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anales de psicología, 1993, 9 (1), 7-18

Actitudes hacia la droga en los alumnos de E.G.B.


de la Región Murciana
Pedro Ortega Ruiz*
Ramón Mínguez Vallejos
Francisco A. Pagán Martínez

Universidad de Murcia

Resumen: Se ha realizado una encuesta con 5263 Title: Attitudes toward drugs in E.G.B. students
alumnos de 11 a 14 años de la Región de Murcia from the Región de Murcia (Spain).
para analizar sus actitudes con respecto al con- Abstract: A survey was conducted among 5263
sumo de drogas. Los resultados indican que la high school students 11 to 14 years old in Murcia
mayoría de los alumnos encuestados no están fa- Region to find out about their attitudes towards
miliarizados con el tipo de peligros implicados en drug consumption. Results indicate that the ma-
el consumo de drogas. Otro interesante hallazgo jority of pupils surveyed are not indicate that the
revela que el consumo de bebidas alcohólicas está majority of pupils surveyed are not familiar with
cada vez más aceptado entre estos escolares. the type of dangers involved in getting hooked on
Palabras clave: Actitudes, drogodependencias, drugs. Another interesting finding reveals that
niños. consumption of alcoholic drinks is more and
more accepted by adolescents.
Key words: Attitude, drug, consumption, school
children.

Introducción
Recientemente estamos asistiendo a una abundan- cuestada: los alumnos de la segunda etapa de
te publicación de estudios en nuestro país sobre el E.G.B. de la Región de Murcia hacia el consumo
problema de las drogas, manifestación, sin duda, de drogas, recurso del todo necesario para una ac-
de la gran preocupación social que hoy existe so- tuación educativa de carácter preventivo.
bre el fenómeno de la drogadicción. Por otra par- En este ámbito específico de las actitudes
te, los distintos medios de comunicación (prensa, hacia las drogas en los alumnos de E.G.B., los
radio, TV) nos informan, casi a diario, de hechos trabajos científicos publicados en nuestro país,
relacionados con este fenómeno. con los que poder contrastar los resultados de
Observamos, sin embargo, que la mayoría de nuestro estudio, son muy escasos: el estudio diri-
los estudios publicados tienen un carácter marca- gido por el Prof. Escámez (1990) constituye, por
damente sociológico, descriptivo de una determi- ahora, el único antecedente desde una perspectiva
nada realidad: las conductas de los individuos res- sociológica. Existen otros estudios elaborados por
pecto al consumo de drogas. el Centro de Investigaciones Sociológicas
Nuestro trabajo no pretende detectar las con- (C.I.S.): Actitudes y comportamiento hacia el ta-
ductas, sino las actitudes de la población en- baco, el alcohol y las drogas (1985) y Actitudes y
opiniones de los españoles ante la droga (1988),
* si bien dichos estudios están referidos a poblacio-
Dirección para correspondencia: Pedro Ortega. Facultad
de Educación, Universidad de Murcia. Aptdo. 4021, 30080 nes distintas a la de E.G.B. que en nuestro trabajo
Murcia (España). se contempla.
© Copyright 1993. Secr. de Public. e Interc. Cient. Universi-
dad de Murcia. Murcia (España). ISSN: 0212-9728.
Fuera de nuestro país (EE.UU. y Canadá) los
Art. recibido: 22-10-92; aceptado: 2-11-92. trabajos sobre actitudes hacia la droga vienen rea-
8 P. Ortega et al.

lizándose desde hace bastantes años. Los re- de la Región de Murcia", se ha centrado en los
sultados, sin embargo, de los programas aplicados alumnos de la segunda etapa de la enseñanza pri-
para el cambio de actitudes hacia las drogas, en maria, entre los 11 y 14 años de edad, pertene-
mucho casos, han sido contradictorios (Dicicco et cientes a los colegios públicos de la Región de
al., 1984; Schlegel et al., 1984; Stein et al., Murcia. Para una población total de N = 47.848
1984). La desvinculación de la familia en los pro- alumnos de la segunda etapa de E.G.B. de los co-
gramas aplicados, la ausencia de referencia a los legios públicos en nuestra región la muestra se-
grupos de jóvenes y medios de comunicación, el leccionada de 5.263 alumnos es estadísticamente
establecimiento de objetivos no adecuados, etc. representativa a un nivel de confianza del 99.7%
estarían en la base de los resultados claramente y un margen de error del ± 2%.
insatisfactorios. La muestra aparece distribuida en once zonas,
aplicando criterios geográficos y demográficos.
1. Población y muestra seleccionada La selección de los colegios en cada una de las
zonas se ha hecho al azar.
Nuestra investigación: "Actitudes hacia el consu- Las zonas y su muestra representada son las
mo de drogas en la población escolar de E.G.B. siguientes:

Zonas Muestra
1. Molina de Segura (Molina de Segura, Alguazas, Torres de Cotillas) ............................................ 413
2. Lorca-Aguilas ................................................................................................................................ 529
3. Murcia-Ciudad . ............................................................................................................................ 592
4. Murcia-Periferia ........................................................................................................................... 511
5. Cartagena-Ciudad ......................................................................................................................... 491
6. Cartagena-Periferia . ..................................................................................................................... 317
7. Totana-Alhama . ............................................................................................................................ 255
8. Yecla-Jumilla . .............................................................................................................................. 633
9. Mar Menor (San Javier, Santiago de la Ribera, San Pedro del Pinatar, Torre-Pacheco) ............. 418
10. Cieza-Archena (Cieza, Abarán, Blanca y Archena) . ................................................................... 532
11. Caravaca-Mula (Caravaca, Cehegín, Bullas y Mula) .................................................................. 572
Total muestra: ..................................................................................................... 5.263

1.1. Descripción de la muestra siones elevadas en la escala social, tal situación se


vuelve a repetir en el nivel de estudios de los
Los 5.263 alumnos del total de la muestra se mismos. En efecto, el 42.8% de los padres no su-
distribuyen casi por igual entre ambos sexos, con pera el nivel de estudios primarios, y un 22% de
una ligera diferencia a favor de los varones (el los alumnos declara que sus padres sólo saben
57.8% son varones y el 42% son mujeres). leer y escribir. A nuestro juicio estos porcentajes
En cuanto a la profesión del padre o cabeza de nos permite afirmar que un 65% de los padres de
familia, los datos obtenidos nos revelan un eleva- los alumnos en la muestra estudiada se sitúa en el
do porcenta-je elevado de alumnos cuyos padres nivel mínimo de conocimientos.
pertenecen a una categoría profesional no cualifi- Los datos referidos al nivel de estudios al-
cada (25%), seguido de empleados, admi- canzado por las madres obtiene porcentajes muy
nistrativos, pequeños funcionarios con el 11.9% y similares a los padres (estudios superiores: 3.8%
el 10.6% de trabajadores por cuenta propia. Con- de padres y 1% de madres; estudios medios: 5%).
trastan estos porcentajes con los de empresarios, Es de resaltar, por otra parte, el elevado porcen-
directivos y altos cargos de la industria y ser- taje (13.9%) de alumnos que declaran desconocer
vicios con el 6% y profesiones liberales con un el nivel de estudios de sus padres. Tales datos nos
3.4%. decriben una población estudiantil cuyos padres,
Si es un hecho la escasa presencia de alumnos en su mayoría, pertenencen a una categoría pro-
cuyos padres pertenecen a familias con profe-

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fesional de escasos recursos económicos y con 3. Análisis y comentario de los datos


unos niveles de conocimientos mínimos. obtenidos(1)
Por lo que respecta al lugar de la vivienda, el
72.6% de la muestra se distribuye casi por igual En nuestro estudio se hace un análisis global de
entre pueblo y barrio de ciudad como lugar de re- los datos obtenidos respecto a cada una de las ca-
sidencia. Sólo un 13% vive en el centro-ciudad, tegorías o conjuntos actitudinales antes descritos
un 8% en campo o zona rural y un 5% en subur- y en cada una de las zonas en que se ha dividido
bios. Datos que vienen a coincidir con la catego- la región, atendiendo a criterios geográficos y
ría profesional y nivel de estudios de los padres. demográficos en función de las finalidades de es-
ta investigación.
Un análisis global de los datos obtenidos sin
2. Instrumento de exploración. Cues- preguntarnos por los factores que estarían aso-
tionario ciados a las actitudes hacia el consumo de drogas
en la población encuestada, nos ofrece resultados
Para el conocimento de las actitudes hacia el con- muy limitados y poco significativos, y nos priva
sumo de drogas en la población estudiada nos de un conocimiento cualitativo imprescindible pa-
hemos servido de la técnica del cuestionario o au- ra una actuación educativa. Por ello, junto al aná-
toinforme. En concreto, hemos utilizado el "cues- lisis cuantitativo de los datos, ofrecemos aquellos
tionario-escala sobre actitudes de los estudiantes resultados que presentan una asociación estadísti-
del ciclo supeior de EGB ante las drogas" de los camente significativa entre las actitudes hacia las
profs. J. Escámez y B. Martínez (Escámez, J. drogas y las variables contextuales (sexo de los
1900). La estructura del cuestionario aparece di- encuestados, profesión y nivel de estudios de los
vidida en seis catego-rías o conjuntos actitudi- padres) antes indicadas. Por otra parte, nos ha pa-
nales en función de la información que se quiere recido de interés para esta investigación verificar
obtener: si el contexto social tiene una especial incidencia
1. Las drogas no perjudican la salud (items: 1, 9, en las actitudes hacia el consumo de drogas. Para
13, 15, 17, 19, 23). ello presentamos datos referidos a poblaciones
2. Presión social para el consumo de drogas urbanas (colegios ubicados en núcleos urbanos) y
(items: 2, 12, 14, 21). poblaciones marginales (colegios ubicados en su-
3. Las drogas no generan dependencia (items: 7, burbios marginados).
8, 10) El análisis de los datos obtenidos se centra
4. Efectos placenteros del consumo de drogas prioritariamente en aquellos resultados que, desde
(items: 4, 6, 16). el punto de vista de la prevención, ofrecen un
5. El consumo de drogas no perjudica para la mayor interés. Por ello, en los cuadros esta-
práctica del deporte y el rendimiento escolar dísticos que se adjuntan sólo aparecen los datos
(items: 5, 11, 22). referidos a actitudes favorables al consumo de
6. Tolerancia-aceptación social del consumo de drogas, desconocimiento de la dependencia, acep-
drogas (items: 3, 18, 20). tación social de la droga, etc., aspectos a tener en
cuenta en una política de prevención de la drogo-
Se ha elegido este instrumento de medida de dependencia. Los resultados totales pueden verse
la ac-titud por adecuarse al obejtivo de la inveti- en el informe final recientemente publicado por la
gación y porque dichos autores no establecen di- Consejería de Bienestar Social de la Comunidad
ferencia alguna entre las dro-gas por su peligrosi- Autónoma de Murcia (Ortega, Mínguez y Pagán,
dad o su carácter de ilegalidad. Decisión que con- 1992).
sideramos acertada, ya que el hacerlo podría in-
ducir al consumo de aquellas drogas que social-
mente se consideran toleradas o se suponen no
peligrosas para la salud, como el alcohol y el ta-
baco. 1
El programa estadístico utilizado para el tratamiento de los
datos ha sido la versión 4.0 del SYSTAT, en Wilkinson, L.
(1988): SYSTAT: The System for Statistics. Evanston, Il;
SYSTAT, Inc.

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3.1. Actitudes hacia el consumo de drogas 1986), efecto que los mismos jóvenes entre los 12
y 17 años reconocen en un 49%, según se des-
3.1.1. Las drogas no perjudican a la sa- prende de los datos de un estudio del C.I.S.
lud (1988). Es de destacar, por otra parte, el escaso
porcentaje (8%) de alumnos encuestados que no
Alumnos que manifiestan las creencias y sus ven peligro alguno para su salud en el consumo
correspondientes actitudes sobre el consumo de de las llamadas drogas "ilegales". En el estudio
drogas y su no incidencia negativa en la salud. El del C.I.S. (1988) este porcentaje obtiene aún ni-
Cuadro I nos muestra los items referidos a este veles más bajos, llegando al 0% para el consumo
punto. regular de la cocaína y heroína.

Cuadro I
3.1.2. Presión social para el consumo de
Item 1: Estoy convencido de que si tomara bebidas al- drogas
cohólicas no perjudicaría mi salud: 16.5 %
Item 9: Cuando los chicos de mi edad fuman perjudican su Alumnos que manifiestan las creencias sobre
salud: 14.55 %
el consumo de drogas y su aceptación por los
Item 13: Fumar de vez en cuando no me perjudicaría en
absoluto: 23.43 % compañeros. Véanse los items correspondientes
Item 15: El uso de medicinas, sin necesidad, puede per- en el Cuadro II.
judicarme: 18.19 %
Item 17: No es necesario probar "los porros" para saber que Cuadro II
dañan mi salud: 15.83 %
Item 19: Aunque tomara drogas no me perjudicarían: 6.71 % Item 2: Estimo que consumir alcohol me ayuda a tener ami-
Item 23: Estoy convencido de que el consumo de drogas no gos: 4.18 %
me perjudicaría tanto como dicen mis padre, maestros Item 12: Es conveniente que fume para no ser rechazado por
o la televisión: 9.58 % los compañeros: 6.20 %
Item 14: Fumar me ayudaría a sentirme mayor: 7.11 %
A la vista de estos datos, podemos decir que Item 21: Mis amigos me rechazarían si no tomase drogas:
la información de que dispone la población esco- 15.21 %
lar sobre el peligro del consumo de las drogas, en
general, podría considerarse satisfactorio. En Los resultados obtenidos, a todas luces bajos
efecto, sólo un 14.97% de la población encues- (8,17%) en la presión social ejercida sobre los
tada declara que las drogas no perjudican a la sa- alumnos hacia el consumo de drogas coincide bá-
lud. Un análisis más detallado nos permite identi- sicamente con los obtenidos por Escámez et al.
ficar qué drogas son consideradas como menos (1990) y por nosotros mismos (Ortega y Mínguez,
peligrosas por los alumnos. El 16.5% de éstos no 1990). Diversos estudios (Cano y Berjano, 1988;
considera peligroso para la salud el consumo de Comas, 1990; Alvira, R. 1986; y C.I.S., 1988) po-
alcohol. Dicho resultado coincide básicamente nen de relieve la importancia del grupo como va-
con el obtenido en investigaciones recientemente riable especialmente influyente en el consumo de
publicadas a este respecto (Escámez y García, drogas. A esta edad (11-14 años) el grupo de-
1990; Torres Hernández, 1987, 1989). Lo mismo sempeña un papel fundamental en la vida del ado-
puede afirmarse respecto del uso del tabaco. Ta- lescente. La integración en un grupo que le permi-
les porcentajes revelan un conocimiento bastante ta el desempeño de roles no gratuitamente asig-
generalizado en la población escolar sobre los pe- nados, sino conseguidos a través del recono-
ligros del consumo del tabaco y alcohol, similares cimiento de la competencia personal, es una ex-
a los obtenidos en poblaciones análogas de otros periencia decisiva en el proceso de configuración
lugares del Estado. Más preocupante nos parece de la personalidad del adolescente. Las imposi-
el porcentaje de alumnos que se muestra favora- ciones del grupo, el miedo a ser rechazado pue-
ble al uso de medicinas sin necesidad, y a fumar den ser determinantes para el inicio del consumo
"porros" por el efecto "cascada", que el consumo de drogas.
de tales productos puede generar en los usuarios, La presión del grupo obtiene niveles distintos
como lo acreditan suficientemente abundantes in- según el tipo de drogas. Así el 4% declara que el
vestigaciones al respecto (Varó, 1983; Comas, consumir alcohol le "ayuda a tener amigos",
mientras que el 6.2% y 15.2% manifiesta que

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consumirían tabaco y drogas "ilegales" respecti- El porcentaje de alumnos que desconoce el


vamente si se sintieran coaccionados a ello; por- peligro de la habituación al consumo de drogas
centaje este último sensiblemente superior al ob- (25.84%) y el que se declara indiferente (16.75%)
tenido en las investigaciones antes referidas. Ad- justifica suficientemente una actuación preventiva
viértase que este estudio sólo trata de las actitudes en el marco de una educación para la salud, desde
hacia la droga, no de las conductas. Sin embargo, múltiples instancias, y desde luego en el ámbito
se conoce por otros estudios (Cano y Berjano, del sistema educativo. Si a estos datos se añade
1988) la influencia del grupo en el consumo de que el 14.97% se muestra favorable al consumo
drogas: el 43% de los adolescentes encuestados, de drogas y el 5.65% indiferente a este respecto,
en dicho estudio, declara que utiliza la droga para la propuesta de un programa preventivo de la
conseguir la aceptación dentro del grupo de ami- drogadicción en la población escolar se hace del
gos. En el estudio del C.I.S. (1988) este porcenta- todo necesaria.
je se sitúa en el 49%. Son estos datos referidos al desconocimiento
de la dependencia que genera el consumo de dro-
ga y la indiferencia sobre dicho desconocimiento
3.1.3. Las drogas no generan dependencia los resultados más significativos de nuestra inves-
tigación. Los estudios sociológicos sobre el con-
Alumnos que manifiestan sus creencias sobre sumo de drogas (EDIS, 1981; CIS, 1986) señalan
la no dependencia del consumo de drogas. El la existencia de un sentimiento generalizado en la
Cuadro III nos muestra los items correspondien- población sobre los mecanismos de dependencia
tes. de una droga a otra (Comas, 1990). Pero lo im-
portante de este hecho no es tanto la cantidad y
Cuadro III número de personas que piensan de este modo,
sino la relación existente entre esta opinión y las
Item 7: No es conveniente que yo beba alcohol ni si quiera en actitudes favorables al consumo de drogas (EDIS,
las comidas: 20.2% 1981). Los recientes resultados del CIS (1988)
Item 8: Aunque yo beba puedo dejarlo cuando quiera: 30.78
confirma el alto porcentaje de desconocimiento
%
en la población joven sobre los peligros de la
Item 10: Si fumara me podría dejar el tabaco cuando qui-
siera: 25.84 % droga: el 56% declara tener poca información a
este respecto; y el 11%, ninguna.
A nuestro juicio son los datos más sorpren- Estimamos que es aventurado afirmar la exis-
dentes y a la vez más preocupantes de este estu- tencia de un mecanismo de dependencia entre
dio. Los resultados obtenidos revelan que el desconocimiento del peligro de la drogodepen-
25.84% de los encuestados deconocen que todas dencia y el consumo de la droga (Ortega, P. y
las drogas generan dependencia. Si a estos datos Mínguez, R. 1990), pero sí es fácil advertir que
se añade que un 16.75% se muestra indiferente una de las motivaciones, quizás la más impor-
respecto al desconocimiento del peligro de la ha- tante, que empuja a los adolescentes al consumo
bituación al consumo de drogas, se nos dibuja en- de drogas es la curiosidad y deseo de vivir nuevas
tonces una situación de riesgo en gran parte de la experiencias y sensaciones (EDIS, 1984; CIS,
población encuestada. No obstante, los por- 1988).
centajes obtenidos en nuestro estudio son sensi-
blemente inferiores a los niveles alcanzados en
las investigaciones de Torres (1987, 1989) y Es- 3.1.4. Efectos placenteros del consumo de
cámez et al. (1990), referidos a poblaciones es- drogas
colares de E.G.B.
De los datos aportados se desprende que los Alumnos que manifiestan sus creencias sobre
alumnos encuestados se muestran ligeramente el consumo de drogas y sus efectos placenteros
más seguros en el abandono del alcohol (30.78%) (los items aparecen en el Cuadro IV).
que del tabaco (25.84%). Estos resultados difie-
ren notablemente de los obtenidos por nosotros
(Ortega y Mínguez, 1990), 57% respecto al alco-
hol y 39% al tabaco, aunque referidos a alumnos
de la enseñanza secundaria.

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Cuadro IV Cuadro V

Item 4: El beber alcohol me ayuda a resolver mis problemas Item 5: El consumo de bebidas alcohólicas perjudica mi ac-
personales ( timidez, disgustos ...): 6.69 % tividad deportiva: 17.84 %
Item 6: Las bebidas alcohólicas hacen que me sienta bien: Item 11: El consumo de tabaco me impediría ser un buen de-
5.32 % portista: 17.25 %
Item 16: Tomaría algunos productos farmacéuticos para sen- Item 22: Si consumiera drogas obtendría peores notas: 26 %
tirme bien aun sin receta médica o consejo de mis pa-
dres: 8.87 % Los datos obtenidos sobre la no-influencia ne-
gativa del consumo de drogas en la práctica del
Diversos estudios (Elzo, 1984; EDIS, 1984; deporte y en el rendimiento académico coinciden
CIS, 1988) ponen de manifiesto que una de las básicamente con los obtenidos respecto a la no-
motivaciones más frecuentemente aducidas para peligrosidad para la salud. La amplia información
el inicio del consumo de drogas es la curiosidad divulgada a través de los medios de comunicación
por tener experiencias nuevas, la búsqueda del y la acción educativa de los centros escolares so-
placer o la huída de situaciones personales desa- bre el binomio droga-deporte puede haber inci-
gradables. En el estudio del CIS (1988), el 49% dido positivamente en el elevado porcentaje
de los jóvenes entre los 12 y 17 años, declara que (73%) de alumnos que perciben una clara in-
consume droga por presión de sus amigos y com- fluencia negativa de las drogas en el deporte. En
pañeros; el 38% por no tener un trabajo y abu- estas edades (11-14 años) los deportistas de élite
rrimiento; el 26% porque es una experiencia constituyen modelos a imitar más al alcance que
agradable que quieren tener y el 34% porque las los hombres de ciencia.
drogas les hacen olvidar los problemas que tie- Por otra parte, el uso indiscriminado de ciertas
nen. sustancias, supuestamente beneficiosas para un
Los datos obtenidos en nuestra investigación mayor rendimiento académico, puede haber in-
parecen apuntar en otra dirección: sólo un 6.96% fluido en una mayor aceptación o tolerancia del
reconoce los efectos placenteros del consumo de uso de drogas respecto del estudio. Las investiga-
drogas. Es preciso hacer notar, a este respecto, ciones del profesor Escámez y colaboradores (Es-
que la población aquí estudiada es aún adoles- cámez et al. (1990) coinciden también en este
cente, y en su casi totalidad sin experiencia de punto con nuestros resultados. No obstante, con-
conductas o consumo frecuente de drogas. Por sideramos de cierta importancia que el 20.36% de
otra parte, estudiamos sólo las actitudes hacia las los adolesecentes encuestados desconozca la inci-
drogas, no las veces que los sujetos la han consu- dencia negativa del consumo de drogas para el es-
mido. Esto explicaría los bajos porcentajes obte- tudio y la práctica del deporte. Más aún, si tene-
nidos (6.96%) sobre los efectos placenteros espe- mos en cuenta que el 7.3% se muestra indiferente
rados del consumo de drogas. De otro lado, nues- a este respecto, y que la formación de actitudes
tros resultados coinciden, básicamente, con los positivas hacia la salud, y por consiguiente el re-
obtenidos por López Campos (1989) y ligera- chazo del consumo de drogas, encuentra en la
mente inferiores a los de Escámez et al. (1990) y práctica del deporte una de las vías más eficaces
Torres (1989). en estas edades.

3.1.6. Tolerancia social del consumo de


3.1.5. Las drogas no perjudican para la drogas
práctica del deporte y el rendimiento
académico Alumnos que manifiestan sus creencias sobre
el consumo de drogas y su aceptación social
Alumnos que manifiestan sus creencias sobre (items en el Cuadro VI).
el consumo de drogas y su no incidencia negativa
en la práctica del deporte y el rendiemiento esco-
lar (los items en el Cuadro V).

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Cuadro VI familiar (Nivel de estudios y profesión de los pa-


dres) y al sexo de los mismos, datos del todo ne-
Item 3: Si algún miembro de mi familia bebiera mucho alco- cesarios para la elaboración y aplicación correctas
hol tendríamos problemas: 11.99 % de un programa de prevención. Sólo contempla-
Item 18: Considero conveniente conocer y probar todas las mos en este apartado el estudio de cuatro zonas
drogas: 3.53 %
(Cartagena-ciudad, Lorca-Aguilas, Molina de Se-
Item 20: Prefiero no estar en lugares donde se consumen dro-
gas: 13.96 %
gura y Murcia-ciudad) y el conjunto de colegios
ubicados en las poblaciones marginales. Esta
En este punto pretendemos identificar, bajo la muestra la consideramos suficientemente repre-
denominación de "tolerancia social", una posición sentativa del conjunto de las once zonas antes
o actitud de los sujetos encuestados que está ex- mencionadas, y cuyos resultados serían perfecta-
presando "cierta comprensión" hacia el consumo mente aplicables a la totalidad de las mismas.
de las distintas drogas; o el reconocimiento de
una supuesta aceptación social de las mismas.
La actitud de tolerancia social hacia las dro- 4.1. Consumo de drogas y práctica del de-
gas, a nuestro juicio, va acompañada, con fre- porte
cuencia, de una infravaloración o desconoci-
miento de los peligros para la salud atribuidos a De los resultados obtenidos se desprende que
las drogas. No se trata, por tanto, de una posición las chicas se muestran, en general, menos fa-
de indiferencia hacia las drogas; ni tampoco de vorables hacia la droga que los chicos, en por-
una clara aceptación de las mismas, pero la sitúa centajes estadísticamente significativos, en aque-
más cerca de la aceptación que de un claro recha- llas zonas (Murcia-ciudad, Lorca-Aguilas, Carta-
zo. Para nosotros, la "comprensión" o "tolerancia gena-ciudad, Molina de Segura y colegios margi-
social" de la droga no es más que una aceptación nales) en las que se ha hecho el estudio de co-
encubierta de la misma. rrelación entre actitudes hacia la droga y sexo de
Los datos estadísticos aportados nos revelan los encuestados. Respecto a la incidencia negativa
que un escaso porcentaje (9.82%) se muestra to- del consumo de alcohol en la práctica del deporte,
lerante con el consumo de drogas; y entre éstas, el 66.47% de los chicos no reconoce dicha inci-
las drogas "ilegales" obtienen el porcentaje más dencia frente al 33.50% de las chicas en las zonas
bajo (3.53%). Estos resultados se apartan ligera- de Murcia, Cartagena y Molina; en las dos zonas
mente de los obtenidos en nuestro estudio (16%) restantes (Lorca y colegios marginales) no se ha
(Ortega y Mínguez, 1990), y difieren de los obe- dado asociación estadística significativa. En cuan-
nidos por Escámez et al. (14.70%) en el estudio to a la incidencia negativa del tabaco en la prácti-
ya citado y en la investigación de Comas (1985), ca del deporte, de las cinco zonas estudiadas, sólo
acercándose a los resultados obtenidos por Torres en Cartagena los chicos no reconocen, en mayor
et al. (1987). En la reciente investigación del CIS porcentaje (64.40%) dicha incidencia, frente al
(1988) el 4% de los jóvenes, entre los 12 y 17 35.30% de las chicas; pero también éstas se
años, consideran que las medidas legales contra la muestran más indiferentes a este respecto, obte-
droga son "demasiado duras", frente al 60% que niéndose el 80% en las chicas y el 20% en los
las considera "demasiado blandas". De los en- chicos. Sólo en los colegios de poblaciones mar-
cuestados el 18% está en desacuerdo con que se ginales los chicos consideran en un 56.50% que el
penalice de nuevo el consumo de droga. consumo de drogas "ilegales" no influiría negati-
vamente en el rendimiento escolar, frente al
43.40% de las chicas. En el resto de las zonas no
se ha producido asociación estadística significa-
tiva a este respecto.
4. Actitudes hacia la droga y su asocia- Si atendemos a la variable "estudios de los
ción con las variables sexo, estudio y padres" y su incidencia en las actitudes hacia la
profesión de los padres droga en sus hijos, los resultados obtenidos nos
muestran que los alumnos cuyos padres se sitúan
Para los objetivos de este estudio interesa conocer en niveles de estudios primarios o sólo saben leer
si las actitudes de los alumnos encuestados hacia y escribir, no reconocen los efectos nocivos del
la droga aparecen asociadas al medio socio- alcohol y tabaco en la práctica del deporte, en

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porcentajes que alcanzan niveles del 50% en las nificativas, mostrándose las chicas más indiferen-
zonas de Cartagena, Lorca-Aguilas y colegios de tes a este respecto.
poblaciones marginales, frente al 11% en las fa-
milias con estudios medios y superiores.
Respecto a la "profesión de los padres" y su 4.3. Las drogas no perjudican a la salud
incidencia en las actitudes hacia la droga en sus
hijos, los datos obtenidos ponen de manifiesto De nuevo la variable sexo aparece significa-
que los hijos de obreros no cualificados o traba- tivamente asociada a la actitud hacia las drogas en
jadores discontínuos desconocen en mayor por- los alumnos de E.G.B. En las cinco zonas es-
centaje (48%) la incidencia negativa del tabaco y tudiadas las chicas consideran mayor porcentaje
del alcohol en la práctica del deporte, y en un que los chicos que las drogas perjudican a la sa-
33% la de las lud. Así el 76% de los chicos responden favora-
drogas "ilegales". El resto de las profesiones ob- blemente al item: "estoy convencido que el con-
tienen porcentajes notablemente más bajos. Estos sumo de drogas no me perjudicaría tanto como
datos se refieren sólo a las zonas de Cartagena, dicen mis padres, maestros o la televisión", frente
Molina de Segura y poblaciones marginales; en el al 24% de las chicas. El 73% de los chicos en los
resto de las zonas no se ha producido asociación colegios marginales responden favorablemente al
estadística significativa. item: "aunque tomara drogas no me perjudicaría",
frente a un 27% de las chicas. En el resto de las
zonas no se ha producido asociación estadística
4.2. Las drogas no generan dependencia significativa.
De los datos obtenidos se desprende que la
En este estudio hemos destacado el hecho variable sexo aparece asociada a las actitudes de
preocupante del elevado porcentaje (25.8%) de consumo del tabaco y alcohol. En efecto, el
alumnos que desconoce el peligro de la depen- 70.4% de los chicos de Cartagena-ciudad mani-
dencia que genera el consumo de drogas. Nos in- fiesta que fumar "de vez en cuando" no perjudica
teresa ahora constatar si existe asociación entre la salud, frente al 29.5% de las chicas. En cuanto
dicho desconocimiento y las variables antes refe- al alcohol, el 58.8% de los chicos de Murcia-ciu-
ridas. dad considera que el tomar bebidas alcohólicas
Si atendemos a la variable sexo, se observa no daña la salud, frente al 41% de las chicas. En
que sólo en los colegios de poblaciones margina- el estudio de Comas (1985) la consideración del
les se da dicha asociación. En efecto, el 60% de alcohol y tabaco como no perjudiciales a la salud
los chicos desconoce el peligro de la habituación se obtienen también porcentajes diferentes en el
al consumo de drogas, frente al 40% de las chi- varón y en la mujer (35% y 25% respectiva-
cas. En el resto de las zonas estudiadas no se ha mente).
observado asociación estadística significativa a Si atendemos a la variable "profesión de los
este respecto. padres" y actitudes hacia la droga en sus hijos, los
En cuanto al "nivel de estudios de los padres" resultados obtenidos muestran una escasa asocia-
y el desconocimiento de la drogodependencia en ción entre dicha variable y la creencia de los
sus hijos, los resultados obtenidos no presentan alumnos encuestados sobre el perjuicio de las
asociación estadística significativa en ninguna de drogas para la salud. En efecto, sólo respecto al
las cinco zonas estudiadas. Lo mismo cabe afir- alcohol, y en Murcia-ciudad, los hijos de obreros
mar respecto a la variable "profesión de los pa- no cualificados y trabajadores discontínuos consi-
dres". Estos resultados confirman los obtenidos deran en un 31% que el tomar bebidas alcohólicas
en nuestro estudio ya citado sobre la escasa inci- no perjudica la salud, frente al 14% de los hijos
dencia de la variable familiar en las actitudes de de empresarios, directivos, altos cargos, profesio-
los hijos hacia la droga en poblaciones "norma- nes liberales, etc. Y al 20.7% de los pequeños
les". Y difieren notablemente de los resultados comerciantes y trabajodres por cuenta propia. En
obtenidos por Comas (1985). En este estudio sólo el resto de las zonas no aparece asociación esta-
un 10.8% de la población encuestada niega que dística significativa entre la profesión de los pa-
las drogas generen dependencia y un 20.5% se dres y las actitudes hacia las drogas en sus hijos.
muestra indiferente. Atendiendo al sexo, en los Sin embargo, del estudio de Comas (1990) se
menores de 21 años, no aparecen diferencias sig- desprende que son las profesiones liberales, em-

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Addicciones: Actitudes hacia la droga en alumnos de E.G.B. 15

presarios y empleados de nivel superior las más ciudad se observa asociación estadística sig-
asociadas al consumo de drogas en los hijos. No nificativa entre la variable sexo y la presión al
obstante, el mismo autor advierte que si bien es consumo de drogas "ilegales". En efecto, el 70%
cierto que el status socio-económico alto se co- de los chicos de Cartagena-ciudad declara que sus
rrelaciona con un mayor consumo de drogas, amigos les rechazarían si no tomasen drogas,
otros factores ajenos al mismo, o relacionados frente al 30% de las chicas.
con él, poseen un impacto superior. Es respecto al tabaco donde se produce aso-
Respecto al "nivel de estudios de los padres" ciación entre sexo y dicha droga. Así el 80% de
puede hablarse, en líneas generales, de una aso- los chicos de la zona de Lorca-Aguilas afirma que
ciación entre los niveles más bajos de estudios y el fumar les ayuda "a sentirse mayores", frente al
una mayor aceptación de las drogas "ilegales" en 20% de las chicas. Estos porcentajes se sitúan en
los hijos. Así en el item 23: "estoy convencido el 64% y 35.8% para los chicos y chicas respecti-
que el consumo de drogas no me perjudicaría tan- vamente en Murcia-ciudad. Fumar para no verse
to como dicen mis padres, maestros o la televi- rechazado por los compañeros es aceptado por el
sión", el 7.4% de los alumnos de Murcia-ciudad 66.6% de los chicos, frente al 33.3% de las chicas
cuyos padres tienen estudios medios y superiores en la zona de Molina de Segura.
declara que el consumo de drogas no perjudica la Las otras variables: profesión y estudios de
salud, frente al 48% y 44% de padres con estu- los padres, no aparecen asociadas a la presión
dios primarios y sólo leer y escribir, respectiva- ejercida sobre los adolescentes para el consumo
mente. Resultados análogos se obtienen en Car- de drogas, según se desprende de los datos obte-
tagena-ciudad y zona de Lorca-Aguilas. En los nidos en este estudio.
colegios de poblaciones marginales sólo el 3.3%
de alumnos cuyos padres tienen estudios medios o
superiores no reconocen que las drogas perju- 4.5. Tolerancia-aceptación social del con-
dican la salud, frente al 43.3% y 53.3% de padres sumo de drogas
con estudios primarios y sólo leer y escribir, res-
pectivamente. De las zonas objeto de estudio, los alumnos de
De los datos obtenidos se desprende que la los colegios ubicados en las poblaciones mar-
variable "estudios de los padres" está asociada a ginales son los más tolerantes, como cabía espe-
la actitud de los hijos hacia las drogas, aunque di- rar, con el consumo de drogas. Si atendemos a la
cha asociación no alcance niveles estadísticos asociación entre sexo y tolerancia de las drogas,
significativos en ninguna de las zonas estudiadas. observamos que el 82% de los chicos en colegios
El estudio de Comas (1990) llega a conclusiones de poblaciones marginales considera que "es con-
distintas. Del mismo se desprende que a mayor veniente conocer y probar todas las drogas" frente
nivel de estudios de los padres, mayor es el riesgo al 17.6% de las chicas. Respecto al alcohol, el
de consumo de drogas por los hijos. Esta correla- 67% de los chicos considera que "aunque algún
ción la considera coherente con el propio con- miembro de mi familia bebiera mucho alcohol no
sumo de los adultos, ya que son los que tienen por ello tendría problemas", frente al 32.8% de
mayor nivel de estudios los que consumen más las chicas.
drogas, tanto legales como ilegales. En cuanto a la variable "estudios de los pa-
dres" y su asociación con la tolerancia de las dro-
gas en sus hijos, los datos obtenidos no parecen
4.4. Presión social para el consumo de dro- confirmar dicha asociación: mientras en la zona
gas de Lorca-Aguilas el 42.5% de los alumnos cuyos
padres poseen estudios medios o superiores dicen
De las variables estudiadas, sólo el sexo apa- estar de acuerdo con el item "prefiero no estar en
rece significativamente asociado a una mayor lugares donde se consumen drogas" por sólo el
presión social para el consumo de drogas en los 16.9% de los que sólo saben leer y escribir, y el
alumnos de E.G.B. de nuestra región. No obs- 40.4% con estudios primarios; en la zona de
tante, la presión ejercida sobre los adolescentes es Murcia-ciudad, por el contrario, el porcentaje
desigual en cada una de las drogas: no se da pre- mayor de acuerdo con el item propuesto lo ob-
sión alguna para el consumo de alcohol en ningu- tiene el nivel de estudios primarios con un 46.3%,
na de las zonas en estudio; y sólo en Cartagena- frente al 32.6% de los de estudios medios y supe-

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16 P. Ortega et al.

riores, y el 20.9% de los que sólo saben leer y es- consumo de drogas, si se compara con la pobla-
cribir. ción de núcleos urbanos.
Los resultados obtenidos en este estudio no Los resultados globales nos muestran una po-
establecen asociación estadística significativa en- blación que desconoce en un porcentaje elevado
tre tolerancia social del consumo de drogas (taba- (25.8%) las dificultades para dejar el consumo de
co, alcohol y drogas ilegales) y la profesión de los drogas. Si a este dato se añade que el 17.2% no
padres de los alumnos encuestados en ninguna de tiene aún una posición tomada o se declara indife-
las cinco zonas estudiadas. rente, se pone aún más de manifiesto una clara si-
tuación de desprotección de los alumnos de
E.G.B. frente al fenómeno de la droga. Asimismo,
nos parece elevado el porcentaje (20.3%) de los
5. Conclusiones alumnos que afirman que las drogas no tienen in-
cidencia negativa en la práctica del deporte. Por
De los datos de nuestro estudio se desprende una lo que a la aceptación de las drogas se refiere, los
estrecha asociación entre sexo y actitudes hacia la porcentajes obtenidos alcanzan niveles más bien
droga, mostrándose más favorable los chicos en bajos (14.9%), singularmente las drogas ilegales
porcentajes altamente significativos, resultados (8%). El carácter doméstico y uso habitual en to-
que vienen a confirmar los obtenidos en otros es- das las clases sociales del tabaco y alcohol facilita
tudios (Ortega y Mínguez, 1990). Igualmente se su aceptación y no inclusión en la categoría de las
confirma una relativa asociación entre nivel de es- drogas. No obstante, el porcentaje de aceptación
tudios de los padres y actitudes de sus hijos hacia de las mismas es, en cierto modo, bajo (16.15% y
la droga y prácticamente nula con la profesión de 18.9% alcohol y tabaco respectivamente). Estos
los padres. datos revelan una creciente aceptación del con-
Dada la importancia que la familia ejerce en la sumo de alcohol en la población joven. En nues-
organización de la personalidad de los hijos, en tro estudio (Ortega y Mínguez, 1990) el porcenta-
cómo piensan y actúan, como ponen de mani- je de alumnos de BUP-FP que manifiesta actitu-
fiesto abundantes investigaciones al respecto, ca- des positivas hacia el alcohol se sitúa en el
bría esperar que el nivel socio-profesional de los 28.7%, no registrándose aumento alguno respecto
padres, y singularmente de los estudios, se tra- al tabaco.
dujera, a su vez, en diferentes modos de respon- Estos datos deben constituir para todos un se-
der al fenómeno de la droga en sus hijos. La aso- rio motivo de reflexión. Es cierto que los niveles
ciación, por el contrario, ha sido más bien escasa. de aceptación de las drogas son bajos, por ahora.
De nuestro estudio se desprende que en nues- Sin embargo, las posiciones de "comprensión" o
tra región las actitudes de los alumnos de E.G.B. "tolerancia social", de desconocimiento de la de-
frente a la droga presentan perfiles bastante pendencia que el consumo de drogas genera, re-
homogéneos, por lo que no puede hablarse de flejadas en este estudio, ponen de manifiesto la
comportamientos "diferenciados" en los alumnos existencia de un colectivo considerable de alum-
según la zona geográfica a la que pertenezcan. nos, carentes de los recursos o conocimientos ne-
Sólo en los colegios ubicados en poblaciones cesarios que les permitan afrontar, con garantías
marginales se ha obtenido una cierta asociación de éxito, el rechazo de un mundo supuesamente
entre las actitudes favorables hacia la droga y la feliz que la droga les ofrece.
situación de marginalidad de los alumnos en- Preocupación especial nos merece el colectivo
cuestados, confirmando los resultados de otros es- de alumnos de poblaciones marginales: mayor
tudios (Vega, 1984). Los alumnos de poblaciones presión social y mayor comprensión o tolerancia
marginales se muestran más "tolerantes" y "com- del consumo de drogas, aunque, todavía no se
prensivos" con el consumo de drogas, y creen haya traducido en un aumento significativo de las
percibir, en un mayor porcenataje, una mayor actitudes favorables hacia las mismas. Pero dado
presión del ambiente hacia dicho consumo. Sin el elevado índice de abandono escolar en dichas
embargo, la presión del medio socio-familiar en poblaciones, la escasa protección que los niños
estos alumnos, no se traduce en una actitud más reciben de sus familias frente a la droga, junto a
favorable de éstos hacia las drogas en un nivel es- la dureza del medio social, permite abrigar pocas
tadístico significativo; ni tampoco en un mayor esperanzas de que muchos de estos niños puedan
desconocimiento de la dependencia que genera el escapar de la amenaza de la droga. La apuesta de-

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Addicciones: Actitudes hacia la droga en alumnos de E.G.B. 17

cidida por un programa de actuación múltiple familia en cualquier programa de prevención si se


donde se aborde la situación socio-familiar de es- quieren conseguir algunos éxitos, en poblaciones
te colectivo de niños se hace del todo necesario. marginales la actuación en las familias adquiere
Si ya resulta imprescindible la participación de la un carácter prioritario.

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