Está en la página 1de 11

UNIDAD EDUCATIVA: “ELVIA BÉLGICA JIMÉNEZ DE

GONZÁLEZ”
LOJA/MALACATOS/RUMISHITANA
3024874–3025060
conarumi2012@hotmail.com

Nombre: Cristian Tapia


Docente: Editha Granda
Curso: Tercero de BGU
Título del Ensayo: El indio ecuatoriano

RUMISHITANA-MALACATOS-LOJA- ECUADOR

2021 – 2022
BIOGRAFÍA DEL AUTOR

PÍO JARAMILLO ALVARADO

Ingenio, talento y patriotismo son las virtudes que Jaramillo impregnó en cada una de
las obras. Nació en Loja el 17 de mayo de 1884. Sus
padres fueron José Pío Jaramillo Ochoa y Zoila
Pacífica Alvarado. Sus estudios primarios los realizó
en la escuela Miguel Riofrío, los secundarios en el
colegio Bernardo Valdivieso y luego obtuvo la
licenciatura en Ciencias Públicas y Doctorado en
Jurisprudencia en la ciudad capital. Dirigió el
periódico literario y político El Fénix, El Oriente, El
Voto Popular, este último predominantemente político
que trabajó con la candidatura presidencial del General Leonidas Plaza. Hernán
Rodríguez Castelo dice de Pío Jaramillo Alvarado, que este insigne personaje cuenta
menos como prosista que como intelectual. En Loja llevan su nombre una avenida, un
jardín de infantes y un colegio. Sus conocimientos como docente los impartió a
estudiantes del colegio Bernardo Valdivieso de Loja, y Mejía de Quito, además fue
catedrático en las Universidades de las dos provincias. La historia para Jaramillo
Alvarado tuvo siempre una causa o un antecedente que lo convierte al hombre en actor
principal, capaz de rectificar errores y tratar de moldear el programa de nuevas
inquietudes y esperanzas mayores.
INTRODUCCIÓN

Con la elaboración del presente trabajo. Pretendemos de una manera sintetizada


estudiar los derechos y procesos históricos de los pueblos indígenas, desde los pueblos
originarios hasta los actuales con el fin de analizar los procesos a través de la historia,
tomando en
consideración el trato
anterior a sus derechos y
el cambio constitucional
del derecho de los
pueblos originarios por
medio de los tres libros
escritos de El indio
Ecuatoriano escrito por
Pío Jaramillo Alvarado
con el fin de reconocer
como nuestros pueblos
primarios fueron
victimas por largos años
de la usurpación,
violación, genocidio, etnocidio, ecocidio, de los desmanes de aquellos que bajo la
bandera de conquista y colonización, llegados de sitios lejanos, irrumpieron en sus
tierras, en sus costumbre, en su cultura, en sus creencias.
DESARROLLO

1. LA REVOLUCIÓN QUE NO REDIMIÓ AL INDIO ECUATORIANO

Pichincha en trece entregas, desde el 10 de diciembre hasta el 18 de enero de 1896, hace


una de las más profundas denuncias, describiendo todas las formas de explotación a la
que someten los curas y terratenientes a los conciertos, por lo menos un 80% de las
familias indígenas. Similares ideas expresan Moncayo, en una carta que escribe a José
Peralta en abril de José Peralta, en cambio, según la apreciación de Manuel Medina
Castro ubica ya al indio «en el sistema de la propiedad dominante», adelantándose tres
décadas a la explicación dada por Mariátegui sobre esa problemática. En lo acalorado de
los debates los defensores de los terratenientes LA REVOLUCIÓN QUE NO
REDIMIÓ AL INDIO ECUATORIANO califican de inoportuna, deficiente e
inadecuada la propuesta. Juan Benigno Vela plantea como alternativa por lo menos la
abolición de las deudas de los indígenas, lo que equivalía a la abolición del
concertaje, lo que, sin apoyo ni
réplica, tampoco se acepta. Ese
conciliábulo de terratenientes, en
lo que menos pensaba era en
mejorar las condiciones de vida
del pueblo ecuatoriano. El 10 de
octubre de 1896 Eloy Alfaro
como Jefe Supremo del gobierno
dirige un sentido Mensaje a esa
misma Convención Nacional, en
el que demuestra lo claro que
tiene el problema del indio ecuatoriano. El Viejo Luchador, al igual que los pocos
radicales que asisten a esa triste Asamblea Piensa que ante la mezquindad de los
terratenientes que no quieren ceder ni un ápice que perjudique sus prebendas, otra forma
de lograr paulatinamente equidad social para la inmensa población indígena sería a
través de su acceso a la educación. Otra voz poco recordada que se pronuncia sobre la
intolerable situación del indio es la del célebre escritor ambateño Luis A. En una
apasionada conferencia pronunciada ante
los miembros de la Sociedad Jurídico
Literaria, el 8 de diciembre de
1904, sintetiza magistralmente lo que
significa ser indio concierto y la crueldad
de sus explotadores. Tan injusta es la
situación de las familias indígenas sujetas
al yugo del concertaje por los grandes
terratenientes, dice Martínez, que si
Montalvo hubiera estudiado profundamente
el asunto para poder escribir su libro sobre
el Indio, no habría logrado solamente hacer
llorar al género humano sino que habría
inspirado una verdadera rebelión en esa
«humanidad doliente, la parte infeliz, tomara la tea del incendio y el hacha de la
destrucción para reducir a la nada una sociedad injusta, cubierta de roña y de infamia».
Belisario Quevedo es otro alto exponente del pensamiento progresista ecuatoriano que
en 1904 combate y denuncia lo intolerable de la situación a que habían sumido la Iglesia
y los terratenientes a los indios Tómese en cuenta que cuando escribe todo
esto, Leonidas Plaza es presidente y la situación del indio sigue sin variar. En un estudio
posterior el propio Quevedo afirmará «que la posición del indio no ha mejorado en el
transcurso del tiempo» que no se puede mejorar el estado social de un pueblo o de una
clase a fuerza de leyes y reglamentos «, puesto que las leyes naturales de la economía
son más poderosas y se imponen siempre».

2. EL INDIGENISMO SEGÚN PÍO JARAMILLO ALVARADO


La obra de Pío Jaramillo Alvarado estuvo, desde sus inicios, marcada por su dedicación
al mundo indígena, orientada hacia el rescate del grupo más ‘olvidado’ y explotado de
aquellos tiempos. No es entendible la obra de Jaramillo sin este fervoroso entusiasmo
indigenista que se hizo presente ya en los primeros días de su juventud y no desmayó a
lo largo de su dilatada obra. Lo indígena fue el impulso generador y a su vez a lo que
dedicó lo mejor de sus afanes.

Su intencionalidad es establecer una clara semejanza con la disposición tomada


por Juan

José Flores, en uno de sus primeros decretos republicanos para «cuidar que los grilletes
del indio estuviesen bien remachados» y no perjudicar a la clase social de latifundistas
que se habían apoderado del poder del Estado luego de la Independencia. Así
Plaza, convertido en representante y vocero mayor de los terratenientes serranos, había
fracturado irreversiblemente a un partido en el que la posición moderada y conciliadora
con las clases dominantes no querían ninguna reforma profunda en el agro
ecuatoriano. Si duro en la crítica a Alfaro, no dice nada respecto a los gobiernos de
Leonidas Plaza, quien fue presidente largos ocho años, durante los cuales no hizo
absolutamente nada por mejorar la situación de los indios.

Legalismo o vía violenta

Si Alfaro hubiera superado su exagerado legalismo y redimido a esos ilotas de la


sociedad ecuatoriana, como muchos ideólogos liberales llamaban a los
indígenas, posiblemente hubiera logrado la mayor transformación social de nuestra
historia, a un costo menor de los 3000 muertos en la guerra civil de 1912 que
inmerecidamente le endilgan todavía sus detractores, en la que él no tomó parte, y sirvió
de pretexto para su inmolación. La realidad social ecuatoriana no permitía llegar por la
vía legal más lejos que las reformas implementadas hasta 1908 con la Ley de manos
muertas. El apoyo dado a los liberales por los indios del Chimborazo y algunos núcleos
indígenas del Azuay, sin el ofrecimiento de la tierra que es su mayor anhelo, es prueba
de que un proyecto de tal naturaleza podía ser realizado. Esa limitación ideológica de
Alfaro, en parte debido a la debilidad del radicalismo en sus filas, le obliga a hacer
múltiples concesiones a los grandes terratenientes del país. Tal era la oposición a
cualquier cambio estructural y el poder de los conservadores y de los liberales de paso
corto, por lo que en su primera administración Alfaro no confisca los bienes del clero y
tiene que esperar más de una década para hacerlo. Alfaro, queda claro, quería evitar a
todo trance la vía violenta para la consolidación y profundización de la
revolución. Gatazo que tanto temía, y a menor costo en vidas humanas, con lo que
hubiera dado un giro inmenso a toda la historia nacional del siglo XX, cimentando bases
democráticas mucho más profundas de las que le permitieron las oligarquías que
conspiraron constantemente contra su gran proyecto nacional.

Las consecuencias de una revolución inconclusa

Tal es el poder social de los terratenientes latinoamericanos, y concretamente


ecuatorianos, que hasta la actualidad han impedido la realización de un reforma agraria
radical que cambie al fin la situación de millones de campesinos y entre ellos, en los
países con importante población indígena, la suerte de millones de ellos, explotados
inmisericordemente ya cinco siglos. En nuestra realidad histórica hemos pasado de un
Estado Latifundista o Estado oligárquico terrateniente, predominante a lo largo de todo
el siglo XIX, a un Estado burgués terrateniente, una vez concertado el pacto social entre
los autores, cómplices y encubridores del asesinato de Eloy Alfaro y de su
Revolución. Enrique Ayala Mora, Ecuador del siglo XIX, Corporación Editora
Nacional/ UASB, Quito, 2011, p.
Por reconocimiento del propio presidente Correa

No se puede dilatar más el pago de esa deuda que entraña el despegue de la economía
nacional y de un vivir más integral
y digno de los trabajadores del
campo. «-El Estado normará el uso
y acceso a la tierra que deberá
cumplir la función social y
ambiental. Un fondo nacional de
tierra, establecido por ley, regulara
el acceso equitativo de campesinos
y campesinas a la tierra. » Hasta
que la lógica de la historia, en un
verdadero socialismo, las elimine
definitivamente por contradecir al humanismo que es su esencia, haciendo realidad esos
caros derechos de inclusión social con justicia, equidad, igualdad real y posibilidad del
buen vivir, garantías todas del bienestar que merece todo
ciudadano, independientemente de sus cualidades biosociales particulares.

CONCLUSIÓN
Cuando la noción de movimientos sociales se aborda como categoría analítica y como
categoría crítica, se trasciende el enfoque descriptivo, apegado a lo fenomenológico, en
el que los movimientos sociales se estudian como una categoría empírica. Este enfoque
no va más allá de una positivización de los movimientos sociales y de su reducción a
grupos identificables con límites definidos, como si los movimientos sociales fueran
cosas. El movimiento indígena, por tanto, constituye un todo heterogéneo y dinámico,
irreductible a las organizaciones o a las tendencias que lo conforman. Su historia refiere
a continuidades y rupturas, a oscilaciones y a etapas de fortalecimiento, así como a
etapas de declinación. Se trata de una historia que se erige sobre la propia temporalidad
de la dominación y, por lo mismo, hace alusión a un sujeto atravesado por la razón
instrumental, de la cual busca emanciparse.

Según PJA, «El indio ecuatoriano» despertó juntamente con el «realismo social» una
sensibilidad para la acción desde las leyes, tales como la creación de una ley de indios o
ley agraria. Esto nos pone a pensar que haciendo de lado sus «buenas
intenciones», jamás buscó el pensamiento objetivo del indio, pues de hecho no
encontramos referencia a ello en su libro. Para PJA el indio no actúa sino que reacciona
motivado por su resentimiento de su historia de cientos años, generando una entropía
negativa, incluso hacia el trabajo agrícola. PJA no aportó en el «orgullo del indio por el
indio», sino que tomando las ideas de Carlos Paladines, observa un indio lleno de
resentimiento, ahogado por sus penas.
Peor aún, como se observa el indio frente a este mismo cuadro?. Ubicamos también la
postura de Leonidas Proaño en este trabajo, por cuanto a diferencia de PJA el primero
participó y vivió con los indios, buscó su pensamiento, lo levantó y realzó. Con respecto
al discurso indianista en general, podemos decir que es muy emotivo y que pese a
cualquier crítica que se le pueda hacer, se puede afirmar que es un levantar de la
conciencia del indio. Es el mismo indio que se levanta con su propio pensamineto.
Vemos como punto negativo que el Indianismo es excluyente, es decir, es racista, ya
que nadie puede participar de él sin ser un indio. Por último, el gran aporte del
pensamiento del indio, es su carácter ecológico a la humanidad, pues su pensamiento
respecto a la conservación del ambiente, es vital en el devenir del hombre, es por ello
también que podemos calificarlo como la conciencia del hombre en tomar solamente lo
que necesita.
BIBLIOGRAFÍA

Carlos.https://books.google.com.ec/books/about/El_indio_ecuatoriano.
0Kl4AAAAMAAJ. 20 de Febrero de 2017.

Camila. https://www.loja.gob.ec/content/pio-jaramillo-alvarado-1876-1935. 23
de Enero de 2020.

Alvarado, Pio Jaramillo. El indio Ecuatoriano . Loja , 1999.


CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES

ACTIVIDADES

8 NOV.2021

17- 01-2022
14-01-2022
11-NOV.

19-NOV.

10DIC.
Socialización X
TEMA X
INTRODUCCIÓN O TESIS X
DESARROLLO X
CONCLUSIÓN Y PRIMER BORRADOR X
PRESENTACIÓN A LIMPIO CON X
CARÁTULA, HASTA BIBLIOGRAFIA
CON NORMAS APA 7ma. Edición
EXPOSICIÓN X

También podría gustarte