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El documento proporciona información sobre los diferentes factores ambientales, familiares y de estilo de vida que deben considerarse al realizar un examen médico. Estos incluyen el lugar de nacimiento, vivienda, escolaridad, ocupación, familia, alimentación, hábitos de higiene y sueño del paciente. Conocer estos detalles puede ayudar a identificar posibles causas de enfermedades y a comprender mejor la situación del paciente.
El documento proporciona información sobre los diferentes factores ambientales, familiares y de estilo de vida que deben considerarse al realizar un examen médico. Estos incluyen el lugar de nacimiento, vivienda, escolaridad, ocupación, familia, alimentación, hábitos de higiene y sueño del paciente. Conocer estos detalles puede ayudar a identificar posibles causas de enfermedades y a comprender mejor la situación del paciente.
El documento proporciona información sobre los diferentes factores ambientales, familiares y de estilo de vida que deben considerarse al realizar un examen médico. Estos incluyen el lugar de nacimiento, vivienda, escolaridad, ocupación, familia, alimentación, hábitos de higiene y sueño del paciente. Conocer estos detalles puede ayudar a identificar posibles causas de enfermedades y a comprender mejor la situación del paciente.
Lugar de nacimiento y posteriores lugares de residencia: pueden
orientar sobre patologías vinculadas con el ámbito geográfico o étnico. Por ejemplo: bocio en las zonas alejadas del mar; parasitosis, en regiones con infraestructura pobre y sin servicios sanitarios, etcétera. Casa-habitación: permite conocer el tipo de hábitat del enfermo, los servicios sanitarios y la calidad del agua que bebe, que pueden estar relacionados con la presencia de enfermedades o interferir con las medidas terapéuticas indicadas. Se debe consignar también el contacto con animales y la exposición a tóxicos. Se preguntara de que material está hecha su casa (paredes, piso, techo, etc.). Se le interrogara también sobre cuantas personas viven en ella, cuantas habitaciones tiene y si tiene alguna mascota, si cuenta con los servicios básicos. Escolaridad: Conocer el nivel de instrucción de una persona puede ser importante a la hora de explicarle las características de una enfermedad o bien proporcionarle las instrucciones con respecto a su tratamiento. Ocupación: se averigua el oficio o profesión, el lugar donde se desarrollan las tareas y el horario de estas. Existen enfermedades vinculadas con ciertos trabajos como el saturnismo en los que fabrican baterías eléctricas, la neumoconiosis en los mineros o picapedreros, la brucelosis en los matarifes, los trastornos visuales en las bordadoras, los dolores de cuello y dorso del tórax en quienes pasan muchas horas frente a la pantalla de una computadora, etcétera. Núcleo familiar: se preguntara sobre las fechas de casamiento y el estado civil actual; el nacimiento de los hijos y el número y edad de éstos. Este apartado permite indagar acera de las características psicológicas del enfermo, su relación con los familiares y con las personas en general, sus estados de ánimo habituales, su disposición frente a la enfermedad y sus responsabilidades. Todos estos factores pueden estar involucrados en la génesis de la enfermedad y también serán importantes para instituir un tratamiento con mayores o menores probabilidades de éxito. Es diferente un enfermo que vive solo que aquel rodeado por su familia y sus afectos, de otro con su conyugue enfermo y sin hijos o parientes cercanos. Servicio militar: informará acera de la salud del enfermo a los 18 o 20 años de edad, ya que este implica una revisión médica con la posibilidad de diagnóstico de cuadros patológicos. Si hubo excepciones se consignaran las causas. Este antecedente puede no existir, ya que el servicio militar obligatorio ha sido eliminado desde 1994 en Argentina.
Hábito
Alimentación: se interrogara acerca del tipo, cantidad, calidad y horario de
las comidas. Así se podrá conocer si existen carencias o excesos capaces de generar una enfermedad o coadyuvar con ella. Si la alimentación es variada se consigna como mixta. Intolerancias alimentarias: algunos alimentos, por su contenido en principios nutritivos o por su preparación, pueden provocar síntomas de intolerancia que ayudan como orientación de diversas enfermedades, en general, del aparato digestivo. Los alimentos muy condimentados o muy azucarados no son bien tolerados por los enfermos con ulcera péptica gastroduodenal. En estos pacientes es característica la intolerancia al mate con azúcar, al café y a ciertas bebidas alcohólicas, que pueden generar un cuadro de dispepsia, pirosis y epigastralgia. Las comidas que contienen colecistocineticos provocan cuadros dispépticos o dolorosos a los enfermos con patología vesicular. La yema de huevo, la crema y el chocolate son mal tolerados, así como los alimentos grasos, los fritos y las salsas, responsables, con frecuencia, de cuadros de dispepsia con dolorimiento en el hipocondrio derecho, eructos, meteorismo, náuseas y vómitos. El dolor puede ser muy intenso y constituir el síndrome del cólico biliar. Los pacientes con dispepsias (dolor en la parte alta del vientre que se manifiesta, sobre todo, después de comer). intestinales toleran mal los alimentos con fibras y los azucares simples. Apetito: Las modificaciones del apetito son muy características de ciertos grados patológicos. Las neoplasias, infecciones y las enfermedades febriles o que afectan el estado general evolucionan habitualmente con disminución del apetito (inapetencia, hiporexia) o anorexia franca que, si persisten, pueden estar acompañadas por adelgazamiento. El aumento del apetito o hiperorexia es típico de la diabetes mellitus y del hipertiroidismo y es digno de destacar que en ambos cuadros nosológicos el incremento de la ingesta puede no ser concomitante con un aumento correlativo del peso corporal. El apetito es el deseo de ingerir alimentos con una connotación placentera, y que presupone una experiencia anterior. El hambre, en cambio, es una sensación desagradable, con necesidad imperiosa de comer, que puede estar acompañada por dolores localizados en el epigastrio. Catarsis intestinal: lo normal es que se produzca una deposición de materias fecales desde 1 o 2 veces por día, hasta 2 veces por semana. Si los intervalos se alargan se denomina estreñimiento, y diarrea, en caso de aumento de la velocidad intestinal y del contenido de agua de la materia fecal. Es importante averiguar si en los últimos tiempos hubo modificaciones en el ritmo o en los horarios de las deposiciones; esto, en ocasiones, es el primer signo de carcinoma de colon. La ingestión crónica de laxantes debe investigarse, ya que es común que los enfermos no la refieran. Algunos de estos medicamentos son irritantes para los tractos digestivos y capaces de provocar enfermedad en el intestino. Se debe interrogar además sobre cambios en el color de las deposiciones, presencia de sangre roja (enterorragia) o mucus y aparición de parásitos. La ausencia de color, acolia, es característica del síndrome coledociano; la coloración negra, como de petróleo, es signo de hemorragia digestiva alta. Higiene: Baño, cambio de ropa, cepillado dental. Frecuencia de baño, lavado de manos, cambio de ropa, aseo bucal Diuresis: normalmente, la cantidad de orina es de 1,5 litros por día, cifra que varía ampliamente de acuerdo con la ingesta de líquidos. Por otro lado se debe tener en cuenta que este dato del interrogatorio es difícil o casi imposible de recabar salvo que el paciente este instruido en cuanto a la recolección de sus micciones. Si es mayor a 3000 ml se denomina poliuria y si es menor de 500 ml, oliguria. Anuria es la ausencia de formación o emisión de orina. La poliuria es típica de la diabetes mellitus descompensada, la diabetes insípida y la insuficiencia renal compensada. La oliguria caracteriza a la deshidratación, los estados febriles, la insuficiencia renal terminal y la insuficiencia cardiaca. La anuria es signo de insuficiencia renal aguda o crónica en etapas terminales o de obstrucción de las vías urinarias. La polaquiuria es el aumento de la frecuencia en las micciones y en la mayoría de los casos, la consecuencia de la irritación o infección de las vías urinarias inferiores. La nicturia es el aumento de las micciones durante la noche. La disuria es el trastorno o el dolor durante la emisión de la orina, y es signo de infección urinaria baja. Es importante preguntar sobre los cambios en el hábito y sobre las modificaciones en la frecuencia, el color, el olor, la espuma; también sobre la presencia de turbiedades o sustancias en suspensión, La hematuria es la presencia de sangre, y la coluria, la presencia de bilis. La incontinencia urinaria es la incapacidad para retener voluntariamente la orina. Es fisiológica en el lactante y frecuente en algunas enfermedades neurológicas y en la vejez. Sueño: lo normal, en el adulto, es el sueño nocturno de 8 horas, con variaciones según edad, trabajo, etc. Así los lactantes duermen hasta veinte horas por día, en tanto que en los ancianos es frecuente el dormir 4 o 5 horas. La hipersomnia, dormir más de lo habitual, puede deberse a distintas enfermedades como la diabetes, el hipotiroidismo y la uremia, pero se debe indagar sobre la ingestión de sedantes. El insomnio es la falta de sueño; hay dos tipos principales: el insomnio de conciliación, en el que cuesta tomar el sueño y que se debe en muchas ocasiones a preocupaciones, y el insomnio de terminación, en el que el paciente se despierta temprano y no puede retomar el sueño. Es característico de los ancianos y también puede ser signo de depresión. La somnolencia puede ser normal en las personas recién despiertas o en trance de dormir, pero puede ser también signo de trastornos neurológicos o metabólicos. Bebidas alcohólicas: el alcohol es un alimento que proporciona 7 calorías por gramo y posee potencialidad toxica neurológica y digestiva. Es habitual que la ingesta exagerada de bebidas alcohólicas, se disimule, se oculte o se niegue. Abstemio es aquel que no ingiere bebidas alcohólicas. La dependencia del alcohol configura una enfermedad social por sus implicaciones para el desarrollo armónico de un individuo y sus responsabilidades sociales. Desde un punto de vista médico, la patología que produce es la afectación del sistema nervioso central y periférico (polineuritis), las hepatopatías tóxicas y las gastritis. Puede ser, así mismo, causa de desnutrición. Hay divergencias con respecto a que cantidad de alcohol se considera perjudicial para la salud, aunque se acepta que lo es una ingestión diaria de más de 60 g en el hombre y 40 g en la mujer. Las bebidas alcohólicas se dividen en 3 categorías: -Fermentadas: las clásicas son la cerveza y el vino; la primera tiene un tenor de 4-6%, en el segundo es de 12.5%. El porcentaje también se denomina graduación alcohólica. -Destiladas: también llamadas bebidas blancas o de alta graduación; provienen de la destilación de las bebidas fermentadas, como el coñac, el whisky, la grapa, el vodka y las llamadas aguardientes. La graduación es de 40-50%. -Absínticas: son los licores, bebidas que contienen aceites esenciales aromatizantes. Lo habitual es que contengan de 20 a 30 g de alcohol por 100 ml y contengan azúcar. Una forma de evaluar este tipo de ingesta es mediante una estimación de la cantidad de alcohol ingerida. Se identifica el licor y las cantidades ingeridas. También se debe precisar qué papel desempeña en la vida diaria la ingesta de bebidas con alcohol. Infusiones: los más habituales son el café, el té y el mate. El café puede provocar gastritis, taquicardia e insomnio, en especial si es azucarado. El azúcar tiene 4 calorías por gramo, razón por la cual, los habituados a tomar mate de bombilla azucarado varias veces por día pueden tener una sobrecarga calórica importante. Tabaco: es uno de los factores más importantes de riesgo cardiovascular y está involucrado en la génesis de diversas neoplasias malignas, en especial las del aparato respiratorio. El fumador presenta un riesgo de cáncer de pulmón 17 veces mayor que el no fumador, sobre todo si fuma cigarrillos. En los fumadores de cigarros o de pipa aumenta el riesgo de cáncer de boca; por otra parte estas formas de tabaco poseen un tenor de nicotina mayor, por lo cual el riesgo cardiovascular se incrementa, dado que el alcaloide se absorbe por la mucosa bucal. Se debe averiguar qué tipo de fumador es el paciente, desde cuando fuma y, en caso de que haya abandonado el hábito, cuanto hace que no fuma. La cantidad que se fuma puede expresarse cigarrillos/día o paquetes/años. Esta última al valorar también la duración del tabaquismo, sirve para estimar el riesgo para el desarrollo de EPOC y cáncer de pulmón. Se debe precisar cuántos cigarrillos fuma la persona cada día y cuántos años lleva fumando. Drogas: es uno de los problemas sociales más graves de nuestra época; el consumo de alguna droga ilícita tiene una prevalencia de alrededor del 12% entre la población de alumnos de enseñanza media. No hay drogas blandas y duras, ya que todas tienen una capacidad adictógena importante y provocan daños en diversas regiones del organismo, en especial el sistema nervioso. Las sustancias que se emplean con mayor frecuencia son la marihuana, la cocaína, la morfina, la heroína y otros compuestos sintéticos. Lo habitual es que provoquen la destrucción de la personalidad y una seria de trastornos orgánicos graves. La drogadicción se oculta o se niega, por lo cual conviene realizar la anamnesis con mucho cuidado y tratando de evitar situaciones embarazosas. Los drogadictos que se inyectan poseen otro riesgo: el SIDA y la hepatitis. Consumo de marihuana, cocaína, inhalantes, etc. Edad de inicio y frecuencia. Medicamentos: Muchas personas tienen el hábito de tomar medicamentos; los grupos terapéuticos involucrados con mayor frecuencia son los analgésicos, los tranquilizantes y los laxantes. Los analgésicos son una causa frecuente de trastornos digestivos, en especial, hemorragias digestivas altas. Los tranquilizantes tomados en forma continuada pueden provocar adicción y cambios en la personalidad, Los laxantes, sobre todo los irritantes, pueden crear hábito y determinar alteraciones intestinales, funcionales y orgánicas. Los pacientes que padecen enfermedades crónicas requieren tratamientos medicamentosos en forma permanente. Como todo medicamento posee acciones principales y efectos secundarios, es conveniente una cuidadosa investigación de los fármacos que se ingieren. Es común que las personas ancianas estén medicadas con numerosos preparados (polifarmacia), no siempre con una indicación precisa. En este caso se debe averiguar si el enfermo presenta intolerancias o reacciones alérgicas frente a ciertos fármacos. Hábitos sexuales: se deberá interrogar sobre las prácticas sexuales, fundamentalmente el número de parejas, la actividad homosexual, las medidas para tener sexo seguro y los métodos anticonceptivos. Además, se preguntara sobre antecedentes de enfermedades de transmisión sexual y alteraciones relacionadas con la práctica sexual (dolor, impotencia, eyaculación precoz, frigidez, anorgasmia y falta de deseo. Actividad física: debido a su importancia como indicador de buena salud, se interrogara sobre la realización de actividad física, su cantidad y calidad.