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LA SUBJETIVIDAD

Y LAS PERSPECTIVAS
DE LA INTELIGENCIA
ARTIFICIAL
–EN EL HORIZONTE DE LA
NATURALIZACIÓN DE LA
FENOMENOLOGÍA–

Germán Vargas Guillén*

La cuestión en debate es el primer apartado. En él se The question in debate is reflected on initially. In it it is


muestra cómo la discusión sobre la subjetividad implica poner shown how the discussion on subjectivity implies putting in con-
en contexto el sentido de la misma una vez se da el giro de via text the sense of the same, when the turn is made from a via
modernorum a condición postmoderna. Enfoques alternati- modernum to a postmodern condition. Alternative perspectives
vos es el segundo apartado. En él se caracteriza la pervivencia is a second séance. Here a characterization is offered of the
–en ocasiones “de contrabando”– de la noción moderna de remaining –occasionally in a surreptitious way– of the modern
sujeto en el ámbito de la Inteligencia Artificial y la “construc- notion of subject in the studies of Artificial Intelligence and the
ción” –acaso deconstrucción– del sentido del “yo” fragmen- “construction” –perhaps deconstruction– of the sense of an “I”
tado y dado como multiplicidad que ofrece el carácter de that is fragmented and given to over to a multiplicity that presents
conjunto en unos casos, y sumatoria en otros, de funciones. the character of an ensemble, in certain cases, and of a sum-
“Yo”, cuerpo y representación es el último apartado. En él se ming up in others, of functions. “I”, body and representation is
expone cómo se dio el tránsito a la “epistemología experimen- the final séance. Here it is shown how the transit is made to an
tal” con la creación de procesos de des-subjetivación del cono- “experimental epistemology” with the creation of processes of
cimiento y, en giro, configurando tanto nuevos sentidos de de-subjectivation of knowledge, and in a turn, configuring new
subjetividad como “subjetividades artificiales”. senses of subjectivity as well as “artificial subjectivities”.

* Profesor de la Universidad Pedagógica Nacional. gevargas@unipedagogica.edu.co.

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La cuestión en debate No obstante, es cierto, ese “yo” les de representación del yo, son tan-
moderno se caracteriza porque es uni- to los efectos del mercado como los
La subjetividad ha portado con- dad. Aún en la expresión tardía de procesos de saturación de tecnología
sigo una paradoja: la de ser “sujeto la modernidad, la hallada en que se hace estructura del mundo de
del mundo” o, con otros términos, Husserl –último bastión del idea- la vida, por una parte; y, por otra, el
polo a partir del cual el mundo halla lismo– se trata de la conciencia hecho de que las tecnologías afectan
sentido, de una parte; y, de otra, la monadológica, ese “yo” es torrente las prácticas del “yo” de modo que
de ser “objeto en el mundo”, es de- de vivencias, unificación de la tem- éste llega a verse mediatizado y
cir, cosa entre las cosas. Por la pri- poralidad. La mentada “paradoja” mediadamente.
mera de sus características es, por sí, sitúa al “yo” en la posición de ser
fuente de sentido; por la segunda, se “unidad unificadora”. Cierto, en la nueva “condición”
deja contar, de hecho se acomoda se encuentra que el “yo” sigue siendo
para ser transportada, se mira mentado; pero su función se ha
en estándares de rendimien- transformado. Ahora, en lo
to, se trata mediante “méto- esencial, no es unidad, sino más
dos objetivos”. bien conjunto –acaso sumato-
ria– de fragmentos. En fin, lo
La llamada “condición que sabíamos –epistemoló-
postmoderna” en tanto am- gicamente, en el contexto de
biente cultural, el ciclo de un la teoría del conocimiento,
mundo globalizado con efec- como herencia de la psicolo-
tos reales en nuestras vidas y gía– orientaba el discurso y la
el contexto de un entorno práctica a las nociones de re-
postindustrial, también pre- presentación. Ese “yo” se movía
servan unas nociones de sujeto. como unidad que podía ser
Ciertamente, la “paradoja de comprendida. Una vez fragmen-
la subjetividad”, que tuvo su tado quedan unas posibilidades
eclosión en la via modernorum, para él mismo de disponer, de
se hizo patente al reconocer jugar en diversos juegos –de len-
el lenguaje como ámbito de guaje, de poder, de saber– sin
la construcción de conoci- que por ello se tenga que com-
miento (Occam), pero en sí prometer con la unidad, con la
llegó a tener plena vigencia noción de “sí mismo”. La sen-
con la llamada Revolución Rembrandt, 1640 (Serie de Autorretratos) tencia de Hölderlin: “ser uno
Copernicana (Kant). El trayec- uno mismo/en eso consiste la
to de Occam a Kant descubre una se- Lo que está en cuestión, pues, no tarea”, no pasa de ser un reflejo de la
rie de matices para el título “yo”. Y, es la subjetividad misma, es su papel. noción de subjetividad del contexto
“¿qué soy, pues? Una cosa que duda, Tras los asaltos a la razón, fruto de moderno; ahora ese dictum no tiene
entiende, concibe, afirma, niega, quie- los desarrollos de los maestros de la importancia –que aún puede tener
re, no quiere y, también, imagina y sospecha, el “yo” quedó en suspen- sentido–. Las ejecuciones del “yo”
siente” (Descartes, R., 1981; p. 125). sión. Éste es un haz entre ello y su- obedecen al contexto de juego –por
Como queda visto, no es sólo el cogito, peryo; pero también es movido por la ejemplo, retórico–. Posicionalmente
con sus funciones trascendentales. Es voluntad de poderío y conformado en “se dice” lo que parece válido, pero
un cogito sí, pero con cuerpo, con pa- la relación infraestructura-superes- no hay un compromiso epistemo-
siones (como el autor llegó a llamar a tructura. Mas todo esto no fue la “de- lógico con la verdad.
otra de sus obras). Mas, en el trayecto capitación del sujeto”. Ni siquiera lo
de referencia se tiene tanto el cogito fue la liquidación estructuralista y la Lo que está en debate es cómo
como las pulsiones (Spinoza), la vo- postestructuralista. Lo que viene a dar las formas de “presencia del yo al
luntad y el deseo. con el final de los modos tradiciona- mundo” no sólo son temporalización

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rridas, las implicaciones en este cam- si el ser humano fuera una máquina.
po de investigación y las perspecti- Veamos cómo opera la máquina, esto
vas de desarrollo de alternativas. En es, el proceso del pensar humano; con-
resumen, el problema que enfrenta cluyamos, pues, de ahí, cómo piensan
la IA es el de construir simulaciones las máquinas (p.42). Para Searle el pro-
del yo fragmentado. cedimiento es trivial y, en efecto, así
considerado, resulta una extrapolación
que da cuenta de un procedimiento
Enfoques alternativos reduccionista. La crítica de Searle ra-
dica en que esta reducción, en princi-
Tal vez se requiere aclarar “alter- pio, es inaceptable.
nativos” frente a qué. “Alternativas”
remite a la discusión sobre lo que es No obstante, lo que interesa para
posible frente a ese modo prototípico. nuestro análisis es mostrar que una
De hecho John Searle –todavía en
Rembrandt, 1630 Mind, Brains and Science. The 1984
Reith Lectures–, argumentaba que el
de la experiencia, sino contex- “problema mente-cuerpo” está
tualización de juegos de lenguaje. signado por cuatro rasgos: “concien-
Con ello, pues, no sólo se transmuta cia, intencionalidad, subjetividad y
la “noción de identidad” por “proce- causación mental” (1994, p. 22). La
sos de identificación”, sino que tam- versión estándar del tema de la sub-
bién se admite epistemológicamente jetividad tiene que vérselas con la
un giro de la verdad a la noción de concepción moderna de la misma. Si
“eficacia”; el juego del saber queda se habla de un “enfoque alternativo”
signado por la performatividad. lo sería justamente frente a esa
precomprensión.
Los ideales modernos –de autono-
mía, autorreflexión y autodetermina- Searle observa cómo frente a la
ción– tienen que ceder el paso a pregunta “¿pueden los computado- Rembrandt, 1630
nuevas configuraciones, acaso las de res pensar?” (p. 33) o en la misma
interdependencia, saber distribuido y línea reformulado el interrogante: concepción del “yo” como “unidad”
negociación. Al “yo”, que podía “¿puede pensar una máquina?” la y como estructura unificadora es la
autistamente aspirar a la intersub- respuesta puede ser “(...) en algún herencia de la modernidad. Ésta se
jetividad, se le impone el reconoci- sentido, todos somos máquinas. (...) hace presente incluso en el debate
miento del otro como condición de en ese sentido ‘máquina’, a saber: en sobre IA. Cuando se refiere una ver-
posibilidad de su propia experiencia de sí. ese sentido en el que una máquina sión alternativa es frente a esa estruc-
es solamente un sistema físico que tura del “yo”; en una alternativa se
La idea de la investigación en es capaz de realizar cierto género de tendrían que concebir, más bien, las
temas relacionados con el conoci- operaciones, en ese sentido, todos funciones operatorias del yo.
miento, con la comprensión de los somos máquinas, y podemos pensar.
procesos mediante los cuales los su- Así, trivialmente, hay máquinas que En una versión alternativa, desde
jetos lo construyen, mantiene la “ilu- pueden pensar” (p. 41). la cual construir la IA, se parte de que
sión” de un concepto moderno del “el yo se debe pensar como esencial-
“yo”. Lo que se requiere, entonces, Lo que Searle introduce es un con- mente descentrado” (Turkle, Sh.; p.
para enfrentar los avatares de la epis- cepto de trivialidad que en este caso 22); “el yo es múltiple, fluido y cons-
temología, y en ella de la inteligencia opera bajo lo que fenomenológi- tituido en interacción con conexio-
artificial (IA), es poner como telón camente es el analogon. En el caso de nes a una máquina” (p. 23), “el yo es
de fondo las transformaciones ocu- Searle éste funciona así: pensemos como múltiple y construido a través del len-

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guaje” (p. 25), “se caracteriza por tér- sueño de un homúnculo, el giro hacia esencia; o, se abre la perspectiva de
minos como “descentrado”, “fluido”, la simulación sólo aspira a que obre las funciones operatorias del yo: cono-
“no lineal” y “opaco”” (p. 25), es “un como si. De hecho, Alan Turing agre- cer, sí, pero también olvidar; ejercer
sistema múltiple, distribuido” (p. 21), gaba a su debate que “si la máquina funciones cognitivas, pero también
en fin, “nuestra presencia en el orde- tiene piel como de humano, ello no jugar en las relaciones de poder. La
nador es la suma de la presencia dis- la hace inteligente”; lo que la hace idea platónica de que “el que piensa
tribuida” (p. 20). Lo que sucede, pues, inteligente es que, al ser interrogada, bien obra bien” se destruye como fun-
es que “en una nueva variante de la su respuesta sea, en efecto, indife- damento del “yo” y quedan funcio-
historia de Narciso, la gente es capaz renciable de la que en las mismas nes que se pueden simular. Éstas no
de enamorarse con los mundos artifi- condiciones daría un ser humano. captan la esencia, sino una de las “va-
ciales que ha creado o que ha cons- riantes” del sentido de las experien-
truido para otros” (p. 41). En este debate tiene sentido de- cias que puede vivir el sujeto o de las
cir que la simulación se orienta a pro- funciones que éstos pueden cumplir
La versión alternativa que se plan- ducir un artefacto que sea artificial en diversos escenarios. Entonces el
tea aquí se puede resumir con la refe- (como lo dice Sokolowski) no como concepto “marco” (debido en IA a
rencia de dos títulos, que a su vez lo son las flores artificiales, sino como Marvin Minsky) muestra “circun-
indican cambios de época, de senti- lo es la luz artificial. La primeras, en mundos” o “entornos” del mundo de
do, de formas de interpretación del efecto, son una apariencia que no la vida en que se realiza la experien-
sentido. Tales títulos son, respectiva- hacen fotosíntesis, que no tienen por cia del sujeto; para cada “marco” u
mente: representación y simulación. El si mismas olor, etc.; la segunda, in- “horizonte mundano vital” hay un
primero es la esencia moderna. Searle cluso, puede posibilitar el broncea- conjunto de roles que son “legales” o
pide que la máquina no sólo “simule” do, la visión en la noche, etc. Nadie “válidos” o “significativos”. Estos ro-
ser inteligente, sino que en efecto lo llamaría a ésta un “sol virtual”, pero les pueden ser descritos como scripts
sea, es decir, siguiendo la tradición en efecto cumple funciones que nor- que funcionan alternativamente: se
malmente se atribuirían a la energía juega un rol por “marco”; pero cada
solar. “marco” requiere una relación con
otros, en suma, si se trata de un “yo”,
Cierto, la “diferencia” radica en operatoriamente este “interpreta” un
que antes de la dispersión del yo, de script por “marco”; pero ¿cómo pasa
su consiguiente fragmentación, tam- de un script a otro?, o dicho en otros
bién en parte realizada una y otra términos: ¿cómo, siendo diferente
por efectos de la tecnología, no se cada rol, un “yo” puede dar “conti-
tenía la experiencia del conocimien- nuidad” o ser fluyente (según la ya
to producido artificialmente. El pun-
to, pues, es que lo que parecía ser la
Rembrandt, 1659
esencia de lo humano (lenguajes
verbales, formales, plásticos) no son
dominio del sujeto y consecuente-
mente tampoco son la esencia de la
Rembrandt, 1630
subjetividad.

El título, pues, enfoques alternati-


abierta por Ada Lovelace: que la má- vos, da con el hecho de que el “yo” se
quina “comprenda poemas, produzca ha fragmentado, pero también la
poemas”, en fin, que juegue con la “esencia de la subjetividad” no tiene
actividad de “interpretación”. un punto arquimédico. Esto, en su es-
tricto sentido, significa que se man-
A diferencia de la representación, tiene la idea del “yo”, con su carácter
que finalmente quisiera realizar el protagónico, de la subjetividad con

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citada expresión de Sh. Turkle) de (McCulloch; 1964) epistemología ex- lla; se quería “captar” la operación
un “marco” a otro? Acaso este perimental. pensante, describirla, algoritmizarla,
cuestionamiento tiene una posibili- construir “máquinas lógicas” prime-
dad de ser resuelto desde el concepto Analógicamente cabe decir: así ro y luego físicas que operacio-
de “ontologías”. En resumen, el ca- como se acepta que la lógica no de- nalizaran la función cognitiva. En
rácter fluyente del “yo” implica que pende de la operación psíquica –el este caso la fenomenología se redu-
éste tenga un “fondo”, a saber, una principio de no contradicción no cía a hacer visible mediante la des-
noción de mundo que sirva de “marco depende de que el sujeto lo piense, cripción: los procedimientos, los
a los diversos marcos”. De este modo por ejemplo; sino que “se impone”–, mecanismos y los resultados de la
se introduce en IA la noción de el conocimiento no depende de que interacción de unos y otros. La simu-
ontologías. un sujeto lo realice. Tanto la lógica lación es, en efecto, otro momento del
como el conocimiento tienen su ori- desarrollo: se parte del diagnóstico de
¿Es simulable el mundo? un problema y se describen los
De hecho, en el campo de la cambios de estado que permi-
IA se atribuye el carácter de ten el tránsito desde aquél has-
productos canónicos dentro ta la meta –en este caso: la
de la misma a los desarrollos resolución–. Simular, por tan-
en los llamados micromundos to, no es hacer una “copia” de
(de los cuales son ejemplos: lo que hace una mente, es pro-
Myst, SimCity, SimLife, etc.). ducir –suene como sonare–
No obstante, lo relevante al una “mente artificial”. El pia-
caso es señalar que mundo es doso alegato de Searle sostie-
estructuralmente horizonte de ne: “nadie supone que la
experiencia. Ciertamente, éste simulación computacional es
se puede presentar como si fue- efectivamente una cosa real”
ra legaliforme. Tal legalifor- (p. 44). Resalta como metafí-
midad se concibe como si sico el título “real”. En cam-
estuviera en el mundo en sí; bio de discutir el alcance de
pero también ésta, para ser tal, esta expresión veamos como él
requiere ser interpretada. El aceptó –por mor de discusión
“yo”, funcionalmente consi- (p. 33)–, “que la mente es al
derado, es una estructura cerebro lo que el programa al
interpretante del mundo, de su hardware”. Si no se olvida ese
legaliformidad. No interesa, “Richelieu”, P. Champaigne, 1642, Londres, argumento, no hay lugar a dua-
para el caso, que el “yo” dé con National Gallery lismo. El punto es: toda mente
una formalización de ésta; tiene una “base física”. La men-
basta con que en su operar funcione gen en operaciones del sujeto, pero te humana una “base biológica”; la
así sea anónimamente, sin palabras, éstas se independizan y muestran su mente artificial una “base metálica”.
sin darle nombre a las dimensiones legaliformidad sin sujeto. En la lógi- El problema, es, entonces, ¿qué se en-
del horizonte del mundo. ca y en la operación cognitiva mis- tiende por mente? Si por tal, el ma-
ma –que tiene como uno de sus nejo de representaciones que
Aún se puede tratar, en el giro ingredientes la lógica–, cabe hablar aparecen como símbolos y procesa-
alternativo, una consideración más. de la des-subjetivización. miento simbólico: la máquina hace tal
Veamos: la “cosa misma” es que la procedimiento. La simulación se
emergencia de tecnologías que simu- El paso de la representación a la orienta a configurar en rigor una
lan procesos de conocimiento hacen simulación implica que las primeras mente que sea, en cuanto tal, capaz
de éste un proceso que puede ser ope- “máquinas pensantes” –que se esfuer- de tener estados mentales, esto es que
rado e incluso explicado sin sujeto. za en negar Searle, según se ha visto pueda ver la relación que existe en-
Este campo es el que se ha llamado ya– fueron, es cierto, fruto de aqué- tre un “campo” y otro(s), que pueda

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mirar cambios de estado, que den la subjetividad. Para ello procede nología son, ciertamente, otros: un
cuenta de intencionalidades y de “es- positivamente estableciendo opera- mundo de la vida tecnologizado, en
tados internos”. ciones que normalmente realizan los algunos casos reducido a entorno de
sujetos para simularlas; si esta simula- los sistemas, globalizado, postindus-
La configuración de un disposi- ción es adecuada, según la “Prueba trial. En síntesis, la tarea de la feno-
tivo que realiza operaciones cogni- de Turing”, es decir, si el dispositivo menología se puede resumir –en eso
tivas –como está planteado– hace lo que en condiciones norma- sí siguiendo a Husserl– en rehabili-
des-subjetiva el conocimiento, les haría un humano –satisface por tar el sentido de lo humano frente a
muestra el carácter operatorio de la tanto la Prueba– negativamente nos las diversas formas de positivización
mente, relaciona el carácter de los dice lo que no es la subjetividad para del mundo de la vida. Mas, la tarea
estados mentales de máquinas me- dejar positivamente al descubierto la al mismo tiempo impone el recono-
tálicas y humanas, diluye la noción pregunta por el misterio del sujeto. cimiento de la naturalización de la
de “esencia” y reconfigura la de fenomenología que, igualmen-
“experiencia”. A este giro es al te, se puede llamar naturaliza-
que, en rigor, se puede re- ción de la conciencia: ¿cómo el
conocer como “enfoques al- ser humano le da sentido a su
ternativos”: pensar el “yo” experiencia de mundo y en
fragmentado, operatoriamente, ella cómo abre mundo? Es la
equipararlo en lo relativo a las cuestión de la que se trata.
funciones cognitivas con la Ciertamente, Husserl (Hua.
“mente artificial”. V; 18, 19) diferenció entre so-
matología y psicología. Para él,
“la idea de la psicología como
“Yo”, cuerpo y ciencia dirigida a la realidad
representación psíquica” tiene un interés teó-
rico “aquí el objeto peculiar lo
Nuestra tesis ha venido forma precisamente el corres-
siendo (1999, 2000, 2001, pondiente tipo de realidad, o
2002) que la IA es una “epis- sea, el alma o el hombre con
temología experimental” útil respecto a su alma, y el alma
para comprender y describir no es un ‘haz’ de vivencias de
eidéticamente la subjetividad. conciencia, sino la unidad real
El punto es que la simulación que se manifiesta en ellas”.
si ha tenido su origen en la “Retrato de su madre en dos perspectivas”, Hyacinthe
Rigand, 1659, El Louvre
representación. El “yo” no es El problema, pues, de
un todo en sí mismo represen- una fenomenología que pasa
table. Lo que se puede alcanzar no es Acaso se vea en esta posición –tanto por la naturalización es que se ocu-
la unidad, sino algunas de las funcio- por su origen fenomenológico como pa de comprender la manera como
nes del “yo”, incluso –como está di- por su recurso al título subjetividad– se “da sentido al mundo”. Este “dar
cho– la función unificadora, si ésta se un intento por rehabilitar el proyec- sentido al mundo” antes de nuestro
entiende como la creación de to moderno. tiempo sólo podía ejecutarlo el ser
ontologías que le conciernen al “yo” humano. Ahora también hay “dis-
y si éstas son entendidas como la Por cierto, es exactamente de ello positivos” que lo pueden hacer. Aca-
fluencia que le permiten transitar en- de lo que se trata. Sabido es que más so comprendiendo cómo lo logran
tre “marcos”. que husserlianos hay fenomenólogos. éstos tengamos algo que decir sobre
Esto hace que se acepte que el “mun- el ser humano y esa operación cons-
La IA es un “dispositivo” que per- do de la vida” de Husserl, en efecto, titutiva de mundo, acaso al estudiar
mite, hemos dicho, investigar feno- se detuvo en 1938. Los problemas a los sujetos en el mundo podamos
menológicamente sobre los límites de los que ahora se enfrenta la fenome- crear representaciones sobre cómo

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acontece la construcción de sentido nuevos escenarios mundano-vitales, momento del método–, ella es mul-
–con y sin sujeto–. pero –en reverso– enriquecer el con- tiplicidad en la constitución y herme-
cepto mismo de subjetividad, de las néutica del mundo en el escenario
En todo caso, el ejercicio de com- experiencias que le son dables a ésta, donde ahora se juega el “yo” su des-
prender pasa por la representación. Ésta del sentido de mundo que puede acae- tino. La fenomenología se encuen-
se modaliza, al menos, en tres mo- cer por estos enriquecimientos. En el tra ante la cuestión del sentido
mentos fundamentales: el sujeto que variar de las variaciones, que es paso porque hay cuerpo que experimenta
construye sentido del mundo, el segundo del método fenomenológico, el mundo; el asunto es que la idea de
mundo que tiene sentido para el su- la IA hace relación al modo como se
jeto, los intercambios de sentido que amplía, por una parte el juego de la
se operan entre sujetos. La cuestión representación, pero queda, por otra
es si el representar alcanza otras di- parte, el sentido de la artificialidad
mensiones: cómo en sus automa- del cuerpo donde habita la inteligen-
tismos las máquinas se representan a cia, donde el ser tiene el Nullpuntk
los sujetos, cómo los sujetos se repre- de la percepción. En fin, es la dis-
sentan la comprensión que de sí tie- tinción entre cuerpo vivido y cuerpo
nen las máquinas, cómo sujetos y representado donde queda un lugar
máquinas intercambian entre sí sen- para la búsqueda sobre la esencia de
tidos. Finalmente, en su tercer moda- lo humano a pesar de tantos avatares
lización, también las máquinas se para viejos conceptos que urgen por
representan a sí mismas, se repre- una resemantización. El proyecto,
sentan un mundo y se representan sus pues, de la fenomenología se carac-
intercambios maquínicos con otras teriza por resituar el lugar del senti-
máquinas. do de sí mismo y de la relación con
los otros.
¿En qué queda, con todo ello, la
noción de subjetividad, en el sentido Uno de los proyectos contempo-
moderno, vale decir el que corre de ráneos de la fenomenología radica en
Descartes a Husserl? Nuestra tesis es naturalizar la conciencia. Este proyec-
que el camino propuesto por R. Bernet to tiene que recaer, temáticamente,
en que se hablaría de una “intencio- sobre el cuerpo. El recurso a la IA da
nalidad sin sujeto” no tiene contraria como resultado que: el cuerpo huma-
recíproca, en fin, que no es posible no es vivido mientras el cuerpo repre-
hablar de un “sujeto sin intenciona- sentado es fruto de la simulación. La
lidad”. La esencia, pues, de la subjeti- naturalización, por tanto, se encami-
vidad es su estructura intencional. na a dar cuenta de estructuras y
mecanismos, pero hace visible la irre-
¿Cabe, pues, la posibilidad de un ductibilidad del yo en cuanto vida que
sujeto no-humano que juegue con experimenta el mundo. No obstante,
intencionalidad en las diversas esfe- la intencionalidad maquínica –propia
ras del mundo de la vida? La ficción G. F. Caroto, (detalle), s. XVI, Verona de la simulación– abre el horizonte
de Steven Spielberg no da cuenta de de “prótesis de la subjetividad” que
ese sentido. Su ficción no alcanza la queda claro que el tema –y el posibilita y, en parte, realiza la expe-
mentada crítica de Turing en que se tematizar, paso primero del método–, a riencia de una intencionalidad sin
muestra cómo el sentido de IA no es saber, la subjetividad, es un título am- sujeto.
de “simulacro de piel humana”. plio. Ella designa unidad en la cons-
trucción de sentido en ese horizonte ¿Se enfrenta ahora la conviven-
El reto de una fenomenología es, que corre de Descartes a Husserl; pero, cia, la confrontación o la indiferen-
sí, hacer jugar la subjetividad en los en su eidos –descripción estática: tercer cia de la intencionalidad humana con

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S.M.D.

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