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HORA SANTA EN COMPAÑÍA DE JESÚS SACRAMENTADO

Queridos hermanos estamos ante la presencia amorosa de Jesús sacramentado, en esta


hora santa. Estamos aquí por tres finalidades:

 La primera: Para adorarlo


 La segunda: Para exponerle nuestras necesidades
 Y la tercera: Para orar por intercesión de las personas que lo necesitan
Primera finalidad: Adoremos a Jesús sacramentado.
Todos: Señor Jesús Sacramentado, en esta tarde estamos aquí a tus pies, para contemplar
tu gloria, esa que irradia y llena este lugar. Reconocemos, señor, de acuerdo a nuestra fe,
que estás presente en este augusto sacramento; por eso, oh señor, nos reconocemos
como tus creaturas y reconocemos que tú eres nuestro único salvador y nuestro único
Señor, y desde lo más profundo de nuestro ser, te adoramos; te adoramos porque tú eres
nuestro Rey; te adoramos porque tú eres nuestro redentor; te adoramos porque tú eres
nuestro jefe; el Señor de los Señores y el Rey de los Reyes. Te adoramos porque eres el
pan de vida que nos alimenta en nuestro camino hacia ti y por eso decimos ¡Bendito seas
por siempre! ¡Alabado seas por siempre Señor!
Segunda finalidad: le presentamos nuestras necesidades
Lector: Después de que nos hemos reunido a tu amorosa presencia y hemos adorado tu
gran ser, oh señor, queremos pedirte por nuestras necesidades espirituales y corporales.
Sí Señor, cuántas necesidades espirituales tenemos. Necesitamos de ti, Señor, que vengas
a darnos la gracia de tu amor. Queremos sentirnos amados por ti, para que nos
transformes en hombres y mujeres nuevos, tú que eres el gran alfarero, toma el barro de
nuestro ser y transfórmalos, danos el anhelo de ti, de amar como tu amas; de tener
compasión como tú lo tienes; de perdonar como tu perdonas.
HORA SANTA POR LA PAZ
Inicio: “La fraternidad es el fundamento de la paz”, afirmaba el papa Francisco en su
mensaje para la jornada mundial por la paz de este año; solo hay paz cuando nos
reconocemos hermanos, hijos de un mismo Padre, pero cuando miramos a las obras como
inferiores, es decir como esclavos, rebajamos su dignidad y con nuestras actitudes
conducimos a la violencia. No podemos ser indiferentes ante la realidad que viven tantos
hermanos asediados por las guerras, y tampoco podemos perder la esperanza de que
como nación construyamos la paz cimentada en la reconciliación, la verdad y la justicia.
Por eso como hermanos hijos de un mismo padre adoremos a Cristo y elevemos nuestro
clamor para que disponga nuestros corazones, a recibir la paz como un don que viene de
Él.
Lector: Bendito y alabado sea Jesús en el Santísimo Sacramento del altar
Todos: Sea para siempre bendito y alabado
ORACIÓN Y MEDITACIÓN
Lo más importante no es:
- Que yo te busque, si no que tú me buscas en todos los caminos.
- Que yo te llame por tu nombre, si no que tú tienes el mío tatuado en la palma de
tus manos.
- Que yo te grite cuando no tengo ni palabras, si no que tu gimes en mí con tu grito.
- Que yo tenga proyectos para ti, si no que tú me invitas a caminar contigo hacia el
futuro.
- Que yo te comprenda, si no que tú me comprendes en mi último secreto.
- Que yo hable de ti con sabiduría, si no que tú vives en mí y te expresas a tu
manera.
- Que yo te guarde en mi caja de seguridad, si no que yo soy una esponja en el fondo
de tu océano.
- Que yo te ame con todo mi corazón y todas mis fuerzas, si no que tú me amas con
todo tu corazón y todas tus fuerzas.
- Que yo trate de animarte, de planificar, si no que tu fuego arda dentro de mis
huesos.
Porque ¿Cómo podría yo buscarte, llamarte, amarte… si tú no me buscas, llamas y amas
primero? El silencio agradecido es mi última palabra y mi mejor manera de encontrarte.
Dios del amor y amante infinito, que todo amor merece ¿Qué más pudiste hacer para
hacerte amar?
No te bastó hacerte hombre y someterte a tantas limitaciones humanas. No fue suficiente
derramar tu sangre entre tormentos, ni morir consumido de dolores, clavado en una cruz
destinada a criminales. Te has reducido a la apariencia de pan para ser alimento y unirte
con nosotros. ¿Qué más pudiste hacer para conquistar mi amor?
¡Desdichado de nosotros, si no te amamos!
ACCIÓN DE GRACIAS
- Gracias Señor, por tu muerte que nos salva de la muerte eterna.
- Gracias Señor, por tu resurrección que nos abre las puertas de la vida.
- Gracias Señor, por haberte quedado como alimento en la eucaristía.
- Gracias Señor, por esta noche que nos das para adorarte y alabarte.
- Gracias Señor, por todos los beneficios que nos concedes cada día.
- Gracias Señor, por tus palabras que reconfortan y sanan.
- Gracias Señor, por tu cruz de vida y salvación.
- Gracias Señor, por tu madre que al pie del madero nos la dejaste como nuestra
madre.
- Gracias Señor, por olvidar nuestras traiciones e incoherencias
- Gracias Señor, por tu amor sin límites y por entregar tu vida en una cruz.
- Gracias Señor, porque aun siendo Dios, te arrodillas y nos sirves.
- Gracias Señor, por esta hora de comunión contigo.
Que tu voz resuene en el corazón de todos los hombres y mujeres, cuando los llames a
seguir el camino de reconciliación y de paz, y a ser misericordiosos como tú.
Señor tu diriges palabras de paz a tu pueblo y a todos los que se convierten a ti de todo
corazón. Te pedimos por los pueblos de oriente próximo. Ayúdales a derribar las barreras
de la hostilidad y de la división y a construir juntos un mundo de justicia y solidaridad.
Señor, tu creas ciclos nuevos y una tierra nueva. En su corazón aspiran a un futuro más
luminoso; fortalece su decisión de ser hombres y mujeres de paz y heraldos de una nueva
esperanza para sus pueblos.
Padre, tú haces germinar la justicia en la tierra. Te pedimos por las autoridades civiles de
esta región, para que se esfuercen por satisfacer las justas aspiraciones de sus pueblos y
eduquen a los jóvenes en la justicia y en la paz. Impúlsalos a trabajar generosamente por
el bien común y a respetar la dignidad inalienable de toda persona y los derechos
fundamentales que derivan de la imagen y semejanza del creador impresa en todo ser
humano. Te pedimos de modo especial por las autoridades. Concédeles sabiduría,
clarividencia y perseverancia; no permitas que se desanimen en su ardua tarea de
construir la paz duradera, que anhelan todos los pueblos, Padre Celestial, te pedimos por
todos los que creen en el evangelio de Jesucristo. Guía sus pasos en la verdad y en el amor
haz que sean uno, como tú eres uno con el Hijo y el Espíritu Santo. Que testimonien la paz
que supera todo conocimiento y la luz que triunfa sobre las tinieblas de la hostilidad del
pecado y de la muerte. Señor del cielo y de la tierra, creador de la única familia humana,
te pedimos por los perseguidos de todas las religiones. Que busque tu voluntad en la
oración y en la pureza del corazón, y te adoren y glorifiquen tu santo nombre. Ayúdales a
encontrar en ti la fuerza para superar el miedo y la desconfianza, para que crezca la
amistad y vivan juntos en armonía. Padre Misericordiosos, que todos los creyentes
encuentren la valentía de perdonarse unos a otros, a fin de que se curen las heridas del
pasado y no sean un pretexto para nuevos sufrimientos en el presente. Concédenos que
esto se realice sobre todo en tierra santa, esta tierra que bendijiste con santos signos de
tu providencia y donde te revelaste como Dios de amor. A la madre de Jesús la
bienaventurada siempre virgen María, le encomendamos a los hombres y a las mujeres
que viven en la tierra en donde vivió Jesús, que, al seguir su ejemplo, escuchen la palabra
de Dios y tengan respeto y compasión por los demás, especialmente por los que son
diverso de ellos. Que con un solo corazón y una sola mente trabajen para que todo el
mundo sea una verdadera cosa para todos sus pueblos.
¡paz! ¡paz! ¡paz! Amén
ADORACIÓN AL SANTÍSIMO SACRAMENTO
(SANTO TOMÁS DE AQUINO)
Toma, Señor, y recibe toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento, toda mi voluntad
y todo mi haber y poseer.
Tú me lo diste, a ti, Señor, lo torno.
Todo es tuyo. Dispón de todo según tu voluntad.
Dame tu amor y tu gracia, y eso me basta.
Amén
ORACIÓN AL SANTÍSIMO SACRAMENTO
(SANTO TOMÁS DE AQUINO)
Oh, Santísimo Jesús, que aquí eres verdaderamente Dios escondido: concédeme desear
ardientemente, buscar prudentemente, conocer verdaderamente y cumplir
perfectamente, en alabanza y gloria de tu nombre, todo lo que te agrada. Ordena, oh Dios
mío, el estado de mi vida: concédeme que conozca lo que de mí quieres y que lo cumpla
como es debido y conviene a mi alma. Dame, oh señor Dios mío, que no desfallezca entre
las prosperidades y adversidades, para que ni en aquellas me ensalce. De ninguna tengo
gozo, ni pena. Si no de lo que lleva a ti o apartas de ti. Dame, oh Dios mío, que levante a ti
mi corazón, fervorosamente, hacerlo todo con amor, tener por muerto lo que no
pertenece a tu servicio, hacer mis obras no por rutina, sino refiriéndola a ti con devoción.
Hazme, oh Jesús, amor mío y mi vida obediente sin contradicción, pobre sin rebajamiento
y casto sin corrupción, paciente sin murmuración, humilde sin ficción, alegre sin
disipación, temores de ti sin desesperación; haz que practique el bien sin que corrija al
prójimo sin soberbia, dame un corazón noble que ninguna intención siniestra la desvié;
dame un corazón firme que ninguna tribulación la quebrante. Dame que me aflija aquí con
tus penas. Por la penitencia que en el camino de mi vida use de tus beneficios por gracia y
en la patria goce de tus alegrías por la gloria, Señor que vives y reinas, Dios por todos los
siglos de los siglos. Amén
HORA SANTA A JESÚS SACRAMENTADO
(SANTO TOMÁS DE AQUINO)
Concédeme, Dios misericordioso, que desee yo con ardor lo que tu apruebas, que lo que
busque con prudencia, lo reconozca con amor, lo cumpla con perfección, en alabanza y
gloria de tu nombre. Pon orden en mi vida, y concédeme conocer lo que quieres que haga;
concédeme cumplir debidamente lo que sea útil para la salvación de mi alma que me dirija
a ti, Señor; por un camino seguro, recto, agradable y apto para llevarme al termino: un
camino que no se extravíe entre las prosperidades y las adversidades de modo que te dé
gracias en las cosas prosperas, y en las adversas conserve la paciencia, no dejándome
exaltar por las primeras y abatir por las segundas. Que nada me regocije ni me atribule,
fuera de aquellos que a ti me lleve o me aparte de ti, que no desee gustar o tema
desagradar a nadie sino a ti, que todo lo perecedero se vuelva vil ante mis ojos. Por tu
causa, Señor, y que todo lo que contigo se relacione sea amado por mí; y tu más que todas
las cosas.
ORACION A JESÚS SACRAMENTADO
(SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO)
Señor mío Jesucristo, que por amor a los hombres estás noche y día en este sacramento,
lleno de piedad y amor, esperando, llamando y recibiendo cuantos vienen a visitarte: creo
que estás presente en el sacramento del altar. Te adoro desde el abismo de mi nada y te
doy gracias por todas las mercedes que me has hecho, y especialmente por haberte dado
tú mismo en este sacramento, por haberme conocido por mi abogada a tu amantísima
madre y haberme llamado a visitarte en tu iglesia.
Adoro ahora a tu santísimo corazón y deseo adorarlo por tres fines; el primero, en acción
de gracias por este insigne beneficio; en segundo lugar, para rezar y decirte de todas las
injurias que recibes de todos tus enemigos en este sacramento; y finalmente, deseando
adorarte con esta visita en todos los lugares de la tierra donde estas sacramentado con
menos culto y abandono.
Oración de san juan pablo II por la paz (oración que hizo en visita a Tierra Santa) la
realizaremos uniéndonos especialmente a la paz en Oriente en Irak y en Colombia.
Señor: Que tu voz resuene…
De la carta del apóstol Santiago 3, 13-18
Del evangelio según san Juan 14, 23-29
PETICIONES
Hermanos elevemos a Cristo nuestra plegaria rogando que su paz venga sobre nosotros y
digamos:
R: Señor, concédenos tu paz

 para q la iglesia sea incansable trabajadora de la paz y sea testigo de la


misericordia y la fraternidad en medio del mundo. Oremos al señor…
 para que los gobernantes practiquen la justicia, busquen la iglesia y defiendan la
vida en todas sus etapas. Oremos al señor…
 por los cristianos perseguidos especialmente en Irak, para que en medio de la
persecución se acreciente su fe, y que su testimonio transforme el corazón de sus
opresores. Oremos al señor…
 por nuestra nación para que en medio del proceso de paz vivamos la reconciliación
como hermanos, se reparen los daños causados y alcancemos a ser una sociedad
justa y equitativa. Oremos al señor…
Ahora unidos como hermanos hagamos nuestra la oración de Jesús: padre nuestro…

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