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CARTA A MI MASCOTA 10:55

Uy mi Sófocles mi Sófocles. Fuiste guardián y protector de mi familia. Así. Mi mujer. Mis hijos. Y mi manantial de
sueños. La casa que creí una vez mía. Estaban en buena custodia cuando me tocaba estar ausente del lugar. No tenía
que pedírtelo. Los cuidabas generosamente. Igual que lo hizo tu mama Bianca. Tú y tu primo Beto. Mi San Bernardo
amado. Ustedes fueron muy celosos guardianes. ¿Te fuiste?
Me diste mucho. ¿Me dejaste más? Fuiste el más leal del clan, así lo supe cuando apenas haciendo muy pequeñito te
perdiste en la montaña. Y regresaste muy herido, con huecos por toda tu piel, ya que los perros de al lado. Habían
hecho de las suyas contigo. Ya casi sin vida. ¿Qué acosté en mi cama, lo recuerdas?
Aquellos días. Pensé que era yo quien te ayuda a sanar. Hoy veo que fue, al contrario. Pues fuiste tú quién sano mis
heridas, esas que son profundas. Y que por lo general. No se dejan ver en aquel entonces en mis brazos. Y en mi
cama. Sobreviviste para convertirse en adulto, en un perro grande fuerte. Y sano. El más cariñoso de todos.
El más amoroso. Aun cuando algunas veces te grite, sí y te desprecie y te dejaba solo para reunirme con mis amigos.
Excluyéndote. ¿Cuánto amor y entrega de tu parte? Cada tristeza, cada angustia. Cada dolor. De cualquiera de
nosotros. Lo asumiste para ti con valentía. Y dignidad. Para así aliviar nuestros pesares.
Sófocles mi perro amado. El más discreto juguetón reservado, nunca contaste a nadie mis problemas. Ni los de tu
manada. Estoicamente te haces cargo hasta de mis pensamientos. Siempre respetando lo ajeno. En franca
solidaridad, no sólo conmigo, con todos nosotros.
Te recuerdo en contacto con mi piel en tantas formas y maneras. Llenándome con tu calorcito. Y ese peso corporal
que te hacía sentir fuerte y a la vez con la alegría cada vez más jadeante, reclamándome cariño. Hoy me pregunto.
¿Quién era el cuidador? Tú o yo. ¿Quién eres? Qué amor tan grande te trajo a mí y a mi familia. Representabas a un
abuelito. A un hermano. Un hijo o a un gran amor. O, eres aquel familiar de quien se habló tan mal Y excluimos de la
foto de familia. Ahora se amado amigo Sófocles. Que tú, no eras tú siempre fueron ustedes. Tú y tus almas. Varias
almas en un solo cuerpo. Bellas almas al servicio de cada uno de nosotros. Que llegaron para liberarnos. O para ser
liberados. Y fue hasta hoy que lo supe.
Gracias, gracias a tu sacrificio. El cáncer no se llevó a otro de mis familiares. Tomaste para ti el asesinato de mi
suegro para que mis hijos no lo repitieran. Te quedaste acompañando a mi ex pareja. En mi lugar. Para cuidarla.
Hasta que le llegara a otro compañero. Sin embargo, hoy honro el precio pagado por mis mascotas.
Otro de mis cuadrúpedos, Beto murió infectado por el dolor provocado. Por la ruptura de sus padres sustitutos que
éramos mi mujer y yo. Dolor que le fue minando. Hasta morir. Totalmente contaminado. ¿Cuánto dolor?
Y cómo olvidar a Sacha. Sacha fue nuestra primera perrita, especialmente para Flor, Para Gustavo, para María
Valentina, mis hijos. Sacha a ella. Le quitaron la vida con arma blanca. Y dio su vida justamente de esa forma. Al
servicio de mis hijos. Y Sochi tu fiel compañero. Nos mostró lo vulnerable y frágil de nuestros estómagos.
Alex. También recuerdo a Alex, a él lo dejaron en el manantial de sueños. En nuestra casa lo abandonaron.
¿Aquí en miraste? Sé que fue muy grande para ti que tus cuidadores anteriores te dejaran solo. Y te ahogaste. Te
ahogaste con un hueso. Como si un pez se ahogara en el agua.
Amado Sófocles. Honrando te a ti. Honró a todas mis mascotas. Todas tienen un lugar en mi corazón.
Todas pertenecen. Y ahora. Desde esta convicción. Puedo reconocer la pureza y el amor. Que ustedes representan
Tú y ustedes. Me enseñaron que el amor del sistema familiar podría ser el escalón más bajo en todos los sistemas.
Pues ustedes. Cómo dignos representantes del reino animal si saben amar con pureza. 7:01
Es cierto que al humano le cuesta mucho amar sin ego, sin juicios, sin nuestras historias del clan. Sin embargo, siento
que ustedes nos ayudan a trascender nuestra arrogancia para estar algún dia a la altura de ese inmenso servicio que
nos entregan. Incluso dispuestos a dar su propia vida. Y quizás gracias a esta comprensión, en un dia no muy lejano,
podremos reconocer que una piedra, un colibrí, una flor, un árbol y que hasta una luciérnaga poder iluminar la
oscuridad de toda la humanidad. Ustedes y los demás sistemas y elementos nos sostienen. 8:05
Gracias por enseñarme que toda sabiduría y conciencia mayor le corresponde siempre estar al servicio. 8:13
Ojalá pueda hacerlo como tú Sófocles ante mi familia y entorno. Sería una útil manera de honrarte y honrar a mis
padres y al cosmos. 8:30
Tu alimentas la humildad y el buen amor que hay en mí y ojalá las personas lleguemos a ser tan puros como ustedes.
Seres maestros. Amado amigo, el faro, el guardián, el guía. Gracias por vivir mis risas y mis llantos. Gracias por tu
compañía, tu alegría y tu lealtad. Eres parte de mi familia, siempre pertenecerás. Hoy recuerdo cuando llegaba del
trabajo y tu sabia el más importante evento en todo el universo para ti era sentir mi regreso a casa. Y que antes de
abrir la puerta ya tu comenzabas a saltar, a ladrar, a llorar de alegría para pedir mi saludo, mi mirada para escuchar
tu nombre pidiendo caricias y abrazos. Ese gran momento era tan emocionante para ti como lo fue para mí cuando
nació mi primera hija y eso fue hace 30 años. Sofo entonces puedes entender que es triste, muy triste saber que
para cuando retorne esta vez a casa y abra la puerta ya no estarás. Pues te marchaste, amigo.
Hoy honro tu ausencia y si, de momento te marchaste, y nosotros nos quedamos un tiempo más, pero me dejas
mucho, mucho, mucho. Tienes un lugar en mi corazón. Gracias, por tanto. Mi Sofo amado, hasta siempre.
Sófocles hubiera querido ser un perro como tú, prometo honrarte siempre. Descansa viejo amigo.

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