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Buenas tardes

Excelentísimo Didier Alexander Sora Figueroa

Querida familia Perdomo Facundo

Comunidad en General

En la víspera de emprender el vuelo hacia la eternidad de nuestra madre, se me permitió en un sueño presenciar su partida
y fue así: “En una paz encantadora observé, que en el lugar donde se encontraba mi madre, un sequito de seres como aves
blancas relucientes, volaban en torno a otra que emprendía su vuelo; fijando con detenimiento mi mirada, estos seres tenían
forma humana y con sus poderosas alas emprendieron un regreso iluminado por el resplandor de miles de ángeles el camino
a su morada celestial”. Al amanecer, les dije a mis hermanos hoy es la partida de nuestra madre y así fue. Ahora con inmensa
tristeza y dolor por su partida, con mucha fe y respeto llevaremos a la tumba su cuerpo que en vida se llamó María de los
Reyes Facundo.

Este protocolo sublime que arranca las lágrimas más sentidas y desgarra el pensamiento de nuestros seres queridos, amigos
y allegados, debe ser el referente para reflexionar un poco sobre la existencia en la carne de mi madrecita querida, Marielita
como normalmente se le llamaba.

Mi madre, fue una mujer del pueblo que supo en su humildad legar un hogar con su esposo que en paz descanse, mi padre
Alfonso María Perdomo Vargas. De esa unión romántica y apasionada los dos llegaron a la tumba y en ese recorrido por el
mundo construyeron este hogar del cual me siento orgulloso; Siete hijos y entre ellos un sacerdote, es la gran bendición que
el señor regalo a nuestra familia; ahora entiendo que Ramón, nuestro padre, nuestra abuela Eloísa y todos los ángeles
regresaron para acompañar su partida a la presencia del señor.

Una madre de Fe fue y será Marielita. Mis hermanitos Esperanza, Nancy, Humberto, Martha y Javier vamos a extrañar las
bendiciones que todos los días nos daba. En sus dos crisis de muerte, regreso del mas allá y con su sonrisa maternal se
despidió con un abrazo, un beso y la última bendición en la tierra para sus hijos, sus nietos queridos y amados Camilo, Harold,
Jorge Andrés, Jorge Humberto, Santiago, Sofía, Helen, Celeste y Guadalupe.

A mis hermanos mis respetos por la demostración de ese amor que ella construyo en nuestras vidas.

Gracias Martha y a su esposo Carlos por la lucha admirable en el transcurso de sus dolencias, no tenemos como pagarle el
apoyo y cariño brindado.

Nancy, su ternura incondicional ahora se la pedimos, porque si nos falta, el vacío será más grande. Cuñado gracias por estar
en todo momento.

Esperanza, la vida nos dio un talento que finalmente permitió alegrar con su canto el sentimiento de ella; agradecemos su
apoyo moral y material. Gracias Aida.

Javier su liderazgo demostró su entrega en la difícil etapa de su sufrimiento. Su compañía brindada ella lo agradeció todos
los días, mi admiración hermano, aunque cuando yo llegaba siempre decía “Llego el Rey” celos que yo disfrutaba cuando la
regañaba por su hijo querido.

Humberto gracias por la comprensión para la unión e integración familiar.

A mis hijos y sobrinos, lleven en alto el nombre y las enseñanzas de su abuela, recuérdenla con una sonrisa y con el amor
incondicional que cada día les brindó dentro de su infinita ternura.

Ahora como familia tenemos el reto de continuar unidos en el amor, la fraternidad y el respeto.

Necesitaríamos mucho tiempo para resaltar a todos y cada uno de los allegados más cercanos, Roberto, Limbania, Lorena,
Marielita, Andrea, Consuelo, Eliana, Antonio, Tío Jaime, Celina, Jimmy.

Para Paola Osorio nuestra gratitud infinita por su apoyo en el hospital general de Neiva, el saludo al Doctor Domínguez y su
querido padre.
Familia de campo alegre aún nos queda la última de los Perdomo, mi tía Ofelia un fuerte abrazo y rodéenla del amor que ella
nos ha brindado y que compartió con nuestra madre en vida.

A los amigos de Bogotá no tenemos como pagarles por su afecto. Las puertas de nuestros corazones estarán abiertas para
continuar compartiendo, también con Rafico y Rocío ese cariño hermoso que une para siempre el recuerdo de una madre
querida.

Padre Didier Sora, le agradecemos su atención para el descanso terrenal ofrecido. Al Padre Eli Perdomo, sacerdote de nuestra
familia nuestro aprecio y admiración por estar siempre en nuestros corazones.

Para terminar, le pido a mi familia, amigos y asistentes que a la persona que tiene al lado le ofrezca un abrazo sentido de
hermandad en la fe y en la memoria de mi madrecita.

Hasta siempre Marielita, que el señor de la gloria llene de felicidad eterna la obra realizada en la tierra.

Muchas gracias.

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