Está en la página 1de 2

VANESSA OCAÑA MARTÍNEZ

27/08/2018
“Un recorrido por el espacio de mi casa”
Durante muchos años o bien veintidós años he vivido en el mismo lugar, en la primera cerrada 5 de
mayo, en el municipio de Paraíso, Tabasco; desde que mi memoria puede echarse a volar o desde
que comencé a tener uso de razón partiendo de mis cuatro años, puedo recordar una pequeña casa
habitada por cuatro personas, papá y mamá y dos hermanas.

Para comenzar a describir mí casa y haciendo memoria, ha tenido ciertas modificaciones,


principalmente en el color, que ha cambiado en el transcurso de los años. A lo que mis papás me
han comentado, mi casa comenzó con un cuarto con fraguado, solo una cama y una hamaca, en ese
entonces yo todavía no había nacido, conforme se fueron sustentando económicamente fueron
haciendo arreglos a la vivienda. Al momento que nací ya contaban con tres cuartos y un poco
amueblada la casa.

Actualmente, mi casa está acomodada, cuenta con tres cuartos, la división de cocina, comedor y
sala, un corredor o recibidor, dos baños y una segunda planta donde se encuentran dos cuartos
amueblados y una bodega, tengamos en cuenta que para la segunda planta hay una escalera con un
pasamanos, para poder subir. Realmente mi establecimiento en un solo lugar ha sido fijo, en un solo
sitio.

En el interior de mi casa hay un patio, donde ese patio ¡sí que ha tenido remodelaciones!, primero
hubo un gallinero, hecho de concreto y alambre, donde mis papás se dedicaban a la crianza de
pollos para poder sustentarse o bien para el consumo propio, después pasó a ser un gallinero más
pequeño, donde sólo metían pocas cantidades de pollos. Decidieron en quitar el gallinero y sólo
hacer en una esquina un fogón, ya que a mi madre en algunas ocasiones le gusta cocinar allí.

Decidieron que iban a sembrar grama o pasto y que dejarían un espacio para poder cultivas plantas,
entre ellas se encuentran las favoritas de mi mamá, las buganvilias y las margaritas, además de
plantas medicinales como la albahaca, el maguey, la sábila y el oreganón.

Para poder describir a las afueras de mi casa, tengo que hacer un recorrido en mi memoria y
recordar cómo estaban sus alrededores, desde donde recuerdo, mi casa no tenía bardas, ni de lado
derecho, ni de lado izquierdo, pues la calle no estaba pavimentada hasta hace unos 8 años que la
pavimentaron, la calle o bien la cerrada donde se encuentra mi casa, sufría mucho de inundaciones,
por gracia, nosotros nunca nos inundamos, pero tocaban algunas ocasiones donde los vecinos si
sufrían de este problema.
VANESSA OCAÑA MARTÍNEZ
27/08/2018
Cuando había fuertes lluvias, se hacían grandes pozas de agua que parecían albercas y ¡hasta con
ganas de darme un chapuzón! Pero eso cambió en el sexenio de un expresidente llamado Cristóbal
Javier Ángulo que pavimentó la calle e hizo remodelación del drenaje de la calle porque también
eso era un gran problema.

De lo poco que recuerdo, enfrente de mi casa era un terreno baldío donde todos los niños pequeños
salíamos a jugar, y eran juegos de las escondidas, a la pega-pega, a la tribu-tribu, palito chino, los
juegos que no podían faltar en una infancia. Disfrutábamos de esos terrenos baldíos ya que había
matas de mango, de guayaba y cuando eran sus temporadas sí que nos dábamos un buen taco con
esas frutas.

También había un parquecito, que ya ahora los vecinos lo agarraron de estacionamiento porque lo
derrumbaron, en ese parquecito, podría describir que gran parte de mi infancia está ahí porque era
de todas las tardes que me iba a jugar y aunque terminaba con algún raspón, alguna lastimada o
algún regaño de mi papá porque me perdía toda la tarde jugando con mis amiguitos.

Realmente las casas de mis vecinos también han cambiado mucho, quién diría que hasta mis
vecinos se irían y cambiaría todo rotundamente.

Ahora la cerrada donde vivo, se mantiene tranquila, con nuevos vecinos, ha cambiado tanto que el
terreno baldío donde disfrutaba jugar tanto se encuentran unos vecinos que son súper buena onda y
lo mejor de todo que son vecinos que se han procurado ver bien la calle, haciendo campañas para la
limpieza entre todos, cuidado sobre la delincuencia y sembrando árboles para poder dar sombra a la
calle y sobre todo unos árboles de mango y poder disfrutarlos.

También podría gustarte