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Tony Boza

@tonyboza
@BozaConValdez
tonyboza@gmail.com
Ediciones “El Parlamentarismo de Calle”
Fundación Construyendo Ciudadanía
Maracaibo, enero 2021

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o en parte sin pedir ningún permiso al autor.

Commons. Reconocimiento No Comercial.


Compartir Igual 4.0 Unported License.
INDICE

Introducción ............................................................................... 5
La Economía .......................................................................... 6
Diagnóstico correcto ................................................................ 6
La hiperinflación ......................................................................... 7
La visión monetarista .................................................................... 8
Emitir dinero inorgánico .............................................................. 9
El descontrol del Sistema de Precios .....................................10
Aumentar la productividad.......................................................... 11
Producir más ................................................................................12
Estabiliazar las variables macroeconómicas ............................ 13
El respaldo monetario ...............................................................13
Corregir la Indexación Desincronizada .................................... 14
La moneda indexada: El Plan Real de Brasil ........................... 14
¿Por dónde comerzar? ............................................................ 16
¿Cómo estabilizar la moneda? ............................................. 16
El Plan. Primera fase: Crear del mecanismo de Indexación ........ 17
Segunda Fase: Corregir la distorsión de la retribución ....... 17
Lecciones de economía en el mundo.............................. 19
Conclusiones......................................................................21
4
Tony Boza

INTRODUCCIÓN

En vista de la cantidad de respuestas, sugerencias y dudas que generó el


breve ensayo denominado “Indexar los Salarios” escrito por quien sus-
cribe y que salió a la luz pública en el mes de diciembre de 2020, se hacen
necesarias algunas aclaratorias y precisiones para alimentar el debate que
nos debe conducir a derrotar la inflación, recuperar la capacidad adqui-
sitiva de los y las trabajadoras y liberar de esta pesada carga al pueblo
venezolano.

En materia de economía es casi imposible hacer una propuesta sin intro-


ducir en el análisis los fundamentos teóricos que la soportan, no ocurre así
con los dogmas o los mitos teóricos que son aceptados sin análisis o cues-
tionamientos. Alertamos al lector que en este escrito vamos a fundamentar
la propuesta de indexar los salarios con su debida argumentación teórica.

Muchas de esas respuestas, dudas y sugerencias surgidas al calor del escri-


to anterior son absolutamente pertinentes, a la lógica de este observador,

5
pero también surgieron una serie de mitos que lejos de ayudar entraban el
debate, y entraban más cuando se esgrimen como si de verdades se tratara.
Más allá de las diferencias conceptuales en el análisis, que siempre serán
bienvenidas, lo que importa es dar una respuesta a la imperiosa necesidad
de restablecer la capacidad adquisitiva del pueblo.

El tema inflacionario siempre ha resultado un tema complejo de manejar,


a principios de la década de los años 90 del siglo pasado, de veinte paises
latinoamericanos, dieciseis tenían problemas graves con la inflación. Bra-
sil tardó nueve años en resolver sastisfactoriamente el problema, contando
incluso con el apoyo de los organismos internacionales. Sin bloqueo. La
premisa central de la propuesta aquí esgrimida, es que la solución al pro-
blema salarial solo es posible alcanzarla en revolución y con la conduc-
ción revolucionaria que le imprime nuestro presidente Nicolás Maduro,
tanto como fundamento metodológico (eficacia en el logro del objetivo)
como ideológico, la derecha poco interés ha demostrado en la historia para
resolver esta cuestión a favor de las y los trabajadores.

LA ECONOMÍA

En el anterior ensayo de “Indexar los Salarios” planteabamos la necesi-


dad de fortalecer las capacidades tributarias, financieras y presupuestarias
del aparato del Estado para generar mayores ingresos que permitan pagar
los salarios correctos, de allí que algunos piensan que aquí está el Quid del
asunto; otros lo sitúan en aumentar la productividad de la clase trabajadora
para desencadenar según esta visión (o visiones, porque son varias) una
mayor participación de la clase trabajadora en el producto, otros hablan de
la necesidad de aumentar la producción para que se alcancen los equili-
brios macroeconómicos y se emparejen las cargas. Argumentos todos con
los cuales es difícil estar en desacuerdo. En todos hay algo o mucho de
verdad; pero como decía Chávez, en los detalles está el diablo. Hay algo o
mucho de verdad, pero el Quid del asunto realmente está en otra parte. Y
esta afirmación no es un capricho. Vamos por partes.

DIAGNÓSTICO CORRECTO

Siempre hay quien dice ¡Estamos cansados de tanta teoría, lo que hay que
hacer es actuar!

6
Francisco Delgado1 nos recuerda: la primera acción es hacerse de una bue-
na teoría ¿Hemos hecho el diagnóstico correcto? Para Walter Benjamín
importan las preguntas que nos hacemos tanto como las respuestas ¿Ha-
bremos formulado las preguntas correctas?

LA HIPERINFLACIÓN

Afirmamos que la inflación en Venezuela es una inflación de costes, es


decir, que se produce por efecto del comportamiento por el lado de la ofer-
ta, de la estructura de costos de los productores o comerciantes, y que no
se debe a una sobredemanda, no es porque exista un exceso de demanda
por parte de la población por el hecho de recibir ingentes medios de pago
o el denominado dinero inorgánico, porque el Estado prendió la maquinita
o que un helicóptero lanzó dinero desde el cielo y otras tantas expresiones
similares que intentan caracterizar desde este enfoque el problema.

La principal causante de la inflación es la manipulación cambiaria, el me-


canismo fraudulento (no obedece a leyes del mercado u otra condición de
carácter económico) que establece las tasas de intercambio entre nuestra
moneda nacional (el bolívar) y el resto de las divisas, impactando directa-
mente las estructuras de costes de los bienes y servicios producidos por los
capitalistas de nuestro país, cuyos insumos están expresados en virtud de
los precios de las divisas respecto a nuestra moneda criolla, ya que nuestro
país debe importar muchos de los insumos necesarios para reponer el ciclo
productivo.

Y el principal elemento propagador de la inflación (que la convierte en


una hiperinflación inercial, por tanto más difícil de controlar) son las ex-
pectativas adaptativas2, es decir, el cálculo que cada capitalista hace de la
inflación futura, basado únicamente en los datos históricos de la inflación
reciente, expectativas que se expresan en los precios que le colocan a sus
respectivas mercancías en función de reponer los inventarios en tiempos
y volúmenes que hagan al negocio lucrativo, intentando adivinar el precio
futuro de la divisa. Poco a poco, como ha sucedido en otros países, se
crearon mecanismos de indexación formales o informales entre las partes
del intercambio. Dicho de otra forma, no hace falta calcular el valor futuro
de la divisa, ya que pueden producirse errores hacia abajo o hacia arriba en
el precio de las mismas, perjudicando a uno u otro actor del intercambio,
1 Delgado Rosales, Francisco Javier. Sociólogo y criminólogo zuliano.
2 Expectativas adaptativas. Visto en https://economipedia.com/definiciones/expectati-
vas-adaptativas.html
7
el vendedor o el comprador, ahora los contratos se realizan en la mayoría
de los casos con pago al final en la propia divisa. Por eso tiene razón el
presidente Nicolás Maduro cuando afirma que el uso masivo del dólar
(lo cual no significa dolarización en el estricto sentido, ya que el país no
pierde su soberanía monetaria, el señoreaje) fue una válvula de escape
para dinamizar la economía, generando, dentro de un ambiente hiperinfla-
cionario, algunos niveles o espacios de semi estabilidad para el desarro-
llo de la dinámica económica productiva y del intercambio relativamente
planificado, garantizando dos componentes básicos de una moneda, ser
reserva de valor y unidad de cuenta, con lo que el cumplimiento de los
compromisos financieros y comerciales se realizaban en moneda local al
valor de la divisa a la tasa de cambio del día de la realización del pago, o
en muchos casos como medio de pago directo en divisas. Por supuesto, en
una política de estabilización de nuestro sistema monetario, esta situación
debe ser corregida por resultar riesgosa para nuestra soberanía.

LA VISÓN MONETARISTA

Sin embargo, muchos no aceptan la conceptualización descrita arriba, la


respuesta más común y corriente es que la inflación se produce por el di-
nero que le inyecta el Estado a la economía (según esta visión la inflación
siempre será de origen monetario), bien sea por el gasto público, los bonos
entregados al pueblo o los incrementos de salarios. Al punto que muchos
lamentan que les aumenten los salarios porque saben que los precios se-
guirán subiendo, y de forma más rápida que los salarios.

Veamos la lógica del planteamiento: Si yo inyecto dinero a la economía y


la oferta es rebasada por la demanda (la gente ahora tiene más dinero y por
tanto demanda más bienes y servicios), entonces se debería producir un
aumento de los precios, porque la demanda es mayor que la oferta (la céle-
bre ley de la oferta y la demanda). Otros hablan de una cuestión más risible
pero que muchos se la creen, en la misma línea de la sobre oferta moneta-
ria. Si en una economía hay dos productos y dos monedas, cada producto
tiende a costar una moneda, si usted introduce dos monedas más, para
cuatro monedas (manteniendo la misma cantidad de productos), entonces
cada producto tenderá a costar dos monedas con lo cual el precio de cada
producto se duplicará, y esto precisamente es la inflación. Esa explicación
como juego de lógica formal está muy buena, pero como explicación de la
inflación en la vida real es una soberana tontería. Así no funciona.

8
En el primer caso, si la gente ahora tiene más dinero (seguramente si-
gue estando lejos de una correcta retribución de su trabajo, no conocemos
pueblos sobreretribuidos salarialmente, al margen de algunos ejecutivos,
que siempre son muy pocos) lo más probable es que la clase capitalista
aumente la producción y venda más productos, con lo cual aumente su ga-
nancia (seguramente con reducción de costos unitarios por el aumento en
la escala de la producción), no olvidemos que la clase capitalista siempre
se queja de tener capacidad de producción instalada que permanece ociosa
(Fedecámaras ha llegado a hablar hasta de un 90% de capacidad instalada
ociosa)3 , lo lógico entonces es que al aumentar la demanda, por el dinero
inyectado a la economía por parte del Estado, la clase capitalista simple-
mente reaccione rápidamente y compre más materia prima y aproveche
de utilizar la capacidad instalada que permanece ociosa, no necesita hacer
inversión de capital fijo (lo cual es más lento y difícil), sino variable. Pero
podemos asegurar, sin temor a equivocarnos, que en Venezuela existe un
subconsumo, una infra demanda4, estamos muy lejos de que la demanda
supere o tan siquiera se le acerque a la oferta de bienes y servicios.

EMITIR DINERO INORGÁNICO

Algunos analistas sostienen una variante explicativa similar a la arriba


expuesta, por el lado de la demanda, en cuanto a que el causante de la
inflación es el dinero inyectado por el Estado al torrente sanguíneo de la
economía, y esta corriente afirma que es porque ese dinero no tiene respal-
do en oro, divisas o cualquier otro activo de las Reservas Internacionales
que posee el Banco Central, que según quienes sostienen esta tesis se trata
de dinero inorgánico. Indudablemente que el hecho de tener buenas Reser-
vas Internacionales que den respaldo a la economía de un país es una gran
ventaja y genera confianza, porque es claro que un país con esas caracte-
rísticas siempre podrá responder en última instancia a los compromisos
financieros con sus reservas; pero la realidad es que desde hace mucho
tiempo (por lo menos desde los años 70) la emisión monetaria no obedece
a la tenencia de reservas que la respalden, mas bien la emisión monetaria
obedece a otros factores, como por ejemplo el tamaño de la economía, la
cantidad de bienes y servicios reales existentes en la economía que entran
en el intercambio, también al uso de esa moneda como divisa por parte de

3. Fedecámaras: Sector empresarial trabaja a 10% de su capacidad Visto en https://www.


ghm.com.ve/fedecamaras-sector-empresarial-trabaja-a-10-de-su-capacidad/
4. Ciertamente cualquier explicación del tipo de “exceso de demanda” parece un sarcasmo
en los países de renta per cápita muy baja por lo que las explicaciones monetaristas resul-
tan muy insatisfactorias. Teoría estructuralista de la inflación (juntadeandalucia.es)
9
otros países distintos al emisor, lo cual genera la necesidad de producir
más medios de pago para el comercio internacional, entre otros. Pero aún
si alguien insistiese en mantener ese argumento para el caso venezolano,
habría que decirle que todo el dinero que hoy circula en nuestro país está
respaldado varias veces por las Reservas Internacionales que posee nues-
tro Banco Central de Venezuela. Veamos, según cifras publicadas por el
BCV en noviembre de 2020, la liquidez ampliada (M3) estaba en el orden
de los 426.903.809 (millones de bolívares), que divididos entre el valor del
dólar según la tasa de cambio publicada por el mismo BCV para esa fecha
(1.050.811,98 bolívares por dólar, al 30 de noviembre de 2020) nos daría
como resultante que toda la liquidez en Venezuela para esa fecha, se po-
dría recoger con menos de 407 millones de dólares. Para quienes les gusta
exigir que el dinero esté respaldado, para esa fecha existían Reservas In-
ternacionales (RI = 6.324 millones de dólares) para respaldar esa liquidez
(M3) unas quince (15) veces. Si como se afirma el dinero sin respaldo es el
dinero inorgánico, habrá que buscar otra definición de “dinero inorgánico”
para el caso venezolano.

EL DESCONTROL DEL SISTEMA DE PRECIOS

Cuando en el año 2016 el BCV dejó de publicar el INPC (Índice Nacio-


nal de Precios al Consumidor), más allá de las razones técnicas o políticas
que se tuvieron para ello, lo que se hizo en realidad fue sustraer del “siste-
ma de precios” el pivote, el eje central sobre el cual tendían a girar el resto
de los precios del universo de mercancías de la economía. Si bien, ese no
fue el causante de la escalada de precios, si ayudó a potenciar el proceso
que en el último lustro se convirtió en una hiperinflación. Pensemos tan
solo en el aparato del Estado como gran contratante de obras y servicios,
al momento de licitar por parte de cualquier proveedor ¿Con base a cuál
referencia armaba sus estructuras de costos si no existía el INPC?

Hasta ahora lo que tenemos es un descontrol total en el sistema de precios,


donde todos los actores económicos dueños de mercancías (bienes o ser-
vicios intermedios o de consumo final) pujan por indexarlas, mientras que
la mercancía “fuerza de trabajo” es la única que no se indexa (indexación:
es un ajuste de los precios en un contrato relacionado con los cambios del
índice general de los precios). La respuesta de los diversos actores de la
economía fue crear mecanismos de adaptación para manejar la inflación
de tal manera que le causase el menor daño posible, estableciendo contra-
tos informales o formales que permitiesen reconocer el impacto de la in-
flación. Mientras las mercancías se indexaban en diversas proporciones y
10
ritmos, en lo que se denomina “un sistema de indexación desincronizada”,
“la fuerza de trabajo” (y su retribución: el salario) no lo hacía, al final los
precios relativos del universo de mercancías variaron unos respecto a los
otros, dejando al salario muy, pero muy rezagado. Por tanto, lo primero es
corregir la profunda distorsión, deformación del sistema de precios que
hace tan diferentes las proporciones en los distintos precios de las mercan-
cías, que ya se configura como una dinámica hiperinflacionaria inercial,
como las bolas de nieve en descenso por la montaña, por tanto mucho más
difícil de resolver. Donde el salario es el más perjudicado, pero también
lo son los empresarios y emprendedores que no pueden llevar el ritmo
de indexación de la mayoría, especialmente las Pymes, generándose una
fuerza que tiende a sacarlos del juego económico, a convertirlos en polvo.

AUMENTAR LA PRODUCTIVIDAD

Si bien en principio, sin entrar en detalles, todos podríamos estar de


acuerdo en incrementar la productividad de las y los trabajadores (ha-
ciendo abstracción de la plusvalía relativa, del trabajo potenciado, de la
sobre-explotación y otras consideraciones que el concepto encierra), lo
cierto es que la productividad no es una ecuación dónde sólo actúa el fac-
tor trabajo, depende de la tecnología, del modelo de gestión, de valores
y cultura del trabajo, de la organización y otras tantas cuestiones. Pero
vamos a ahorrarnos tiempo: el quid del asunto no es la productividad. Es
decir, los trabajadores y trabajadoras en Venezuela no tienen bajos sala-
rios porque sus productividades sean bajas, en este caso bajísimas (para
equipararlas al nivel salarial actual, equivalente a menos de dos dólares
al mes). Y es fácil de demostrar. Nuestro país es un “laboratorio social”.
Tomemos como población “de control” a quienes se fueron del territorio
nacional, para demostrar que el asunto de la productividad es irrelevante
en el problema de restablecer los niveles de salario y la capacidad adquisi-
tiva de los y las venezolanas. Si un grupo de venezolanos y/o venezolanas
Z, de Y nivel de instrucción, destrezas y nivel cultural, trabajan en nuestro
país por un promedio mensual de X, pero si todos a la vez migran a un país
cercano (Colombia, Perú, Ecuador, Panamá o Guatemala) esa misma po-
blación “de control” seleccionada, sin cambiar ninguna de las condiciones
cualitativas descritas (obviando la xenofobia y las desigualdades salariales
derivadas de esa fobia), simplemente migrando y encontrando un empleo
similar al desempeñado en nuestro país, la retribución salarial sería ochen-
ta o cien veces (o más) superior en términos reales que los obtenidos en
nuestro país. Y colocamos países de la región porque desde el punto de

11
vista de la estructuración económica compartimos similitudes. No es el
aumento de la productividad el factor determinante para superar la baja
(ínfima) retribución salarial actual en nuestro país.

PRODUCIR MÁS

Aquí opera la misma lógica, nadie en su sano juicio podría objetar esta
necesidad: producir más (obviando el debate de la forma como se mide
el crecimiento y del carácter ideológico del propio índice del PIB). Hoy
nuestro PIB ha caído sustancialmente: pero la demanda real no supera la
oferta existente. Si bien esta variable tiene mucho más peso (aumentar la
producción), lo cual es indudable, tampoco toca el asunto de fondo que
es de naturaleza “distributiva”, de la forma como los distintos factores
del capital (comercial, industrial, financiero, rentista y el factor trabajo)
se distribuyen el excedente, los valores creados en el ciclo productivo.
Producir más no implica una mejor distribución, cuestión que se puede
comprobar al revisar el índice de GINI de los distintos países. En varias
oportunidades Colombia ha cerrado el año con crecimiento económico
del PIB, al mismo tiempo que se incrementaba la desigualdad interna (por
citar un solo caso). Si bien muchas investigaciones apuntan a que existe
un ”umbral” antes del cual los niveles de inflación no perjudican, y hasta
pueden beneficiar el crecimiento del producto interno bruto (PIB), a partir
de traspasar ese umbral la inflación castiga al crecimiento. En el caso ve-
nezolano un incremento de la producción no cambiaría la distorsión en la
distribución del producto socialmente producido, todo lo contrario, la res-
puesta de los actores económicos en la forma de un sistema de “indexación
desincronizada” en el sistema de precios, resultaría en la profundización
de las desigualdades, en la grosera acumulación de capital por parte de un
pequeño sector (en el caso de Brasil en la década de los 80 y principios de
los 90 esos sectores privilegiados con la hiperinflación fueron la banca y el
sector importador). Por supuesto, Venezuela no es Colombia, y el gobierno
revolucionario dista mucho de la oligarquía asesina que gobierna ese país,
sin embargo, la fuerte carga social de la inversión pública en Venezuela,
que alcanza más del 70% del presupuesto Nacional, el llamado salario
social no compensaría el peso de la distorsión distributiva que hoy impera
en nuestro país ¿la prueba?: los resultados económicos en materia distri-
butiva de los últimos cinco años transcurridos.

12
ESTABILIZAR LAS VARIABLES MACROECONÓMICAS

Si logramos encontrar o producir los equilibrios de los grandes macroa-


gregados entonces podemos resolver el problema del salario pulverizado
actualmente. Veamos cómo puede pasar eso. Los grandes macroagregados
son: el empleo (y el desempleo), el ahorro, la inversión, los precios, el
producto, exportaciones, importaciones, balanza de pagos, deuda y otros.
Volvemos a la lógica anterior ¿Quién en su sano juicio puede estar en
contra de alcanzar los equilibrios de los agregados macroeconómicos para
impulsar la economía? Bienvenidos sean los equilibrios. Pero la cuestión
tiene diversas aristas, que pasan desde los niveles de gobernanza y au-
tonomía de gestión de esos factores, la naturaleza contraria que pueden
tener algunos en su interrelación, la correlación de fuerzas de los diversos
actores económicos a lo interno y su conexión con el resto del mundo, la
motivación filosófica que orienta el ejercicio del poder ¿Privilegio el pleno
empleo o el crecimiento económico? ¿Y en cuáles sectores? ¿Privilegio al
productor nacional o al importador? Pero además sigue quedando intacta
la cuestión del ¿Cómo? ¿Por dónde empezar? Sin mencionar que no existe
un “equilibrio” estándar (tipo arme y use), válido para Sudáfrica, El Con-
go, Alemania, EEUU y Venezuela. Al final ¿Qué garantiza que un deter-
minado equilibrio signifique la recuperación de la capacidad adquisitiva
de los y las trabajadoras?

EL RESPALDO MONETARIO

Si bien las Reservas Internacionales, junto a la solidez de la economía (en


diversas aristas: producción, manejo del endeudamiento, empleo, ahorro,
inversión y otros factores) pueden dar fortaleza a la moneda de un país, la
realidad es que la emisión monetaria no está sujeta a tener o no respaldo
en un bien subyacente (en oro principalmente, divisas y otros activos fi-
nancieros). De hecho, la Pandemia Mundial del Coronavirus hizo que la
mayoría de los gobiernos del mundo dispararan la emisión monetaria. De
acuerdo con Andrés Asiain, profesor de la Facultad de Ciencias Econó-
micas de la Universidad de Buenos Aires y director del Centro Estudios
Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO) “Si el valor del dinero
estuviera dado por su respaldo, desde que se declaró la inconvertibilidad
del dólar en oro, todas las monedas del mundo no deberían valer más que
su costo de emisión en papel.” 5 Es decir, intentar estabilizar y fortalecer

5. La estafa de la emisión. Página 12. Visto en https://www.pagina12.com.ar/104912-la-


estafa-de-la-emision
13
una moneda simplemente dándole respaldo en un bien subyacente que ten-
ga valor propio en el mercado internacional, no da garantías de resultados
favorables. El problema no está en la moneda, está en la dinámica que se
establece en el “sistema de formación de los precios”. El problema no está
en el “instrumento”, está en el “proceso”, en la dinámica imperante. Pero
no nos adelantemos.

CORREGIR LA INDEXACIÓN DESINCRONIZADA

El “proceso” que debemos corregir, que se genera como parte fundamen-


tal del tipo de inflación imperante (de costes, por el lado de la oferta), y
que constituye parte orgánica de la hiperinflación y la define en su carácter
interno (lo ontológico dirían los filósofos) es el tipo de respuesta de los
actores económicos en el intercambio: LA INDEXACIÓN DESINCRO-
NIZADA de las mercancías. Esta reacción, que los economistas denomi-
nan “puja distributiva”, donde cada actor económico, con su respectiva
mercancía puja por lograr obtener una mayor parte en la distribución del
producto socialmente producido, obliga a los demás actores a revisar y
adecuar su posición relativa en el sistema de precios, generando una res-
puesta no acoplada de los diversos actores que resulta en la obtención de
diversas posiciones de las distintas mercancías, unas respecto de las otras,
en cuanto a nivel de precios. Al final de cada ciclo productivo o de repo-
sición de inventarios, los distintos actores (sus mercancías) no quedan en
los mismos puestos, un poco más adelante, un poco más atrás. Como en el
cuento de Cortázar “La Autopista del Sur” cuando se destranca la cola y
todos los automóviles arrancan al mismo tiempo, cambian sus posiciones
unos respecto a los otros, hasta el punto de perder el marco de referencia
de los vecinos, ahora los vecinos son otros, que cambian vertiginosamente
de posición entre un instante y el siguiente.

Este modelo explicativo no pretende soslayar el peso que otros elementos


estructurales tienen en el proceso inflacionario y el consecuente deterioro
del salario, pero pone el énfasis en las características propias de nuestra
nación y en la forma metodológica de abordarlo para su resolución.

LA MONEDA INDEXADA: EL PLAN REAL DE BRASIL

El mecanismo de combatir la inflación utilizando una “moneda indexada”


no es nuevo, lo utilizaron en Brasil de forma satisfactoria hace décadas. El
año 1993 Brasil, después de fallar consecutivamente en cinco planes para

14
combatir la inflación (desde 1985 con el Plan Cruzado, Bresser, Verao,
hasta los dos últimos planes de Collor de Mello), el entonces presidente
Itamar Franco (que sustituyó a Fernando Collor de Mello en un procedi-
miento legal que lo sacó del cargo) le entregó la cartera del Ministerio de
Hacienda a Fernando Henrique Cardozo, quien realizó ese mismo año un
primer intento de doblegar la inflación con el Plan de Acción Inmediata,
con una serie de acciones orientadas a la reducción y mayor eficiencia del
gasto público, sin resultados satisfactorios. Acerca de este plan comenta
el Dr. Leonardo Vera Azaf, que el mismo consistió en ir “promoviendo la
recuperación de los ingresos tributarios federales, la reestructuración de la
deuda de los Estados y Municipios con la Unión, un mayor control de los
bancos del estado, el inicio del saneamiento de los bancos federales y el
perfeccionamiento del programa de privatizaciones. No hubo mayor éxito
en tal cometido y la inflación seguía en escalada mes a mes.” 6

Fernando Henrique Cardozo reaccionó de forma inmediata y diseñó un


nuevo instrumento, el Plan Real, que constaba de tres componentes o fa-
ses: Una primera fase que consistía en un mecanismo formal del tipo legal
para balancear las cuentas públicas y desmontar el financiamiento infla-
cionario de las cuentas fiscales; una segunda fase, con la introducción de
una nueva unidad de cuenta, con paridad estable con el dólar (moneda
indexada), que servía como unidad de cuenta y reserva de valor, no circu-
laba como “medio de pago” y finalmente una tercera fase, donde una vez
derrotada la inflación, la monenda indexada (el Real) pasaba a constituirse
como moneda de curso legal, es decir, completando sus funciones al con-
vertirse también en medio de pago de uso corriente en el Brasil. Esta últi-
ma fase era la resultante de las otras dos. Pero hay que decirlo con mucho
énfasis, el unico componente nuevo y que dió al traste con la inflación, fue
la segunda fase: la introducción de una moneda indexada que protegiera
la capacidad adquisitiva de los trabajadores y de todos los contratos en
general en el intercambio (especialmente de las pymes). Porque los com-
ponentes fiscales y de manejo de los balances de las cuentas públicas eran
comunes al resto de los planes que fracasaron.

Cardozo se había rodeado de intelectuales como Persio Arida y André


Lara Resende, quienes “habían desarrollado 10 años antes la tesis de que
un sistema de indexación desincronizada en los precios había llevado al
Brasil a exhibir un grado de inercia en la inflación que tenía que ser en-
carado con la introducción de lo que ellos llamaron “moneda indexada”.

6. Vera Azaf, Dr. Leonardo ¿Cómo Brasil puso fin al proceso hiperinflacionario de los
90’s? Instituto Progresista Venezolano, Caracas, Venezuela.
15
Un choque monetario ortodoxo, la confiscación de fondos líquidos, o el
congelamiento en los precios y salarios, estrategias antes empleadas en
Brasil, no hacían el trabajo pues no podían lidiar con el componente iner-
cial de la inflación. En contraste, una nueva unidad de cuenta indexada a
la inflación y cuya tasa de conversión con respecto a la moneda oficial se
actualizaba diariamente en función de la misma tasa de inflación, gene-
raría la sincronización en los ajustes de precios requerida para tumbar
abruptamente la inflación. La unidad de valor indexada no sustituiría al
cruzeiro como medio de pago, pero sí como unidad de cuenta y reserva de
valor.” 7 (negritas del editor)

¿POR DÓNDE COMENZAR?

Lo cierto es que el proceso hiperinflacionario que hemos experimentado


en Venezuela ha dejado como principal resultado la pulverización del sa-
lario, y también la aniquilación de las Pymes, y es precisamente por allí
que debemos comenzar.

¿Cómo resolver el problema del deterioro del salario? ¿Cómo recuperar


la capacidad adquisitiva de los y las trabajadoras? Ya está demostrado en
la práctica que una política recurrente de aumentos salariales en sí misma
no es efectiva. Hoy los salarios están más deteriorados que nunca después
de decenas de aumentos salariales. Indudablemente debemos estabilizar la
moneda para poder recuperar los salarios, el asunto es ¿Cómo estabilizar
la moneda?

¿CÓMO ESTABILIZAR LA MONEDA?

Cuando hablamos de “estabilizar la moneda” deberíamos hablar más


bien de estabilizar el “sistema de precios”, porque no es “la moneda” la
que origina el problema, sino la dinámica donde se forman los precios. El
deterioro de la moneda es una “resultante” de un problema que se origina
en la dinámica de formación del sistema de precios y en particular en la
forma como responden los actores económicos a los altos niveles de des-
estabilización en el sistema de precios. Esa respuesta se expresa como un
“sistema de indexación” (pero lamentablemente de forma desincronizada,
el universo de actores y sus respectivas mercancías no van al mismo ritmo
y en las mismas proporciones) que surge como un mecanismo de protec-
ción, de reacción para la estabilización del sistema de precios, aunque de

7 Vera Azaf. Ob. Cit.


16
naturaleza imperfecta, dejando muy rezagada a la principal mercancía: la
fuerza de trabajo.

EL PLAN
PRIMERA FASE:
CREAR EL MECANISMO DE INDEXACIÓN

El presidente Nicolás Maduro propuso el 20 de agosto de 2018 un mode-


lo de ataque a la inflación, precisamente usando el concepto de “moneda
indexada”, en este caso con el Petro. Debemos retomar justamente esta
propuesta en todos o casi todos sus componentes. Lo primero es instru-
mentar el MECANISMO DE INDEXACIÓN DEL SALARIO, utilizando
para ello al PETRO, anclando el salario al Petro, con lo cual este instru-
mento no tiene por qué ser considerado medio de pago, puede utilizarse
(en una primera fase) como “unidad de cuenta” y como “reserva de valor”,
las y los trabajadores tendrían denominados sus salarios en Petros (y éste
se ajustaría diariamente al valor del dólar)8, pero cobrarían en bolívares.
Hasta ahora no hemos hablado de incremento o ajuste salarial, esta prime-
ra fase puede hacerse de forma inmediata y autónoma a la segunda fase,
que si debe considerar el ajuste para compensar el profundo deterioro que
tienen los salarios. esta primera fase garantiza que el salario no siga depre-
ciándose, detendría la caída.

Lo importante de esta primera fase es que no debe generar ninguna situa-


ción alarmante en las cuentas públicas nacionales, ya que la indexación
salarial va pareja a la indexación en la captación tributaria y otros ingresos
que tenga el Estado, con algunos ajustes, que pueden además articularse
con algunas modificaciones en el marco normativo vigente, para adecuarlo
al plan.

SEGUNDA FASE:
CORREGIR LA DISTORSIÓN DE LA RETRIBUCIÓN

La restitución de la correcta retribución salarial, progresivamente debe


conducir a un monto de 7 Petros, comenzando con un Petro, para lo cual
debe diseñarse una política de financiamiento que rompra con la ortodoxia
presupuestaria que restringe la emisión de medios de pago por parte del
Estado.

8. Lo ideal sería vincular al Patro a las variaciones del INPC; pero éste no es tan dinámico
y no se puede actualizar diariamente.
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Como el mecanismo inflacionario destruye el equilibrio distributivo, por
la acción de un agente exógeno a la economía (la manipulación cambia-
ria), stricto sensu, y por el tipo de respuesta de los agentes económicos
generando un sistema de “indexación desincronizada” de sus mercancías,
entonces el modelo amerita la intervención de otro agente (el Estado)
para restituir la proporción de participación a sus niveles de equilibrio,
entendiendo que las distorsiones nominales (resultante de la hiperinfla-
ción) producen distorsiones en las proporciones de captación del producto
a valores reales. Es decir, al aumentar vertiginosamente los precios de las
mercancías de forma desincronizada, unas más que otras en ritmo y pro-
porción, entonces se producen desigualdades en la captación del producto
real, cuyo origen es ajeno al acto productivo (productividad, composición
orgániza del capital u otras), que se forman en el área de la circulación,
por tanto colocar en manos del público una mayor cantidad de medios de
pagos, por medio de bonos u otro instrumento, siempre entendiendo el
marco explicativo antes desarrollado en cuanto a los niveles de liquidez,
niveles de productividad y otros, no solo incrementa la demanda agregada
y estimula la economía, sino que principalmente corrige una distorsión
que perjudica la captación de la cantidad de producto que retribuye co-
rrectamente al factor trabajo. Parodiando a Marx9, se estaría restituyendo
el tamaño de la cuchara conque el trabajador se toma su porción de la gran
sopa producida en sociedad.

Para lograr lo anterior es necesario asirse a una teoría económica que rom-
pa los paradigmas cognitivos de la ortodoxia, plantea Arturo Huerta sobre
el libro de Randall Wray,10 “El papel del dinero hoy: la clave del pleno em-
pleo y la estabilidad de precios” que “En contraposición al enfoque con-
vencional, el autor nos dice que no hay nada inherentemente malo con los
grandes déficit, ya que no excluyen al sector privado de la disponibilidad
crediticia, ni presionan sobre la tasa de interés, ni tampoco originan una
carga tributaria a generaciones futuras, ni llevan al gobierno a una ruina
financiera. Un aporte importante del libro, es: que un gobierno soberano
no necesita pedir prestado para trabajar con gasto deficitario, ya que puede
gastar abonando a cuentas bancarias. El gasto gubernamental adopta la
forma de un cheque, el cual es cambiado o depositado en un banco priva-
do, que se acredita en favor de los vendedores de bienes y servicios al go-
bierno, lo que aumenta las reservas bancarias por el monto del gasto públi-

9. Marx, Carlos. En referencia a la obra Salario, Ganancia y Precio.


10. Wray, L Randall, Feher, Guillermina (traductora). El papel del dinero hoy: la clave del
pleno empleo y la estabilidad de precios. México, D.F. : UNAM, Facultad de Economia,
©2006.
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co. Tales reservas bancarias pueden aumentar la disponibilidad crediticia y
bajar la tasa de interés. Si ésta no baja a cero, –nos dice el autor–, es por la
emisión de deuda pública, no para financiar el gasto deficitario, sino para
regular las reservas bancarias y para mantener la tasa de interés del banco
central. El gobierno no tiene problemas para pagar intereses, pues puede
emitir pesos para pagar intereses sobre la deuda pendiente. Todo esto, ope-
ra independientemente de que los bancos centrales sean autónomos o no.
Lo importante es que trabajen con tipo de cambio flexible y que su moneda
sea aceptada por aquellos que le venden bienes y servicios al gobierno.
Esto procede debido a los requerimientos de liquidez (de la moneda emi-
tida por el gobierno) por parte de empresas e individuos para pagar sus
impuestos y para tener ahorro líquido. El planteamiento postkeynesiano
en el cual se inserta el autor, nos dice que la oferta de la moneda bancaria
está determinada de manera endógena mediante la demanda por présta-
mos bancarios. Los bancos no esperan que haya reservas excedentes antes
de hacer préstamos y crear depósitos. Hacen los préstamos si enfrentan a
un cliente digno de crédito y una solicitud de préstamo, y a continuación
operan para obtener las reservas necesarias que satisfagan los requisitos
legales. Los cambios en la tasa de interés desempeñan un papel secundario
en la decisión de tomar prestado/prestar.”11

LECCIONES DE ECONOMÍA EN EL MUNDO

Es importante saber, para la toma de decisiones en tan vital materia, en-


tendiendo las implicancias profundas que tienen en los compromisos del
Estado, que este planteamiento no está sólo en el ámbito teórico, realmen-
te el año 2020 sirvió como laboratorio económico y social para romper los
paradigmas de la ortodoxia en materia económica.

La pandemia por la Covid-19 ha obligado a los gobiernos del mundo a


colocar en un segundo lugar los problemas de endeudamiento, déficit y
manejo de la liquidez, cuestión que ya venía sucediendo en las últimas
décadas, pero en menor proporción. Si revisamos los datos del Banco
Mundial12 sobre emisión monetaria mundial en relación al Producto Mun-
dial, es de 126,07% para el año 2019 (último registro asentado en su sitio

11. Huerta G., Arturo Randall Wray, El papel del dinero hoy: la clave del pleno empleo y la
estabilidad de precios. Economíaunam [en linea]. 2007, 4(11), 127-131[fecha de Consulta
17 de Enero de 2021]. ISSN: 1665-952X. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.
oa?id=363542892010
12. Masa Monetaria (% del PIB) Visto en https://datos.bancomundial.org/indicator/FM.L-
BL.BMNY.GD.ZS
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Web), lo que significa que hay más dinero circulando en el mundo que
bienes reales. Cuando analizamos país por país esa relación (emisión mo-
netaria como porcentaje del PIB de cada país), nos damos cuenta que no
existe una relación “causa-efecto” entre emisión e inflación, por lo cual
los países han emitido el dinero necesario para resolver sus problemas
de equilibrios internos, sin que ello se haya traducido en inflación, estas
variables no están tan relacionadas como nos hacen creer los monetaristas.
“Los bancos centrales de todo el mundo optaron por la emisión monetaria
como una de las formas de encontrar recursos para poder salir de la crisis
y del parate económico que representa el coronavirus . La pregunta es si
este comportamiento puede ser un foco de espiral inflacionario, una vez
que se comiencen a levantar las restricciones y que la economía vuelva a
funcionar. Analistas entienden que aun es prematuro pensar en un contexto
inflacionario aunque comienza a tener mayor protagonismo.”13

CONCLUSIONES

Es indudable que hoy la nación ha experimentado una caída sustancial


de los ingresos, que según cálculos públicos están por el orden del 99%
en relación a los ingresos de hace 5 años atrás. Pero tan grave como la
caída de los ingresos, son las tendencias de la distribución de la riqueza,
producto de la guerra económica y el bloqueo, pero también hay una parte
de responsabilidad por nuestros propios errores. Hay una distorsión im-
portante en la distribución del Producto Interno Bruto, creado de la diná-
mica hiperinflacionaria antes descrita y los mecanismos que la potencian,
donde la distribución de la riqueza ha creado mayor desigualdad, a pesar
de las permanentes acciones del gobierno revolucionario para proteger a
las mayorías, especialmente a los más vulnerables, pero es innegable que
las condiciones de calidad de vida han alcanzado límites peligrosos.

Es fundamental aplicar un mecanismo indexatorio automático como el


descrito anteriormente, utilizando al Petro como “moneda indexada” en
la cual se exprese el monto de los salarios (unidad de cuenta y reserva de
valor), pero al momento de gastar se hace en bolívares. En una primera
fase (que debe ser muy breve) no se requiere un incremento salarial, sino
el anclaje (automático y en tiempo real) que impida que el salario continúe
cayendo.

13. Finanzas y Mercados. Histórica emisión monetaria de Bancos Centrales: ¿habrá mayor
inflación global? Visto en https://www.cronista.com/finanzas-mercados/Historica-emi-
sion-monetaria-de-Bancos-Centrales-habra-mayor-inflacion-global-20200420-0014.html
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Por otra parte, hay que generar un gran debate nacional, con todos los
sectores, que den las herramientas teóricas y prácticas para tomar deci-
sones en el ámbito tributario, fiscal y monetario que rompa con dogmas
innecesarios, entendiendo que la desigualdad que genera la ingflación in-
ducida, se produce por las variaciones nominales en los precios de las
mercancias, pero fundamentalmente por los cambios en las proporciones
en la participación de los diversos factores productivos en la distribución
del producto. Por tanto el financiamiento público de la economía, o dicho
de otra forma, la intervención del Estado en la economía, debe conducir
a el reestablecimiento de la equidad perdida en la dinámica inflacionaria.
Los componentes técnicos, administrativos y legales no pueden ser muros
infranqueables para devolver la tranquilidad económica a la fanilia vene-
zolana.

Con amor patrio,


Maracaibo-Caracas. Enero de 2021

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