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Tus metas requieren tu perseverancia

 Introducción: Nos cuenta una historia de la naturaleza que en una ocasión una
pequeña hormiga atravesaba parte de un andén y llevaba sobre ella una gran
pluma. La hormiga tuvo que enfrentar varios obstáculos en su camino, hasta que
finalmente llegó a una grieta en el piso, grieta que tenía varios milímetros de
ancho. Naturalmente no podía pasar.  

La hormiga se detuvo, analizó su situación, y de pronto, tomó la pluma que llevaba


y la puso sobre la grieta, inmediatamente después caminó sobre ella hasta llegar al
otro lado de la grieta, y de nuevo tomó su pluma y siguió su camino. 

Es muy interesante, ver como este pequeño insecto, creado por Dios, con la
suficiente inteligencia para razonar y tomar la mejor solución frente a su dificultad.
Las hormigas son tenaces, perseverantes, trabajadoras, enfrentan sus desafíos sin
temor, y emprenden el camino superando sus adversidades. 

Las hormigas, sin duda alguna, nos hacen reflexionar en nuestras actitudes frente a
los problemas. En este caso, debemos destacar la perseverancia. Podemos, concluir
que el Señor ha capacitado para superar los obstáculos y desafíos propios del
camino. Nuestras metas requieren nuestra perseverancia.

1) La perseverancia en la obediencia a Dios genera los mejores resultados.  

Nos dice la palabra de Dios en el evangelio de Marcos que “Aconteció en aquellos


días, que Jesús vino de Nazaret de Galilea, y fue bautizado por juan en el Jordán. Y
luego, cuando subía del agua, vio abrirse los cielos, y al Espíritu como paloma que
descendía sobre él. Y vino una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado;
en el cual tengo complacencia”, según Marcos 1:9-11.            

Como podemos observar Juan el Bautista bautizaba y el Señor Jesús fue obediente
a la dirección del Padre celestial. La autoridad delegada por Dios en ese momento
para bautizar era Juan el bautista, y el Señor Jesús así lo reconoció. 

Es importante, tener en cuenta que el nombre “Jordán” quiere decir: “el que
desciende”, es el único río de nuestro planeta cuyo curso se halla, en la mayor
parte de su longitud, por debajo del nivel del mar. Podemos decir entonces, que el
Señor Jesús descendió, obedeció, se sometió con gozo a la voluntad del Padre
celestial y por esto fue honrado.

 Vemos en esta porción bíblica además, que Dios manifiesta el gozo de su corazón
abiertamente. El corazón de nuestro Dios se conmovió por la obediencia de su Hijo,
dijo el Padre celestial: “en ti tengo complacencia”, la palabra “complacer” se
traduce del término griego “Eudokeo”, que además quiere decir: agradar, estar
satisfecho, disfrutar con, deleitarse en, y esto fue lo que se produjo en el corazón
del Padre al ver la obediencia de su Hijo Jesús. 

Debemos destacar a la luz de este pensamiento, lo que sucede cuando


obedecemos a Dios: 

a)  Los cielos se abren para nuestra bendición.

b)  El Espíritu Santo de Dios viene sobre sus hijos.

c)   El Padre celestial expresa su gozo y da testimonio de su Hijo. 

Nuestro buen Dios es soberano y sobrenatural, y nuestra obediencia permitirá que


se manifieste en nuestras vidas su poder y obra, a través de bendiciones, unción,
relación divina, Dios se manifiesta a tu favor, entre otras muchas cosas.

2) Nuestra fidelidad a Dios será probada.  

El desierto es un escenario que simboliza nuestras etapas difíciles de la vida. El


desierto es un lugar hostil, seco, solitario, escaso de vida, y de circunstancias
adversas. 

Nos dice la palabra de Dios en el evangelio de Marcos 1:12 “Y luego el Espíritu le


impulsó al desierto”. Nuestro Señor Jesús, después de estar sumergido en el agua,
debe enfrentar ahora el desierto. Son situaciones extremas, que a veces forman
parte del camino que Dios traza para nosotros, y sin duda contiene grandes
enseñanzas en las que el Señor nos quiere ejercitar. 
En las Sagradas Escrituras el número cuarenta representa la prueba. Nos dice el
evangelio de Marcos 1:13 “Y estuvo allí en el desierto cuarenta días, y era tentado
por Satanás, y estaba con las fieras; y los ángeles de Dios le servían”.  

Es muy importante considerar aquí varias cosas de gran valor respecto a la prueba:

La Biblia nos enseña que las pruebas preceden la promoción (Después de esto el
Señor Jesús caminó en un ministerio sobrenatural y de gran influencia en su
región).  

El enemigo de nuestras almas procurará apartarte del plan de Dios, pero no


debemos aceptar las ofertas de Satanás y servir a Dios al mismo tiempo, porque
nadie puede servir a dos señores. Tu firme decisión determina tu futuro.  

El nombre “Satanás” quiere decir: adversario, y es aquel que se opone a la obra


que Dios nos delega. En Cristo siempre tendrás la fortaleza para superar la
oposición.  

La palabra de Dios nos habla de las “fieras”, esta es una palabra que tiene, por lo
menos, dos aplicaciones: naturalmente se refiere a un animal peligroso, a las
víboras de aquellos desiertos; y espiritualmente hablando, podemos considerar
seres sobrenaturales semejantes a bestias diabólicas, espíritus inmundos que
atacaban al Señor en su mente y emociones. 

Es muy interesante, observar que en este escenario, según el pasaje bíblico, varias
personas: Al Espíritu Santo, al Hijo de Dios, a Satanás, las fieras y los ángeles (es
muy importante ser sensibles y conscientes de la realidad del mundo espiritual).
Podemos recordar que el Señor Jesús estaba en ayuno, el ayuno es una poderosa
arma que Dios nos ha entregado para derrotar los ataques del diablo.

 3) Detrás de las situaciones difíciles hay grandes victorias.  

a) Vemos en primer lugar, pruebas y tentaciones.  

Es muy importante tener en cuenta que Dios estaba allí, en ese escenario tan difícil,
lo concluimos por todas las cosas que allí suceden: “el Espíritu como paloma”, “la
voz de los cielos”, “el Espíritu lo llevó al desierto”, “los ángeles”. 
Concluimos entonces, que en las decisiones difíciles, en el desierto, en la tentación
y en las pruebas, Dios está con nosotros para ayudarnos a tomar las mejores
decisiones y vencer los obstáculos. La perseverancia nos permite alcanzar las metas
en Cristo.   

b) En segundo lugar, vemos la persecución y oposición, Marcos 1:14  

“Después que Juan fue encarcelado, el Señor Jesús vino a Galilea predicando el
evangelio del reino de Dios”. 

La palabra de Dios nos enseña que Juan el bautista había sido encarcelado;
sacerdotes, escribas y fariseos se resistían a la predicación del Señor Jesús, pero
Dios respaldaba con gran poder su Palabra y grandes multitudes venían a él.  

c) El pueblo de Israel empieza a ser conquistado por el Señor Jesús (Marcos capítulo
uno versículo quince) 

“Diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos,


y creed en el evangelio”.  

Debemos observar que se destacan varias palabras en este pasaje de la Escritura.


Como: “Tiempo”, “Reino”, “Arrepentíos” y “Evangelio”. El ministerio del Señor
Jesús comienza a tener nuevos alcances y un gran impacto, acompañado de
grandes milagros y poderosas sanidades. 

Nos dice la Escritura en el evangelio de Marcos 1:28, 34, 39 “Y muy pronto se


difundió su fama por toda la provincia alrededor de Galilea… Y sanó a muchos que
estaban enfermos de diversas enfermedades, y echó fuera muchos demonios; y no
dejaba hablar a los demonios, porque le conocían… Y predicaba en las sinagogas de
ellos en toda Galilea, y echaba fuera los demonios”.  

Podemos concluir, que el ayuno del Señor Jesús tuvo un impacto demoledor en la
estructura demoniaca que gobernaba aquel territorio, y el reino de Dios comenzó a
ser establecido y manifestado poderosamente.    

Reflexión final: Es muy importante que tomemos decisiones acertadas y hacer la


voluntad de Dios, ser conscientes de los desiertos y de Su cuidado cuando estamos
caminando por ellos, y perseverar con la fuerza de Dios, porque la victoria está
adelante, hay un nuevo territorio por conquistar y Dios va con nosotros. Fortalece
tu fe en el Señor y tu oración, sin duda, los resultados serán poderosos. La
perseverancia es una muestra de tu fe. 

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