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EDUCANDO EN VALORES
Lic. en Idiomas
Lic. en Psicopedagogía
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INDICE
Propósito………………………………………………………………………………… 4
Introducción……………………………………………………………………………. 5
Justificación……………………………………………………………………………. 6
Objetivos………………………………………………………………………………. 7
Metas……………………………………………………………………………………. 8
Marco teórico…………………………………………………………………………… 11
Cronograma de actividades…………………………………………………………. 12
Cobertura…………………...…………………………………………………………. 13
Recursos………………………………………………………………………………… 14
Bibliografía………………………………………………………………………………
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COLEGIO DOMINGO SABIO
El colegio Domingo Sabio es una Institución Educativa que se rige bajo el marco de
la Constitución y la Ley de Educación.
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PROPOSITO
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INTRODUCCION
Por consiguiente, cabe mencionar que los valores, son principios que como tales
permiten a los estudiantes orientar su comportamiento, en función de que se
realicen como personas. Son creencias fundamentales que les ayuda a preferir,
apreciar y elegir unas cosas en lugar de otras. Además, a tener un comportamiento
en lugar de otro. También son fuente de satisfacción y plenitud que les
proporcionaran una pauta para formular metas y propósitos personales o colectivos,
en los cuales se van a ver reflejados sus intereses, sentimientos y convicciones
más importantes.
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JUSTIFICACION
Por lo tanto, para trabajar con valores no solamente se hace necesario mencionar
lo que son y cómo se debería vivir con base a ellos, será más relevante
vivenciarlos, y siendo educadores, fomentarlos en el colegio DOMINGO SABIO;
pero no como una mera imposición sino, como una forma de vida, la cual permita a
los estudiantes, conducirse de acuerdo con ellos no únicamente dentro de la
escuela, sino de forma permanente en su vida cotidiana.
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OBJETIVOS
OBJETIVO GENERAL:
OBJETIVOS ESPECIFICOS:
METAS
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METODOLOGIA Y ACTIVIDADES
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INDICADORES DE EVALUACION
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MARCO TEORICO
Los valores valen por sí mismos. Son importantes por lo que son, lo que significan,
y lo que representan, y no por lo que se opine de ellos.
Quizás por esta razón tenemos la tendencia a relacionarlos según reglas y normas
de comportamiento, pero en realidad son decisiones, es decir, decidimos actuar de
una manera y no de otra con base en lo que es importante para nosotros como
valor, decidimos creer en eso y estimarlo de manera especial.
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Responsabilidad: es un concepto bastante amplio, que guarda relación con el
asumir las consecuencias de todos aquellos actos que realizamos en forma
consciente e intencionada. Se trata de uno de los valores humanos más
importantes, el que nace a partir de la capacidad humana para poder optar entre
diferentes opciones y actuar, haciendo uso de la libre voluntad, de la cual resulta la
necesidad que asumir todas aquellas consecuencias que de estos actos se deriven.
La responsabilidad no sólo tiene relación con las consecuencias de nuestros actos,
sino que también está asociada a los principios, a aquellos antecedentes a partir de
los cuales el hombre toma las motivaciones para ejercer la libre voluntad y actúa.
De este modo, es comprensible que la responsabilidad esté en juego cuando una
persona comienza a realizar ciertas actividades sin tener motivos reales para
hacerlo, aún en el caso de que dicha acción traiga resultados positivos o favorables.
La responsabilidad de las personas es de suma importancia, ya que se trata de uno
de los valores que permiten mantener en orden la vida en comunidad, demostrando
con el esto el compromiso con las propias decisiones y con las consecuencias que
éstas pueden generarle tanto a la persona en sí como a quienes lo rodean.
Las personas responsables se diferencian de aquellas que no lo son en que las
primeras siempre toman en cuenta la intención de lo que están haciendo y no
cuestionan ni son limitadas por aquellas reglas que se les imponen como básicas
para cumplir sus objetivos. Por otra parte, una persona que carece de
responsabilidad será aquella que siempre busca y presenta excusas para justificar
aquello que no realizó, además de no mostrar un serio compromiso ante
determinados asuntos hasta asegurarse de que las cosas están bien encaminadas.
Es por esto que la responsabilidad, además de comportarse como uno de los
valores humanos por excelencia, es tan considerada, por ejemplo, a la hora de
buscar un empleo, ya que contratar a un sujeto que no es capaz de asumir las
consecuencias de sus actos y que no sea capaz de cumplir o comprometerse no
asegura en ningún caso el cumplimiento más básico de sus tareas.
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aplicable a nivel de país, sino que es algo que debemos desarrollar en nuestros
hogares con aquellas personas a las que más queremos, como nuestra familia y
amigos, así como también, a nivel mundial, donde se intenta convivir en armonía
con un sinnúmero de culturas y personas muy diversas.
Paz: sin duda se trata de un concepto abstracto de muy definición, sin embargo, lo
más usual es comprenderla como un estado de tranquilidad y quietud interior que
sienten las personas y que les hace sentir un bienestar muy especial.
Por paz se entiende también a aquellos períodos en los que no existen guerras
entre las diferentes naciones, de este modo, la paz se comportaría como la
ausencia de conflictos, ya sean de orden político, social o económico, entre otros.
La búsqueda de la paz es algo común de todos los seres humanos. Se trata de algo
que todos anhelamos sentir, pero que en un mundo tan acelerado como en el que
vivimos, la búsqueda de la paz puede resultar bastante difícil.
Lograr sentirse en paz requiere de un proceso interno en el que las personas deben
cimentar un camino de vida en el que no exista la posibilidad de generar conflictos o
problemas que la afecten, aun teniendo presente que la vida misma trae período de
grandes dificultades, en los que luego de una sana lucha, se puede obtener la paz.
Como vemos, para lograr la paz interna se requiere de mucha tolerancia, de respeto
propio y a los demás, de aceptación, de esfuerzo, de respeto, etc.
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También, se puede dar la amistad incluso entre dos o más animales de especies
distintas.
Bondad: es la disposición permanente a hacer el bien, de manera amable,
generosa y firme. Las personas bondadosas siente un gran respeto por sus
semejantes, y se preocupan por su bienestar. Si alguien no está en buena situación
y necesita ayuda, el bondadoso no duda en ofrecérsela, y lo hace sin ofender,
amorosamente y poniendo un gran interés en ello.
Ser bueno no quiere decir blando, sumiso, ingenuo o sin carácter, como a veces se
cree.
Al contrario los buenos se distinguen por su fuerte personalidad, la cual se traduce
en inagotables dosis de energía y optimismo, y se refleja en su cálida sonrisa y los
sentimientos de confianza, cariño y respeto que infunden a su alrededor.
Solidaridad: es uno de los valores humanos por excelencia, del que se espera
cuando un otro significativo requiere de nuestros buenos sentimientos para salir
adelante. En estos términos, la solidaridad se define como la colaboración mutua en
la personas, como aquel sentimiento que mantiene a las personas unidas en todo
momento, sobre todo cuando se vivencian experiencias difíciles de las que no
resulta fácil salir.
Debido al verdadero significado de la solidaridad no es de extrañarse que
escuchemos este término con mayor frecuencia cuando nos encontramos en
épocas de guerra o de grandes de sastres naturales. De este modo, gracias a la
solidaridad es posible brindarle una mano a aquellos que resultan menos
favorecidos con este tipo de situaciones.
Como vemos, la solidaridad es más que nada un acto social, una acción que le
permite al ser humano mantener y mantenerse en su naturaleza de ser social.
Debido a lo anterior es que resulta fundamental fomentar y desarrollar la solidaridad
en todas sus aristas, ya que no sólo será necesario llevar a cabo las acciones de las
que se requerirá en momentos de guerra o desastres naturales, sino que será
fundamental de aplicar cuando alguno de nuestros seres queridos, ya sean amigos
o familiares, tengan algún problema en el que nuestra ayuda o compañía sean un
aporte para mejorar en cierto modo la situación.
Justicia: es aquel conjunto de normas y reglas que permiten regular las conductas
entre las personas, permitiendo, avalando, prohibiendo y limitando ciertas
conductas o acciones en el actuar humano o con las instituciones, sin embargo, es
a partir de las ciencias del derecho, que resulta bastante complejo lograr una
definición única en torno a este concepto, ya que esta depende de múltiples
factores, además, existen tantas definiciones como autores, ya que la justicia
depende de un contexto en particular, donde se desarrollan experiencias,
circunstancias y situaciones bastante diversas, sin embargo, cada una de estas
definiciones hace que salgan a la luz valores como la libertad, la verdad, la paz y la
democracia.
El problema en torno a la justicia es algo que se ha encontrado presente a lo largo
de toda la historia, de este modo, el mismo Aristóteles ya intentaba definirla,
dividiéndola en lo llamado Ley Particular, o ley de la polis, y la Ley Común, aquella
que está presente en la naturaleza.
La justicia no solo hace referencia al conjunto de normas impuestas a una sociedad,
sino que implica también la equidad entre sus miembros, estableciendo así, por
ejemplo, la partencia (haber reconocido a un derechohabiente, o pertenencia en
términos populares) por derecho de ciertas cosas.
Como vemos se trata de un concepto que implica equidad, pero por sobre todo,
ética.
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Todas las formas de comunicación requieren un emisor, un mensaje y un receptor
destinado, pero el receptor no necesita estar presente ni consciente del intento
comunicativo por parte del emisor para que el acto de comunicación se realice. En
el proceso comunicativo, la información es incluida por el emisor en un paquete y
canalizada hacia el receptor a través del medio.
Una vez recibido, el receptor decodifica el mensaje y proporciona una respuesta. El
funcionamiento de las sociedades humanas es posible gracias a la comunicación.
Esta consiste en el intercambio de mensajes entre los individuos.
Siempre han existido asuntos más importantes que otros para los seres humanos.
Por ello, valoramos personas, ideas, actividades u objetos, según el significado que
tienen para nuestra vida. Sin embargo, el criterio con el que otorgamos valor a esos
elementos varía en el tiempo, a lo largo de la historia, y depende de lo que cada
persona asume como sus valores Para el bienestar de una comunidad es necesario
que existan normas compartidas que orienten el comportamiento de sus
integrantes. De lo contrario, la comunidad no logra funcionar de manera satisfactoria
para la mayoría.
Cuando sentimos que en la familia, la escuela, el trabajo, y en la sociedad en
general, hay fallas de funcionamiento, muchas veces se debe a la falta de valores
compartidos, lo que se refleja en falta de coherencia entre lo que se dice y lo que se
hace. Por ejemplo, es difícil saber cómo enseñar a los hijos el valor “tolerancia”, si
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nuestros líderes y gobernantes insultan permanentemente a todos aquellos con
quienes tienen diferencias de opiniones.
Igualmente resulta cuesta arriba promover el valor “respeto” si hay maestros,
profesores, jefes o padres que frente a situaciones complejas defienden sus
decisiones argumentando: “Aquí se hace lo que yo digo” o “Las cosas son así
porque sí”.
En términos prácticos es poco probable que una comunidad funcione bien (y no
digo “perfecto”) si las personas que la integran no se basan en ciertos principios que
orienten permanentemente su forma de relacionarse, en las buenas y en las malas.
Con la palabra “comunidad” me refiero a la pareja, la familia, el trabajo, el salón de
clases, el condominio, los vecinos, la ciudad, el país y a cualquier otra instancia de
relación con otras personas. Si no compartimos sus valores no nos sentiremos bien,
ni funcionaremos de manera adecuada en esa comunidad. Tampoco nos producirá
satisfacción ser parte de ella. (BUXARRAIS, M. -2003)
Los valores son una guía para nuestro comportamiento diario. Son parte de nuestra
identidad como personas, y nos orientan para actuar en la casa, en el trabajo, o en
cualquier otro ámbito de nuestras vidas. Nos indican el camino para conducirnos de
una manera y no de otra, frente a deseos o impulsos, bien sea que estemos solos o
con otros. Nos sirven de brújula en todo momento para tener una actuación
consistente en cualquier situación.
Por ejemplo, en un transporte público algunas personas ceden su puesto a una
mujer embarazada y otras no. Los primeros creen en el valor de la cortesía y el de
la consideración con otras personas, sean o no conocidas. Entre los que no ceden
el puesto es común encontrar niños (que aún no tienen este tipo de valor), o
personas ancianas que valoran más (sin que les falte razón) su necesidad de estar
sentados, o personas que simplemente valoran más su propia comodidad. Así, los
valores nos sirven de base y razón fundamental para lo que hacemos o dejamos de
hacer, y son una causa para sentirnos bien con nuestras propias decisiones.
Cuando actuamos guiados por valores no lo hacemos por lo que dirán o nos darán
los demás. Actuamos por convicción, sin importar si otras personas nos están
viendo. La diferencia con otros comportamientos es que cuando creemos
verdaderamente en una conducta que para nosotros representa un fundamento de
vida, actuamos según esa creencia, sin que nos importe lo que digan los demás.
Cuando practicamos la honestidad como principio, no nos apropiamos de cosas
ajenas porque creemos en el respeto por la propiedad de otros y no porque nos
estén vigilando.
Los valores nos ayudan a proceder según lo que consideramos que está bien o mal
para nosotros mismos. En otras palabras, cuando actuamos guiados por valores lo
hacemos sin esperar nada a cambio que no sea nuestra propia satisfacción y
realización como personas. Esta satisfacción nos hace practicar nuestros principios
y creencias en cualquier situación. Nos permite tener una personalidad consistente,
independientemente del estado de ánimo o del lugar en el que nos encontremos.
Hay personas que no practican la bondad con desconocidos porque creen que no
recibirán un justo agradecimiento o una recompensa. Sin embargo, aunque puedan
ser bondadosos con personas que valoran más (como sus hijos, alumnos,
empleados o compañeros de trabajo), no asumen esa bondad como un principio de
vida. Si nos interesa fomentar ciertos principios de conducta como padres,
maestros, jefes, o en cualquier rol de líder, sólo la práctica consistente de esos
valores nos ayuda a dar el ejemplo sobre el significado concreto que ellos tienen en
términos de actuación.(VELANDIA, D. & colaboradores -2004)
La formación de valores:
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las personas que nos crían, bien sea los padres u otros familiares. Sus conductas
tienen el principal peso de lo que después se convierte en nuestros principios y
creencias personales más importantes.
Aprendemos a valorar el fondo y la forma de todo lo que ellos dicen y hacen, así
como lo que dejan de decir o hacer. Cada gesto o comentario tiene una gran
influencia en la formación de nuestro juicio y aprendemos también a diferenciar la
teoría y la práctica de los valores. Esto último es lo que más nos marca. Así que la
consistencia y la coherencia en el comportamiento de nuestros padres es lo que le
da solidez a nuestra formación. Si ellos hacen lo que dicen nuestra personalidad
será más fuerte que cuando ellos no practican lo que pregonan.
Más adelante, cuando nos volvemos estudiantes, comenzamos a sentir presiones
sociales y presión de valores diferentes a los nuestros, a través de la relación con
otras personas. Se pone a prueba la fortaleza de los valores que formamos con
nuestros padres. Se suele confundir valores con hábitos, y muchos padres aspiran
que el colegio forme los valores que no fueron formados en la casa. Eso no es
posible, simplemente porque el colegio no satisface necesidades básicas de vida,
esa es responsabilidad de las personas que nos crían.
Los maestros, líderes y modelos de valores en el colegio, tienen la posibilidad de
reforzar lo formado en el hogar, pero no sustituirlo. Si las convicciones que se
forman en la casa no son sólidas, pronto se verán expuestas a una intensa
competencia social con otras creencias.
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Cronograma de actividades
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Cobertura
Recursos
Recursos humanos:
Estudiantes
Padres de familia
Profesores
Psicóloga
Recursos materiales:
Cartulinas
Marcadores
Papelería
Papel bond
Plastilinas
Lápices de colores
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Crayolas
Temperas
Fotocopias
Internet
Revistas
Libros
Títeres
Rompecabezas
Recursos institucionales:
Bibliografía
- Ediciones CEAC. (2005) Recursos para Fomentar los Valores: aprender a conocerse
uno mismo y a los demás. Barcelona, España.
- CARRERAS, LL. & otros (1997) Cómo Educar en Valores. 5ª edición. NARCEA, S.A.
Madrid, España.
- DEL CARMEN, M. & otros (1995) Programa de Educación en Valores para la Etapa
Infantil; Ediciones ALJIBE.
- LEVA A. (2003) Educando Valores: cómo abordarlos desde una iniciativa escolar.
Tomo I y II. Editorial: LESA. Buenos Aires, Argentina,
- VELANDIA, D. & colaboradores (2004) Proyecto: “Ética y Valores, Clave del Éxito
Institucional”.
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