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Presentación……………………………………
Caminando sus penas…………………………
De regreso a casa………………………………
Otro día………………………………………...
Adelaida exigió salario………………………...
Encuentro con
Ignacio………………………….
Camino a casa…………………………………
Historia de Ignacio……………………………
Emoción de
Ignacio…………………………….
Limpiando la casa…………………………….
La diligencia…………………………………...
Camino a casa…………………………………
Visita a Juan Rosales…………………………
En el café del
maracucho……………………….
De salida……………………………………….
Visión de
negocio………………………………..
Hablando con
Dios……………………………..
Encuentro con
Rosalbita………………………..
Roberto compró
pollo…………………………..
Contenido
Abandonada
Jacinto habla con Adelaida……………………
Rumbo a Cd. Bolívar………………………….
Jacinto y su familia
ADayana
veces tomamos
habla condecisiones
Jacinto que opacan la vida de
personas
Llegaronquea laamamos y si ellas son débiles quedaran
Urbanización
enIgnacio y Belkys
la oscuridad para siempre; pero este no es el caso
deEnAdelaida;
el Comedor porque ella con la ayuda de Dios y del
Adelaida
señor y Roberto
Ignacio, destacado académico e investigador
Llegaron al Comedor
social que vivió en la indigencia, logró salir del
Anuncio de Ignacio
mundo oscuro en el cual estaba sumida. Además, su
La Cita con Emilio
bondad,
Arreglandocariño y solidaridad mostrada fueron
el Jeep
determinantes, para que Ignacio también saliera de la
Esperando a Martín
opacidad en la cual vivía,
En el Apartamento producto del abandono que
de Jacinto
sufrió por parte
Comprando deCelebrar
para su esposa e hijos,
En la Playa
Se Despide la Abuelita
Autor: Del Valle Piñate
CAMINANDO SUS PENAS hacer todos los oficios, para
Lentamente llegó caminando a orillas ganarme la comida”. La Luna
del río, el oleaje acariciaba sus pies escuchaba atenta, no la interrumpía,
como dándole la bienvenida. Ella no de igual manera los luceros; pero de
podía con la tristeza y el dolor que pronto le dijeron: “Ve tranquila,
la embargaba. Sus lágrimas se camina con Dios a la casa donde
fundían con las perlas nacaradas y vives”.
corrían agua abajo en una noche de DE REGRESO A CASA
frío. Esta escena la contemplaba la Eran como las 10:00 pm cuando llegó
Luna y miraba el desespero de la a la casa, su mente y su alma
hermosa muchacha. También veía estaban vacías. Abrió la puerta, se
como la brisa jugaba con su linda dirigió con sumo cuidado a la cocina
cabellera como un intento de a buscar su comida; pero ese día no
distraerla y quitarle de sus ojos ese le guardaron cena; porque, según los
brillo de melancolía; pero su jefes de la casa, no se lo merecía.
tristeza deambulaba entre los Primero por no hacer la cena y
muchos luceros que acompañaba a la segundo que ellos pensaron que iba a
dama de la noche en la vastedad del comer en la calle. Esto último, un
cielo. pensamiento injusto, porque
Adelaida, además de ser su esclava
La Luna, intrigada le preguntó ¿Por y su sirvienta no recibía
qué lloras mi niña bella, eres joven y compensación económica por la labor
muy hermosa? La jovencita con gran que realizaba, simplemente le daban
tristeza le contestó: “Tengo la vida un cuartucho para dormir y la
complicada, en nombre del amor comida; pero a veces la castigaban y
cometí el error de entregarme a un la dejaban sin comer. La trataban
hombre que al saber que estoy muy mal y lo más lamentable era que
embarazada huyó, me abandonó. No sus padres, por el desliz que tuvo,
lo he visto más. El niño o tal vez la se fueron del pueblo con su otra
niña que crece en mi vientre me hija y a ella la abandonaron. Este
tiene preocupada; porque no tengo era el drama que vivía la jovencita.
un empleo, no tengo dinero. Vivo en
una casa arrimada; donde tengo que
Vivía un tormento afectivo y se En el nuevo amanecer la joven
intensificaba más con la acción de despertó, se sentía otra persona,
los jefes de casa, que disfrutaban estaba alegre, su alma y su mente ya
humillándola y aprovechándose de no estaban vacías; al contrario
ella, así eran ellos y de manera muy estaba presente la esperanza que
especial, Nicolasa García, una mujer también la había abandonada.
de edad avanzada, concubina de Recordó el sueño, aún escuchaba
Julián Urbina, estaba furiosa y aquella voz que limpio su esencia, su
antes que Adelaida Medina se fuera sentir y la enseñó a ver las cosas
acostar, la insultó, le dijo de todo. con otra perspectiva. Hizo todos
La muchacha solo escuchaba y los oficios de limpieza, preparó el
lloraba y para sus adentros se desayuno. Los dueños de casa
preguntaba ¿Por qué me notaban extrañados la alegría de
abandonaron? Entre hablar y Adelaida y el brillo que rodeaba su
gesticular, Nicolasa también le cuerpo, era una nueva joven llena de
preguntó: “¿Te estabas viendo con paz, amor, alegría y mucha energía.
el hombre que te dejó embarazada o Ante este hecho, Julián le dijo: “A
andabas buscando otro macho, para mí me parece que sí te encontraste
que te críe el hijo? Adelaida, ni la con el tipo que te embarazó y sino
veía, Su mente y su alma estaban fue con otro”. Ella, sin rabia le
vacías. Se acostó con hambre y su contestó: “No me vi con nadie, me
bebe desde su morada ya sufría. Le sucedió algo mejor. Me confesé con
costó mucho conciliar el sueño, la Luna, los luceros y después de
hasta que logró quedarse dormida y dormir sin comer; porque ustedes
en su inquieto sueño una voz llena de me la negaron, Dios me habló y me
amor, paz y dulzura le decía “No te tranquilizó, por eso estoy feliz, me
preocupes, mañana es nuevo día, siento otra persona y mi bebé en el
duerme tranquila, ten fe hija mía. vientre retoza de alegría”
Todo va a cambiar poco a poco si
haces las cosas bien”. Después del desayuno, recogió la
mesa, lavo los platos.; mientras
OTRO DÍA tanto Nicolasa y Julián se
preparaban para irse al puesto de
buhonero que tenían. Una vez pronto todo va a cambiar, camina en
desocupada, se bañó y se alistó, el sendero del creador, Él te
para hacer las compras del día. ayudará”. Le repitió el mensaje y
ella no entendía.
SE ACERCÓ UN MENDIGO ADELAIDA EXIGIÓ SALARIO
Saliendo de la panadería un La vida de Adelaida se concretaba a
viejecito se le acercó, sus manos ser la domestica de la casa en donde
temblaban al igual que su voz y le vivía, todo era una rutina y mientras
dijo: “Hija tengo hambre, tengo sed, tanto su bebé crecía en su vientre,
estoy cansado, no sé qué voy hacer, necesitaba ir a control médico,
ayúdame por favor”. Adelaida, pensó comprar medicinas, vitaminas,
en sus padres y pidió al creador que comer bien, entre otras cosas. Por
los protegiera, qué jamás estuvieran estas razones, espero que el señor y
en esa condición. Salió de sus la señora, los jefes, llegaran a casa,
pensamientos y viendo al anciano le para hablar con ellos. A las 4:00 pm
dijo: “Acompáñame al parque, vamos llegaron los jefes de casa, tenían un
a hablar”. Fueron al parque, refrigerio preparado, con jugo de
Adelaida le preparó un pan grande parchita y sirvió la mesa, los llamó y
que lo pico en dos, le dio uno y el ellos contestaron que ya iban. Al
otro lo guardó en una bolsa. “Come término de 10 minutos se sentaron
amigo, te voy a destapar un jugo en la mesa y Adelaida aprovechó la
para darte”. El viejecito la veía y en ocasión y les habló: “Buenas tardes,
su mirada no había tristeza, ni espero les guste el refrigerio” “Está
dolor, tenía un brillo de admiración; muy bien, te lo agradecemos”.
por el gesto que hacía la muchacha. “gracias, ahora les pido permiso
El don comió y bebió, le dio las para sentarme hablar con ustedes”
gracias a la joven; pero antes de dijo Adelaida. Los jefes de casa se
irse exclamó al cielo “Señor tu miraron entre ellos, estaban
sabiduría es grande”. Caminando con sorprendidos y le dieron el permiso.
mucha lentitud se perdió entre la Cuando la joven se sentó, ellos
sombra de los árboles; pero a lo preguntaron “¿De qué tú quieres
lejos, Adelaida escuchaba la voz del hablar con nosotros? ¿Qué es tan
viejecito que le decía: “pronto hija, importante? Sin miedo y muy
decidida, la muchacha les dijo: “Ya personal, preparó sus cosas y a eso
tengo dos meses de embarazo y aún de las 6:00 a 6:20 am, salió de la
no he podido ir al médico; porque no casa sin hacer ruido.
tengo dinero y yo necesito que ENCUENTRO CON IGNACIO
además de darme la comida y la Ya en la calle caminaba cabizbaja y
habitación donde duermo, me pensaba en la comida, donde vivir y
paguen algo de dinero para cubrir cómo iba a ir al médico. Las cosas no
mis necesidades, “Tú estás loca y estaban bien, caminó y caminó hasta
eres mal agradecida, pídele a tu llegar al parque, se sentó en el
marido que te dé dinero. También banquito que siempre usaba, se
tenemos que mantenerte con acariciaba su vientre, miraba a los
muchacho y todo” Dijo Julián. árboles, las nubes y al cielo.
Adelaida con lágrimas en los ojos se También escuchaba la bella melodía
levantó de la silla y se fue a su de las aves, que querían alejar la
cuarto. tristeza que tenía; pero ella
Nicolasa, la siguió y entró al cuarto simplemente escuchaba.
y terminó de completar la injusticia:
“Mira muchachita, lo mejor para Ya eran las 8:30 am, tenía hambre,
todos nosotros es que tu recojas estaba desesperada y se
tus cosas y te vayas, ya no podemos preguntaba: ¿Que voy hacer Dios
tenerte más aquí. Estás exigiendo mío? Todo estaba en su contra, no
mucho, yo no te mandé a que te sabía qué hacer. De repente alzó la
preñaras” Adelaida, la miraba a los vista y miró a lo lejos del camino y
ojos y con mucha angustia exclamó: vio la figura de un hombre que le
“Esta bien señora Nicolasa, me voy a parecía conocida; mientras más se
ir pero le voy agradecer que me acercaba pudo identificar al anciano
permita quedarme por esta noche, que había ayudado, parecía otra
mañana en la mañanita desocupo su persona, estaba limpio y no vestía
casa”. “Muy bien, pero te me vas con harapos, estaba afeitado y él se
mañana lo más temprano posible”. La sonrió al verla y la saludó: “Hola
joven como pudo concilió el sueño, jovencita, te veo muy triste y en tu
en la madrugada del otro día (5:00 rostro se nota que has llorado ¿Qué
am) se levantó y se hizo el aseo te sucede hija, cuéntame, me voy a
sentar a tu lado para escucharte”. más dichoso del mundo si aceptas”.
La joven, no creía el cambio del A esto, la joven con mucha
anciano e hizo un lado para que se curiosidad lo conminó a que le dijera
sentara y le dijo: “usted está muy sobre la proposición y el anciano le
cambiado, lo veo como más explicó “Es muy sencilla mi
rejuvenecido y me alegro mucho que propuesta, quiero que vivas en mi
esté bien” “Si mi niña, estoy casa, que es muy humilde; pero no le
recuperado, me siento bien, Gracias faltará nada a ustedes y así yo no
a Dios”. Ignacio, el anciano, la estaré tan solo” “Está bien” dijo
miraba y le dijo: “Hija cuéntame lo Adelaida; pero también le preguntó
que te sucedió, por favor”. Adelaida “De qué vamos a vivir, con qué
le contó lo sucedido y la situación en compraremos comida, cómo nos
la que se encontraba. vamos a mantener” “no te preocupes
por eso hija, vamos a la casa”.
Ignacio, sacó de su guayabera un CAMINO A CASA
pañuelo y enjugó las lágrimas de la Ambos se levantaron del banco,
joven y con voz suave y firme le recogieron los envases, limpiaron el
dijo: “primero no quiere que llores lugar y emprendieron rumbo a la
más, eso le hace mal a tu niño, él es casita del anciano. Caminaron a
varón, y segundo vamos a comer”. través del bosque, rodeados de
Sacó de una bolsa de tela que árboles, arbustos y acompañados
cargaba un pañito blanco, el cual por la serenata alada de bellas aves,
tendió en el banco, sobre este que miraban contenta la sonrisa de
colocó dos tazas de café con leche y Adelaida. Ella se sentía muy segura
un envase que tenía dos panes con don Ignacio; porque era un
rellenos con queso y mantequilla y se anciano que inspiraba paz, confianza
dispusieron a desayunar. Estaban y en sus ojos llenos de melancolía
callados, cada quien sumido en sus mostraban un brillo de sabiduría,
pensamiento. El silencio lo rompió era una persona muy espiritual.
Adelaida, para darle las gracias al Escuchando el canto de las aves y
anciano y éste le dijo: “acuérdate recibiendo las caricias del viento,
que tú me ayudaste y ahora te voy a llegaron a una parte donde tenían
proponer algo, me sentiría el viejito que abandonar la quietud y armonía
del parque, para volver a la dinámica pensativo. El dolor se reflejaba en
social de lo urbanizado. Cruzaron la su entrecejo y el brillo opaco de su
calle y se adentraron en una mirada, que se perdía en el
urbanización, de casas muy horizonte como buscando a sus hijos
elegantes y Adelaida, algo y esposa. Este silencio fue
extrañada le Preguntó al Anciano: interrumpido por Adelaida, quien
“usted vive en unas de estas casas, preguntó nuevamente: “¿Por qué no
son casas de gente rica”. Ella no se se fue señor Ignacio? “No podía
explicaba cómo una persona que hija, estaba haciendo una
conoció en la indigencia podía vivir investigación, para la Universidad
en un sector tan privilegiado de la Central de Venezuela, en el campo
población. de la sociología y no quería
abandonarla, esa es mi pasión,
El Anciano la sacó de sus conocer el comportamiento humano
pensamiento cuando le contestó: ante diferentes eventos o
“Hija lo mío es una historia larga. situaciones; pero tarde comprendí
Fui un catedrático y me casé con mi que mi tiempo lo perdí; porque ni
esposa a la edad de los 30 años; siquiera conocí a mi esposa”
tuvimos dos hijos: Nohemi, la mayor, HISTORIA DE IGNACIO
y Alexander, el menor. Cuando mi Ignacio Figueredo, un catedrático
hija mayor tenía 8 años y Alexander de la sociología e investigador, era
6 años, Ramigda, mi esposa decidió un hombre muy renombrado, era
irse con sus hijos de Venezuela, ya respetado en su área de
han pasado 30 años y aún están en conocimiento. Sin embargo, los
Canadá. No me escriben, no me triunfos y logros alcanzados como
llaman. Se olvidaron que su padre docente universitario, asesor de
existe. Todo fue mi culpa; porque tesis, proyectos y de algunas
Ramigda me propuso para que me empresas, se vieron sumidos, de
fuera con ellos; pero no quise manera progresiva, en una oscuridad
abandonar mi país. Ella era de sin retorno, desde el momento que
Vancouver, parte de su familia vive su amada esposa junto con sus hijos,
en Vancouver y otra en Toronto”. lo abandonaron y en este presente,
Ignacio hizo una pausa y se quedó Adelaida mantiene una relación de
amistad y mucho cariño con ese arreglarla, hacerle mantenimiento a
hombre. Ambos continuaron los aires, hay que hacer muchas
caminando hasta que llegaron a casa. cosas”. Expresó Adelaida. El anciano
Él saca del bolsillo del pantalón unas escuchaba y un brillo muy tímido de
llaves y abrió la reja oxidada, alegría se reflejaba en su mirar y
pasaron por frente de un parquecito viendo a la joven como una hija, dijo:
con columpios de sillas, de manos, “Hija está casa es así de grande;
tobogán, subibaja, túneles, entre porque ante recibía visita de colegas
otros equipos, que sirven de de varias partes del mundo, que
distracción a los niños; pero estaba venían a consultarme y ayudarme en
muy abandonado, el jardín se notaba las investigaciones, viajaban con su
que fue una belleza; porque aún familia. Yo solía vivir en esta casa,
quedan los vestigios de esa época de cuando mis hijos y esposa estaban
esplendor. La joven lo que hacía era conmigo; pero tengo años y años que
ver, no hablaba y el anciano la no entraba aquí, me causa mucho
observaba. Así llegaron frente la dolor, por eso fue que me conociste
puerta principal de la casa, Ignacio en la calle mendigando como un
abrió y le pidió a la jovencita que indigente y tú, muchachita, llegaste
pasara. Ella pasó, miró el estado de a mí, para enseñarme que aún hay
abandono de aquella preciosa casa. bondad en las personas y que
En la sala los muebles estaban existen cosas por las cuales vivir”
tapados con sábanas, en un espacio Adelaida, lloraba, sentía el dolor del
como en segundo nivel estaba un aquel anciano de luz y de buen
piano de cola, en las paredes sucias corazón. Se acercó lo abrazo, el
y desconchadas, colgaban varias anciano temblaba y también lloró;
pinturas. Así revisó toda la casa y se porque hacía mucho pero mucho
dijo: “Tengo que trabajar mucho”. tiempo que no sabía lo que era el
calor humano. Ambos lloraron y las
“Sr. Ignacio, esta casa con siete lágrimas sellaron un pacto de
habitaciones full equipo, más los convivencia, cariño, respeto y
otros ambientes es muy grande lealtad.
para vivir dos personas. Además, le EMOCIÓN DE IGNACIO
voy a decir que tenemos que
Ignacio estaba muy emocionado y imprimía a sus acciones y de ese
condujo a la joven a otro espacio entusiasmo que un día tuvo; pero que
fuera de la gran casa, cerca del gracias a Dios está renaciendo poco
jardín, era como otra casa más a poco en su existir.
pequeña. Realmente la construcción
LIMPIANDO LA CASA
era como un estudio con todas las
comodidades; pero también estaba La joven inicio la limpieza por la casa
abandonada. Al lado había una que Ignacio utilizaba como estudio,
cochera, la cual abrieron y para limpio todo y lavó la lencería. Estaba
mayor sorpresa de Adelaida vio una agotada, fatigada y el anciano notó
camioneta Chevrolet LUV (Light el jadeo de la muchacha y el sudor
Utilitary Vehicle, «vehículo que brotaba de la frente, se le
utilitario ligero») y un carrito de acercó y le preguntó: “Qué tienes,
paseo, Toyota Yaris, 2002, además Adelaida te veo agotada por el
vio herramientas, útiles y equipos, oficio realizado; pero tienes algo
para hacerle mantenimiento a la más; porque estás pálida? “Estoy
casa. Ella no creía lo que veía y no se muy agitada, señor Ignacio” dijo la
aguantó: “Sr. Ignacio usted con todo joven. “a mí me parece que es por tu
esto y andaba así como un loco”. Él embarazo. No vas hacer más
esbozó una sonrisa y con emoción le esfuerzo; porque puedes perjudicar
manifestó: “Hija las ganas de volver al bebé y hablando de eso cuántos
a vivir me las devolviste cuando me meses tienes de embarazo”. “El 24
diste aquel pan con jugo y te de febrero cumplí los tres meses,
sentaste conmigo acompañarme un de acuerdo a mi cuenta. No he
momento”. “Okey esa casa chiquita podido consultar con un ginecólogo”
está muy bien, tiene dos cuartos con le contestó Adelaida. A esto
baños internos, una sala de estudio, respondió Ignacio “Hija te voy a
recibidor, cocina y comedor; pero pedir un gran favor, en el cuarto
está muy sucia. Vamos a medio donde estaban mis cosas, tengo ropa
limpiarla ahorita para vivir aquí; y productos para mi aseo personal,
pero tenemos que hacerle arreglo”. te voy agradecer que me planches
El anciano se reía de la iniciativa de una camisa manga larga y un
la joven y de la fuerza que le pantalón, me voy a disfrazar de
gente; porque necesito hacer una respiro profundo y dio gracias a
diligencia urgente”. La muchacha, de Dios por el encendido del carro.
apenas 19 años de edad, se quedó Todo marchaba bien, dejó que el
mirando al señor; luego fue al cuarto carro se calentara. Salió del garaje
seleccionó una buena combinación, y se fue a su cuarto; donde se llevó
limpió unos zapatos de salir que vio una gran sorpresa, la ropa que tenía
y sobre la cama colocó la ropa, un en el closet ya no estaba, se metió
interior, el par de media, jabón, al baño a rasurarse. Ignacio sin la
crema dental con su respectivo barba y sin los grandes bigotes, era
cepillo. Terminado esto, fue a la otra persona, se le notaba su edad
casa grande y consiguió alimentos de 70 años; pero jamás se parecía al
enlatados y harina de maíz en buen indigente que conoció Adelaida.
estado. Con eso prepararía la cena
A todas estas, Adelaida estaba en la
para los dos y no se acostaba sin
parte de atrás de la casa pequeña
comer.
lavando toda la ropa de Ignacio
Mientras Adelaida estaba ocupada incluso su ropa interior, quería que
con la ropa de Ignacio, éste se fue a él no anduviera más como un hombre
la cochera y buscó frenéticamente abandonado y sin familia. Dios le
en los estantes y gavetas las llaves permitió conocer a ese señor tan
del “Yari” hasta que las encontró, bueno y ella iba hacer todo lo
abrió el carro y luego el capó, revisó posible, para que volviera a ser el
los fluidos, tuvo que cambiar aceite, hombre de antes. Tendió la ropa y
liga de freno y le echó gasolina al se fue a la cocina preparó la cena y
carrito; porque cuando decidió llamó a el señor Ignacio y este le
pararlo, vació el tanque. Hecho esto, contestó. “ya voy, espera un
se dedicó a lavarlo por fuera; luego momento, me estoy bañando; pero
lo limpio por dentro y lo aspiro, el aquí no tengo ropa del día sino la que
carrito estaba como nuevo. Se sentó me planchaste”, “no importa póngase
frente al volante, introdujo la llave esa que mañana en la mañana vuelvo
de encendido y pensó “esta es la a planchar antes que usted salga
prueba de fuego”, pasó la llave para hacer diligencias” le dijo Adelaida.
encender y el ruido del motor sonó A los 10 minutos, el señor Ignacio se
como música que aliviaba su alma, presentó en el comedor, estaba
vestido impecablemente. La joven se Adelaida, después de los oficios se
levantó de la silla como impulsada fue acostar; pero antes pasó por el
por un resorte; porque el cambio de cuarto de Ignacio a buscar la mesa
mendigo a otra persona era de planchar y la plancha; porque
impactante. Nadie creería que éste tenía que levantarse temprano a
Ignacio era el pordiosero o arreglar la ropa del señor. Ya en la
indigente del parque. cama, durmió y descansó bastante.
“Mamá tengo sociedad con el tarde con mis hijas para que
nosotros, para que no estés tan Adelaida expresó: “El señor Ignacio
botones los llevó al ascensor y los día del vuelo a Canadá, todos
se había hecho para la pareja que para ir a Maiquetía, María hizo café
su vagina por encima del pantalón; besaba con mucha dulzura en los
vulva entre el hilo que llevaba, toda la pasión de su ser, lo dio todo