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I.

INTRODUCCIÓN

En el siglo XIX se dio inicio a la época republicana del Perú donde se dieron
sucesos importantes como la proclamación de la independencia del Perú, guerras
contra Colombia, Bolivia, la era del guano, guerra contra ecuador, España, la crisis
hacendaria, la guerra del pacifico, el tratado de Ancón, la reconstrucción nacional,
una serie de gobiernos provisionales, para así dar inicio la república aristocrática y
al siglo XX.

Así como se marcaron hitos importantes para la historia del Perú, también se dio el
surgimiento de personajes importantes en el campo de la educación, la escuela
normal, y sobre todo cobra importancia la educación de la mujer y su inclusión en
el nivel primario y secundario, el nacimiento de la primera mujer que cursó estudios
superiores y la primera jurista del Perú.

Es por ello que consideramos más personajes femeninos trascendentes en la


educación republicana en el Perú.
II. LA EDUCACIÓN DEL SIGLO XIX EN EL PERÚ

2.1 LA EDUCACIÓN EN EL PERIODO (1822 – 1850)

Durante los comienzos de la vida independiente del Perú, ya sea en la etapa del
Protectorado o de la República establecida por el primer Congreso Constituyente
(20 de Setiembre de 1822), la educación no sufrió cambios cualitativos y prosiguió
como privilegio de la élite económica, heredera y continuadora de la nobleza
virreinal, tal como se pudo constatar por lo señalado por el Decreto del 6 de julio
de 1822. Sin embargo, la educación femenina empezó a ser considerada desde
los tiempos de la Independencia cuando se crearon colegios de alumnas en Lima,
Cuzco y Arequipa32. Esta formación era de nivel primario, porque las mujeres
estaban prohibidas de ingresar a los colegios mayores (secundaria) y a las
universidades.

Simón Bolívar dispuso el 31 de Enero de 1825 la creación de escuelas normales


en las capitales de departamento que debían aplicar el método lancasteriano. En
1826, el ministro José María de Pando, en un intento para promover la educación
primaria, dispuso mediante una circulación, la creación de dos escuelas
Lancasterianas: una de varones y otra de mujeres en las capitales de cada
departamento y provincia. En ese mismo año, el general Simón Bolívar, estableció
un Gineceo, es decir, una escuela para mujeres jóvenes en el convento de la
Concepción. Los cursos del Gineceo se impartían en dos departamentos y eran los
siguientes:
El 28 de noviembre de 1836, el general y entonces presidente del Perú, Andrés
Santa Cruz creó otras dos escuelas normales bajo el sistema lancasteriano. Una
escuela era para varones y la otra para mujeres. La escuela normal para mujeres
se estableció en el Convento de Santa Teresa, y la de varones en el Colegio de
Santo Tomás. Los cursos impartidos en estas escuelas eran los siguientes:

A diferencia del reglamento de 1825, podemos notar que la educación de las


mujeres en el sistema lancasteriano tenía cursos similares a los cursos para
varones, solo que a diferencia de ellos, las mujeres recibían lecciones de Costura y
Gramática castellana. Una posible explicación para esta medida sería que Santa
Cruz intentó adecuar la educación de ambos sexos en proporción con las
atribuciones y deberes de cada uno, porque creía que el deber de una mujer
consistía en ser una buena madre de familia.

2.2 LA EDUCACIÓN EN EL PERIODO (1850 – 1876)

A mediados del siglo XIX, la educación nacional aún aplicaba el método memorista
lancasteriano, que absorbía todas las actividades de la enseñanza confundiéndose
la idea con la expresión, la compresión mental con el automatismo mecánico, la
repetición inconsciente con la asimilación del conocimiento. Algunos docentes y
periódicos de la época critican estos métodos de enseñanza y piden que sean
renovados.

El14 de junio de 1850 donde ponía en vigencia el Reglamento General de


Instrucción Pública. Este reglamento consta de diez capítulos y traduce la manera
como el Estado centralizó la dirección y el gobierno de la instrucción pública en
todos sus ramos y grados, el Estado se obliga a proporcionar la instrucción. El
Reglamento establecía tres grados en la enseñanza: el primero se impartía en las
escuelas, el segundo en los colegios y el tercero en las universidades, pero solo
mencionaremos la educación colegial y escolar, porque la mujer no recibía
educación superior. De acuerdo con este Reglamento, las escuelas de primer
orden debían establecerse en todas las parroquias o distritos. Estos centros de
enseñanza podían ser de primer y de segundo orden y los cursos que se dictaban
eran los siguientes:

En las escuelas de Primer y Segundo Orden la asistencia simultánea de hombres y


mujeres estaba prohibida tal como lo demuestra la siguiente cita: “Se prohíben las
escuelas para la concurrencia simultánea de ambos sexos, bajo la pena de
clausura inmediata del establecimiento, y de una multa al maestro, que no
excederá de cincuenta pesos, a juicio de la junta, con destino a dichos fondos”
Notamos que se prohibía la enseñanza mixta en las escuelas, pero no se
específica qué cursos debían estudiar los hombres y las mujeres; lo cual podría
significar que en la enseñanza de primer y segundo orden ambos recibían la
misma enseñanza. Pero, la instrucción recibida en las escuelas de segundo grado
era continuada por los varones en los colegios menores y en los colegios mayores,
donde los alumnos podían dar exámenes correspondientes a los grados
universitarios.

Sin embargo, las mujeres no estudiaban el segundo grado, que comprendía tanto
a los colegios menores como mayores, porque para ellas existían los colegios de
niñas donde estaban excluidas de las Matemáticas puras, Física, Historia Natural,
Economía Política, Filosofía, Latín, Disposiciones de la Constitución política,
Química, Geografía universal, antigua y moderna, Teneduría de libros, Nociones
de lógica y ética y otras asignaturas. La diferencia de cursos para hombres y
mujeres aparece cuando se mencionan las materias que se les impartían a los
estudiantes en segundo grado, tal como nos muestra el siguiente cuadro:

Era evidente la reducción cultural de las mujeres porque a mediados del siglo XIX
en el Perú, las mujeres no estudiaban en la universidad y por tanto no podían
ejercer una carrera profesional dado que se creía que las mujeres no tenían la
suficiente capacidad racional para ejercer estudios superiores y se creía que sus
responsabilidades se limitaban al ámbito doméstico para cuidar a los hijos y sus
esposos.

2.3 LA EDUCACIÓN DESPUES DE LA GUERRA DEL PACÍFICO (1879-1884)

En vista de la penosa situación del erario público, el Gobierno ordenó que “las
escuelas estén bajo inmediata dependencia e inspección económica y
administrativa de las Municipalidades Provinciales o de Distrito que hagan sus
gastos”56. Ahora bien, debemos recordar que los principales núcleos económicos
e intelectuales urbanos fueron afectados por la guerra con Chile, ya que sus bases
materiales de ingresos habían sido destruidas durante el conflicto. Por tanto, no
existían fuentes que generasen recursos para mantener a las autoridades locales
ni sus planes de educación.

El 3 de Noviembre de 1886, el presidente Andrés Avelino Cáceres y su ministro


Luis Felipe Villarán expidieron mediante un decreto el Reglamento de Instrucción
Pública de 1886 con 347 artículos, que mantuvo básicamente el mismo patrón
educativo. El cual estableció que la dirección y administración de los
establecimientos de instrucción primaria estuviesen a cargo de las
Municipalidades. Así mismo se señalaba en el “Artículo 19. La instrucción primaria
se divide en tres grados: el primero se enseñará en dos años y el segundo y
tercero en un año cada uno” Los cursos de la educación primaria según el
Reglamento de Instrucción de 1886 fueron los siguientes:
La educación primaria para las mujeres excluyó los cursos de Explicación del texto
de la Constitución y los ejercicios militares (por considerarlas como labores
masculinas), los cuales fueron sustituidos por los cursos de Economía doméstica,
que incluía los cursos de Costura, Bordado, Tejido y Labores Femeninas para
preparar a las mujeres para ejercer sus labores en el hogar. En cuanto a la
instrucción media, se estableció dos grados. El primer grado se dio en cuatro años
y el segundo en dos años, dando así un total de seis años de estudio. En esta
etapa de la instrucción, se hace más evidente la desigualdad de estudios entre las
mujeres y los varones porque dicho nivel educativo comprendía las materias de la
instrucción de primaria de tercer grado además de los cursos de Literatura
General, Geografía Universal, Francés o Inglés, Caligrafía, Dibujo y Música. Los
cursos de la instrucción media eran los siguientes:

Nuevamente notamos que las mujeres recibían cursos de ciencias, pero si nos
fijamos bien el curso inicia con el nombre “Ligeras nociones de Física, Química e
Historia Natural” a diferencia de los varones que llevaron cursos elementales de
las materias anteriormente mencionadas, lo cual no implicaba que las mujeres
estuvieran preparadas para ingresar a la universidad (recordemos que recién en
1908 se permitió el ingreso de las mujeres a los centros de educación superior).
2.4 EL PRIMER CONGRESO HIGIÉNICO ESCOLAR PERUANO (1899)

Durante el Gobierno del presidente Eduardo López de Romaña se realizó en la


capital el Primer Congreso Higiénico Escolar Peruano, entre el 15 y el 23 de
Setiembre de 1899. Este evento tuvo como objeto mejorar no solo las condiciones
de salubridad en las aulas de clase, sino también la alimentación, vestimenta,
hábitos y actividades de sus alumnos. Recordemos que la condición antihigiénica
de Lima era propicia para el surgimiento y expansión de enfermedades como la
fiebre amarilla y la peste bubónica.

Debemos reconocer que el Gobierno tomó una buena decisión en preocuparse por
las condiciones de salubridad en que estudiaban los alumnos de los colegios y
escuelas, dado que Lima era propensa a sufrir enfermedades terribles como
consecuencia de los hábitos antihigiénicos de sus habitantes. Sin embargo, los
problemas de salubridad e infraestructura de los colegios y escuelas aún
persistieron hasta en la primera década del siglo XX.

III. PERSONAJES QUE APORTARON A LA EDUCACIÓN EN EL SIGLO XIX

A. SEBASTIÁN IGNACIO LORENTE IBÁÑEZ


(Alcantarilla,13 de diciembre de 1813 - † Lima, 28 de
noviembre de 1884)

fue un teólogo, filósofo, historiador y médico


español, afincado en el Perú, e impulsor de la
educación en ese país.

Sebastián Lorente (1813-1884) es uno de los


personajes más importantes en la historia educativa
del Perú decimonónico. Su llegada al Perú para
dirigir uno de los principales bastiones liberales, el
Colegio Nuestra Señora de Guadalupe (1844-1849),
y, posteriormente, su labor como decano de la Facultad de Letras de la universidad
San Marcos (1868-1884) coincide con una etapa de modernización educativa
expresadas en los reglamentos de 1855 y 1876 –en cuya elaboración participó–
que desplazó a la estructura institucional heredada de las reformas borbónicas.
Simultáneamente a estas labores, Lorente se dedicó a publicar materiales de
enseñanza dirigidos a la educación secundaria. Así, desde la década de 1850,
publicó compendios de filosofía, geografía, higiene, historia universal que tuvieron
varias reediciones. De estos compendios sobresalen los dedicados a la historia del
Perú. Por ello, la reedición de Historia del Perú compendiada para uso de los
colegios y de las personas ilustradas (1876) e Historia de la civilización peruana
(1879), y el sugerente estudio introductorio de Mark Thurner nos permite observar
con mayor atención su obra como historiador.

Biografía
Hijo de Sebastián Lorente y Saavedra e Isabel Ibáñez y Aparicio, inició sus
estudios en el Seminario Mayor de San Fulgencio de Murcia, donde obtuvo el
grado de bachiller en Teología en 1828, pasó a la Universidad de Valencia, en
cuya facultad de medicina optó grado de médico en 1834. Con el propósito de
cursar derecho se trasladó a Madrid en el año de 1835. Por concurso obtuvo la
cátedra de Filosofía en el Colegio Real de San Isidro; y vista su eficiencia, fue
recomendado para enseñar a los hijos del marqués de Santa Cruz. Pero su
adhesión al liberalismo lo expuso al ensañamiento de la reacción absolutista; y en
tal coyuntura, optó por acogerse a las proposiciones que le hiciera el entonces
Presidente del Perú, Domingo Elías, en 1842, y viajó al país para incorporarse al
Colegio Nuestra Señora de Guadalupe. Inicialmente asumió la enseñanza de
geografía en 1843, luego ejerció la dirección entre los años 1844 a 1849 y efectuó
una fundamental reforma en sus orientaciones, introduciendo nuevas asignaturas;
Historia Antigua, Media y Moderna, Historia General de América y particularmente
del Perú, Literatura, Economía Política, Estadística e Historia Natural, elevando la
calidad de sus lecciones hasta convertirlo en un centro de instrucción media, y
renovando la metodología. Por falta de profesores se ve obligado a dictar hasta
diez asignaturas en 1846, y por añadidura, asumió en el Convictorio de San Carlos
la enseñanza de Geografía y Literatura, y en el Colegio de Medicina inició la de
Filosofía, Higiene, Historia Natural y Medicina Legal.

Tan arduo trabajo quebrantó su salud en junio de 1849, y después de permanecer


brevemente en los distritos de Tarma y Jauja, se estableció en Huancayo en 1850.
En esta ciudad fundó el Colegio de Santa Isabel en 1851, y secundó la revolución
liberal en 1854. Luego redactó el primer reglamento general de instrucción pública
el 7 de abril de 1855 y con el título de inspector de instrucción pública, fue
encargado de aplicarlo. En calidad de secretario, integró la legación en 1856 que
sucesivamente condujo Pedro Gálvez, su antiguo discípulo, ante los gobiernos de
la América Central, Colombia, Venezuela, España y Francia. Al retornar en el año
1866, fue nuevamente nombrado inspector de instrucción pública. Incorporado a la
Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos para regentar
la cátedra de Filosofía Trascendental, poco después el 26 de enero de 1867, fue
elegido decano. Se le otorgó grado de doctor en Letras el 11 de julio de 1868.

Por segunda vez viajó a Europa permaneciendo entre 1870 y 1872, a fin de
estudiar las orientaciones educativas aplicables al Perú. Y restablecido en el
decanato el 10 de abril de 1872, inauguró la enseñanza de historia de la
civilización peruana en 1875, donde tuvo oportunidad de defender a la institución
universitaria contra las intromisiones autorizadas por Nicolás de Piérola durante su
gobierno dictatorial en 1880 y contra las depredaciones chilenas.

Obras:

Aparte de numerosos textos escolares, memorias e informes, artículos y discursos,


se le debe:
 Pensamientos sobre el Perú (1855).
 Historia antigua del Perú (1860).
 Historia de la Conquista del Perú (1861), principalmente basadas en la obra
del Inca Garcilaso.
 Historia del Perú bajo la dinastía austríaca: 1542-1598 (2 tomos, 1863 a
1870).
 Relaciones de los vireyes y audiencias que han gobernado el Perú (3
tomos, 1867-1872).
 Historia del Perú bajo los Borbones, 1700-1821 (1871), cuya principal
fuente se halla en las memorias de los virreyes.
 Historia del Perú desde la proclamación de la Independencia 1821-1827
(1876), que vertió las informaciones contenidas en los documentos editados
por el coronel Manuel de Odriozola.
 Historia de la civilización peruana (1879).

B. JUANA ALARCO ESPINOZA DE


DAMMERT, (* Lima, Perú, 27 de mayo de 1842
- † id. 2 de agosto de 1932)

fue una filántropa y benefactora de la niñez


peruana, conocida como La abuelita de los
niños. Precursora de la educación Inicial. Fundó
la Sociedad Auxiliadora de la Infancia, que
promovió la creación de una Escuela Maternal
para el cuidado y la enseñanza de niños
huérfanos de 7 a 12 años de edad, así como la
primera cuna maternal para hijos de las madres
trabajadoras. En ese sentido fue precursora de
los servicios de asistencia social. En su honor a
su memoria dos instituciones públicas educativas o colegios nacionales de Lima
llevan su nombre: la Institución Educativa Juana Alarco de Dammert (Cercado de
Lima) y la Institución Educativa Juana Alarco de Dammert (Miraflores).

Biografía

Fue hija de Julián Alarco Garavito y de Mercedes Espinoza. Estudió en la escuela


regentada por Cruz Andrade de Noel, y completó su educación con lecciones
privadas de francés y de música.

Contrajo matrimonio el 31 de diciembre de 1861, en la iglesia el Sagrario de la


Catedral de Lima, con Juan Luis Dammert Amsink, un prominente comerciante
alemán. Viajó seguidamente a Francia y en París cultivó su personalidad mediante
la lectura, y se interesó por la atención médica social a la madre y el niño. Al
regresar al Perú en 1886, hubo de atender a la restauración de los estragos que la
guerra y la ocupación extranjera causaran en sus bienes familiares. Ese mismo
año, sufrió la muerte de su primogénito nacido en 1865, y concibió la necesidad de
promocionar un movimiento de solidaridad social en favor de las madres y de los
niños desvalidos.

En octubre de 1894, formó una sociedad llamada Auxiliadora para asistir a los
heridos en los hospitales y a los presos en las casamatas. Recibió apoyo del
presidente Andrés A. Cáceres y prestó invalorables servicios durante la guerra civil
que ensangrentó las calles de Lima en 1895. En esta ocasión, instaló una
ambulancia en la Plazuela del Teatro, que contó con 50 camas y tuvo que atender
a 227 heridos. Durante los dos meses siguientes continuó como hospital de sangre
provisional.

Al finalizar la guerra civil, todos regresaron a casa, pero fue entonces cuando
quedó patente el desamparo de los niños que habían quedado huérfanos. Imbuido
de un noble espíritu de solidaridad hacia los desvalidos, Juana convocó la
colaboración de las damas de la sociedad, e impulsó el nacimiento de la Sociedad
Auxiliadora de la Infancia, a la que habría de dedicar el resto de su vida. A través
de dicha institución promovió la creación en 1896 de una Escuela Maternal, que se
instaló en la calle Tayacaja, donde recibirían alimentación y enseñanza niños de
siete años a doce años. Con tal fin, numerosas voluntarias fueron capacitadas
como maestras, y como anexo se abrió un consultorio de atención médica gratuita.
Como maestras destacaron Luisa Beausejour, Elvira García y García, y la propia
hija de Juana, Luisa Dammert. Como no fuera suficiente las donaciones obtenidas
para mantener esta obra, organizó la primera kermés benéfica el 21 de octubre de
1900.

Sobre un terreno donado por la Beneficencia Pública fundó en 1902 la primera


cuna materna para atender durante el día a los hijos de las madres trabajadoras.
Esta cuna o guardería, que se instaló en la entonces calle Los Naranjos, en Barrios
Altos, sirvió de ejemplo para superar la antigua casa de expósitos. Asimismo, inició
la distribución de leche en las escuelas fiscales, convirtiéndose así en la
precursora de los desayunos escolares. Promovió también el envío de los niños
pobres a las playas y a otros lugares recreacionales, e insistentemente demandó
un hospital destinado a la atención de los mismos.

Su tenacidad rindió frutos. Para sostener y ampliar su obra en beneficio de la


niñez, el gobierno organizó la Junta de Defensa de la Infancia. En 1927 fue
fundado el Hospital del Niño.

Al celebrarse las bodas de plata de la Sociedad Auxiliadora de la Infancia (1919),


se brindó reconocimiento público a la labor
de Juana Alarco de Dammert y, tres años
después, la municipalidad de Lima inauguró
una estatua suya, en una plaza pública que
hoy lleva su nombre, como testimonio de su
labor benefactora de la infancia peruana.

C. MARÍA TRINIDAD ENRÍQUEZ LADRÓN


DE GUEVARA (Cusco, Perú, 5 de junio de
1846 - Lima, 1891)
Fue la primera mujer en cursar estudios universitarios en el Perú y Sudamérica, y
la primera mujer jurista en el Perú. Fue famosa por su precocidad, por su aptitud
para el estudio, y por sus esfuerzos para mejorar la condición de las personas de
su género y de la clase proletaria.

Formación

Su formación escolar, junto con su precocidad y brillo intelectual, fue destacada.


En el Colegio de Educandas, con la dirección de Antonina Pérez, a los once años
daba geografía como profesora, lo que todos los comentarios posteriores
sostienen y recuerdan.

Trinidad ingresa a la Universidad de San Antonio Abad en 1875, gracias a una


resolución suprema que se emitió al efecto en octubre de ese año. Sus exámenes
fueron comentadísimos. No podría haber remembranza de su vida sin comentario
de los diarios desafíos que tuvo que pasar para revalidar sus estudios escolares.
El lucimiento de la candidata, su diario cambio de atuendo, su elegancia, su
elocuencia y presencia de ánimo, son hasta hoy recordadas como en una burbuja
emocionante.

En 1878 Trinidad se graduó de Bachiller. Fue entonces cuando desde Lima las
damas de sociedad le mandaron una medalla y felicitación. Se convertiría así en la
primera jurista del Perú. El diputado cusqueño Francisco Gonzales presentó al
Congreso de la República, durante su gestión, una petición para que este órgano
la declare apta para graduarse como abogada, para hacer los dos años de práctica
en un estudio forense y recibirse en alguna Corte Superior. Gonzales alegó que
este pedido no tenía que ver sólo con el Cusco sino con toda la República.
Gonzales fue apoyado por el diputado por Huánuco José Manuel Pinzás quienes
propusieron ante la cámara de diputados que se establezca que las mujeres
consigan, con los requisitos de ley, los mismos grados universitarios que los
hombres. Esta propuesta fue apoyada por el ministro de Instrucción, Justicia y
Culto Mariano Felipe Paz Soldán. Este proceso fue interrumpido por la Guerra del
Pacífico y recién luego de esta, el Congreso resolvió autorizar, en calidad de
"gracia", que Enriquez pueda optar el grado de bachiller en Derecho.

Trinidad María Enríquez representa un hito en la historia universitaria del Perú. Se


trata de una jurista, educadora y periodista, nacida en Cusco, años difíciles para
las mujeres peruanas dado que la educación universitaria estaba reservaba
únicamente para los varones.

D. ELVIRA GARCÍA Y GARCÍA BERT


(Lambayeque, 1 de junio de 1862 - Lima, 23 de
octubre de 1951)

Pionera del fomento de la educación para la mujer.


fue una educadora peruana, profesión a la que se
consagró con pasión por más de sesenta años.
Elvira García y García fue la primera educadora en proponer ocupaciones para las
mujeres fuera del hogar, lo cual fue una novedad en su época porque hasta
entonces las labores que se atribuían a las mujeres estaban relacionadas con el
hogar. Fundadora, directora y profesora de varios colegios y escuelas. Fundó en el
Callao el Liceo Peruano (1883) destinado a la formación de señoritas. Dirigió el
Liceo Fanning de Lima entre 1894 y 1914, semillero de la intelectualidad femenina
peruana. Fundadora del primer jardín de infancia o kindergarten (educación
preescolar) del Perú en 1902. Fue también periodista y colaboradora en
numerosas publicaciones, así como autora de diversos libros entre los que
podemos destacar La mujer peruana a través de los siglos. En su memoria, un
colegio nacional de mujeres ubicado en el distrito de Pueblo Libre (Lima) lleva su
nombre.

Biografía

Nació el 1 de junio de 1862 en Lambayeque, costa norte del Perú. Fue hija del
contralmirante Aurelio García y García y de Eulogia Bert. Inició sus estudios en el
Colegio de Educandas de Trujillo, culminándolos en Lima. Empezó a dedicarse a
la enseñanza en 1880, cuando contaba con dieciocho años de edad, como
profesora del Colegio Santa Isabel.

En 1883 fundó en el Callao el Liceo Peruano para la enseñanza de señoritas. En


1884 se graduó de profesora de Instrucción Primaria e inmediatamente fue
designada para dirigir la Escuela Municipal Nº 10 del Callao, que ejerció durante
diez años, hasta 1894. En 1890 la Comisión de Instrucción Primaria le otorgó el
diploma de Preceptora.

Nuevamente en Lima, el 1 de marzo de 1892 tomó la dirección del Liceo Fanning,


institución fundada por la también notable educadora y escritora Teresa González
de Fanning y destinada a la educación femenina. Allí Elvira realizó su labor más
destacada, durante 20 años (de 1894 a 1914), iniciando una serie de reformas
destinadas a elevar el nivel de la enseñanza, y que mostraron una concepción más
moderna de la docencia. Entre las innovaciones llevadas a cabo se cuenta la
introducción de cursos de educación física, para lo cual contrató a la profesora
estadounidense Elsie Wood. No faltaron padres de familia que consideraron
inconvenientes o dañinos para sus hijas esos ejercicios físicos y las apartaron del
colegio. En 1900 organizó entre las alumnas una "sociedad auxiliadora de los
pobres" con el fin de recaudar fondos para distribuirlos entre las familias
necesitadas. Pero la labor de dicha sociedad fue malinterpretada, lo que, sumado
a la negativa de algunas alumnas nuevas a colaborar, conllevaron a la supresión
de la misma. Pero sin duda, la más importante de sus reformas fue la fundación en
1902 del primer kindergarten froebeliano, como anexo del Liceo, que fue el
verdadero primer jardín de infancia del Perú, para niños de 2 a 7 años.

En 1906 obtuvo el título de profesora de Segunda Enseñanza en la Universidad


Nacional Mayor de San Marcos, siendo la primera vez que dicho grado era
otorgado por una universidad peruana. Entre 1909 y 1910 tuvo a su cargo la
revista El Hogar y la Escuela. Colaboró también en la revista Variedades de Lima.

En 1915 el presidente José Pardo y Barreda le encomendó la dirección del Colegio


de Educandas de Nuestra Señora de las Mercedes del Cuzco, que se encontraba
en crisis. Durante cuatro años realizó allí importantes reformas e innovaciones, no
sólo en el campo pedagógico sino también en lo referente a la promoción social.

Entre 1917 y 1918 recorrió Argentina, Uruguay y Brasil, para conocer de cerca la
realidad educativa en dichos países. De vuelta a Lima, y como fruto de sus
experiencias, instituyó una Academia de Enseñanza Superior para Mujeres, que
funcionó de 1920 hasta 1932.

Al fundarse en 1928 el primer Colegio Nacional de Mujeres (llamado después Rosa


de Santa María) fue nombrada profesora de Castellano y posteriormente fue
directora desde 1931 hasta su jubilación en 1941. También dio clases en el
Colegio Nacional Alfonso Ugarte, ejerciendo con una vitalidad asombrosa, incluso
hasta la avanzada edad de 80 años.

Luego de su retiro, siguió colaborando con el magisterio y la niñez, para lo cual


creó la Sociedad ¡Salvemos a los Niños!, cuya presidencia ejerció hasta su muerte.
Fue además socia activa de casi todas las instituciones culturales y filantrópicas
limeñas y de algunas internacionales, y vicepresidenta honoraria del Consejo
Nacional de Mujeres del Perú.

Elvira García y García falleció en la ciudad de Lima el 23 de octubre de 1951, a la


avanzada edad de 89 años. El 28 de noviembre de 1952, por D.S. N° 9230 se
dispuso que el antiguo Liceo Lima llevara su nombre (actual Institución Educativa
Elvira García y García).

Aporte y pensamientos

Mujer educadora

Elvira García y García consideró que las mujeres reunían las condiciones propias
que las hacen las educadoras por excelencia, ya que los niños en sus primeros
años requería de grandes dosis de ternura, que solo las mujeres podrían ofrecerle:
“Las condiciones propias de la mujer hacen de ella la educadora por excelencia, y
debe ser preferida al hombre, sobre todo, cuando se trata de la primera
enseñanza, en la que, por lo mismo que es necesario tomar al niño en edad tan
tierna, que requiere gran dosis, el manejarlo, se adapta más aún al trato materno,
como es el que la mujer puede ofrecerle”

Capacitación de maestras

Otra labor para las mujeres que también estaba relacionada con la educación
infantil, era la docencia. Para Elvira García y García era importante que para una
excelente formación académica de las profesoras, éstas deberían estudiar en el
extranjero para perfeccionar sus conocimientos, para que de esta manera las
profesoras sepan aplicar un buen método de enseñanza. “La maestra al salir a
poner en práctica lo que ha recibido en la Escuela, tiene la tendencia de vaciar
como en un molde, las mismas nociones que ella recibió, y continúa en lo relativo a
disciplina, organización y dirección, rumbos idénticos, sin que le sea dable
decidirse por ninguna otra cosa”

Enfermeras

Elvira García y García consideraba que otro trabajo adecuado para las mujeres era
la Enfermería porque ella posee un instinto maternal innato que le permite tratar a
los enfermos como si fuera un hijo o familiar suyo. Por ese motivo, Elvira García y
García sugería que los grandes hospitales de Lima, así como los de las grandes
ciudades del Perú organizasen Escuelas de Enfermeras.

Obras:

De su abundante bibliografía destacamos las siguientes obras:

 Lecciones de historia del Perú (1894-1907).


 El amigo de las niñas (1894).
 El amigo de los niños (1896).
 Composición castellana (1897-1908).
 Educación femenina correspondiente a la misión social que debe llenar la
mujer en América (1908).
 Lecciones de zoología e higiene (1909).
 El alma del niño (1924), prologado por Manuel Vicente Villarán.
 La mujer peruana a través de los siglos (2 vols. 1924-1935), conjunto de
decenas de semblanzas de mujeres peruanas, pero que ha sido calificada
por el historiador Raúl Porras Barrenechea en su libro Fuentes históricas
peruanas (1954) como «arsenal de ingenuidades románticas
indocumentadas».
 La educación del niño (1924).
 El diario de una maestra (1927), obra llena de observaciones en torno a la
educación de la juventud.
 Literatura preceptiva (1927).
 Historia literaria (1927).
 Cruzada a favor del niño (1938).
 Historia de los jardines de la infancia en Lima (1939).
 El problema educacional (estudios y observaciones) (1939).
 Frente a la humanidad (1942), obra de carácter pacifista.
 Unión de fuerzas espirituales (1943).
 Modelando el porvenir. Reflexiones sobre cultura moral (1944).
 Voces lejanas. Cuentos, leyendas, poemas, añoranzas, reflexiones y
anhelos de paz (1944).
 Fraternidad americana (1946).
 Espíritu de cooperación (1947).
 ¡Salvemos a los niños! (1947).
 La mujer y el hogar (1947).
 Caminos de la vida (1948)
IV. CONCLUSIONES:

PRIMERA.- El surgimiento de las escuelas normales en el Perú están presentes


desde el inicio la época republicana, es cuando se considera a la educación como
un factor importante que debe ser fomentado por el estado, pero a causa de los
conflictos que tenía el país las escuelas de varones que eran fundadas durante el
siglo XIX tuvieron problemas de funcionamiento, algunas morían al nacer, en
cambio la escuela de mujeres tuvo otra suerte pues continuo en el siglo XX y hasta
la actualidad ha llegado al siglo XXI como instituto Nacional de Monterrico.

SEGUNDA.- Desde 1825 hasta 1876, la educación de la mujer estuvo centrada en


su formación moral y espiritual porque se consideraba que sus principal
responsabilidad en la sociedad consistía en la educación de los niños, el cuidado
del hogar para hacerlo un refugio para los varones en contra de los problemas del
mundo exterior. A las mujeres se las excluía de los cursos relacionados con la
política, porque se consideraba que esta actividad era ofensiva para su naturaleza
y que para reclamar por sus derechos necesitaba de los varones. Desde 1876
hasta 1901, la educación femenina experimentó cierto cambio al incorporarse
nociones de Física, Química e Historia Natural, Aritmética y Geografía pero su
formación era desigual a la que recibían los varones, porque a ellos se los
preparaban para estudiar y ejercer una carrera profesional mientras las mujeres en
esa época no podían estudiar en la universidad. Después de la derrota peruana en
la Guerra con Chile (1879 – 1883) en la educación surgieron voces que exigían la
regeneración del país a través de los ciudadanos, porque se atribuía que el
desastre peruano se debía a las costumbres de sus habitantes. Dentro de la
educación posterior al conflicto, se impartió una educación que buscaba formar a
ciudadanos con conductas moderadas que rechazasen toda clase de vicios para
así formar personas que apreciasen al trabajo como una forma de desarrollo y no
como un castigo. (Bejarano, 2011, p. 211)

V. BIBLIOGRAFIA

Archivo digital de la Legislación en el Perú del Congreso de la República del Perú.


 Reglamento de Instrucción de 1825.
 Restableciendo y reglamentando al colegio de educandas de Lima.
Decreto del 4 de Julio de 1835.
 Reglamento de Instrucción de 1835.
 Reglamento de Instrucción de 1850
 Reglamento General de Instrucción Pública de 1855.
 Reglamento de Instrucción de 1876.
 Reglamento General de Instrucción Pública. 16 de Mayo de 1884.
 Reglamento de Instrucción de 1886.
Bejarano, E. (2011). Elvira García y García (1892 – 1951): Mujer y educadora
dentro de los procesos modernizadores de la Educación de la Infancia en el Perú.
Tesis para optar el Título Profesional de Licenciado en Historia: UNMSM

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