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Al hablar de romper estratos sociales nos referimos que no solo las personas de
baja economía son vulnerables al consumo de alguna sustancia, también existe
gente de gran poder económico que sufre del consumo excesivo de alguna
sustancia, las drogas no respetan el nivel económico, creencia o género, toda
persona puede llegar a ser adicta a alguna droga o conducta que dañe la dignidad
y libertad humana.
Bibliografía
Bayardo Ramírez. La cuestión de las drogas en América Latina. Editores Monte Ávila,
1990 510 p.
García Ramírez, Sergio. Narcotráfico "un punto de vista mexicano". Porrúa, México, 1991,
173 p.
Solé, Eulalia. El peso de la droga "el reto de la humanidad". Flor de viento, España 1996,
217 p.
Centro Regional de Desarrollo y Cooperación Jurídicos en Centroamérica, Manual de
instrumentos jurídicos internacionales y centroamericanos sobre narcoactividad. San
José, Costa Rica, 1997. 373p.
Adicción.
Según esta perspectiva, “La adicción no será otra cosa más que la manifestación
sintomática de un trastorno psíquico. Ahora bien las causas de este trastorno
deben ser leídas a partir de la existencia de conflictos del sujeto con su medio
micro social, su familia y su grupo de pares. El contexto quedará subsumido a esta
matriz de relación con la cual el sujeto establece una relación conflictiva. A partir
de lo dicho la prevención ya no apuntará estrictamente a evitar el consumo de
drogas como en los modelos anteriores, tendrá características más inespecíficas
que incluirá acciones que posibiliten una mejora en sus relaciones interpersonales.
La prevención se va a inscribir en el ámbito de la salud mental”
El alcohol se considera como una droga más en lo que son los factores de riesgo;
las características de un alcohólico y un adicto es muy similar y no hay que
creerse exento por pensarse fuera de ellas. Los factores de riego son:
A. La edad. Las adicciones se pueden adquirir en cualquier etapa de la vida,
pero la etapa de la adolescencia es una que cuenta con mayor riesgo,
hasta los 25 años, puesto que en la adolescencia la persona se encuentra
en búsqueda de una identificación.
B. Carácter débil. El querer facilitarles la vida, el querer evitarles a los niños
las dificultades provocan una debilidad de carácter y ésta a su vez aumenta
considerablemente las características propias de una personalidad adictiva,
debido que los sujetos “educados” de esa manera son incapaces de
manejar de una forma correcta la frustración.
C. Carencia de una filosofía de vida. La indiferencia hacia los aspectos
espirituales, la falta de creencias y de ideales de vida han sido identificas
como elementos asociado a la drogadicción.
La falta de respuestas de parte de la sociedad y de la familia a lo que es el
sentido de vida, la falta de ofrecimiento de un marco de referencias claros,
y la confusión, les hacen caer en un vacío existencial que conduce a
intentar evadirse por medio del consumo de las drogas.
D. Es la tendencia a actuar con precipitación y sin medir las consecuencias de
los actos, a incurrir en situaciones de conflicto que son el resultado de la
conducta reflexiva.
E. Vulnerabilidad a la influencia externa. Los jóvenes son presa fácil de su
curiosidad debido a su falta de madurez y experiencia, y eso los vuelve al
mismo tiempo vulnerables a influencias negativas ejercidas por el afecto o
la presión de los compañeros, etcétera.
F. Imagen negativa de sí mismo. En la adolescencia se forma la conciencia de
la propia individualidad, el concepto que se tiene de sí mismo abarca
aspectos físicos, temperamento, aptitudes, limitaciones cualidades, etc.
Son muchos los elementos que pueden hacer que esa imagen sea positiva
o negativa, por el hecho de que un joven se estime como es, favorece su
fuerza para hacer frente a las influencias negativas del miedo, en las cuales
figura la droga.
Por el contrario, quien tiene una imagen inadecuada de sí mismo y una
baja autoestima es tímido e inseguro, tiene dificultades para establecer
contacto con los demás, no se hace respetar, se aísla, carece de valor para
sustentar sus opiniones y para ser o actuar de forma diferente de los
demás, si su grupo lo presiona para que consuma drogas, es fácil que así
lo haga. Una adecuada autoestima fortalece la personalidad y ayuda a
resistir las presiones para utilizar sustancias adictivas.
G. La apatía. La falta de interés profundos, la carencia de motivaciones, y las
cosas cotidianas de la vida pueden llevar a ir en busca de sensaciones
nuevas a través de las drogas.
H. Avidez de placer. El estilo de vida hedonista puede llevar a buscar
invariablemente placeres y las sensaciones intensas, y no quedarse con
las ganas de experimentar. El deseo de los jóvenes de conocer la vida y el
impulso publicitario que estimulan el riesgo, el atrevimiento y la aventura
sientan las bases para la creación de una personalidad positiva hacia el
riego y la aventura.
Los argumentos que se les dan a los muchachos para drogarse van desde
una introspección, hasta sensaciones inéditas que favorecen la creatividad
y una comunicación humana genuina y profunda.
I. Consumo prematuro de alcohol. Las razones de un consumo prematuro de
alcohol varia, puede ser la curiosidad, la presión de los amigos, el deseo de
vencer la timidez, el querer sentirse independiente, el aparentar mayor
edad, el identificarse con los adultos bebedores, la rebeldía, la enorme
fuerza persuasiva con que se administra la publicidad para el consumo de
alcohol, etcétera.
Es muy frecuente que los jóvenes huyan de sus conflictos emocionales
recurriendo a él. El que sea una sustancia socialmente aceptada es común
que se empiece por un consumo moderado y ocasional, hasta llegar a un
consumo inapropiado de él. Pero existe otro riesgo, el de iniciarse en la
farmacodependencia, porque se adquirido la tendencia a procurarse una
euforia artificial.
J. Tabaquismo. La nicotina es una de las sustancias más adictivas conocidas.
El tabaquismo temprano es una de las sustancias que predisponen a la
farmacodependencia. La razón es que se debe de vencer el malestar que
se presenta cuando se empieza a fumar. Pero cuando se crea el hábito es
más fácil que se recurra a drogas como la mariguana o la pasta de
cocaína.
K. Trastornos metales o de la personalidad. Un trastorno mental es un
síndrome caracterizado por una alteración clínicamente significativa del
estado cognitivo, la regulación emocional o el comportamiento de un
individuo, que refleja una disfunción de los procesos psicológicos,
biológicos o del desarrollo que subyacen en su función mental.
Habitualmente los trastornos mentales van asociados a un estrés
significativo o una discapacidad, ya sea social, laboral o de otras
actividades importantes.1
a. Depresión. Se caracteriza por el decaimiento, apatía, desinterés,
lentitud y falta de sueño, de apetito y de energía. En un primer
momento parecería aliviar los síntomas depresivos por medio de
alcohol, anfetaminas, heroína, cocaína debido a que sus primeros
efectos son de euforia y enmascaramiento de la depresión. Pero
luego no tarda en iniciarse una carrera entre la dependencia y la
depresión.
b. Ansiedad. Su mecánica es parecida a la que tiene la depresión. Por
aliviar la ansiedad se recurre a las drogas, creando un círculo vicioso
al que al agravamiento que se le suma otra enfermedad.
1
http://elpsicoasesor.com/trastorno-mental-segun-el-dsm-5/
c. Insomnio. Cuando éste se presenta, se intenta conciliar el sueño y
aliviar los trastornos depresivos o de ansiedad que lo acompañan
por medio de las drogas.
d. Personalidades psicópatas y neuróticas. Cualquier trastorno de la
personalidad aumenta el riesgo de consumir drogas; si bien, el
principal de ellos es el trastorno de la personalidad antisocial con
tendencia a la delincuencia, la agresividad, la vagancia, el rechazo
de las normas, el desafío abierto a la autoridad, el resentimiento y la
venganza. Este tipo de problemas se detecta desde una edad
temprana y debe corregirse lo antes posible por medio de la
psicoterapia.
Los elementos de la personalidad que pueden generar la
drogadicción son lo más difíciles de detectar. Generalmente se
asocian a otras disfunciones familiares.
Factores de riesgo familiares2
Desintegración familiar
La desintegración familiar genera y aumenta los factores de riesgo. Los
conflictos de los padres, su tensión, su frialdad y su ruptura dejan al niño
desamparado e indefenso lo que repercute en la formación de factores como
baja autoestima, inseguridad, trastornos mentales y de conducta, desapego de
los padres, etc. En la familia es donde se crea la personalidad, donde se crea
una visión del mundo, es en la familia donde se sientan las bases de una
seguridad psicológica.
Grupos familiares débiles o disfuncionales
Los roles dentro de la familia son confusos, la ausencia de un papel importante
dentro de ella o la incapacidad para ejercer tal papel.
a) Pocos recursos para solucionar problemas. Se caracteriza por la evasión de
los problemas, la exclusión del hijo como nocivo y la negación de la
existencia del conflicto de la adicción.
b) Consumo de drogas en la familia. El reconocer ciertos errores y debilidades
en los padres puede llevar a la orientación con claridad. La calidad de la
educación en la familia favorece al desarrollo de personalidades íntegras,
no susceptibles de caer en adicciones. Lo importante de la educación es
ser realista y estar en lucha contante.
Medios de comunicación
La capacidad que tienen los medios de comunicación para influir en las
actitudes y comportamientos del ser humano nos lleva al hecho de quienes
controlan y administran esos medios ejercen un enorme poder. Ellos crean
necesidades y promueven actitudes que predisponen a las adiciones.
La crisis de valores
Un valor tiene una misión social, el del respeto al otro, reconocer y considerar
la dignidad del otro, una actitud que proviene de la educación que se nos da en
el hogar, pero en el hogar del adicto el tipo de educación no promueve el
reconocer al otro, la falta de afecto, desconocer los gustos señal una falla de
comunicación, etcétera, muestran tal crisis. Desconocer la dignidad del otro
nos lleva a antivalores como el odio, el egoísmo, violencia, indiferencia ante el
prójimo, tales conductas las podemos ver en medios de comunicación como la
televisión.
La doble moral y el relativismo ético, estos conceptos que nos dejan ver otra
vez el individualismo de la sociedad actual, de esta era contemporánea, puesto
que el relativismo ético se basa en la concepción personal de la verdad
conforme a cada cultura, dejando de lado el concepto absoluto de verdad, ese
bien que dignifica al ser humano, pues en ese bienestar está un bienestar
individual y uno social. “Eso es bueno para mí pero malo para ti” nos lleva a el
acto del mercado, vender distintos narcóticos por la necesidad del dinero, el
volverlo un fuente de lucro, los negocios que degradan a las personas y
recurren a la violencia.
El alcohol es un depresor del sistema nervioso central, aunque varían las dosis
según quien sea su consumidor, puede llegar a provocar un efecto
desinhibitorio y estimulante.
Los efectos variaran según con la cantidad ingerida, la capacidad de
asimilación del cuerpo físico, así como de la tolerancia que la misma muestre
hacia la droga. Las consecuencias en el cuerpo físico pueden ser desde
pequeñas modificaciones en la conducta del que ingiere tal sustancia hasta
muerte por depresión en el centro respiratorio.
Percibir
Querer Pensar
La
libertad
de:
Hacer Sentir
3
http://www.who.int/features/factfiles/mental_health/es/
Autosabotaje
Comunicación Sentimiento de
inadecuada infelicidad
No establecer
límites entre la
Defensa
propia persona y
la de los demás
Amor posesivo o
adictivo
Bibliografía.