Está en la página 1de 2

Mi experiencia con EL COVID- 19.

La pandemia nos cogió por sorpresa; nos obligo a mi y a todos en mi familia a


sumergirnos en una transformación completa, desde cambio de rutinas, formas de
interactuar e incluso la forma en que aprendíamos. En mi caso, fue difícil acoplarme a la
virtualidad, de un día para otro, se nos pidió que abandonáramos la institución de manera
presencial y nos sumergiéramos en entornos de aprendizaje completamente remotos.
Leyendo un poco me enteré que finalmente esta nueva modalidad se termino convirtiendo
en una oportunidad de innovar a nivel educativo. Cito un fragmento de dicho artículo: “En
América Latina y el Caribe (ALC), estos cambios de gran alcance en el sector educativo
ofrecen una oportunidad de innovación para ayudar a fortalecer las habilidades de los
docentes. Para esto, los responsables de las políticas educativas deben comprender qué
funcionó y qué no en este gigantesco experimento de enseñanza a distancia.”
El COVID-19 posiblemente si transformo la educación y nos ayudo a ser más
tecnológicos, pero a nivel personal tanto tiempo frente a una pantalla terminaba
traduciéndose en agotamiento y personalmente no lograba encontrar una estrategia para
mantenerme comprometida con el aprendizaje. Afortunadamente tenía a mi mami
trabajando desde casa; quien siempre me animo, me apoyo y me ayudo a sobrellevar
esta nueva modalidad.
En el plano personal, en mi entorno familiar y social asumimos la postura de cuidarnos, y
de esta manera cuidar nuestra familia y a mi país, quedándonos en casa. Adoptamos
protocolos de seguridad e incluso empezamos a compartir más en familia, usando juegos
de mesa, noche de cuentos. La pandemia ha sido una montaña rusa de emociones, me
siento triste por la situación que estamos atravesando, por la cantidad de contagiados que
hay y los muertos que ha habido. Pero también siento que junto somo capaces de
derrotar este virus. Y que finalmente esta contingencia sanitaria ha sido una oportunidad
para unirnos más, no solo como familia sino como sociedad, país, planeta.
Mi madre siempre dice que al buen tiempo buena cara. Es tan resiliente que nos trasmite
tanta fuerza y ganas de luchar que solo con verla a mi lado me siento segura. A nivel de
salud, todos hemos estado bien afortunadamente, pero si nos hemos vuelto más
sedentarios; debido al aislamiento social preventivo y obligatorio impuesto, se
incrementaron los domicilios y dejamos de caminar. Incluso muchas veces de tanto estar
encerrados he llegado a pasar por episodios de estrés, tensión, incomodidad, impotencia,
miedo, aburrimiento entre muchas otras cuestiones que juzgo quizás son normales en
medio de una convivencia de 24 horas diarias en casa todo puede tender a complejizarse
por momentos.
Afortunadamente cada vez superamos más este virus, ya muchos en mi familia están
vacunados, yo ya casi me vacuno. Y me alegra que la cuarentena haya llegado a su fin,
porque finalmente esto restablece nuestra economía como país, ya que también estuve
leyendo al respecto y según estudios: “Debido a la cuarentena preventiva, muchas
personas no están percibiendo ningún tipo de ingreso monetario debido a que son
comerciantes no esenciales, o empleados por día, o tienen empleo no blanqueado, etc., o
son jubilados con jubilaciones mínimas, y tampoco reciben ningún tipo de ayuda
económica- social”.
Próxima
En conclusión, el COVID-19 llego para darnos una lección, el mundo y la rutina como
todos lo conocíamos ha sido cambiado y posiblemente, queden muchas secuelas de todo
tipo una vez finalice este virus. Estamos atravesando un momento único y pude ser parte
de un hecho histórico lleno de desafío en cada ámbito de nuestras vidas. Gracias a Dios
Mamá siempre estuvo a mi lado y gozando de buena salud. Juzgo que soy afortunada.

También podría gustarte