β> Kβ > 0 para todo β ∈ Rn . Si ade-
más el funcional bilineal a es definido positivo en W y las funciones w1 , w2 ,. . . ,
wn son linealmente independientes, entonces la matriz K es definida positiva, es
decir β> Kβ > 0 para todo β , 0.
Demostración. Note que β> Kβ = a(e, e) > 0 por ser a positivo en W. Veamos que
el producto β> Kβ es nulo solamente si β = 0. Si β> Kβ = 0, entonces a(e, e) = 0.
Por ser a definido positivo en W, entonces debe ser e = β1 w1 +β2 w2 +. . .+βn wn = 0.
Como la combinación lineal de las funciones linealmente independientes w1 , w2 ,. . . ,
wn es nula, entonces cada uno de los coeficientes es nulo, y por lo tanto β = 0.
Observación 1.9 Si se cumplen las hipótesis del lema anterior, entonces la ma-
triz K es simétrica y definida positiva. En ese caso la matriz K es invertible, y el
sistema lineal (1.6) tiene solución única. Por lo tanto, bajo las hipótesis del lema
anterior, la solución de Galerkin u ∈ U 0 es única. Por otra parte, en el Capítu-
lo 8 demostraremos la siguiente propiedad de la solución de Galerkin: en cierto
sentido la solución de Galerkin es la función en U 0 que más se aproxima a la so-
lución exacta del problema. En particular, el método de Galerkin proporcionará
la solución exacta cuando la misma esté en U 0 .
Las incógnitas del problema tienen un significado físico evidente: son los
desplazamientos de los nodos del problema.
20 1. Elasticidad unidimensional
U2 U3 U4
u
U1
N̂1 xi xf x
1
N̂2
1
N̂3
1
N̂4
1
tenemos:
U 0 = {N̂U : U ∈ Rn } ,
W0 = {N̂W : W ∈ Rn } .
Además, definiendo
B̂ = ∂ x N̂1 ∂ x N̂2 . . . ∂ x N̂n ,
o también:
Z ! Z !
W >
B̂ EAB̂ dx U = W
> >
N̂ b dx + W> (Re1 + Fen ) ∀W ∈ Rn ,
>
I I
tenemos:
K̂U = F̂ + R e1 + F en .
Note que este sistema lineal no lo podemos resolver porque desconocemos el va-
lor R de la reacción del apoyo. Por otra parte, la matriz K̂ es singular, ya que para
un conjunto nulo de fuerzas externas sabemos que el vector U admite cualquier
desplazamiento rígido como solución del sistema lineal. El procedimiento que em-
plearemos para determinar la solución consiste en utilizar primero la condición de
contorno U1 = û, resolver el sistema lineal dado por las líneas 2 a 4 del sistema
anterior y utilizar la primera línea para obtener posteriormente la reacción R. Por lo
tanto, el sistema que debemos resolver es el siguiente:
K22 K23 K24 U2 F2 0 K21 û
K32 K33 K34 U3 = F3 + 0 − K31 û .
K42 K43 K44 U4 F4 F K41 û
U2e
u
U1e
Re1 Re2
x1e Ie x2e
N1 N2
1 1
Para obtener la ecuación del elemento supondremos conocidas las fuerzas Re1 y
Re2 existentes en el extremo izquierdo x1e y en el extremo derecho x2e del elemen-
to, vea la Figura 1.6. El teorema del trabajo virtual aplicado al elemento resulta
entonces en:
Z Z
EAεu εw dx = bw dx + Re1 w(x1e ) + Re2 w(x2e ) ∀w ∈ We0 ,
Ie Ie
donde los espacios Ue0 y We0 del elemento son definidos como:
tenemos:
u = NUe , εu = BUe ,
w = NWe , εw = BWe .
Con estas notaciones, el teorema del trabajo virtual puede escribirse como:
Z Z e
!
e > R1
(W ) B EABU dx =
e > > e
(W ) N b dx + (W )
e > >
e ∀We ∈ R2 .
Ie Ie R 2
Ke Ue = Fe + Re ,
Ejercicio 1.11 Muestre que en el elemento lineal de la Figura 1.6 las fuerzas
nodales equivalentes F1e y F2e tienen la misma magnitud que las fuerzas puntuales
que realizarían el mismo trabajo virtual que las fuerzas distribuidas dadas por b
para cualquier desplazamiento virtual de W0 . Utilizando este resultado, halle el
valor de las fuerzas nodales equivalentes a una fuerza puntual aplicada sobre una
sección transversal de coordenada x y muestre que ambas fuerzas nodales son
expresiones lineales de x.
Ejercicio 1.12 Suponga que el elemento lineal de la Figura 1.6 tiene longitud
`= − x2e Para simplificar, considere que el eje x es tal que x1e = 0 y x2e = `.
x1e .
Halle la expresión matemática de las funciones de interpolación N1 y N2 . Muestre
que si se cargara una viga simplemente apoyada con una fuerza vertical de valor
b entonces los valores de las reacciones en los apoyos coincidirían exactamente
con los valores de las fuerzas nodales equivalentes del elemento lineal. Utilice
este resultado para calcular las fuerzas nodales equivalentes a una fuerza puntual
aplicada en la sección x y compare con los valores obtenidos en el Ejercicio 1.11.
El primer paso para obtener el sistema de ecuaciones del método de los elemen-
tos finitos es ensamblar las ecuaciones de los elementos. Por ejemplo, si conside-
ramos la discretización de tres elementos de la Figura 1.5 tenemos las siguientes
ecuaciones de elementos:
1 2
1 1
1 1
1 K11 K12 U1 F1 R1
K 1 K 1 = 1 + 1 ,
2 21 22
U2 F2 R2
2 3
2 2
2 2
2 K11 K12 U2 F1 R1
K 2 K 2 = 2 + 2 ,
3 21 22
U3 F2 R2
1.6. Método de los elementos finitos 25
3 4
3 3
3 3
3 K11 K12 U3 F1 R1
= + ,
4 K 3 K 3 U4 F 3 R3
21 22 2 2
Al igual que antes, este sistema lineal no puede ser resuelto pues no han sido
impuestas las condiciones de contorno U1 = û y R32 = F. La primera línea del
sistema de ecuaciones servirá para encontrar el valor de la reacción R = R11 mientras
que las tres líneas siguientes definen el sistema lineal del método de los elementos
finitos:
K22 + K11 0 U2 F21 + F12 −K21
1 2 2 1
K12 û
K 2
21 K 2
22 + K 3
K 3 U3 = F 2 + F 3 + 0 .
11 12 2 1
3 3 3
0 K21 K22 U4 F2 F
Elemento isoparamétrico
Todavía nos falta determinar un modo sencillo de calcular las integrales defini-
das sobre los elementos. Veamos el caso del elemento lineal. Como muestra la Figu-
ra 1.7, podemos utilizar un el cambio de variable que lleva el intervalo I0 = [−1, 1]
en el intervalo Ie = [x1e , x1e ] correspondiente al elemento número e. Este cambio de
variable será útil para realizar todas las integrales en el mismo intervalo [−1, 1].
En el caso del elemento isoparamétrico definimos el cambio de variable utilizando
las mismas funciones de interpolación N1 y N2 que utilizamos para aproximar los
desplazamientos. Para el caso del elemento lineal, estas funciones cumplen:
N1 (−1) = 1 , N1 (1) = 0 ,
N2 (−1) = 0 , N2 (1) = 1 .
x1e x2e x
x̂ η̂
−1 0 1 η
Figura 1.7: Transformación de coordenadas en el elemento lineal.
Por ser utilizadas también para representar la geometría del elemento, las fun-
ciones N1 y N2 son también llamadas funciones de forma. Un simple cálculo muestra
que las mismas son dadas por:
1 1
N1 (η) = (1 − η) , N2 (η) = (1 + η) .
2 2
Las derivadas de la función x̂ (Jacobiana del cambio de variable) y de su inversa
η̂ serán importantes a la hora de calcular integrales y derivadas sobre el elemento
1.6. Método de los elementos finitos 27
J = ∂η x̂ , J−1 = ∂ x η̂ .
Por lo general J se calcula derivando las funciones de forma, mientras que J−1 se
calcula invirtiendo el valor J. Veamos entonces el cálculo de J. Las derivadas de la
función x̂ son dadas por:
∂η x̂ = ∂η N1 x1e + ∂η N2 x2e ,
!
x1e
⇒ J = ∂η x̂ = ∂η N e , con ∂η N = ∂η N1 ∂η N2 .
x2
N1 (x) = N1 (η̂(x)) ,
N2 (x) = N2 (η̂(x)) ,
∂ x Ni = ∂η Ni ∂ x η̂ ,
⇒ ∂ x N = ∂ x N1e ∂ x N2e = ∂η N1 ∂η N2 ∂ x η̂ ,
⇒ ∂ x N = J−1 ∂η N .
Veamos un resumen de todos estos cálculos para el caso del elemento cuadráti-
co. El procedimiento para calcular las matrices de rigidez y los vectores de fuerzas
nodales de los elementos es el siguiente:
28 1. Elasticidad unidimensional
∂ x N = J−1 ∂η N , B = ∂x N .
` 2 1 e
! !
EA 1 −1
K =e
, F =e
b ,
` −1 1 6 1 2
donde ` = x2e − x1e . Utilizando el resultado anterior y la analogía de Duhamel,
muestre que para una variación de temperatura lineal θ = Nθe , Ke y Fe son dados
por:
αEA −1 −1 e
! !
EA 1 −1
K =
e
, F =e
θ .
` −1 1 2 1 1
Los elementos de tipo C0 son los que conducen a espacios U 0 compuestos por
funciones continuas pero no diferenciables en todo el dominio, como por ejemplo
es el caso del elemento lineal, vea la Figura 1.5.
Ya hemos mencionado que podemos utilizar funciones de forma lineales o cua-
dráticas y, en general, podemos utilizar funciones de forma polinómicas de grado n.
Para este caso, las condiciones que pediremos que cumplan las funciones de forma
son las siguientes:
1, i = j,
(
Ni (η j ) =
0, i , j,
Note que Lin (η j ) = 0 para todo j , i. Sin embargo Lin (ηi ) es distinto de 1, y por lo
tanto el polinomio debe ser normalizado. Para eso definimos los polinomios:
Lin (η)
`in (η) = n .
Li (ηi )
Integración numérica
donde los valores ηi son conocidos como puntos de Gauss-Legendre y los valores
wi son conocidos como pesos de Gauss-Legendre.
Una característica importante del método es que la cuadratura de Gauss-Legen-
dre de orden q integra exactamente cualquier polinomio de orden 2q − 1, y por esa
razón el número de puntos utilizado es escogido de acuerdo al orden de los poli-
nomios de interpolación del elemento. El método de Gauss-Legendre no es exacto
en el caso en que la función que se está integrando no sea polinómica, pero tiene la
ventaja de garantizar el mínimo error posible para un número fijo q de evaluaciones
de la función. Algunos valores de los puntos y pesos de Gauss-Legendre son dados
en el Cuadro 1.1.
ε u = ∂ s ut ,
1.6. Método de los elementos finitos 31
q ηi wi grado
1 0,0 2,0 1
2 ±0,5773502692 1,0 3
3 ±0,7745966692 0,5555555556 5
0,0 0,8888888889
4 ±0,8611363116 0,3399810436 7
±0,3399810436 0,6521451549
5 ±0,9061798459 0,2369268851 9
±0,5384693101 0,4786286705
0,0 0,5688888889
6 ±0,9324695142 0,1713244924 11
±0,6612093865 0,3607615730
±0,2386191861 0,4679139346
donde s es el parámetro de longitud de la barra, que para el caso del elemento lineal
es dado por:
`
s = η.
2
Note que hemos supuesto que la componente del desplazamiento normal a la direc-
ción t no produce deformación alguna.
En el caso del elemento lineal, el campo de desplazamiento en el interior del
elemento es interpolado en la forma:
e
U
! ! 1xe
ux N 0 N2 0 U1y
= 1 e
uy 0 N1 0 N2 U2x
e
U2y
= NUe ,
32 1. Elasticidad unidimensional
e
U2y s
t
e
2 U2x
e
U1y
e
1 U1x
−1 1 η
Figura 1.10: Elemento lineal de barra.
e e e e
donde U1x , U1y , U2x y U2y son los valores nodales del desplazamiento mostrados en
la Figura 1.10. Por lo tanto la componente ut = t · u se calcula como:
ux !
ut = t x ty
uy
= t x N1 ty N1 t x N2 ty N2 Ue .
La deformación εu puede calcularse en la forma:
εu = ∂ s ut = ∂η ut ∂ s η
2
= t x ∂η N1 ty ∂η N1 t x ∂η N2 ty ∂η N2 Ue
`
= BUe .
Exactamente como hicimos con el elemento de barra unidimensional, aplicando
el teorema del trabajo virtual llegamos a la ecuación del elemento:
Ke Ue = Fe + Re ,
>
donde Re = R1x R1y R2x R2y , mientras que la matriz de rigidez del elemento y el
vector de fuerzas nodales son:
Z Z
K =
e
J0 B EAB dη , F =
> e
J0 N> b dη ,
I0 I0
Largo ` y vector t:
Determinante Jacobiano:
`
J0 = .
2
Matriz B:
2
B= t x ∂η N1 ty ∂η N1 tz ∂η N1 t x ∂η N2 ty ∂η N2 tz ∂η N2 .
`
Lectura de datos:
Cálculo de reacciones.
Un poco de historia
Se suele atribuir a Robert Hooke (1635-1703) la relación lineal σ = Eε entre la
tensión nominal y la deformación unitaria. En realidad Hooke propuso la relación
lineal F = k∆` que existe entre la fuerza aplicada a un resorte y su variación de lon-
gitud. Esto no es sorprendente puesto que Hooke era un gran científico y prolífico
inventor de dispositivos mecánicos, muchos de ellos que implicaban el uso de resor-
tes, por ejemplo Hooke es considerado el inventor del reloj mecánico más utilizado,
el cual es basado en un sistema de escape que utiliza un volante regulador y un re-
sorte espiral. El procedimiento por el cual Hooke dio a conocer su descubrimiento
evidencia algunas características de la ciencia de la época: si bien la importancia
1.6. Método de los elementos finitos 35
práctica de las matemáticas y las ciencias naturales era reconocida, era frecuente
que descubrimientos y teoremas fueran utilizados con el fin de entretener tanto a los
profesionales de academias de ciencias como a aficionados de las clases altas de la
sociedad. Así, en 1676 propone su ley como ejercicio, dando como pista el anagra-
ma ceiiinosssttuv de la frase en latín ut tensio sic vis, es decir, como la extensión, así
la fuerza. Al revelar el anagrama, Hooke indica que la ley la conocía desde 1660.
La ley σ = Eε fue probablemente utilizada por Jakob Bernoulli (1654-1705)
y luego explícitamente indicada por Leonard Euler (1707-1783), siendo Giordano
Riccati (1709-1790) quien hizo las primeras medidas experimentales. Más tarde
Thomas Young (1773-1829) la hizo popular al publicarla en un artículo en 1807,
con la suerte de que hasta el día de hoy el más conocido módulo de elasticidad es
nombrado en su honor.
36 1. Elasticidad unidimensional
Parte II
Elasticidad tridimensional
Capítulo 2
Equilibrio
misma por el exterior al sistema de partículas, la fuerza ejercida sobre la misma por
la partícula j, la masa y la velocidad de la misma, entonces la segunda y tercera
leyes de Newton pueden expresarse respectivamente como:
X
Fi + Fi j = ∂t (mi vi ) ∀i ∈ {1, . . . , N} , (2.1)
j,i
Note que la colinealidad de las fuerzas mutuas con la recta que une las partículas
ha sido expresada utilizando el producto vectorial. Esto es, dos vectores v y w en
V3 son colineales si existe α ∈ R tal que se cumple v = αw o w = αv, pero esto
ocurre si y solo si v × w = 0.
El ejercicio siguiente plantea un conjunto de ecuaciones matemáticamente equi-
valente con (2.1) y (2.2) y que como tal puede ser utilizado en vez de (2.1) y (2.2)
en el estudio de la dinámica del sistema de partículas.
H
∂H
∂Ω
MH =
O
r(P) × b(P) dv ,
H
42 2. Equilibrio
Fuerzas de superficie: son fuerzas que actúan solamente sobre las partículas
de H cercanas a la superficie ∂H. Su origen son las fuerzas de acción a muy
corta distancia, ejercidas por las partículas de Ω localizadas en el exterior
de H y cercanas a ∂H. Supondremos que la fuerza resultante y el momento
respecto de un punto O ejercidos sobre ∂H son dados por:
Z
R∂H = f∂H (P) da ,
∂H
Z
M∂H =
O
r(P) × f∂H (P) da ,
∂H
RH + R∂H = 0 ∀H ⊂ Ω ,
MO + MO = 0 ∀O ∈ E .
(2.7)
H ∂H 3
n
H2
H1
Lema 2.6 (Lema de localización) Sea el cuerpo D(ε) compacto y conexo de-
pendiente del parámetro ε > 0 (vea la Figura 2.3). Supongamos se cumple
P ∈ D(ε) ∀ε, y además el diámetro de D(ε) tiende a cero con ε, es decir
lı́mε→0 diam(D(ε)) = 0. Entonces, para cualquier función continua g se cumple:
Z
1
g(P) = lı́m g(Q) dv .
ε→0 vol(D(ε)) D(ε)
Demostración. Por el teorema del valor medio del cálculo integral sabemos que
existe ξ(ε) ∈ D(ε) tal que:
Z
1
g(ξ(ε)) = g(Q) dv .
vol(D(ε)) D(ε)
D(ε)
P
f(P, n)
n
−n
P
f(P, −n)
Σ Γ1
Γ2 n
P
Σ1
Σ2 h
Lema 2.8 (Lema de las áreas) Sea el tetraedro V de la Figura 2.6, donde la
normal n = n1 e1 + n2 e2 + n3 e3 . Sea A el área de la cara de normal saliente n,
y A1 , A2 y A3 las áreas de las caras de normal saliente − sig(n1 )e1 , − sig(n2 )e2 y
− sig(n3 )e3 respectivamente. Entonces se cumple:
Por lo tanto:
An = A1 sig(n1 )e1 + A2 sig(n2 )e2 + A3 sig(n3 )e3 .
Haciendo el producto escalar por e j tenemos:
An j = A j sig(n j ) ⇒ A|n j | = A j ,
lo cual prueba el lema.
Lin = {L : V3 → V3 : L es lineal} .
e3
V
n
A
A1
A2 e2
A3
e1
Figura 2.6: Lema de las áreas.
f(P, n) = T(P)n .
Para el tercero, usando el lema de las áreas y el lema de acción y reacción tenemos:
R R
A
f(Q, − sig(n )e
i i ) da A
f(Q, − sig(ni )ei ) da
lı́m i = lı́m i |ni |
h→0 A h→0 A|ni |
= f(P, − sig(ni )ei )|ni | = −f(P, ei )ni .
e3
Ah
vol(V) =
V 3
n
A
h e2
e1
Figura 2.7: Tetraedro V.
T 33
T 13 T 23
e3
e2 T 32
P T 22
e1 T 31
T 11 T 21 T 12
∂1 v1 ∂2 v1 ∂3 v1
∂1 v3 ∂2 v3 ∂3 v3
(∇ · L) · v = ∇ · (L> v) ∀ v ∈ V3 fijo,
∇ · (L> v) = (∇ · L) · v + L : ∇v ,
∇ · T(P) + b(P) = 0 ,
T> (P) = T(P) (T(P) ∈ Sim) ,
Podemos ahora tomar un cuerpo H(ε) con P ∈ H(ε) ∀ ε y tal que el diámetro de
H(ε) tiende a cero cuando ε → 0. Por el lema de localización:
b + ∇ · T dv
R
H(ε)
lı́m = b(P) + ∇ · T(P) = 0 , (2.14)
ε→0 vol(H(ε))
lo que demuestra la primera parte del enunciado directo. La segunda ecuación de
equilibrio es:
Z Z
r × b dv + r × Tn da = 0 .
H ∂H
Podemos proceder de forma análoga al caso anterior y multiplicar la segunda in-
tegral por un vector fijo w. Recordando la regla del producto mixto: a · (b × c) =
c · (a × b) = b · (c × a), y el teorema de la divergencia de Gauss, tenemos:
Z Z Z
w· r × Tn da = w · [r × Tn] da = Tn · [w × r] da
∂H ∂H ∂H
Z Z
= n · T [w × r] da =
>
∇ · (T> [w × r]) dv ∀w ∈ V3 .
∂H H
Usando ahora los resultados de los Ejercicios 2.16 y 2.18 y la regla del producto
mixto, tenemos:
Z Z
w· r × Tn da = (∇ · T) · [w × r] + T : ∇(w × r) dv
∂H H
Z
= w · [r × (∇ · T)] + T : W dv ∀w ∈ V3 ,
H
donde W es el tensor antisimétrico correspondiente a w. Observando que T : W =
w · t, donde t = (T 32 − T 23 )e1 + (T 13 − T 31 )e2 + (T 21 − T 12 )e3 , la ecuación anterior
puede expresarse como:
Z Z
w· r × Tn da = w · r × (∇ · T) + t dv ∀w ∈ V3 .
∂H H
Entonces:
Z Z
r × Tn da = r × (∇ · T) + t dv .
∂H H
Sustituyendo este resultado en la ecuación de momento, tenemos:
Z
r × (b + ∇ · T) + t dv = 0 ,
H
con lo cual, utilizando ahora el lema de localización, tenemos:
r × (b + ∇ · T) + t dv
R
H(ε)
lı́m = r(P) × [b(P) + ∇ · T(P)] + t(P) = 0 . (2.15)
ε→0 vol(H(ε))
Utilizando la primera ecuación puntual, se tiene t(P) = 0 en todo punto, y por lo
tanto el tensor de tensiones T(P) debe ser simétrico en todo punto. La demostración
del recíproco es dejada como ejercicio.
52 2. Equilibrio
0 τ 0
[T] = τ 0 0 .
0 0 0
d2 y d3 que cumplen:
Tdi = σi di , 1 6 i 6 3.
Los valores reales σ1 , σ2 y σ3 son llamados tensiones principales del tensor de ten-
siones y son las raíces del polinomio característico de T. El polinomio característico
expresado en la variable λ es:
donde I1 , I2 e I3 son los invariantes del tensor de tensiones, que son dados por:
I1 (T) = T 11 + T 22 + T 33 = tr(T) ,
T 22 T 23 T 11 T 13 T 11 T 12 1 h i
I2 (T) = + + = tr(T)2 − tr(T2 ) ,
T 23 T 33 T 13 T 33 T 12 T 22 2
I3 (T) = det(T) .
I1 (T) = σ1 + σ2 + σ3 ,
I2 (T) = σ1 σ2 + σ1 σ3 + σ2 σ3 ,
I3 (T) = σ1 σ2 σ3 .
Ejercicio 2.22 Un estado de corte puro es un estado tensional dado por un tensor
cuya matriz en alguna base de V3 tiene diagonal principal nula. Muestre que un
estado tensional de tensor T es de corte puro si y solo si I1 (T) = 0.
f
fτ
fσ
P n
fσ = (f(P, n) · n)n ,
fτ = f(P, n) − fσ .
n = cos(θ)d1 + sin(θ)d2 ,
t = sin(θ)d1 − cos(θ)d2 .
d2
n
θ d1
f = cos(θ)σ1 d1 + sin(θ)σ2 d2 .
La Figura 2.12 muestra la construcción usual del círculo de Mohr. Para un punto
(σ, τ) en el círculo de Mohr, los ángulos directores α1 y α2 son los formados por el
vector n y las direcciones principales d1 y d2 respectivamente.
τ
(σ, τ)
α1
α2
r12
θ 2θ
σ2 σm12 σ1 σ
Ejercicio 2.23 Un cierto conjunto de cargas somete una placa elástica a un es-
tado plano de tensiones (Te3 = 0), de forma tal que en un punto P interior a
la placa se obtiene un estado tensional como el mostrado en la Figura (a). Otro
conjunto de cargas genera en el mismo punto un estado representado en la Figu-
ra (b). Muestre que si actúan los estados de cargas de (a) y (b) simultáneamente,
entonces el estado tensional resultante en P es de corte simple, y determine la
orientación y el valor de la tensión rasante correspondiente.
56 2. Equilibrio
e2 40 MPa
e1 30 °
40 MPa
(a) (b)
σ = f(P, n) · n ,
τ = kfτ k .
d3
n3
α3
n
d2
d1
Corolario 2.24 (Máximas tensiones normal y rasante) Los valores máximo y mí-
nimo de la tensión normal y el valor máximo de la tensión rasante son:
r13
r12
r23
n σ3 σm23 σ2 σm13 σm12 σ1 σ
α1
σ3 σ2 σm12 σ1 σ
α2
σ3 σm23 σ2 σm13 σ1 σ
Como veremos en los capítulos siguientes, por lo general las ecuaciones de equi-
librio no son suficientes para determinar el campo de tensiones en un cuerpo sólido.
Como excepciones podemos citar el caso de las estructuras reticuladas o pórticos
isostáticos y el caso de los estados membranales de tensiones que veremos en esta
sección.
Una membrana es un cuerpo bidimensional, que no soporta cargas que le pro-
voquen flexión o compresión. Una tela, por ejemplo, cuando sometida a cargas ex-
ternas se deforma hasta alcanzar una configuración donde es posible el equilibrio.
2.6. Estado membranal de tensiones 59
α1
σ3 σm23 σ2 σ1 σ
Sea, por ejemplo, una cáscara cilíndrica sometida a presión interna p como es
mostrado en la Figura 2.18. Como aproximación consideraremos que la fuerza de
la presión interna se distribuye en el espesor como si se tratase de una fuerza de
60 2. Equilibrio
e b = b er
p b = p/e
R b
p
σϕϕ σϕϕ
Figura 2.18: Cilindro con presión interna.
Sobre una superficie de normal er tenemos Ter = 0, mientras que sobre una super-
ficie de normal eϕ tenemos Teϕ = σϕϕ eϕ . Consideraremos también que el vector
tensión correspondiente a un plano transversal es nulo. Por lo tanto tenemos:
Ter = 0 ⇒ T rr = T rϕ = T rz = 0 ,
Teϕ = σϕϕ eϕ ⇒ T rϕ = T ϕz = 0 , T ϕϕ = σϕϕ ,
Tez = 0 ⇒ T rz = T ϕz = T zz = 0 .
Entonces, la matriz del tensor de tensiones es:
0 0 0
[T] = 0 σϕϕ 0 .
0 0 0
Ejercicio 2.25 Exprese todas las razones físicas y geométricas por las cuales
las componentes no diagonales del tensor de tensiones son nulas. Muestre el
resultado σϕϕ = pR/e planteando el equilibrio de una parte del cilindro.
Ejercicio 2.26 Muestre que se obtiene el mismo resultado para σϕϕ si en vez
de la aproximación de la Figura (2.18) se admite que T rr = σr no es cero pero
cumple |σr | << |σϕϕ | y es aproximadamente lineal en el espesor de la cáscara.
Utilizando la ecuación puntual de equilibrio obtenemos σϕϕ , que resulta ser igual
que en el caso del cilindro sin tapas, y además obtenemos σzz , que resulta indepen-
diente de la coordenada z:
pR
σϕϕ = , ∂z σzz = 0 .
e
Planteando el equilibrio de la parte inferior del cilindro mostrado en la Figu-
ra 2.19 obtenemos:
pR
πR2 p = 2πReσzz ⇒ σzz = .
2e
2.6.3. Esfera
Sea, por ejemplo, una cáscara esférica sometida a presión interna como la mos-
trada en la Figura 2.20. Al igual que en el caso del cilindro consideraremos que las
componentes del tensor de tensiones son constantes en el espesor de la cáscara y
62 2. Equilibrio
σzz σzz
Sobre una superficie de normal er tenemos Ter = 0, sobre una superficie de normal
eθ el vector tensión será Teθ = σθθ eθ , y sobre una superficie de normal eϕ será
Teϕ = σϕϕ eϕ , con σθθ = σϕϕ = constante por la simetría del problema. Por lo tanto
tenemos:
Ter = 0 ⇒ T rr = T rθ = T rϕ = 0 ,
Teθ = σθθ eθ ⇒ T rθ = T θϕ = 0 , T θθ = σθθ ,
Teϕ = σϕϕ eϕ ⇒ T rϕ = T θϕ = 0 , T ϕϕ = σϕϕ .
Por lo tanto ∇ · T = −R−1 (σθθ + σϕϕ )er , y considerando σθθ = σϕϕ = constante por
simetría, la ecuación puntual de equilibrio proporciona:
p σθθ + σϕϕ pR
− =0 ⇒ σθθ = σϕϕ = .
e R 2e
Ejercicio 2.27 Exprese todas las razones físicas y geométricas por las cuales las
componentes no diagonales del tensor de tensiones son nulas y además se cumple
σθθ = σϕϕ = constante. Muestre el resultado σθθ = σϕϕ = pR/(2e) planteando el
equilibrio de una parte de la esfera.
Ejercicio 2.28 Demuestre que σθθ = σϕϕ = constante sin apelar a consideracio-
nes de simetría, es decir, utilizando solamente la ecuación puntual de equilibrio.
64 2. Equilibrio
Capítulo 3
Cinemática
`0 ∆`
`
1 `2 − `02 1 2
Deformación de Lagrange: E = = (λ − 1).
2 `02 2
|ε| << 1 ,
|∆`| << `0 λ = 1 + ε ≈ 1,
⇒
E ≈ ε.
66 3. Cinemática
P0 = ϕ(P) ∀P ∈ Ω ,
∂1 ϕ1 ∂2 ϕ1 ∂3 ϕ1
∂1 ϕ3 ∂2 ϕ3 ∂3 ϕ3
Ω Ω0
P P0
ϕ
Ω Ω0
P ≡ P(s0 ) P0
ϕ
Ω Ω0
d1 t1
d2 θ t2
P P0
1 1 1
E(d) = (λ(d)2 − 1) = (d · Cd − 1) = d · (C − I)d = d · Ed .
2 2 2
Finalmente, utilizando la fórmula que expresa el coseno entre dos vectores tenemos:
El Teorema 3.5 nos permite además reconocer el significado físico de las com-
ponentes de las matrices de los tensores de deformaciones de Green y de Lagrange.
Las componentes de la diagonal estarán relacionadas con el estiramiento y la defor-
mación de Lagrange según las direcciones de los vectores de la base:
u(P) = P0 − P = ϕ(P) − P .
∂1 u1 ∂2 u1 ∂3 u1
∂1 u3 ∂2 u3 ∂3 u3
H = F − I.
3.2. Función desplazamiento 71
Q0 ≈ Q00 + Hh .
Q00
Hh
Q Q0
h P0
u(P)
P
C = F> F = (I + H)> (I + H)
= I + H + H> + H> H .
1
E = (C − I)
2
1
= (H + H> + H> H) .
2
72 3. Cinemática
ϕ
Ω Ω0
t1
d1 θ t2
d2 γ
P P0
H = D + W,
donde D ∈ Sim y W ∈ Asm. Es fácil ver que esta descomposición es única y está
dada por las siguientes expresiones:
1 1
D= H + H> , W= H − H> .
2 2
Para el caso de pequeñas deformaciones es interesante interpretar geométrica-
mente estos tensores. Sabemos que el tensor de Lagrange es:
1
E = (H + H> + H> H) ,
2
y como kH> Hk es un infinitésimo de mayor orden que kHk, en el caso kHk << 1
será válida la aproximación:
D ≈ E.
d · Dd ≈ d · Ed = E(d) ≈ ε(d) ∀d ,
1
d1 · Dd2 ≈ d1 · Ed2 ≈ γ(d1 , d2 ) ∀d1 , d2 con d1 · d2 = 0 .
2
Esto significa que podemos interpretar las componentes diagonales de la matriz de
D en la forma:
Esta interpretación justifica la notación utilizada por algunos autores para denomi-
nar las componentes de D:
ε11 1
γ 1
γ
2 12 2 13
[D] = 12 γ12 ε22 1
γ .
2 23
γ γ ε33
1 1
2 13 2 23
Q0 ≈ Q00 + w × h .
r α
θ Q00 w×h Q0
P0 h
Figura 3.7: Deformación producida por el tensor W.
3.3. Pequeñas deformaciones 75
Ejemplos de deformaciones
∂1 u1 1
(∂2 u1 + ∂1 u2 ) 1
(∂3 u1 + ∂1 u3 )
2 2
[D] = 2 (∂1 u2 + ∂2 u1 ) ∂2 u2 (∂3 u2 + ∂2 u3 ) .
1 1
2
(∂1 u3 + ∂3 u1 ) (∂2 u3 + ∂3 u2 ) ∂3 u3
1 1
2 2
Estiramiento uniaxial:
Dilatación uniforme:
Deformación cortante:
0 γ 0 1
γ
0 2
0
u(P) = γ(r · e2 )e1 ⇒ [∇u] = 0 0 0 ⇒ [D] = 12 γ 0 0 .
0 0 0 0 0 0
Ejercicio 3.9 Para los ejemplos anteriores, calcule las deformaciones unitarias
exactas según las direcciones de la base utilizando el tensor de Lagrange E. Com-
pare los resultados con los valores de la diagonal de la matriz del tensor D.
76 3. Cinemática
e2
e1 e1
O O O
ε1 0 0
0 0 ε3
lo cual significa que los ángulos formados por las direcciones principales perma-
necen rectos en la configuración deformada, y un pequeño cubo de lados alineados
con las direcciones propias sufre una deformación muy simple que consiste en un
estiramiento λi = 1 + εi sobre cada dirección principal. Esto es representado en la
Figura 3.9.
ϕ
Ω Ω0
σ = d · Td , ε = d · Dd ,
τ = t · Td , 1
2
γ = t · Dd ,
donde t es el vector que resulta de girar d un ángulo recto en sentido horario como
vimos en la Sección 2.5.1. Para el caso del tricírculo de Mohr, tenemos:
σ = d · Td , ε = d · Dd ,
τ = máx t · Td , 1
2
γ = máx t · Dd .
ktk=1 ktk=1
t·d=0 t·d=0
Tensiones Deformaciones
T D
σ ε
τ 1
2
γ
d1 , d2 , d3 h1 , h2 , h3
σ1 , σ2 , σ3 ε1 , ε2 , ε3
78 3. Cinemática
v1 = ∂1 f , v2 = ∂2 f , v3 = ∂3 f .
∂2 v1 = ∂1 v2 , ∂3 v1 = ∂1 v3 , ∂3 v2 = ∂2 v3 ,
Ejercicio 3.12 Muestre que en una base cartesiana la columna “i” de la matriz
[∇ × L] contiene las coordenadas del rotacional del campo vectorial dado por las
coordenadas de la fila “i” de la matriz [L]. Muestre que se cumple:
tr(∇ × L) = 2(∇ · w) ,
∇ × W = (∇ · w)I − ∇w .
Note que el campo tensorial simétrico D podrá ser un campo de tensores de de-
formaciones infinitesimales, siempre y cuando exista un campo de desplazamientos
u y un campo tensorial antisimétrico W tal que:
∇u = D + W . (3.4)
a) ∇ × (∇u) = 0, y ∇ · (∇ × u) = 0.
b) ∇ × u = 2w.
c) ∇ × D = ∇w, y ∇ × (∇ × D) = 0.
e2
εb
εc
εa
θc θb
θa
e2
Figura 3.11: Esquema de extensómetro en roseta.
Comportamiento material
T = C(D) ,
Corolario 4.1 El material sólido elástico lineal de Cauchy es elástico: Las ten-
siones y deformaciones se corresponden biunívocamente. Si las cargas que pro-
dujeron la deformación se retiran, entonces el cuerpo recupera la forma original.
donde C es una curva cualquiera en el conjunto Sim de los tensores simétricos que
parte desde el origen 0 y llega al tensor de deformaciones infinitesimales D que
caracteriza el estado de deformaciones alcanzado.
Lema 4.2 El trabajo externo medido por unidad de volumen realizado por fuer-
zas variables sobre un cuerpo elástico de Cauchy H en un proceso quasiestático
es igual al resultado de la integral (4.2).
Finalmente, note que la integral interior de la expresión final anterior coincide exac-
tamente con (4.2) cuando la misma es calculada utilizando el parámetro t.
Note que la única dificultad que podría surgir para que un material sólido elás-
tico de Cauchy no sea hiperelástico es que la integral (4.2) no sea independiente
del camino C y por lo tanto no defina correctamente una energía. El lema siguiente
plantea las condiciones necesarias y suficientes para que Ψ sí exista.
Ejercicio 4.4 Demuestre el Lema 4.3. En una primera etapa asuma que existe
Ψ que cumple (4.1) y (4.2). Note que (4.6) es consecuencia directa de (4.2).
Integrando en la curva C : D(t) = tD, con t ∈ [0, 1], muestre (4.5) y con ello (4.4).
Calcule Ψ(D1 + D2 ) integrando en una curva que va primero desde 0 a D1 y luego
de D1 a D1 + D2 . Calcule lo mismo integrando en una curva que va primero desde
0 a D2 y luego de D2 a D1 + D2 . Muestre entonces que se cumple (4.3). En una
segunda etapa asuma que se cumplen (4.3) y (4.4). Demuestre que la función Ψ
dada por (4.5) cumple (4.1) y (4.6), con lo cual Ψ cumple (4.2).
1
I1 (D) = I : D , I2 (D) = [I12 (D) − D : D] .
2
Por lo cual tenemos:
1
Ψ(D) = [(2α + β) tr(D)2 − βD : D]
2
1
= [λ tr(D)2 + 2µD : D] ,
2
donde hemos llamado λ = (2α + β) y µ = −β/2.
Para calcular el gradiente de Ψ utilizaremos el siguiente lema:
Lema 4.5 Sean las funciones φ1 (D) = tr(D)2 y φ2 (D) = D : D. Entonces, los
gradientes de I1 , φ1 y φ2 son:
I1 (D + H) = I : D + I : H
= I1 (D) + I : H .
φ1 (D + H) = tr(D + H)2
= tr(D)2 + 2 tr(D) tr(H) + tr(H)2
= φ1 (D) + 2 tr(D)I : H + o(H) ,
φ2 (D + H) = (D + H) : (D + H)
= D : D + 2D : H + H : H
= φ2 (D) + 2D : H + o(H) .
T = λ tr(D)I + 2µD .
Los coeficientes λ y µ que determinan las propiedades elásticas del material sólido
hiperelástico lineal isótropo son conocidos como constantes materiales de Lamé.
Una de las consecuencias obtenidas de esta ecuación constitutiva es que las
direcciones principales de T coinciden con las direcciones principales de D. En
efecto, si hi , con 1 6 i 6 3 es la dirección principal de D de valor propio εi ,
entonces:
1
Ψ(D) = [λ tr(D)2 + 2µD : D] ,
2
tenemos entonces que la ecuación (4.11) nos muestra el resultado deseado:
1
Ψ(D) = D : C(D) .
2
Como la densidad de energía de deformación es siempre positiva, tenemos que el
tensor elástico es definido positivo, es decir:
D : C(D) > 0 ∀D , 0 .
4.2. Material sólido hiperelástico lineal isótropo 89
T = Te + Td , D = De + Dd .
Entonces tendremos tr(T) = tr(Te ) y tr(D) = tr(De ). Por lo tanto las componentes
esférica y desviadora son dadas por:
1
Te =tr(T)I , Td = T − Te ,
3
1
D = tr(D)I , Dd = D − De .
e
3
Por otra parte, las componentes esférica y desviadora son normales entre sí. De
hecho, sea Ae = αI un tensor esférico y sea Bd , con tr(Bd ) = 0, un tensor desviador.
Por lo tanto tenemos:
Ae : Bd = αI : Bd = α tr(Bd ) = 0 .
Te = C(De ) = 3KDe
Td = C(Dd ) = 2GDd ,
1
Te = tr(λ tr(D)I + 2µD)I
3
1
= λ tr(D)I + 2µ tr(D)I
3
= λ tr(De )I + 2µDe
= C(De ) .
90 4. Comportamiento material
Además, tenemos:
Te = C(De )
= λ tr(De )I + 2µDe
= (3λ + 2µ)De
= 3KDe .
Te + Td = C(De + Dd )
= C(De ) + C(Dd )
= Te + C(Dd ) ,
Td = C(Dd )
= λ tr(Dd )I + 2µDd
= 2µDd
= 2GDd .
τ = Gγ .
Supongamos que realizamos el ensayo de tracción uniaxial sobre una pieza com-
puesta por un material hiperelástico lineal isótropo según la dirección e1 . Sabemos
que para una tensión aplicada de valor σ se obtiene una deformación longitudinal
de valor ε, y ambas están relacionadas por la ecuación σ = Eε, donde E es el mó-
dulo de Young del material. Se conoce también que la tracción uniaxial provoca un
cambio de diámetro de la sección transversal. Si el material es isótropo se constata
que la deformación de ingeniería para cualquier dirección contenida en la sección
transversal es siempre la misma y además es proporcional a la deformación longi-
tudinal.
Sea −ν la constante de proporcionalidad, es decir, −νε es el valor de la defor-
mación transversal. Entonces, el tensor de tensiones en cualquier punto de la pieza,
y el tensor de deformaciones medido experimentalmente son dados por:
Sabemos que σ = Eε, por lo tanto las componentes esféricas son dadas por:
3 ε 3 ε
E (1−2ν)
0 0 0 0
[T ] = 0
e E
ε 0 , [D ] = 0
e (1−2ν)
ε 0 .
3 3
0 0 ε
E
ε
(1−2ν)
3 0 0 3
E (1 − 2v) E
ε = (3K) ε ⇒ K= > 0. (4.12)
3 3 3(1 − 2ν)
4.2. Material sólido hiperelástico lineal isótropo 93
3 ε 0 3 ε
2E 2(1+ν)
0 0 0
[Td ] = 0 − E3 ε 0 , [Dd ] = 0 − (1+ν) ε 0 .
3
0 0 − E3 ε − (1+ν) ε
0 0 3
E > 0.
Ejercicio 4.9 Utilice los valores de K y G dados por (4.12) y (4.13) para obtener
la ecuación constitutiva y su inversa en función de E y ν:
Eν E
T= tr(D)I + D,
(1 + ν)(1 − 2ν) 1+ν
ν 1+ν
D = − tr(T)I + T.
E E
λ 1
Dm = − tr(T)I + T .
2µ(3λ + 2µ) 2µ
λ 1
tr(D) = − tr(T) tr(I) + tr(T) + αθ tr(I)
2µ(3λ + 2µ) 2µ
1
= tr(T) + 3αθ .
3λ + 2µ
σmin : Mínima tensión normal. Del Corolario 2.24: σmin = mı́ni (σi ) = σIII .
σmax : Máxima tensión normal. Del Corolario 2.24: σmax = máxi (σi ) = σI .
τmax : Máxima tensión rasante. Del Corolario 2.24: τmax = 21 (σI − σIII ).
−σcle 6 σ1 6 σtle ,
−σcle 6 σ2 6 σtle ,
−σcle 6 σ3 6 σtle .
Por lo tanto, podemos expresar la región elástica por la desigualdad σeq 6 σcle ,
donde la tensión equivalente, correspondiente al ensayo de compresión uniaxial, es:
σ3
A = σtle , σtle , σtle
A B = −σcle , −σcle , −σcle
σ2
σ1 B
Los materiales dúctiles son aquellos que al llegar al límite de la región elástica
comienzan a deformarse de forma plástica, es decir, aparecen deformaciones signi-
ficativas que en gran parte permanecen luego de retirar las fuerzas que originan esa
deformación. A nivel microscópico lo que se observa es que los átomos o moléculas
se desplazan unos con respecto a otros, en un movimiento relativo de tipo cizallante
como si se fuera producido únicamente por las tensiones rasantes existentes. A este
movimiento relativo de los átomos o moléculas que componen el material y que
produce deformaciones permanentes se le denomina fluencia del material. Por eso
mismo, cuando se trata de materiales dúctiles, a la superficie de la región elástica
usualmente se le denomina superficie de fluencia.
Si bien la superficie de la región elástica puede, en principio, ser determinada
de manera experimental, es mucho más simple y conveniente emplear algunas hi-
pótesis básicas de base experimental, matemática o termodinámica para establecer
la estructura matemática de dicha superficie. Esta estructura matemática permitirá
determinar la superficie de la región elástica en función de algunos parámetros que
podrán ser obtenidos por medio de algunos ensayos simples como el de tracción
uniaxial. En el caso de los materiales dúctiles, las hipótesis básicas antes mencio-
nadas son:
Criterio de Tresca-Guest
τtf l
τmax
Figura 4.3, existen seis regiones diferentes, y recordando que la región elástica es
dada por la desigualdad σI − σIII 6 σ f l , tenemos en cada región:
σ2
(2)
σ1 = σ2
σfl
(3) (1)
−σ f l
σfl σ
1
(4)
(6)
−σ f l
(5)
Figura 4.3: Región elástica del criterio de Tresca-Guest en el plano σ3 = 0.
σ1 = σ2 = σ3
σ2
σ1
Figura 4.4: Región elástica del criterio de Tresca-Guest.
σ1
σ2 σ3
Figura 4.5: Región elástica del criterio de Tresca-Guest sobre el plano desviador.
Por su parte el vértice entre las regiones (1) y (2) de la Figura 4.3 tiene radio:
r r
1 2
R(σ f l , σ f l , 0) = 2σ2f l − (2σ f l )2 = σ f l .
3 3
σ1
A A0
σ2 σ3
proyectados como ejes de simetría, y que defina una región convexa (necesario para
el cumplimiento de la cuarta hipótesis de los materiales dúctiles), estará contenida
en la región gris de la Figura 4.6.
El criterio de Von Mises considera como región elástica al cilindro circunscrito
al prisma de Tresca-Guest. La proyección en el plano desviador de la región elástica
es mostrada en la Figura 4.7. Por lo tanto, la desigualdad que determina la región
elástica según el criterio de Von Mises es:
r
2
R(σ1 , σ2 , σ3 ) 6 R(σ f l , 0, 0) = σ f l ,
3
σ1
σ2 σ3
Figura 4.7: Región elástica del criterio de Von Mises sobre el plano desviador.
ciones infinitesimales asociado iguala un valor crítico. Halle ese valor crítico en
función de la tensión de fluencia σ f l del material.
σ
Figura 4.8: Criterio de la envolvente de Mohr.
Criterio de Mohr-Coulomb
r c
R
φ
σIII a σI d σ
Figura 4.9: Criterio de Mohr-Coulomb.
(1 − sin(φ))σcle = 2c cos(φ) .
(1 + sin(φ))σtle = 2c cos(φ) .
Por lo tanto, dividiendo la ecuación (4.14) entre 2c cos(φ) y utilizando estos resul-
tados, podemos expresar el criterio de Mohr-Coulomb en la forma:
σI σIII
− 6 1, (4.15)
σtle σcle
σcle
σeq = σI − σIII .
σtle
σ2
σtle
−σcle
σtle σ1
−σcle
σ1 = σ2 = σ3
(H, H, H)
σ2
σ1
Figura 4.11: Región elástica del criterio de Mohr-Coulomb.
108 4. Comportamiento material
σ1
σ2 σ3
Figura 4.12: Región elástica del criterio de Mohr-Coulomb sobre el plano desviador.
Elasticidad lineal
∇·T+b=0 en Ω ,
con b ∈ C 0 (Ω, V3 )
2. Relación desplazamiento-deformación:
D = ∇S u en Ω .
3. Ecuación constitutiva:
con λ, µ, α, θ ∈ C 1 (Ω, R)
4. Condiciones de contorno:
u = û en ∂Ωu ,
Tn = f en ∂Ω f ,
Ω
f
b
û
tr(D) = ∂1 u1 + ∂2 u2 + ∂3 u3 = ∇ · u .
112 5. Elasticidad lineal
Para simplificar esta expresión analizaremos por separado cada uno de los términos
involucrados. En componentes tenemos, para el término ∇ · (∇ · uI):
∂3 u1 ∂3 u2 ∂3 u3 ∂3 (∇ · u)
Ejercicio 5.3 Muestre que para cualquier campo vectorial u dos veces diferen-
ciable se cumple ∇ × (∇ × u) = ∇(∇ · u) − ∆u. Utilizando esa propiedad muestre
que para un campo radial del tipo u = ur (r)er se tiene ∇(∇ · u) = ∆u, tanto si r y
er corresponden al sistema de coordenadas cilíndrico o al esférico.
Entonces, llamando:
bθ = b + ∇ · Tθ , f θ = f − Tθ n ,
5.1. Problema de elasticidad lineal 113
∇ · Tm + bθ = 0 , Tm n = f θ .
Por lo tanto, para hallar la solución (u, D, T) del problema de elasticidad lineal dado
por los datos (b, θ, û, f) podemos hallar primero la solución (u, D, Tm ) del problema
de elasticidad lineal sin variaciones de temperatura dado por los datos (bθ , 0, û, f θ ).
Luego calculamos el tensor total T = Tm − (3λ + 2µ)αθI.
A esta forma de plantear el problema de elasticidad lineal, considerando las
variaciones de temperatura como si se tratasen de fuerzas de volumen y fuerzas
de superficie adicionales, se le llama analogía de Duhamel. Veamos en detalle los
campos bθ y f θ . Para bθ tenemos:
bθ = b − ∇ · [(3λ + 2µ)αθI] .
bθ = b − (3λ + 2µ)α∇θ ,
f θ = f + (3λ + 2µ)αθn .
Por ejemplo, consideremos por ahora el caso más sencillo sin fuerzas de vo-
lumen, sin variaciones de temperatura y material uniforme. En este caso todos los
términos que contengan ∇ · T serán cero, así como los términos que contengan la
variación de temperatura. El resultado final que se obtiene es el siguiente:
donde ∇2 (·) = ∇(∇(·)). Basta calcular el trazo de la expresión anterior para obtener
∆(tr(T)) = 0, por lo que la expresión final puede ser escrita en la forma:
1
∆T + ∇2 (tr(T)) = 0 .
(1 + ν)
Trabando en un cierto sistema de coordenadas tenemos seis ecuaciones que son co-
nocidas como ecuaciones de Beltrami-Michell para el tensor de tensiones en el caso
de fuerzas de volumen nulas sin variaciones de temperatura. Las ecuaciones ante-
riores son bastante más sencillas que las ecuaciones de compatibilidad originales.
Junto con la ecuación de equilibrio ∇ · T = 0, las ecuaciones de Beltrami-Michell
permiten resolver un problema de elasticidad lineal que posea condiciones de con-
torno mecánicas en toda la superficie del cuerpo.
En el caso de tener fuerzas de volumen y variaciones de temperatura, el mismo
procedimiento conduce a la siguiente expresión general:
1 ν(∇ · b) Eα(∆θ) Eα
∆T + ∇2 (tr(T)) + I + 2∇S b + I+ ∇2 θ = 0 .
(1 + ν) (1 − ν) (1 − ν) (1 + ν)
son virtuales en el sentido en que podrían ser reales si el cuerpo estuviera sometido
a otras cargas u otras condiciones de contorno.
El primer teorema del trabajo virtual utiliza desplazamientos virtuales, y consti-
tuye una forma alternativa de expresar la ecuación puntual de equilibrio y las condi-
ciones mecánicas de contorno, mientras que el segundo teorema del trabajo virtual
utiliza un campo de tensiones virtual y constituye una forma alternativa de expresar
la relación desplazamiento-deformación y las condiciones cinemáticas de contorno.
En la sección siguiente utilizaremos el primer teorema del trabajo virtual para
formular la versión débil del problema de elasticidad lineal, la cual será utilizada
para la formulación del método de los elementos finitos que veremos en el Capítu-
lo 8. En toda esta sección consideraremos que no existen variaciones de temperatu-
ra. El caso con variaciones de temperatura puede abordarse a través de la analogía
de Duhamel. El lema siguiente introduce una identidad que permite la integración
por partes de campos tensoriales, y que será utilizada por los dos teoremas de los
trabajos virtuales:
Lema 5.5 (Integración por partes) Sea Ω ⊂ E3 un cuerpo de superficie ∂Ω, sea S :
Ω → Sim un campo tensorial simétrico en equilibrio con el campo de densidad
de fuerzas de volumen bS : Ω → V3 y un desplazamiento w : Ω → V3 cuyo
tensor de deformaciones asociado es Dw : Ω → Sim, es decir:
∇ · S + bS = 0 en Ω ,
Dw = ∇S w en Ω .
Entonces se cumple:
Z Z Z
S : Dw dv = bS · w dv + (Sn) · w da .
Ω Ω ∂Ω
∇ · (S> w) = (∇ · S) · w + S : ∇w = −bS · w + S : ∇S w
= −bS · w + S : Dw .
Corolario 5.6 (Primer teorema del trabajo virtual) Sea un problema de elasticidad
lineal definido en Ω ⊂ E3 de superficie ∂Ω = ∂Ωu ∪ ∂Ω f con ∂Ωu ∩ ∂Ω f = ∅.
116 5. Elasticidad lineal
∇·T+b=0 en Ω ,
Tn = f en ∂Ω f ,
Dw = ∇S w en Ω .
w=0 en ∂Ωu ,
entonces se cumple:
Z Z Z
T : Dw dv = b · w dv + f · w da . (5.2)
Ω Ω ∂Ω f
∇ · S + bS = 0 en Ω ,
Sn = 0 en ∂Ω f ,
D = ∇S u en Ω .
u = û en ∂Ωu ,
entonces se cumple:
Z Z Z
S : D dv = bS · u dv + (Sn) · û da . (5.3)
Ω Ω ∂Ωu
Note que, a diferencia del primer teorema del trabajo virtual, en el segundo
teorema del trabajo virtual se consideran los desplazamientos reales. En este caso
las tensiones y fuerzas de volumen pueden no ser las reales. En forma análoga al
primer teorema del trabajo virtual, al campo tensorial S que cumple S(P)n = 0 en
todo punto P ∈ ∂Ω f le llamaremos tensor de tensiones virtual.
El segundo teorema del trabajo virtual establece nuevamente una igualdad que
puede ser interpretada como una equivalencia entre un trabajo virtual interno y uno
externo. Sin embargo, la diferente naturaleza de las magnitudes virtuales involucra-
5.1. Problema de elasticidad lineal 117
das hace que el segundo teorema tenga aplicaciones diferentes de las del primero.
Un tercer corolario del Lema(5.5) establece también una equivalencia de tra-
bajo, pero esta vez sin considerar magnitudes virtuales, sino diferentes ternas de
soluciones reales de problemas de elasticidad lineal definidos sobre el mismo cuer-
po sólido para diferentes cargas externas.
∇ · Tu + bu = 0 en Ω ,
Du = ∇S u en Ω ,
Tu = C(Du ) en Ω ,
Tu n = fu en ∂Ω .
Sea además la terna solución (v, Dv , Tv ) que se obtiene cuando se aplican las fuer-
zas externas bv y fv y que por lo tanto satisface las mismas ecuaciones anteriores.
Entonces se cumple:
Z Z Z Z
bv · u dv + fv · u da = bu · v dv + fu · v da ,
Ω ∂Ω Ω ∂Ω
es decir, son iguales entre sí los trabajos realizados por las fuerzas externas de
un problema de elasticidad lineal sobre los desplazamientos correspondientes al
otro problema.
Demostración. De acuerdo con el Lema 5.5 de integración por partes y las hipótesis
adicionales indicadas, tenemos:
Z Z Z Z
bu · v dv + fu · v da = Tu : Dv dv = C(Du ) : Dv dv ,
Ω ∂Ω Ω Ω
Z Z Z Z
bv · u dv + fv · u da = Tv : Du dv = C(Dv ) : Du dv ,
Ω ∂Ω Ω Ω
∇·T+b=0 en Ω ,
D = ∇S u en Ω ,
T = C(D) en Ω ,
Tn = f en ∂Ω .
118 5. Elasticidad lineal
Entonces se cumple:
Z Z Z
2 Ψ(D) dv = b · u dv + f · u da .
Ω Ω ∂Ω
Demostración. Basta considerar el Lema 5.5 de integración por partes, con fuerzas
y desplazamientos reales, y recordar que en el caso de un material hiperelástico se
tiene Ψ(D) = 12 C(D) : D.
U = {u : Ω → V3 admisible : u = û en ∂Ωu } ,
W = {w : Ω → V3 admisible : w = 0 en ∂Ωu } .
W = {w : Ω → V3 admisible : w = 0 en ∂Ωu } .
Entonces se cumple:
f = 0 en ∂Ω f
Z Z (
f · w da + g · w dv = 0 ∀w ∈ W ⇔
∂Ω f Ω g = 0 en Ω
γ1 (P) = 0 ∀P ∈ ∂Ω ,
γ1 (P) > 0 ∀P ∈ Ω .
Entonces se cumple g = 0 en Ω. Sea ahora una función γ2 ∈ C 0 (Ω, R), tal que:
γ2 (P) = 0 ∀P ∈ ∂Ωu ,
γ2 (P) > 0 ∀P ∈ ∂Ω f .
Entonces se cumple f = 0 en ∂Ω f .
Teorema 5.12 (Equivalencia entre formulaciones fuerte y débil) Si los datos del
problema y la solución u ∈ U de la formulación débil del problema de elasticidad
lineal cumplen con las condiciones de regularidad requeridas por la formulación
fuerte, entonces dicha función también es solución del problema de elasticidad
lineal en la formulación fuerte.
D = ∇S u , T = C(D) .
Note que si u tiene la regularidad requerida por la formulación fuerte entonces con
esta definición D y T también la tendrán, y además tendremos satisfechas dos de las
ecuaciones de campo. Partiendo ahora de la ecuación fundamental de la formulación
débil, el primer teorema del trabajo virtual, y utilizando el lema de integración por
partes con S = T y bS = −∇ · T, obtenemos:
Z Z Z
b · w dv + f · w da = T : Dw dv
Ω ∂Ω f Ω
Z Z
= −(∇ · T) · w dv + (Tn) · w da ∀w ∈ W .
Ω ∂Ω f
WR = {w ∈ W : Dw = 0 en Ω} ,
Note que la definición de estructura estable tiene en cuenta únicamente las con-
diciones de contorno cinemáticas del problema de elasticidad lineal (estas condicio-
nes definen el conjunto de desplazamientos virtuales del problema), mientras que no
tiene en cuenta las fuerzas externas de volumen o de superficie aplicadas. En pocas
palabras, la estabilidad es una condición que depende únicamente de los apoyos, y
no de las fuerzas aplicadas. Por ejemplo, en la Figura 5.2 representamos un cuerpo
Ω en dos configuraciones diferentes de apoyos. En el caso a) el problema admite
al menos un desplazamiento infinitesimal de cuerpo rígido no nulo (una rotación
infinitesimal respecto del único apoyo existente) y por lo tanto esta configuración
corresponde a un mecanismo, mientras que en el caso b), al considerar desplaza-
mientos únicamente en el plano de la figura, tenemos una estructura estable.
a) b)
a(u, w) = a(w, u) .
Pero sabemos que el tensor elástico C es definido positivo. Por lo tanto el integrando
es no negativo y por ser continuo por partes es nulo en todo Ω. Entonces, por ser C
definido positivo, Dw es nulo en Ω. Esto significa que el campo de desplazamientos
w es tal que no produce deformaciones infinitesimales en ningún punto del cuerpo Ω
y por lo tanto w es un desplazamiento virtual infinitesimal de cuerpo rígido, es decir
w ∈ WR . Si la estructura es estable solamente puede ser w = 0 y por lo tanto a es
definido positivo en W. Para un mecanismo a no es definido positivo en W porque
para cualquier desplazamiento virtual w ∈ WR no nulo se tiene a(w, w) = 0.
Teorema 5.16 (Unicidad de la solución del problema de elasticidad lineal) Para una
estructura estable la solución del problema de elasticidad lineal es única. Para un
mecanismo la solución del problema de elasticidad lineal es única a menos de un
desplazamiento virtual e ∈ WR .
a(u, w) = `(w) ∀w ∈ W ,
a(v, w) = `(w) ∀w ∈ W .
a(e, w) = 0 ∀w ∈ W .
Ejercicio 5.17 Muestre que para un mecanismo existen cargas externas para las
cuales el problema de elasticidad lineal no tiene solución. ¿Qué deben cumplir las
cargas externas para que el problema pueda tener una solución? Suponiendo que
un desplazamiento u ∈ U es una solución, muestre que el conjunto de soluciones
es {u + e : e ∈ WR }.
1
π(v) = a(v, v) − `(v) .
2
124 5. Elasticidad lineal
En la notación integral:
Z Z Z
1
π(v) = C(Dv ) : Dv dv − b · v dv − f · v da .
Ω 2 Ω ∂Ω f
Teorema 5.18 (Mínima energía potencial total) Toda solución del problema de
elasticidad lineal es un mínimo global en U de la energía potencial total. En el
caso de una estructura estable el mínimo de la energía potencial total es único,
en el caso de un mecanismo es único a menos de un desplazamiento virtual de
cuerpo rígido. Recíprocamente, todo mínimo local en U de la energía potencial
total es un mínimo global que es solución del problema de elasticidad lineal.
a(u, w) − `(w) = 0 ∀w ∈ W .
El mínimo local u es entonces solución de la formulación débil, por lo cual debe ser
en realidad un mínimo global en U de la energía potencial total.
Note que el teorema anterior no demuestra la existencia de mínimos globales de
la energía potencial total. Por ejemplo, en el caso planteado en la sección anterior,
donde un cuerpo libre es sometido a la acción de la gravedad, la energía potencial
total no tiene mínimo.
Ejercicio 5.19 Sea u ∈ U un mínimo local de la energía potencial total. Muestre
que el conjunto de mínimos globales de π es {u + e : e ∈ WR }.
126 5. Elasticidad lineal
Parte III
Elementos estructurales
Capítulo 6
Barras rectas
Esta forma para el tensor de tensiones tiene consecuencias sobre las expresiones
posibles para sus componentes. De hecho, de la ecuación puntual de equilibrio con
fuerzas de volumen nulas se tienen las siguientes ecuaciones:
∂1 σ11 + ∂2 τ12 + ∂3 τ13 = 0 , ∂1 τ12 = 0 , ∂1 τ13 = 0 . (6.1)
6.1. Método semi-inverso de Saint-Venant 131
Se tiene entonces que tanto las componentes rasantes como la derivada de σ11 res-
pecto de x1 no dependen de x1 . Utilizando la ecuación constitutiva observamos algo
semejante con las componentes del tensor de deformaciones: las distorsiones angu-
lares γ12 y γ13 no dependen de x1 , la derivada de ε11 respecto de x1 no depende de x1
y las componentes ε22 = ε33 = −νε11 no son nulas por causa del efecto de Poisson,
mientras que la distorsión γ23 será cero. Teniendo en cuenta esas propiedades, las
ecuaciones de compatibilidad de Saint-Venant de la Sección 3.3.3 proporcionan las
siguientes expresiones:
∂222 ε11 = ∂223 ε11 = ∂233 ε11 = 0 ,
∂2 (∂3 γ12 − ∂2 γ13 ) = −2ν∂213 ε11 ,
∂3 (∂3 γ12 − ∂2 γ13 ) = +2ν∂212 ε11 .
Note que de las primeras expresiones se tiene que ε11 solamente puede ser lineal en
las coordenadas x2 y x3 , y teniendo en cuenta ese resultado, podemos integrar las
siguientes dos expresiones para obtener:
ε11 = (K1 + K2 x2 + K3 x3 )x1 + C1 + C2 x2 + C3 x3 ,
∂3 γ12 − ∂2 γ13 = 2νK2 x3 − 2νK3 x2 − 2C4 ,
donde las constantes K1 , K2 , K3 , C1 , C2 , C3 y C4 dependerán de las fuerzas externas
actuantes en los extremos de la barra. No es difícil ver que la constante K1 es nula
cuando no actúan tensiones externas en la superficie lateral de la barra, por lo que
solamente quedan seis constantes libres a determinar, es decir, el mismo número de
resultantes de fuerza y momento que pueden actuar en un extremo libre de la barra.
Tomando entonces K1 = 0, y asumiendo que la ecuación de compatibilidad
de las distorsiones angulares se satisface, entonces las deformaciones pueden ser
integradas utilizando las expresiones del Ejercicio 3.14, para obtener la siguiente
expresión general para el desplazamiento u = u1 e1 + u2 e2 + u3 e3 :
u1 = ũ1 (x1 ) + x3 w̃2 (x1 ) − x2 w̃3 (x1 ) + a(x2 , x3 ) ,
h i
u2 = ũ2 (x1 ) − x3 w̃1 (x1 ) − ν C1 x2 + x2 x3 c2 (x1 ) + 21 (x22 − x32 )c3 (x1 ) ,
h i
u3 = ũ3 (x1 ) + x2 w̃1 (x1 ) − ν C1 x3 + 21 (x32 − x22 )c2 (x1 ) + x2 x3 c3 (x1 ) ,
donde
ũ1 = ū1 + C1 x1 , w̃1 = w̄1 + C4 x1 ,
ũ2 = ū2 + w̄3 x1 − 12 C2 x12 − 16 K2 x13 , ũ3 = ū3 − w̄2 x1 − 12 C3 x12 − 61 K3 x13 ,
w̃2 = w̄2 + C3 x1 + 12 K3 x12 , w̃3 = w̄3 − C2 x1 − 12 K2 x12 ,
c2 = C3 + K3 x1 , c3 = C2 + K2 x1 ,
y a(x2 , x3 ) es una función no lineal conocida como función de alabeo, la cual puede
ser escrita en la forma:
h i
a = C4 ω(x2 , x3 ) + K2 2(1 + ν)ω2 (x2 , x3 ) + 61 νx2 x22 + 3x32
h i
+ K3 2(1 + ν)ω3 (x2 , x3 ) + 16 νx3 3x22 + x32 .
132 6. Barras rectas
Note que las expresiones ũ1 + a(0, 0), ũ2 y ũ3 se interpretan como los desplazamien-
tos en la línea baricéntrica. Note además que si a fuera lineal y el coeficiente de
Poisson fuera nulo entonces la sección transversal permanecería plana luego de la
deformación. Sin embargo, la función de alabeo en general no es lineal, por lo que
la sección transversal pierde generalmente la forma plana.
Las constantes de integración ū1 , ū2 , ū3 , w̄1 , w̄2 y w̄3 definen un desplazamiento
infinitesimal de cuerpo rígido general, y por eso no tienen aporte en las compo-
nentes del tensor de deformaciones infinitesimales. Estas constantes de integración
quedarán definidas cuando se impongan condiciones de contorno que impidan mo-
vimientos rígidos. Puede verse que ū1 , ū2 , ū3 coinciden con las componentes del
vector desplazamiento en el origen del sistema de coordenadas, mientras que w̄1 ,
w̄2 y w̄3 son las componentes del vector w = 12 ∇ × u en ese origen. Para mostrar esto
último calculamos el vector w = w1 e1 + w2 e2 + w3 e3 derivando el desplazamiento:
Note que en este caso no existe alabeo de la sección transversal. Admitamos que
la acción del apoyo en el extremo x1 = 0 impide el desplazamiento y la rotación
6.2. Barras sometidas a fuerza directa y momento flector 133
x3
N
x2
M2
M3
x1
M3 M2
rígida de una pequeña porción del sólido situada en el origen del sistema de coorde-
nadas, por lo cual deben ser nulas las constantes ū1 , ū2 , ū3 , w̄1 , w̄2 y w̄3 . Note que de
este modo se tiene que la componente u1 del desplazamiento es nula sobre toda la
sección apoyada, aunque el desplazamiento no representa exactamente un empotra-
miento rígido porque la sección transversal se deforma por el efecto de Poisson. Sin
embargo, el desplazamiento de los puntos sobre el eje x1 es compatible con los ob-
tenidos en las teorías clásicas de resistencia de materiales para una barra sometida
a fuerza directa y momentos flectores constantes:
u1 = C1 x1 , u2 = − 12 C2 x12 , u3 = − 12 C3 x12 .
σ11 0 0
[T] = 0 0 0 , con σ11 = E(C1 + C2 x2 + C3 x3 ) .
0 0 0
134 6. Barras rectas
x3
M1
x2
x1
M1
x3
n
u
t
α q
O
x2
Más adelante veremos que la ubicación exacta del centro de torsión no es trivial,
pues depende de las particularidades de las condiciones de contorno en el extremo
apoyado. Por ahora se adelanta que en barras perfectamente empotradas, con sec-
ciones transversales que poseen un eje de simetría, el centro de torsión se encuentra
en ese eje; si la sección posee dos ejes de simetría, entonces en la intersección de
los ejes está el centro de torsión, el cual coincide en ese caso con el baricentro de
la sección; pero en el caso de secciones asimétricas el centro de torsión no coincide
en general con el baricentro de la sección.
Derivando las expresiones para el desplazamiento se obtienen fácilmente las
siguientes componentes no nulas del tensor de deformaciones infinitesimales:
Note en estas expresiones que las componentes τ12 y τ13 , y por lo tanto también
el tensor de tensiones, no dependen de la coordenada axial x1 . Veamos ahora la
ecuación puntual de equilibrio. La misma es satisfecha si se cumple:
∇ω · n = x3 n2 − x2 n3 ,
∆ω = 0 en A ,
(
(6.5)
∇ω · n = x3 n2 − x2 n3 en ∂A .
6.3. Barras sometidas a torsión 137
Note que se ha utilizado que las componentes τ12 y τ13 del tensor de tensiones no
dependen de x1 , por lo que la fuerza FC tiene magnitud proporcional a la longitud `
de la barra. Note también que la fuerza está dirigida según la dirección axial, puesto
que Tn = (τ12 n2 + τ13 n3 )e1 .
C0
t
n
C
Q
Considere ahora otra curva C0 que une también los puntos Q y P, esa curva
define otra superficie que junto con la superficie definida por la curva C constituye
la superficie lateral del cuerpo representado en color gris en la Figura 6.4. La fuerza
total en la dirección axial que está aplicada sobre ese cuerpo gris es FC − FC0 , donde
FC0 es dada por la misma expresión que FC , pero integrando sobre la curva C0 . La
diferencia de signo es debida a que la normal sobre la curva C0 no es saliente al
cuerpo gris sino entrante. El equilibrio del cuerpo gris implica que las fuerzas FC y
FC0 sean iguales, por lo que la integral que define FC no depende en realidad de la
curva C considerada sino solamente de los puntos Q y P. Consideremos entonces
un punto Q fijo y un punto P genérico de coordenadas x2 y x3 . Podemos entonces
definir la función de Prandtl, que depende de x2 y x3 , por la siguiente expresión:
FC · e1
ψ= .
`Gθ
Sea τ = Te1 el vector tensión que actúa sobre la sección transversal, el cual ha
recibido ese nombre por ser rasante. De acuerdo con la Figura 6.4 el vector tangente
138 6. Barras rectas
∆ψ = −2 en A .
∆ψ = −2 en A ,
(
ψ=0 en ∂A .
Otra forma de expresar el vector tensión se obtiene utilizando las expresiones en (6.6):
Ejercicio 6.2 Suponga que la sección transversal tiene un eje de simetría. Mues-
tre que la función de Prandtl ψ es simétrica respecto de ese eje. Utilizando el
resultado del ejercicio anterior, muestre que el alabeo unitario ω admite una so-
lución antisimétrica respecto del eje de simetría.
t t
n
Existe además una condición adicional que debe satisfacer ψ para cada hueco.
Si damos una vuelta completa sobre el contorno Γi la función ω recupera su valor
original, y por lo tanto:
Z I
∂ s ω ds = ∇ω · t ds = 0 , i = 1, . . . , n .
Γi Γi
Por otra parte, el trabajo total de las fuerzas externas sobre la barra se reduce al rea-
lizado por las tensiones en la sección final no empotrada, donde el desplazamiento
tiene componentes u1 (no relevante), u2 = −θ`(x3 − x3O ) y u3 = θ`(x2 − x2O ). Así:
Z Z
1 2
2 Gθ ` k∇ψk da = θ` (x2 − x2O )τ13 − (x3 − x3O )τ12 da .
2
2 A A
Note que en el lado derecho puede reconocerse el momento torsor, aunque res-
pecto del centro de giro O. Sin embargo, la integral de x3O τ12 es x3O Q2 = 0, y la
6.3. Barras sometidas a torsión 141
integral de x3O τ12 es nula por la misma razón, por lo que este momento es el mismo
que el momento M1 de la ecuación (6.8) calculado respecto del origen. Así, simpli-
ficando la expresión anterior obtenemos el momento torsor en términos del módulo
de torsión J de la sección transversal:
Z
M1 = GJθ , con J = k∇ψk2 da . (6.9)
A
Sea una barra de sección circular hueca de radio exterior Re y radio interior Ri .
Cuando actúa sobre ella un cierto momento torsor M1 , es esperable que la sección
transversal rote respecto de su baricentro. El desplazamiento en la sección transver-
sal es entonces:
γφz = θr .
τφz = Gθr .
donde
Re
π 4
Z Z Z
J= r da =
2
dθ r3 dr = Re − R4i .
A 2π Ri 2
π 4
Z 2π Z Re
J= dφ (R2e − r2 )r dr + (R2e − R2i )πR2i = Re − R4i .
0 Ri 2
Ejercicio 6.4 Muestre que una sección circular hueca tiene siempre un mayor
módulo de torsión y un mayor módulo resistente que una sección circular ma-
ciza de igual área. Matemáticamente el área del hueco contribuye a aumentar el
módulo de torsión, pero ¿cuál es la razón física por la cual la presencia del hueco
contribuye a tener una barra más resistente?
donde:
Z Z
Iω = ω da , Iωω = ω2 da ,
ZA ZA
I2ω = x2 ω da , I3ω = x3 ω da .
A A
Ejercicio 6.5 Utilizando el resultado del Ejercicio 6.2, muestre que si la sección
tiene un eje de simetría, entonces el centro de torsión O pertenece a dicho eje.
Ejercicio 6.6 Sea ω̃ = u(0, x2 , x3 ) = v̄1 − x3O x2 + x2O x3 +ω la función que define el
desplazamiento axial en x1 = 0 para los valores de las constantes dados en (6.10).
Muestre que ω̃ es una solución para el problema:
∆ω̃ = 0 en A ,
(
∇ω̃ · n = x̃3 n2 − x̃2 n3 en ∂A .
x3
M1
x2
M2
x1 Q3
Q3
M2
M1
Figura 6.6: Barra sometida a momento flector y fuerza cortante en la dirección ver-
tical. El momento torsor M1 está allí solamente porque la fuerza cortante vertical
no pasa por el baricentro de la sección transversal.
con
h i
a = νθ2 ω + K2 2(1 + ν)ω2 + 16 νx2 x22 + 3x32 , w̃1 = w̄1 + θ2 x1 ,
ũ2 = ū2 + w̄3 x1 − 16 K2 x12 (x1 − 3`) , ũ3 = ū3 − w̄2 x1 ,
c3 = K2 (x1 − `) , w̃3 = w̄3 − 12 K2 x1 (x1 − 2`) ,
con
h i
a = νθ3 ω + K3 2(1 + ν)ω3 + 16 νx3 3x22 + x32 , w̃1 = w̄1 + θ3 x1 ,
ũ3 = ū3 − w̄2 x1 − 16 K3 x12 (x1 − 3`) , ũ2 = ū2 + w̄3 x1 ,
c2 = K3 (x1 − `) , w̃2 = 12 K3 x1 (x1 − 2`) .
Note que las expresiones para σ11 se anulan en el extremo x1 = `, por lo que las
soluciones propuestas corresponden a estados sin momento flectores externos apli-
cados en ese extremo. Análogamente a lo realizado en la Sección 6.3, imponiendo
la ecuación de equilibrio y condiciones de contorno en la superficie lateral, se ob-
tienen los siguientes problemas para las funciones de alabeo unitario por fuerza
cortante:
∇ω2 · n = − 2 ν̂x3 n2 en ∂A ,
1 2
∇ω3 · n = − 2 ν̂x2 n3 en ∂A .
1 2
función de Prandtl que llamaremos ψ2 . Así, haciendo las cuentas obtenemos que el
vector tensión τ podrá escribirse en la forma:
τ = EK2 ∇φ2 + νGK2 ∇ψ2 × e1 + νGθ2 ∇ψ × e1 ,
donde τ es la componente rasante del vector tensión que actúa en la sección trans-
versal de normal saliente e1 , mientras que φ2 y ψ2 son soluciones para los problemas:
∆ψ2 = 2x3 en A ,
∆φ2 = −x2 en A , ψ2 = 0 en Γ0 .
(
∇φ2 · n = 0 en ∂A , ψ = ψ2 i
en Γi ,
R 2
∇ψ2 · n ds = −2Ai x3 , i = 1, . . . , n ,
i
Γ
i
donde x3i es la coordenada x3 del baricentro del hueco Ai . Note que el vector τ se des-
compone en un término que proviene de φ2 , el cual no depende de ν y dos términos
que provienen de ψ2 y ψ que son proporcionales a ν. Al primer término se le llama
componente principal de τ y a la suma de los dos siguientes se le llama componente
secundaria. Las denominaciones provienen del hecho que la primer componente es
la única relevante en el cálculo de las fuerzas internas, como veremos luego.
En el caso del desplazamiento u3 se llega a resultados análogos al caso del des-
plazamiento u2 . La componente rasante del vector tensión es dada por:
τ = EK3 ∇φ3 + νGK3 ∇ψ3 × e1 + νGθ3 ∇ψ × e1 ,
donde φ3 y ψ3 son soluciones para los problemas:
∆ψ3 = −2x2 en A ,
∆φ3 = −x3 en A , ψ3 = 0 en Γ0 .
(
∇φ3 · n = 0 en ∂A , ψ3 = ψi3 en Γi ,
∇ψ3 · n ds = 2Ai x2i , i = 1, . . . , n .
R
Γ
i
Ejercicio 6.7 Utilice las expresiones que definen los desplazamientos para ha-
llar las componentes de los tensores de deformaciones infinitesimales y de ten-
siones asociados, y muestre la validez de los problemas establecidos para las
funciones ω2 , ω3 , ψ2 y ψ3 rehaciendo los pasos seguidos en la Sección 6.3.
En la ecuación anterior θ puede ser eliminado, mientras que las integrales se obtie-
nen de los Ejercicios 6.3 y 6.8, por lo que el valor θ2 puede ser despejado. Proce-
diendo en la misma forma con el desplazamiento u3 se obtiene:
J2 J3
θ2 = − K2 , θ3 = K3 .
J J
Visto que la componente σ11 tiene una expresión matemática simple, conviene
comenzar calculando las fuerzas internas que la misma implica. La fuerza directa es
evidentemente nula, por lo que se procede a calcular los momentos flectores. Para
el caso del desplazamiento u2 se tiene:
Z Z
M2 = x3 σ11 da = 0 , M3 = −x2 σ11 da = EK2 (` − x1 )I22 .
A A
considerado positivas si son dirigidas según las direcciones positivas de los ejes y si
actúan sobre la sección de normal saliente e1 . Por lo tanto:
Q2 = EK2 I22 , Q3 = 0 .
Note que el desplazamiento u2 se obtiene entonces aplicando una fuerza en la sec-
ción transversal x1 = `, la cual es dirigida según la dirección e2 y tiene magnitud
y sentido dados por Q2 . Además, los mismos resultados para Q2 y Q3 se podrían
haber obtenido integrando directamente las componentes τ12 y τ13 en la sección
transversal A, sin apelar a ecuaciones de equilibrio de una porción de la barra.
Note que los últimos dos términos de esta expresión resultan de la componente se-
cundaria de τ, y se anulan entre sí de acuerdo con el valor obtenido para θ2 . Queda
manifiesto entonces que la componente secundaria del vector τ no interviene en el
valor del momento torsor. Sin embargo, gracias al aporte de la componente princi-
pal de τ, el momento torsor dado por la expresión anterior es en general no nulo.
La explicación para la existencia del momento torsor es que la fuerza estáticamente
equivalente a las tensiones rasantes que produce el desplazamiento u2 , que como
vimos tiene dirección e2 y magnitud y sentido dados por Q2 , no pasa por el baricen-
tro de la sección transversal, sino que pasa por la recta x3 = xC3 , con xC3 = −M1 /Q2 .
Las expresiones finales encontradas son:
M2 = 0 , M3 = EK2 (` − x1 )I22 ,
Q2 = EK2 I22 , Q3 = 0 ,
Z
M1 = EK2 (r × ∇φ2 ) · e1 da , xC3 = −M1 /Q2 .
A
1 1 1
φ3 = x3 (3R2 − x22 − x32 ) , ψ3 = x2 (R2 − x22 − x32 ) , ψ = (R2 − x22 − x32 ) .
8 4 2
Por razones de simetría J3 es nula, por lo cual θ3 = 0. Lo mismo ocurre con el
momento torsor, es decir M1 = 0, y entonces xC2 = 0.
Las componentes rasantes del tensor de tensiones se obtienen de las expresiones
anteriores como:
(1 + 2ν)P3 (3 + 2ν)P3 2
" #
(1 − 2ν) 2
τ12 = − x2 x3 , τ13 = 2
R − x3 − x .
4(1 + ν)I33 8(1 + ν)I33 (3 + 2ν) 2
Note que tensiones rasantes de mayor magnitud ocurren en el origen del sistema de
coordenadas, donde τ13 es máximo y vale:
(3 + 2ν)P3
τmax = .
2(1 + ν)A
Ejercicio 6.10 Para este ejemplo obtenga el valor de la tensión rasante en fun-
ción de x3 por la fórmula de Collignon-Jourawski. Compare el resultado con los
valores exactos calculados sobre el diámetro vertical.
Ejercicio 6.11 Considere una barra cuya sección transversal es la mitad dere-
cha del círculo de radio R considerado en el ejemplo anterior. Muestre que las
funciones φ3 y ψ3 son las mismas que en el caso de la barra cilíndrica. Muestre
entonces que en el caso ν = 0 las tensiones son también las mismas de la barra
cilíndrica cuando se aplica la mitad de la fuerza cortante. ¿Qué ocurre en el caso
ν , 0? Halle el centro de cortante de la sección transversal semicircular.
6.4. Barras sometidas a fuerza cortante y momento flector 151
Como vimos en la Sección 6.3, cuando una barra es sometida a torsión y uno
de sus extremos es empotrado, sus secciones transversales rotan respecto del centro
de torsión O dado por las expresiones en (6.10). Por otra parte, se ha definido como
centro de cortante a aquel punto sobre el cual debe pasar una fuerza externa en el
extremo libre de la barra para que el desplazamiento resultante sea libre de torsión.
En esta sección veremos que las definiciones establecidas para el centro de torsión
y el centro de cortante conducen al mismo punto, es decir, O ≡ C.
Para ver esto consideremos primero el desplazamiento u2 y partamos de la ex-
presión para el momento torsor:
Z Z
M1 = EK2 (r × ∇φ2 ) · e1 da = EK2 (e1 × r) · ∇φ2 da .
A A
û b F
u1 = u(x1 ) , u2 = 0 , u3 = 0 . (6.11)
para σ22 y σ33 cercanos al 43 % del valor de σ11 . Obviamente el error proviene
de suponer desplazamientos nulos en la dirección del plano transversal. En la barra
traccionada real los desplazamientos en la dirección del plano transversal hacen que
aún en configuraciones complejas de cargas las tensiones σ22 y σ33 sean desprecia-
bles, y que la tensión σ11 sea proporcional a ε11 con un factor de proporcionalidad
próximo de E, es decir:
σ11 ≈ E ε11 , σ22 = σ33 ≈ 0 . (6.12)
En este momento podríamos pensar en intentar mejorar la hipótesis cinemática,
de modo de lograr que se cumplan las expresiones anteriores. Sin embargo en si-
tuaciones complejas de cargas no es simple encontrar una propuesta práctica para el
desplazamiento en la dirección transversal. De hecho, admitamos que encontramos
desplazamientos tales que σ11 dependa únicamente de x1 y sea la única componente
no nula de la matriz del tensor de tensiones. Entonces, utilizando la ecuación consti-
tutiva obtenemos las siguientes componentes no nulas del tensor de deformaciones:
1 ν
ε11 = σ11 , ε22 = ε33 = − σ11 .
E E
Las expresiones anteriores se ajustan mucho mejor a la realidad, pero no conducen
en todos los casos a expresiones viables para el desplazamiento. De hecho, para ha-
llar desplazamientos compatibles con las mismas se deberían cumplir las ecuaciones
de compatibilidad de Saint-Venant. No es difícil ver que en el caso de propiedades
materiales uniformes, las expresiones de compatibilidad se reducen a la siguiente:
∂211 (νσ11 ) = 0 .
Tenemos entonces que el desplazamiento podrá ser encontrado solamente si ν = 0,
con lo cual el efecto de Poisson no era un problema desde el principio, o si σ11 tiene
una variación lineal, con lo cual se podría considerar solamente un conjunto muy
reducido de problemas.
La solución que adoptaremos para obtener una teoría práctica y a la vez precisa
cuando sea aplicada al problema más general será la de mantener la expresión sim-
ple del desplazamiento dada en (6.11), modificando en cambio el comportamiento
constitutivo para obtener también las expresiones en (6.12). Así, la versión completa
en componentes de la ecuación constitutiva que utilizaremos será la siguiente:
σ11 = E ε11 , σ22 = 0 , σ33 = 0 ,
(6.13)
τ12 = G γ12 , τ13 = G γ13 , τ23 = G γ23 .
Note que las expresiones anteriores no corresponden a un material isótropo,
puesto que en la dirección de e1 el material posee cierta rigidez que no posee en las
direcciones de e2 y e3 . De hecho, el material no es propiamente hiperelástico, pues-
to que estiramientos uniaxiales en las direcciones de e2 y e3 no tienen asociada una
densidad de energía de deformación positiva. Sin embargo, no tendremos ningún
inconveniente al aplicar estas expresiones constitutivas, visto que cualquier despla-
zamiento posible que respete la hipótesis cinemática implicará deformaciones nulas
en las direcciones en las que el material no posee rigidez.
156 6. Barras rectas
ε11 = ε , σ11 = E ε .
donde
son, respectivamente, la fuerza por unidad de longitud y la fuerza axial externa apli-
cada en la sección transversal de coordenada x1f . La función j es tal que en el área
lateral S el diferencial de área es da = j dx1 ds donde s es el parámetro de longitud
en el contorno ∂A. Si la sección transversal es constante entonces j = 1, mientras
que en el caso general j depende de ambas variables x1 y s. Note que en el mo-
delo unidimensional las fuerzas b y F son magnitudes que expresan la cantidad de
trabajo que las fuerzas externas reales realizan sobre un desplazamiento virtual que
satisface la hipótesis cinemática. Naturalmente también podemos introducir la fuer-
za interna del modelo unidimensional, es decir, introducir la fuerza directa como
la expresión que multiplica la deformación virtual en la integral del trabajo virtual
interno:
Z
N = EAε = σ11 da .
A(x1 )
Con esto tenemos ya todos los elementos matemáticos para integrar por partes el
trabajo virtual interno, utilizar el teorema fundamental del cálculo de variaciones y
deducir así la formulación fuerte del problema.
ε11 = ∂1 U1 d + U1 e , γ12 = ∂2 U1 d + ∂1 U2 d + U2 e ,
ε22 = ∂2 U2 d , γ13 = ∂3 U1 d + ∂1 U3 d + U3 e ,
ε33 = ∂3 U3 d , γ23 = ∂3 U2 d + ∂2 U3 d .
Por su parte, las componentes del tensor de tensiones pueden ser halladas a par-
tir de las expresiones anteriores utilizando las ecuaciones constitutivas corregidas
dadas en (6.13). Multiplicando las componentes correspondientes, obtenemos una
densidad de energía de deformación que será entonces una función que dependerá
explícitamente de las coordenadas x1 , x2 y x3 como también implícitamente a través
de d y e, es decir:
Ψ(x1 , x2 , x3 , d, e) = 12 σ11 ε11 + 12 τ12 γ12 + 12 τ13 γ13 + 21 τ23 γ23 . (6.16)
Observación 6.16 Note que las fuerzas externas generalizadas q y F son expre-
siones matemáticas que caracterizan el trabajo realizado por las fuerzas exter-
nas reales sobre los desplazamientos que satisfacen la hipótesis cinemática del
problema. Es posible ya advertir el carácter aproximado del modelo, el cual es
expresable en términos de fuerzas generalizadas que sintetizan la acción de las
fuerzas reales sobre los desplazamientos considerados, pero que no pueden des-
cribir completamente las fuerzas reales. Por ejemplo, note que fuerzas externas
pertenecientes al núcleo del tensor U> conducirán a fuerzas generalizadas nu-
las, que no producirán deformación alguna de la estructura de acuerdo con el
modelo unidimensional aproximado. Este hecho generaliza la observación de la
Sección 6.5.1 de que las componentes no axiales de las fuerzas externas reales
eran irrelevantes para el modelo unidimensional allí considerado.
∂d F − ∂1 K − q = 0 en I (ecuación de equilibrio) ,
= ∂1 d en I (relación desplazamiento-deformación) ,
e
K = ∂e F en I (ecuación constitutiva) ,
d(x1 ) = d̂ (condición de contorno cinemática) ,
i
K(x f ) = F
(condición de contorno mecánica) .
1
Diferentemente de lo que ocurre con los modelos más simples, en el caso general
el conocimiento de las fuerzas internas en una determinada sección transversal no
basta para determinar las tensiones σ11 , τ12 y τ13 , puesto que en las m ecuaciones
de (6.20) aparecen 2m incógnitas, las componentes en esa sección de los vectores d
y e que permiten obtener las tensiones de acuerdo con las expresiones constitutivas.
Las primeras seis fuerzas internas las obtenemos aplicando la ecuación (6.20):
Z Z
N= σ11 da , Q2 = τ12 da ,
A(x1 ) A(x1 )
Z Z
Q3 = τ13 da , M1 = x2 τ13 − x3 τ12 da ,
A(x1 ) A(x1 )
Z Z
M2 = x3 σ11 da , M3 = −x2 σ11 da .
A(x1 ) A(x1 )
Por lo tanto, las primeras seis ecuaciones de equilibrio son las siguientes:
∂1 N + b = 0 , ∂1 Q2 + q2 = 0 , ∂1 Q3 + q3 = 0 ,
∂1 M1 + m1 = 0 , ∂1 M2 − Q3 + m2 = 0 , ∂1 M3 + Q2 + m3 = 0 ,
Note que las tensiones rasantes tienen en una determinada sección transversal las
mismas expresiones matemáticas que en la teoría de torsión de Saint-Venant (veri-
ficar que las expresiones en (6.23) no difieren de las mismas sin tildes), por lo que
podremos calcular la densidad de energía de deformación del elemento utilizando
la función de Prandtl:
Note que existe una analogía completa entre la formulación débil (6.14) del
problema de tracción unidimensional y la formulación anterior. Las incógnitas u, ε,
b, û, F, E, A se corresponden con las incógnitas α, θ, m, α̂, M, G, J.
Naturalmente, la formulación fuerte correspondiente a la formulación débil (6.24)
será también análoga a la del problema de tracción uniaxial. En esa formulación, la
incógnita análoga a la fuerza directa N es el momento torsor M = GJθ. En términos
de las tensiones, el mismo queda definido de acuerdo con la ecuación (6.20):
Z
M= x̃2 τ13 − x̃3 τ12 da .
A(x1 )
Note además que la analogía entre las formulaciones débiles permite hallar α utili-
zando un esquema de elementos finitos similar al presentado en el Capítulo 1.
Observación 6.19 Note que la función ω̃ ha sido definida a partir del alabeo
unitario ω de forma tal que la misma sea mínima, vea la Sección 6.3.4 y el Ejer-
cicio 6.6. Sin embargo, esa misma función habría sido obtenida si en vez de
imponer desplazamiento mínimo se hubiera exigido como requisito que la ten-
sión σ11 de la ecuación (6.27) se integre para producir fuerza directa y momentos
flectores nulos, vea el Ejercicio 6.6.
Así, utilizando las expresiones de la Sección 6.5.2 tenemos las siguientes ecua-
166 6. Barras rectas
ciones constitutivas:
B = EIηη η ,
M = GIϕϕ (θ − ϕ) + GJθ ,
∂1 B − GIϕϕ (ϕ − θ) + b = 0 ,
∂1 M + m = 0 .
Hay dos aspectos que conviene observar en las expresiones anteriores. Pri-
mero algo que fue anticipado en la Sección 6.5.2. El conocimiento de las fuerzas
internas en una determinada sección transversal de la barra no es suficiente para
conocer las tensiones en la misma. Esto es así porque de las ecuaciones consti-
tutivas, las cuales son dos, no pueden despejarse los tres parámetros necesarios:
η, ϕ y θ. El segundo aspecto a observar es que a partir de las ecuaciones de equi-
librio no se pueden integrar las fuerzas internas. Es decir, conocidas las fuerzas
internas en una determinada sección transversal y las fuerzas externas actuantes,
no podemos obtener las fuerzas internas en otra sección transversal simplemente
por integración de las ecuaciones de equilibrio. Más precisamente, el momento
torsor M sí se puede obtener, pero el bimomento B no puesto que necesitaría-
mos conocer los valores de θ y ϕ. Esto indica que la barra de Outmanski es
internamente hiperestática: fuerzas internas, desplazamientos y deformaciones
deben ser obtenidos considerando todas las ecuaciones. Por ejemplo, en la barra
empotrada-libre considerada con b y m nulos podemos integrar y obtener M = M
en toda la barra, siendo M el momento torsor externo del extremo libre, pero no
podemos obtener B trabajando solamente con las expresiones de equilibrio.
La integración completa de las ecuaciones de equilibrio, constitutivas y re-
laciones desplazamiento-deformación considerando las condiciones de contorno
puede sí ser realizada. De hecho, expresiones analíticas pueden obtenerse con
cierta facilidad. Sin embargo, un procedimiento numérico basado en la formula-
ción débil puede ser también utilizado.
Un último aspecto interesante a señalar es que la barra de Outmanski no
necesariamente conduce a fuerzas cortantes nulas. Por ejemplo, note que τ12 =
G (ϕ∂2 ω̃ − θ x̃3 ) = Gϕ (∂2 ω̃ − x̃3 ) + G(ϕ − θ) x̃3 . En la última expresión el primer
sumando conduce a una fuerza cortante nula (las tensiones son proporcionales
a las de la solución exacta de Saint-Venant), mientras que la segunda expresión
conduce al resultado:
Z
Q2 = G(ϕ − θ)(x3 − x3O ) da = G(θ − ϕ)Ax3O .
A(x1 )
x1
En este punto conviene hacer la siguiente observación. De acuerdo con las ecua-
ciones anteriores, la hipótesis cinemática de Timoshenko establece que las distor-
siones y tensiones rasantes son constantes en la sección transversal y proporcionales
al ángulo φ. Por lo tanto, esta hipótesis no puede proporcionar una buena aproxima-
ción para estas magnitudes, las cuales varían fuertemente en función de la coorde-
nada x3 . De hecho, una aproximación mucho mejor para las tensiones rasantes es la
dada por la aproximación de la fórmula de Collignon-Jourawski, o por las fórmulas
de la Sección 6.4. Podríamos pensar que las expresiones anteriores sirven al menos
para estimar correctamente los valores medios de τ13 y γ13 . Sin embargo, se conoce
que la energía de distorsión total es sobreestimada al calcularla con las expresiones
de (6.30) y (6.31). Siguiendo el procedimiento propuesto por Timoshenko, modifi-
caremos la ecuación constitutiva que vincula la tensión rasante τ13 con la distorsión
angular γ13 utilizando la siguiente expresión:
τ13 = k3 Gφ , (6.32)
Ψ = 12 Ex32 κ2 + 12 k3 Gφ2 .
∂1 Q + q = 0 , ∂1 M + m = Q ,
φ = θ + ∂1 w , κ = ∂1 θ ,
Q = GA∗ φ , M = EI33 κ ,
w(x1i ) = ŵ , θ(x1i ) = θ̂ , Q(x1f ) = Q , M(x1f ) = M .
Ejercicio 6.23 Muestre que los valores de τ13 y γ13 en la teoría de Timoshenko
son, respectivamente, Q/A y Q/(k3 GA). Una forma de definir un valor adecuado
para k3 consiste en igualar la energía de deformación producida por la fuerza
cortante en la sección transversal con la energía calculada admitiendo la fórmula
de Collignon-Jourawski:
Z Z
1 1
γ13 τ13 da = γCJ τCJ da ,
2 A 2 A 13 13
170 6. Barras rectas
donde las cargas externas son definidas con las mismas expresiones que en el caso
de la viga de Timoshenko. El siguiente ejercicio es algo difícil, puesto que la hipó-
tesis cinemática de Euler-Bernoulli no es de la forma estudiada en la Sección 6.5.2.
Aún así, se resuelve sin mayores dificultades integrando por partes dos veces.
en la siguiente forma:
∂1 Q + q = 0 , ∂1 M + m = Q ,
κ = −∂211 w , M = EI33 κ ,
w(x1i ) = ŵ , −∂1 w(x1i ) = θ̂ , Q(x1f ) = Q , M(x1f ) = M .
Muestre que el momento flector puede ser definido por la expresión (6.35), mien-
tras que la fuerza cortante no. ¿Qué interpretación física puede atribuirse enton-
ces a la incógnita Q?
Un poco de historia
El modelo de viga de Euler-Bernoulli es el más antiguo, más conocido, más
estudiado y más enseñado entre todos los modelos de viga. Es por lo tanto el modelo
de viga de referencia, tanto en el mundo académico como profesional, a pesar de
que en la actualidad tal vez sea probablemente menos utilizado que el modelo de
Timoshenko, el cual prevalece cuando cálculos son realizados utilizando el método
de los elementos finitos.
La importancia histórica del modelo de viga de Euler-Bernoulli obliga a repasar
brevemente las circunstancias de su aparición. El modelo aparece en el siglo XVII,
como un modelo unidimensional no derivado desde las ecuaciones de la elastici-
dad, porque las mismas todavía no eran conocidas. Jakob Bernoulli (1654-1705)
fue quien primero descubrió lo que él llamó el teorema dorado, el cual expresaba
la relación entre el momento flector en una viga y el radio de curvatura de su línea
media, el cual era expresado en función de la representación paramétrica de la cur-
va deformada, utilizando para ello herramientas del cálculo, que era entonces una
disciplina matemática recientemente creada. Bernoulli propuso su descubrimiento
como un ejercicio para la sociedad de matemáticos, dando como pista un anagra-
ma, y prometiendo que revelaría la solución en el próximo festival de la cosecha,
es decir, en forma similar a como Robert Hooke (1675-1703) había dado a conocer
su descubrimiento sobre la elasticidad de resortes. Tres años más tarde Bernoulli
revelaría su descubrimiento a la comunidad, haciendo pública la siguiente fórmula,
donde x es la coordenada horizontal y también el parámetro independiente utili-
zado para recorrer la curva, mientras que s y y son el parámetro de longitud y la
coordenada vertical:
1 ds3
f (M) = , con R = . (6.37)
R d2 y dx
En la expresión anterior, Bernoulli indicaba que el radio de curvatura debía ser
función del momento flector, y que el mismo podía ser expresado en términos de
derivadas de las funciones s(x) y y(x). Esta fue la primera vez que el problema
de flexión fue puesto en forma de una ecuación diferencial. Aún para funciones f
sencillas, la ecuación diferencial propuesta era muy difícil de resolver. Mucho más
difícil por ejemplo que la ecuación diferencial relacionada a la configuración de
172 6. Barras rectas
Note que el integrando de la expresión anterior coincide con la expresión (6.33) vá-
lida para la viga de Timoshenko, en el caso de ser despreciable la distorsión angular
φ, puesto que en ese caso importa solamente el término 21 EI33 κ2 con κ2 = (∂211 w)2 ,
siendo ∂211 w una aproximación válida para el inverso del radio de curvatura en el
caso de pequeñas deformaciones.
Pronto Leonhard Euler obtuvo y publicó soluciones para el problema en térmi-
nos de series de funciones, las cuales le permitieron dibujarlas esquemáticamente.
Algunas características notables del trabajo de Euler son listadas a continuación:
Elementos planos
es la siguiente:
u1 (P) = u1 (x1 , x2 ) , u2 (P) = u2 (x1 , x2 ) , u3 (P) = 0 .
Es fácil ver que para este caso particular de desplazamientos se tiene:
ε33 = γ13 = γ23 = 0 .
Sin considerar estas componentes nulas ni la componente σ33 , que veremos po-
drá calcularse a partir de σ11 y σ22 , las incógnitas principales en el caso de estado
plano de deformaciones serán las funciones u1 , u2 , ε11 , ε22 , γ12 , σ11 , σ22 y τ12 que
consideraremos funciones dependientes únicamente de x1 y x2 .
Para lo que sigue será conveniente utilizar la ecuación constitutiva del caso tridi-
mensional en términos de E y ν, la cual en forma matricial puede expresarse como:
ε11 1 −ν −ν 0 0 0 σ11
ε −ν 1 −ν 0 0 0 σ22
22
ε33 1 −ν −ν 1 0 0 0 σ33
= . (7.1)
γ12 E 0 0 0 2(1 + ν) 0 0 τ12
γ13 2(1 + ν) 0 τ13
0 0 0 0
γ23 2(1 + ν) τ23
0 0 0 0 0
Veamos cómo obtener una ecuación constitutiva reducida en términos de las
variables relevantes. Utilizando (7.1), tenemos:
γ13 = γ23 = 0 ⇒ τ13 = τ23 = 0 ,
1
ε33 = 0 ⇒ (−ν(σ11 + σ22 ) + σ33 ) = 0 .
E
Por lo tanto σ33 = ν(σ11 + σ22 ). Teniendo en cuenta este resultado y sustituyéndolo
en la ecuación constitutiva (7.1) tenemos:
1 1 − ν2 ν
ε11 = (σ11 − νσ22 − ν2 (σ11 + σ22 )) = σ11 − σ22 ,
E E 1−ν
1 1 − ν 2 ν
ε22 = (σ22 − νσ11 − ν2 (σ11 + σ22 )) = σ22 − σ11 ,
E E 1−ν
1 1−ν 2
ν
γ12 = (2(1 + ν)τ12 ) = 2 1+ τ12 .
E E 1−ν
Entonces, llamando
E ν
Ē = , ν̄ = ,
1−ν 2 1−ν
se obtiene la siguiente ecuación constitutiva reducida:
ε11 0 σ11
1 −ν̄
1
ε22 = −ν̄ 1 0 σ22 .
γ12 Ē 0 0 2(1 + ν̄) τ
12
Veremos que este resultado nos permitirá tratar los problemas de estado plano
de deformaciones en la misma forma que los problemas de estado plano de ten-
siones descritos en la Sección 7.2, pero con los nuevos valores introducidos de las
propiedades materiales.
7.2. Estado plano de tensiones 177
Ē E
Ḡ := = = G.
2(1 + ν̄) 2(1 + ν)
¿Cuál es la justificación física de este resultado?
Ejercicio 7.2 Muestre que para el estado plano de deformaciones los parámetros
materiales Ē y ν̄ cumplen: Ē > 0 y −1/2 < ν̄ < 1. Muestre que la ecuación
constitutiva reducida es dada por:
Las incógnitas principales serán las funciones u1 , u2 , ε11 , ε22 , γ12 , σ11 , σ22 y τ12
que consideraremos funciones dependientes únicamente de x1 y x2 . Las deforma-
ciones y las tensiones estarán relacionadas por la ecuación constitutiva (7.1), que se
178 7. Elementos planos
e3
Las deformaciones que no son tenidas en cuenta inicialmente pueden ser calcu-
ladas posteriormente utilizando la ecuación constitutiva (7.1) y los valores conoci-
dos de las tensiones, es decir:
Ejercicio 7.3 Muestre que la solución del estado plano de tensiones satisface
las ecuaciones de compatibilidad de Saint-Venant si y solamente si:
ν
a) ε33 = − (σ11 + σ22 ) es un campo con variación lineal, y
E
b) ∂212 γ12 − ∂222 ε11 − ∂211 ε22 = 0 .
7.3. Función de tensiones de Airy 179
Muestre que las funciones ū1 , ū2 , ε̄11 , ε̄22 , γ̄12 , σ̄11 , σ̄22 , τ̄12 , satisfacen exacta-
mente todas las ecuaciones del problema de elasticidad lineal correspondientes
al estado plano de tensiones, para los datos también calculados como los valo-
res medios de los datos del problema tridimensional. ¿Qué puede decirse de las
ecuaciones de compatibilidad?
C0
t
n
C
O
C, si sobre esa curva actuara el vector tensión dado por T̄. Por el equilibrio de la
zona gris en la Figura 7.2 se tiene que FC y MC no pueden depender de la curva C
considerada, sino solamente de los puntos O y P. Tomando O fijo en el origen del
sistema de coordenadas, FC y MC dependerán solamente de las coordenadas x1 y x2
del punto P. En particular nos interesarán las componentes no nulas:
Z Z Z
F1 = e1 · T̄n ds , F2 = e2 · T̄n ds , M3 = e3 · r × T̄n ds . (7.2)
C C C
En componentes tenemos:
∂1 ψ = −F2 , ∂2 ψ = F 1 .
No es difícil mostrar que para cualquier función ψ las tensiones σ11 , σ22 , y τ12
dadas por las expresiones anteriores están en equilibrio con el campo de fuerzas de
volumen b (vea el Ejercicio 7.7). Note que, en componentes, la ecuación puntual de
equilibrio se expresa en la forma:
∂222 σ11 − ν̄∂222 σ22 + ∂211 σ22 − ν̄∂211 σ11 − 2(1 + ν̄)∂212 τ12 = 0 . (7.11)
Note que la derivada ∂212 τ12 puede ser despejada sumando la primer ecuación de
equilibrio (7.7) derivada respecto de x1 con la ecuación de equilibrio (7.8) derivada
respecto de x2 para obtener:
Observación 7.6 Note que el valor del módulo de Young no es relevante para
determinar la solución ψ (suponiendo que las condiciones de contorno son en
tensiones y por lo tanto el módulo de Young tampoco participa en ellas). Note
también que si el potencial V es una función armónica, entonces ψ será biarmó-
nica y además el valor del coeficiente de Poisson tampoco será relevante para
hallar ψ.
Para el caso de estado plano de tensiones el problema a resolver es similar, pero
en la ecuación diferencial aparece ν en vez de ν̄, es decir:
Además, sabemos que la solución no será exacta a menos que ε33 sea lineal, es decir,
a menos que ν sea cero o que σ11 + σ22 sea lineal:
Ejercicio 7.7 Muestre que las ecuaciones de equilibrio (7.7)–(7.8) son satisfe-
chas para tensiones obtenidas a partir de cualquier función de Airy.
Ejemplo 7.9 (Funciones cuadráticas y cúbicas) Considere un caso donde las fuer-
zas de volumen son nulas, es decir, V = 0, y la función ψ es cuadrática homogé-
nea:
1 1
ψ(x1 , x2 ) = ax12 + bx1 x2 + cx22 .
2 2
No es difícil mostrar que la función ψ así definida satisface la ecuación (7.12),
en el caso de estado plano de tensiones, o la ecuación (7.14) en el caso de estado
plano de deformaciones. Para esta función, de las ecuaciones (7.6) obtenemos el
siguiente estado homogéneo de tensiones:
Ejercicio 7.10 Considere una chapa de largo 2`, altura 2h y espesor e, en estado
plano de tensiones, sometida a tracción o flexión, como se muestra en la figura.
Hallar la función de Airy y el correspondiente estado de tensiones en equilibrio
con las acciones externas en cada caso, suponiendo que la función de Airy es,
respectivamente al caso, cuadrática o cúbica. Muestre que en estos casos la teoría
unidimensional de barras y vigas proporciona las soluciones exactas.
x2 x2
F F M M
2h 2h
x1 x1
2` 2`
184 7. Elementos planos
Ejercicio 7.11 Considere una chapa de largo 2`, altura 2h y espesor e, en estado
plano de tensiones, sometida a flexión y cortante, como se muestra en la figura.
Halle la función de Airy suponiendo que la misma es cuártica (no necesariamen-
te homogénea) y que la teoría de vigas proporciona el resultado exacto para las
tensiones σ11 . Halle el estado de tensiones en equilibrio con las acciones exter-
nas, y muestre que la teoría unidimensional de vigas proporciona los mismos
resultados en este caso, donde las tensiones rasantes son dadas por la fórmula de
Collignon-Jourawski. ¿Son exactas las soluciones obtenidas?
V x2 V
M M
2h M = V`
x1
2`
bio, en los apoyados las curvas no tienen que ser necesariamente normales al borde,
puesto que las tensiones actuantes sobre el cuerpo podrían tener una componente
rasante no nula.
Arcos y cables son elementos alargados que conducen las cargas aplicadas so-
bre ellos hacia sus extremos en la dirección de su eje (en un sentido que luego
estableceremos en forma más rigurosa). Siendo que nuestro componente estructural
puede ser visto como un entramado de arcos y cables, ese entramado nos sugiere
la forma en que las cargas aplicadas sobre el componente son conducidas hacia los
apoyos. Sin embargo, el funcionamiento del sistema de arcos y cables es bastante
más complejo de lo que ocurre en un arco o cable aislado. Esto ocurre porque los ar-
cos, por ejemplo, no conducen toda la carga que reciben en su dirección. Solamente
parte de la misma es desviada en su dirección, mientras que parte es conducida por
elementos perpendiculares al mismo hacia otro arco inferior. De hecho, podemos
186 7. Elementos planos
ver los arcos superiores como apoyados en los inferiores a través de los elementos
perpendiculares que los unen y que garantizan la compatibilidad de deformaciones.
Las cargas en el sistema discreto de arcos y cables son entonces conducidas tanto en
la dirección de los arcos como en la dirección de los cables, por lo cual, si existiera
la posibilidad de definir una dirección efectiva de transmisión de cargas, la misma
sería una combinación lineal de las direcciones definidas por los arcos y los cables,
es decir, una dirección del plano que se aproximará a la dirección de una de las
familias de isostáticas en el caso en que exista una tensión principal mucho mayor
a la otra (como ocurre en las cercanías de los apoyos en el ejemplo de la viga).
El diagrama de isostáticas para un componente estructural puede tener diversas
aplicaciones. Por ejemplo, la teoría de vigas de Euler-Bernoulli, así como también la
teoría de vigas de Timoshenko de la Sección 6.5.5, predice un estado de corte simple
en la línea media de la viga, por lo cual las líneas isostáticas deberían intersecar la
línea media formando un ángulo de π/4 radianes, lo cual puede observarse en el
ejemplo excepto en las cercanías de los apoyos y de la carga externa central. Las
líneas isostáticas nos indican por lo tanto que las tensiones predichas por la teoría
de vigas pueden en realidad ser muy diferentes a las reales en esas regiones.
Otra aplicación importante del diagrama de isostáticas se encuentra en el caso
de trabajar con un material que presenta muy bajo límite elástico cuando es pues-
to en tracción. El hormigón, por ejemplo, es un material que puede ser altamente
resistente cuando es sometido a compresión, pero en cambio es muy débil y de com-
portamiento frágil cuando es sometido a tracción. Siendo que los valores máximos
de la tensión normal de tracción ocurren en una de las direcciones principales, la
pieza fisurará en planos normales a las direcciones principales de tracción cuando
sea sometida a cargas de cierta magnitud. Si la viga del ejemplo es compuesta por
hormigón, las fisuras aparecerían en la zona inferior, siguiendo aproximadamente
la trayectoria de las isostáticas de compresión, atravesando las isostáticas de trac-
ción que indicarían los cables que estarían fallando en el modelo de arcos y cables.
En estructuras de hormigón armado se colocan barras de acero en el interior de
la pieza, las cuales cumplen de mucho mejor manera con la función que tendrían
los elementos traccionados de hormigón en el sistema de arcos y cables. Una po-
sibilidad sería entonces colocar barras de acero con la geometría de las isostáticas
traccionadas. Esto no es realizado exactamente así por diversas razones, comenzan-
do con las constructivas: es mucho más fácil diseñar y colocar barras rectas. Esto
es posible porque no es necesario que las barras de acero sean perpendiculares a las
fisuras, basta que las atraviesen para conformar un sistema adecuado. Por otra parte,
el sistema de arcos y cables del cuerpo homogéneo no conforma una estructura óp-
tima. Otro sistema puede ser mejor, y de hecho las barras de acero localizadas en el
lugar correcto y con la dirección adecuada modifican el diagrama de isostáticas (el
análisis de cuerpo homogéneo ya no es más válido) lo cual permite inclusive obte-
ner un sistema de arcos y cables más eficiente. Por ejemplo, las barras de acero son
más eficientes si son colocadas cercanas al borde inferior, ignorando otras curvas
del diagrama de isostáticas localizadas más cerca de la línea media de la viga, como
es mostrado en la Figura 7.5. De todas maneras, y sobretodo en piezas de geometría
7.4. Curvas isostáticas y flujo de cargas 187
Figura 7.5: Trayectoria usual de las fisuras en la viga de hormigón armado. En azul
se muestra la geometría escogida para las principales barras de acero utilizadas en
vigas de este tipo.
Es un campo vectorial que en cada punto tiene divergencia nula, pues la ecua-
ción puntual de equilibrio expresa, para fuerzas de volumen nulas, la igualdad
∇ · v2 = ∂1 τ12 + ∂2 σ22 = 0. Esto significa que el campo vectorial podrá ser
asociado a una magnitud que se conserva, como ocurre, por ejemplo, con el
campo de velocidades de un fluido incompresible, el cual conserva su volu-
men.
Una vez que tenemos el campo vectorial v2 , estamos listos para identificar cómo
se corresponden las magnitudes de nuestro problema con las del flujo de un fluido
incompresible. El caudal de fluido que pasa a través de una superficie S se calcula
como la integral en S del flujo normal v2 · n, donde n es la dirección normal a
S en un determinado punto. En nuestro problema, si llamamos f = Tn al vector
tensión en un punto de S, tenemos que el flujo normal es v2 · n = e2 · f, es decir,
la componente vertical f2 del vector tensión. Por lo tanto, lo que es un caudal en
el problema del fluido incompresible se transforma en la componente vertical de la
fuerza total sobre la superficie S en nuestro problema.
La Figura 7.6 muestra gráficamente las curvas de flujo del campo v2 . Sobre
las mismas se han dibujado las superficies Sa , Sb y Sc . Como estas superficies son
atravesadas por las mismas líneas de flujo, el caudal en las superficies es el mismo, y
por lo tanto la componente vertical de la fuerza aplicada sobre las tres superficies es
la misma. Esta construcción muestra la utilidad del diagrama presentado y permite
entonces visualizar el flujo de cargas no solo en forma cualitativa sino también en
forma cuantitativa.
Sb Sa
Sc
Figura 7.6: Flujo de las cargas verticales en la viga. Note que el flujo es dirigi-
do mayormente desde la superficie donde se aplican las cargas externas hacia los
apoyos.
Note que también podríamos trabajar con el campo v1 = Te1 , es decir, trabajar
con la componente horizontal de las fuerzas de la misma manera que lo hicimos con
la componente vertical. Es cierto que las cargas externas no aportan componente
horizontal, pero en el interior de la viga ese campo tiene relevancia. De hecho, las
fuerzas horizontales actuando sobre superficies de normal horizontal en la región
inferior de la viga son las que la hacen fisurar cuando es construida con hormigón,
como vimos en la sección anterior. La Figura 7.7 muestra el flujo horizontal de
cargas.
En problemas tridimensionales tendríamos un tercer flujo de cargas: el que se
obtendría del campo de velocidades v3 = Te3 . Tendríamos entonces tres flujos re-
7.4. Curvas isostáticas y flujo de cargas 189
Figura 7.7: Flujo de las cargas horizontales en la viga. Note el flujo horizontal en la
zona inferior, el cual se traduce en una fuerza de tracción horizontal capaz de fisurar
la viga de hormigón.
El Cuadro 7.1 muestra la analogía existente entre las expresiones del problema
de conducción de calor en la situación de equilibrio en un material de respuesta
lineal, y el problema de elasticidad lineal tal como lo hemos estudiado. Note que
se ha considerado un caso más general para el problema de elasticidad lineal que
en la sección anterior, pues ahora pueden existir fuerzas de volumen. Note que para
el problema de conducción de calor se ha llamado θ a la temperatura absoluta, y se
ha introducido la notación g para el gradiente de la temperatura ∇θ solamente para
destacar más la analogía entre los dos problemas. La diferencia de signo en algunas
ecuaciones no es esencial puesto que se evitaría trabajando con el vector q̄ = −q.
Queda todavía sin responder la siguiente pregunta: ¿cuál es la cantidad o magni-
tud conservada en el problema de elasticidad que es análoga al calor en el problema
de conducción de calor? Para responder a esa pregunta debemos recordar algunos
conocimientos de mecánica newtoniana. Sean los cuerpos C1 y C2 que interaccio-
nan mutuamente. La intensidad de la interacción de naturaleza mecánica que ocurre
entre los dos cuerpos es lo que llamamos fuerza. A la fuerza sobre el cuerpo C1 que
resulta de la interacción mecánica con el cuerpo C2 la podemos llamar F12 . ¿Cuál es
la cantidad transferida al cuerpo C1 ? La respuesta nos la proporciona la segunda ley
de Newton. Siendo que para el cuerpo C1 se cumple F12 = ∂t (m1 v1 ), donde m1 v1 es
la cantidad de movimiento del cuerpo C1 , tenemos que la fuerza F12 mide la inten-
190 7. Elementos planos
del tensor de tensiones, es cierto también que sería posible colorear las isostáticas de
forma de describir también la magnitud de las tensiones principales), por lo cual en
ese sentido es rigurosamente correcta la idea muy extendida de que el diagrama de
isostáticas representa el flujo de cargas que ocurre desde las regiones de aplicación
de las cargas externas hacia los apoyos.
En el caso que las cargas estén mayormente dirigidas según direcciones del
plano medio, y presenten además simetría con respecto a ese plano, es razonable
adoptar una hipótesis cinemática que simplemente desplace cada segmento tranver-
sal de acuerdo con una dirección del plano. En términos matemáticos, la hipótesis
cinemática quedaría así:
Note que las expresiones anteriores se obtienen a partir de la expresión general (7.15)
utilizando un tensor U muy simple, y que los desplazamientos generalizados defi-
nidos en A se han llamado u1 y u2 , lo cual constituye un abuso de notación, puesto
que las componentes del desplazamiento tridimensional tienen el mismo nombre.
De acuerdo con la teoría general, tenemos:
1 0
∂1 u1 ∂2 u1
! !
u1
U = 0 1 , d= , e= . (7.25)
u2 ∂1 u2 ∂2 u2
0 0
7.5. Elementos estructurales planos 195
donde se observa que las derivadas cruzadas ∂2 u1 y ∂1 u2 del tensor e aparecen su-
madas. Teniendo esto en cuenta, en la formulación final utilizaremos ε11 , ε22 y γ12
como medidas de deformación en lugar de las componentes de e.
Por su parte, las componentes no nulas del tensor de tensiones que se obtienen
utilizando las ecuaciones (7.16)–(7.18) son las siguientes:
x3
N11
T12
x2
T12
N22
Tnt
t Nnn
x1
Figura 7.8: Placa cargada en su plano. Vista de las fuerzas internas que actúan so-
bre una pequeña porción de la misma. Para la cara frontal la fuerza actuante fue
descompuesta de acuerdo con la base {n, t, e3 } alineada con la superficie.
las superficies superior e inferior (similar a como ocurre en vigas de acuerdo con la
fórmula aproximada de Collignon-Jourawski). Se produce entonces un fenómeno
similar al que ocurre en la viga de Timoshenko, en donde la energía de deformación
producida por las tensiones rasantes es sobrestimada. Para aliviar ese problema, en
la placa de Mindlin-Reissner se utiliza el mismo truco de introducir el coeficien-
te k3 en las ecuaciones constitutivas de las tensiones rasantes τ13 y τ23 . El valor
usual utilizado es k3 = 5/6, es decir, el valor correspondiente a la sección transver-
sal rectangular de acuerdo con el Ejercicio 6.23. Con eso, las expresiones para las
tensiones quedan así:
σ11 = Ē (ε11 + νε22 ) , τ12 = Gγ12 , (7.36)
σ22 = Ē (νε11 + ε22 ) , τ13 = k3 Gγ13 , (7.37)
σ33 = 0 , τ23 = k3 Gγ23 . (7.38)
Las fuerzas internas y externas de la formulación las obtenemos utilizando las
expresiones generales (7.23) y (7.21):
M11 M12 m1 M1
K = M12 M22 , q = m2 , F = M2 ,
Q13 Q23 q3 Q3
Las expresiones constitutivas para las fuerzas internas en función de los despla-
zamientos generalizados las obtenemos a partir de las expresiones anteriores y las
ecuaciones constitutivas, con lo cual se obtiene:
M11 = ĒI(κ11 + νκ22 ) , M22 = ĒI(νκ11 + κ22 ) , M12 = 2GIκ12 , (7.39)
h3
Q13 = k3 Ghφ13 , Q23 = k3 Ghφ23 , I= . (7.40)
12
7.5. Elementos estructurales planos 199
Podemos ahora pasar a plantear el primer teorema del trabajo virtual para hallar
la formulación débil de la placa de Mindlin-Reissner. Al igual que en la sección
anterior, consideremos que en las superficies superior e inferior actúan fuerzas de
superficie dadas por f + y f − . Luego discutiremos los diferentes casos típicos de
condiciones de apoyo. Por el momento consideremos el caso en que el contorno
lateral conocemos los desplazamientos û en los segmentos transversales que atra-
viesan ∂Au y el campo de tensiones f en los segmentos que atraviesan ∂A f . Así, la
formulación débil se obtiene directamente y consiste en hallar los desplazamientos
generalizados (θ1 , θ2 , u3 ) ∈ Uθ1 θ2 u3 tales que:
Z
M11 κ̄11 + M22 κ̄22 + 2M12 κ̄12 + Q13 φ̄13 + Q23 φ̄23 da
A Z Z
= m1 θ̄1 + m2 θ̄2 + q3 ū3 da + M1 θ̄1 + M2 θ̄2 + Q3 ū3 ds
A ∂A f
La expresión anterior puede ser utilizada para obtener una formulación de ele-
mentos finitos para hallar soluciones aproximadas para la placa de Mindlin-Reiss-
ner. En cambio veamos cómo quedaría la formulación fuerte del problema, de la
cual resta hallar la ecuaciones puntuales de equilibrio y las condiciones de contorno
mecánicas. Las primeras, de acuerdo con la teoría general, quedan así:
M11 n1 + M12 n2 = M1 ,
M12 n1 + M22 n2 = M2 ,
Q13 n1 + Q23 n2 = Q3 .
Note que las dos primeras ecuaciones de las anteriores expresan un equilibrio
de momentos en componentes según las direcciones e1 y e2 de la base canónica,
mientras que la última ecuación expresa el equilibrio de fuerzas según la dirección
e3 . En el caso de las dos primeras, también podemos expresar el equilibrio según
una base alineada con el contorno de la placa, como se muestra en la Figura 7.9. Así,
si n, de componentes n1 y n2 , es el vector normal al contorno y t, de componentes
t1 y t2 , es el vector tangente al mismo, entonces, llamando
x3 Q13
M12
M11
x2
M22
Q23
M12
Qn3
Mnn
t Mnt
x1
Figura 7.9: Placa de Mindlin-Reissner. Vista de las fuerzas internas que actúan so-
bre una pequeña porción de la misma. Para la cara frontal la fuerza interna actuante
fue descompuesta de acuerdo con fue descompuesta de acuerdo con la base {n, t, e3 }
alineada con la superficie. Note que la regla de la mano derecha que define la di-
rección de los vectores momento puede conducir a direcciones diferentes a las de la
base utilizada.
Una característica de la placa de Mindlin es que las tensiones que actúan sobre
un corte transversal pueden ser calculadas a partir de las fuerzas internas que actúan
sobre el mismo. Así, supongamos que conocemos Mnn , Mnt y Qn3 . Entonces las
ecuaciones constitutivas (7.39)–(7.40), expresadas en la base {n, t, e3 }, nos permiten
calcular κnn + νκtt , κnt y φn3 . Esas deformaciones son suficientes para calcular las
tensiones que actúan en el corte transversal utilizando las ecuaciones (7.32)–(7.34)
y (7.36)–(7.38):
Condiciones de contorno
θn = θ1 n1 + θ2 n2 , θt = θ1 t1 + θ2 t2 .
Este es el caso habitual en que la placa está fuertemente adherida a una es-
tructura muy rígida que le impida los desplazamientos, como ser una viga
muy rígida a flexión y torsión. En esa situación se tienen estas condiciones de
contorno con funciones θ̂n , θ̂t , y û3 nulas.
Borde libre: En este caso no hay apoyos, por lo que las condiciones son:
En algunos casos pueden existir dudas acerca de qué tipo de apoyo debe ser
considerado. Lo usual es que se deba considerar solamente el empotramiento duro,
el apoyo simple blando y el borde libre. Afortunadamente las placas no suelen en-
contrarse en forma aislada, sino que forman parte de una estructura a la cual están
vinculadas. En ese caso debe evaluarse la naturaleza de esos vínculos, en particular
si su resistencia mecánica permite o no la continuidad de desplazamientos.
Aquí conviene introducir las fuerzas internas cortantes en equilibrio con los
momentos, es decir las fuerzas Q13 y Q23 que satisfacen las ecuaciones de equili-
brio (7.42)–(7.43). Note que hemos despreciado las deformaciones φ13 y φ23 pero
no las fuerzas internas cortantes. A primera vista esto puede parecer inconsisten-
te, pero es necesario si queremos preservar las ecuaciones de equilibrio clásicas.
Como hemos considerado que φ13 y φ23 son nulas, ya no tendremos ecuaciones
constitutivas para las fuerzas cortantes. Ellas quedan definidas únicamente por las
expresiones de equilibrio. Con eso, introduciendo las fuerzas internas y externas en
la base {n, t, e3 }, tenemos:
Z Z
−Q13 θ̄1 − Q23 θ̄2 da + (Mnn − Mn )θ̄n + (Mnt − Mt )θ̄t ds
A ∂A f
Z Z
= q3 ū3 da + Q3 ū3 ds ∀ū3 ∈ Wu3 .
A ∂A f
Falta solamente un paso para aplicar el teorema fundamental del calculo de va-
riaciones y así obtener las expresiones de equilibrio que nos faltan para completar
la formulación fuerte del problema. La dificultad con la expresión anterior es que θ̄t
no es independiente de ū3 . De hecho, θ̄t = θ̄1 t1 + θ̄2 t2 = −∂ s ū3 .
Por simplicidad, asumiremos que las funciones Mnn y Mn son continuas y dife-
renciables con respecto al parámetro de arco s en el contorno ∂A f excepto por un
único punto de parámetro s0 , en donde existen los límites laterales que valen M−nt y
204 7. Elementos planos
Mt− del lado s < s0 y M+nt y Mt+ del lado s > s0 . Utilizaremos la notación [ f ] s0 para
el salto de una función f en s0 , es decir,
A partir de la expresión final (7.50), imponiendo que cada término sea nulo para
todo posible desplazamiento virtual, se obtiene una última ecuación de equilibrio,
la cual coincide con la ecuación (7.44) de la teoría de Mindlin-Reissner, y tres con-
diciones mecánicas de contorno, la primera Vn3 = V3 expresada en términos de las
llamadas fuerzas efectivas Vn3 y V3 , la segunda Mnn = Mn tal como en la placa de
Mindlin-Reissner y una tercera [Mnt ] s0 = [Mt ] s0 que todavía debemos interpretar.
En resumen, la teoría de placas de Kirchhoff-Love posee una sola incógnita cine-
mática, el desplazamiento transversal u3 de los segmentos transversales. Las defor-
maciones generalizadas de la teoría son κ11 = −∂11 u3 , κ22 = −∂22 u3 y κ12 = −∂12 u3 ,
las cuales se relacionan con los momentos internos M11 , M22 y M12 con las mismas
expresiones que en la teoría de Mindlin-Reissner. Las ecuaciones de equilibrio tam-
bién son las mismas, donde las dos primeras son en realidad expresiones utilizadas
para definir las fuerzas cortantes Q13 y Q23 mientras que la restante es sí la verda-
dera ecuación de equilibrio de la teoría. Las condiciones de contorno cinemáticas y
mecánicas en los distintos tipos de apoyo son las siguientes:
Empotramiento:
θn = θ̂n , u3 = û3 .
7.5. Elementos estructurales planos 205
Apoyo simple:
Mnn = Mn , u3 = û3 .
Borde libre:
Mnn = Mn , Vn3 = V3 , [Mnt ] s0 = [Mt ] s0 .
Con eso, al menos desde el punto de vista del trabajo virtual que realizan, la fuerza
cortante Q3 y el momento torsor Mt son equivalentes a la fuerza cortante efectiva
V3 y a una fuerza puntual de magnitud [Mt ] s0 localizada en el punto de disconti-
nuidad. No habiendo diferencia en el trabajo virtual externo, ambos sistemas de
fuerzas tienen el mismo efecto en la placa de Kirchhoff-Love. Las condiciones de
contorno encontradas aseguran que el trabajo interno sea igual al trabajo externo,
independientemente de la forma específica que tengan la fuerzas externas.
q0 b21
κ11 = 2 cos (b1 x1 ) cos (b2 x2 ) ,
ĒI b21 + b22
q0 b22
κ22 = 2 cos (b1 x1 ) cos (b2 x2 ) ,
ĒI b1 + b2
2 2
−q0 b1 b2
κ12 = 2 sin (b1 x1 ) sin (b2 x2 ) .
ĒI b1 + b2
2 2
Note que se cumplen las condiciones de contorno mecánicas del tipo Mnn = 0
en los cuatro bordes. Sin embargo, el momento torsor no es nulo en los bordes,
lo cual no invalida la solución, puesto que el momento torsor no se prescribe en
7.5. Elementos estructurales planos 207
b21 + b22 2
−q0 b2 a2
Vn3 = 2 (2 − ν)b1 + b2 cos (b1 x1 ) en x2 = ± ,
2 2
b21 + b22 2
2(1 − ν) q0 b1 b2
[Mnt ] = 2 en los cuatro vértices.
b21 + b22
Las fuerzas transversales del apoyo deberán ser entonces las expresadas en las
ecuaciones anteriores, pues las mismas son equivalentes e interpretables como
fuerzas transversales. En particular, se tiene que los apoyos ejercerán sobre la
placa fuerzas puntuales en los vértices de la misma, dirigidas en la dirección
contraria a las reacciones distribuidas. Se deja como ejercicio integrar las fuer-
zas anteriores para mostrar que se obtiene la misma fuerza total transversal F3
calculada anteriormente.
Ejercicio 7.19 Considere el problema del Ejemplo 7.18 y sea u3K la solución
de la teoría de Kirchhoff-Love. Muestre que para apoyos simples duros las fun-
ciones θ1M , θ2M y u3M propuestas a continuación son soluciones para la placa de
Mindlin-Reissner, y muestre también que las fuerzas internas son las mismas.
Ejercicio 7.20 Considere el problema del Ejemplo 7.18 y sea u3K la solución
de la teoría de Kirchhoff-Love. Muestre que para apoyos simples duros en x1 =
±a1 /2 y apoyos simples blandos en x2 = ±a2 /2 las soluciones para la placa de
Mindlin-Reissner son:
f = −ku3 e3 ,
Soluciones numéricas
Capítulo 8
u = u0 + α1 w1 + α2 w2 + . . . + αn wn , (8.1)
U 0 = {u0 + α1 w1 + α2 w2 + . . . + αn wn : α1 , . . . , αn ∈ R} ,
W0 = { β1 w1 + β2 w2 + . . . + βn wn : β1 , . . . , βn ∈ R} ,
β> Kα = β> F ∀β ∈ Rn ,
Kα = F . (8.3)
Lema 8.1 La matriz K es simétrica y positiva, es decir, β> Kβ > 0 para todo
β ∈ Rn . Si además el problema de elasticidad lineal corresponde a una estructura
estable y las funciones w1 , w2 ,. . . , wn son linealmente independientes, entonces
la matriz K es definida positiva, es decir β> Kβ > 0 para todo β , 0.
8.1. Método de Galerkin 215
Observación 8.2 Si se cumplen las hipótesis del lema anterior, entonces la ma-
triz K es simétrica y definida positiva. En ese caso la matriz K es invertible, y el
sistema lineal (8.3) tiene solución única. Por lo tanto, bajo las hipótesis del lema
anterior, la solución de Galerkin u ∈ U 0 es única.
a(u∗ , w) = `(w) ∀w ∈ W ,
a(u, w) = `(w) ∀w ∈ W0 .
a(u∗ − u, w) = 0 ∀w ∈ W0 .
a(u∗ − v, u∗ − v) = a(u∗ − u − e, u∗ − u − e)
= a(u∗ − u, u∗ − u) − 2a(u∗ − u, e) + a(e, e) .
en la Figura 8.2 donde todos los elementos son triangulares, todas las integrales
podrían ser realizadas sobre el mismo triángulo de referencia.
y
(x3e , ye3 )
( x̂, ŷ)
Ωe
ξ
1 (3) (η̂, ξ̂) (x1e , ye1 ) (x2e , ye2 )
x
Ω0 (2)
(1) 1 η
Figura 8.3: Triángulo lineal.
Matriz Jacobiana
Note que estas matrices Jacobianas son en realidad las transpuestas de las que habi-
tualmente se consideran en cursos de cálculo. Sin embargo, así son definidas en la
bibliografía de elementos finitos. La matriz J se calcula derivando las funciones de
forma. La matriz J−1 se calcula usualmente invirtiendo numéricamente la matriz J.
Pasemos entonces al cálculo de J. Las derivadas de las funciones x̂ y ŷ son:
∂ x Ni = ∂η Ni ∂ x η̂ + ∂ξ Ni ∂ x ξ̂ ,
∂y Ni = ∂η Ni ∂y η̂ + ∂ξ Ni ∂y ξ̂ ,
∂ x N1 ∂ x N2 ∂ x N3 ∂ x η̂ ∂ x ξ̂ ∂η N1 ∂η N2 ∂η N3
! ! !
⇒ = ,
∂y N1 ∂y N2 ∂y N3 ∂y η̂ ∂y ξ̂ ∂ξ N1 ∂ξ N2 ∂ξ N3
⇒ ∂ xy N̄ = J−1 ∂ηξ N̄ .
8.2. Elementos finitos: discretización 221
Elemento isoparamétrico
Visto que las funciones de forma definidas en Ωe “copian” los valores de las mis-
mas definidas en Ω0 , es fácil establecer condiciones sobre las funciones de forma
definidas en Ω0 , de forma tal que la línea 1 de la ecuación (8.4) se cumpla exacta-
mente. De la misma forma se muestra que las líneas 2 y 3 se cumplen exactamente
de forma automática, como plantea el siguiente ejercicio:
En esta sección veremos cómo aplicar el método de los elementos finitos a los
casos de estado plano de deformaciones o tensiones. Veamos primero el caso del
triángulo isoparamétrico lineal. El primer teorema del trabajo virtual aplicado al
elemento resulta en:
Z Z Z
C(Du ) : Dw dv = b · w dv + f · w da , ∀w ∈ We0
Ωe Ωe ∂Ωe
e
U1x
e
U1y
∂ x N1 ∂ x N2 ∂ x N3
0 0 0 e
U
= 0 ∂y N1 0 ∂y N2 0 ∂y N3 2x = BU .
e
(8.6)
e
U2y
∂y N1 ∂ x N1 ∂y N2 ∂ x N2 ∂y N3 ∂ x N3 e
U3x
e
U3y
8.3. Aplicación a estados planos 223
Finalmente, las componentes del tensor C(Du ) en estado plano de tensiones (igual
con Ē y ν̄ en vez de E y ν en estado plano de deformaciones) son dadas por:
σ xx 1 ν 0 ε xx
E
σyy = ν 1 0 εyy = CBUe . (8.7)
(1 − ν )
2
τ xy 0 0 2 (1 − ν) γ xy
1
Ya está todo preparado para aplicar el primer teorema del trabajo virtual. Ade-
más del desplazamiento u = NUe consideraremos un desplazamiento virtual w =
NWe representable con las mismas funciones de forma. Note que el producto esca-
lar C(Du ) : Dw = ε xx σ xx + εyy σyy + γ xy τ xy donde las deformaciones corresponden
al desplazamiento virtual w y las tensiones al desplazamiento real u. Por lo tanto,
tenemos:
Z Z Z
(W ) B CBU dv =
e > > e
(W ) N b dv +
e > >
(We )> N> f da , ∀We ∈ R6 .
Ωe Ωe ∂Ωe
y definiendo:
Z Z Z
K =
e
B CB dv ,
>
Feb = N b dv ,
>
Fef = N> f da ,
Ωe Ωe ∂Ωe
x1e , x2e , x3e , ye1 , ye2 , ye3 , N1 (η, ξ) , N2 (η, ξ) , N3 (η, ξ), C, b, f .
224 8. Método de los elementos finitos
∂η N1 ∂η N2 ∂η N3
!
N̄ = N1 N2 N3 , ∂ηξ N̄ = .
∂ξ N1 ∂ξ N2 ∂ξ N3
Derivadas respecto de x y y:
∂ xy N̄ = J−1 ∂ηξ N̄ .
Matrices N y B:
!
N1 0 N2 0 N3 0
N= ,
0 N1 0 N2 0 N3
∂ x N1 ∂ x N2 ∂ x N3
0 0 0
B = 0 ∂y N1 0 ∂y N2 0 ∂y N3 .
∂y N1 ∂ x N1 ∂y N2 ∂ x N2 ∂y N3 ∂ x N3
q ηi ξi wi grado
1 0,3333333333 0,3333333333 0,5 1
3 0,5 0,5 0,1666666667 2
0,0 0,5 0,1666666667
0,5 0,0 0,1666666667
4 0,3333333333 0,3333333333 −0,28125 3
0,6 0,2 0,2604166667
0,2 0,6 0,2604166667
0,2 0,2 0,2604166667
6 0,8168475730 0,0915762135 0,0549758718 4
0,0915762135 0,8168475730 0,0549758718
0,0915762135 0,0915762135 0,0549758718
0,1081030182 0,4459484909 0,1116907948
0,4459484909 0,1081030182 0,1116907948
0,4459484909 0,4459484909 0,1116907948
Ejercicio 8.10 Para el caso del elemento lineal calcule exactamente Ke y Feb
para los casos en que b es constante o lineal. Para un elemento de geometría
dada, compare esos resultados con los que se obtienen utilizando la cuadratura
de Gauss con uno y tres puntos.
226 8. Método de los elementos finitos
F3
3 4 7 8 5 6
2 2 2 2
3 K11 K12 · · · K16 U3 F3
2 U4 F 2
4
K21 · · 4
2
· · · U7 F7
7
= 2 ,
8
· · · U8 F8
5
· · · U5 F 2
5
2 2 2
6 K61 · · · · K66 U6 F6
donde en este caso el vector de fuerzas nodales considera las fuerzas de superfi-
cie correspondientes a los apoyos, las internas ejercidas por el elemento Ω1 y las
externas aplicadas sobre el lado derecho.
Ensamblando las ecuaciones de los dos elementos de la estructura obtenemos el
sistema siguiente:
1 2 3 4 5 6 7 8
1 1 1 1 1 1
1 K11 K12 K13 K14 K15 K16 0 0 U1 R1
1 1 1 1 1 1
K21 K22 K23 K24 K25 K26 0 0 U2 R2
2
1 1 1
+ 2 1
+ 2 1
+ 2 1
+ 2 2 2
3 K31 K32 K33 K11 K34 K12 K35 K15 K36 K16 K13 K14 U3 F3
4
1
K41 1
K42 1
K43 + K21
2 1
K44 + K22
2 1
K45 + K25
2 1
K46 + K26
2 2
K23 2
K24 U R
4 4
= ,
+ K51 + K52 + K55 + K56
1 1 1 2 1 2 1 2 1 2 2 2
5 K51 K52 K53 K54 K55 K56 K53 K54 U5 R5
1
K61 1
K62 1
K63 + K61
2 1
K64 + K62
2 1
K65 + K65
2 1
K66 + K66
2 2
K63 2
K64 U6 0
6
2 2 2 2 2 2
7
0 0 K31 K32 K35 K36 K33 K34 U F
7 7
2 2 2 2 2 2
8 0 0 K41 K42 K45 K46 K43 K44 U8 0
En esta sección veremos las condiciones que permiten garantizar que la solución
u del método de elementos finitos converge a la solución exacta del problema u∗
cuando reducimos el tamaño de elemento o aumentamos el grado de las funciones
de forma del elemento.
Llamaremos m al orden más alto de las derivadas que aparecen en la definición
de la energía de deformación. En el caso de la elasticidad lineal tenemos m = 1,
pero en otros problemas m puede ser mayor de 1, como por ejemplo en el caso de
la viga de Euler-Bernoulli donde se tiene m = 2.
C3. Completitud: las funciones de forma del elemento Ωe deben permitir repre-
sentar polinomios completos de grado m en el elemento Ωe . Vale la pena en-
fatizar que estamos hablando de Ωe y no Ω0 , es decir, las funciones de forma
del caso plano deben permitir representar polinomios completos de grado m
en las variables x y y.
a) b) c)
Otra forma equivalente de establecer esta condición es exigir que siempre que to-
memos valores nodales correspondientes con una función lineal, la interpolación de
elementos finitos proporcione esa misma función lineal en el interior del elemento.
En el caso de la elasticidad lineal, la condición C3 exige que se puedan represen-
tar exactamente desplazamientos que tengan asociado un tensor de deformaciones
constante. Por esta razón, a la condición C3 en el caso de la elasticidad lineal se
le suele llamar condición de deformación constante. Un caso particular es el de los
movimientos infinitesimales de cuerpo rígido, y puede demostrarse que otra forma
de expresar esa condición es la siguiente: si desplazamos todos los nodos siguiendo
un movimiento infinitesimal de cuerpo rígido, entonces todo el cuerpo debe despla-
zarse de acuerdo a ese movimiento, sin que se produzcan deformaciones de ningún
tipo. A esta condición se le llama condición del movimiento rígido.
ser aceptado como una condición menos rigurosa que las condiciones C2 y C3 y
que es a la vez necesaria y suficiente para garantizar la convergencia.
La idea del Patch test es la siguiente: a un arreglo irregular de elementos (patch
en inglés) como el mostrado en la Figura 8.7, se le impone las seis condiciones de
contorno dadas en la misma figura. Si se cumple: 1) el resultado del desplazamiento
en los nodos interiores (solamente en los nodos interiores, y no en puntos interiores
al elemento) se corresponde exactamente con la función constante o lineal impuesta
en los nodos del contorno, y 2) el gradiente del desplazamiento (y por lo tanto
deformaciones y tensiones) es exacto de acuerdo con la función constante o lineal
impuesta en los nodos del contorno, decimos que el elemento aprueba el Patch test.
La utilización de un arreglo irregular es necesaria puesto que algunos elementos que
no aprueban el Patch test lo aprobarían si se utilizara un arreglo regular.
Caso ux uy
1 1 0
2 0 1
3 x 0
4 0 x
5 y 0
6 0 y
1 Grado No términos
η ξ Constante 1
Lineal 3
η2 ηξ ξ2
Cuadrático 6
η3 η2 ξ ηξ2 ξ3 Cúbico 10
η4 η3 ξ η2 ξ2 ηξ3 ξ4 Cuártico 15
Para el caso de los elementos cuadriláteros existen dos métodos clásicos para
obtener las funciones de forma:
Elementos de Lagrange: En el caso de los elementos cuadriláteros es rela-
tivamente simple obtener funciones de forma para diferente grado de los po-
linomios utilizados. Basta utilizar el producto de los polinomios de Lagrange
232 8. Método de los elementos finitos
Ejercicio 8.12 Muestre que la suma de las funciones de forma del cuadrilátero
isoparamétrico de Lagrange de grado k es 1.
Ejercicio 8.13 Suponga que se desea resolver los Ejemplos 7.10 y 7.11 utilizan-
do el método de los elementos finitos. Considere el caso más simple en que los
elementos en la estructura son cuadrados con los lados paralelos a los ejes. De-
termine con cuáles de los elementos cuadriláteros de Lagrange se podría hallar
la solución exacta en cada caso, analizando las soluciones bidimensionales ana-
líticas de esos ejemplos y los polinomios que los elementos pueden representar.
8.4. Condiciones de convergencia 233
1
η ξ
η2 ηξ ξ2
η3 η2 ξ ηξ2 ξ3
η4 η3 ξ η2 ξ 2 ηξ3 ξ4
η5 η4 ξ η3 ξ 2 η2 ξ3 ηξ4 ξ5
η4 ξ 2 η3 ξ 3 η2 ξ 4
η4 ξ 3 η3 ξ4
η4 ξ 4
1
η ξ
η 2
ηξ ξ2
η3 η2 ξ ηξ2 ξ3
η4 η3 ξ η2 ξ 2 ηξ3 ξ4
η5 η4 ξ η3 ξ 2 η2 ξ3 ηξ4 ξ5
η4 ξ 2 η3 ξ 3 η2 ξ 4
η4 ξ 3 η3 ξ4
η4 ξ 4
Figura 8.12: Monomios de los elementos cuárticos de Serendip.
Teorema 8.14 (Estimación de Aubin-Nitsche del error del método de elementos fi-
nitos) Sea u∗ la solución exacta del problema de elasticidad lineal. Sea u la
solución de Galerkin hallada utilizando el método de los elementos finitos, y sea
su error e = u∗ − u. Sea h el tamaño máximo de todos los elementos de la ma-
lla utilizada, m el orden más alto de las derivadas que aparecen en la energía
de deformación, y k el mayor grado del polinomio completo que pueden repre-
sentar exactamente las funciones de forma de los elementos. Supongamos que
la solución exacta u∗ ∈ H k+1 (Ω, V3 ). Entonces existe una constante real c > 0,
independiente de u∗ y de h tal que:
ke k s 6 c hβ ku∗ kk+1 .
Reduciendo el tamaño de los elementos (en la jerga del método de los ele-
mentos finitos se dice refinar la malla).
Aumentando el grado del polinomio completo que pueden representar las fun-
ciones de forma de los elementos.
Cualquiera de esos dos procedimientos nos da un valor hβ más pequeño. Sin em-
bargo, por lo general las aplicaciones académicas y comerciales del método de los
elementos finitos no poseen mucha variedad de elementos. En cambio, sí presentan
la posibilidad de disminuir casi arbitrariamente el tamaño del elemento. Además
poseen herramientas sofisticadas para analizar el error y determinar en qué región
del cuerpo Ω debe procederse a refinar la malla. Los programas más sofisticados
pueden automáticamente modificar el tamaño de los elementos utilizando estas he-
rramientas, y a los métodos de este tipo se les llama métodos de malla adaptativa.
Apéndice A
Espacio euclidiano
conmutativa: u + v = v + u,
asociativa: u + (v + w) = (u + v) + w ,
existencia del vector nulo 0: u + 0 = u,
existencia del vector opuesto −u: −u + u = 0 .
236 A. Espacio euclidiano
Note que los vectores serán indicados con letras negritas. Por su parte, el pro-
ducto : R × V → V tiene las siguientes propiedades, donde α y β son escalares:
Lema A.1 Las siguientes propiedades son demostrables a partir de las propie-
dades de las operaciones suma y producto:
(−1)u = −u.
0u = 0 y α0 = 0.
Existen muchos ejemplos de conjuntos a los cuales se les puede proveer de una
estructura de espacio vectorial. Por ejemplo los espacios Rn conformados por n-
tuplas de números reales son espacios vectoriales si se define la suma de vectores
utilizando la habitual suma real componente a componente y el producto real en
forma similar. Otros ejemplos más sofisticados pueden ser por ejemplo el conjunto
de las matrices de dimensiones n × m, el conjunto de los polinomios de grado menor
o igual a n, el conjunto de todos los polinomios, el conjunto de todas las funciones
continuas, el conjunto de todas las sucesiones reales, el espacio dual de un espacio
vectorial, etc.
Como corolario directo del teorema anterior se tiene lo siguiente para los con-
juntos de vectores de un espacio V con dimensión n:
Note, sin embargo, que no todos los espacios vectoriales tienen una base de un
número finito n > 0 de elementos. Consideraremos que el espacio vectorial trivial
{0}, que contiene únicamente el vector nulo, tiene dimensión cero, mientras que en
todos los demás casos diremos que el espacio vectorial tiene dimensión infinita.
Un ejemplo simple es el espacio de todas las sucesiones reales, para el cual es
fácil encontrar un conjunto linealmente independiente de un número arbitrario de
elementos. Lo mismo ocurre con el conjunto de todos los polinomios, y por lo tanto
también el conjunto de todas las funciones continuas será un espacio vectorial de
dimensión infinita.
Definición A.6 Diremos que el conjunto de vectores S ⊂ V es un subespacio
vectorial de V si posee la estructura de espacio vectorial considerando la misma
suma y el mismo producto que dan estructura de espacio vectorial a V.
conmutativa: u · v = v · u,
asociativa: α(u · v) = (αu) · v ,
distributiva: (u + v) · w = u · w + v · w ,
es definido positivo: u · u > 0 ∀u , 0 .
Se señala que en estos apuntes el símbolo “·” es utilizado con exclusividad para
el producto escalar en todas las expresiones matemáticas, con la única excepción
del operador divergencia de un campo vectorial v el cual simbolizado como ∇ · v,
aunque ese caso no conduce a confusión por la presencia del símbolo ∇. Note que
esa notación es además conveniente para recordar la acción del operador diferencial
sobre el campo vectorial, puesto que el producto escalar “simbólico” entre ∇ y v
nos conduce naturalmente a la divergencia del campo vectorial.
De todas las propiedades que podrían ser demostradas involucrando el producto
escalar, hay una con aspecto de propiedad cancelativa que es de fácil demostración
y que en estos apuntes es utilizada frecuentemente:
Note la importancia de que la igualdad se cumpla para todo vector w del espacio
vectorial. Dados u , v siempre podemos encontrar vectores w tales que u·w = v·w,
239
Definición A.15 Diremos que {u1 , . . . , un } es una base ortonormal del espacio
vectorial V, si es una base, si es ortogonal, y si además kui k = 1 para todo i.
Las bases ortogonales son muy prácticas, pues facilitan mucho la tarea de encon-
trar el vector de coordenadas de un vector determinado. Así, si u = α1 u1 +. . .+αn un ,
entonces [u]i := αi = u · ui . Afortunadamente, el algoritmo de ortonormalización
de Gram-Schmidt nos sirve para demostrar el siguiente lema:
Lema A.16 Todos los espacios vectoriales de dimensión finita cuentan con una
base ortonormal.
ker(L) = {u ∈ V : Lv = 0} ,
im(L) = {v ∈ W : v = Lu, u ∈ V} .
Lema A.26 Dadas las bases A y B de V, se cumple B [L]B = B [I]AA [L]AA [I]B .
En particular, tomando L = I, tenemos que B [I]AA [I]B es la matriz identidad, por
lo cual det(B [I]A ) det(A [I]B ) = 1. Volviendo a considerar L general, obtenemos la
igualdad det(B [L]B ) = det(A [L]A ).
242 A. Espacio euclidiano
Note que L será invertible si para cada vector v ∈ V, existe y es único el vector
u ∈ V tal que Lu = v. En ese caso simplemente tomamos L−1 como la aplica-
ción que proporciona u: L−1 V = u. La linealidad de esa aplicación se demuestra
fácilmente. Para hallar u podemos trabajar en una base, puesto que se debe cumplir
B [L] B [u] B = [v] B , lo cual conduce a resolver un sistema lineal de ecuaciones, y por
lo tanto inspira la siguiente definición:
Lema A.32 Los valores propios de L son las raíces de su polinomio caracterís-
tico. Para un dado valor propio α, los vectores propios asociados son aquellos
u ∈ ker(L − αI), cuyos vectores de coordenadas pueden hallarse trabajando con
una base B y obteniendo el núcleo de la matriz B [L − αI]B .
Lv = (v · u1 )α1 u1 + . . . + (v · un )αn un .
Otro razonamiento similar basado en la matriz diagonal B [L]B nos será de bas-
tante utilidad. Admitiendo que los corchetes implican la base B, tenemos u · Lu =
[u]> [L][u] = α1 [u]21 + . . . + αn [u]2n , donde [u]i es la componente i del vector de coor-
denadas de u en la base B. Lo anterior conduce a la definición y lema siguientes:
anticonmutativa: u × v = −(v × u) ,
asociativa: α(u × v) = (αu) × v ,
distributiva: (u + v) × w = u × w + v × w ,
y además: e1 × e2 = e3 , e2 × e3 = e1 , e3 × e1 = e2 .
245
u × u = v × v = 0 y u · (u × v) = v · (u × v) = 0.
Existe otro rol que el producto vectorial desempeña en estos apuntes, el cual es
indicado luego de introducir algunas notaciones particulares para las transformacio-
nes lineales del tipo L : V3 → V3 :
Lin = {L : V3 → V3 : L es lineal} .
Además, Lin posee el siguiente producto escalar denotado con el símbolo de dos
246 A. Espacio euclidiano
Lema A.43 Lin = Sim ⊕ Asm. Además Sim y Asm son espacios ortogonales.
Lema A.44 Para todo W ∈ Asm existe un único vector w ∈ V3 que satisface
Wv = w × v ∀ v ∈ V3 . Además, para todo w ∈ V3 existe un único W ∈ Asm
que satisface Wv = w × v ∀ v ∈ V3 .
Note que esas expresiones permiten representar cualquier tensor en Asm y cualquier
vector en V. La prueba de que Wv = w × v ∀ v ∈ V3 se deja como ejercicio.
Los invariantes reciben ese nombre por ser los mismos independientemente de la
base utilizada, lo cual es cierto porque hemos visto que el polinomio característico
no depende de la base. El primer invariante nos interesará en particular, y recibe un
nombre específico de acuerdo con la siguiente definición:
Lema A.47 El trazo es un funcional lineal en Lin, dado por la expresión tr(L) =
[L]11 +[L]22 +[L]33 válida en cualquier base. Además I2 (L) = 12 (tr(L)2 −tr(L2 )) es
cuadrático homogéneo en las componentes de [L], mientras que I3 (L) = det(L)
es cúbico homogéneo en las mismas componentes.
Lema A.49 Lin = Line ⊕ Lind . Además Line y Lind son espacios ortogonales.
relación de Charles: (B − A) + (C − B) + (A − C) = 0 ,
fijado un punto A, la aplicación B 7→ B − A entre E3 y V3 es biyectiva.
A − A = 0.
B − A = −(A − B).
(B − A) + (C − B) = (C − A).
B − A = 0 ⇒ B = A.
Demostración. La primera propiedad se deduce de la relación de Charles para B =
C = A, pues (A − A) + (A − A) + (A − A) = 3(A − A) = 0, entonces A − A = 0.
La segunda propiedad es resultado directo de la anterior y de la relación de Charles
para C = B. Esta segunda propiedad conduce directamente a expresar la relación
de Charles en la forma de la tercera propiedad. La cuarta propiedad ya requiere una
demostración más cuidadosa. Siendo que la aplicación B 7→ B − A es biyectiva, a
diferentes puntos B le deben corresponder diferentes vectores B−A, Pero siendo que
al punto B le corresponde el vector B − A = 0, y al punto A también le corresponde
el mismo vector, pues hemos demostrado que A − A = 0, entonces no queda otra
posibilidad que B sea el mismo punto que A.
Así como en el lema anterior, podríamos demostrar algébricamente un conjun-
to más amplio de resultados los cuales simplemente reproducirán fórmulas que ya
hemos conocido desde un punto de vista más “geométrico”. No es necesario real-
mente reproducir esos resultados aquí, pues, como dijimos, la interpretación de la
diferencia como el segmento orientado entre dos puntos es todo lo que necesitamos
para comprender razonablemente bien la estructura del espacio afín. En particular,
249
En pocas palabras, puede decirse que el cálculo vectorial es el área del cálculo
diferencial e integral de múltiples variables que se ocupa de las funciones definidas
en E3 o en subconjuntos del mismo. Siendo que la utilización de un sistema de
coordenadas cartesiano permite colocar en correspondencia E3 con R3 manteniendo
la estructura métrica del espacio, cualquiera de los teoremas conocidos del cálculo
diferencial e integral que sea válido en el espacio R3 tiene su correspondiente en
el espacio E3 . Existen sin embargo dos particularidades de E3 que lo distinguen de
R3 . La primera es la distinción clara que existe en E3 entre puntos y vectores. En
R3 esa distinción puede ser introducida dándole al mismo el rol tanto de espacio
afín como de espacio vectorial asociado. Sin embargo, la distinción entre puntos y
vectores en E3 es más natural, y además es destacada por la notación utilizada. La
otra particularidad de E3 es la existencia del producto vectorial. Si bien en R3 el
producto vectorial puede ser introducido, esto se realiza con el único propósito de
demostrar y expresar resultados matemáticos válidos para E3 . El cálculo diferencial
e integral natural de R3 es el generalizable a los espacios Rn , en los cuales no se
puede en general introducir el producto vectorial. De hecho, el producto vectorial
solamente puede ser introducido en los espacios R3 y R7 .
Comencemos entonces viendo un caso particular sencillo en donde podemos
250 A. Espacio euclidiano
reconocer el diferente rol que juegan los puntos y los vectores en E3 . Una curva
orientada en E3 es dada por ejemplo por una representación paramétrica de la
misma: C : R → E3 . En esa representación se tiene que a cada parámetro t ∈ R
le corresponde un punto C(t) ∈ E3 . La misma curva orientada se obtiene por otras
representaciones paramétricas, todas las que recorran el mismo conjunto de puntos
y en el mismo orden. Tomemos la representación paramétrica C e imaginemos la
misma como el recorrido de una cierta partícula material que en un dado instante
t se ubica en el punto C(t) de E3 . La velocidad de esa partícula en el instante t
podemos definirla como la variación en la posición de la partícula que ocurre en un
muy pequeño lapso de tiempo por unidad de tiempo:
C(t + ∆t) − C(t)
v(t) = ∂t C(t) := lı́m .
∆t→0 ∆t
Note que, de acuerdo al álgebra del espacio euclidiano E3 , la diferencia de pun-
tos en el numerador de la expresión anterior es necesariamente un vector, lo cual es
válido cualquiera sea el intervalo de tiempo ∆t. Se entiende entonces que el límite
calculado debe ser un vector en V3 , por lo cual se le ha dado la notación v(t) uti-
lizada para los vectores. Note además que la función de partida, C(t) toma valores
en E3 mientras que su derivada respecto del parámetro real toma valores en V3 . Sin
embargo, esto no es algo que añada complejidad, pues los puntos son los elementos
del álgebra del espacio euclidiano que fueron creados para representar posiciones
en el espacio físico de las partículas materiales, mientras que los vectores son los
elementos que fueron creados para representar segmentos orientados, y con eso los
desplazamientos, y por tanto las velocidades que no son más que tasas de desplaza-
miento por unidad de tiempo. Esta distinción clara entre puntos y vectores es aquí
considerada conveniente, pero desafortunadamente es algunas veces es oscurecida
en textos de física, en donde se escoge un punto particular O como origen y se
trabaja directamente con trayectorias dadas por el vector posición r(t) = C(t) − O,
con lo cual todos los elementos del problema, posiciones y velocidades, pasan a
ser representados por el mismo conjunto de vectores. Por esta razón esta forma de
proceder, si bien es matemáticamente precisa, no es seguida en estos apuntes.
Aparte de esa distinción entre puntos y vectores, la ecuación anterior también
sirve para discutir otro tema fundamental: ¿qué sentido matemático tiene el límite
planteado? Se puede ver que el concepto de límite que existe en los espacios Rn
puede ser extendido a cualquier espacio métrico, que es como se conocen a los
espacios donde existe una noción de distancia. De hecho, la definición de límite
de una función en Rn basada en el llamado aparato ε-δ no requiere más que de
esa noción. Por lo tanto, definiciones análogas a las de R3 conducen a los mismos
resultados en E3 simplemente reemplazando la noción de distancia en R3 por la
distancia d(P, O) = kP − Ok definida entre dos puntos P y O de E3 . Esa noción de
distancia permite definir el concepto de límite, continuidad, y en general cada uno
de los conceptos del cálculo diferencial con los que contamos en el espacio R3 .
Por ejemplo, con la noción de distancia en R definimos los intervalos abiertos
de centro x y radio ε a los que daremos la notación B(x, ε) = {y : |y − x| < ε},
mientras que usando la noción de distancia en E3 definimos las bolas abiertas en
251
Note que aún teniendo una representación paramétrica diferenciable, una curva
puede tener vértices en algún punto, es decir, el vector tangente unitario puede no
ser continuo. Para que el vector tangente unitario sea continuo es suficiente que el
vector de velocidad ∂η C(η) sea continuo y además no sea nulo en ningún valor de η.
Las curvas continuas tienen un rol importante en el estudio de las propiedades
geométricas de un dominio Ω ⊂ E3 . Las ideas de dominio conexo y dominio sim-
plemente conexo se basan en ciertas propiedades de las curvas continuas en esos
dominios, de acuerdo con la siguiente definición:
Definición A.55 Dado Ω ⊂ E3 , diremos que las funciones siguientes son, res-
pectivamente, un campo escalar, un campo vectorial y un campo tensorial:
f : Ω → R, v : Ω → V3 , L : Ω → Lin .
Note que la nociones de distancia en V3 y Lin nos permiten definir bolas abiertas
en esos conjuntos, por lo cual la definición anterior se extiende naturalmente a cam-
pos vectoriales o tensoriales. Lo mismo ocurre con la nociones de límite. Veamos
el caso de las funciones escalares. Para el límite se utiliza el aparato ε-δ en forma
similar a la definición de continuidad, con la diferencia que el límite contempla el
caso en que f pueda no estar definido en un punto P:
La expresión final del lema anterior justifica pensar en ∇ como si fuera el vector
∇ = (∂1 )e1 + (∂2 )e2 + (∂3 )e3 , el cual, al multiplicarlo simbólicamente por el escalar
f (P) proporciona el gradiente ∇ f (P). No es difícil ver que el vector gradiente es el
que apunta en la dirección hacia donde más rápidamente crece f , y su magnitud de-
pende de esa tasa de crecimiento. Además, a partir de aquí pensaremos en ∇ f como
el campo vectorial ∇ f : Ω → V3 que a cada punto P ∈ Ω le hace corresponder el
vector ∇ f (P).
El concepto de diferenciabilidad de un campo escalar puede trasladarse a cam-
pos vectoriales y tensoriales sin mayor dificultad. Por ejemplo, en el caso de un
campo vectorial v : Ω → V3 se introduce la siguiente definición:
entonces tenemos:
[∇v]i j = ∂ j vi con i, j = 1, . . . , 3 .
∇ · v = tr(∇v) ,
(∇ × v) · u = ∇ · (v × u) ∀ u ∈ V3 fijo.
Las definiciones anteriores tienen la ventaja de introducir los conceptos sin ha-
cer uso de cualquier base. Sin embargo, al igual que lo que ocurre con el gradiente
de un campo escalar, la divergencia y el rotacional de un campo vectorial pueden
ser calculados con la ayuda de la base habitual:
∇ · v = ∂1 v1 + ∂2 v2 + ∂3 v3 ,
∇ × v = (∂2 v3 − ∂3 v2 )e1 + (∂3 v1 − ∂1 v3 )e2 + (∂1 v2 − ∂2 v1 )e3 .
(∇ · L) · u = ∇ · (L> u) ∀ u ∈ V3 fijo,
(∇ × L)u = ∇ × (L> u) ∀ u ∈ V3 fijo.
∆ f = ∇ · (∇ f ) ,
∆v = ∇ · (∇v) ,
(∆L)u = ∆(L> u) ∀ u ∈ V3 fijo.
∇ × (∇ f ) = 0 ,
∇ · (∇ × v) = 0 ,
∇ · (∇v> ) = ∇(∇ · v) ,
∇ · ( f v) = ∇ f · v + f (∇ · v) ,
∇ · ( f L) = L∇ f + f (∇ · L) ,
∇ · (L> v) = (∇ · L) · v + L : ∇v .
El resultado anterior no nos será de mucho interés. Lo que más nos interesará
en estos apuntes será la integral en la superficie S de los campos f y v,
Z Z Z Z
f da := f k∂η S × ∂ξ Sk dη dξ , v da := v k∂η S × ∂ξ Sk dη dξ ,
S D S D
Por otro lado, el volumen también queda definido por la geometría de la superfi-
cie ∂Ω que lo limita, y fórmulas dadas por una integral en ∂Ω son fáciles de obtener.
Pero más nos interesan las integrales en el cuerpo Ω de los campos f y v:
Z Z
f dv := f ∂η Ω · (∂ξ Ω × ∂δ Ω) dη dξ dδ ,
ZΩ ZV
v dv := v ∂η Ω · (∂ξ Ω × ∂δ Ω) dη dξ dδ .
Ω V
Teorema A.69 (Teorema fundamental del cálculo) Sea C una curva orientada en
E3 que va desde el punto P1 = C(η1 ) hasta el punto P2 = C(η2 ). Sea demás un
campo escalar f diferenciable definido en una región que contiene la curva C.
Entonces se cumple:
Z
∇ f · ds = f (P2 ) − f (P1 ) .
C
Los últimos dos teoremas son frecuentemente utilizados para interpretar físi-
camente el rotacional y la divergencia de un campo vectorial. Por ejemplo, la di-
vergencia del campo vectorial recibe la siguiente interpretación. Asuma que v es
el campo de velocidades de un cierto fluido. Si el fluido está expandiéndose en un
cierto punto, entonces a través de la superficie ∂Ω de un entorno pequeño Ω que
contiene el punto se tendrá un cierto flujo normal positivo. De acuerdo con el teore-
ma de Gauss, se tiene que la divergencia deberá ser positiva si el fluido se expande,
mientras que será negativa en el caso contrario cuando el fluido se contrae. Más
precisamente, puede demostrarse que la divergencia en un punto del campo de ve-
259
Teorema A.72 (Teorema del valor medio del cálculo integral)Sea Ω un dominio
compacto y conexo por caminos de E3 . Sea f un campo escalar continuo definido
en Ω. Entonces existe un punto P ∈ Ω tal que:
Z
1
f (P) = f dv .
vol(Ω) Ω
Demostración. Por el teorema del valor medio del cálculo integral sabemos que
existe Q(ε) ∈ D(ε) tal que:
Z
1
f (Q(ε)) = f dv .
vol(D(ε)) D(ε)
Un poco de historia
mismo Euclides que cumplen los ángulos de un triángulo. No se contaba con un ál-
gebra que permitiera la demostración sencilla de tales relaciones, lo que no impidió
que se realizaran progresos notables, por ejemplo Arquímedes (287-212 a. C.) pudo
encontrar relaciones sorprendentes, por ejemplo entre los volúmenes y superficies
de la esfera y su cilindro circunscripto, utilizando o bien el método exhaustivo o
bien su famoso método de los teoremas mecánicos, que muchos autores consideran
como un método que precedió al cálculo y que integró las mismas ideas.
Un gran paso fue dado por René Descartes (1596-1650), considerado el creador
de la geometría analítica, que introdujo los sistemas cartesianos de coordenadas y
pudo así utilizar el álgebra de los números reales para así lograr estudiar con profun-
didad las propiedades de los distintos objetos geométricos. El uso de los sistemas
cartesianos de coordenadas y la posterior aparición del cálculo gracias a Gottfried
Wilhelm Leibniz (1646-1716) e Isaac Newton (1643-1727) revolucionaron no so-
lamente la geometría sino también la física y demás ciencias, al permitir expresar,
por ejemplo, las leyes de la mecánica newtoniana.
Tal vez por la simplicidad y flexibilidad de los sistemas cartesianos de coorde-
nadas, pasó mucho tiempo antes de que se contara con un álgebra específica capaz
de representar de forma simple y compacta un segmento orientado, es decir, lo que
actualmente llamamos vector. Por ejemplo, aún mucho tiempo después de Newton,
era usual que en libros y tratados de física se expresara la segunda ley de Newton
en la forma:
A = mx ,
B = my ,
C = mz ,
donde A, B y C representan las diferentes componentes de la fuerza neta que actúa
en una partícula de masa m, mientras que x, y y z representan las correspondientes
componentes de la aceleración causadas por la fuerza. Por supuesto que los físicos
conocían que A, B y C representan aspectos diferentes de una misma realidad, e
inclusive conocían perfectamente las reglas de transformación de esas cantidades
en un cambio de sistema de coordenadas cartesiano, pero la notación utilizada tenía
el defecto de no expresar esa idea básica con claridad. Fue recién a mediados del
siglo XIX que Hermann Günther Grassmann (1809-1877) introdujo los conceptos
de vector, espacios vectoriales y los fundamentos del álgebra lineal tal como la
conocemos actualmente.
Sin embargo, el álgebra lineal de los espacios vectoriales no fue la primera álge-
bra sofisticada diferente a la de los números reales que fuera propuesta. La primera
fue la de los números complejos. El álgebra de los números complejos fue creada
con el propósito de formalizar las manipulaciones matemáticas que se hacían invo-
lucrando la conocida como unidad imaginaria i, las cuales eran útiles para encontrar
las raíces reales de polinomios de tercer y cuarto grado. Por ejemplo el polinomio
x3 − 7x + 6 tiene las raíces reales −3, 1 y 2, pero las fórmulas conocidas que las pro-
porcionan obligan a calcular la raíz cuadrada de un número negativo. Fue la falta de
un álgebra establecida la que hizo que en los inicios el uso de la unidad imagina-
262 A. Espacio euclidiano
q = a + bi + cj + dk,
nes. En la actualidad podríamos decir que el cálculo vectorial demostró ser superior
en cuanto a la facilidad de su aprendizaje por parte de seres humanos, mientras que
el cálculo de cuaterniones demostró ser superior en la práctica en la obtención de
resultados numéricos, en particular en ambientes computacionales que no necesitan
comprender qué cálculos están haciendo, y de ahí su popularidad en el desarrollo
de software eficiente de computación gráfica tridimiensional.
Muy poco tiempo después de la popularización del cálculo vectorial, Albert
Einstein (1879-1955) con sus trabajos sobre la teoría de la relatividad especial de
1905 y sobre todo más tarde sobre la teoría de la relatividad general de 1915, ini-
ció el proceso de adopción por la comunidad de físicos del cálculo tensorial que
ya tenía bastante desarrollo y era popular entre los matemáticos en el estudio de
las geometrías de espacios no euclidianos de dimensión arbitraria. El cálculo vec-
torial, al ser basado en el producto vectorial, no admite generalización a espacios
de dimensiones mayores a tres. El cálculo tensorial no posee esa limitación, aun-
que no está libre de desventajas. En algunos aspectos supone un retroceso hacia los
tiempos de Descartes, sobre todo en cuanto al abandono de la notación simbólica
para pasar a una notación fuertemente basada en el uso de sistemas de coordenadas
(aunque ya no cartesianos). El uso simultáneo de una base primal y una dual, y el
uso extendido y diferenciado de subíndices y superíndices para indicar las compo-
nentes en las diferentes bases ha hecho que el cálculo tensorial posea la notación
más compacta de entre todas las existentes en la actualidad. Además, la notación
tensorial permite demostrar fácilmente algunas identidades difíciles de demostrar
utilizando la notación simbólica del cálculo vectorial. Por ejemplo, la identidad
∇ · (T> v) = (∇ · T) · v + T : ∇v se demuestra a continuación:
∂i T j i v j = ∂i T j i v j + T j i ∂i v j .
T i j = λDk k δi j + 2µDi j ,
vectorial es que el primero tiene una interpretación geométrica más clara, y además
es asociativo y generalizable a espacios de dimensión arbitraria. A partir de esos
productos, en el álgebra de Clifford se define el producto geométrico entre vectores
por la igualdad:
uv = u · v + u ∧ v .
T. J. R. Hughes. The finite element method. Linear static and dynamic finite element analy-
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