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Facultad
de Humanidades y Ciencias de la Educación. Departamento de Filosofía, La Plata,
2004.
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LAS T R ADI CI ON E S FI LOSÓFI C AS D E LA IN DI A Y D E
OC CI D E NT E
Sabemos, por otra parte, que no es fácil dar una definición de la palabra “filosofía”,
aceptable por todos. La larga serie de artículos concernientes a la noción de
“Philosophie” (en alemán), incluidos en el Historisches Wörterbuch der Philosophie, Vol.
7, col. 572-926, muestra el gran número de opiniones que han existido sobre esta noción.
Asumimos que filosofía básicamente es lo que en la terminología técnica india es llamado
un dar0ana, una peculiar manera de ver la realidad en que vivimos. Esta palabra es
usada para designar lo que los indios e indólogos consideran que es un “sistema indio de
filosofía”.
1
Por razones técnicas, ajenas a los autores y a nuestra voluntad, hemos tenido que eliminar todas las
marcas de las palabras transliteradas del sánscrito y el pali. Rogamos disculpen esta imprecisión. (Nota de
edición).
Así, pensamos que para tener una noción correcta de la tradición cultural india,
en sí misma y en su relación con la tradición cultural de Occidente, es necesario
prestar debida atención al problema de la existencia o no-existencia de una Filosofía
de la India, y encontrar una solución válida para él.
Dos hechos nos han ayudado en nuestro intento de llevar a cabo la demostración
de la existencia de una Filosofía de la India en el modo indicado (es decir: por las
similitudes encontradas en las producciones intelectuales de la India y de Occidente).
Primeramente, durante un buen número de años hemos estado dedicados al estudio e
investigación de los darshana o sistemas filosóficos indios, y en segundo lugar, durante
muchos años también hemos estado leyendo y estudiando las obras de los filósofos
occidentales.
Esta doble actividad, llevada a cabo con esa meta propuesta, nos permitió
encontrar numerosas similitudes de la clase indicada entre los darshana de la India y los
sistemas filosóficos de Occidente, y en consecuencia asumir que la oposición
tradicionalmente aceptada entre pensamiento de la India, como contenida por ejemplo en
los darshana y etiquetada como “irracional”, y la filosofía occidental, caracterizada como
“racional”, es sólo un mito basado en la ignorancia y en el prejuicio eurocéntrico, que
dicho sea de paso, no es mantenido sólo por los europeos sino por muchos de nuestros
colegas latinoamericanos que sufren del mismo inconcebible “eurocentrismo”.
Primera tesis
Por lo menos hasta el siglo XVI India, por un lado, y Grecia y Europa, por otro
lado, reflexionaron muchas veces sobre los mismos temas filosóficos, y de la misma
manera.
En India, Grecia y Europa hasta esa época por lo menos se encuentran los
mismos o idénticos problemas filosóficos, las mismas o idénticas formas de enfrentar
esos problemas, las mismas o idénticas soluciones.
Kant correctamente se opone a la idea de que nada nuevo pueda ser dicho: es
posible que nuevas ideas surjan, nuevas ideas que no tienen como predecesoras a ideas
similares. Ésta es la condición sine qua non para el avance del pensamiento.
Otros resultados acaban de aparecer en marzo del 2004 en un libro de unas 300
páginas, en inglés, publicado en Alemania por la editorial Olms (F. Tola and C.
Dragonetti, On the Myth of the Opposition between Indian Thougt and Western
Philosophy, Hildesheim, Olms Verlag, 2004). En este libro presentamos también un gran
número de similitudes entre ideas, teorías y doctrinas expresadas, de un lado, en los
Vedas, en las Upanishads y en el sistema Samkhya y, del otro lado, por autores
occidentales, griegos o europeos. En este libro ofrecemos los textos sánscritos originales
que contienen las ideas, teorías, doctrinas acompañados de nuestra traducción al inglés,
y además los correspondientes textos occidentales, en griego, latín, alemán, inglés,
francés, italiano, con su traducción al inglés, de modo que el lector pueda tener acceso
directo por sí mismo, y en forma que no deje lugar a duda, a las sorprendentes e
irrefutables similitudes que aducimos.
Es necesario señalar aquí que, aún cuando los pensadores indios usaron algunos
de sus dogmas culturales, a los cuales se les atribuye una autoridad a priori (un
procedimiento que podría ser considerado como un ejemplo de comportamiento no
racional), como punto de partida, base o postulado para construir sus sistemas
doctrinarios filosóficos, con todo, estos mismos pensadores en sus argumentaciones se
sometieron a los más estrictos requerimientos de la razón y de la lógica.
Debemos reconocer el hecho de que la misma opinión puede ser expresada con
relación a los pensadores occidentales (podríamos incluso decir con relación a los
pensadores pertenecientes a cualquier cultura): a pesar de seguir los requerimientos más
racionales y lógicos en sus razonamientos, ellos construyen sus teorías sobre bases o
Segunda tesis
Muchas ideas, teorías y doctrinas tanto en los darshana de la India como en los
sistemas de Occidente están basadas en meras creencias o son conclusiones,
lógicamente deducidas de meras creencias. Como hemos dicho, sin discutir ni poner en
cuestión el valor que poseen estas creencias, lo que se debe admitir es que tal clase de
ideas, teorías y doctrinas no son de naturaleza racional, teniendo en cuenta la naturaleza
del fundamento que las soporta.
En las Upanishads, por ejemplo, se encuentran muchos textos que afirman que el
mundo es una tríada y que todo en él está constituido por tres elementos o componentes.
En el Rig Veda y en los Brahmanas que son textos que cronológicamente preceden a las
Upanishads también se encuentran muchos ejemplos de grupos triádicos. El concepto
triádico de la realidad que se manifiesta en los textos citados iba a ser desarrollado
algunos siglos después por el sistema filosófico Samkhya en su teoría de los tres gunas,
que son concebidos como componentes de la Materia. La Materia, en virtud de su
La doctrina de la Trinidad que afirma que Dios es Uno y Trino, es una de las más
importantes creencias cristianas. Esta doctrina es difícil de comprender, de explicar y por
supuesto de demostrar: es un dogma de fe. A pesar de la naturaleza de creencia del
dogma de la Trinidad, ella ha servido como un principio de orden en la cultura europea.
Descartes pensaba que el alma mueve a la glándula pineal y que ésta a su vez
impulsa a los espíritus animales hacia aquella parte del cuerpo que el alma quiere mover
a través de ellos.
Leibniz, que no acepta este sistema, piensa que esto forzaría a Dios a realizar
milagros “de movimiento” todo el tiempo o a contar con la asistencia de ángeles que lo
ayuden a mover todos los miembros que se mueven en el mundo. El mismo Leibniz
propuso un nuevo sistema bajo el hermoso nombre de “armonía pre-establecida”. De
acuerdo con este sistema Dios crea dos autómatas (él mismo dice en francés: automates;
hoy podríamos decir dos robots): uno es el alma, el otro es el cuerpo. Estos dos
autómatas (o robots) están programados hasta en sus más mínimos detalles de tal
manera que, cuando se produce en uno un cierto movimiento, otro movimiento ocurre en
el otro que corresponde exactamente al anterior. En el caso de los dos robots y en el de
los dos relojes cuidadosamente coordinados (otro ejemplo usado por Leibniz), existen
movimientos físicos solamente; en el caso del alma y el cuerpo, existe un “movimiento”
psíquico en el alma y un “movimiento” físico en el cuerpo. Realmente la fantasía humana
no tiene límites incluso dentro del ámbito de la más severa filosofía.
No obstante, pensamos también que, dentro de los límites impuestos por los
dogmas culturales, la libertad intelectual existió en mucho mayor grado en India que en el
mundo europeo moderno. La tolerancia no fue una característica de la Europa cristiana.
Y en la misma obra Causa Dei § 81, Leibniz utiliza la teoría (errónea desde luego)
de la pre-formación - según la cual en el huevo, en el esperma y en la semilla se
encuentra, en proporciones sumamente pequeñas, dotado de todas sus características,
al ser vivo o a la planta que de ellos han de surgir – con el propósito de demostrar la
tesis, ya de antemano aceptada, de la transmisión del pecado original de Adán y Eva a
todos sus descendientes, la humanidad, la triste massa perditionis.
La Filosofía occidental nunca olvidó que ella había sido durante muchos siglos la
ancilla theologiae, la “sierva de la teología”, y que como tal ella tenía que seguir y
obedecer a su domina, su “señora”, y tener siempre presente sus intereses y
preocupaciones; los hábitos (impresiones o predisposiciones) dejados por esa condición
sobrevivieron en ella por un tiempo más largo de lo que usualmente se admite.
En cuanto a los filósofos indios, digamos que ellos percibieron claramente que su
actividad como tales tenía un fin externo a esa actividad: el logro del Supremo Bien, es
decir la Liberación de las reencarnaciones. Ellos fueron más conscientes de los lazos que
existían entre su actividad filosófica y su religión.
Tercera tesis
Esta tesis es una consecuencia derivada de las similitudes entre muchas ideas,
teorías, conceptos y doctrinas encontradas en los darshana indios y en los sistemas
filosóficos occidentales.
Cuarta tesis
En lo que precede nos hemos referido varias veces a la comparación entre ideas,
teorías y doctrinas filosóficas indias y occidentales. Esta comparación debe tener un
terminus ante quem, un límite más allá del cual no se puede ir: es el siglo XVI de la Era
Cristiana. Esta fecha no ha sido arbitrariamente elegida.
A partir del siglo XVI en adelante aparecen en Occidente una serie de factores
tales como el surgimiento de la ciencia moderna y la mentalidad científica moderna, el
descubrimiento del Nuevo Mundo, el incremento del poder económico y militar europeos,
el debilitamiento de la autoridad eclesiástica y de las limitaciones que ella impone al
pensamiento, la conciencia de la igualdad de los derechos humanos y la libertad, factores
que dieron un nuevo curso a la historia universal y que llevaron a la cultura moderna. A
partir del siglo XVI la Cultura Occidental en todas sus expresiones comenzó a adoptar
una forma completamente nueva, diferente de todo lo previamente conocido y muchas
veces extraordinariamente valiosa, la cual logró imponerse en diversos grados en el
mundo entero. India tomó parte en esta transformación de manera profunda sólo desde la
mitad del siglo XX. Comparar el pensamiento indio antes del siglo XVI con el
pensamiento occidental después de este último siglo sería comparar dos cosas que
pertenecen a dos épocas completamente inconmensurables debido a la intrusión de los
indicados factores.