CREENCIAS
PRAGMÁTICA Y COMPORTAMIENTO SOCUAL
DOCUMENTO DE
REFERENCIA
La explicación del
comportamiento social. Más
tuercas y tornillos para las
ciencias sociales (Elster, 2010)
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
◦ Bain, A. (1968). La
Creencia. Mental and
Moral Science, 371 – 385
◦ Elster, Jon (2010). La
explicación del
compotramiento social,
más tuercas y tornillos
para las ciencias sociales.
México: Gedisa Editorial.
◦ Aranguren, G. (2000).
Notas para una filosofìa de
la creencia. Ars Brevis, 9 -
19
CREENCIA Y COMPORTAMIENTO
Para definir las creencias es preciso empezar por establecer que estas
tienen una profunda conexión con la emocionalidad humana,
diferenciándose por esta razón de categorías como la seguridad. A manera
de ejemplo, Elster plantea que mientras una persona cree que al día
siguiente saldrá el sol, sabe con seguridad si está o no casada; podemos
observar que la creencia se encuentra ligada al sentido de esperanza y el
anhelo de supervivencia, en tanto la seguridad se sustenta en el concurso
de pruebas objetivas; para el caso del matrimonio la realización de un acto
de compromiso público.
Dado que la tradición asocia la ignorancia a la vergüenza, el temor y la
debilidad, en aras de mantenerse seguro, el hombre recurre a la
construcción de creencias como forma de ver el mundo desde una zona
segura y no verse expuesto a aceptar aquello que no puede controvertir
desde el conocimiento. En este orden de ideas, no importa si las creencias
resultan ilógicas, improbables o inducen al error, en tanto cumplan con la
función de proporcionar seguridad y confianza; es así que las creencias nos
pueden separar del conocimiento de la verdad. “La ignorancia genera
confianza mas a menudo que el conocimiento. Sumadas, la ignorancia y la
confianza son una buena receta para el error”. No obstante, en ocasiones
conocer solo un poco puede resultar aun mas engañoso que permanecer
en un estado de ignorancia plena, debido a que con frecuencia, sobre la
base de una información mínima se obtiene una enorme sensación de
experticia que conlleva a interpretar la realidad de manera sesgada y por
tanto errónea, en el marco de lo que Elster ha dado en llamar “sesgo de
selección”. (basado en una información parcializada y dado que no hay a
su alrededor evidencias que comprueben el potencial de afectación, el
individuo puede caer en la trampa de considerarse inmune ante
determinados peligros)
El estímulo motivacional juega un importante papel en la configuración de
las creencias; en este orden de ideas, la instrumentalización de una
CITAS PARA
REFLEXIONAR
“Con frecuencia, el problema
no es la falta de informaciòn,
sino su abundancia,
combinada con la carencia de
un procedimiento formal para
integrarla en una opinión que
tome todo en cuenta” (P. 147)
“Así como decimos que la
piedra rompe el hielo en
virtud de su peso y no de su
color, podemos decir que una
motivación afecta una
creencia no en virtud de su
contenido, sino del nivel
concomitante de excitación”.
(P. 153)
“En el lenguaje de Freud, las
personas regidas por el
principio de realidad buscan
creencias exactas, mientras
que las sometidas al principio
de placer buscan creencias
agradables” (P. 157)
Correlator
Diana Carolina Martínez Madrid
Estudiante Maestría en Estudios Políticos
Universidad Pontificia Bolivariana
creencia resulta irrelevante, siempre y cuando la misma genere un alto
nivel de satisfacción de las expectativas del individuo. Dicho en otras
palabras, cuando la motivación es lo suficientemente grande, no importa
si en el fondo, la creencia puede corresponder a una simple conveniencia.
Frente a este particular, Elster señala que la excitación y el contenido son
características fundamentales para la adopción de creencias motivadas.
La racionalización de las creencias hace referencia a una serie de
estrategias de pensamiento que forman parte de la capacidad de respuesta
en relación a la aprehensión de realidades fundamentales, que permiten
dar cierre a situaciones ante las cuales la duda se considera insoportable;
un ejemplo de ello es la necesidad de creer en la fidelidad del cónyuge y
como consecuencia dar por sentada la paternidad. El pensamiento
desiderativo, consiste en la omisiòn deliberada de aquellas partes de la
realidad que resultan incómodas, molestas o dolorosas; por su parte, el
autoengaño que no implica un desconocimiento de la verdad, sino una
negación intencional de la misma y su sustitución por otra que resulta mas
aceptable. Estas son las dos expresiones más comunes de creencia basada
en la racionalización.
El pensamiento desiderativo tiende a generar en las personas un exceso de
confianza, en virtud del cual terminan por convencerse que son mejores
que otros o tan buenas como ellas; esta percepción es el resultado de
traspolar el éxito adquirido en algunas dimensiones y asumiendolo como
generalidad; de tal suerte que se eliminan del análisis todos aquellos
aspectos en que no se es satisfactoriamente competente; de esta forma la
atención se focaliza y algunos aspectos susceptibles de mejora tienden a
ser ignorados.
El autoengaño por su parte, surge cuando el individuo percibe o es
informado de que algo funciona de modo inadecuado, sin embargo decide
obviar dicha información y no realizar mas averiguaciones al respecto.
Usualmente la tendencia a construir creencias a partir del autoengaño se
relaciona con una asociación de la verdad a emociones negativas como el
dolor, el temor o la frustración. La negación de un estado crítico de salud,
o las dilaciones para tomar el control del peso son algunos ejemplos que
nos ayudan a comprender este fenómeno.
En tanto las creencias tienen un poder extraordinario para comprometer
la voluntad y convertirse en acciones concretas, poseer creencias firmes
dotará al individuo de sentido y propósito; esto implica que por regla
general las personas actúan con arreglo a aquellas cosas en las que creen.
“La diferencia entre el mero concebir o imaginar, con o sin un fuerte
sentimiento asociado, y la creencia es actuar o estar preparado para actuar
cuando la ocasión se presente” (Brain, 1868). Es útil considerar que una vez
traducidas en acciones, las creencias generan costos que deben ser
asumidos por el individuo; con frecuencia, estos costos implican la
renuncia los beneficios de largo plazo o instrumentales en favor de
aquellos de carácter intrínseco cuyo principal atractivo es la capacidad de
generar placer o satisfacción inmediata; en efecto, desde el punto de vista
de Elster (1989), “Los beneficios de las creencias motivadas se producen
ahora,y los posibles costes aparecen mas adelante”.