Está en la página 1de 54

Gestión de aguas y control de vertidos

Introducción
A pesar de que el 70% de la superficie terrestre está cubierta por mares y océanos,
el agua es un recurso escaso puesto que se calcula que el agua dulce representa
menos del 3% del total. De ese porcentaje sólo está disponible 1/3 para consumo
humano, pues el resto se encuentra congelado en glaciares y casquetes polares, así
que nos queda el 1%. Dentro de éste, los lagos, embalses y ríos solamente suponen
la centésima parte, y juntos componen la mayor parte de las reservas de las que se
abastecen los seres humanos, por lo que sólo el 0,01% del agua del planeta queda
disponible, con garantías, para nuestro consumo y se estima que actualmente ya se
ha explotado la mitad.

El uso sostenible o sustentable del agua sería aquel que permite al hombre de hoy
aprovechar el recurso sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras
para hacer lo mismo. Para ello es fundamental indexar el tipo de uso al nivel de
calidad del agua, por ejemplo, no tiene sentido utilizar agua potable para regar un
cultivo.

Se dice que un agua tiene “calidad” cuando sus propiedades físicas, químicas y
biológicas la hacen apta para un uso concreto. Según la finalidad del recurso, las
normas nacionales e internacionales establecen estándares de calidad específicos
con los requisitos que ha de cumplir el agua que va a ser utilizada para un fin
concreto, ya sea agrícola, ganadero, industrial o urbano.

A continuación se enumeran algunos de los principales parámetros que se utilizan


para medir la calidad del agua:

 pH: Se mide en una escala que va desde el 0 al 14, siendo 7 su valor neutro,
por encima del mismo se considera que el entorno es básico y por debajo
ácido.
 Conductividad: Mide la capacidad del agua para conducir electricidad y
depende fundamentalmente de las sales disueltas o electrólitos.
 Demanda Química de Oxígeno (DQO): Cantidad de oxígeno disuelto (mg/l)
consumido por la oxidación de materia orgánica e inorgánica oxidable.
 Demanda Biológica de Oxígeno en cinco días (DBO5): Cantidad de oxígeno
disuelto (mg/l) consumido durante cinco días por las bacterias
descomponedoras de materia orgánica.
 Microrganismos: Como huevos de nematodos, bacterias coliformes…
 Metales: Como el hierro, el cobre, el níquel, el cromo, el plomo…

Para el control de estos parámetros y otros, se pueden distinguir diferentes


tratamientos a lo largo del recorrido que sigue el recurso desde que es captado
hasta que es desechado tras ser usado y gestionado por el ser humano. Este gran
proceso se inserta en lo que se conoce como el ciclo integral del agua, que abarca
desde la toma hasta el vertido, pasando por la depuración, el transporte, el
consumo y el tratamiento final previo al reintegro al medio natural. Se compone
básicamente de las siguientes fases:

 Captación: Los puntos de toma de la llamada agua bruta pueden estar tanto


en almacenes superficiales (lagos, embalses, ríos…) como subterráneos
(acuíferos, manantiales, pozos…). Cuando se trata de ríos, existen dos
problemas fundamentales en la captación, la cantidad y la calidad del
suministro, por eso se suelen usar torres de toma conectadas a tuberías de
impulsión que sacan el recurso del cauce. Sin embargo, en un embalse el
principal problema es la estratificación del agua acumulada, que tiende a
generar sedimentos en el fondo y problemas como la eutrofia, que se debe
a un exceso de nitrógeno y fósforo, y provoca incremento de la turbidez y
falta de oxígeno en el agua.
 Potabilización: Es la fase en la que se trata el agua captada para convertirla
en apta para el consumo humano. También puede estar presente esta fase
para en el ciclo del agua destinada a otros usos, como la acuicultura, o
simplemente desaparecer del esquema, como es el caso del agua captada
para la fase de enfriamiento en las centrales termoeléctricas, que no
requiere tratamiento. Existen diferentes formas de desinfectar el agua,
incluso muy complejas como el tratamiento con O3 que la deja
extremadamente purificada pero que requiere equipos muy costosos y
dificulta la distribución. La más extendida es la cloración, que se realiza
añadiendo cloro en los depósitos reguladores antes de la distribución. Las
poblaciones más importantes cuentan con Estaciones de Tratamiento de
Agua Potable (ETAP) donde se suceden diferentes procesos de tratamiento
que tienen como resultante una completa potabilización del agua. Las fases
de potabilización más comunes dentro de las ETAP son: floculación,
decantación, filtración y desinfección.
 Distribución: Desde los depósitos de regulación, donde se almacena el agua
potable, hasta los puntos de consumo, se extiende la red de distribución. Es
importante que esté bien gestionada porque garantiza un caudal, una
presión y una calidad constantes en el suministro. Por lo general existe una
arteria principal, de la que salen ramificaciones de tuberías que culminan en
los puntos de acometida, y desde ahí toma el agua el cliente final.
 Depuración de residuales: Esta última fase persigue reducir al máximo, los
efectos negativos de los vertidos humanos sobre los cursos naturales de
agua, y básicamente consiste en tratar las aguas residuales para que sus
características físico-químicas y biológicas sean lo más similares posible a las
del medio que les va a dar acogida. Son las administraciones públicas las
que fijan que parámetros son los que deben medirse y que rangos dentro
de aquellos son admisibles. Así, en los países donde existen legislaciones
más restrictivas aparecen las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales
(EDAR) que recogen los vertidos urbanos, agrícolas o industriales (de forma
conjunta o separada, dependiendo de las características del lugar y de la
actividad) y en cuyo interior se pueden diferenciar, al menos, las siguientes
fases de tratamiento: pretratamiento (desbaste, desarenado y
desengrasado), tratamiento primario (sedimentación y flotación),
tratamiento secundario o biológico (proceso aerobio con microorganismos),
y tratamiento terciario (proceso físico-químico en el que se eliminan excesos
de fósforo, nitrógeno y microorganismos patógenos, y puede realizarse
mediante cloración, ozonización, adsorción, destilación…). Tras esta
depuración, quedan unos lodos húmedos que deben ser tratados
previamente a su eliminación o aprovechamiento como abono o incluso
combustible.

Volviendo sobre la idea inicial, es fundamental que no se malgasten energía y


recursos en tratamientos de agua desproporcionados al uso al que va destinada. Es
lamentable observar como en ciudades donde existían redes separativas de agua
bruta y agua potable que abastecían independientemente a las viviendas, ahora se
ha suprimido la primera de ellas y se esté alimentando con agua de excelente
calidad lavadoras, lavavajillas e incluso mangueras de riego.

En algunos lugares, actualmente se están desarrollando normas que imponen o


incentivan la instalación de depósitos de aguas pluviales en explotaciones agrarias,
industriales e incluso en domicilios particulares, y vetan el uso de agua potable en
determinadas actividades (como por ejemplo para lavar el vehículo familiar).
También se potencia el uso de aguas grises (procedentes de la bañera o el
fregadero) para fines menos exigentes incluso en la propia vivienda (riego del
jardín, abastecimiento de las cisternas, limpieza de alcantarillado…) con un
tratamiento previo de depuración muy sencillo (filtración más cloración).

Especialmente responsables deben ser los habitantes de los países desarrollados


pues, mientras un norteamericano medio consume unos 600 litros de agua al día,
el africano medio vive con entre 15 y 50 litros al día.

Propiedades del agua


La molécula de agua (H2O) está formada por un átomo de oxígeno y dos de
hidrógeno unidos por medio de dos enlaces covalentes. Dos de los seis electrones
de los orbitales más externos del átomo de oxígeno, intervienen en los enlaces
covalentes con los dos átomos de hidrógeno.Como el átomo de oxígeno es más
electronegativo que los de hidrógeno, en el lado de los hidrógenos se sitúa la zona
de carga positiva y en el del oxígeno la negativa. La unión entre estos tres átomos
que forman la molécula de agua, se hace mediante enlaces polarizados que forman
entre sí un ángulo de 104,5º.

A pesar de que la molécula de agua es neutra tiene carácter bipolar, es decir, se comporta
como si por un extremo tuviera carga negativa y por el otro positiva. Esto se debe a que
está formada por un elemento electropositivo (el hidrógeno) y otro electronegativo (el
oxígeno).

La molécula de agua a su vez tiende a unirse con otras moléculas de agua cercanas,
mediante los enlaces conocidos como puentes de hidrógeno que son enlaces de
tipo intermolecular débil y de corta duración, por lo que se forman y se destruyen
muy rápidamente. Estos se producen por la atracción entre la zona positiva y la
negativa de moléculas de agua vecinas, debido a que los cuatro electrones
restantes del oxígeno están en pares no enlazados y, por tanto, son excelentes
aceptores de enlaces de hidrógeno. Si no fuera por esta atracción, el agua sería una
sustancia gaseosa a la temperatura ambiente, de ahí su importancia.

En esta figura se observa como una molécula de agua puede unirse hasta con otras
cuatro moléculas de agua diferentes.

El referido carácter bipolar y la unión intermolecular mediante puentes de


hidrógeno de las moléculas de agua, le proporcionan a este elemento unas
características que lo hacen esencial para la vida, como son:

 Gran capacidad como disolvente: Gracias a la polaridad de su molécula, al


agua se le conoce como “disolvente universal”. Se dice que una molécula
está polarizada cuando, situada en un campo eléctrico, se orienta por un
lado hacia el polo positivo y por otro hacia el negativo. Esto sucede porque,
aunque la molécula en su conjunto no tiene carga, la distribución de cargas
dentro de la misma no es homogénea, y por este motivo hay una zona que
tiene un incremento de carga positiva, mientras otra zona tiene un
incremento de carga negativa. Esta característica (presente en el agua)
permite que sea un buen disolvente de sales y otras sustancias polares, y sin
embargo impide que lo sea de gases y otras sustancias hidrófobas como
aceites o grasas.
 Amortiguador de temperatura: Debido a que presenta un elevado calor
latente de vaporización y de fusión. El calor latente es la energía necesaria
para cambiar de fase una determinada cantidad de una sustancia, ya sea de
sólido a líquido (fusión) o de líquido a gaseoso (vaporización). Pues bien,
estos valores son más elevados en el agua que en otras sustancias de
tamaño similar debido a que (como ya se vio) sus moléculas están unidas
por puentes de hidrógeno, para cuya ruptura (necesaria para el cambio de
fase) es necesario invertir una elevada cantidad de energía. Al absorber
grandes cantidades de “calor”, necesarias para romper los puentes de
hidrógeno, la temperatura del agua se eleva muy lentamente ya que para
evaporar el agua, primero hay que romper los puentes de hidrógeno y, a
continuación, dotar a las moléculas de agua de la suficiente energía cinética
como para pasar de la fase líquida a la gaseosa. Esta característica hace que
el agua sea un buen almacén de calor y le permite regular la temperatura
del planeta y de los seres vivos.
 Elevada tensión superficial y capilaridad: Estas características son
consecuencia de la elevada cohesividad que presenta el agua. Debido a su
polaridad, las moléculas de agua se atraen entre sí manteniéndose
enlazadas unas con otras por medio de los conocidos puentes de
hidrógeno, y forman una estructura compacta que la convierte en un líquido
casi incompresible. Como consecuencia de ello aparece la tensión
superficial, que hace que la superficie del agua presente cierta resistencia a
ser traspasada y permite a ciertos insectos caminar sobre ella. Asimismo,
gracias a la cohesividad se produce el fenómeno de la capilaridad que
permite al agua ascender espontáneamente por estrechos tubos, ya que la
cohesión entre sus moléculas es mayor que la adhesión a las paredes del
tubo. El agua seguirá subiendo hasta que la tensión superficial sea
equilibrada por el peso del líquido que llena el tubo. Esto se traduce en el
medio natural hasta el punto de hacer posible el ascenso de la savia en los
árboles o el ascenso y descenso del nivel freático.
 Densidad y estratificación: La densidad del agua se sitúa en 1.000 g/L, pero varía
según las sustancias que lleve disueltas y la temperatura, y ello tiene bastante
importancia a nivel ecosistémico, como veremos a continuación, porque la
densidad del agua aumenta al disminuir la temperatura hasta llegar a los 4ºC, en
los que la densidad alcanza su valor máximo, por debajo de dicha temperatura se
produce una disminución de la densidad, debido a lo cual el hielo flota sobre el
agua. Esto permite que cuando, por ejemplo, una laguna se congela lo haga sólo
en su superficie y de este modo la vida pueda continuar en la masa de agua que
queda por abajo, al permanece líquida al quedar aislada. Así, aparecen aguas de
diferentes densidades que se colocan como capas que, una sobre otra, funcionan
independientemente y a este fenómeno se le conoce con el nombre de
estratificación. Pero al no haber intercambio entre estratos el oxígeno y algunos
nutrientes se pueden ir agotando en ciertas capas, por lo que la vida por debajo del
hielo se desarrolla en condiciones de supervivencia.
 Salinidad: Los iones que proporcionan la salinidad al agua marina tienen dos
posibles orígenes, las aguas continentales que arrastran parte del sustrato y
el magma que aflora por las dorsales oceánicas.En un litro de agua de mar
hay, de media, unos 35 g de sales de los cuales dos terceras partes,
aproximadamente, son cloruro de sodio (NaCl). Cuanto más profundo y más
abierto esté al océano un determinado mar, más baja será la salinidad del
mismo, esto se debe a que sobre él actuará en menor medida la
evaporación, al no alcanzarse temperaturas tan elevadas. De este modo, la
salinidad en el mar Báltico es más baja que en el mar Mediterráneo. Un caso
extremo sería el de los mares interiores, en ellos la salinidad llega a ser muy
alta, como en el caso del mar Muerto, donde se alcanzan concentraciones
de entre 350 y 370 g de sal por litro. Este hecho sólo le permite estar
habitado por especies que viven en condiciones extremas de salinidad,
como las plantas halófitas.

Consejo: Poner en el buscador de vídeos “Fin del Mediterráneo”.

 Presión osmótica:Cuando dos soluciones se ponen en contacto a través de


una membrana semipermeable, es decir, que permite el paso
del disolvente (en este caso el agua) pero no de los solutos (sales), las
moléculas de disolvente pasan de manera natural desde la solución con
menor concentración de solutos a la de mayor concentración. Este
fenómeno se conoce con el nombre de ósmosis y crea, como resultado, una
diferencia de presión, entre ambos lados de citada membrana, denominada
presión osmótica.La salinidad del agua es una barrera que limita la
distribución geográfica de muchos organismos, puesto que las membranas
celulares son semipermeables y, por tanto, la absorción de agua salada en
determinadas concentraciones y cantidades puede provocar la
deshidratación de los tejidos vivos, provocando incluso la muerte (por eso
no hay que beber agua del mar).
 Escaso oxígeno disuelto: Una importante limitación para los organismos que
viven en el medio acuático, es su pobreza en cuanto a contenido de oxígeno
disuelto, pues mientras que la concentración en el aire es de 209 ml/L, en el
agua los niveles de oxígeno disuelto típicamente pueden variar entre 7 y 12
mg/L.El oxígeno disuelto es un indicador que marca cómo de contaminada
está el agua, si los niveles de oxígeno disuelto son demasiado bajos, los
peces y otros organismos no podrán vivir en ella. Parte del oxígeno disuelto
proviene de las propias turbulencias que experimenta el agua de río al
descender, de la fotosíntesis de las plantas acuáticas, y depende de otras
circunstancias como la salinidad (los iones de sal atraen moléculas de agua,
lo que deja pocos hidrógenos y oxígenos disponibles para capturar y
disociar moléculas de gas, disminuyendo así la cantidad de oxígeno disuelto
con el aumento de la salinidad) la altitud (la solubilidad del oxígeno en agua
desciende al ganar altura, debido a la disminución de la presión) o la
temperatura (el agua fría disuelve mejor el oxígeno, porque mayor
temperatura significa mayor agitación en las moléculas, lo que facilita que el
gas salga del líquido). Los niveles más bajos de oxígeno disuelto se
encuentran normalmente en lugares en los que se acumula materia orgánica
en descomposición (depuradoras, granjas, lagos contaminados…) ya que las
bacterias necesitan oxígeno para digerir residuos orgánicos y, por tanto,
disminuyen su presencia en el agua.

El ciclo hidrológico natural


Como ya se ha dicho, aproximadamente el 70% de la superficie terrestre está
cubierta por mares, océanos, lagos, ríos…, el ciclo hidrológico mantiene conectadas
las diferentes masas de agua del planeta en un cambio continuo entre las fases
sólida, líquida y gaseosa. Al evaporarse se forman las nubes, donde el vapor de
agua se enfría precipitándose así sobre la tierra, acumulándose en forma de agua
líquida o hielo en los diferentes lugares del mundo, y a este proceso circular se le
conoce con el nombre de ciclo hidrológico natural.

Debido a lo dicho en el párrafo anterior, puede pensarse que el agua de la Tierra se


mueve en ciclo continuo en el que siempre hay la misma cantidad hídrica
disponible, pero el problema está en la calidad del recurso, porque si la humanidad
continúa contaminando los embalses, lagos y ríos, destruyendo sus cuencas y la
vegetación que las protege, la cantidad de agua disponible seguirá disminuyendo.
Cuando la Tierra se forma, hace unos 4.500 millones de años, ya contiene agua en
forma de vapor. Inicialmente la Tierra aparece como una enorme bola
incandescente con una enorme actividad volcánica, en la que el magma surge
cargado de gases y vapor de agua. Posteriormente, al enfriarse el planeta, el vapor
de agua precipitó en forma de lluvia y se formaron las grandes masas de agua
líquida que hoy forman los océanos, mares y aguas continentales.

A continuación se van a tratar cada uno de los procesos que componen el ciclo del
agua:

 Evaporación y transpiración: resultado de la incidencia de la luz solar sobre


el agua oceánica, marítima o terrestre, se produce el calentamiento de la
misma y su evaporación. Gracias al ciclo del agua, se obtiene un elemento
puro, esto es así porque cuando el agua se evapora lo hace dejando atrás a
ciertos elementos, como sales minerales o productos químicos, que la
convierten en no apta para ser ingerida. No obstante, hay otro proceso que
tiene el mismo efecto, se trata de la transpiración de las plantas. Las plantas
absorben agua, y las transportan ascendentemente a través de los tallos o
troncos, según la naturaleza de la misma, de esta forma, la hacen llegar a
todos los puntos donde es necesaria. En las hojas o flores, se produce la
evaporación hacia el aire en forma de vapor de agua, a lo que se le conoce
como transpiración. Se calcula que casi un 10% de la precipitación que llega
a la corteza terrestre se vaporiza a través de la transpiración, mientras que el
resto se evapora a partir de mares, océanos y otras masas de aguas
superficiales.
 Condensación: este fenómeno es el causante de la formación de las nubes, y
consiste en que a medida que el aire húmedo procedente de la evaporación
y transpiración se eleva, se produce un enfriamiento en el mismo, que acaba
transformando el vapor de agua de nuevo en líquido, es decir, las nubes
deben entenderse como acumulaciones de gotas de agua en el aire. Debido
a la acción de la gravedad, estas gotas ante determinadas circunstancias,
pueden llegar a caer por su propio peso, produciéndose la lluvia o
precipitación. Si al ocurrir este fenómeno, la temperatura no es demasiado
baja, el agua caerá en forma de gotas de lluvia, mientras que si es baja, el
agua precipitará como nieve o granizo.

Del agua que llega a la Tierra, cierta cantidad será directamente aprovechada por
los organismos vivos, otra cantidad se desplazará superficialmente hasta alcanzar
un río, un océano u otra masa de agua superficial, conociéndose a este fenómeno
como salida o escorrentía superficial. Finalmente, otra cantidad se infiltrará o
percolará a través del suelo, formando masas de agua subterráneas. Dichas masas,
se mueven lentamente, desde lugares elevados y con alta presión, hasta lugares
con escasa elevación y baja presión. Generalmente, se desplaza desde la superficie
del terreno y tras la infiltración a través de un acuífero hacia una zona de descarga,
como puede ser un océano o un mar.

Finalmente indicar, que toda el agua que llega a la tierra, regresará nuevamente a
la atmósfera a través de la evaporación y transpiración, cerrándose así el ciclo del
agua. El tiempo que esto conlleva es variable en función de múltiples factores.

Consumo por sectores


El agua es un recurso natural básico, patrimonio común de todos los seres
humanos. Es evidente que este recurso es totalmente imprescindible para el
hombre, que está compuesto en un 70% por este compuesto y que además lo
utiliza todos los días de su vida (para su ingesta, higiene personal, riego…). Esta
necesidad de agua es extensible al resto de seres vivos, por lo que puede deducirse
que sin agua no existiría vida en la Tierra, y particularmente ha permitido al
hombre extenderse por amplios territorios, ya que la presencia de agua en la capa
más superficial del planeta es bastante generalizada (con excepción de las zonas
más secas o desérticas).

La relación del hombre con el medio hídrico, del que depende, ha presentado
secularmente importantes dificultades debido fundamentalmente a la distribución
irregular del recurso en la Tierra y a su variación volumétrica espacial (geográfica) y
temporal (climatológica). Así, desde que el hombre se vuelve sedentario (durante el
Neólitico, tras descubrir la agricultura en el 10.000 a. C.) ha desarrollado multitud
de técnicas y tecnologías destinadas a un fin básico, controlar las corrientes de
agua y adaptarlas a cubrir sus necesidades.

Asociados al hecho agrícola, los primeros asentamientos humanos se sitúan junto a


las fuentes ya conocidas de agua dulce (ríos, lagos, acuíferos…) y por la historia
sabemos que en estas poblaciones fueron muy prósperas económicamente
(algunos ejemplos son el valle del Eúfrates y el del Tigris en Mesopotamia, o el del
Nilo en Egipto). Con la aparición de los sistemas de regadío, la productividad de los
terrenos crece de manera exponencial y, por ende, aumenta la disponibilidad de
alimentos para los ciudadanos con lo que se favorece de manera crucial la
aparición de las grandes civilizaciones.

Ya en el siglo XVIII con la aparición de la máquina de vapor (año 1764), comienza el


cambio que desencadena en la Revolución Industrial y, con ella, la era del hombre
como gran transformador de su entorno. Hasta la aparición de las grandes
centrales térmicas que evaporan cantidades ingentes de agua para alimentar las
turbinas que unidas al generador eléctrico, producen electricidad para abastecer las
crecientes necesidades energéticas de la humanidad.

Aunque es posible vivir con unos 5 litros de agua al día (y así es en algunos países
africanos), normalmente se requiere bastante más agua para alcanzar un nivel de
calidad de vida aceptable. Son muchas las fuentes que coinciden en que con unos
50 litros por persona y día, se pueden cubrir todas las necesidades personales y del
hogar de una forma digna. Sin embargo, en los países desarrollados se lleva a cabo
un consumo de agua mucho más elevado. Ronda así la media los 250 litros por
persona y día en Europa, y los 600 L/persona-día en el caso de los Estados Unidos
de América (llegando a extremos de 1.000 L/persona-día, en la ciudad de Las
Vegas), lo que sin duda es un despilfarro imperdonable sabiendo que el agua es un
recurso escaso y valioso.

Como usos generales y esenciales del agua, se pueden citar tres: uso humano
(doméstico y terciario), industrial y agrícola. Es posible añadir a esos tres otros usos
como el de producción de energía.

La distribución del consumo del agua a nivel mundial puede ser observada en la
siguiente ilustración.

Puede observarse, que el mayor consumo se produce en la actividad agrícola. El


segundo mayor consumo se asocia a la actividad industrial, siendo el uso para
consumo humano el que presenta una menor necesidad hídrica. Según las
previsiones, se espera que para el año 2015 el uso industrial alcance el 34% del
total, lo que provocará una reducción del agua destinada a la agricultura que se
situará alrededor del 58% y una reducción del agua destinada a consumo humano
que bajará hasta el 8%.

En los siguientes temas se van a tratar por separado cada una de las tres fracciones
de demanda hídrica (agrícola, industrial y humana) a las que se ha hecho referencia
anteriormente.
Demanda agroganadera
Como ya se ha adelantado, la revolución agraria se produce tras la aparición del
regadío como complemento a las insuficientes dotaciones que pluviometría natural
proporciona a los cultivos. Las técnicas de riego permiten o facilitan al hombre el
control sobre la producción agrícola anual, y lo hacen más resistente a cambios
meteorológicos o circunstancias climáticas como la sequía.

Sabemos que la producción agraria consume la mayor parte de los recursos


hídricos y, por este motivo, es necesario aumentar la eficiencia en el consumo del
agua disponible para la agricultura. Por otra parte, es fundamental restaurar cauces
y riberas, recuperar acuíferos sobreexplotados, preservar los humedales… ya que
del sostenimiento del equilibrio ecológico depende la calidad del recurso, tan
necesaria para las diferentes prácticas agrícolas.

La mayor parte de la demanda de agua de riego se concentra en los meses más


secos del año, lo que obliga a regular y movilizar grandes cantidades de agua
durante esos periodos. Para ello se diseñan multitud de infraestructuras para la
captación, bombeo, transporte, distribución y riego de grandes superficies, que son
costosas y demandan energía para su funcionamiento.

A lo largo del siglo XX, la superficie terrestre destinada a regadío se incrementó en


un 500% en todo el mundo habiéndose incrementado, por tanto, el consumo de
agua en dicho sector en la misma proporción. La dimensión del problema se hace
mayor si se considera que unas 3/5 partes del agua utilizada en agricultura es
deteriorada con técnicas inadecuadas y perjudiciales para el medio ambiente.

Por otro lado, se estima que más del 10% de la superficie cultivada causa
problemas de salinidad en los acuíferos de los que se nutren, debido a la masiva
extracción de agua dulce que conllevan. Esto provoca además, que se requiera más
agua para eliminar estas sales de profundidad.

Las condiciones de desarrollo del medio rural han estado, desde el origen,
vinculadas a la gestión y al uso del agua. Especialmente en aquellos países donde
la disponibilidad de este recurso es limitada, por lo que la sobreexplotación y
contaminación de las fuentes naturales es hoy en día el principal riesgo que corren
las poblaciones agrícolas para seguir subsistiendo con sus condiciones de vida
tradicionales.
Para minimizar el consumo de agua en este sector, es aconsejable llevar a cabo una
serie de buenas prácticas, entre las que se encuentran las siguientes:

 Controlar las fugas existentes en los sistemas de regadío.


 Desarrollar técnicas encaminadas a la conservación del agua.
 No incrementar la superficie de cultivos de regadío.
 Reutilizar aguas depuradas.
 Promover un cambio de mentalidad en el uso de agua en la agricultura.
 Elegir cultivos adecuados a la zona en cuestión.
 Diseñar nuevos sistemas y técnicas de riego.

El desarrollo sostenible exige, también para la agricultura, encontrar la forma de


armonizar el crecimiento económico y el respeto por el entorno, de modo que se
mantenga ese equilibrio necesario mediante la definición de los oportunos límites
a la actividad humana, para la conservación y regeneración de los recursos
naturales y, muy especialmente, del agua.

No siempre este cambio de modelo es pacífico, y surgen tensiones ente los que
tienen la necesidad de acceder a volúmenes mayores o mejores calidades del
recurso (normalmente habitantes del medio rural) y los que se decantan por el
ahorro y la eficiencia en el uso (representados en parte por los movimientos
ecologistas). Son bastante sonados determinados casos en materia de obras
hidráulicas (como las infraestructuras para el trasvase de agua de una cuenca
hidrográfica a otra) y otras disputas entre sectores (como el turismo o la industria
frente a la agricultura).

Demanda industrial y energética


El agua es utilizada en la inmensa mayoría de los procesos industriales para llevar a
cabo lavados, refrigeraciones, transporte de sustancias, disoluciones, etc. Esto
supone una gran demanda de recurso, así como una ingente producción de agua
residual contaminada.

Sin duda, el problema esencial respecto al agua del sector industrial, es que genera
cerca de 5,5 km3 anuales de vertido. Por tipo de industria, la azucarera, química y
petrolera, generan en conjunto más de 65 m3/s y cerca de 4 millones de toneladas
de DQO anuales. Las centrales térmicas, nucleares e hidroeléctricas son también
importantes productoras de vertidos de aguas residuales.
Con la intención de reducir las afecciones que las industrias generan en las aguas,
se ha venido desarrollando un importante entramando legislativo, que insta a las
industrias a implementar técnicas de depuración acordes a la actividad concreta y a
la reutilización de aguas.

No obstante, la implantación de técnicas de depuración específicas no resulta


sencilla, debido principalmente a que existe una gran cantidad y diversidad de
contaminantes, que precisan de técnicas muy distintas y que según los casos han
de ser combinadas.

Resulta esencial regular la contaminación del agua desde el origen, al mismo


tiempo que se procura corregir la carga contaminante de las aguas residuales ya
producidas, mediante su depuración. Para prevenir dicha contaminación en origen
es recomendable seguir las siguientes pautas:

 Eliminar la generación de contaminantes en la propia fuente de origen.


 Reducir la utilización excesiva de materiales y energía, lo que se traduce en
una disminución de generación de residuos y emisiones.
 Ahorrar en el tratamiento y disposición de residuos y emisiones.

El agua es empleada como materia prima en muchas reacciones químicas


industriales. Algunos ejemplos se muestran a continuación.

Reacción química producida entre el sodio y el agua, con la formación de hidróxido


de sodio y el desprendimiento de hidrógeno.

2 Na(S) + 2 H2O(L) → 2 NaOH(aq) + H2(G)


En la primera fase del proceso de elaboración del amoníaco, también el agua, en
este caso en estado vapor, reacciona con el metano gaseoso contenido en el gas
natural, produciendo hidrógeno, elemento que forma parte de la composición del
amoniaco. La reacción se representa mediante la siguiente ecuación:

CH4(G) + H2O(V) → 3 H2(G) + CO(G)

En el caso de la industria dedicada a las bebidas embotelladas, el agua de alta


calidad es parte fundamental del producto final. Cada bebida tiene sus necesidades
particulares en cuanto a calidad del agua, necesitando por ejemplo agua
completamente desmineralizada para bebidas alcohólicas, o agua muy clara para
bebidas carbonatadas.

El agua forma parte de muchos medicamentos en su presentación líquida,


incluyendo soluciones inyectables, por lo que también en la industria farmacéutica
resulta un elemento fundamental.

Además de lo indicado hasta ahora, el agua es un compuesto que se utiliza en


otros muchos tipos de procesos industriales. Algunas de estas aplicaciones se
muestran a continuación:

 Se usa como medio de protección para el personal que trabaja en la


industria nuclear, ya que posee propiedades que la hacen apropiada como
moderadora de neutrones y de la radiación.
 Se utiliza para sellar los prensa-estopas de las bombas centrífugas y en
recipientes de almacenamiento de gases.
 Se emplea en procesos de enfriamiento y de reducción de fricción.
 Se usa para cortar o tratar elementos químicos radiactivos. Estos se
manipulan dentro de un baño de agua, utilizando una serie de tecnología,
que permite con el uso de una cámara de televisión sumergible, trasmitir la
imagen al exterior.
Demanda domiciliaria y asimilable
El consumo de agua para uso doméstico, normalmente suele ir emparejado con el
nivel de desarrollo del país. Así, por ejemplo, el consumo de agua en EE.UU es de
aproximadamente unos 600 litros por habitante y día, y en Europa se sitúa
alrededor de los 250 litros por habitante y día, mientras que en los países
subdesarrollados se estima en unos 20 litros por habitante y día, cantidad de agua
que se encuentra muy por debajo de la mínima recomendada para garantizar la
salubridad de las personas.

El consumo doméstico de agua puede desglosarse de la siguiente forma: 52% en


limpieza, 39% en higiene, 5% en cocina y los restantes 4% en ocio.

Seguidamente, pueden observarse los consumos de agua asociados a una serie de


acciones cotidianas, detallándose la diferencia existente entre realizar dichas
acciones cerrando el grifo en algunos momentos de la acción o no.

Consumos domésticos de agua

Atendiendo a lo anterior, puede deducirse que el comportamiento cotidiano del


hombre puede influir en buena medida a la conservación de este recurso tan vital.

Para reducir el consumo de agua en la actividad doméstica, existen una serie de


buenas prácticas muy sencillas de aplicar, entre las que se encuentran las
siguientes: tomar una ducha en vez de un baño, limpiarse los dientes con el grifo
cerrado, utilizar un mecanismo que permita regular la descarga de la cisterna,
poner la lavadora a plena carga, limpiar el coche con un cubo en lugar de con la
manguera, etc.

Paralelamente a lo anterior, y con el mismo fin de llevar a cabo una utilización más
adecuada del agua, se puede instar a las autoridades locales para que tomen una
serie de medidas, como pueden ser minimizar el consumo de agua en la limpieza
vial, llevar a cabo campañas de sensibilización o revisar las conducciones de agua y
reparar las fugas detectadas.

Almacenamiento. Energía hidroeléctrica


La energía hidroeléctrica es aquella que aprovecha la energía mecánica (cinética o
potencial) contenida en los cursos de agua para producir electricidad.De modo que se sirve
de la caída del agua resultante de un desnivel en el terreno (normalmente provocado por la
existencia de una presa) cuyo nombre técnico es el de “salto geodésico”.

La inversión inicial en este tipo de instalaciones es elevada (equipos, obra civil, tendido
eléctrico, etc.), pero sus gastos de explotación y mantenimiento son relativamente
reducidos, y eso hace que actualmente sea una de las fuentes de energía más rentables.

Para conocer si el curso de agua existente en un determinado lugar, es aprovechable desde


el punto de vista hidroeléctrico, es necesario tener en cuenta una serie de condicionantes
que cabe analizar previa y detenidamente, a objeto de lograr un aprovechamiento eficiente.
Entre otros:

 El lugar de emplazamiento (en concreto las características y la configuración del


terreno por el que discurre la corriente de agua).
 El régimen pluviométrico medio anual (que debe ser favorable).

Concretamente, en lo que se refiere al cálculo hidroeléctrico, sobre la capacidad para


obtener energía útil influyen dos factores:

 La altura de salto.
 El caudal de agua que circula por la turbina.

Como ya se adelantaba, para aprovechar al máximo ese potencial hidroeléctrico se


construyen presas, con el fin de regular el caudal de agua que llevan los ríos en función de
la época del año, y para aumentar la altura de salto.

Para incrementar esa altura del salto, se suele además derivar el agua por un canal de
pendiente pequeña, menor que la del cauce del río, para alcanzar un desnivel mayor entre el
canal y el cauce natural. Desde el canal o desde la presa el agua entra en una tubería
forzada, donde se efectúa el salto y la energía potencial se convierte en cinética, accediendo
finalmente a la sala de máquinas, donde se encuentran las turbinas hidráulicas. El golpeo
del agua sobre las palas de las turbinas hace girar sus ejes, transformándose en energía
mecánica de rotación, que utiliza para producir electricidad el generador eléctrico al que
están conectadas.

Existen distintos tipos de centrales hidroeléctricas, que pueden clasificarse según:

 El salto de agua:
o De alta presión: Se caracterizan por estar situadas en zonas de alta montaña
y por contar con grandes saltos (> 200 m), caudales desalojados pequeños
(20 m³/seg.), turbinas de alto rendimiento (Pelton) y tuberías de grandes
longitudes.
o De media presión: Se caracterizan porestar conectadas a grandes embalses
con saltos de media altura (20-200 m), con caudales desalojados de
magnitud intermedia (200 m³/seg.) y turbinas adaptadas a soportar grandes
variaciones de caudal (Francis).
o De baja presión: Se sitúan junto a saltos pequeños (< 20 m), normalmente en
amplios valles al pie de las cordilleras, cuentan con grandes caudales
desalojados (300 m³/seg.), y turbinas adaptadas a pequeños saltos (Kaplan).
 El curso de agua asociado: La topografía del terreno es el factor fundamental de
entre los que condicionan la implantación de una central hidroeléctrica ya que,
según la que presente el lugar donde se va a ubicar, así será la obra civil a ejecutar y
el tipo de maquinaria que convendrá instalar.Según el discurrir de las aguas a su
paso por la central existen los siguientes tipos:
o De agua fluyente:Se trata de centrales que no cuentan con ningún embalse o
mecanismo de retención de agua por encima de las turbinas, por lo que la
energía se produce al paso de la corriente. Su potencia depende así del
caudal que pasa por el río, por lo que deben ubicarse junto a saltos brutos
prácticamente constantes, de pequeña altura y en ríos de gran caudal,
alcanzando la máxima potencia en la época de lluvias. Las centrales de este
tipo están directamente condicionadas por la hidrología del lugar donde se
instalan, al no tener capacidad de regulación, aunque en algunos casos se
construye una pequeña presa para controlar las variaciones estacionales, con
el fin de evitar la pérdida de producción. También se las conoce como
centrales de pasada o a filo de agua.
o De agua embalsada o de regulación: A diferencia de las anteriores, estas
centrales disponen de un embalse de agua que regula el caudal del río y,
consecuentemente, la cantidad de agua que pasa a las turbinas. Esto se debe
fundamentalmente a que se instalan junto a cursos de agua de escaso caudal
y con grandes saltos de agua, donde es necesario acoplar demanda y
producción de electricidad. Véanse los diferentes tipos:
 A pie de presa:Se construyen junto a embalses de gran capacidad, y
cuentan con sistemas de regulación sobre los caudales de salida del
agua, que permiten controlar el paso por las turbinas según la
demanda. Pertenecen a este tipo las centrales situadas en embalses
destinados a otros usos, como riegos o abastecimiento de agua a
poblaciones. Dependiendo del uso principal de la presa, se
aprovecharán energéticamente los excedentes de caudal, los
desembalses para riego, el caudal ecológico, etc. De este modo, el
agua que va a alimentar la central se capta de la denominada zona
útil, que abarca la masa de agua que se encuentra por encima de la
toma, quedando fuera de su alcance la denominada zona muerta, que
almacena el agua que no puede alimentar las turbinas.
 De bombeo: Aprovechan los excedentes de energía eléctrica
producida por la central, para recargar artificialmente el embalse,
garantizando de esta manera un mayor reservorio de energía. De esta
manera, el agua es bombeada cuando existe una capacidad extra en la
red y esto permite posteriormente que al descender de nuevo vuelva
generar energía, lo que suele ser muy útil sobre todo en las horas
punta de demanda. Aunque este sistema utiliza más energía de la que
genera, es fundamental para tener siempre disponible una reserva
flexible que permita ser eficiente a la red eléctrica.

En las minicentrales hidroeléctricas el volumen de almacenamiento suele ser pequeño, y


suele producir energía eléctrica durante un número determinado de horas a lo largo del día,
llenándose el embalse durante la noche; o si la regulación es semanal, se produce
electricidad durante el fin de semana y se usa el resto de días para recargar el embalse.

A continuación, se van a explicar brevemente los principales componentes de una central


hidroeléctrica, puede haber más pero estos son los fundamentales:

 Presa: Retiene el agua, acumulándola en una cota elevada para liberarla


posteriormente de manera controlada. Suelen construirse en hormigón o, sobre todo
las más tradicionales, con materiales sueltos (también llamadas de escollera o de
tierra) aunque son menos frecuentes. Encontramos los siguientes tipos:
o De gravedad: Tiene perfil triangular, con la base más ancha para resistir la
presión del agua. Es la más común.
o De bóveda: Es más ligera que la presa de gravedad, suele alcanzar mayor
altura, se compone de arcos verticales y horizontales, y se utiliza
comúnmente en gargantas estrechas.
o De contrafuertes: Como su propio nombre indica utiliza contrafuertes por lo
que necesita menos obra civil y se ubica en amplios valles.
o De arcos múltiples: Variante del tipo anterior, donde la estructura transmite
el empuje de los arcos a los contrafuertes.
o De arco sencillo: Se trata de un tipo de presa ligero que se suele usar en
gargantas estrechas, transmitiendo el empuje a sus laderas.
o De arco gravedad: Es una combinación de los dos tipos anteriores.
 Aliviaderos: Permiten al agua circular sin pasar por las turbinas, se prevén así para
evitar daños por exceso de carga en los componentes de la central. Al abrir sus
compuertas se liberan (“alivian”) grandes volúmenes de agua, sobre una cuenca de
amortiguación que se encuentra a pie de presa y que recibe el agua tras su descarga
desde gran altura, evitando causar daños en el entorno. Estos volúmenes pueden ser
usados para otros fines no energéticos como por ejemplo, para cubrir las
necesidades de riego.
 Toma de agua: Se trata de una serie de orificios que captan el agua que va a
alimentar la central, suelen protegerse con rejillas para que no accedan al sistema
ciertos materiales en suspensión.
 Canal de derivación: Se utiliza para conducir el agua desde la toma hasta las
turbinas, sin embargo, si el salto de agua es superior a 15 metros conviene que el
agua que accede a las turbinas lo haga a través de tuberías forzadas a las que debe
preceder una cámara de presión.
 Cámara de presión: Es un depósito intermedio entre la toma de agua y la tubería
forzada cuya función principal es asegurar el correcto arranque de la turbina. Según
su capacidad de almacenamiento se puede utilizar como un depósito auxiliar de
regulación.
 Tubería forzada: Comunican la cámara de carga con la turbina, su función principal
es asegurar que el agua llega a las turbinas con una presión adecuada para mover
sus álabes.
 Turbinas hidráulicas: La turbina hidráulica es el elemento esencial de la central, que
aprovecha la energía cinética y potencial contenida en el agua, y la transforma en
movimiento de rotación, que transferido al generador mediante un eje produce
energía eléctrica.
 El generador: Transforma la energía mecánica de rotación de la turbina, en energía
eléctrica, y basa su funcionamiento en la inducción electromagnética y en la Ley de
Faraday, que dice que cuando un conductor eléctrico se mueve en un campo
magnético genera una corriente eléctrica a través de el.
 Equipo eléctrico general y línea: El equipamiento eléctrico es fundamental en una
central hidroeléctrica, sus funciones principales consisten en transformar la tensión,
medir los distintos parámetros de la corriente eléctrica, realizar la conexión a la
línea de salida y distribuir de la energía producida.
 Sistemas auxiliares: Los más comunes son el alumbrado de emergencia, los
sistemas de ventilación, refrigeración y contra incendios, las baterías de
condensadores, el caudalímetro, las rejas…

Captación y aducción
Las aguas atendiendo a su origen se pueden clasificar en aguas superficiales y en aguas
subterráneas. Los sistemas de captación de aguas superficiales son muy diversos, mientras
que en el caso de las subterráneas el bombeo es el sistema generalmente más utilizado.

Actualmente, son cada vez más frecuentes los abastecimientos de poblaciones por medio de
embalses. El nivel de agua contenida en un embalse, varía en función de las aportaciones de
lluvia y del caudal de agua que se dirija al consumo. Por esta razón, las torres para la
captación de agua se construyen con tomas a distintas alturas, que se abren y cierran por
medio de compuertas reguladoras.
Para evitar la entrada de cuerpos que puedan obstruir las compuertas, como ramas u otros
materiales, existen una rejas de desbaste colocadas justo en la entrada, que impiden el paso
de estos objetos que pueden dañar o impedir el funcionamiento de las compuertas.

La cota para la toma del agua varía en base a los resultados de los análisis que se realizan
en las distintas profundidades del embalse, y que permiten determinar la calidad del agua
en los diversos estratos. En cada momento ha de seleccionarse la cota en la que los
contaminantes sean mínimos ya que, de esta forma, será necesario aplicar un proceso más
liviano en la estación de tratamiento de agua potable (ETAP).

La captación también se puede realizar directamente desde los ríos, siendo varios los tipos
de tomas que se pueden emplear en estos casos: laterales, de fondo, etc., no existiendo un
modelo de toma ideal. En el caso de que el caudal sea escaso, se debe aprovechar algún
azud o pequeña presa que garantice siempre un volumen de agua suficiente. Es posible
incrementar, en cierta medida, la altura de la lámina de agua de manera artificial, colocando
unos gaviones bajo la toma, que pueden reducir la dificultad de captación ante la falta de
caudal.

En los ríos, como consecuencia de la mayor velocidad del agua, se incrementan los
arrastres de arenas, sólidos, flotantes, etc., por lo que se suelen colocar en la propia toma,
rejas de desbaste tanto para finos como para gruesos, llegando incluso a ser necesaria la
instalación de desarenadores o de tamices.

A la conducción del agua desde su captación a la planta de tratamiento se le denomina


aducción. Existen dos tipos de conducciones:

 Conducción por bombeo o forzada: se emplea cuando el punto de toma (embalse,


laguna, río…) está a una cota más baja que la entrada de agua a la planta de
tratamiento.
 Conducción por gravedad: se emplea cuando el punto de toma está a una cota más
alta que la entrada de agua a la planta de tratamiento. En este caso, el agua circula
favorecida por la propia pendiente de la conducción, desde el punto de toma hasta el
punto de entrada en la planta.
Estaciones de tratamiento de agua potable
(ETAP)
Para que el agua se considere apta para el consumo humano (potable), ha de cumplir con
una serie de prescripciones relativas entre otros a los siguientes aspectos: concentración de
sustancias no deseables y caracteres organolépticos, físico-químicos, microbiológicos, etc.

Las estaciones de tratamiento de agua potable, conocidas con las siglas ETAP, son
instalaciones que se utilizan para transformar el agua natural o bruta en agua potable. Se
encuentran ubicadas entre las instalaciones de captación de agua (embalses y pozos) y los
depósitos y redes de distribución.

Una vez que el agua alcanza la ETAP, comienza el tratamiento para su potabilización. Éste
consiste en una serie de procesos consecutivos, los cuales se recogen en el siguiente
diagrama y van a ser desarrollados en este tema.

A.- Obra de llegada

La entrada de agua bruta en la ETAP se lleva a cabo a través de la obra de llegada, en la


cual se realiza un pretratamiento del agua, cuya finalidad principal es homogeneizar la
misma. La instalación puede responder a varias configuraciones, y en ella es posible
encontrar los siguientes elementos:

 Dispositivos mecánicos de desbaste: se utilizan para impedir la entrada de los


arrastres de la conducción ya que frecuentemente, a través de las rejas de desbastes,
colocadas en los embalses, se pueden introducir, ramas, hojas o incluso pequeños
peces que pueden provocar atascos en las distintas unidades de la planta. En función
de la calidad del agua de entrada, será preciso colocar rejas de desbaste con paso de
gruesos o finos, tamices e incluso desarenadores.
 Aliviadero: se sitúa normalmente en la obra de llegada y ha de estar dimensionado
para poder asumir todo el caudal que pueda circular por la conducción de aducción.
Si se produce algún problema en la planta que impida el tratamiento, se cierra la
compuerta de entrada, y se alivia el caudal que trae la conducción hacia el cauce que
se haya determinado.
 Caudalímetros y analizadores: son necesarios principalmente, para conocer el
caudal de entrada y algunos otros parámetros de interés como temperatura,
conductividad, turbidez, etc.
 Laberintos, saltos de agua y agitadores: la finalidad de estos elementos es obtener
una mezcla homogénea. Los laberintos situados en el recorrido del agua, al igual
que los saltos de agua, aumentan el tiempo de contacto y facilitan la mezcla, no
obstante, lo más eficaz es colocar agitadores mecánicos distribuidos uniformemente.

B.- Cámara de reacción (oxidación)

Tras la mezcla homogénea del agua, ésta pasa hasta a la fase de oxidación, mediante la que
se eliminan ciertas sustancias disueltas. Entre los objetivos que se persiguen con esta fase
se encuentran los siguientes:

 Eliminación de organismos contaminantes: como gérmenes y patógenos, los


cuales son causantes de enfermedades de transmisión hídrica.
 Eliminación de las sustancias disueltas en el agua: tanto orgánicas (ácidos,
derivados amonio, etc.), como minerales (Fe, Mn, etc.).
 Eliminación de olores y sabores: causados por los compuestos orgánicos.

Son varios los agentes oxidantes que pueden ser utilizados en esta fase, la selección de uno
u otro depende de varios factores como los siguientes: tipo de contaminante a oxidar,
instalación de la que se dispone, viabilidad económica, etc.

Entre los métodos de oxidación a destacar se encuentran los siguientes: aireación,


utilización de permanganato potásico, cloro, derivados del cloro y ozono. En la siguiente
tabla se detallan las características de cada uno de estos métodos:

 
 

C.- Decantación

Mediante la decantación se persigue eliminar los sólidos presentes en el agua por acción de
la gravedad. Ciertas partículas sedimentan de forma natural en el decantador, mientras que
otras (coloides) no sedimentan con facilidad. Para el segundo de los casos se utilizan
reactivos que las hacen más voluminosas y pesadas, incrementándose por tanto, la
velocidad de sedimentación, y a este proceso se le denomina coagulación - floculación.

En la coagulación – floculación, las partículas coloidales a las que se acaba de hacer


referencia, están estabilizadas por una serie de cargas de igual signo sobre su superficie.
Esto hace que se repelan con las partículas vecinas y no se produzcan choques entre ellas ni
se formen agregados mayores, dificultando la sedimentación. Las operaciones de
coagulación y floculación desestabilizan los coloides y permiten la sedimentación de los
mismos. Esto se consigue generalmente mediante la adición de agentes químicos y la
aplicación de energía de mezclado.

Los coagulantes eliminan las cargas eléctricas sobre la superficie del coloide permitiendo la
aglomeración y la formación de flóculos, los cuales inicialmente son pequeños, pero que se
van agrupando progresivamente y forman aglomerados mayores capaces de sedimentar.
Entre los agentes coagulantes más comúnmente utilizados se encuentran las sales de hierro
y aluminio que, comercialmente, se presentan como polímeros de alúmina, cloruro férrico,
sulfato de aluminio, cloruro de aluminio y sulfato férrico.

Se muestra a continuación como se produce la desestabilización del coloide:

La adición del coagulante neutraliza las cargas, produciéndose el colapso de la “nube de


iones” que rodea los coloides, de modo que pueden aglomerarse.

El proceso de decantación en el tratamiento de aguas potables se puede realizar utilizando


dos tipos de decantadores:

 Decantadores de lecho de fango: el agua atraviesa en sentido ascendente una masa


uniforme de fango, que permanece en suspensión en el decantador. Esto origina que
el lecho de fango actúe como zona de floculación, ocasionando la retención de los
sólidos por flóculos que integran el fango. Normalmente, se colocan unos módulos
laminares, placas o tubos de material plástico, con una inclinación de 60º, para
incrementar de esta forma la superficie de contacto.

 Decantadores de contacto de fango: en este caso el agua de entrada contacta con


parte de los fangos, en la denominada zona de reacción, alcanzándose de este modo
un engrosamiento de las sustancias coloidales que lleva el agua. El agua sale de la
zona de reacción y atraviesa, en sentido ascendente, la zona de decantación hasta
salir por la superficie del decantador. Durante este recorrido, el fango va decantando
por gravedad, y una vez que alcanza un volumen adecuado, se extrae mediante
purgas situadas en la parte baja del decantador. Con la intención de favorecer el
proceso de sedimentación, es frecuente colocar en la zona de reacción o floculación,
un agitador mecánico de hélice o turbina o en otros casos, introducir una rasqueta
que barra el fondo y facilite la acumulación de fangos en la parte central del
decantador. En esta parte central, el fango se hace más denso, facilitándose la purga.

D.- Filtración

El agua una vez que ha sido decantada pasa a la fase de filtración, que no es más que un
proceso físico que consiste en hacer pasar una mezcla a través de un filtro o medio poroso,
en el que produce la retención de la mayor parte de los componentes sólidos.

Normalmente, el filtro consiste en un lecho de arena y grava de distinta granulometría,


aunque también puede tratarse de un lecho de carbón activo, denominándose en este caso al
proceso de filtración como afino. De este modo, no se retiene únicamente la materia que
aún queda en suspensión en el agua, sino que se recogen partículas que podrían producir
olores y sabores en el agua.

Los filtros deben ser lavados periódicamente. El proceso de lavado consiste en una
inyección de agua y/o aire a contracorriente, provocando que se desprendan los sólidos que
han quedado retenidos en el lecho filtrante. El agua de estos lavados puede llevarse a la
cabecera de la planta o alguna instalación de aprovechamiento de las aguas. El lavado
tendrá que realizarse siempre que se produzca la saturación del filtro, lo cual ocurre cuando
se llega a un nivel de lámina de agua máximo.
Acondicionamiento en la ETAP
Antes de conducir el agua a los depósitos o a las redes de distribución, y en definitiva a
consumo final, es necesario acondicionar la misma a la normativa de calidad actualmente
en vigor.

En las etapas de tratamiento anteriormente expuestas, se han eliminado las partículas de


diversos grosores, otras disueltas y las que se encontraban en estado coloidal. Para lograr
estos objetivos, se ha adicionado al agua algunos reactivos que de forma colateral han
podido modificar el pH del agua, lo que debe ser corregido. Además, la normativa exige
una concentración de flúor en el agua tratada, por lo que también será necesario aplicar un
tratamiento que asegure que se cumplen con dichos niveles en todos los puntos de la red.

En España, el pH del agua de salida de una ETAP ha de estar comprendido entre 6,5 y 8,5
según establece el Reglamento Técnico-Sanitario, para evitar de esta forma tanto un agua
incrustante que pueda producir obstrucciones en la red, como un agua agresiva que pueda
originar corrosiones.

Para cumplir con estas premisas, se pueden utilizar diversos reactivos:

 Reducción de pH: anhídrido carbónico, ácido sulfúrico o clorhídrico.


 Aumento de pH: carbonato sódico, hidróxido sódico o cálcico.

La adición de flúor, a la que ya se ha hecho referencia anteriormente, es un complemento


en el proceso de potabilidad del agua, que en algunos países se realiza por recomendaciones
sanitarias.

El control en cuanto a la necesidad de dosificar flúor en el agua potable, es variable en


España en función de las distintas Comunidades Autónomas. La Reglamentación Técnica
Sanitaria recomienda unos valores guía de entre 0.7 y 1.2 ppm.

Para cumplir con lo anterior, el agente más utilizado suele ser el ácido fluosilísico (H2SiF6),
o su sal sódica (Na2SiF6), los cuales pueden adicionarse en estado líquido. Existen no
obstante otros productos que también se pueden emplear, en este caso como polvo. Se trata
del fluoruro sódico (NaF) y el fluoruro cálcico (CaF2).
Desinfección en la ETAP
El objetivo de la desinfección es eliminar los organismos patógenos que pueda
contener el agua, asegurando sanitariamente su consumo, por lo que se trata de
un proceso fundamental dentro de la potabilización. Algunas de las sustancias que
se emplean para la oxidación, actúan igualmente como desinfectantes.

Se pueden distinguir dos tipos de desinfección.

A.- Desinfección química: Los principales desinfectantes químicos son el cloro y el


ozono.

A.1.- Cloración: En España, el Reglamento Técnico Sanitario asigna como valores


guías, una concentración de cloro libre en agua para la red de distribución de entre
0,2 y 0,6 ppm.

El a porte de cloro en el agua, en primer lugar oxida la materia orgánica e


inorgánica contenida en el agua. A medida que se sigue añadiendo cloro a dicha
agua, éste reacciona con compuestos orgánicos, formando cloraminas, que ya
poseen una capacidad de desinfección. A la forma que adopta el cloro en el agua
se le llama cloro residual combinado. Al seguir añadiendo cloro al agua, éste
aparece ahora como cloro residual libre, el cual es un agente desinfectante muy
activo.

En la gráfica puede observarse como el cloro, en primer lugar, comienza oxidando


la materia orgánica y reacciona con compuestos nitrogenados para formar
cloraminas. A partir del punto 1, el cloro que se añade comienza a oxidar las
cloraminas hasta el punto 2, en el que cualquier adición de cloro ocasiona un
aumento en el nivel de cloro residual libre.

La instalación de almacenamiento y dosificación de cloro, lleva asociado un sistema


de neutralización de posibles fugas de cloro al ambiente, el cual está conformado
por unas torres de lavado. En dichas torres, se realiza un lavado en contracorriente
del aire que abandona la sala y que se encuentra cargado con hidróxido sódico, de
tal manera que éste precipita en forma de cloruro sódico y se descontamina el aire.

Entre los derivados del cloro empleados como desinfectante, las cloraminas son
poco usadas, ya que poseen una menor capacidad de desinfección y dan origen a
una mayor cantidad de subproductos.

En dióxido de cloro destaca por su capacidad oxidante sobre aguas que contengan
fenoles y oxida muy bien aguas que contienen manganeso e hierro. Sin embargo,
requiere ser prepararlo in situ con ácido clorhídrico e hipoclorito sódico, con los
inconvenientes que conlleva la manipulación de reactivos químicos.

Los hipocloritos por su parte, proporcionan el mismo resultado en desinfección


que el cloro. El problema que conllevan es que elevan el pH del agua, originando
problemas de precipitados en los depósitos y las conducciones, por alcalinidad.

A.2.- Ozonización: El ozono es un oxidante bastante energético cuya acción no


depende del pH, por lo que es posible emplearlo para destruir compuestos
orgánicos como fenoles sin dar lugar a compuestos intermedios indeseables, lo
que provoca que no deje sabores en el agua. Otro beneficio adicional del ozono es
que su tiempo de residencia en el agua es mucho menor que el del cloro.

La ozonificación es una técnica de desinfección más moderna que la cloración. El


ozono es un gas más caro que el cloro y con un manejo más complicado, ya que es
inestable. Su acción como desinfectante es incluso más eficaz que la del cloro,
sobre todo en relación con los virus y esporas.

El ozono viene siendo utilizado en las ETAP desde hace años debido
principalmente a sus siguientes capacidades:

 Excelente acción bactericida.


 Producción in situ.
 Acción en una amplia franja de pH y temperatura.
 Dosis baja de utilización.
 Escaso tiempo de contacto.
La dosis de aplicación dependen de cada aplicación concreta, trabajando
habitualmente entre los 0.5 y 0.8 mg de O3/l. También dependiendo de la
aplicación se utilizan distintos sistemas de transferencia como platos porosos,
mezcladores, turbinas o eyectores.

B.- Desinfección física: Como desinfectante físico, cabe destacar principalmente el


uso de radiación ultravioleta, que se configura como una buena alternativa a la
cloración en las pequeñas plantas depuradoras.

B.1.- Radiación ultravioleta: La radiación ultravioleta (UV), se corresponde con la


zona del espectro electromagnético con longitudes de onda comprendidas entre
los 15 y 450 nm. No obstante, la longitud de onda más efectiva como biocida está
alrededor de los 260 nm. Para longitudes de onda entre 240 y 280 nm, los rayos
ultravioletas pueden dañar los ácidos nucleicos celulares y matar a las bacterias,
siendo más resistentes las esporas de bacterias (necesitan 10 veces más dosis de
radiación), los hongos (50 veces más) y los virus (dosis entre 10 y 100 veces
mayores).

La mayor limitación de este tipo de tratamiento, es que las radiaciones UV poseen


una limitada capacidad de penetración, por lo que el agua a tratar debe ser
transparente y en circulación laminar. En definitiva, la desinfección con rayos UV
exige caudales pequeños de agua.

Para obtener estas radiaciones se utilizan las denominadas “lámparas germicidas”,


que son lámparas de vapor de mercurio, de baja o media presión. Las lámparas de
baja presión distribuyen la radiación en un campo más específico de longitud de
onda (alrededor del 85% de la radiación que emiten corresponde a los 254 nm)
que las de media presión, no obstante ambas dan resultados semejantes.

La efectividad asociada a la aplicación de un desinfectante es variable en función


de una serie de parámetros, los cuales son analizados en la siguiente tabla:

En la siguiente tabla se pueden observar las ventajas e inconvenientes de los


agentes desinfectantes tratados hasta el momento.

 
Desalación del agua marina
La desalación es un proceso que permite convertir el agua del mar en un recurso
hídrico, que puede ser utilizado para distintos usos entre los que se encuentra el
abastecimiento humano.

Las aguas procedentes de manantiales de montaña, por ejemplo, contienen


alrededor de 0,2 gramos de sal por litro, el agua marina unos 35 gramos de sal por
litro, mientras que las salmueras contienen más de 45 gramos por
litro.Normalmente, es complicado diferenciar unas de otras de un vistazo, ya que
en los tres casos se trata de líquidos transparentes e inodoros que únicamente
pueden distinguirse por el sabor, sin embargo, de la concentración de sales va a
depender el uso que se puede hacer de las mismas.

El agua para consumo humano no ha de contener más de 0,5 gramos por litro, ni
ser agua totalmente carente de sal (destilada), en ninguno de estos casos es
aprovechable para el organismo.

Por tanto, para obtener agua potable a partir de agua de mar, resulta necesario
separar las sales que contiene, hasta alcanzar una concentración inferior a 0,5
gramos de sal por litro de agua, y esto es lo que se persigue cuando se desala agua
de mar.

Existen dos procesos principales para llevar a cabo la citada desalación: la


evaporación y la ósmosis.

 Evaporación: como se ha indicado anteriormente, en la superficie del mar se


evapora el agua, produciéndose la separación de ésta de la propia sal. El
vapor de agua que pasa a la atmósfera, originará posteriormente la lluvia,
parte de la cual volverá nuevamente al mar, completando el ciclo del agua.
En este proceso se fundamenta una de las técnicas empleadas para desalar
agua, que concretamente consiste en evaporar el agua del mar y después
condensar el vapor, obteniendo agua dulce en estado líquido.
 Ósmosis: en la naturaleza, el agua tiende a pasar de zonas donde existen
mayores concentraciones de sales a zonas donde existen menos, así por
ejemplo, penetra en la planta a través de la raíz, pasando a la savia a través
de una membrana semipermeable. A este proceso se le conoce con el
término de ósmosis.

Ambos procesos comentados, evaporación y osmosis, se dan en la naturaleza,


gracias al aporte de energía que suministra el Sol. Si se pretende reproducir estos
fenómenos de separar sales y agua para el beneficio humano, será preciso aportar
energía al proceso.

Los procesos que se desarrollan en una planta desaladora tipo, se recogen en el


siguiente esquema.

 
A.- Captación del agua de mar

Como resulta lógico pensar, el primer paso para desalar agua de mar es la
captación de la misma. Ésta suele realizarse mediante pozos, siempre que la
permeabilidad del terreno así lo permita. En caso contrario, se realiza la captación
de forma directa mediante tuberías situadas en el lecho marino.

B.- Preparación del agua

El siguiente paso consiste en llevar a cabo una corrección del pH, que deberá
ajustarse a las necesidades del tratamiento. Seguidamente, se añade coagulante,
de forma que se retienen los coloides del agua de mar los cuales son inferiores a
0,1 µm. Finalmente, se adicionan reactivos para desinfectar el agua de materia
biológica y se pasa ésta por filtros que eliminan las partículas en suspensión.

C.- Técnicas de desalación

Existen varias técnicas para llevar a cabo la desalación del agua marina. Entre estos
puede destacarse la ósmosis inversa y la destilación.

 Ósmosis inversa: Cuando se separan dos soluciones con distinta


concentración de sales, mediante una membrana semipermeable, estas
soluciones tienden a igualar sus concentraciones, produciéndose el paso de
agua desde la solución más diluida a la más concentrada, este fenómeno es
el que se conoce como ósmosis. La membrana semipermeable actúa como
filtro, dejando pasar el agua y reteniendo las sales disueltas.La ósmosis
inversa, por su parte, consiste en invertir el proceso natural lo cual se
consigue aplicando al agua salada una presión superior a la presión
osmótica. La presión necesaria para que el proceso se desarrolle, va a
depender de la cantidad de sólidos disueltos y del grado de desalinización
que se pretenda alcanzar. En la ósmosis inversa, el agua es impulsada
mediante bombas de alta presión que origina la suficiente presión para
invertir el proceso de ósmosis natural.
 Destilación: Este método consiste en separar los fluidos presentes en una
mezcla, basándose en los diferentes puntos de ebullición de cada uno de
ellos. Se evapora el líquido de punto de ebullición más bajo y
posteriormente se condensa utilizando un refrigerante.La desalación del
agua de mar se realiza en varias fases, en cada una de las cuales una parte
del agua se evapora y posteriormente se condensa libre de sal.
El calor obtenido en la condensación se reutiliza para calentar el agua
marina entrante que haya que destilar.
D.- Devolución de la salmuera al mar

La devolución de la salmuera al mar no tiene porqué contaminar de ninguna


manera ya que sólo se está devolviendo al medio marino un soluto que
previamente tenía, pero es necesario verterla de forma gradual para que se
disuelva rápidamente en el medio marino sin afectar a la salinidad de la zona de
vertido. Un cambio brusco en este parámetro puede tener consecuencias muy
negativas para la flora y fauna local, incluso haciéndola llegar a desaparecer.

Entre las especies más sensibles a estos cambios de salinidad y consecuentemente


más protegidas, se encuentra la Posidonia oceánica, planta marina que habita la
plataforma continental del Mediterráneo, muy próxima a las costas, y de cuya
existencia dependen multitud de especies de ictiofauna, fija los bancos de arena,
oxigena el agua de mar… en definitiva mantiene el equilibrio ecosistémico de la
zona.Se ha establecido en 39 gr/L la salinidad máxima tolerable para esta especie y,
conocido este dato, las desaladoras del Mediterráneo deberán programar los
vertidos de salmuera de tal forma que se facilite una disolución natural en la propia
masa de agua que permita no rebasar los citados límites de tolerancia.

Algunas técnicas utilizadas para evitar el problema referido en el párrafo anterior,


son:

 Disolver la salmuera en agua de mar antes de su vertido final.


 Utilizar difusores para el vertido, de tal forma que al salir la salmuera y
chocar con el agua de mar, se produzca una agitación que haga que se
homogeneice la salinidad en toda la masa de agua.

Vertidos agrarios
Por vertido se entiende la emisión al medio natural de efluentes líquidos resultantes de
procesos productivos que, según el tamaño y las características de la actividad que los
produzca tendrán una mayor o menor incidencia en el medio ambiente. Inevitablemente
estos vertidos terminan en el dominio público hidráulico del que se abastecen para los
hombres para su consumo, y alteran sus características físicas, químicas y/o biológicas
dificultando su tratamiento posterior o incluso contaminando el agua permanentemente.

Los vertidos procedentes de los usos agrarios son, por lo general, de carácter difuso,
persistente y, en consecuencia, destacan por su compleja y costosa depuración.

En cuanto al uso agrícola del agua, destacan especialmente dos tipos de contaminación:
 Por nitratos: El uso irracional de la amplia gama de fertilizantes nitrogenados
disponible en el mercado (bien sea por un uso excesivo en cantidad o por el
inadecuado momento de la aplicación) hace que, actualmente, los nitratos
constituyan la principal fuente de contaminación difusa del medio hídrico. Este tipo
de contaminación está alcanzando cada vez mayor protagonismo en la degradación
de las aguas, ya que cuanto mayor es el grado de depuración y limitación de los
vertidos localizados, mayor es el peso relativo de este tipo de contaminación.
 Salinización: Multitud de cultivos dependen de las aguas subterráneas para poder
desarrollarse. La sobreexplotación de los acuíferos conlleva una bajada en sus
niveles de acumulación hídrica y esto puede provocar que, de manera natural, el
espacio que deja el agua dulce pase a ser ocupado por agua salada pudiendo tornar
el depósito en inservible para la actividad agrícola.

Esta contaminación agraria va a tener su origen no sólo en los cultivos, sino en otras
fuentes fijas como la ganadería intensiva (un ejemplo bastante representativo de esto son
los purines de los cerdos), y mientras que los vertidos de los usos urbanos o industriales
están concentrados (en cidudades o polígonos), la principal característica de los usos
agrarios es la dispersión geográfica de las explotaciones. La diseminación de las granjas por
los diferentes territorios, unida al uso de fertilizantes inorgánicos y plaguicidas de síntesis,
hace que la contaminación agroganadera posea una extraordinaria complejidad.

Además, este tipo de vertidos presentan una dificultad añadida como es la elevada
persistencia de los contaminantes debido a su composición. Algunos pesticidas pueden ser
muy peligrosos para el equilibrio ecológico, ya que permanecen estables a lo largo de la
cadena alimentaria y si son utilizados en grandes superficies y en considerables cantidades
el efecto puede ser devastador. Porque el medio hídrico es capaz de acogerlo y extenderlo
rápidamente a otros lugares y el carácter acumulativo en los tejidos vivos, de algunos de
ellos, acentúa la gravedad del problema.

Los lixiviados procedentes del tratamiento con fertilizantes y productos fitosanitarios, son
la causa primordial de la eutrofización de lagos y embalses y de la degradación de las aguas
subterráneas.

Existen numerosas medidas que pueden corregir estos efectos perjudiciales para el entorno,
como por ejemplo:

 Reducir al mínimo las cantidades de fertilizantes o fitosanitarios para los diferentes


cultivos.
 Aplicarlos en los momentos en los que la explotación lo necesite, evitando que el
suelo contenga compuestos libres que pueden ser lavados.
 Utilizar sustancias menos tóxicas (y a ser posible inocuas) para la fertilización y el
tratamiento fitosanitario.
 Evitar riegos en exceso que puedan favorecer la lixiviación o el lavado de los
contaminantes presentes en el suelo.
 Usar sistemas eficientes de riego, que aprovechen al máximo el recurso (riego por
goteo, microaspersión…).
 Diseñar de una buena red de drenaje que permita concentrar los vertidos en un
punto.
 Instalar sistemas de depuración compactos en las diferentes parcelas agrarias...

Vertidos industriales
Los recursos hídricos utilizados en el sector industrial son inevitablemente
sustraídos a otros usuarios, como el abastecimiento público, los cultivos o los
demás sectores en los que el agua es un recurso de inevitable uso, por lo que
habrá que valorar si son realmente necesarios y, en todo caso, reducir al mínimo su
consumo.

Las aguas procedentes de procesos industriales acarrean numerosos problemas, el


principal es la dificultad que supone depurar sus vertidos para que cumplan con la
normativa vigente, ya que la mayor parte de ellos contienen gran cantidad y
diversidad de contaminantes, lo que hace imprescindible un estudio detallado de
su composición para el diseño de las plantas de depuración que los van a tratar
antes de devolverlos al dominio público hidráulico.

La falta de capital para invertir en instalaciones de depuración, no puede ser óbice


para que las industrias contaminantes observen la normativa vigente en materia de
residuos industriales, ya que si no cumplen van a contaminar el medio ambiente
que pertenece a todos, por lo que se trataría de un beneficio empresarial injusto e
ilegal.

 
Pero además, la instalación de una depuradora adecuada a los vertidos que se
vayan a generar como consecuencia de la actividad industrial, debe ir unida a una
continua medición de los vertidos producidos durante la explotación, para que
siempre cumplan con los parámetros exigidos. Es fundamental que desde la
dirección se promueva el control eficiente sobre las aguas contaminadas que se
produzcan, poniendo a funcionar los medios técnicos, tecnológicos y humanos que
sean necesarios.

En cuanto a la composición de los vertidos, cada industria origina diferentes tipos


de contaminantes y, seguidamente, se relacionan los parámetros a controlar sobre
los producidos en los principales sectores de actividad.

 Construcción: pH, sólidos en suspensión y metales.


 Minería: pH, sólidos en suspensión, metales pesados, materia orgánica y
cianuros.
 Energía: temperatura, hidrocarburos y otros químicos.
 Textil y piel: sólidos en suspensión, taninos, tensoactivos, sulfuros,
colorantes, grasas, disolventes orgánicos, ácidos acético y fórmico, cromo,
etc.
 Automoción: aceites sintéticos, hidrocarburos, benceno, etc.
 Naval: hidrocarburos, disolventes, pigmentos y otros químicos.
 Siderurgia: cenizas, aceites, metales disueltos, emulsiones, sosas y ácidos.
 Química inorgánica: mercurio, fósforo, fluoruros, cianuros, amoníaco,
nitritos, ácido sulfhídrico, molibdeno, manganeso, etc.
 Química orgánica: organohalogenados, organosilícicos y otros compuestos
que afectan al balance de oxígeno.
 Fertilizantes: nitratos y fosfatos.
 Pinturas, barnices y tintas: compuestos organoestámicos, compuestos de
cinc, cromo, selenio, molibdeno, titanio, estaño, etc.
 Papelera: sólidos en suspensión, DQO, DBO, etc.
 Plaguicidas: organohalogenados, organofosforados, etc.

Mientras las líneas de tratamiento de los vertidos urbanos son bastante similares
entre ciudades, pues presentan impurezas minerales y orgánicas cuya naturaleza y
concentración son análogas, los vertidos industriales, debido a su gran diversidad,
necesitan de tratamientos a medida según el tipo de actividad, así como la
aplicación de procesos de tratamiento específicos.

Para un adecuado tratamiento de las aguas residuales industriales se necesita:

 Conocer los tipos de contaminantes producidos.


 Caracterizar los efluentes.
 Definir y controlar los puntos de vertido.
 Establecer una red separativa de aguas (casi siempre necesario).
 Elegir los métodos de depuración físicos, químicos y/o biológicos, más
adecuados para la actividad desarrollada.

En definitiva, el buen funcionamiento del control sobre los vertidos de la industria


en cuestión, dependerá de que se realice un estudio minucioso sobre el tema, para
evitar la aparición de cualquier elemento imprevisto que pudiera causar daños
sobre las instalaciones.

A continuación se esquematizan las fases del tratamiento desde la producción del


vertido hasta el efluente final, ya tratado:

A.- Pretratamientos

A continuación se exponen los tipos más comunes de tratamientos previos que se


dan en las industrias que producen aguas residuales procedentes de sus procesos.
Es posible que en determinadas actividades algunas de ellas no estén presentes,
pero por lo general son:

 Homogeneización: lo más usual es que la entrada de agua residual


industrial a la planta depuradora no sea constante en el tiempo, tanto en lo
que respecta al caudal como a la carga contaminante. Esto puede crear
importantes problemas de gestión en aquellas depuradoras que no están
protegidas contra las variaciones de caudal y contaminación, poniendo en
riesgo el correcto desarrollo de los tratamientos. La solución en este caso
pasa por homogeneizar la concentración de contaminantes e igualar los
caudales, es decir, optimizar las condiciones operativas de las fases
posteriores. Para la homogeneización se utilizan depósitos especiales en
continua agitación, en los que se almacenan durante varias horas e incluso
días, la totalidad de efluentes producidos en un proceso o por el conjunto
de la actividad.
 Desbaste: las operaciones desbaste son indispensables en muchas
industrias (agroalimentarias, papeleras, textiles…) y muy recomendables en
la mayoría de ellas.
 Desengrasado: en todas las industrias donde se utilizan hidrocarburos o
aceites (ya sea en los circuitos de engrase, por el almacenamiento de
carburante u otro proceso) debe estar presente este tipo de tratamiento.
 Desarenado: sólo está prevista en determinados supuestos como las
areneras, las fundiciones, las hormigoneras, etc.

B.- Tratamientos primarios (físico-químicos)

El tratamiento físico-químico de las aguas residuales industriales puede intervenir


en el proceso total, como una etapa intermedia o como la etapa final de la
depuración, con todos o algunos de los siguientes fines:

 Precipitación de metales o de sales tóxicas.


 Eliminación de aceites en emulsión y de materias diversas en suspensión.
 Clarificación con reducción de la materia orgánica.
 Existen diversos tratamientos físico-químicos entre los que destacan la:
 Sedimentación.
 Coagulación-floculación.
 Flotación.
 Neutralización.

C.- Tratamientos secundarios (biológicos)

Para poder introducir este tratamiento en el proceso de depuración de


determinadas aguas industriales, los efluentes deben ser biodegradables y,
además, tener muy controladas sus características para no dañar los reactores.

Una línea de tratamiento tipo podría estar compuesta por los siguientes elementos:
 Fangos activados.
 Lechos bacterianos.
 Lagunas aireadas o mixtas.

D.- Tratamientos terciarios

En ocasiones, el vertido contiene compuestos orgánicos no biodegradables, como


disolventes, hidrocarburos aromáticos, derivados nitrados y sulfonados… que
deben ser eliminados mediante el uso de técnicas y procedimientos especializados,
como son:

 Absorción con carbón activo: el carbón activo adsorbe selectivamente los


contaminantes presentes en el efluente mediante la atracción superficial que
los poros internos del carbón realizan sobre las moléculas orgánicas.
 Procesos de separación por membranas: en todos los casos consiste en
interponer una membrana que sea capaz de separar dos tipos de moléculas
según su tamaño, forma o estructura química. Véanse a continuación,
algunos de los procesos más comunes:
o Ósmosis inversa: consiste en aplicar a la solución más concentrada
una presión superior a la osmótica, para provocar el paso de
disolvente hacia la solución más diluida.
o Microfiltración y ultrafiltración: Las membranas usadas para la
microfiltración tienen un tamaño de poro de 0,1 a 10 µm, siendo
capaces de retener todas las bacterias y algunos virus, que estén
acoplados a ellas. Aunque para la eliminación completa de los virus,
es necesaria la ultrafiltración, ya que los poros de sus membranas
tienen un tamaño que oscila entre las 0,001 y las 0,1 µm.
 Intercambio iónico: los contaminantes se eliminan del efluente por
intercambio con otros iones (normalmente Na+, H+ y OH-). Estos iones están
presentes en unas resinas preparadas a tal efecto, a través de las cuales pasa
el efluente a tratar. El lecho de resina se sitúa en el interior de una columna
intercambiadora, donde resina y efluente entran en contacto produciéndose
la sustitución de los cationes y/o aniones presentes en el vertido por los que
están presentes en la resina. Este proceso continua produciéndose hasta que
todos los puntos de intercambio de la resina han sido sustituidos, en ese
momento la resina debe ser regenerada para poder ser utilizada de nuevo.
 Oxidación química: mediante el empleo de oxígeno, ozono, cloro… se
pueden eliminar tanto compuestos orgánicos biodegradables como no
biodegradables, de forma indiscriminada.
E.- Línea de fangos industriales

El carácter específico de las aguas residuales industriales se observa también en los


fangos producidos que a veces son de predominio orgánico y otras de predominio
mineral (más frecuente).

Las técnicas de tratamientos definidas para los fangos urbanos pueden aplicarse a
los fangos industriales.

Vertidos domiciliarios y asimilables


En el tema que trataba sobre el consumo domiciliario de agua, se vio la
importancia del impacto que sobre el medio hídrico genera las actividades más
cotidianas para el hombre. Ahora toca decir que para promover el adecuado uso
del recurso es importante cuidar la calidad de las aguas en sus cursos naturales,
minimizando el vertido de sustancias tóxicas en los usos domésticos y asimilables
(principalmente en el sector servicios: hoteles, oficinas, etc.).

Desde el punto de vista de la prevención, algunos consejos interesantes pueden


ser:

 Evitar siempre que sea posible, utilizar productos tóxicos o peligrosos,


guiándose por el criterio de máxima inocuidad. Los detergentes son una
fuente importante de contaminación, por lo que se deben seleccionar en la
medida de lo posible los más naturales, aquellos que no tienen fosfatos, o
sustituirlos por productos como el limón para limpiar metales o el vinagre
para eliminar la cal. En el caso de las empresas, en muchas ocasiones esto
queda encomendado al buen criterio de su gestor ambiental, pues algunos
proveedores eligen con que productos trabajan (como los servicios de
limpieza) y habrá que saber cuales usan antes de contratar sus servicios.
 Utilizar agua sólo dónde y cuando sea necesario, sobre todo hay que poner
especial atención en la refrigeración, donde se puede evitar su uso en
muchas ocasiones.
 En la cocina cabe tener siempre en cuenta que las grasas y aceites dificultan
la depuración de las aguas residuales, por lo que es importante minimizar la
cantidad de estas sustancias que acaban en el desagüe.

 
 

 Minimizar el consumo de líquidos donde sea posible, estableciendo para


ellos sistemas de medida precisa en la dosis o dispensadores que permitan a
las personas usar solamente aquella cantidad de fluido que necesiten. Un
ejemplo de esto son los inodoros con cisternas de doble pulso, donde el
botón pequeño realiza media descarga (en caso de aguas menores) y el
grande realiza la descarga completa (en caso de aguas mayores).
 Reducir al máximo la distancia de transporte de líquidos, ya sea eligiendo
proveedores más cercanos, usando productos alternativos, agrupando
ciertas fases productivas, etc.

Si las medidas preventivas no funcionan y el vertido llega a producirse, habrá que


intentar evitar o minimizar el impacto:

 Impermeabilizando la superficie de trabajo para evitar que los posibles


derrames entren en contacto con el sustrato.
 Disponiendo material secante suficiente en aquellos lugares donde puedan
producirse pequeños vertidos contaminantes.
 Instalando sistemas de recogida de derrames si estos pueden llegar a tener
un volumen importante.
 Prever balsas de evaporación para almacenar efluentes contaminados y
gestionarlos como residuos sólidos una vez secos.

Mención especial merece aquí la depuración, aunque para muchos pequeños y


medianos negocios el tratamiento de aguas residuales es algo que queda fuera de
su responsabilidad, al estar autorizados para verter a la red de saneamiento
municipal y pagar las correspondientes tasas públicas, existen otros negocios que
realizan vertidos como consecuencia lógica de su actividad y que deben tratar los
efluentes producidos para eliminar, en la medida de lo posible, los contaminantes
que contienen antes de que acaben en el medio receptor. En muchos países existe
una amplia legislación en este sentido, en otros no hay directamente tantas
restricciones, pero cuando un vertido peligroso afecta a otro Estado o a un paraje
natural reconocido internacionalmente, todos los gobiernos se han mostrado
inflexibles con las organizaciones que lo provocaron.

Saneamiento y depuración de aguas


residuales (EDAR)
Las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR), son plantas para el tratamiento
de vertidos procedentes de zonas urbanas, rurales o industriales, dónde se le aplican a las
aguas residuales diversos procesos de tipo físico, químico o biológico, antes de su vertido
definitivo al dominio público hidráulico.

Una EDAR puede llegar a tener tres líneas de tratamiento:

 Línea de aguas: cuyo fin es eliminar la mayor cantidad posible de contaminantes


presentes en los vertidos, mediante diferentes tratamientos físicos, químicos y
biológicos, procurando así que el efluente que se va a devolver al dominio público
hidráulico altere mínimamente las características de este último.
 Línea de fangos: el objetivo es tratar los lodos procedentes de la línea de aguas,
con el fin de transformarlos o prepararlos para una adecuada gestión posterior, que
permita su máximo provecho y su mínima incidencia sobre el medio ambiente.
 Línea de gas: a partir de los lodos resultantes de la línea de fangos, se puede
obtener un biogás rico en metano (CH4), susceptible de ser utilizado en la
producción de calor y/o electricidad.

A continuación, se van a ver con más detalle cada una de las líneas de tratamiento que
pueden estar presentes en una EDAR tipo.
Línea de aguas - EDAR
En esta línea de tratamiento de la EDAR, hay dos factores imprescindibles a tener
en cuenta:

La carga contaminante del agua a tratar, según su tipología y cantidad así serán los
tratamientos que se deban aplicar.

El nivel de reducción de la contaminación que se desee o sea necesario alcanzar.

La línea de aguas de una EDAR puede comprender todos o algunos de los


siguientes tratamientos:

A.- Pretratamiento: También conocido como tratamiento previo, su objetivo es


separar los materiales más gruesos y arenosos que contiene el vertido a tratar. Su
finalidad es así, proteger a los equipos que le suceden en la cadena de gestión, de
los trastornos mecánicos que provocaría la introducción de estas materias en sus
compartimentos (sedimentación en las conducciones, obstrucción de aberturas,
etc.). Dentro de el pretratamiento se pueden distinguir las siguientes fases:

 Desbaste: Esta fase tiene como fin último segregar aquellos materiales de


tamaño grueso que pueden obstaculizar o perjudicar fases sucesivas del
tratamiento, además de representar por si mismos una forma de
contaminación (sólidos en suspensión). Las características de los materiales
presentes en el agua, dependerán de su origen (si se trata de vertidos
domiciliarios urbanos, las aguas a tratar contendrán restos sanitarios
humanos, fecales, alimentarios y de otra naturaleza asimilable). Justo al
inicio de la línea de aguas suele aparecer un pozo de gruesos cuya finalidad
es retener en su interior los sólidos de mayor tamaño (plásticos, cartones y
papeles, botellas…). Aquellos que se depositan sobre el fondo del pozo, son
extraídos normalmente mediante el empleo de palas bivalvas, tras este paso
se eleva el agua con el uso de un tornillo sin fin o una bomba de elevación, y
posteriormente se suele cribar el agua (proceso físico para la separación de
sólidos) a través de rejas o tamices.

 
 

 Desarenado: Este proceso se utiliza para separar las arenas arrastradas por el


vertido. Su acumulación es peligrosa porque pueden generarse depósitos en
canalizaciones y tuberías, y abrasión y desgaste sobre los elementos
mecánicos en movimiento. Además dificulta la eliminación y digestión de los
lodos, al aumentar su densidad. Los sedimentos acumulados en los
desarenadores son recogidos y lavados para su posterior incineración o
transporte a la planta de tratamiento de residuos que corresponda.
 Desengrasado: Este tratamiento consiste en la separación, por flotación, de
las grasas y aceites transportados por el agua residual. Estos adquieren
forma de espumas sobre la capa más superficial de las aguas. Los aceites y
grasas presentes en los vertidos producen problemas en la depuración de
aguas residuales, entre ellos cabe destacar:
o La adhesión a compartimentos y conducciones.
o La obstrucción de rejillas (especialmente los tamices de menor
tamaño de paso).
o La obstrucción a la sedimentación por la formación de una capa en la
superficie de los decantadores que la complica, al atraer hacia arriba
pequeñas partículas de materia orgánica.
o El obstáculo que suponen a la aireación en la depuración de fangos
activos.
o La distorsión que introducen en el proceso de digestión de lodos.

Por medio de rasquetas de superficie se retira la grasa residual que ha quedado


retenida en las balsas de decantación tras el desengrasado, para ser llevada
finalmente a un depósito en el que se traslada a una planta de tratamiento para su
recuperación o incineración. Normalmente el desarenado y el desengrasado se
realizan conjuntamente en una única instalación.

B.- Tratamiento Primario: La finalidad fundamental de este tratamiento consiste


en reducir los sólidos en suspensión presentes en las aguas residuales. Se pueden
distinguir tres tipos de sólidos en suspensión:
 Sedimentables: aquellos que sedimentan en las aguas residuales en reposo,
únicamente por acción de la gravedad.
 Flotantes: aquellos que, al contrario que los anteriores, flotan en el
decantador.
 Coloidales: con unos tamaños que oscilan entre 0,001 y 10 µm.

Se pasa en este momento, a describir los principales procesos físico-químicos que


intervienen en el tratamiento primario:

 Sedimentación primaria: También conocida como decantación primaria,


consiste en un proceso físico que origina una separación por gravedad de
los sólidos suspendidos en el agua residual, con un doble objetivo: la
eliminación los sólidos en suspensión (en aproximadamente un 60%) y de la
materia orgánica (en aproximadamente un 30%) presentes en las aguas
residuales, y la conservación y protección de los equipos posteriores frente a
la intrusión de fangos inertes de alta densidad y, en consecuencia, de la
posible abrasión de sus componentes mecánicos. Los decantadores pueden
ser de dos tipos:
o Circulares: a ellos accede el agua por su parte central, saliendo por la
periferia de los mismos.

 Rectangulares: las aguas acceden por uno de sus lados y salen por el lado
opuesto.
 Flotación: Se trata de un proceso físico basado en la diferencia de
densidades existentes en el vertido, lo que permite separar las partículas que
tienen una menor densidad por ascenso de éstas hacia la superficie del agua
ya que, en este caso, las fuerzas de empuje hacia arriba (rozamiento y
empuje del líquido) superan a la fuerza de la gravedad. Cabe distinguir entre
la flotación natural, que se utiliza para eliminar los restos de grasas o aceites
sin más intervención que la ya referida, de la acelerada, en la que se
introducen burbujas de gases (normalmente aire) para que se le adhieran
partículas de menor tamaño, subiendo hasta la superficie la burbuja con las
partículas.

C.- Tratamiento Secundario: También conocido como tratamiento biológico,


tiene como objetivo la eliminación de las partículas coloidales y la materia orgánica
disuelta en las aguas residuales. Por lo general se lleva a cabo mediante una
oxidación biológica producida por microorganismos que metabolizan la materia
orgánica hasta transformarla en sólidos sedimentables.La digestión biológica podrá
ser aerobia o anaerobia, en función de la existencia o no de oxígeno disuelto,
aunque se suele emplear el proceso aerobio por agitación.

Durante la digestión aerobia los microorganismos utilizan los contaminantes


orgánicos y el oxígeno para reproducirse y generar materia orgánica simple. Este
tratamiento se lleva a cabo en un tanque o reactor biológico que se alimenta con el
efluente que sale del tratamiento primario.

Según el modo de cultivar los microorganismos, se pueden distinguir dos tipos de


sistemas biológicos:

 Fangos activos: También conocidos como sistemas de biomasa suspendida,


es el proceso biológico de tratamiento secundario de aguas residuales más
extendido. Consiste en un proceso aerobio en el que se producen flóculos,
formados por sustancias en suspensión y los microorganismos que se
alimentan de ellas. Estos microorganismos junto con la materia en
suspensión van a formar un cultivo biológico o licor mezcla, que debe
poseer unas características especiales, concretamente un equilibrio entre la
carga orgánica a eliminar y la proporción de microorganismos para eliminar
dicha carga. El licor mezcla, una vez que la materia en suspensión ha sido
suficientemente oxidada, va a pasar al decantador secundario y allí se
producirá la separación física mediante la decantación de los flóculos
producidos, a este proceso se le conoce con el nombre de biofloculación y
es parecido al tratamiento primario, aunque en este caso no se le añade un
floculante químico, sino que los flóculos han sido generados por los propios
microorganismos. Una vez completado ese paso, se separan los lodos del
agua clarificada (que será el afluente para el tratamiento terciario en caso de
que lo hubiese). Los fangos recogidos del fondo del decantador se
recircularán al reactor biológico y formarán parte del concentrado biológico,
y los producidos en exceso son los denominados fangos secundarios que
pasarán a la fase de tratamiento de lodos.

 Sistemas de biomasa fija: Destacan los siguientes:


o Lechos bacterianos: Reciben también el nombre de filtros
percoladores, están formados por un lecho de grava o de piezas de
plástico, donde se adhieren los microorganismos formando una
biopelícula. Sobre ellos se vierten las aguas residuales y se elimina
una parte importante de la materia orgánica en ellas contenidas.
o Biodiscos: sistema de depuración biológica que permite la
oxigenación de la biomasa con un coste muy pequeño de energía. En
el mismo módulo se sitúa un decantador lamelar, mantenido por una
noria, que permite la perfecta separación del agua. Dispone también
de una recirculación de fangos y purga del exceso.

 
 

D.- Tratamiento Terciario: Conjunto de procesos físico-químicos encaminados a


conseguir que el efluente que sale de la EDAR, cumpla con los valores
determinados por la legislación vigente para el uso al que se destine, ya sea su
vertido directo al cauce de un río o mar o para su empleo en cualquier otra
actividad (por ejemplo, el riego de un campo de golf con aguas regeneradas). El
tratamiento más utilizado en las EDAR convencionales es la cloración, ya que los
anteriores tratamientos han permitido regenerar las aguas hasta el punto que sólo
puede requerirse una desinfección final.

Los tratamientos terciarios más comunes son:

 Los procesos de separación por membranas.


 La cloración.
 La ozonización.
 La adsorción.
 La destilación.
 La radiación UV.
Línea de fangos - EDAR
Como consecuencia del tratamiento de vertidos que se hace en la llamada línea de
aguas, surgen una serie de residuos que pueden clasificarse como:

 Sólidos gruesos: surgen en el pretratamiento y son arenas, grasas y aceites,


que se depositan en lugares controlados para su gestión posterior o
traslado a una planta de tratamiento.
 Fangos o lodos: se pueden producir durante el tratamiento primario o en el
secundario, y su tratamiento debe ser de tal magnitud que permita alcanzar
una estabilidad en los mismos necesaria para su gestión posterior. Estos
lodos se producen en forma líquida o semisólida, con contenido en sólidos
de hasta el 10% de su peso, según su origen, que determinará también el
tratamiento al que van a ser sometidos (que podrá variar según su carga
contaminante o tóxica).

La línea de fangos, pretende reducir el volumen de lodos (deshidratación),


recuperar algunos de sus componentes o acondicionarlos para su valorización
(compostaje, gasificación, biometanización…).

A continuación, se van a exponer las características concretas de cada tipo de


tratamiento de los lodos de EDAR:

 Espesamiento: Este tratamiento tiene como objetivo eliminar parcialmente


el agua contenida en los lodos primarios y secundarios, concentrando así los
sólidos existentes en ellos. De este modo se consiguen volúmenes más
adecuados y mejores rendimientos en tratamientos posteriores.
Fundamentalmente existen dos tipos de espesamiento:
o Por gravedad: Los lodos generados en el tratamiento primario suelen
tener un color gris y son malolientes, suelen ser más voluminosos y
pesados, decantando con mayor facilidad. Por ello, la instalación de
espesadores por gravedad es similar a la de los decantadores.
o Por flotación: Trata los lodos procedentes del tratamiento secundario,
es decir, del biológico. Estos fangos, de aspecto pardo o amarillento,
se van a separar del fluido con la ayuda de un gas que, por lo general,
va a ser aire. Las burbujas de aire se van a unir a las partículas del
fango arrastrándolas hacia la superficie por flotación. El fango que se
vaya concentrando sobre la superficie, será recogido para ser
transferido al siguiente tratamiento.
 Digestión: El objetivo fundamental de los digestores es la estabilización de
los lodos para que la materia orgánica residual resultante sea lo más inocua
posible para el medio ambiente. La mayoría de los digestores existentes en
las EDAR convencionales son anaerobios (funcionan en ausencia de oxígeno)
y el proceso consiste en una fermentación bacteriana anóxica, en la que se
producen metano (CH4), sulfuro de hidrógeno (H2S), amoníaco, dióxido de
carbono (CO2), agua y otros compuestos más simples y estables que la
materia orgánica de la que provienen. Los gases que se generan se extraen
por la parte superior de los digestores y son conducidos a través de unas
tuberías hasta un gasómetro, que los almacena, o hasta una antorcha, para
su combustión controlada. Si se decide almacenar el gas, posteriormente
puede usarse para generar energía térmica y/o eléctrica, que puede
consumirse en la propia planta, en otros procesos o utilizarse para su venta.
Este último proceso formaría parte de la línea de gas de la depuradora.
 Deshidratación: Los lodos que se obtienen tras el paso por los digestores,
tienen una humedad que ronda el 90%. Mediante la deshidratación parcial,
se puede reducir el volumen de fangos a gestionar facilitando así su
tratamiento. Los procesos más utilizados para la deshidratación de lodos
son:
o Eras de secado: Se trata del método más económico de
deshidratación, ya que los lodos se depositan y extienden sobre una
capa de material drenante (compuesta por arena sobre grava), pero a
la vez es un proceso muy lento cuya duración depende del clima del
lugar y de la época del año. Bajo la capa de arena, dentro de la de
grava, se dispone una red de tuberías drenantes que evacuan el agua
que percola desde los fangos, por acción de la gravedad. Finalmente,
se obtiene un fango que puede alcanzar sequedades de hasta el 40%
permitiendo, esta reducción de volumen, mayor eficacia en su
transporte.
 

 Secado mecánico: Tras un acondicionamiento previo químico (generalmente


con cal o cloruro férrico) o térmico (mediante cocción), los lodos estarían
listos para someterse a alguno de los equipos de deshidratación mecánica
que se mencionan a continuación:
o Filtros de vacío: Consiste en un cilindro rotatorio que va sumergido
parcialmente en un tanque en el que se encuentran lo lodos a
deshidratar. Las diversas celdas de la superficie exterior de este
cilindro van recubiertas por una tela filtrante. El vacío aplicado a las
celdas provoca la absorción del líquido a través de la tela filtrante, en
tanto que los sólidos en suspensión se depositan sobre ella en una
capa uniforme. A medida que el tambor avanza, las celdas van
filtrando y secándose, por lo que se hace necesaria la descarga
periódica de la torta y el lavado de la tela.

 Filtros banda: En ellos inicialmente los lodos se vierten sobre una banda
portadora (perdiendo agua a lo largo de su recorrido) que los lleva a una
segunda banda y en ésta, bajo presión ascendente, los fangos se
deshidratan hasta obtener una consistencia adecuada para la fase de
prensado. En esta fase, las bandas filtrantes con la torta situada entre las
mismas, son guiadas a través de unos tornillos de prensado que
simultáneamente producen un efecto de cizalladura, secando la torta hasta
alcanzar la mayor deshidratación posible.
 Filtros prensa: Están constituidos esencialmente por un conjunto de placas
acanaladas y cubiertas con una tela filtrante, que se apoyan fuertemente
unas contra otras gracias a la fuerza ejercida por una serie de tornillos
hidráulicos dispuestos en uno de los extremos de la batería. Se usa este
sistema cuando es necesario obtener unos lodos especialmente secos, como
es el caso de la incineración.
 Centrífuga: Se trata en esencia, de un tambor cilíndrico-cónico que gira
sobre un eje horizontal a gran velocidad, sometiendo a los fangos a 1000
veces superior a la fuerza de la gravedad que provoca la deshidratación.

Aguas regeneradas
Las aguas residuales debidamente tratadas se conocen como aguas regeneradas, y
ya pueden ser devueltas al cauce hídrico o directamente al mar, o pueden
reutilizarse para determinados usos dentro de la propia empresa o en alguna
actividad cercana, por ejemplo:

 Riego: Tanto en explotaciones agrícolas (para cultivos) y ganaderas (para


pastos), como en explotaciones forestales o incluso en zonas verdes y
jardines dentro de las propiedades de la empresa, siempre que se garantice
la salubridad del suministro.
 Refrigeración: en usos industriales donde se consuma frecuentemente se
pueden instalar sistemas eficientes de recirculación.
 Limpieza: de parcelas, caminos, vehículos, maquinaria… y todos aquellos
elementos inertes que no puedan verse afectados por posibles patógenos
presentes en el agua.
 Saneamiento: para recarga de las cisternas de los inodoros y otros sistemas
de recogida de excrementos de origen animal (por ejemplo en
explotaciones porcinas o avícolas).
 Sistemas contra incendios: también se puede utilizar esta agua para
abastecer las bocas, mangueras y aspersores situados en el interior de las
instalaciones de la empresa para hacer frente a posibles incendios.

 
 

Pero al igual que tiene multitud de usos, se desaconseja el empleo de agua


regenerada para fines como el consumo humano, usos recreativos como el agua
de baño, fines ornamentales y en general cualquier uso que pueda poner en riesgo
la salud de las personas. En este sentido, las autoridades sanitarias de la mayoría de
los países establecen aquellos usos para los que puede usarse el agua depurada y
aquellos para los que no.

Las mayores ventajas que ofrece la reutilización son:

 La garantía en el suministro: porque la fuente, el agua residual, está siempre


disponible en cantidades incluso excesivas.
 Quita presión sobre los recursos hídricos naturales: que ya pueden ser
destinados a los usos más exigentes, como el consumo humano.
 Mejora la calidad del dominio público hidráulico: Al evitar que las aguas
residuales lleguen a verterse directamente sobre el mismo.
 Abarata los costes de explotación: en todas aquellas actividades donde
puedan utilizarse aguas regeneradas.
 Ahorra energía: en los casos en que la fuente de agua regenerada se
encuentre más cerca de la instalación de consumo, que la de agua potable.

Pero además de la prohibición para determinados usos, las principales limitaciones


para la utilización de aguas regeneradas son:

 La lejanía de las EDAR con respecto a los principales puntos de consumo.


 Las costosas medidas de seguridad (sanitarias) necesarias para la
canalización, transporte y distribución de las aguas regeneradas.
 La limitada capacidad de almacenamiento temporal de estas aguas.
 La mala imagen pública de este recurso…

También podría gustarte