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AUXILIAR EN RADIOLOGÍA
MODULO 3
Cerebro
Anatomía topográfica
Regiones de la Cabeza
la región facial abarca la mitad inferior de la cabeza a partir de debajo de las orejas.
Hoy en día se puede crear un mapa funcional del cerebro. Se sabe ya que las funciones
del lóbulo frontal son la inteligencia, el lenguaje (centro motor del habla), las
características de la personalidad y el control del movimiento. En la parte posterior del
cerebro, el lóbulo occipital, se halla la corteza visual, es decir, el lugar donde los estímulos
visuales se perciben, se almacenan y se clasifican. Las secreciones hormonales están
controladas por el diencéfalo. El lóbulo temporal es importante para la memoria, los
sentimientos y las emociones. Alberga la corteza auditiva y la comprensión del lenguaje.
En el lóbulo parietal se perciben los problemas matemáticos abstractos y la música.
En el tronco encefálico se encuentran los nervios que conectan el cerebro con la médula
espinal. Además, aquí está el centro de la respiración. Gobierna la respiración, el sistema
cardiovascular y la presión arterial. En la glándula pituitaria (hipófisis) se liberan las
hormonas o precursores hormonales. Para ello, la glándula pituitaria, junto con el
hipotálamo, forman la conexión con los órganos relacionados con las hormonas u órganos
endocrinos, tales como las glándulas mamarias (producción de leche), los ovarios (el ciclo
femenino), suprarrenales (presión sanguínea), tiroides y testículos. El cerebelo mantiene
los programas del movimiento y regula la coordinación de movimientos. Dado que la
mayoría de las funciones cerebrales se pueden asignar a una región anatómica cerebral
específica, por su pérdida o fallo se puede localizar un tumor cerebral.
Descriptiva y funcional.
Cerebro
El cerebro (del latín cerebrum, con su raíz indoeuropea «ker», cabeza, en lo alto de la
cabeza y «brum», llevar; teniendo el significado arcaico de lo que se lleva en la cabeza)
es un término muy general y se entiende como el proceso de centralización
y cefalización del sistema nervioso de mayor complejidad del reino animal.
Desde un punto de vista evolutivo y biológico, la función del cerebro como órgano, es
ejercer un control centralizado sobre los demás órganos del cuerpo. El cerebro actúa
sobre el resto del organismo por la generación de patrones de actividad muscular o por la
producción y secreción de sustancias químicas llamadas hormonas. Este control
centralizado permite respuestas rápidas y coordinadas ante los cambios que se presenten
en el medio ambiente. Algunos tipos básicos de respuesta tales como los reflejos pueden
estar mediados por la médula espinal o los ganglios periféricos, pero un sofisticado control
intencional de la conducta sobre la base de la información sensorial compleja requiere la
capacidad de integrar la información de un cerebro centralizado.
Desde una perspectiva filosófica, lo que hace al cerebro especial en comparación con los
otros órganos, es que forma la estructura física que genera la mente.
Como Hipócrates argumentaba: «Los hombres deberían saber que del cerebro y nada
más que del cerebro vienen las alegrías, el placer, la risa, el ocio, las penas, el dolor, el
abatimiento y las lamentaciones.» Sin embargo del corazón figurado y de sus emociones
proceden ciertas sensaciones concretas como el gozo, el amor y el contentamiento.
Durante las primeras etapas de la psicología, se creyó que la mente debía separarse del
cerebro. Sin embargo, posteriormente los científicos realizaron experimentos que llegaron
a determinar que la mente era un componente en el funcionamiento cerebral por la
expresión de ciertos comportamientos basados en su medio ambiente externo y el
desarrollo de su organismo. Los mecanismos por los cuales la actividad cerebral da lugar
a la conciencia y al pensamiento son muy difíciles de comprender: a pesar de los
múltiples y rápidos avances científicos, mucho acerca de cómo funciona el cerebro sigue
siendo un misterio. En la actualidad, las operaciones de las células cerebrales individuales
son comprendidas con más detalle, pero la forma en que cooperan entre los conjuntos de
millones ha sido muy difícil de descifrar. Asimismo, los enfoques más prometedores tratan
el cerebro como una «computadora biológica», totalmente diferente en el mecanismo de
las computadoras electrónicas, pero similar en el sentido que adquieren la información del
mundo circundante, la almacenan y la procesan de múltiples formas.
Sin embargo, pese a ser uno de los órganos más estudiados, se han desarrollado una
serie de conceptos erróneos que han llegado a ser asimilados por la sociedad como
correctos; como es el caso de la leyenda que dice que los humanos solamente utilizamos
un 10 % del cerebro.
Funciones
Hasta no hace muchos años, se pensaba que el cerebro tenía zonas exclusivas de
funcionamiento hasta que por medio de imagenología se pudo determinar que cuando se
realiza una función, el cerebro actúa de manera semejante a una orquesta sinfónica
interactuando varias áreas entre sí. Además, se pudo establecer que, cuando un área
cerebral es dañada, otra área puede realizar un reemplazo parcial de sus funciones.
Capacidades cognitivas
El putamen, estructura situada en el centro del cerebro, es uno de los tres núcleos
basales del cerebro.
Cerebro y lenguaje
El cerebro humano es capaz de identificar tres características del lenguaje sonoro; una
característica es el tono, todos somos capaces de diferenciar una voz grave de una
aguda. Esto es porque estructuras como el cerebelo, el giro de Heschl, el giro frontal
inferior, área parietal, el área premotora y el área supratemporal, hacen una separación y
por ello lo podemos distinguir. Otra característica es la armonía, con activaciones en la
corteza frontolateral inferior y ventral premotora. Y la última característica es la melodía,
con activaciones en el giro temporal y plano temporal.
El lóbulo temporal está inferiormente situado en la fisura lateral (FL). Presenta una
superficie lateral y una basal. El giro temporal inferior se extiende hacia la parte basal. El
área auditiva primaria (giro de Heschl) está situada en el borde superior del giro temporal
superior. Por tanto, la percepción sonora del habla se produce en el giro de Heschl, en los
hemisferios derecho e izquierdo. Esas informaciones se transfieren al área de Wernicke la
cual participa en la comprensión del lenguaje hablado y al lóbulo parietal inferior, que
reconocen la segmentación fonemática de lo escuchado y, junto con la corteza prefrontal,
interpretan esos sonidos. Para identificar el significado, contrastan esa información con la
contenida en varias áreas del lóbulo temporal.
El área de Wernicke, se conoce así en honor al neurólogo que la describió por primera
vez. Pero también se la conoce por otros nombres como; área del conocimiento, área
interpretativa general, área de asociación terciaria. Está especialmente desarrollada en el
hemisferio dominante para el lenguaje, que, generalmente suele ser el lado izquierdo. El
desarrollo de esta área permite alcanzar niveles altos de comprensión y procesar la mayor
parte de las funciones intelectuales del cerebro. Se encarga de la decodificación de lo
oído y de la preparación de posibles respuestas. Es importante para la comprensión de
palabras y en los discursos significativos.
Da paso después al área de Broca, también conocida como el área motora de las
palabras, que se conecta con el área de Wernicke mediante el fascículo longitudinal
superior. Se ubica en la corteza prefrontal, en la parte anterior de la porción inferior de la
corteza motora primaria, cercana a la fisura lateral (FL). En la mayoría de los casos, es
dominante en el lado izquierdo del cerebro. Su función es permitir la realización de los
patrones motores para la expresión de las palabras, articulando el lenguaje hablado y
también el escrito. Es la responsable de la formación de las palabras en la que se activa
el accionamiento de los músculos fonadores, es decir laríngeos, respiratorios y de la boca,
para asegurar la producción de sonidos articulados, lo que tiene lugar en el área motora
primaria, de donde parten las órdenes a los músculos fonadores. Además se conecta con
el área motora suplementaria, que tiene relación con la iniciación del habla.
Cerebro normal.
Los hemisferios
Los lados izquierdo y derecho del cerebro controlan diferentes funciones. El hemisferio
izquierdo del cerebro controla el análisis secuencial, incluyendo la interpretación de la
información tal como el lenguaje, el razonamiento, las matemáticas y el pensamiento
abstracto. El hemisferio izquierdo del cerebro es también responsable de controlar todos
los recuerdos relacionados con el lenguaje. El hemisferio derecho controla el
funcionamiento holístico, que incluye el reconocimiento espacial, la percepción de
profundidad, la coordinación entre la mano y el ojo y los movimientos necesarios para
estas habilidades. El hemisferio derecho también controla la memoria visual y auditiva.
Lóbulo frontal
Lóbulo parietal
Lóbulo occipital
Lóbulo temporal
El lóbulo temporal controla las conductas expresivas, la recepción del discurso y del
lenguaje, así como la recuperación de recuerdos sobre información. Algunas señales de
que el lóbulo temporal no funciona correctamente incluyen: dificultad para escuchar,
irritabilidad y un comportamiento infantil en adultos.
Sistema límbico
El lóbulo límbico y el sistema límbico del cerebro controlan las emociones relacionados
con la ira, el miedo y el sexo, así como los ritmos biológicos y la memoria de corto plazo.
Cambios drásticos de comportamiento, pérdida del olfato y pérdida de la memoria de
corto plazo pueden ser señales de que el sistema límbico no está funcionando
correctamente.
Cerebro patológico.
Hay varias enfermedades y desordenes que pueden afectar al cerebro. Algunos de éstos
incluyen:
La Coma se define como estado donde está no más alerta el cerebro y el cuerpo no
responde a los estímulos internos o externos. Las causas Comunes de la coma incluyen
la lesión cerebral, la trombosis, la embolia, el tumor cerebral, la enfermedad metabólica, la
deficiencia alimenticia, el envenenamiento y la infección del cerebro causada por malaria,
tuberculosis, o sífilis del falciparum, por ejemplo. En algunos casos, la baja de la
conciencia puede ser solamente parcial y esto se llama conciencia alterada.
Epilepsia
Recorrido
Las Infecciones del cerebro pueden afectar al cerebro o a las meninges. El cerebro es una
infección más propensa comparada a otros órganos del cuerpo tales como el corazón.
Las Infecciones pueden ser virales, bacterianas o fungicidas.
Esclerosis Múltiple
La esclerosis Múltiple describe una condición donde las fibras de nervio circundantes de
recubrimiento del myelin protector se dañan en el cerebro y la espina dorsal que causan
problemas con el movimiento, la visión y el balance del músculo.
El Dolor De Cabeza es un síntoma común pero puede significar una patología más
profunda en algunos individuos. La Jaqueca es una aflicción común que afecta a un
número considerable de personas por todo el mundo.
Parálisis Cerebral
Éste es un desorden severo del sistema nervioso que afecta a dos en cada mil niños. La
condición lleva a la baja del mando sobre los músculos y el movimiento, llevando a la
incapacidad severa.
Hemorragias.
Hemorragia cerebral
Hemorragia intracerebral
Las áreas del cerebro afectadas por la hemorragia son dañadas y, si se acumula un
suficiente volumen de sangre en el espacio extravascular, se puede provocar una
hipertensión intracraneal; la cuantía de la hemorragia determina la gravedad de este
accidente vasculocerebral agudo. La tasa de mortalidad de estas hemorragias
intraparenquimales es de 40%.
Factores de riesgo
Hipertensión
Diabetes
Menopausia
Tabaquismo
Cafeína
Fracturas.
Fracturas diastásicas en las cuales las suturas del cráneo se abren. Son
frecuentes en niños de menos de tres años.
Clínica
Las fracturas de la base del cráneo puede afectar al conducto auditivo interno por donde
pasa el nervio coclear y el nervio vestibular, provocando déficit de audición o parálisis
facial por producirse daño en el nervio facial. También puede aparecer equimosis
Tumores
Los tumores en el cerebro pueden mostrar varios síntomas. Estos son algunos de los más
comunes:
Náusea y vómitos
Convulsiones
Los doctores diagnostican estos tumores por medio de un examen neurológico y otras
pruebas como imágenes por resonancia magnética, tomografía computarizada o una
biopsia. El tratamiento incluye la espera cautelosa (vigilancia sin administrar ningún
tratamiento hasta que los síntomas se presenten o cambien), cirugía, radiación,
quimioterapia y terapia dirigida (tratamiento en el que se usan medicamentos u otras
sustancias para identificar y atacar células cancerosas específicas sin dañar las células
normales). La mayoría de las personas, recibe una combinación de estos.
Síntomas
Los síntomas que pueden ocasionar los tumores cerebrales dependen de su localización,
tamaño, índice de crecimiento y etapa. Algunos tumores benignos en el cerebro que
crecen lentamente pueden hacerse grandes antes de presentar síntomas debido a que a
menudo no hay hinchazón de los tejidos del cerebro. Sin embargo, si por su localización o
tamaño, no pueden ser fácilmente extirpados, pueden amenazar la vida al igual que los
tumores malignos.
Las personas que presenten síntomas que no desaparecen deben visitar a su doctor de
inmediato. Por lo general, los síntomas de cáncer en el cerebro son:
Mareos
Ataques
Vómito
Existen muchos tipos de tumores cerebrales, algunos de los cuales pueden tener varios
nombres. Incluso los neuropatólogos, que son quienes diagnostican estos tumores,
suelen ser a veces inconsistentes en la manera denombrarlos. Los tipos más comunes
son:
Neuroma Acústico
Astrocitomas
Cordomas
Craneofaringioma
Ependimoma
Ganglioneuromas
Gliobastoma multiforme
Gliomas
Meningiomas
Oligodendroglioma
Tumor Pineal
Adenoma Pituitario
Schwannomas
Tumores Vasculares
Los factores de riesgo incluyen exposición por periodos prolongados a la radiación iónica
o a los químicos, tales como: Cloruros de vinilo, hidrocarburos aromáticos, triasenes y
compuestos de N-nitroso. Enfermedades hereditarias como esclerosis tuberosa, y
enfermedad de Yon Hippel-Lindau, pueden hacer que una persona sea más susceptible a
los tumores cerebrales. Tres de cada cinco personas que tiene tumores en el cerebro son
malignos. Los tumores cerebrales son más comunes en jóvenes y en adultos, pero
pueden presentarse a cualquier edad.
Diagnóstico
Durante la biopsia, se obtiene una pequeña cantidad de tejido canceroso y se analiza bajo
el microscopio. Una biopsia se puede realizar durante la cirugía en donde ser extirpa todo
o parte del tumor. Los tumores que se encuentran muy profundos no son seguros de
accesar. En dichos casos, el procedimiento de una biopsia se realiza utilizando una
técnica de aguja tridimensional en donde equipo especial de imagen guía la colocación de
la aguja para permitir que la células se obtengan a través de la aguja.
A veces una biopsia de la medula se realiza para que el líquido de la medula pueda ser
recolectado y examinado en busca de células cancerosas. Si el tumor está causando
presión en el cerebro, este procedimiento no se puede llevar a cabo porque cualquier
cambio repentino en la presión del cráneo puede ocasionar herniación (protusión de una
membrana). La herniación es una de las posibles complicaciones más peligrosa de un
tumor cerebral y la cual puede ocasionar serios problemas en la respiración, ritmo
cardiaco y presión sanguínea. A menos que se detecte a tiempo, la herniación resulta con
el tiempo en coma y la muerte.
Tratamiento
En tanto que sea posible, los tumores en el cerebro se deben extirpar por medio de
cirugía. Mientras que la mayoría se puede extirpar con muy poco o casi ningún daño al
cerebro, otros se localizan donde la extirpación es muy difícil o casi imposible de hacer sin
destruir partes críticas del cerebro. El daño cerebral causado por los cirujanos puede
resultar en parálisis parcial, cambios en la sensación (sensibilidad), debilidad y
empobrecimiento del pensamiento. A pesar de lo anterior, el extirpar un tumor es
necesario cuando atenta contra importantes estructuras cerebrales. Incluso cuando su
malignidad no se pueda curar, la cirugía puede ayudar a reducir el tamaño del tumor, a
disminuir los síntomas y a determinar el tipo de tumor y el mejor tratamiento.Otros
tratamientos para tumores en el cerebro son:
Radiación
Quimioterapia
Macizo facial
anatomía topográfica
El macizo óseo de la cara se halla situado en la parte anterior e inferior de la cabeza. Está
dividido en dos porciones llamadas esqueleto facial o viscerocráneo y mandíbula. El
macizo facial está compuesto por 13 huesos agrupados en torno a un elemento principal:
el maxilar. De estos 13 huesos, uno es único y medio: el vómer, situado en el interior de
las cavidades nasales. Los otros huesos son pares y dispuestos en forma simétrica a los
lados de la línea mediana: el maxilar, el cigomático, el cornete nasal
inferior, el nasal yel palatino. Un solo hueso constituye la parte inferior:
la mandíbula, unido por una articulación móvil a la base del cráneo.
En tanto que las piezas que forman el esqueleto facial están soldadas entre sí,
la mandíbula es móvil y participa en forma activa en la masticación.
Una apófisis palatina une al maxilar de un lado, con su homónimo opuesto, formando
parte del paladar óseo [bóveda palatina]. Los maxilares así reunidos presentan un
contorno inferior en forma de arco, donde se ubican los alvéolos, para los dientes
superiores.
Posición
Colocar hacia abajo y en sentido horizontal el borde en el cual se fijan los dientes;
medialmente, la apófisis palatina; hacia atrás, el extremo más grueso del maxilar.
Descripción
A. Vista medial: de la unión de su 1/4 inferior con los 3/4 superiores se destaca una
saliente horizontal, cuadrangular: la apófisis palatina. Presenta una
cara superior lisa, que forma el piso de la cavidad nasal, y una cara inferior rugosa,
que constituye gran parte del paladar óseo. Su borde lateral es su borde de
implantación en el maxilar; el borde medial se adelgaza hacia atrás y en toda su
extensión se une al del lado opuesto, formando sobre la cara nasal una saliente:
la cresta nasal; hacia adelante termina en una prolongación que constituye una
semi espina que se articula con el otro maxilar: la espina nasal anterior, por detrás
de la cual se observa un canal que, con el del otro maxilar, forma el conducto
incisivo [palatino anterior], por donde pasan el nervio y la arteria nasopalatinos. El
borde anterior de la apófisis palatina forma parte del orificio anterior de las
cavidades nasales; el borde posterior se articula con la lámina horizontal del
hueso palatino. La apófisis palatina divide esta vista en dos:
Simples en la parte anterior, los alvéolos están divididos a nivel de los grandes molares en
dos, tres o cuatro fositas secundarias para cada una de las raíces de un mismo diente.
Estructura
El maxilar está formado por hueso compacto con pequeños islotes de tejido esponjoso en
la base de la apófisis frontal, sobre todo en el borde alveolar. El centro del hueso presenta
una cavidad de forma piramidal que corresponde al seno maxilar.
Anatomía de superficie
Desarrollo
En el brote yugal del 1 er arco branquial, en el 2° mes de vida intrauterina, aparecen dos
zonas de osificación. Éstas se sueldan a nivel de la sutura incisiva. El, seno maxilar
insufla el esbozo del hueso a partir del 6° mes y alcanza su desarrollo después del
nacimiento, debido a la respiración La ausencia de la soldadura entre sí de las apófisis
palatinas de los dos maxilares genera la hendidura palatina, por la que se comunica la
cavidad bucal ~on las cavidades nasales.
Posición
Colocar lateralmente la cara lisa y convexa del hueso; hacia adelante, la superficie en
forrna de semiluna: el borde orbitario; hacia abajo y horizontal, la parte más estrecha del
hueso.
Descripción
Estructura
Anatomía de superficie
Superficial, es el hueso del pómulo. A pesar de ser sólido, está expuesto a las fracturas
por choque directo.
Desarrollo
Los huesos nasales son dos pequeñas láminas unidas en la línea mediana. Están
situados entre las apófisis frontales del maxilar, en la sutura frontonasal.
Posición
Lateralmente, su cara convexa; hacia abajo, el borde que presenta una incisura; hacia
adelante, el borde vertical, más grueso.
Descripción
E. Borde anterior: grueso y rugoso, se articula con la espina nasal del frontal, con la
lámina perpendicular del etmoides y con el hueso nasal opuesto.
Anatomía de superficie
Estructura
Están constituidos por tejido compacto y atravesado por un canal vascular (foramen
nasal).
Desarrollo
Cada uno de ellos presenta un punto de osificación que aparece a mediados del 3er mes
de la vida intrauterina.
Hueso par, situado en la cara medial de cada cavidad orbitaria, entre el frontal, el
etmoides y el maxilar; es una lámina ósea, delgada e irregular.
Descripción
Estructura
Desarrollo
Se efectúa a partir de un solo punto que aparece en el 3er mes de la vida intrauterina.
Hueso palatino
Hueso par y profundo, contribuye a formar la bóveda palatina, la cavidad nasal, la órbita y
la fosa pterigopalatina.
Posición
Colocar hacia abajo y horizontalmente la lámina horizontal (de forma cuadrangular); hacia
atrás, el borde cóncavo de esta lámina; y medialmente, el borde más grueso y libre de la
lámina horizontal.
Descripción
Está formado por una lámina horizontal, que constituye la parte posterior del paladar
óseo, y una lámina perpendicular (vertical) que se une a la precedente en ángulo recto.
El palatino presenta tres apófisis: una inferior, la apófisis piramidal, que se dirige hacia el
espacio que queda entre las dos alas de la apófisis pterigoides. Las otras dos, situadas en
el borde superior del hueso, están separadas por una escotadura: hacia adelante y arriba,
la apófisis orbitaria; hacia atrás y medial, la apófisis esfenoidal.
Cara palatina: es inferior, rugosa, contribuye a formar la bóveda del paladar óseo.
Borde medial: se une a su homólogo del lado opuesto y presenta por arriba la
cresta nasal, donde se articula el vómer.
Borde inferior: está unido al borde lateral de la lámina horizontal; de esta unión
emerge hacia abajo y atrás una saliente ósea, la apófisis piramidal del palatino, En
la parte anterior del borde inferior se abren los conductos palatinos menores,
D. Apófisis orbitaria: está unida al resto del hueso por un istmo óseo estrecho, cuya
cara medial presenta la cresta etmoidal. La cara lateral de la apófisis tiene dos
superficies: la anterior, horizontal, constituye la parte posterior del piso de la órbita,
mientras que la lateral contribuye a formar la fosa pteriqopalatina. En la cara medial
existen superficies articulares: la anterior para el maxilar, la posterior para el
esfenoides y la interme-
Estructura
Anatomía de superficie
Situado profundamente, pertenece por su cara medial a la cavidad nasal, explorable por
rinoscopia directa, a nivel de los meatos inferior y medio, Por medio de la rinoscopia
posterior se observa el borde posterior del hueso, donde se inserta el velo del paladar.
Por vía bucal se visualiza la parte posterior del paladar óseo tapizado por mucosa,
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Desarrollo
Se produce a expensas de dos centros primitivos que aparecen al mes y medio de la vida
intrauterina: uno origina la apófisis piramidal y la lámina perpendicular, y el otro, el resto
del hueso. Aparecen dos centros complementarios, uno para la apófisis orbitaria y otro
para la esfenoidal.
Posición
Descripción
B. Cara lateral: cóncava, forma la pared medial del meato inferior. Este meato se
encuentra entre el cornete y la pared lateral de la cavidad nasal.
C. Borde superior: se articula con las caras nasales del maxilar y de la lámina
perpendicular del palatino. En su parte anterior, una saliente cuadrangular,
la apófisis lagrimal, se articula con el hueso lagrimal y con los bordes del surco
lagrimal del maxilar. Por detrás se encuentra una lámina ancha dirigida hacia
abajo: la apófisis maxilar, que se articula con el borde inferior del hiato maxilar,
reduciéndolo. Más hacia atrás, una pequeña lámina se articula con la apófisis
unciforme del etmoides: la apófisis etmoidal.
Estructura
Este hueso está compuesto por hueso compacto y delgado, y se halla enteramente
tapizado por la mucosa nasal.
Anatomía de superficie
Desarrollo
Vómer
Es una lámina ósea vertical y media, extendida desde la cara inferior del cuerpo del
esfenoides hasta la sutura palatina media. Forma la parte posterior del tabique de las
cavidades nasales.
Posición
Ubicar hacia arriba y atrás el borde que presenta dos prolongaciones laterales; hacia
abajo, el borde más extenso.
Descripción
El vómer forma el tabique nasal óseo, junto con la lámina perpendicular del etmoides Se
distinguen dos caras y cuatro bordes.
B. Borde superior: presenta las dos alas del vómer, abiertas en ángulo diedro,
formando un canal orientado de adelante hacia atrás y de arriba hacia abajo, que
se articula con la cresta esfenoidal. Esta cresta no alcanza el fondo del canal, y se
forma el conducto vomerorrostral. por el que pasa una arteriola que irriga el cuerpo
del esfenoides y el tabique nasal.
C. Borde inferior: delgado, penetra entre las crestas nasales de las láminas
horizontales de los huesos palatinos, a nivel de la sutura palatina media y más
hacia adelante, entre las apófisis palatinas de los maxilares.
Estructura
Anatomía de superficie
La rinoscopia permite estudiar, a través de las cavidades nasales, ambas caras del hueso
cubiertas de mucosa.
Desarrollo
En una trama conjuntiva embrionaria, a partir del 3er mes de vida intrauterina, se generan
dos láminas que comienzan a soldarse desde abajo hacia arriba. Ambas láminas
paralelas forman en su parte superior un canal; pueden apreciarse entre el 6° y el 7° mes
de vida intrauterina.
extremos se dirigen verticalmente hacia arriba, formando con el cuerpo un ángulo casi
recto.
Posición
Colocar hacia adelante la porción convexa del cuerpo en un plano horizontal y hacia
arriba, el arco alveolar.
Descripción
Cuerpo
debajo del último molar, hacia la cara medial de la rama. En esta línea se inserta
el músculo milohioideo, y en su parte posterior, el músculo constrictor superior de
la faringe. Esta línea milohioidea divide a esta cara en dos partes:
una superior (bucal), que presenta, a cada lado de las espinas mentonianas,
la fosita sublingual. En ella se aloja el extremo anterior de la glándula sublingual.
En la porción situada por debajo de la línea milohioidea se observa una depresión
en la cual se aloja la glándula submandibular: la fosita submandibular. Existe,
además, un surco subyacente a la línea milohioidea: el surco milohioideo,
Borde superior: es el arco alveolar y recibe a las raíces dentarias. Los alvéolos son
simples adelante y más complejos hacia atrás, donde están formados
por varias cavidades, separadas por los tabiques interradiculares, puentes óseos donde
se insertan ligamentos dentarios.
Rama de la mandíbula
En número de dos, son cuadriláteras, dirigidas en sentido vertical, pero algo oblicuas de
abajo hacia arriba y de adelante hacia atrás.
B. Cara medial: en la parte media de esta cara se observa una saliente aguda:
la língula de la mandíbula [espina de Spixl. Por detrás de esta língula se encuentra
el foramen mandibular, por donde penetran el nervio y los vasos alveolares
inferiores. De la parte posteroinferior de este foramen parte el surco
milohioideo. Por detrás de éste, en la proximidad del ángulo de la mandíbula, la
presencia de rugosidades importantes denota la firmeza de las inserciones
del músculo pterigoideo medial.
F. Borde inferior: se continúa sin línea de demarcación con el borde inferior del
cuerpo. Forma un ángulo muy marcado con el borde posterior; es el ángulo de la
mandíbula, muy saliente, también llamado gonión.
Estructura
El borde superior del cuerpo está tapizado por una lámina bastante densa de hueso
esponjoso que rodea a los alvéolos dentarios. El centro del cuerpo presenta el conducto
mandibular [dentario], que posee un número de conductos secundarios, verticales, que
desembocan en cada alvéolo. Este conducto mandibular se abre al exterior por medio
del foramen mentoniano. La rama es menos espesa y menos sólida, pero su envoltura
muscular la torna bastante poco vulnerable.
Anatomía de superficie
Desarrollo
El hueso se desarrolla a partir de dos porciones iguales: una derecha y otra izquierda, a
expensas del cartílago de Meckel. Varios puntos de osificación aparecen en este
cartílago, simétricos con respecto a la línea mediana y ubicada en la región mentoniana a
nivel de la apófisis coronoides, del cóndilo, etc. La soldadura de ambas mitades de la
mandíbula a nivel de la sínfisis mentoniana se completa a los 90 días de la vida
intrauterina (Mugnier).
Traumatismos.
Traumatismo facial
Clasificación
I fractura de Le Fort.
II fractura de Le Fort.
Huesos faciales.
A principios del siglo XX, René Le Fort trazó ubicaciones típicas para
las fracturas faciales, éstas ahora son conocidas como I, II y III fracturas de Le
Fort (derecha). La I fractura de Le Fort, también llamada Guérin
Causas
Signos y síntomas
Las fracturas de los huesos faciales, al igual que otras fracturas, pueden estar asociados
con el dolor, moretones y la hinchazón de los tejidos circundantes (tales síntomas también
pueden ocurrir en ausencia de fracturas). Las fracturas de la nariz, la base del cráneo, o
el maxilar pueden estar asociados con profusas hemorragias nasales.
Las fracturas nasales pueden estar asociados con la deformidad de la nariz, así como
la hinchazón y hematomas. La deformidad en la cara, por ejemplo un pómulo hundido
o dientes que no se alinean correctamente, indican la presencia de fracturas.
La asimetría puede indicar fracturas faciales o daños a
los nervios. Las personas con fracturasmandibulares suelen tener dolor y dificultad para
abrir la boca y pueden tener entumecimiento de los labios y la barbilla. Con las fracturas
de Le Fort del tercio medio facial puede moverse con respecto a l resto de la cara o
el cráneo.
Diagnóstico
La radiografía, proyecta imágenes de los tejidos usando los rayos x, se utiliza para
descartar fracturas faciales. La angiografía (radiografías tomadas del interior de los vasos
sanguíneos) se puede utilizar para localizar el origen del sangrado. Sin embargo, la
totalidad de los huesos y tejidos de la cara pueden hacer que sea difícil interpretar
las radiografías simples, la tomografía axial computarizada es mejor para
detectar fracturas y el examen de los tejidos blandos, y con frecuencia es necesaria para
determinar si la cirugía es necesaria, pero es más cara y difícil de obtener. La tomografía
axial computarizada generalmente se la considera más definitiva y mejor para detectar
las lesiones en la cara que rayos x. La tomografía axial computarizada es especialmente
probable que se utilice en personas con lesiones múltiples que necesitan la tomografía
axial computarizada para evaluar otras lesiones de cualquier manera.
Prevención
Las medidas para reducir el trauamtismo facial incluyen leyes que hacen cumplir el uso
del cinturón de seguridad y la educación pública para aumentar la conciencia sobre
la importancia de los cinturones de seguridad y cascos de motocicleta. Los esfuerzos por
reducir el manejar bajos los efectos del alcohol son otras medidas preventivas; se han
propuesto cambios en las leyes y su aplicación, así como los cambios en las actitudes de
la sociedad hacia la actividad. La información obtenida de los estudios de
la biomecánica se puede utilizar para diseñar coches con miras a
la prevención de lesiones en la cara. Si bien los cinturones de seguridad reducen el
número y la gravedad de las lesiones faciales que se producen en accidentes, las bolsas
de aire no sólo son muy eficaces en la prevención de las lesiones. En los deportes, se han
encontrado dispositivos de seguridad, incluyendo cascos para reducir el riesgo
de lesión facial grave. Accesorios adicionales, tales como protectores faciales pueden
añadirse a los cascos de los deportes para evitar lesiones orofaciales (lesión en la boca o
la cara). También se utilizan protectores bucales.
Tratamiento
Pronóstico y complicaciones
Por sí mismo, un traumatismo facial rara vez se presenta una amenaza para la vida; sin
embargo, a menudo se asocia con graves lesiones y complicaciones que amenazan
la vida, tales como el bloqueo que puede ocurrir en la vía aérea. La vía aérea puede ser
bloqueada por el sangrado, inflamación de los tejidos circundantes, o daños a las
estructuras. Los huesos rotos de la cara pueden causar inflamación de los tejidos y por lo
tanto dar lugar a la obstrucción de las vías respiratorias. Las fracturas de huesos, tales
como combinaciones nasal, maxilar y fracturas mandibulares pueden interferir con la vía
aérea. Si la sangre de la cara o la boca, es ingerida, puede causar vómitos, que también
podrá presentar una amenaza a la vía aérea, ya que tiene el potencial de ser aspirada.
Dados que los problemas de las vías respiratorias pueden ocurrir después de
la lesión inicial, son necesarios los proveedores de atención médica para controlar la vía
aérea con regularidad.
Incluso cuando las lesiones faciales no son potencialmente mortales, tienen el potencial
de causar desfiguración y discapacidad, con resultados físicos y emocionales a largo
plazo. Las lesiones faciales pueden causar problemas en la función de los ojos, la nariz o
de la mandíbula y puede amenazar la vista. Ya en el año 400 a. C., se creía
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La incisión en las heridas de la cara puede implicar al conducto parotídeo. Esto es más
probable si la herida cruza una línea trazada entre el trago de la oreja hasta el labio
superior. La localización aproximada del curso del conducto es el tercio medio de esta
línea.
Los nervios y músculos pueden quedar atrapados por los huesos rotos; en estos casos
los huesos necesitan ser puestos nuevamente en sus lugares apropiados rápidamente.
Por ejemplo, las fracturas del suelo orbitario o en la pared medial de la órbita
del ojo pueden atrapar al recto medial o al músculo recto inferior. En las heridas faciales,
el conducto lagrimal y los nervios de la cara pueden estar dañados. Las fracturas del
hueso frontal pueden interferir con el drenaje del seno frontal y pueden causar sinusitis.
La infección es una potencial complicación, por ejemplo, cuando los desechos se muelen
en una abrasión y permanecen allí. Las lesiones producidas por picaduras conllevan a un
alto riesgo de infección.
Epidemiología
Del 50% al 70% de las personas que sobreviven a los accidentes de tráfico tienen un
traumatismo facial. En países desarrollados, la violencia de otras personas ha
reemplazado a las colisiones vehiculares como la principal causa de un traumatismo
maxilofacial; sin embargo, en muchos países subdesarrollados los accidentes de tráfico
siguen siendo la causa principal. El aumento del uso de cinturones de seguridad y bolsas
de aire se ha atribuido a una reducción en la incidencia de traumatismo maxilofacial, pero
las fracturas de la mandíbula (el hueso de la mandíbula) no disminuyó con estas medidas
protectoras. El riesgo de traumatismo maxilofacial se reduce en un factor de dos con el
uso de cascos de motocicleta. Se cree que una disminución en
las fracturas de huesos faciales debidas a accidentes de vehículos es debida al cinturón
de seguridad y leyes de conducir, en sentido estricto forzar los límites de velocidad y uso
Las fracturas faciales se distribuyen de una manera bastante normal por la edad, con un
pico de incidencia entre los 20 y 40, y los niños menores de 12 años que sufren sólo del
5% 10% de todas las fracturas faciales. La mayoría de los traumatismos faciales en niños
implican laceraciones y leves lesiones de los tejidos. Hay varias razones porque la
incidencia de fracturas faciales en niños es menor: la cara es pequeña en relación con el
resto de la cabeza, los niños son menos frecuentes en algunas situaciones asociadas con
fracturas faciales como peligros de trabajo y vehículos a motor, hay una menor proporción
del hueso cortical al hueso esponjoso en la cara de los niños, el escaso desarrollo de
los senos hacen los huesos más fuertes, y las almohadillas de grasa proporcionan
protección para los huesos faciales.
Tumores
macizo facial. Este trabajo realiza una revisión histórica y un análisis del tema. Se muestra
también el sistema de clasificación y guía de indicaciones para la maxilarectomía,
utilizado en el Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología de La Habana. El objetivo
es destacar la inminente necesidad de establecer una guía de uso práctico, que permita
eliminar terminología confusa, ayudar a la comunicación entre profesionales, facilitar la
comprensión de la localización de estos tumores y mejorar la calidad de tratamiento.
Introduccion
La maxilarectomía descrita por Lizards en 1826 y realizada por primera vez por Genzoul
en 1827, es la técnica quirúrgica que comprende la resección del maxilar y de algunas
estructuras anatómicas adyacentes a este, agrupadas bajo la denominación de macizo
facial
Con un origen embriológico diverso, los diferentes tejidos de esta compleja área de la
región mediofacial comprenden elementos como: cartílago, músculos, epitelios, nervios,
tejido odontógeno, componentes sanguíneos, hematopoyéticos y múltiples elementos del
tejido conjuntivo. De lo que se deduce la amplia variedad de neoplasias epiteliales y
mesenquimales que se presentan en esta zona.
El macizo facial, soporte de estas estructuras tisulares está constituido por los huesos
maxilar, nasal y cigomático, a los que se pudiera añadir, sobre una base
anatomoquirúrgica, el etmoides y el hueso lagrimal.
Desarrollo
La descripción anatómica del macizo facial en 1906 por Sebilau 2 permitió determinar tres
porciones; infraestructura, mesoestructura y supraestructura, delimitadas por dos planos
horizontales, uno inferior a nivel del piso de la fosa nasal y otro por encima, paralelo al
ángulo superior de la apertura piriforme, que respeta el piso de órbita.
En 1933 Ohngren3 utilizó un trazo imaginario para unir el canto interno de la órbita al
ángulo mandibular (figura 1), con esta línea clasificó a los
tumores del macizo facial según su localización, en
anteroinferiores y posterosuperiores y según el esquema
resultante consideró de peor pronóstico los
posterosuperiores por su cercanía al cráneo y a la región
pterigoidea.
En los intentos de codificación se encuentran una gran variedad de términos para definir
tipos y subtipos de maxilarectomía tales como: limitada, subtotal, radical, parcial,
extendida, los que conllevan a mucha confusión. Al no existir una herramienta única y
normada internacionalmente, la maxilarectomía aún hoy presupone un reto en su
procedimiento de clasificación y tratamiento.
A pesar de que la historia y el estudio de este tema son relativamente vastos, muchas
investigaciones son diseñadas con intentos para conseguir una guía de clasificación e
indicaciones para la maxilarectomía.
En 1961 Pietriantoni y Agazzi(figura 2) con una extensa investigación concluyeron que los
tumores con origen en la cercanía del seno maxilar podían
encontrarse en tres localizaciones:
A pesar de todo esto y de encontrarse establecidos ya durante la década de los 90, los
criterios de posibilidad de un tratamiento más conservador para el cáncer del seno
maxilar, en 1976 el Comité Estadounidense Conjunto sobre el Cáncer (AJCC) utilizó la
línea de Ohngren para estadiar los carcinomas del seno maxilar, clasificación TNM que se
mantiene hasta nuestros días y que aún hoy plantea una verdadera disyuntiva en el
tratamiento del cáncer de esta zona, sobre todo en el manejo del T1 del seno maxilar.
Desde 1995 los médicos de todo el mundo consultan los tratamientos contra el cáncer
propuestos por la Red Integral Nacional del Cáncer (NCCN). Un exitoso y diverso panel
de expertos procedentes de 21 de los principales centros de cáncer de los Estados
Unidos redacta estas guías de práctica clínica. Utilizan la clasificación de la AJCC (TNM),
para guiar el tratamiento del cáncer según su localización pero esta norma de clasificación
y tratamiento para
el cáncer de seno
maxilar plantea:
supraestructura (figura 4) y por tanto para cada una se determinaría cirugía y pronóstico
diferentes.
Lo anterior parece ser una razón para conducir a los cirujanos de todo el mundo a
plantearse alternativas de algoritmos para la clasificación y tratamiento del cáncer en esta
localización. En los intentos de codificación se encuentran una gran variedad de términos
para definir tipos y subtipos de maxilarectomía tales como: limitada, subtotal, radical,
parcial, extendida, lo que conlleva a mucha confusión y provoca que no exista una
clasificación internacional.
Radicales y conservadores
1. Resección radical del maxilar superior con exenteración orbitaria y etmoidal parcial.
2. Resección radical del maxilar superior, incluyendo el piso de órbita, con preservación
del globo ocular.
En su tipo 2 (Resección radical del maxilar superior, incluyendo el piso de órbita, con
preservación del globo ocular), el autor propone eliminar el piso de la órbita cuando el
tumor sobrepase más de la mitad del contenido del seno maxilar, sin hacer comentarios
acerca del contacto o la erosión tumoral de esta importante lámina ósea.
área se tratan mejor mediante una resección más radical que con una limitada o parcial,
es apoyada por muchos.13,16-19
Ante tal situación muchos investigadores conciertan en que las metástasis regionales por
carcinoma de seno maxilar no son frecuentes,17,21 por lo que su prevención mediante
cirugía radical del macizo facial no pudiera relacionarse con el aumento de la sobrevida
en estos casos. La mayoría de los autores concuerdan que las características T y N de la
clasificación TNM, el tipo histológico de tumor y el grado de diferenciación 22-24 y en mayor
grado la recidiva local, son los factores determinantes de un buen pronóstico de
sobrevida.
Una vez establecidas las premisas anteriores se plantean las interrogantes siguientes:
¿es posible tratar satisfactoriamente con técnicas parciales o conservadoras de
maxilarectomía las neoplasias del macizo facial?, ¿se relacionan las técnicas de
maxilarectomía totales más que las parciales con el aumento de la supervivencia?
Parcial
1. Infraestructura. Corte a nivel del piso de la fosa nasal, que se extiende lateralmente y
que puede incluir o no el piso del seno maxilar.
2. Mesoestructura. Cortes por debajo del piso de órbita y por encima del suelo de la fosa
nasal y el seno maxilar.
3. Supraestructura. Corte superior que incluye suelo de órbita. Cortes laterales para incluir
paredes lateral y medial de la misma.
Medial
Total
Inframesosupraestructura.
Infraestructura
Tumores limitados a:
• Reborde alveolar
Mesoestructura
Tumores limitados a:
• Cara anterolateral del maxilar o centro del seno, sin contacto con el piso o techo del
mismo
Supraestructura
Tumores limitados a:
• Suelo de órbita
Infraestructura y mesoestructura
Tumores limitados a:
Medial
Tumores limitados a:
• Seno etmoidal
Conclusiones
Siempre que la resección del tumor sea completa y se logre un buen margen de
seguridad se puede plantear la siguiente hipótesis: No existe asociación entre el tipo de
maxilarectomia, realizada y el intervalo libre de enfermedad.
Fracturas
Fracturas faciales
Los huesos del cráneo y la cara constituyen el área más compleja del esqueleto. Aunque
representan lesiones graves, habitualmente su tratamiento se debe posponer hasta haber
solucionado otros problemas más importantes como el control de la vía aérea, la
estabilización hemodinámica y la evaluación y tratamiento de otras lesiones importantes
en la cabeza, tórax o esqueleto.
mento-naso-placa
fronto-naso-placa
Inicialmente puede ser desalentador pensar en descartar todas las posibles fracturas de la
compleja colección de huesos que componen la cara. Sin embargo, existen varias
sencillas reglas para hacerlo más fácil:
1. Mirar las órbitas cuidadosamente, ya que el 60-70% de todas las fracturas faciales
implican la órbita de alguna manera. Las excepciones son las fracturas de huesos
propios, la fractura de arco zigomático y la fractura LeFont I.
3. La simetría bilateral puede ser muy útil. Las opacidades radiológicas normales
suelen ser habitualmente bilaterales, mientras que las anormales suelen ser
unilaterales.
Las líneas de Dolan son unos contornos anatómicos que se ven mejor en la proyección de
Waters, y que fueron popularizadas por Dolan et al.. Como se puede ver las 3 líneas de
Dolan recorren algunas importantes estructuras faciales. Lee Rogers apuntó que la 2ª y 3ª
líneas juntas forman el perfil de un elefante.
Signos directos.
Asimetría facial
Signos indirectos
LeFort I 15%
LeFort II 10%
Fracturas conminutas 5%
Otras fracturas 5%
La fractura facial más habitual es la fractura del trípode zigomático que implica a las tres
ramas de unión del malar con la cara (arco zigomático, rama frontal y rama maxilar).
Aunque puede ser fracturado, la separación de la apófisis frontal del malar y el hueso
frontal habitualmente ocurre en forma de diástasis de la sutura zigomatico-frontal. Puede
producir anomalías en el contorno de las 3 líneas de Dolan. Ocasionalmente los músculos
oculares extrínsecos pueden verse atrapados en la fractura. El desplazamiento del cuerpo
del malar puede físicamente restringir la movilidad de la mandíbula. En algunos casos la
fuerza se puede propagar por la pared orbital hasta el canal óptico y producir pérdida de
visión. La TAC es extremadamente útil en la valoración de estas fracturas.
La fractura aislada de arco zigomático puede producirse por golpe directo en el lateral de
la cara. Los pacientes presentan aplanamiento del lateral de la mejilla e impotencia para
abrir la boca, debido al atrapamiento de la apófisis coronoides de la mandíbula o del
músculo temporal. Para la correcta visión de esta fractura puede ser necesaria la
proyección submento-vertex o la TAC.
Otra fractura común es la fractura de la rama alveolar del maxilar que afecta a una
pequeña parte del maxilar asociada a fractura de varios dientes. El principal objetivo del
tratamiento es mantener la viabilidad de los dientes. Si no se pueden encontrar todos los
fragmentos de diente hay que realizar Rx de tórax por la posibilidad de paso a bronquio.
La nariz es una estructura que se lesiona con frecuencia debido a su situación prominente
en la cara. También, la fractura de la cara que más frecuentemente pasa desapercibida es
la fractura de huesos propios. Se puede ver en Rx lateral de cráneo pero es mejor la Rx
específica de huesos propios (HHPP). Se debe examinar la espina nasal inferior (parte del
maxilar) en busca de pequeñas fracturas. Son errores habituales en la visión de los
huesos nasales las suturas normales de los huesos o el canal del nervio nasociliar, que
pueden ser confundidos con líneas de fractura. Es buena regla saber que este canal es
paralelo mientras que la mayoría de las fracturas son perpendiculares al puente nasal. Es
bueno recordar que una fractura de hueso nasal se puede asociar con lesiones más
extensas como el borde y suelo de la órbita, y las fracturas de senos etmoidales u
frontales.
El siguiente grupo de fracturas son las fracturas complejas de LeFort. Son unas fracturas
bilaterales complejas asociadas con un gran fragmento inestable (cara inestable) y que
invariablemente afecta a las apófisis pterigoideas. LeFort estudió las clases de fractura
que se producían en cadáveres. Halló unos trayectos más débiles por los que
habitualmente se producen las fracturas: el plano transmaxilar, el plano subzigomático o
piramidal (realmente son dos planos que confluyen en el puente nasal) y el plano
craneofacial.
La LeFort II ocurre en otra zona débil de la cara, y algunas veces es llamada fractura
piramidal por su forma. El mecanismo habitual es un golpe directo descendente sobre la
nariz.
La más grave de las fracturas LeFort es la tipo III. En este caso, el fragmento grande e
inestable es toda la cara. Es una fractura muy grave y se asocia con lesiones de muchas
estructuras tisulares a lo largo de las líneas de fractura. Es muy rara como fractura aislada
porque es necesaria una gran fuerza para producirla y habitualmente se asocia con
lesiones craneales y cerebrales.
Salvo las de tipo I, las fracturas de LeFort "puras" no se ven habitualmente. Son más
usuales algunas variantes de la clasificación LeFort. Una de las más comunes es la
fractura compleja de LeFort II- fractura de trípode. Estas fracturas se producen por
grandes fuerzas de compresión por accidentes de tráfico. Probablemente LeFort no fue
capaz de reproducir estas fuerzas en sus cadáveres por lo que no pudo describir estas
fracturas complejas.
Por último, existe otro grupo de fracturas faciales "por estallido" que pueden afectar a
diferentes estructuras casi siempre unidas a otras graves lesiones. Es imprescindible la
TAC para la adecuada valoración de estas lesiones.
Fracturas mandibulares
La mandíbula es otro hueso que se fractura con frecuencia en los traumatismos faciales.
Los hallazgos clínicos incluyen maloclusión dental, asimetría de la cara, movimientos
anómalos de partes de la mandíbula o los dientes.
La mandíbula se rige por la ley de los huesos circulares, que cuando se fracturan lo hacen
por más de un sitio, por lo que cuando se observa una fractura hay que descartar una
segunda fractura asociada. Cuanto más rígido sea un hueso circular más fácil es que esto
ocurra. La mandíbula tiene un cierto grado de elasticidad debido a que la articulación
temporo-mandibular absorbe parte de la fuerza del traumatismo.
Tradicionalmente las fracturas mandibulares duplicaban a las fracturas faciales, pero esta
proporción ha disminuido debido a las fracturas por accidente de tráfico. las fracturas
mandibulares pueden ocurrir en cualquiera de los siguientes lugares:
Cuerpo 30 - 40 %
Ángulo 25 - 31 %
Cóndilo 15 - 17 %
Sínfisis 7 - 15 %
Rama 3-9%
Alveolar 2-4%
Apófisis coronoides 1 - 2 %
La mandíbula puede también luxarse sin fractura. Algunas veces de forma espontánea
durante un bostezo. El paciente refiere dolor e imposibilidad para cerrar la boca. El
espasmo de los músculos maseteros y pterigoideos tienden a forzar los cóndilos hacia
delante impidiendo el cierre de la boca y la reducción de la luxación.
2. Las fracturas de sínfisis son complicadas de ver incluso en una proyección AP.
6. Una línea de fractura entrando en un diente debe considerarse por definición como
fractura abierta.