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• Grado II: hemorragia interventricular que compromete entre el 10 y el 50% del área
ventricular
• Grado III: hemorragia interventricular que compromete más del 50% del área ventricular
y dilata en la mayoría de los casos los ventrículos laterales
• Idealmente cada uno de estos neonatos debe tener al menos una ecografía
dentro de los tres primeros días de nacido, con un control al finalizar la primera
semana de vida.
• Corrección de fluctuaciones en el flujo sanguíneo cerebral. Neonatos con Membrana Hialina severa pueden tener una
actividad respiratoria asincrónica con el ritmo del ventilador, la cual se ha asociado con un patrón fluctuante de
velocidad del flujo sanguíneo cerebral. Dichos neonatos podrían beneficiarse del uso de ventiladores sincronizados con
el paciente y/o maniobras para lograr esta sincronía, aunque falta la evidencia del beneficio de estas maniobras. El uso
de sedantes y/o relajantes musculares, tales como fentanyl y pancuronio no han demostrado beneficio y hay alta
controversia al respecto.
• Manejo oportuno y cuidadoso de trastornos hemodinámicos tales como shock séptico y Ductus arterioso. Debe
recordarse no aumentar en forma aguda el volumen intravascular mediante infusiones rápidas, coloides o “bolos” para
no producir cambios del flujo intracerebral.
• Corrección de anormalidades de la coagulación. Aunque es un grupo específico de recién nacidos los trastornos en la
coagulación (plaquetas, factores vitamina k dependientes) pueden desempeñar un rol en la patogénesis de la H.P.I.V.,
no está claro si las intervenciones terapéuticas para corregir esas anormalidades estén indicadas en todos los casos. No
existen estudios controlados sobre este aspecto y el medico a cargo debe seleccionar cuales pacientes se pueden
beneficiar de esta alternativa.
MEDIDAS RECOMENDADAS EN PACIENTES
CON H.P.I.V.
Recomendación
• Ecografía: aproximadamente el 50% de los neonatos con H.P.I.V. presentan un cuadro
estable en el cual el tamaño de los ventrículos permanece normal o demuestra una muy
discreta dilatación.
• El otro 50% de las H.P.I.V. evoluciona hacia una dilatación progresiva del tamaño
ventricular que habitualmente ocurre durante el primer mes postnatal. Debido a que las
manifestaciones clínicas de aumento del perímetro cefálico, cambios en las suturas, etc.,
pueden demorarse días a semanas después de iniciada la dilatación, se deben tomar
ecografías sucesivas cada 5-10 días que mostrarían el crecimiento paulatino de los
ventrículos; esto puede estar asociado o no a un adelgazamiento de manto cerebral.
• Aun así, más de la mitad de estos neonatos experimentan una resolución espontanea de
la dilatación en un plazo de 4 a 6 semanas, en el resto los ventrículos continúan
dilatándose. El manejo terapéutico en estos casos incluye: uso de diuréticos, punciones
lumbares a repetición, ventriculostomias y derivaciones ventriculoperitoneales en última
instancia.
MANEJO DE LA
HIDROCEFALIA/DILATACIÓN VENTRICULAR
POST H.P.I.V.
Recomendación
• 1.- progresión lenta (velocidad de crecimiento del perímetro cefálico < a 2 cm/semana)
(30%). La forma lenta solo se observa hasta que complete 4 semanas o cambie la
velocidad de dilatación; en ese caso se inicia tratamiento.
• 2.- progresión rápida (5%). La forma de progresión rápida requiere tratamiento desde el
principio. Las formas que detienen su crecimiento solo se observan
• Las hemorragias pequeñas habitualmente están asociadas con relativa baja mortalidad y
poca probabilidad de hidrocefalia, no así las hemorragias extensas, las que
frecuentemente están asociadas a un pronóstico pobre
Recomendación