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En abril del 2010, Marisela Escobedo Ortiz salió a la luz pública para exigir la pena
máxima contra Sergio Rafael Barraza Bocanegra, por el asesinato de su hija Rubí Marisol
Frayre, de 16 años, cuyo cadáver fue calcinado y tirado a un basurero.

“Encontrar de mi hija dos, tres huesitos calcinados, y saber que el resto se lo


comieron los perros, no es grato para nadie… Si una pérdida es dolorosa, de esa
manera lo es más”, dijo Marisela el 19 de abril de 2010, a unos días de que Barraza fuera
presentado ante un Tribunal de Juicio Oral como el presunto responsable, a la postre lo
declararía inocente.

En la caminata de aquél día, la madre llevaba un letrero atado en la espalda en donde se


lee “Sergio R. Barraza. 25 años. Asesino. Pena máxima”. Aquella sería la primera de las
múltiples acciones emprendidas por Marisela –enfermera de profesión– hasta que en
diciembre de 2010 fue asesinada afuera del Palacio de Gobierno en la ciudad de
Chihuahua, mientras realizaba un plantón en busca de justicia.

Desde agosto de 2008 comenzó el sufrimiento de Marisela tras el extravío de Rubí. El 28


de septiembre la adolescente fue reportada como desaparecida, luego se realizaron varios
rastreos.

El 20 de abril de 2009, la madre de Rubí Marisol Frayre ofreció una recompensa de mil
500 dólares a quien proporcionara información que permitiera dar con el paradero de
Sergio Rafael Barraza Bocanegra, de quien sospechaba que era el responsable del
asesinato de su hija y de retener ilegalmente a su nieta.

Barraza fue localizado el miércoles 16 de junio de 2009 en Fresnillo, Zacatecas, y con la


colaboración de la Procuraduría de aquella entidad, fue arrestado en una casa ubicada en
el Callejón de la Golondrina número 1. Al día siguiente, el sospechoso fue trasladado vía
aérea a Ciudad Juárez y la niña fue entregada a la abuela materna.

El 26 de abril de 2010 inicio el juicio contra Sergio Rafael y tres días después, por
unanimidad el Tribunal lo declaró inocente. Eso provocó que Escobedo Ortiz saltara de su
lugar junto a dos agentes del Ministerio Público y aventara a media sala y frente a los
jueces un Código Penal del Estado de Chihuahua, al tiempo que emitía gritos
desgarradores.

“¡No! ¿Y mi hija, Señor?”, gritó Marisela al conocer la resolución judicial para luego
desmayarse y ser asistida por unas amigas que presenciaban la audiencia, pues sus hijos
y hermanos también estallaron en llanto y cólera y fueron sacados del recinto oficial.
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En esa ocasión, el Tribunal resolvió que la única prueba presentada por el Ministerio
Público adscrito a la Fiscalía Especial para la Investigación de Homicidios de Mujeres era
insuficiente, pues se resumía a lo expresado por el propio acusado, ante diversas
personas: dos agentes de la Policía Municipal, un agente de la Policía Ministerial
Investigadora y a su padrastro, en el sentido de que él había dado muerte a Rubí Marisol
al encontrarla con otro hombre.

“Estas manifestaciones no merecen valor probatorio suficiente para por sí solas demostrar
el hecho, pues la testigo Marisela Escobedo Ortiz dijo que el acusado tenía fama de no
decir la verdad y alardear. Además, no coincide con lo que el menor Ángel Gabriel Valles
Maciel afirmó, que oyó decir al acusado, en los últimos días de agosto de 2008, sobre que
había matado a su pareja y a otra persona, pero con disparos de pistola.

Por ende, la única prueba en este sentido se encuentra en contradicción con otra de la
misma fuente, lo que nos permite asegurar que, al menos en una de las versiones (golpes
a la menor o disparos de pistola) el hoy acusado mintió, y al ignorarse en cuál de ellas lo
hizo, no puede tenerse por verdadera ninguna de las versiones”, citó el juez redactor,
Netzahualcóyotl Zúñiga Vázquez.

A partir de esto la lucha de Marisela Escobedo se redoblaría. Con marchas, recolección


de firmas, y la búsqueda que emprendió con sus familiares en el estado de Zacatecas,
distribuyendo pesquisas en varios estados de la República Mexicana, protestas en la
Ciudad de México y reuniones con activistas y grupos sociales, entre otras acciones.

El 20 de mayo de 2010, también por unanimidad, magistrados del Tribunal de Casación (o


apelación) declararon a Sergio Rafael Barraza Bocanegra culpable del asesinato de la
menor Rubí Marisol y ordenaron que se constituyera un Tribunal de Juicio Oral diferente al
que el 29 de abril lo exoneró.

Esto dio paso a que cuatro días después se le impusiera en ausencia a Sergio Rafael una
condena de 50 años de cárcel y con ello reinició su búsqueda. Para reaprehenderlo se
ofreció una millonaria recompensa que inició con una bolsa de 100 mil pesos y llegó a 5
millones.

El 18 de diciembre de 2010, el Supremo Tribunal de Justicia del Estado suspendió a los


jueces que declararon inocente a Sergio Rafael: Catalina Ochoa Contreras, Rafael Boudid
Jurado y Netzahualcóyotl Zúñiga Vázquez y quienes a la postre presentaron sus renuncias
y con ello evitaron un juicio político.
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Dos días antes de la suspensión, Marisela Escobedo Ortiz fue asesinada de un disparo
en la cabeza con una pistola 9 milímetros. Los últimos nueve días, Escobedo los pasó
frente al Palacio de Gobierno en la ciudad de Chihuahua, donde mantenía un plantón para
exigir a las autoridades estatales que atraparan a Barraza Bocanegra.

El 18 de diciembre un comando armado quemó una maderería propiedad del ex esposo


de Marisela, José Monge Amparán y “levantaron” al hermano, Manuel Monge Amparán.

El 7 de octubre del 2012, la Fiscalía General del Estado zona Norte presentó a José
Enrique Jiménez Zavala, alias “El Wicked”, líder operativo de “Los Aztecas” como autor
material del asesinato de Marisela Escobedo.

En esa fecha, en conferencia de prensa, el gobernador del Estado, César Duarte Jáquez,
dijo que “El Wicked” recibió la orden de asesinar a Escobedo luego de que ella acudió a
Zacatecas a buscar Barraza. La orden la habría recibido del ex ministerial Jesús Antonio
Rincón Chavero, alias El Tarzán, tercero en la estructura de mando de la organización “La
Línea” y quien ya se encuentra detenido en Guadalajara, Jalisco.

De acuerdo con los datos aportados, el homicidio de Marisela era un acuerdo entre las
organizaciones “La Línea” y “Los Zetas”, ya que Sergio Barraza andaba en Zacatecas con
éste grupo y las acciones de Marisela ya hacían mucho eco en las noticias.

En el mismo mes, la autoridad informó que José Arturo Barrón Rodríguez alias “El Gordo”
participó junto con Jiménez Zavala en el homicidio de la activista.

Hoy, los tres protagonistas principales de esta historia que le dio vuelta al mundo: Rubí
Marisol, Marisela y Sergio Rafael, se encuentran muertos.

bcarmona@redaccion.

diario.com.mx

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