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Revista de Psicología del Trabajo y de las

Organizaciones
ISSN: 1576-5962
revistas_copm@cop.es
Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid
España

MORENO-JIMÉNEZ, BERNARDO; RODRÍGUEZ-MUÑOZ, ALFREDO; MORENO, YNMIG;


GARROSA, EVA
El papel moderador de la asertividad y la ansiedad social en el acoso psicológico en el trabajo: dos
estudios empíricos
Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, vol. 22, núm. 3, 2006, pp. 363-380
Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid
Madrid, España

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Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones - 2006
Volumen 22, n.º 3 - Págs. 363-380. ISSN: 1576-5962

Artículo
El papel moderador de la asertividad y la ansiedad social en
el acoso psicológico en el trabajo: dos estudios empíricos1

The moderating role of assertiveness and social anxiety in the


workplace bullying: two empirical studies
BERNARDO MORENO-JIMÉNEZ2
ALFREDO RODRÍGUEZ-MUÑOZ2
YNMIG MORENO2
EVA GARROSA2
Fecha de Recepción: 15-09-06 Fecha de Aceptación: 14-10-06

RESUMEN

Tradicionalmente, la investigación sobre el acoso psicológico se ha focalizado en los


estresores laborales y los factores contextuales como factores antecedentes. Sin embargo, la
asociación entre los antecedentes organizacionales y el acoso es compleja y son varias las
características de personalidad y factores individuales que pueden actuar como moderado-
res de esta relación (Einarsen, 2000). Para contrastarlo, se llevaron a cabo dos estudios
empíricos para examinar el papel moderador de la personalidad en el proceso del acoso psi-
cológico en el trabajo. En el primer estudio la muestra estuvo formada por 120 inmigrantes
latinoamericanos. De acuerdo con la hipótesis inicial, los resultados de los análisis de regre-
sión múltiple jerárquica mostraron que la asertividad moderaba la relación entre el antece-
dente organizacional inequidad laboral y el acoso psicológico. El segundo estudio se realizó
en 183 víctimas de acoso. Los resultados mostraron que la ansiedad social y la asertividad
moderaban la relación entre el acoso y sus efectos sobre la salud. Además, se encontraron
diferencias de género en las quejas de salud derivadas del acoso.

ABSTRACT

Research on workplace bullying has traditionally been focused on work-related stressors

1 Esta investigación ha sido posible en parte gracias a la financiación recibida por el Instituto de la Mujer

(I+D+I 36/05), y a la beca predoctoral de la Universidad Autónoma de Madrid (Alfredo Rodríguez Muñoz).
2 Universidad Autónoma de Madrid.

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and contextual factors as antecedent conditions. However, the association between


organizational factors and bullying is complex and several personality characteristics and
individual factors may act as moderators of this relationship (Einarsen, 2000). In order to
contrast it, two empirical studies were conducted to examine the moderating role of perso-
nality in the process of workplace bullying. In the first study the sample consisted of 120
Latin-American immigrants. According to the initial hypothesis, the results of the
hierarchical multiple regression analysis showed that assertiveness moderated the relations-
hip between the organizational antecedent of inequity at work and bullying. The second
study was conducted among 183 victims of bullying. Results showed that social anxiety
and assertiveness moderated the relationship between bullying and its effects on health.
Furthermore, gender differences were found in health complaints as a consequence of
bullying.

PALABRAS CLAVE

Acoso psicológico en el trabajo, Variables de personali-


dad, Efecto moderador.

KEY WORDS

Workplace bullying, Personality variables, Moderator


effect.

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B. Moreno-Jiménez, A. Rodríguez-Muñoz, Y. Moreno, E. Garrosa

INTRODUCCIÓN acoso psicológico tiene que ver con la


falta de información y procedimientos de
Desde los orígenes de la investigación intervención con los que cuenta la organi-
sobre el acoso psicológico en el trabajo se zación para actuar contra el mobbing
ha generado un intenso debate entorno a (Moreno-Jiménez, Rodríguez-Muñoz,
las causas que explican el fenómeno. Garrosa y Morante, 2005a; Salin, 2004).
Durante las últimas décadas se han des-
arrollado numerosas investigaciones y Esta perspectiva psicosocial fue defen-
análisis teóricos en el ámbito del acoso dida por Leymann, (1996) quien conside-
psicológico, aunque de forma general las raba que los factores de personalidad eran
distintas aproximaciones teóricas pueden irrelevantes para el estudio del acoso psi-
resumirse en dos modelos complementa- cológico. Probablemente Leymann trató
rios: la hipótesis organizacional y la de de minimizar el papel que los factores per-
personalidad (Einarsen, 2000). sonales pudieran tener en la aparición y
desarrollo del mobbing, con la intención
Los supuestos de la primera perspectiva de defender a las víctimas. Sin embargo,
de análisis del acoso laboral conciben los los estudios del grupo de investigación de
factores organizacionales y las deficien- Bergen, entre otros, claramente muestran
cias en el entorno laboral como las princi- que los factores del entorno de trabajo tan
pales variables explicativas del mobbing sólo pueden explicar una parte del fenó-
(Einarsen, Raknes y Matthiesen, 1994; meno (Einarsen y Skogstad, 1996). Desde
Leymann, 1996; Zapf, Knorz y Kulla, esta perspectiva, el acoso psicológico no
1996). Esta aproximación cuenta con un se entiende como un fenómeno estático,
amplio apoyo, ya que se dispone de un sino como un proceso escalar gradual en
importante volumen de datos referentes a el que la persona objeto de acoso se
factores organizacionales y psicosociales enfrenta a agresiones que crecen en inten-
implicados en el proceso del acoso psico- sidad y frecuencia (Einarsen, 2000; Ley-
lógico (para una revisión, véase Hoel y mann, 1996), donde las estrategias de
Salin, 2003). Desde esta perspectiva, afrontamiento parecen ser decisivas. Por
Einarsen et al. (1994) encontraron que el tanto, si se concibe el acoso como un pro-
conflicto de rol, el liderazgo autoritario y ceso, el ambiente de trabajo y los factores
la falta de control o de autonomía sobre el individuales y de personalidad pueden
propio trabajo se asociaban significativa- estar jugando distintos roles en las dife-
mente con el acoso. Por su parte Vartia rentes etapas del mismo. El acoso psicoló-
(1996), en un estudio en trabajadores fin- gico ocurre en un sistema social interacti-
landeses, encontró que las víctimas de vo, siendo un proceso claramente transac-
acoso describían su ambiente laboral cional. Se ha comprobado que existen
como estresante y con una alta sobrecarga diferencias personales en la vivencia y
de trabajo. Del mismo modo, Agervold y afrontamiento del acoso psicológico de
Mikkelsen (2004) observaron claras dife- quienes lo sufren, así como en el desarro-
rencias entre departamentos, en función llo posterior de los problemas de salud
del número de personas acosadas, en las asociados (Matthiesen y Einarsen, 2001;
demandas laborales y los estilos directi- Zapf y Gross, 2001). Por ello, los últimos
vos. Otro tipo de factores organizacionales desarrollos teóricos enfatizan la necesidad
que pueden favorecer la aparición del de integrar las variables de personalidad

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en el estudio y análisis del proceso de Uno de los estudios clásicos en esta


acoso (Zapf y Einarsen, 2003), aunque perspectiva lo constituye una investiga-
siempre con la precaución de no culpar a ción norteamericana realizada con vícti-
la víctima. El énfasis no está tanto en la mas de acoso que reclamaban una indem-
causalidad como en la vulnerabilidad. nización a sus compañías de seguros.
Gandolfo (1995) estudió el perfil de per-
Lo que algunos autores han denominado sonalidad de 47 personas acosadas
“hipótesis de la personalidad” postula una mediante el MMPI-2 y lo comparó con
asociación entre ciertas características per- grupo control, que igualmente reclamaba
sonales y la aparición del acoso en el tra- indemnizaciones pero que no habían
bajo. Ha habido expertos que han tratado padecido acoso laboral. Se comprobó que
de delimitar cuáles son las características el grupo de víctimas de acoso mostraba
de personalidad que caracterizan a las víc- mayor número de alteraciones psicológi-
timas de acoso. Al respecto, los últimos cas y emocionales, con altas puntuaciones
estudios llevan a concluir que no parece en depresión y tendencia a la somatiza-
existir un perfil general de personalidad de ción. Estos hallazgos fueron replicados
la víctima que pueda explicar por qué posteriormente por Matthiesen y Einarsen
surge el acoso (Glaso, Matthiesen, Nielsen (2001), quienes hallaron que determina-
y Einarsen, 2006), sino más bien dar cuen- dos variables de personalidad constituían
ta de ciertas diferencias personales en el factores de vulnerabilidad en el proceso
proceso. Dentro de este paradigma, una de de acoso psicológico, aunque existía bas-
las variables que mayor interés ha suscita- tante heterogeneidad en cuantos a los dis-
do son los recursos de afrontamiento que tintos perfiles de personalidad. Por su
desarrollan las personas ante el acoso. parte, Zapf (1999a) exploró las razones
Knorz y Zapf (1996) y Zapf y Gross por las cuales las víctimas consideraban
(2001) han comparado las conductas de que habían llegado a ser acosadas. El 37%
afrontamiento de víctimas que superaron de la muestra indicó que los factores indi-
con éxito el acoso frente a las de personas viduales se encontraban involucrados en
cuya situación empeoró. Las víctimas que el proceso de acoso. De esta forma, tanto
tuvieron éxito evitaban con mayor frecuen- los acosadores como las víctimas señalan
cia comportamientos que pudieran volver- con frecuencia que las características de
se contra ellos (ej., absentismo), y eran personalidad son factores importantes a la
más competentes en reconocer conductas y hora de explicar por qué algunas víctimas
situaciones que agravaban el conflicto. En son acosadas (Einarsen, Raknes, Matthie-
este sentido, Niedl (1995) señala que una sen y Hellesøy, 1994).
persona llega más fácilmente a ser objeto
de acoso si por alguna razón es incapaz de Aunque la personalidad por sí sola no
defenderse. De igual forma, en un estudio tenga capacidad predictiva en la aparición
Noruego (Einarsen et al., 1994), muchas del acoso, sí parece tener influencia en la
víctimas de acoso indicaron que su falta de interpretación de las conductas hostigado-
recursos de afrontamiento y autoeficacia, ras y la forma de reaccionar ante ellas
así como una baja autoestima, una elevada (Einarsen, 2000). Diversos estudios han
ansiedad social y la falta de habilidades de comprobado que el acoso psicológico se
gestión del conflicto, contribuyeron a agra- encuentra fuertemente asociado con dife-
var el problema. rentes problemas físicos y psicológicos

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(Hoel, Faraguer y Cooper, 2004; Hogh, MÉTODO


Henriksson y Burr, 2005; Leymann y Gus-
tafsson, 1996), que distintas variables de Participantes y procedimiento
personalidad moderan (Mikkelsen y
Einarsen, 2002a; Nielsen, Matthiesen y La muestra del estudio estuvo formada
Einarsen, 2006) o median (Hansen, Hogh, por 120 trabajadores inmigrantes latinoa-
Persson, Karlson, Garde y Orbaek, 2006) mericanos, todos ellos residentes en la
esta relación. Comunidad de Madrid. El 53,3% son
hombres, mientras que la media de edad
Desde esta perspectiva transaccional, el se sitúa entorno a los 33,3 años (d.t. =
objetivo del presente artículo consiste en 4,69) y la media de experiencia laboral es
analizar el papel moderador de determina- de 4,99 años (d.t. = 3,01). Respecto al
das variables de personalidad en el proce- nivel de formación académica, más de la
so de acoso psicológico en el trabajo a tra- mitad han completado estudios primarios
vés de dos estudios empíricos. o secundarios (66,7%). El 32,5% de los
trabajadores son operarios, el 35,8% no
tienen contrato laboral y trabajan una
ESTUDIO 1 media de 48 horas a la semana (d.t. = 9,6).
Respecto a la nacionalidad, el porcentaje
Objetivos e hipótesis más importante corresponde a ecuatoria-
nos (33%), colombianos (17,5%) y perua-
El objetivo de este primer estudio es nos (11,7%). El acceso a la muestra se
analizar si la asertividad modula la rela- realizó a través de distintas asociaciones
ción entre la inequidad laboral y el acoso de inmigrantes de la ciudad de Madrid.
psicológico. De esta forma se plantearon Los datos se recogieron mediante entrevis-
las siguientes hipótesis: tas semi-estructuradas, durante las cuales
los participantes rellenaban el protocolo
H1: La asertividad será un factor de evaluación. Los sujetos participaron
que atenúe la relación entre la voluntariamente en la investigación, pre-
inequidad laboral y el acoso psico- vio consentimiento informado. Aproxima-
lógico. En situaciones de inequidad damente uno de cada diez rechazó partici-
laboral aquellas personas que pre- par en el estudio.
senten altos niveles de asertividad
obtendrán menores puntuaciones en
acoso psicológico. Instrumentos

H2: La ansiedad social será un – Como medida del acoso psicológico


factor de vulnerabilidad en la rela- se utilizó una versión modificada del
ción entre la inequidad laboral y el Cuestionario de Acoso Psicológico en el
acoso psicológico. En situaciones Trabajo (CAPT) (Moreno-Jiménez et al.,
de inequidad laboral aquellas per- 2005a), adaptado a población inmigrante.
sonas que presenten altos niveles de En la presente investigación el cuestiona-
ansiedad social presentarán mayo- rio contiene dos secciones. La primera
res puntuaciones en acoso psicoló- recoge conductas típicas de acoso, respec-
gico. to a las cuales el sujeto debe indicar el

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grado en que ha padecido dichas conduc- Scale (SAD; Watson y Friend, 1969). Se
tas (ej., “Mis compañeros de trabajo me utilizó una versión reducida de 6 ítems
excluyen de sus encuentros o reuniones”; (ej., “El hecho de que me presenten a
“He recibido comentarios o comporta- gente desconocida me causa temor e
mientos ofensivos en relación con mis cre- inquietud”). Las opciones de respuesta
encias religiosas”), con cinco alternativas oscilan entre (1) “Totalmente Falso” y (4)
de respuesta en un escala de 0 (“Nunca”) a “Totalmente Verdadero”. Las puntuacio-
4 (“Continuamente”). También recoge nes altas indican mayores niveles de
información respecto a la duración y fre- ansiedad social. El coeficiente alpha de
cuencia del acoso. El coeficiente de fiabi- Cronbach del cuestionario en el presente
lidad (alpha de Cronbach) de este factor estudio fue de 0,98.
fue de 0,95.

La segunda parte del cuestionario RESULTADOS


incluía aspectos de la organización que
pueden actuar como antecedentes de la En un primer análisis de correlación
aparición del acoso psicológico. En con- bivariada de Pearson se observa que el
creto, este factor hace referencia a aspec- acoso psicológico se asocia positiva y sig-
tos relativos a la capacidad de participa- nificativamente con la inequidad laboral (r
ción en la toma de decisiones y a la equi- = 0,75; p<,001) y la ansiedad social (r =
dad en los criterios de promoción (ej., “La 0,33; p<,001), y negativamente con la
organización dispone de medios para que asertividad (r = -0,44; p<,001).
pueda comunicar sugerencias de mejora o
quejas”, ítem inverso). Este factor consta Se realizó una ecuación de de regre-
de 7 ítems con un formato de respuesta sión múltiple jerárquica por pasos para
que va de de 0 (“Nunca”) a 4 (“Continua- determinar los efectos principales y de
mente”). Mayores puntuaciones indican interacción de la variable de inequidad
menor equidad en el trabajo. El coeficien- laboral y la asertividad a la hora de pre-
te de fiabilidad fue de 0,91. decir el acoso psicológico. En todo
momento se siguieron los procedimientos
– Se utilizó una versión reducida de 6 recomendados para el análisis de modera-
ítems del Rathus Assertiveness Schedule ción (Aiken y West, 1991; Cohen y
(Rathus, 1973) para evaluar la asertividad Cohen, 1983). Para minimizar los efectos
(ej., “He evitado hacer preguntas por de la multicolinealidad, se realizaron
miedo a parecer tonto”). El rango de res- todos los análisis de regresión con las
puesta de los ítems va de 1 (“totalmente variables independientes estandarizadas
de acuerdo; muy característico de mí”) a 4 (Aiken y West, 1991; Kleinbaum, Kup-
(“totalmente en desacuerdo; poco caracte- per y Muller, 1988). De acuerdo con
rístico de mí”). Las puntuaciones altas Kleinbaum, Kupper y Mueller (1988) y
indican mayor asertividad. En el presente Ryan, (1997), los valores de factor de
estudio, la fiabilidad de la escala fue de inflación de la varianza (FIV) por encima
0,87. de 10 y los índices de tolerancia menores
de 0,10 pueden indicar la presencia de
– La ansiedad social se ha evaluado multicolinealidad. Los resultados de los
mediante la Social Avoidance and Distress análisis de regresión indicaron que no

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existía colinealidad entre las variables del un 62,2% de la varianza total. En concre-
estudio. Las variables independientes to, la variable inequidad laboral es la
fueron introducidas en la ecuación de única que presenta un efecto principal (β‚
regresión en tres pasos sucesivos. En pri- = ,73; p<,001).
mer lugar, se introdujeron distintas varia-
bles socio-demográficas para controlar Respecto a los efectos de interacción,
sus posibles efectos. En segundo lugar, se los resultados muestran que la variable
introdujeron las variables de inequidad asertividad modera la relaciones entre la
laboral, asertividad y ansiedad social, inequidad laboral y el acoso psicológico
para observar sus efectos principales. Por (β‚ = -,19; p<,01). La inclusión de la inter-
último, se introdujo la interacción entre acción en el último paso resultó significa-
ambas las variables independientes tiva [(F(8,110) = 8,24; p<,01)] y añadió un
(Inequidad Laboral x Asertividad; 3,5% de varianza adicional.
Inequidad Laboral x Ansiedad Social).
Como variable dependiente se utilizó una Para poder interpretar estos resultados
puntuación global de acoso psicológico. se ha representado gráficamente la interac-
ción según el procedimiento estándar
Los resultados del análisis de regre- (Aiken y West, 1991). Tal y como se apre-
sión indican que la inequidad laboral y su cia en la figura nº 1, la influencia de la
interacción con asertividad predicen sig- inequidad laboral sobre el acoso laboral se
nificativamente el acoso psicológico atenúa cuando son altos los niveles de
[F(4,108) = 23,94; p<,001], explicando Asertividad.

Tabla 1. Análisis de regresión jerárquicaa

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Figura 1. Interacción Inequidad Laboral X Asertividad en Acoso Psicológico

ESTUDIO 2 entre el acoso psicológico y las con-


secuencias. En concreto, en situa-
Objetivos e hipótesis ciones acoso aquellos que presenten
altos niveles de asertividad presen-
El segundo estudio explora el papel de tarán una salud menos deteriorada.
diversas variables de personalidad (aserti-
vidad, ansiedad social y locus de control) H5: Las consecuencias derivadas
en los efectos derivados del acoso psicoló- del acoso incidirán en mayor medi-
gico en el trabajo. Igualmente, dentro del da en las mujeres que en los hom-
estudio de las diferencias personales en el bres.
acoso psicológico, queríamos determinar
el papel del género en las consecuencias
mencionadas. En este sentido, se plantea- MÉTODO
ron las siguientes hipótesis:
Participantes y procedimiento
H3: La ansiedad social y el locus
de control externo serán factores de La investigación se realizó con personas
vulnerabilidad en la relación entre que han demandado asistencia o ayuda a
el acoso psicológico y las conse- alguna asociación o plataforma contra el
cuencias. En situaciones de acoso acoso. Siguiendo una definición de acoso
aquellas personas que presenten psicológico, todos se consideraban vícti-
altos niveles de ansiedad social y mas de mobbing y cumplían los criterios
locus de control externo presentarán temporales que se tienen en cuenta para
una salud más deteriorada. concebir una situación como acoso (Einar-
sen, 2000; Leymann, 1992). La muestra
H4: La asertividad será una estaba formada por un total de 183 perso-
variable protectora en la relación nas, el 46,4% son mujeres, con una edad

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media de 39,58 años (d.t. = 7,85) y una – La Asertividad se evaluó mediante


media de experiencia laboral de 15.17 años una versión reducida de 6 ítems del Rathus
(d.t. = 9,07). El nivel de estudios es mayo- Assertiveness Schedule (Rathus, 1973). El
ritariamente bachiller con un 49,2%, mien- rango de respuesta de los ítems va de 1
tras que el 41,5% indica poseen estudios (“totalmente de acuerdo; muy característi-
superiores. Otro dato interesante, es que el co de mí”) a 4 (“totalmente en desacuerdo;
45,9% de los sujetos señalan estar desem- poco característico de mí”). Mayores pun-
pleados como consecuencia directa del tuaciones indican mayor asertividad. En el
acoso padecido, mientras que el 54,1% presente estudio, la escala mostró un índice
señala estar en la situación de acoso desde de fiabilidad de 0,79.
hace más de dos años. Todos los sujetos
incluidos en este grupo habían estado – La Ansiedad Social se evaluó a través
expuestos a estrategias de acoso de forma de una versión reducida de 6 ítems de la
sistemática. El acceso a la muestra de víc- Social Avoidance and Distress Scale
timas de acoso se realizó a través de 15 (Watson y Friend, 1969). Las opciones de
asociaciones y plataformas contra el acoso, respuesta oscilan entre (1) “Totalmente
distribuidas en 10 comunidades autónomas Falso” y (4) “Totalmente Verdadero”.
diferentes del territorio nacional. A través Mayores puntuaciones indican mayor
de una entrevista telefónica, se explicó al ansiedad social. La escala mostró un índi-
representante de la asociación el objetivo ce de fiabilidad de 0,88.
del estudio y las instrucciones sobre cómo
rellenar el cuestionario. En concreto, se – Cuestionario de Locus de Control de
enviaron 350 protocolos, recibiéndose 202 Levenson (1981). En el presente estudio
(57,7%). Se excluyeron 19 sujetos que no utilizamos la subescala de “otros podero-
cumplían los criterios mencionados ante- sos” (ej., “Mi vida esta controlada sobre
riormente. Todos los sujetos participaron todo por personas con poder”), compuesta
voluntariamente en la investigación previo por 8 ítems, con un rango de respuesta que
consentimiento informado. va de Totalmente en desacuerdo (1) hasta
Totalmente de acuerdo (6). Una alta pun-
tuación indica que se piensa que los otros,
Instrumentos los que tienen poder, afectan a los resulta-
dos de su vida. El alfa de Cronbach pre-
– Cuestionario de acoso psicológico en sentó un valor de 0,85.
el trabajo (Moreno-Jiménez et al., 2005a).
Se utilizaron 13 ítems conductas típicas de – Cuestionario de Salud General de
situaciones de acoso, respecto a las cuales Goldberg en su versión de 28 ítems
el sujeto debe indicar el grado en que ha (GHQ-28; Goldberg y Hillier, 1979). Esta
padecido las conductas, con cinco alterna- prueba es una medida para detectar pro-
tivas de respuesta en un escala de 0 blemas psicológicos, y está compuesto por
(“Nunca”) a 4 (“Continuamente”). La 4 subescalas formadas por 7 ítems cada
escala evalúa los factores de aislamiento una que representan las dimensiones de
social, desacreditación y exigencia extre- síntomas somáticos (ej., “¿Ha padecido
ma. En el presente estudio se utilizó el dolores de cabeza?”), ansiedad e insom-
índice global de acoso, que cuenta con un nio (ej., “¿Ha tenido dificultades para
índice de fiabilidad de 0,96. seguir durmiendo de un tirón toda la

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noche?”), disfunción social (ej., “¿Ha sen- co se realizaron diversos análisis de


tido que está desempeñando un papel útil regresión múltiple jerárquica para deter-
en la vida?”) y depresión grave (ej., “¿Ha minar los efectos principales y de interac-
pensado que vd. es una persona que no ción del acoso psicológico y de las varia-
vale para nada?”). Como señalan Lobo y bles de personalidad (Asertividad, Ansie-
Muñoz (1996), las subescalas del cuestio- dad Social y Locus de Control) sobre
nario no son totalmente independientes cada una de las dimensiones del Gold-
entre sí y no se corresponden necesaria- berg (Síntomas Somáticos, Ansiedad e
mente con diagnósticos psiquiátricos. En Insomnio, Disfunción Social y Depre-
este estudio se ha utilizado la puntuación sión). En primer lugar, se introdujeron
tipo Likert, que asigna pesos desde 0 hasta diferentes variables sociodemográficas
3, mayores puntuaciones indican una mala (Género, Tipo de Contrato y Experiencia
salud. La fiabilidad de las cuatro dimen- Laboral) para controlar su posible
siones fue la siguiente: 0,86 para Síntomas influencia, ya que estudios previos indi-
somáticos, 0,86 para Ansiedad e insom- can su relevancia en el proceso de acoso
nio, 0,82 para Disfunción Social y 0,92 psicológico (Moreno-Jiménez et al.,
para Depresión. 2005a; Salin, 2003). En el segundo paso
se introdujo la puntuación global de
acoso psicológico y las tres variables de
RESULTADOS personalidad (Asertividad, Ansiedad
Social y Locus de Control). Por último,
En primer lugar se realizó un análisis en el tercer paso se introdujeron las inter-
de correlación bivariada de Pearson. Los acciones entre las variables independien-
análisis de indican que el acoso psicológi- tes (acoso x asertividad, acoso x ansiedad
co en el trabajo muestra las relaciones más social y acoso x locus de control). Al
altas con el deterioro de la salud. Se obser- igual que en los análisis de regresión
va que se asocia positiva y significativa- anteriores, se siguieron las recomenda-
mente con las dimensiones del Goldberg, ciones de Aiken y West (1991), y se
especialmente con la depresión (r = 0,50; comprobó que los valores FIV y los índi-
p<,001) y la disfunción social (r = 0,47; ces de tolerancia se encontraban dentro
p<,001). En cuanto a las variables de per- del rango recomendado.
sonalidad, se advierte que la sintomatolo-
gía se relaciona significativamente con las Tal y como se aprecia en la tabla 2, los
tres dimensiones, especialmente con aser- efectos principales del acoso psicológico y
tividad, que presenta fuerte correlaciones las variables de personalidad siguen el
con depresión (r = -0,34; p<0,001), y patrón esperado. Género y acoso psicoló-
ansiedad e insomnio (r = -0,31; p<,001). gico predijeron significativamente la sin-
Igualmente, el acoso se relaciona positiva- tomatología somática [F(7,171) = 5,57;
mente con la ansiedad social (r = 0,18; p<,001], explicando más del 20% de su
p<,05) y locus de control (r = 0,27; varianza total. La variable acoso psicoló-
p<,001), y negativamente con la asertivi- gico aparece como la más significativa en
dad (r= -0,32; p<,001). la predicción de los síntomas somáticos
(β‚ =,44; p<,001), explicando el 22% de la
Para analizar el papel de la personali- varianza total de la variable criterio. Igual-
dad sobre los efectos del acoso psicológi- mente, el género muestra una asociación

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Tabla 2. Análisis de regresión jerárquicaa

significativa con la sintomatología somáti- p<,001], donde las variables anteriormente


ca (β‚ =,18; p<,05). mencionadas explican más del 36% de su
varianza.
Respecto a la variable Ansiedad e
Insomnio el modelo de predicción sigue Respecto a los efectos de interacción,
incluyendo los dos factores señalados los resultados muestran que tan solo apa-
[F(5,170) = 7,66; p<,001]. Conjuntamen- recen en la disfunción social y la depre-
te, estas dos variables explican el 29% de sión. Los análisis indican que la ansiedad
su varianza total. Acoso psicológico resul- social, además de tener efecto principal
ta de nuevo la variable que más relación (β‚ =,18; p<,05), modera las relación
presenta con la ansiedad e insomnio expli- entre el acoso y la disfunción social
ca (β‚ = ,46; p<,001). (p<,05). En la figura nº 2, se puede apre-
ciar que la relación entre el acoso y la dis-
Por otra parte, el género, el acoso psi- función social se acentúa ante altos nive-
cológico, la ansiedad social y su interac- les de ansiedad social. Igualmente, la
ción con acoso predicen la variable Dis- ansiedad social modera la relación exis-
función social [F(5,172) = 9,24; p<,001]. tente entre el acoso y la depresión (p<,05,
La variable que mayor influencia ejerce figura 4), siguiendo el patrón menciona-
sobre ella es de nuevo el acoso psicológi- do. Por su parte, la asertividad muestra un
co (β‚ =,38; p<,001). El mismo patrón papel moderador en la relación entre el
aparece en Depresión [F(8,171) = 10,41; acoso psicológico y la disfunción social

Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, 2006, vol. 22 n.º 3 373
El papel moderador de la sertividad y la ansiedad social en el acoso psicológico en el trabajo: dos estúdios...

(p<,05, figura 3). En la figura nº 3, se Como se indicó en la introducción, los


observa que la relación entre el acoso y la antecedentes organizacionales son las
disfunción social se atenúa ante altos variables que mayor relación muestran
niveles de asertividad. con la etiología del acoso psicológico. Los
resultados del primer estudio muestran la
alta asociación entre la inequidad laboral
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES con el acoso. Estos hallazgos concuerdan
con ciertos análisis teóricos que han seña-
El objetivo principal del presente traba- lado la importancia de la inequidad en el
jo consistió en analizar el papel modera- trabajo como factor antecedente del mob-
dor de determinadas variables personales bing (Piñuel, 2003). Por otro lado, los
en el proceso del acoso psicológico en el resultados de esta investigación coinciden
trabajo. Los resultados de los dos estudios con los de Coyne, Seigne y Randall
parecen confirmar que la asertividad y la (2000), quienes encontraron que las vícti-
ansiedad social afectan al proceso del mas de acoso, comparadas con un grupo
mobbing. control, tendían a ser menos asertivas y
presentan mayores niveles de neuroticis-
Del primer estudio se desprende que la mo y ansiedad. Del mismo modo, estos
asertividad amortigua la relación existente datos parecen apoyar los encontrados por
entre la inequidad laboral y el acoso, lo Zapf (1999b), en el que las víctimas se
que confirma la primera hipótesis. Estos definían a sí mismas como menos aserti-
resultados corroboran los hallazgos de vas que sus compañeros. Un resultado
investigaciones previas, que indican que similar encontraron O’Moore, Seigne,
algunas personas con menores habilidades McGuire y Smith (1998), quienes median-
sociales son más vulnerables a las situa- te entrevistas a víctimas de acoso, hallaron
ciones de acoso (Matthiesen y Einarsen, que tan solo un tercio de ellas se habían
2001). En este sentido, explorar las varia- enfrentado directamente a su acosador.
bles de personalidad que determinan una Por su parte Rayner (1998) encontró que
respuesta diferencial ante el acoso nos sólo el 45% de aquellos que habían sufri-
ayuda a comprender mejor los factores do acoso habían tomado la decisión de
que hacen que la gente resista ante condi- enfrentarse a su acosador. Los resultados
ciones de hostigamiento y a identificar las del segundo estudio confirman, al menos
características personales de quienes no parcialmente, la segunda y tercera hipóte-
pueden afrontar con éxito esta situación. sis, mostrándose la personalidad como
Sin embargo, el análisis del acoso psicoló- moderador de los efectos derivados del
gico desde modelos de personalidad no acoso psicológico.
debe confundir la influencia con la res-
ponsabilidad o la culpa, ni con el supuesto En este sentido, distintos estudios han
de psicopatologías previas. Como señalan puesto de manifiesto que el acoso psicoló-
Moreno-Jiménez, Rodríguez-Muñoz, gico supone un claro riesgo para la salud
Garrosa y Morante (2005b), es necesario (Mikkelsen y Einarsen, 2002b; Vartia,
evitar ciertos sesgos que algunas aproxi- 1996; Zapf et al., 1996). En la presente
maciones excesivamente individualistas o investigación, se observa que el acoso se
clínicas pueden mantener al ignorar las encuentra fuertemente relacionado con
influencias psicosociales. diferentes indicadores de mala salud,

374 Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, 2006, vol. 22 n.º 3
B. Moreno-Jiménez, A. Rodríguez-Muñoz, Y. Moreno, E. Garrosa

Figura 2. Interacción Acoso X Ansiedad Social en Disfunción social

Figura 3. Interacción Acoso X Asertividad en Disfunción social

Figura 4. Interacción Acoso X Ansiedad Social en Depresión

Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, 2006, vol. 22 n.º 3 375
El papel moderador de la sertividad y la ansiedad social en el acoso psicológico en el trabajo: dos estúdios...

estando moderada esta relación por la afrontamiento evitativas y de negación


ansiedad social y la asertividad en la dis- (Hogh y Dofradottir, 2001; Mathiesen y
función social y la depresión. Los datos se Einarsen, 2001). Igualmente, en un estu-
hallan en consonancia con estudios pre- dio de Zapf y Gross (2001), se observó
vios. Un reciente estudio de Nielsen et al. que las víctimas de acoso utilizaban con
(2006), mostró cómo la variable de perso- mayor frecuencia estrategias de afronta-
nalidad sentido de la coherencia moderaba miento pasivas y evitativas. Sin embargo,
la relación entre el acoso y el estrés pos- el tema es complejo y no resulta tan senci-
traumático. La importancia de los aspectos llo ni intuitivo como en un principio
cognitivos en los efectos derivados del pudiera parecer. Niedl (1996) señala que
acoso laboral ha sido señalada previamen- las víctimas de acoso no usan estrategias
te (Mikkelsen y Einarsen, 2002b; Rodrí- de afrontamiento típicas de “enfrentarse o
guez-Muñoz, Moreno-Jiménez, Morante y huir” (“fight and flight”), sino formas
Rodríguez-Carvajal, 2006). En una línea mucho más complejas. Estos resultados
similar, las víctimas de acoso han sido indican, al mismo tiempo, la importancia
descritas como cognitivamente poco flexi- y la heterogeneidad de la vivencia y el
bles y con una visión poco realista de sus afrontamiento del acoso psicológico.
propias habilidades sociales y recursos
(Brodsky, 1976). Mikkelsen y Einarsen Aunque autores tan prominentes como
(2002a), en una muestra de 433 trabajado- Leymann (1996) han criticado esta pers-
res daneses, encontraron que la autoefica- pectiva de análisis, ya que en algunos casos
cia moderaba la relación entre el acoso es la misma situación de acoso la que elici-
psicológico y la salud mental. Por su ta la variable en cuestión, resulta claro que
parte, Soares (2004), señala la relevancia existe una interacción entre la situación y la
que tiene el apoyo social para amortiguar persona que la experimenta. El proceso de
el impacto del mobbing y el posterior de- acoso no se produce en abstracto, sino en
sarrollo de sintomatología postraumática. personas concretas, y la organización per-
sonal de las mismas parece relevante. La
Además de la asertividad, los resulta- relevancia de las variables personales y de
dos de nuestro estudio mostraron que la afrontamiento en el proceso de acoso, per-
ansiedad social modera la relación entre el miten una aproximación activa. La persona
acoso y la sintomatología asociada. En puede utilizar recursos activos de interven-
este sentido, Einarsen, Raknes, Matthiesen ción y manejo de la situación, es decir no
y Hellesøy (1996) encontraron que la está condenado a vivirla pasivamente, lo
ansiedad social moderaba la relacion entre que abre perspectivas complementarias.
el acoso psicologico y distintas medidas Además del enfoque organizacional de pre-
de salud psicológica y somática. Relacio- vención e intervención, existe otro de capa-
nado con este hallazgo, estudios previos citación y formación. Sin duda alguna,
han mostrado que las víctimas de acoso ambos son complementarios.
poseen una pobre auto-imagen, al igual
que una alta ansiedad en las situaciones Por otra parte, diversos estudios han
sociales (Einarsen et al., 1994). Del puesto de manifiesto la importancia del
mismo modo, entre las víctimas de acoso género en el proceso del mobbing (Björkq-
se han encontrado perfiles de personalidad vist, Österman y Lagerspetz, 1994; More-
que están relacionados con formas de no-Jiménez, Rodríguez-Muñoz, Garrosa,

376 Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, 2006, vol. 22 n.º 3
B. Moreno-Jiménez, A. Rodríguez-Muñoz, Y. Moreno, E. Garrosa

Morante y Rodríguez, 2005c; Salin, 2003). vidual stress reactions. Work and Stress,
En este sentido, se ha comprobado cómo en 18(4), 336-351.
las mujeres los efectos derivados del pade-
cimiento del acoso suelen ser mayores. En Aiken, L. S. y West, S. G. (1991). Mul-
un estudio alemán se observó que las muje- tiple regression: Testing and interpreting
res padecían mayores niveles de ansiedad interactions. Thousand Oaks, CA: Sage.
así como más problemas psicosomáticos
(Zapf et al., 1996). Otros estudios han Björkqvist, K., Österman, K. y Lager-
hallado resultados similares (Niedl, 1996). spetz, K.M.J. (1994). Sex differences in
Los resultados obtenidos parecen indicar, covert aggression among adults. Aggres-
de acuerdo con la última hipótesis supuesta sive Behaviour, 20, 27-33.
inicialmente, que hombres y mujeres no
responden del mismo modo ante las situa- Brodsky, C.M. (1976). The harassed
ciones de acoso. worker. Toronto: Lexington Books, DC
Heath and Company.
Por último, existen una serie de limita-
ciones que deben tenerse en cuenta. La Coyne, I., Seigne, E. y Randall, P.
hipótesis de personalidad ha sido insufi- (2000). Predicting workplace victim status
cientemente investigada, y cuando lo ha from personality. European Journal of
sido, al igual que en el presente estudio, se Work and Organizational Psychology,
han empleado diseños transversales, lo 9(3), 335-349.
que dificulta las conclusiones en términos
causales como podría hacerlo una metodo- Crampton, S. M. y Wagner, J. A., III.
logía longitudinal. Otra de las limitaciones (1994). Percept-percept inflation in
consiste en que los datos de ambas investi- microorganizational research: An investi-
gación se obtuvieron a través de medidas gation of prevalence and effect. Journal of
de auto-informe, por lo que las relaciones Applied Psychology, 79, 67-76.
entre las variables del estudio pueden estar
sesgadas por la varianza del método Einarsen, S. (2000). Harassment and
común. Sin embargo, a este respecto se ha bullying at work: a review of the Scandi-
señalado que el error de varianza difícil- navian approach. Aggression and Violent
mente invalida los resultados (Crampton y Behavior, 4(5), 379-401.
Wagner, 1994; Lindell y Whitney, 2001).
Además, aunque los efectos principales Einarsen, S. y Skogstad, A. (1996).
puedan verse afectados por la varianza del Bullying at work: epidemiological find-
método común, los efectos de interacción ings in public and private organizations.
no pueden atribuirse simplemente a los European Journal of Work and Organiza-
efectos del método (Aiken y West, 1991). tional Psychology, 5, 185–201.

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