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2. Antiguamente Moab pagaba con ovejas el tributo a Israel. Ahora, Dios hará que Moab sea
tributario del actual dominador (Judá) (16:1, ver 2 Reyes 3:4). Moab se asustará como
pájaros que caen del nido. El pueblo dejará la tierra (exiliados). Hasta el mediodía será como
la noche. Dios no incentiva la venganza propia, sino la compasión por los enemigos
exiliados. Judá debe dar refugio a los moabitas. Un día, Cristo establecerá Su reino. Después
de la caída de Moab, el rey Ezequías sería el próximo rey. El destierro de Moab fue por la
misma razón que toda caída: el orgullo. El orgullo desprecia a todos para una exaltación
egoísta. Moab llora por la pérdida de cosechas. Incluso el profeta llora recordando la
abundancia de uvas en la región. La pérdida de bienes materiales provoca la pérdida de la
alegría. Moab sufre e Isaías sufre junto con ellos, aunque era el juicio de Dios contra el
enemigo de Judá. Moab siente la pérdida y busca a sus dioses, pero no nada sucede. Todo
este juicio tendrá lugar en tres años contra la invasión de Asiria en 704 a.C. (16:1-14).
“La caída de Moab se debe a su soberbia y arrogancia. La tierra se llena de lamento. Los
fértiles campos de Hesbón están desnudos y los verdes viñedos de Sibma han sido arrasados.
Nuevamente, incluso el profeta lamenta la destrucción generalizada. Cuando Moab clame a
sus ídolos, no recibirá ayuda ".1