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Tenemos que la químicas estudia la composición de la materia y la aplicación que se le pueda dar
la misma. esta ciencia a permitir obtener elementos y compuestos. La química está presente
siempre en prácticamen todas las facetas de la vida. incluyendo... el deporte la química también es
fundamental en el desarrollo de nuevos tejidos y materiales para fabricación de los equipos de los
deportista, como trajes de daño comuna elevada hidrodinámica
Juegos informales
• Fútbol playa.
• Pesca deportiva.
• Futbolito (caimanera).
• Tenis de mesa.
• Yoga
• Voleibol
• Dardos.
• Subir cerro.
El fútbol callejero.
El escondite.
La gallinita ciega
El basketball
El tenis de mesa
El fútbol callejero tiene la misma finalidad que el fútbol normal, solo que son menos
jugadores pero igual gana quien anote más goles en un tiempo determinado.
El escondite se trata justamente de lo que su nombre indica, una persona cuenta, los demás
se esconden y el último en ser atrapado le toca contar y buscar.
El tenis de mesa o ping pong se juega con 2 o 4 jugadores, y la idea es similar al tenis, con
una raqueta y una pelota anotar puntos
1. La ere: este juego se basa en que los participantes tienen lugares de parada donde
están protegidos y deben cambiar de lugar constantemente. Para hacerlo deben
pasar frente a otro jugador y si este los toca, son la ere.
2. Pelotica de goma: Para este juego se necesitan al menos 2 jugadores y se compone
de las mismas reglas que el Baseball pero se juega con una pelota de goma donde
el bate es el brazo del jugador y no se poseen guantes.
3. El escondite: este juego es muy popular y se basa en el hecho de que varios
jugadores se esconden y uno, el que cuenta, debe encontrarlos en un tiempo
determinado, y al que encuentre le toca encontrar a los otros en la siguiente ronda.
Piar ordeno un asalto a la ciudad el cual se llevó a cabo por el barrio Perro seco, pero
fueron rechazados. La batalla de Angostura le demostró a Piar que si quería tomar las
plazas en Guayana necesitaría la colaboración de la escuadrilla de Luis Brión quien estaba a
las órdenes de Bolívar, por ello empezó a buscar la intervención del Libertador, quien se
hallaba en campaña en la Provincia de Barcelona.
La batalla comenzó al amanecer del 5 de diciembre y tuvo una duración aproximada de seis
horas, al término de la cual quedaron cientos de prisioneros, cuatro banderas y numerosas
piezas de artillería en poder de los patriotas. En este choque perecieron lanceados más de
500 jinetes de Yáñez. La batalla fue decisiva al acabar con el proyecto de los españoles de
marchar a Valencia vía San Carlos y, en vez de ello, se vieron obligados a volver a sus
posiciones originales: Yáñez a Apure y Ceballos a Coro. Aquí peleó el batallón que en la
pasada jornada de Barquisimeto fue castigado por Bolívar, negándole el nombre y el
derecho a llevar bandera.
Bolívar en reconocimiento de la valiosa acción del Sin nombre expreso: «Vuestro valor ha
ganado ayer en el campo de batalla, un nombre para vuestro cuerpo, y aún en medio del
fuego, cuando os vi triunfar, le proclamé del Batallón Vencedor de Araure. Habéis quitado
al enemigo banderas que en un momento fueron victoriosas; se ha ganado la famosa
llamada invencible de Numancia». Bolívar encargó la persecución de los restos españoles a
Urdaneta y volvió a Caracas.
Consecuencias
Urdaneta persiguió a Yáñez y Ceballos, algo que hizo hasta que se detuvo en Guanare.[18]
Acabo con un alto número de bandas de bandoleros y guerrillas realistas, incluyendo a la de
Yáñez, quién murió el 2 de febrero de 1814 en la batalla de Ospino. El 6 de marzo Urdaneta
ocupó Barquisimeto y ordenó al comandante Domingo Meza perseguir a Ceballos
avanzando hacia Quibor con 500 infantes y 25 dragones a caballo, dejándose solo 130
infantes y 50 jinetes con él para guarnecer la ciudad. Ceballos se entero de esto y marcho en
secreto a Barquisimeto, atacándola tres días después con 600 infantes y 300 jinetes,
tomándola y saqueándola, forzando a Urdaneta a retroceder a Tocuyo y luego a Trujillo.
Finalmente se atrinchero en San Carlos con quinientos soldados mientras Ceballos
recomponía sus fuerzas, 800 jinetes y mil infantes, dejando a Sebastián de la Calzada a
cargo del asedio. En la noche del 16 Urdaneta evacuo la villa y al día siguiente Ceballos
puso marcha hacia Valencia.
Bolívar tras la derrota que acababa de sufrir se queda en Barcelona donde tuvo noticias de
que el brigadier Pascual Real movía contra esa ciudad la columna española de Orituco,
mandada organizar por Salvador Moxó, y donde figuraban en sus filas Tomas Morales,
hecho ya brigadier, y el coronel Don José Aldama. Se crearía un nuevo batallón ligero del
país denominado Clarines enteramente con recluta local.
Batalla de Aguanegra
La batalla de Aguanegra fue una escaramuza ocurrida el 4 de noviembre de 1810 entre la
avanzada del contingente comandado por el Marques del Toro liderada por el capitán
Manuel de Negrete y la avanzada de las fuerzas del capitán general Fernando Miyares. Es
considerada como el primer enfrentamiento militar de la Guerra de Independencia de
Venezuela.
Luego de pasar por Carora el Marques del Toro llega a Siquisique el día 1 de noviembre
donde organiza a sus hombres en 4 divisiones y establece un plan de acción para atacar las
poblaciones de Pedregal y San Luis (al mismo tiempo el día 11 de noviembre.
La fuerza fue dividida en vanguardia comandada por el coronel Luis Santinelli con 1.200
hombres, el centro comandado por teniente coronel Miguel Ustariz con 1.400 hombres, la
artillería comandada por el capitán Diego Jalon con 6 piezas de cañones grandes y
pequeños (probablemente cañones de 4 libras y 12 libras) y la retaguardia comandada por
Tomas Montilla con 1.600 hombres entre caballería e infantería. Componía también la
retaguadia, el Estado Mayor, un destacamento de lanceros y una milicia de infantería ligera.
Este contingente de 100 hombres toma las poblaciones de Danta y Pozo Verde sin ninguna
demora, pero al acercarse a Aguanegra encuentran una avanzada de las fuerzas de Miyares,
entablando combate del cual quedan siete prisioneros (de las fuerzas de Miyares) y algunos
fusiles.
Batalla de Coro.La batalla de Coro fue una batalla ocurrida el 28 de noviembre de 1810
entre las fuerzas expedicionarias de la Junta de Caracas, conducidas por el Marqués del
Toro en las acciones correspondientes a la Campaña de Coro y con el cual se trataba de
anexar las Provincias de Coro y Maracaibo que se habían mostrado adversas al proceso de
emancipación ocurrido luego del 19 de abril de 1810. Aunque las fuerzas republicanas
triunfaron en el encuentro no se aprovechó la victoria, dejando a la ciudad de Coro
nuevamente en manos de la Junta Suprema Central.
El Marqués del Toro llega a Sabaneta de Coro el día 22 de noviembre y reúne allí a todas
las tropas que, incluyendo unos refuerzos que habían llegado de Trujillo suman 4.300
hombres y prosigue a Casigua donde permaneció hasta el 28. Allí dividió el ejército en
vanguardia, retaguardia y reserva y lanzó su ataque contra Coro, ciudad defendida por el
brigadier José Ceballos con algo más de 1.000 hombres, tanto de infantería como de
caballería, apoyados por 3 cañones de batalla de a 4 libras y uno de a 12 libras.
A las nueve de la mañana llegan a la ciudad y en seguida da comienzo a una dura batalla,
ya que las milicias locales y la población habían colocado parapetos y obstáculos para
evitar el ingreso de las tropas. El Marqués del Toro puso en ejecución el plan de ataque
siguiente: una columna dirigida por el Coronel Luis Santinelli, integrada por 2 unidades de
infantería de línea, un cañón de a 4 y un pedrero, avanzó contra la derecha enemiga para
atacar la ciudad por esa dirección. Era la acción principal. Otra columna (capitán Tomás
Montilla) con una unidad de cazadores y algunas partidas de caballería, se dirigió contra la
izquierda para hacer una diversión. Por el centro marchó la batería de artillería (capitán
Diego Jalón). No obstante los obstáculos del terreno y el intenso fuego de artillería, la
columna principal tuvo éxito local en la derecha enemiga al ocupar una altura y emplazar
allí un cañón. En ese momento Montilla hacía la diversión prevista. En provecho del ataque
principal, el Marqués del Toro empleó el batallón de pardos de Valencia, reforzado; con lo
cual el ataque progresó hasta sobrepasar el foso y la estacada y penetrar en el recinto
fortificado tomando los atacantes un cañón de las milicias allí destacadas.,[1] dejando un
número considerable de muertos y heridos de infantería y caballería enemigas, con la
pérdida de 23 muertos y 31 heridos de las fuerzas republicanas.[2]
Luego de haber sobrepasado los obstáculos y de lograr capturar la ciudad, el Marques del
Toro recibe noticias que el Capitán General Fernando Miyares se encuentra tomando
posiciones en Sabaneta de Coro y temiendo quedar entre dos fuegos decide abandonar la
ciudad, utilizando la oscuridad de la noche y con el mayor silencio posible, y dirigirse a
Sabaneta de Coro para luego replegarse hacía Siquisique. Cuando el ejército republicano se
retira de la sitiada ciudad, es seguida por el Brigadier José Ceballos.
La batalla formó parte de las operaciones militares realizadas como antelación a la batalla
de Carabobo. Las fuerzas del coronel Escalona vencieron a los españoles. Ambas fuerzas se
encontraron en el sitio conocido como "Tanque Arriba", saldándose la batalla como una
victoria colombiana. El triunfo en Cumarebo permitió que Coro fuera retomada poco
después por el Ejército de Colombia.
Morales había salido de Aragua de Barcelona hacia Barcelona encontrándose con los
independentistas cerca de la ciudad. El combate se inició a las ocho de la mañana y duró
unas cinco horas. El ejército republicano, ya formado, entró en la sabana a las siete de la
mañana. El ala derecha iba comandada por los generales Gregor MacGregor y Carlos
Soublette y se componía de una división de infantería y dos piezas de artillería, además de
varios escuadrones de caballería, a las órdenes del general José Tadeo Monagas. El ala
izquierda, al mando de Pedro María Freites y Piar consistía de infantería y artillería
provenientes de Cumaná.
La artillería republicana inició el combate con una descarga sobre la izquierda y reserva de
los españoles, pero el ala derecha realista hizo retroceder a la izquierda independentista,
mientras la derecha independentista avanzaba a paso lento, restableciendo el alineamiento
con la izquierda y sosteniendo su fuego de infantería y artillería.
Tras El Juncal, Piar dirigiría a su ejército hacia el sur, donde se reuniría con las fuerzas de
Manuel Cedeño e iniciarían la Campaña de Guayana.
La batalla.
El brigadier español Correa abandona Caracas. Bermúdez lo persigue hacia los Valles de
Aragua. El Mariscal La Torre, que se proponía atacar a Bolívar (apostado en San Carlos),
envía importantes destacamentos en ayuda de Correa, lo cual debilita sus fuerzas.
Bermúdez, cumplida ya su misión de distracción se repliega nuevamente a Guatire. De aquí
pasará a Oriente. En Machurucuto se entera de la victoria definitiva de los patriotas en
Carabobo.
Importancia
Las fuerzas republicanas se encontraban en campaña contra Guayana desde finales de 1816
donde habían intentado sin mucho éxito por no contar con una escuadrilla, tomar las plazas
que dominaban el tráfico por el rio Orinoco: Angostura y Guayana la Vieja.
Piar había tomado a principios de 1817 las misiones del Caroní, que constituían una
excelente fuente de vituallas y provisiones para el ejército español y que desde entonces lo
constituiría para el republicano.
Con la pérdida de las misiones las plazas en poder de los realistas quedaban en buena parte
sin un punto de abastecimiento para su ejército y en peligro de hambruna. El brigadier La
Torre salió de Angostura para las misiones con el fin de reconquistar la zona y sus recursos.
Contaba con unos 1.600 infantes, 200 jinetes y 2 cañones, con los que se dirigió a las
misiones vía el camino que guarnecían los castillos de la vieja Guayana.
El 11 de abril los españoles se encontraron con Piar quien dirigía una fuerza de 500
fusileros, 800 lanceros de a pie, 500 indios flecheros y 400 jinetes. Los patriotas, superada
su infantería en número y experiencia por la realista, vencieron en corto combate a los
españoles gracias a la superioridad de la caballería republicana.