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 Realice una lectura pausada del texto básico sobre el Fideicomiso Mercantil.

 Realice una lectura pausada del Código Orgánico Monetario y Financiero (COMF),
Libro II (Ley de Mercado de valores), artículos 109 y siguientes.
 Consulte fuentes bibliográficas sobre el uso y aporte del Fideicomiso Mercantil.

 Finalmente, responda de forma concreta pero fundamentada a la interrogante que se le


plantea en el presente foro.

Su respuesta debe ser fundamentada/argumentada en dos referencias bibliográficas


(doctrina/normativa/tratados internacionales, etc.); y la extensión mínima debe ser de 300 y
máxima de 500 palabras.

FORO 1 B2- DERECHO MERCANTIL

TEMA: CONTROLES MERCANTILES

Mauricio García 101-DER

Responder a la siguiente pregunta: ¿Cuán importante es el Fideicomiso mercantil


para la economía ecuatoriana?
Para empezar este análisis es preciso señalar que el fideicomiso mercantil es el contrato
por el cual una o más personas llamadas constituyentes o fideicomitentes transfieren, de
manera temporal e irrevocable, la propiedad de bienes muebles o inmuebles corporales
o incorporales, que existen o se espera que existan, a un patrimonio autónomo, dotado
de personalidad jurídica para que la sociedad administradora de fondos y fideicomisos,
que es su fiduciaria y en tal calidad su representante legal, cumpla con las finalidades
específicas instituidas en el contrato de constitución, bien en favor del propio
constituyente o de un tercero llamado beneficiario.

En este sentido cada patrimonio autónomo o fideicomiso mercantil, está dotado de


personalidad jurídica, siendo el fiduciario su representante legal, quien ejercerá tales
funciones de conformidad con las instrucciones señaladas por el constituyente en el
correspondiente contrato, no es, ni podrá ser considerado como una sociedad civil o
mercantil, sino únicamente como una ficción jurídica capaz de ejercer derechos y
contraer obligaciones a través del fiduciario, en atención a las instrucciones señaladas
en el contrato.

El fideicomiso mercantil, aparece en nuestra legislación a través de la Ley de Títulos de


Crédito de 1963, ley que tuvo poca duración y no trajo ningún avance en la materia.
Treinta años después, la figura del fideicomiso es incorporada por el artículo 80 de la
Ley de Mercado de Valores de 1993; sin embargo, continuó siendo insuficiente dada la
complejidad y los efectos jurídicos que produce una figura de corte anglosajón en
legislaciones de corte romanista como la ecuatoriana.

Por ello, el fideicomiso mercantil, nace con la finalidad de constituirse en un vehículo


seguro, eficaz e idóneo para encargar a una tercera persona profesional y especializada
el desarrollo de una gestión, es decir, administradoras de fondos y fideicomisos, en
beneficio propio o de un tercero beneficiario designado por éste; por lo cual se ha
convertido en un contrato de medio de gran significación que permitirá la estructuración
de negocios y la continuidad de los mismos.

El desarrollo de los negocios y la complejidad que revisten actualmente las relaciones


contractuales, han hecho que el fideicomiso se convierta en un vehículo jurídico más
flexible y completo que las operaciones contractuales tradicionales y mucho más
funcional que las sociedades de comercio, puesto que, entre otras virtudes, permite la
creación de un patrimonio separado, en cabeza del fiduciario, afectado al cumplimiento
de un conjunto de instrucciones contenidas en el contrato de constitución, con múltiples
ventajas operacionales, fiscales y de implementación; además, los bienes que forman
parte de este patrimonio autónomo, al ser independientes de los propios del
constituyente, están protegidos de los riesgos que podrían afectarle a éste, y así también
el fiduciario, al ser un tercero imparcial y representante legal del fideicomiso, actúa de
manera equilibrada protegiendo siempre los intereses de los partícipes y controlando el
cumplimiento de sus fines.

Por lo cual el éxito de esta institución radica en que constituye una herramienta de
aplicación a toda clase de proyectos y negocios, tanto en la órbita del derecho privado,
esto es, en el derecho societario, concursal, en el mercado de capitales; así como
también en el derecho público, pudiendo actuar el estado, ya sea, nacional, provincial o
municipal, como fiduciante.

Al ser un contrato de libre discusión, versátil y flexible, el fideicomiso mercantil se


constituye como un mecanismo válido para el desarrollo de diversos proyectos y
negocios. El más claro ejemplo es el fideicomiso inmobiliario, a través del cual los
promotores de estos proyectos han podido promoverlos y ejecutarlos, debido a que los
partícipes, al momento de la constitución, establecen las condiciones, acorde a sus
necesidades e intereses, y esto a su vez genera seguridad y confianza.
Bibliografía
Andrade, S. (2006). Los títulos valor en el Derecho Ecuatoriano. Quito.

Dávila, C. (2008). Derecho Societario. Quito: Corporación de Estudios y Publicaciones.

González, R. (2009). Manual de fideicomiso en Ecuador y América Latina. Guayaquil: Edino.

Peña, L. (2010). Contratos mercantiles, nacionales e internacionales. Bogotá: Temis.

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