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Utilizado normalmente en las ruedas delanteras y en muchos casos también en las traseras, este
sistema se compone de: discos, mordazas y pastillas.
Discos.
Los discos son piezas metálicas unidas al movimiento de las ruedas del vehículo; contienen caras
laterales de fricción donde las pastillas (balatas) ejercen la acción del frenado.
Mordazas (calipers).
La mordaza o caliper es el soporte de las pastillas y los pistones de los frenos de disco.
Las fijas no se mueven, en relación al disco de freno y utilizan uno o dos pistones; de este modo,
al accionarse, presionan las pastillas a ambos lados del disco.
Las flotantes, también denominadas "mordazas deslizantes", se mueven en relación al disco;
un pistón cada lado del disco empuja la pastilla hasta que esta hace contacto con la superficie
del disco, haciendo que la mordaza y con ella la pastilla de freno interior se desplacen. De este
modo la presión es aplicada a ambos lados del disco y se logra la acción de frenado.
Pistón de la mordaza: su función es moverse mediante presión hidráulica para hacer que las
pastillas hagan contacto con el rotor solo lo suficiente para que se deforme el sello de la
mordaza y regrese a su posición original una vez que se libera el pedal del freno.
Los pistones cuentan con una fijación que va alrededor y sellos que impiden el escape de la
presión ejercida por el líquido de frenos, a través del cual son accionados. La mordaza lleva un
conducto por el cual entra el líquido de frenos y eso hace que la mordaza empuje la pastilla
contra el disco y, a la vez, que se corra la mordaza para frenar con ambas y se logre uniformizar
el frenado y el desgaste.
Pastillas.
Se le denomina de este modo a las zapatas (balatas) empleadas exclusivamente en los frenos
de disco. Las pastillas están diseñadas para producir una alta fricción con el disco; se trata de
casquillos metálicos recubiertos con pasta.
Hasta hace poco tiempo las pastillas contenían asbesto, que ha sido prohibido por resultar
carcinógeno. Por lo tanto, al trabajar con vehículos antiguos se debe tener en cuenta que no se
debe inhalar el polvo que pueda estar depositado en las inmediaciones de los elementos de
frenada. Actualmente las pastillas están libres al 100% de este material, y se pueden encontrar
de fibras metálicas, semi metálicas, fibras de carbono y cerámicas.
Las pastillas deben ser reemplazadas regularmente; la mayoría están equipadas con un sensor
que alerta al conductor cuando es necesario cambiarlas; algunas tienen una laminilla que
provoca un chillido cuando están a punto de acabarse (sensor mecánico), mientras que otras
llevan un dispositivo que al detectar excesivo desgaste cierra un circuito eléctrico que provoca
que se ilumine un testigo en el cuadro instrumentos del automóvil (sensor electrónico).
En los automóviles que emplean pastillas de frenos con sensor electrónico; al existir un desgaste
en la balata, se advertirá al conductor mediante una luz en el tablero de indicadores del vehículo.
Daños en los discos.
Los discos pueden sufrir diferentes daños: alabeo, rayado, rotura y cristalización.
Alabeo.
Para verificar el alabeo se mide con micrómetro (el espesor) y con un comparador de dial o
carátula (para medir la deformación).
Rayado
Es producido cuando las pastillas de freno no están bien instaladas o son de material más duro
que el material proveniente de los discos, esto al frenar provoca un rayado en el cual hace que
el disco, en la superficie de fricción se deforme. La solución para este problema es el
rectificado de ambos discos.
Rotura.
La rotura está en todos los tipos de discos, en los que pueden aparecer grietas entre los
agujeros (para los ventilados y súper ventilados), y grietas en la superficie de fricción que tiene
el disco. Este daño se debe al exceso de calor o poco espesor del disco.
Cristalización.
Los discos se cristalizan cuando, al momento de frenar, el material de fricción del disco y las
pastillas generan una mayor temperatura (por ejemplo, al frenar desembragado en la
bajada de una cuesta), provocando que el disco se queme, quedando de un color azulado.
Para este daño hay que reemplazar el disco de freno por uno nuevo.
Rectificación de discos.
Es un método que consiste en rebajar material de las caras de fricción de los discos; esto con el
objetivo de volver a darles forma y eliminar los daños provocados por el uso.
Los discos se rectifican con una maquina especialmente diseñada para tal trabajo
Los discos tienen impreso en su cara interna el límite mínimo de espesor; tal especificación es
de gran utilidad para determinar si el disco puede o no ser rectificado.
En este sistema de frenado, el elemento de mando es hidráulico. Cuando se aplican los frenos
de tambor, las zapatas del freno se mueven hacia fuera contra un tambor en rotación, como
los birlos de las ruedas están sujetos al tambor, al disminuir la velocidad del tambor y
detenerse, las ruedas hacen lo mismo.
Los principales elementos que integran a los frenos de tambor son: tambores, cilindros
auxiliares, zapatas (balatas), resortes de recuperación (herraje) y ajustadores.
Tambores: Conectan su movimiento a las ruedas del vehículo; reciben la carga de expansión de
las zapatas (balatas) en su cara de fricción interior para detener la trayectoria de las llantas.
Se construye de hierro colado en el punto donde las zapatas hacen contacto con él y su centro es
de acero dulce.
Cilindro auxiliar o cilindro de rueda: Su función es expandir las zapatas para que entren
en contacto con el tambor. Para este propósito, está provista de un doble pistón que recibe la
presión hidráulica. Una vez ejecutada la función, un resorte devuelve los pistones a su posición
normal.
Zapatas: Se trata de casquillos metálicos recubiertos de pasta; son las encargadas de detener
las ruedas mediante la presión que ejercen sobre la superficie de fricción del tambor. Se
encuentran sujetas al plato por unos pasadores u opresores en su parte central.
Rectificación de tambores.
Es un método que consiste en rebajar material de las caras internas de fricción de los tambores;
esto con el objetivo de volver a darles forma y eliminar los daños provocados por el uso.
Los tambores se rectifican con una maquina especialmente diseñada para tal trabajo.
Los tambores tienen impreso en su cara externa el límite mínimo de diámetro interior; tal
especificación es de gran utilidad para determinar si el tambor puede o no ser rectificado.
Los frenos de tambor requieren de un ajuste que deberá realizarse periódicamente; para ello
las balatas cuentan con un mecanismo de estrella o leva y los platos llevarán en su mayoría una
ranura posterior para permitir la entrada de una llave de ajuste.
Procedimiento:
La llanta deberá estar levantada y libre de la parte posterior para ser ajustada. El mecanismo
de ajuste deberá estar limpio y lubricado para poder ser desplazado con facilidad desde el
exterior. Inserte en la ranura posterior del plato un ajustador para balatas (pata de cabra) o
bien un destornillador y mueva el ajustador, la llanta comenzará a girar con menor libertad
según se vaya ajustando el mecanismo. El ajuste concluye cuando se comience a escuchar el
roce de las balatas con el tambor.
Notas: algunos platos para frenos no llevan ranura posterior y para realizar el ajuste será
necesario desmontar el tambor.
La mayoría de los mecánicos automotrices se basan en el número de vueltas que dan las ruedas
para determinar que ya han sido ajustadas; deberán encontrarse entre 1 y 2 vueltas libres.
Existen frenos de tambor denominados auto ajustables; en este tipo de sistema hay que
manejar el vehículo en reversa y posteriormente frenar para que el mecanismo se ajuste.
Algunos sistemas de tambor se ajustan a través de los orificios para los tornillos.
El servicio a los mecanismos de este tipo de frenos, se refiere específicamente al cambio de las
balatas y a la rectificación de los tambores; para ello se deberán seguir los siguientes pasos:
Al liberar el seguro, las zapatas se separan del tambor desapareciendo la acción del frenado.
Luz de advertencia
En el tablero del vehículo se localiza una lámpara de color rojo con un ícono indicando que el
freno de mano está activado. El circuito eléctrico para este indicador se cierra con un
interruptor localizado directamente en la palanca o en el pedal.