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Para introducirse a una rama del derecho como lo es la Civil y en especial referente a
los bienes, necesariamente hay que hacer referencia a la noción de patrimonio. Es bien
conocido por todos los doctrinantes y estudiosos del derecho que éste otorga, concede
y establece con referencia a las personas, no solo derechos extrapatrimoniales sino
también derechos patrimoniales. Como es aceptado por la gran mayoría de los
versados en el tema, los derechos extrapatrimoniales, carecen y están privados de un
carácter pecuniario y por ende se encuentran por fuera del ámbito comercial. Ellos
precisamente son los derechos de familia, políticos y los mencionados o llamados
derechos de la personalidad como lo son los derechos a la imagen, al honor, a la
honra, al nombre. Entre otros, también a la vida misma y a las libertades, por lo tanto y
como consecuencia de no orbitar en el ámbito comercial, son derechos desprovistos o
carentes de valor económico. En vía contraria, encontramos los derechos
patrimoniales, que se diferencian y tienen una desemenjanza con su naturaleza, pues
estos tienen un carácter económico, es decir compendiosos del comercio jurídico como
lo es la propiedad, los créditos y en general los derechos conocidos bajo el término de
bienes. Se les denomina patrimoniales porque integran y conforman el patrimonio de
las personas. Es por esta aparente sencilla razón, aunque muy compleja en el fondo,
que se ha definido como el conjunto de derechos y obligaciones de una persona
apreciables en dinero. De igual forma, es conocido como el conjunto de los derechos y
las obligaciones de una persona, considerada o tomada como una universalidad
jurídica de derecho. Así las cosas, es una relación donde el pasivo y el activo no
pueden y es imposible separarse o disociarse. Con gran certeza se ha dicho, que el
derecho al patrimonio no es sinónimo de fortuna. Es en el sentido técnico jurídico el
conjunto de los derechos de una persona, ya tengan tales derechos un valor
económico positivo (Derechos de crédito, propiedad etc.) o un valor negativo (Deudas,
gravamen de una servidumbre etc.).
El Derecho de cosas o Derecho de bienes es una de las áreas básicas del Derecho
civil. Tiene por objeto, por una parte, fijar o ubicar los bienes en el patrimonio de cada
individuo y, por otra, determinar los poderes o facultades que el sujeto tiene sobre ellos
(que por recaer sobre las cosas se llaman derechos reales).
Entre las facultades que se reconoce a las personas sobre las cosas, el derecho de
bienes regula fundamentalmente el dominio y la posesión, como las facultades más
plenas (en el plano jurídico y fáctico respectivamente) que se puede tener sobre ellas.
Puede decirse que la contradicción e interacción entre dominio y posesión atraviesan
todo el régimen jurídico de las cosas. Ello explica la atención que se le dedica a tratar
materias como la prescripción adquisitiva, la acción reivindicatoria y las acciones
posesorias.
En este sentido, el derecho de cosas dedica gran atención a regular los modos de
adquirir el dominio, esto es, la tradición, la prescripción, la ocupación y la accesión. Si
bien la sucesión por causa de muerte es un modo de adquirir las cosas, como disciplina
jurídica tiene autonomía propia.
Asimismo regula los demás derechos reales, limitados o limitativos del dominio, sean
de garantía (prenda e hipoteca) o de goce (usufructo, uso o habitación, servidumbres).
Por último, dentro del derecho de cosas encontramos también a las acciones que
protegen o tutelan el ejercicio tanto de los derechos reales así como la posesión.
Así mismo podríamos definir el concepto de Bienes: En Derecho, bien es todo
inmueble, mueble o derecho valorizado en dinero o susceptible de ser valorizado, que
tiene su propia individualidad y, casi siempre utilidad para quien es su dueño o
poseedor.
En el campo del Derecho, bien es aquello que la persona natural o jurídica puede
tenerlo y hacerlo suyo para su uso o disfrute; más aún, es el derecho mismo, conforme
lo veremos luego.
- Corporales e incorporales;
• Muebles o inmuebles;
• Fungibles e in fungibles;
BIENES CORPORALES. Son los que tienen un ser real o cuerpo físico y pueden ser
percibidos por los sentidos, tales como: una casa, un libro
Los bienes corporales tienen las medidas del espacio: largo, ancho, profundidad, peso,
color; y pueden ser apreciados por los sentidos.
Las plantas son muebles cuando han sido separadas del suelo, como sería el caso de
los árboles cortados, de las mieses segadas, de los tubérculos cosechados, etc. son
también muebles las plantas que se encuentran en macetas o cajones que pueden
transportarse de un lugar a otro.
Los troncos que pueden quedar de árboles cortados o raíces y que pueden volver a
crecer, como sucede con la caña de azúcar, al estar adheridos al suelo por sus raíces,
son inmuebles.
Cuando por la ley, en contrato, testamento o hecho del hombre se usa la expresión
"bienes muebles", sin otra calificación, se comprenderá en ella todo lo que se considera
mueble, es decir, todo lo transportable por fuerza propia o por fuerza extraña, salvo lo
que, siendo mueble por naturaleza, se reputa inmuebles por su destinación.
Se indicó antes que, son bienes muebles por naturaleza los animales, por se llaman
semovientes; añade que los animales de un vivar se reputan muebles, aún antes de su
separación, a efecto de constituir derechos para terceras personas, produciéndose una
aparente contradicción. Según el diccionario de la Real Academia Española, vivar se
deriva de la palabra latina vivarium grupo de seres vivos, y significa nido o madriguera
donde se crían diversos animales, como es el caso de los conejos y el vivero para
peces. Es el caso que el vivar para conejos y el vivero para peces son construcciones
que se las hace en el suelo y en el primer caso son ordinariamente subterráneas. En
nuestro medio se acostumbra para la crianza de los conejillos de indias, llamados en
lenguaje criollo cuyes, tenerlos en madrigueras para que no se vuelvan salvajes. Los
conejos y los peces se reputan muebles así se encuentren en su propio hábitat, en
razón de que puede ser separados con facilidad y puestos, por ejemplo a la venta.
Se reputan también muebles las cosas de comodidad u ornato que se clavan y fijan en
las paredes de las casas y que pueden removerse fácilmente sin detrimento de las
mismas paredes, como una estufa colocada, esto es cajas de metal o de otros
materiales que se sitúan en las habitaciones para alimentar fuego y calentar el
ambiente. No comprende, por lo mismo, las chimeneas que se adhieren a la pared
formando cuerpo con la casa, así puedan destruirse sin detrimento de ésta. Pueden
separarse las lozas de un pavimento; los tubos de la cañerías, los utensilios de
labranza o minería; los animales destinados al cultivo o beneficio de una finca, con tal
que hayan sido puestos en ella por los dueños de la misma; los abonos existentes en
ella y destinados por el dueño a mejorarla; las prensas, calderas, cubas, alambiques,
toneles y máquinas que forman parte de un establecimiento industrial adherido al suelo
y que pertenecen al dueño de éste.
Las cosas que, por ser accesorias a bienes raíces, se reputan inmuebles-expresa el
Art. 610- no dejan de serlo por su separación momentánea, por ejemplo: los bulbos o
cebollas que se arrancan para volverlos a plantar; piedras o lozas que se desencajan
para hacer alguna reparación, con el ánimo de volverlas a colocar en el edificio o
construcción; si no hay tal ánimo, deben considerarse muebles.
Los productos de la tierra, según se dijo, son muebles; pero lo que se deja para
resembrar se reputa inmueble, así haya una separación momentánea. Igual sucede
con lozas, piedras, etc. Cuando se mueven para las reparaciones, pero sí se separan
con ánimo de reemplazarse dejan de ser inmuebles.
BIENES INMUEBLES POR NATURALEZA. Aquí nos referimos a fincas y bienes raíces
son las cosas que no pueden transportarse de un lugar a otro, como las tierras y minas
y las que adhieren al suelo, como los edificios y los árboles.- Las casas y heredades se
llaman predios o fundos.
"Las plantas son inmuebles mientras se adhieren al suelo por sus raíces, a menos que
estén en macetas o cajones que puedan transportarse de un lugar a otro".
Los predios pueden ser urbanos o rurales, según pertenezcan a las ciudades o a las
parroquias rurales, de acuerdo a las demarcaciones que el Municipio haga de la
ciudad. Por asimilación se tiene como centros urbanos las cabeceras parroquiales,
pero ante la ley no dejan de ser rurales.
El dominio es un derecho real que tenemos sobre una cosa sin respecto a determinada
persona, esto es, nos es exclusivo y por lo mismo no está sujeto a condición, modo o
plazo que dependa de voluntad o hecho.
Antiguamente se decía que la propiedad daba derecho de usar y abusar del bien.
Dentro del campo filosófico y sociológico mucho se ha discutido sobre el origen de la
propiedad. Esta, se dice, nació de la violencia, como es la guerra: el vencedor hacía
suyos los bienes del vencido y aún las personas que de él dependían, como mujeres e
hijos, dando lugar a la esclavitud que proporcionaba mano de obra gratuita y servicios;
trabajadores para cultivar las tierras de su antiguo dueño y todas las apropiadas. El
poderoso cada vez se hacía dueño de mayores bienes. El origen de la propiedad es el
robo, sostuvo Proudon. Las conquistas a los llamados pueblos salvajes por parte de
cierto países europeos en los siglos XV, XVI y siguientes, motivos de los grandes viajes
y descubrimiento de nuevas rutas marítimas, fueron otra forma de apropiación por la
violencia, así se la haya disfrazado con cualquier nombre.
La propiedad, dice otra escuela sociológica muy atenuada, nació cuando el hombre se
hizo sedentario, mediante la siembra y cosecha de productos o comercio y la
abundancia de la riqueza daba opción a aumentar cada vez más la propiedad.
BIENES QUE PUEDEN SER OBJETO DE PROPIEDAD.- Todos los bienes pueden ser
objeto de propiedad, sea pública o privada, es decir pertenecer a la nación o a un
particular.
Por la ocupación se adquiere el dominio de las cosas que no pertenecen a nadie y cuya
adquisición no está prohibida por el Derecho Internacional.
• La invención o hallazgo.
• El descubrimiento de tesoro.
El Usufructo es el derecho real a disfrutar completamente una cosa ajena, sin alterar
su modo de ser, básicamente eso. Pero ahondando un poco más, es el derecho real
sobre cosa de otro, el poder del usufructuario no es una parte del dominio de la cosa
sobre que recae, de modo que pudiera decirse que dueño y usufructuario comparten la
propiedad de esta.
El usufructuario está capacitado a poseer y usar la cosa, y hace suyos los frutos que
produzca, pero debe conservarla sin alteración y carece de facultad de disponer de
ella. Facultad que concierne al propietario al que sigue perteneciendo la cosa
usufructuada, quien, mientras que el usufructo dura se denomina propietario nudo, por
quedarle sola y escuetamente la propiedad desnuda, vacía del goce y disfrute de la
cosa.
Siendo el de usufructo derecho de disfrute de cosa ajena, por definición de esta recaen
dos derechos,el del usufructuario y el de nudo propietario. Derechos que, entre los dos
recomponen el dominio pleno.
Para expresar esa idea cabe decir que el usufructo no se puede dar sin una nuda
propiedad simultánea. Lo que es cierto, ya que como la cosa está sometida a señorío
total y parte de éste no corresponde al usufructuario, necesariamente constituye otro
derecho el de nuda propiedad.
El usufructo es un tema de suma importancia, muchos afirman que deriva del contrato
de arrendamiento, pero mantiene marcadas diferencias que demuestran lo contrario.
Bibliografía:
Camilo Francisco Caycedo Tribín, Adriana Mercedes Lara Galvis (2000), Derecho
Civil Bienes – Derechos Reales