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Imputabilidad

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Imputabilidad es la capacidad del ser humano para entender que su conducta lesiona
los intereses de sus semejantes y para adecuar su actuación a esa comprensión.
Significa atribuir a alguien las consecuencias de su obra, para lo cual el acto debe ser
realizado con discernimiento, intención y libertad. Es un concepto jurídico de base
psicológica del que dependen los conceptos de responsabilidad y culpabilidad. Quien
carece de estas capacidades, bien por no tener la madurez suficiente (menores de
edad), bien por sufrir graves alteraciones psíquicas (enajenados mentales), no puede
ser declarado culpable ni puede ser responsable penalmente de sus actos.

Se entiende todo lo contrario a la inimputabilidad. Ya que es inimputable quien actúa


sin voluntad y conciencia, es decir no tiene la capacidad de entender y querer al
momento de cometer el acto punible.

Causas de inimputabilidad

En el Derecho Penal son tres las causas de exclusión de la responsabilidad penal que


pueden reconducirse al ámbito de la inimputabilidad. En el Derecho español, están
citadas en el artículo 20 del Código Penal, que establece que: cualquier anomalía o
alteración psíquica (Art. 20.1) o un estado de intoxicación plena por el consumo de
bebidas alcohólicas, drogas tóxicas, estupefacientes, sustancias psicotrópicas u otras
que produzcan efectos análogos (Art. 20.2); y la alteración en la percepción desde el
nacimiento o desde la infancia que produzca una alteración grave de la conciencia de
la realidad (Art. 20.3). La minoría de edad (artículo 19) también es una causa de
inimputabilidad.

En Argentina, no se aplica pena:

 A quien no pudo comprender que lo que hacía era delito o no haya podido dirigir
sus acciones.
 A quien obra por una fuerza física irresistible o bajo amenaza.
 A quien se encuentra en estado de necesidad.
 A quien obra en cumplimiento de un deber o ejerciendo un derecho, autoridad o
cargo.
 A quien actúa por obediencia debida.
 A quien actúa en legítima defensa.

Graduación[

El Código Penal de España prevé la posibilidad de graduar la imputabilidad, desde su


absoluta anulación hasta las afectaciones de carácter leve ((eximente completa,
eximente incompleta del Art. 68 CP y atenuación, en el Art. 21CP)

Anomalía o alteración psíquica

Recogido en el número del artículo 20 del Código Penal de España. Quien padece
algún tipo de anomalía no puede conocer completamente el mandato normativo
(capacidad cognitiva) o, conociéndole, no puede adecuar su comportamiento a dicho
mandato (capacidad volitiva). En este tipo de anomalías también es necesario que
exista un factor biológico que consiste en alteraciones psicológicas que origine efectos
en el comportamiento. El efecto psicológico constituye, pues, una perturbación de las
facultades intelectuales o volitivas y esta perturbación debe incidir en la compresión de
la ilicitud del hecho o en la capacidad de orientar la conducta conforme a dicha
comprensión.

Para que se pueda apreciar una anomalía se exige el factor biológico. Sin embargo en
el trastorno mental transitorio este factor no es necesario; los trastornos mentales
transitorios son supuestos en los que en una situación de tensión o en unas
circunstancias excepcionales el sujeto pierde la capacidad de control.

La intoxicación producida por el alcohol o por otras drogas

Recogido en el artículo 20.2 del Código Penal de España: Por su intensidad o grado, la
embriaguez puede ser letárgica, plena, semiplena o productora de simple excitación. La
embriaguez letárgica constituye el grado máximo y da lugar a un estado de
inconsciencia o sueño que excluye la propia presencia de un comportamiento humano
voluntario. La embriaguez plena produce una perturbación total de la conciencia que
excluye la imputabilidad, mientras que la semiplena supone una perturbación parcial
que disminuye la imputabilidad. Por último, la simple excitación se considera irrelevante
a efectos penales.

Por su origen, se habla de embriaguez preordenada al delito, embriaguez voluntaria


simple, culposa y fortuita. La embriaguez preordenada a delinquir es la que se provoca
para cometer un delito determinado –por ejemplo, para infundirse el valor necesario
para realizarlo-. Las demás clases de embriaguez mencionadas se definen con relación
al carácter voluntario, imprudente o fortuito de la embriaguez –no del delito-. Así, la
embriaguez voluntario supone solo que la embriaguez se ha buscado voluntariamente,
y la embriaguez culposa es la que se produce imprudentemente, a diferencia de lo que
sucede con la embriaguez fortuita, la cual no es atribuible a imprudencia alguna –así
puede suceder en el caso de embriaguez patológica, en que por efecto de una
anomalía en el sujeto una pequeña dosis de alcohol produce la embriaguez.

Para que el alcohol u otras drogas eximan, deberá producir una plena exclusión de la
imputabilidad: solo la embriaguez o intoxicación plena podrá eximir, no así la
semiplena, que solo podrá atenuar, a través de la eximente incompleta del Art. 21.1º,
cuando sea muy intensa, y por la vía de la atenuante ordinaria del Art. 21.2º, cuando no
lo sea tanto. No toda embriaguez o intoxicación plena eximirá, sino solo la que no se
haya buscado de propósito para delinquir ni se haya producido en circunstancias tales
en que hubiera que prever que daría lugar a cometer el hecho

La minoría de edad penal[

El fundamento es que las personas que no están suficientemente socializadas y no


sean conscientes de sus actos no se les podrán exigir responsabilidad penal.

En España, según el art. 19 CP, «los menores de dieciocho años no será responsables
criminalmente con arreglo a este Código. –cuando un menor de dicha edad cometa un
hecho delictivo podrá ser responsable con arreglo a lo dispuesto en la ley que regule la
responsabilidad penal del menor». La LO 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la
responsabilidad penal de los menores, entró en vigor al año de su promulgación (5 de
enero de 2001). Su Art. 1.1 declaró: «Está Ley se aplicará para exigir la
responsabilidad de las personas mayores de catorce años y menores de dieciocho por
la comisión de hecho tipificados como delitos o faltas en el Código Penal o las leyes
penales especiales». Según el art. 3 de la misma ley: «Cuando el autor de los hechos
mencionados en los artículos anteriores sea menor de catorce años, no se le exigirá
responsabilidad con arreglo a la presente Ley, sino que se le aplicará lo dispuesto en
las normas sobre protección de menores previstas en el Código Civil y demás
disposiciones vigentes».

Alteración grave de la conciencia de la realidad

Esta causa de inmputabilidad, recogida en el artículo 20.3, declara exento de


responsabilidad criminal al que «por sufrir alteraciones en la percepción desde el
nacimiento o desde la infancia, tenga alterada gravemente la conciencia de la
realidad». Dicho de otro modo, a aquellas personas que no ha completado el proceso
de socialización o no entienden las circunstancias en el momento de cometer el delito,
no se les puede exigir responsabilidad penal.

Esta eximente requiere dos elementos: uno biológico (sufrir alteraciones en la


percepción) y otro psicológico (que tenga alterada gravemente la conciencia de la
realidad). El presupuesto biológico es cualquier defecto que suponga la disminución de
las facultades de captación del mundo exterior. Generalmente se trata de defectos
físicos (como la sordomudez o la ceguera), pero podría incluirse también a los llamados
"niños lobos" y a los autistas. Como se ha dicho anteriormente, ese defecto debe de
haber sido sufrido por el sujeto "desde el nacimiento o a la infancia", es decir, en los
momentos clave del aprendizaje social. Si por el contrario el sujeto ha adquirido
conocimientos y experiencia suficiente para saber si sus acciones contradicen o no a
las normas y después sufre la alteración en la percepción, no será aplicable esta
eximente. Y ello porque el presupuesto biológico no es por sí solo suficiente para
declarar la inimputabilidad: lo que importa es el efecto psicológico que produce.

Los inimputables y el tratamiento penal

¿Qué hacer con los inimputables autores de graves e importantes delitos? La


imposibilidad de aplicar una pena no supone una ausencia de control social de estos
sujetos. Hay que tener en cuenta la aplicación de los siguientes puntos a la hora de
establecer las medidas a los declarados inimputables:
 En primer lugar, la medida de internamiento no podrá exceder del tiempo que
habría durado la pena privativa de libertad, si hubiera sido declarado responsable el
sujeto.

 En segundo lugar, el Tribunal Sentenciador, cuando lo estime procedente a la


vista de los informes de los facultativos, puede sustituir, desde un principio o
durante la ejecución de la sentencia, el internamiento por otras medidas no
privativas de libertad.

Enfermedad mental e imputabilidad. Reformas en Derecho Penal y Penitenciario.

Quisiera referirme ahora a un comentario frecuente acerca de que el sitio de los


enfermos mentales no es la cárcel. En principio, parece una afirmación incontrovertible:
dichas personas son inimputables, enfermos que no deben estar en prisión. Sin
embargo, la ciencia jurídica penal y su concreta aplicación en el ordenamiento jurídico
español, no identifican la inimputabilidad con la enfermedad mental. Solo se admite
como eximente completa en el art. 20.1 y 20.3 del CP: "Están exentos de
responsabilidad criminal: 1. El que al tiempo de cometer la infracción penal, a causa de
cualquier anomalía o alteración psíquica, no pueda comprender la ilicitud del hecho o
actuar conforme a esa comprensión.
3. El que, por sufrir alteraciones en la percepción desde el nacimiento o desde la
infancia, tenga alterada gravemente la conciencia de la realidad.
En los supuestos de los tres primeros números se aplicarán, en su caso, las medidas
de seguridad previstas en este Código."
Son pues, determinantes de que la conducta típica y antijurídica de un sujeto sea,
además culpable:
1. La capacidad para comprender la ilicitud del hecho. La jurisprudencia, no exige, sin
embargo, una convicción moral, religiosa o ética, porque esos ámbitos corresponden la
lo más íntimo del individuo y en ellos le está vedado entrar. Además de esa prohibición
constitucional, tenemos la imposibilidad física, pues hoy por hoy resulta imposible
penetrar en las convicciones profundas y la escala de valores de una persona. El
Derecho, conservando este enfoque positivista, atiende solo a los hechos externos, al
comportamiento relevante desde el punto de vista jurídico.
2. La capacidad volitiva: es decir que el individuo pueda actuar conforme a esa previa
comprensión de ilicitud. Todos, en alguna ocasión, tenemos impulsos, fantasías,
momentos en que nos sentimos impulsados a la comisión de actos que no siempre
están de acuerdo con la ley. La cuestión es si la enfermedad mental permite o no la
elección.
Conexionando esto con las distintas patologías mentales, la interpretación
jurisprudencial es bastante restrictiva; por ejemplo: la oligofrenia profunda (edad mental
por debajo de 4 años) determina la inimputabilidad total, la mediana (edad mental entre
4 y 8 años) se admite como eximente incompleta del art. 21 del CP. La esquizofrenia se
admite como eximente completa en caso de brote esquizofrénico (frecuente si el
paciente abandona la medicación). Sin embargo las psicopatías, llamadas también
trastornos de la personalidad, pese a estar consideradas por la OMS desde 1994 como
auténticas enfermedades mentales, no son relevantes a efecto de imputabilidad pues
(cito a Rodríguez Ramos) “aunque supongan una indiferencia afectiva hacia el mal, no
anulan la comprensión intelectual de su existencia”. Es decir, para decirlo de modo
grueso, pero gráfico: al psicópata no le importa en absoluto llevarse por delante a 70 o
a 1000 personas, (incluso, como en el espeluznante asesinato masivo de Noruega, su
autor pide disculpas a sus "fans" por no haber podido matar a más) pero sabe que las
leyes lo prohíben y puede elegir entre asesinar o cultivar margaritas. No obstante, en
ocasiones las psicopatías se han apreciado como eximentes incompletas o atenuantes
analógicas, si van asociadas a otras patologías.
Estas son las normas y la jurisprudencia, muy resumidas. Enfoquemos ahora su
aplicación dentro del sistema penitenciario. He tenido la oportunidad, recientemente, de
estudiar un poco la LGP y su reglamento. En líneas generales me ha parecido una
legislación muy avanzada y completa: tratamientos individualizados, pena orientada a
la educación y la recuperación del penado, en definitiva: un sistema que primero aprieta
la mano y después la va soltando conforme el sometido al él demuestra que está
dispuesto a colaborar en su propia recuperación. Sus problemas principales, a mi juicio,
son:
1) La masificación, que impide o dificulta considerablemente cualquier tratamiento serio
y adaptado a cada persona. Actualmente hay unos 70.000 penados en España (una de
las medias más altas en Europa por habitante) y solo dos centros especializados para
enfermos mentales en Alicante y Sevilla.
2) La crisis económica. Si resulta difícil mantener el presupuesto de Sanidad o
Educación, que cuentan con un gran respaldo social, se despiden funcionarios a
discreción, se dejan de contratar “externos” y no se convocan oposiciones. En tales
circunstancias pedir dinero para el sistema penitenciario en un Consejo de Ministros,
debe resultar poco menos que imposible: casi una broma pesada.
Por ello, el que suscribe cree que, al menos en un futuro próximo y medio, vamos a
asistir a un endurecimiento del Derecho Penal, que es lo más barato y lo que parece
ser una respuesta rápida a la frustración de las víctimas y a la llamada “alarma social”.
Pero, como decía D. Quijote: “El peso de las armas no se puede llevar sin el gobierno
de las tripas”, lo que en este contexto quiere decir que cualquier modernización del
sistema, si no está acompañada de la correspondiente dotación presupuestaria y si
ésta no se administra competentemente, deviene inútil.

MPUTABILIDAD DEL ENFERMO MENTAL

2.1. Esquema general del delito

Los penalistas alemanes clásicos Von Liszt y Von Beling definieron el delito como una

acción típica y antijurídica cometida por un sujeto culpable 

. En la tradición continental europea,acción, tipicidad y antijuridicidad quedan aunadas


en el

tipo global de injusto


, que no es sino lacontrariedad al Derecho mediante un hecho u omisión que infringe
las prohibiciones omandatos normativamente impuestos para prevenir conductas que
lesionen o pongan enpeligro bienes jurídicos

15

.Como consecuencia de la adopción de la teoría de los elementos negativos del tipo, el


tipoglobal de injusto queda dividido en una

 parte positiva 

 (elementos objetivos y subjetivos quedeben constatarse para afirmar la


responsabilidad penal) y una

negativa 

 (ausencia de unacausa de justificación). Entre los elementos positivo-objetivos del tipo,


destacanprimeramente la

acción 

, consistente en un comportamiento humano, externo y voluntario, yel

desvalor de resultado

, relacionado causalmente con ella. Asimismo, la misma debe poderseimputar


objetivamente al sujeto por tratarse de una

acción jurídicamente desvalorada por ocasionarun riesgo previsible

ex ante

 , jurídicamente relevante y desaprobado y expresamente materializado en elresultad
o

14

Ibidem 
.

Vid 

. tb. O

BRA

OCIAL DE

 AJA

 ADRID

 (2006):

 Estigma social y enfermedad mental

[PDF]. Madrid,consultado el 11/02/2015. Recuperado de


http://www.madrid.org/cs/Satellite?blobcol=urldata&blobheader=application
%2Fpdf&blobheadername1=Content-Disposition&blobheadervalue1=filename
%3DRESUMEN+RESULTADOS+ESTUDIO+ESTIGMA+Y+ENF+MENTAL.pdf&blobkey
=id&blobtable=MungoBlobs&blobwhere=1311001077273&ssbinary=true.

15

 Hasta aquí y en adelante, MIR PUIG (2011).

Cfr 

. DE LA CUESTA ARZAMENDI (1999): «No cabeidentificar injusto penal con delito:


sólo es delito

el injusto merecedor de pena 

».
 

Facultad de Ciencias JurídicasUniversidad Rey Juan Carlos

-9-

Ignacio Esteban Fdez.

La imputabilidad del psicópata en el sistema jurídico penal español

Entre los elementos objetivo-subjetivos del tipo (también conocidos como

imputaciónsubjetiva 

 ), debe constatarse la presencia de

dolo

 o, alternativamente, de

imprudencia 

. Elprimero integra un elemento intelectivo o cognoscitivo (conocer en el momento de


laacción los elementos del tipo y que no concurre una causa de justificación), uno
volitivo(querer realizar la acción) y, en ciertos delitos, los subjetivos que
normativamente exija eltipo (por ejemplo, el ánimo de lucro en los hurtos). En cuanto a
la imprudencia, presentauna parte objetiva (desvalor de acción y de resultado) y una
parte subjetiva, a su vezcompuesta de un requisito positivo (haber querido la conducta)
y uno negativo (no haberquerido el resultado).Finalmente, en la parte negativa del tipo
se encuentran las llamadas

causas de justificación 

, cuyapresencia excluye la antijuridicidad de la conducta debido a una «cesión


coyuntural del

ius puniendi 
» estatal como consecuencia de una particular colisión de intereses. Entre éstas
seencuentran la legítima defensa, el estado de necesidad, el cumplimiento de un deber
oejercicio de un derecho, cargo u oficio, la obediencia debida a las autoridades

16

, elconsentimiento de la víctima (sólo en determinados casos) y algunos otros


expresamenteprevistos en la parte especial del Código Penal, que suelen ser
subsumibles en los anteriores(como el allanamiento para evitar un mal grave).
Asimismo, suelen incluirse como causasde justificación la adecuación social (regalos a
ciertos funcionarios, como el cartero o unmédico, verbigracia) y la insignificancia penal
(lesiones entre deportistas, tatuajes yperforaciones, ingestión mínima de alcohol por un
menor en un brindis, etc.).

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