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Ya en el antiguo testamento, Moisés al dirigirse al pueblo de Israel por envío de Yahvé, comienza diciendo, “Escucha
Israel”, (Shemá Israel”). Jesús en el Monte de las Bienaventuranzas de igual manera empieza con las mismas palabras. El
Dios al que no querían escucharlo en la antigua alianza, ahora se manifiesta de manera viva para dar plenitud a la alianza
antigua, que se había dado por medio de Moisés. Ubicada dicha escena por lo elevado, colocándolo en una montaña, signo
de ser algo de Dios.
Jesús por medio de éste sermón, ubicado a los inicios de su ministerio, da una vuelta de 180° a la necesidad primordial
que tiene Dios con los de su Pueblo, y es con los más necesitados. Como sabemos los Judios siempre han creído que Dios
tiene favoritismo manifestado y que se ven realizadas con los bienes materiales. Y Jesús contrapone dicha creencia. Que si
bien Dios siempre ha sido generoso con los de su Pueblo, no ve con buenos ojos que sean despreciados a quienes no tienen
la supuesta bendición. Ya que lo realmente no le agrada es que se tengan los bienes materiales por encima de Dios mismo
y no se realicen actos de misericordia.
Cada una de las causas que Jesús a lo largo de su ministerio realiza, siempre va en concordancia con lo iniciado. La lucha
de la justicia social y la misericordia divina, hecha carne en los hombres. Jesús recompone el decir de los hombres y con
toda autoridad dice: “Se ha dicho – pero yo os digo”. En todo momento se define que es él a quien se debe seguir y escuchar,
ya como en la escena del bautismo, se escucha la voz del Padre en lo alto, “Es mi Hijo, en quien tengo todas mis
complacencias”. De ésta manera las complacencias del Padre será confirmado para con los pobres y necesitados.
Ideas Secundarias:
Presentar a Jesús como autoridad moral.
Presentar pruebas doctrinales sobre la primicia de los necesitados de Dios, olvidados de los hombres.
Presentar como Jesús viene a fortalecer la Ley y no a suprimirla.
Valoración Personal:
El capítulo me ha gustado en verdad, tiene profundidad de la autoridad de Jesús, como hijo de Dios.
Autoevaluación:
La comprensión en éste capítulo si me ha requerido mayor un mayor atención y siendo mayor el compromiso, me será
al parecer, más lento el ver florecer la espiritualidad y a su vez producir frutos.