Está en la página 1de 2

Notre Dame: reconstrucción de una gran ausencia

A partir del incendio y destrucción de la catedral de Notre Dame, en los medios de


comunicación se barajaron distintas soluciones al hecho: la reconstrucción total del edificio,
su restauración con elementos más modernos e incluso se llegó a pedir la opinión del
pueblo francés sobre la importante decisión a tomar. Pero el debate y la polémica
continúan.

Por Aylén Pszonka

La pérdida de una gran pieza cultural.

Luego de la tragedia circularon en las redes sociales diferentes causales de lo sucedido y


no todas corresponden a la falta de tecnología, sino a una leyenda sobre las gárgolas de
Notre Dame. A ellas se las vincula con demonios, pero también son símbolo de protección.
Se salvaron, pero habían sido removidas hacía una semana para ser restauradas lo que
para algunos usuarios dejo en total desprotección a la catedral. Para los supersticiosos esta
teoría es la correcta, pero desde luego que no fue la única. De hecho, después del incendio
se descubrió un “milagro”: una cruz en el altar fue para muchos una señal divina al
permanecer intacta tras el fuego, pero rápidamente esta teoría fue refutada. La cruz de oro,
explicaron los físicos, para poder derretirse requiere de mayor temperatura que la que se
necesita para quemar la madera.

Como fuere, al terminarse las especulaciones el presidente de Francia -Emmanuel Macron


confirmó que el imponente patrimonio será reconstruido con las donaciones que brindó la
gente en todo el mundo y también con los aportes del Estado. Inmediatamente de conocido
esto surgieron dudas sobre si detrás de la idea de preservar la icónica catedral no estaba la
intención de lucrar con lo sucedido, siendo una reconstrucción con elementos
arquitectónicos más modernos. Para gran parte de los franceses existe un negocio detrás
de la destrucción al buscar el lucro de preservar para destruir el recuerdo de la antigua
Notre Dame.

Todas estas posibles soluciones a corto o largo plazo tienen como objetivo reconstruir la
ausencia, ya sea reemplazándola con algún monumento como sucedió con las Torres
Gemelas en Estados Unidos o restaurándola con modernidad y tecnología. Pero al fin de
cuentas la decisión que se tome solo generará añoranza de lo que fue y no volverá a ser.

Se escucharon varias opiniones de políticos y celebridades de renombre pero, ¿qué sucedió


con las personas que están lejos de los flashes y del mundo mediático? La realidad es que
no toleramos perder; no podemos superar que la catedral no volverá a ser la misma, así
como tampoco podemos ver el paso del tiempo en imponentes instituciones, no podemos
percibirlo en nosotros mismos al rehusarnos a ver las marcas del paso de los años en
nuestra piel. Esta negación del paso del tiempo es la misma que nos lleva a creer en las
cirugías plásticas para estar jóvenes y bellos y creer en la tecnología al pensar que Notre
Dame volverá a ser la misma. Pero no será así, una gran parte de la historia se perdió y los
que vengan detrás de nosotros no podrán conocerla, porque no pudimos conservarla,
aunque la reconstruyamos y estemos agradecidos por las obras que se hayan conseguido
salvar, Notre Dame de París ha quedado herida para siempre.

También podría gustarte