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TEOLOGÍA SISTEMÁTICA VII:

ESCATOLOGÍA
Lección 10
EL MILENIO
Contenido
Introducción
I. La duración y el carácter literal del Milenio
II. Designaciones del Milenio
III. Carácter terrenal del Milenio
IV. El gobierno del Milenio
V. Las características del Milenio
VI. Vida y condiciones sobre la tierra milenial
VII. Lo que el Milenio significará para Cristo
VIII. Puntos de vista en cuanto al Milenio
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INTRODUCCIÓN
La palabra “milenio” se deriva de las palabras latinas que simplemente
significan “mil años.” El milenio será un periodo durante el cual Satanás será
atado en el abismo: “Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el
diablo y Satanás, y lo ató por mil años” (Ap. 20:2). La atadura de Satanás
prepara a la tierra para el reino milenial de Cristo, que viene a la tierra,
como es descrito en Apocalipsis capítulo diecinueve, como Rey de Reyes y
Señor de Señores (v. 15, 16). Los santos resucitados de la iglesia juntamente
con los santos de la tribulación reinarán con Cristo en su reino del milenio:
“Y vivieron y reinaron con Cristo mil años” (Ap. 20:6b).
Charles C. Ryrie dice:
El instaurar el reino sobre la primera venida de Cristo resulta en un error
teológico con muchas ramificaciones serias. Al decir ‘reino’, me refiero
al gobierno del Mesías en la tierra como fue prometido a David (2 Samuel
7:12–16). El afirmar que Cristo estableció este reino davídico en Su
primer advenimiento requiere una desliteralización de las promesas
hechas a David, y resulta en confusión de la iglesia con el reino. Entre
otras cosas, la ética de la iglesia y la del reino son entremezcladas,
usualmente con el resultado de que se promueve la ética del reino más
que la de la iglesia. De ese modo se insta a los cristianos a que vivan el
reino en este tiempo.
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Algunos durante la vida terrenal de Cristo cometieron este error (Lucas
19:11). La verdad es que el reino mesiánico será inaugurado a la segunda
venida de Cristo. Entonces se cumplirá la promesa hecha a Abraham y
sus descendientes (Génesis 15:18–21). Y se cumplirá la promesa hecha a
David de que su Descendiente (Mesías) se sentaría en el trono del reino
para siempre.

I. LA DURACIÓN Y EL CARÁCTER LITERAL DEL MILENIO


El milenio es el periodo de mil años de reinado visible, terrenal, del Señor
Jesucristo que, después de su retorno del cielo, cumplirá durante aquel
periodo las promesas contenidas en los pactos abrahámico, davídico, y el
nuevo; traerá a todo el mundo al conocimiento de Dios, y quitará la
maldición de encima de toda la creación.
Su carácter literal
Que el milenio constituye un periodo de tiempo literal es, prácticamente,
una conclusión de todo lo que se ha dicho hasta ahora. La cuestión de la
interpretación literal ha sido considerada ampliamente. El último libro de la
Biblia, que es una revelación, no un rompecabezas, enseña claramente que
habrá un reinado de Cristo sobre la tierra por mil años (Ap. 20). Que el
amilenialista se dé cuenta cuidadosa de que esta es la primera mención en
todo este libro de este capítulo que ha sido denominado la pieza clave del
premilenialismo. Este pasaje tiene que tomarse tan literalmente como el
resto de las Escrituras.
Alford, el gran erudito del griego, dice correctamente:
No puedo consentir en distorsionar palabras de su sentido claro y de su
lugar cronológico en la profecía, a causa de cualquier riesgo de abusos
que la doctrina del milenio pueda conllevar. Aquellos que vivieron cerca
del tiempo de los apóstoles, y la entera Iglesia durante 300 años, las
comprendieron en el sentido claro y literal: y constituye un extraño
espectáculo en estos días ver a expositores que se hallan entre los
primeros en su reverencia de la antigüedad, echar complacientemente a
un lado el caso más convincente de consenso que la antigüedad
primitiva nos presenta. Con respecto al texto mismo, ningún tratamiento
legítimo del mismo resultará en lo que se conoce en la actualidad como
la interpretación espiritual, tan de moda.
Así, el milenio literal se hace necesario, no meramente por un pasaje en el
Apocalipsis, sino por todo lo que se ha citado anteriormente con respecto

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a la evidencia escritural de la edad del reino. Apocalipsis 20 da simplemente
la duración de aquel periodo.

II. DESIGNACIONES DEL MILENIO


El milenio recibe diferentes títulos descriptivos en las Escrituras, y se
relacionarán sin comentario. Recibe el nombre de reino de los cielos (en
forma real, Mt. 6:10); el reino de Dios (en forma real, Le. 19:11); el reino de
Cristo (Ap. 11:15); la regeneración (Mt. 19:28); los tiempos de la restitución
(Hch. 3: 18-24); los tiempos de refrigerio (Hch. 3:19); el cumplimiento de los
tiempos (Ef. 1:10); y el mundo venidero (He. 2:5).

III. CARÁCTER TERRENAL DEL MILENIO


El reino será establecido sobre la tierra.
“No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra
será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el
mar”. Isaías 11:9
“Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno,
y uno su nombre”. Zacarías 14:9. (Cp. Sal. 2:8; Is. 42:4; Jer. 23:5; Dn.
2:35, 44, 45; 7:24-27; Le. 1:31-33).
Habrá ciertos cambios físicos en la tierra durante el milenio. Habrá un
hendimiento en el Monte de los Olivos cuando Cristo venga:
Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está
en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en
medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande;
y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur
(Zac. 14:4, cp. Mt. 24:3; Hch. 1:11-12).
Habrá un río de aguas vivas brotando de Jerusalén, afirmación que se puede
tomar literalmente:
“Acontecerá también en aquel día, que saldrán de Jerusalén aguas
vivas, la mitad de ellas hacia el mar oriental, y la otra mitad hacia el
mar occidental, en verano y en invierno”. Zacarías 14:8 (cp. Ez. 47:1;
Jl. 3:18).
Jerusalén será exaltada (Zac. 14:10), y no hay razones para dudar de que
esto será literal y que la ciudad, debido a cambios físicos, será exaltada por
encima de los collados vecinos. Además, habrá longevidad de vida durante
el milenio, porque «el niño morirá de cien años» (Is. 65:20; cp. Sal. 90:10).
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Además, la naturaleza animal será radicalmente cambiada, porque «no
afligirán, ni harán mal en todo mi santo monte, dijo Jehová» (Is. 65:25; cp.
Is. 11:6-9; Os. 2:18). Toda la naturaleza será nuevamente productiva:
“Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará y florecerá
como la rosa... Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la
lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y
torrentes en la soledad. El lugar seco se convertirá en estanque, y el
sequedal en manaderos de aguas; en la morada de chavales, en su
guarida, será lugar de cañas y juncos”. Isaías 35:1, 6, 7 (cp. 41: 17-20;
55:12-13; Ro. 8:22 ss.)
El reino, tal como ha sido prometido, estará en la tierra, aunque la tierra
será cambiada en las maneras que han sido mencionadas.

IV. EL GOBIERNO DEL MILENIO


La Cabeza del gobierno en el milenio es el Rey, Cristo Jesús.
“He aquí vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David de nuevo
justo, y reinará como rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia
en la tierra”. Jeremías 23:5 (cp. Lc. 1:31-33; Ap. 11:15; 19:6).
A. LA CLASE DE GOBIERNO
El gobierno del reino milenial mesiánico será una teocracia. Esta es la misma
forma de gobierno que Dios estableció en Israel en los tiempos del Antiguo
Testamento; sólo que en el Milenio el Señor Jesucristo reinará personal y
visiblemente sobre los asuntos de la humanidad (Daniel 7:14). Su gobierno
será como el de un déspota bondadoso (Apocalipsis 19:15). Como resultado
habrá justicia perfecta y completa para todos, y el pecado será castigado
inmediatamente (Isaías 11:4; 65:20).
B. LA SEDE DEL GOBIERNO
La topografía de la tierra será cambiada para el tiempo en que el reino
comenzará a funcionar, y la ciudad de Jerusalén será la sede del gobierno
(Isaías 2:3). Esa ciudad será exaltada (Zacarías 14:10); será un lugar de gran
gloria (Isaías 24:23); será el lugar del templo (Isaías 33:20), y el gozo de toda
la tierra (Salmo 48:2). Jerusalén, la escena de mucha guerra y disturbio
tanto en el pasado como en el presente, y la víctima de juicios futuros
durante la Tribulación, nunca más tendrá que temer por su seguridad (Isaías
26:1–4).
C. LOS DIRIGENTES EN EL GOBIERNO
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David evidentemente será un regente en el reino milenial. Varias profecías
hablan de la posición importante de David en el reino (Jeremías 30:9;
Ezequiel 37:24–25). Parece que David, quien con otros creyentes del
Antiguo Testamento resucitará a la segunda venida de Cristo, actuará como
príncipe bajo la autoridad de Cristo el Rey.
La autoridad sobre las doce tribus de Israel será conferida a los doce
apóstoles (Mateo 19:28). Asimismo, otros príncipes y nobles participarán
en las obligaciones gubernamentales (Isaías 32:1; Jeremías 30:21). Parece
también que muchos otros de rango inferior tendrán responsabilidad en
varios departamentos del gobierno del reino. La parábola de las minas
(Lucas 19:11–27) indica que aquellos que han mostrado fidelidad recibirán
mucha autoridad. La iglesia también tendrá parte en gobernar la tierra
(Apocalipsis 5:10). Aunque muchos de los procedimientos normales del
gobierno serán llevados a cabo por subordinados, Cristo será Rey sobre
todo.
D. LOS SÚBDITOS DEL GOBIERNO
Los primeros súbditos del gobierno de Cristo durante el reino serán los
judíos y los gentiles que sobrevivan la Tribulación y entrarán en el reino con
cuerpos terrenales. Al principio mismo de la Tribulación todas las personas
que habrá en la tierra serán redimidas, porque todos los no redimidos
habrán sido juzgados al regreso de Cristo. Por supuesto, ocurrirán
nacimientos inmediatamente, de modo que en unos pocos años habrá
muchos de suficiente edad para decidir por sí mismos su propia relación
espiritual con el Rey. Tendrán que estar sujetos a Él por lo menos
exteriormente, pero el que le den o no fidelidad de corazón será un asunto
de elección personal. Todos tendrán que aceptarlo como Rey; algunos
también lo aceptarán como Salvador personal. Todas estas personas
estarán viviendo en cuerpos mortales. Los santos resucitados tendrán, por
supuesto, cuerpos de resurrección no sujetos a limitaciones físicas. Esto
también significa que no contribuirán a crear problemas de espacio,
alimento, o gobierno durante el Milenio.

V. LAS CARACTERÍSTICAS DEL MILENIO


A. ESPIRITUAL
El reino terrenal manifestará las normas más altas de espiritualidad.
Algunos alegan que el reino milenial no puede ser espiritual si es terrenal.
Pero “terrenal” y “espiritual” no tienen por qué excluirse mutuamente. Si

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los dos conceptos fuesen incompatibles, no se podría esperar que los
cristianos de hoy vivieran vidas espirituales en cuerpos terrenales. Durante
el Milenio Dios unirá lo espiritual y lo terrenal en una plena demostración
de Su gloria en esta tierra.
B. JUSTO
Nuestro Señor será un Rey que reinará para justicia (Isaías 32:1). La justicia
será el cinto de Sus lomos (Isaías 11:5). Con justicia El juzgará a los pobres
(Isaías 11:4; 16:5). Sion será llamada Ciudad de justicia (Isaías 1:26). Sólo los
justos entrarán en el reino a su inauguración (Mateo 25:37), y los que tienen
sed de justicia serán saciados (Mateo 5:6).
C. PACÍFICO
Como consecuencia de la justicia, el Milenio será una era de paz. Antiguos
enemigos, como Egipto, Israel, y Asiria estarán en paz los unos con los otros
(Isaías 19:23–25). Jerusalén, sitio de muchos conflictos por todos los siglos,
estará en paz (Zacarías 8:4–5). Ciertamente, toda la tierra estará en paz
(Isaías 2:4). Un resultado de esto será la eliminación de presupuestos para
la defensa, lo cual economizará dinero que podrá usarse en otros
propósitos.
D. PRÓSPERO
La tierra será cada vez más productiva durante el Milenio, ya que los lugares
yermos y los desiertos se harán útiles (Isaías 35:1–7). Una cosecha será
seguida por otra (Amós 9:14). Las necesidades e injusticias sociales serán
eliminadas (Salmo 72:12–13). La maldición a la cual el mundo fue sometido
cuando Adán pecó será revertida, aunque no completamente quitada hasta
el final del Milenio cuando la muerte finalmente será vencida.
E. RELIGIOSO
Conocimiento pleno del Señor cubrirá la tierra durante el Milenio (Isaías
2:2–3). Parece que volverán a ofrecerse sacrificios en un templo que será
construido y estará en operación durante el Milenio (Ezequiel 40–48). Los
premilenialistas entienden estos sacrificios como medio de conmemorar la
muerte de Cristo. Fiestas religiosas se observarán durante el Milenio
(Ezequiel 46:1–15; Zacarías 14:16).

VI. VIDA Y CONDICIONES SOBRE LA TIERRA MILENIAL


1. El reino milenial de Cristo estará caracterizado por la justicia y
rectitud universal (Jer. 23:5, 6; Is. 11:3–5; 52:1, 16; Sal. 72:1–8).
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2. Toda la tierra estará bajo la disciplina justa del Rey Jesús; y todos
aquellos que desobedezcan serán disciplinados (Zac. 14:16–21).
3. Habrá paz entre todas las naciones durante el gobierno milenial de
Cristo (Sal. 72; Is. 2:4; 9:5, 6; 32:1, 17, 18; Mi. 5:4, 5).
4. Habrá alegría y gozo en su reino (Is. 9:2–4; 25:6–9; 35:10).
5. En el reino de Cristo, la gente de la nación de Israel gozará salud y
longevidad (Is. 35:5, 6; 65:20–22).
6. En la tierra milenial habrá gran prosperidad material (Sal. 72:15, 16;
Am. 9:13–15; Zac. 3:10; 8:12).
7. Bajo el reino de Cristo, la tierra será librada de la maldición (Rom.
8:19–22; Is. 55:13; 41:18, 19).
8. Eliminada la maldición, los animales salvajes perderán su ferocidad
(Is. 11:6–9; 65:25; Ez. 34:25, 28; Os. 2:18).

VII. LO QUE EL MILENIO SIGNIFICARÁ PARA CRISTO


En la escatología premilenial se enfatiza mucho lo que el Milenio significará
para el mundo, Jerusalén, Palestina, Israel, las naciones, etcétera, y con
razón, porque efectuará muchos cambios para el bien en toda la tierra. Pero
hay otra perspectiva que es quizás más importante que consideremos: ¿qué
significará la edad milenial para nuestro Señor?
En el Salmo 2:7–8 al Rey Jesús se le prometió autoridad para gobernar la
tierra en justicia. Ciertamente Él no vio cumplida esa promesa durante Su
primer advenimiento, aunque pagó por ella el precio de Su propia vida. En
Apocalipsis 5 a El se le declara digno de tomar el libro sellado, abrirlo, y
recibir la herencia que justamente le pertenece. Esto se cumplirá cuando Él
venga de nuevo (11:15).

VIII. PUNTOS DE VISTA EN CUANTO AL MILENIO


Los puntos de vista del milenio más comunes entre los evangélicos son
premilenial, amilenial y postmilenial.
Los premilenialistas creen que nuestro señor Jesucristo volverá antes del
milenio para reinar como sacerdote y rey en la tierra por mil años de
bendición y paz, cumpliendo literalmente la profecía bíblica.
Creen que las promesas hechas a Abraham y a David son incondicionales y
que han tenido o tendrán su cumplimiento literal.
No confunden a Israel con la iglesia, ni la era de la iglesia con la era del
milenio; y el orden de eventos proféticos futuros es:

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✔ El rapto
✔ La tribulación
✔ La venida final de Cristo como rey
✔ El reino del milenio de Cristo sobre la tierra
✔ El estado eterno de un nuevo cielo y una tierra nueva
Los amilenialistas espiritualizan esas profecías y dicen que no hay edad
dorada, o milenio, en la tierra; ni antes de que cristo vuelva, ni después de
que él vuelva. ellos canalizan «todas las profecías del antiguo testamento al
ministerio de Jesús crucificado, resucitado y exaltado ... al precio de
descartar Puntos de las facetas históricas del reino. Aducen que Satanás fue
atado en la cruz, de modo que su poder está restringido y no puede en
cuanto al estorbar el esparcimiento del evangelio o impedir que los
creyentes obtengan la victoria sobre el mal por medio de Cristo. Identifican
al milenio con la presente restricción del mal mencionada por Pablo (2
Tesalonicenses 2:6-7).
La mayoría de los amilenialistas toma «mil» como número simbólico que
indica la conclusión del periodo de tiempo -cualquiera que sea- entre la
primera y Segunda Venida de Cristo. Algunos aplican esto al reino espiritual
de los creyentes con Cristo en la tierra (es decir, en su vida interior
espiritual) durante la edad de la iglesia." Otros lo aplican a lo que los
creyentes están disfrutando en el cielo después de la muerte durante el
tiempo presente.! O lo limita a «un reino de mártires en el paraíso para
indicar la victoria incluso mientras la iglesia huye al desierto»." Todos sus
argumentos son muy subjetivos;" ninguno de ellos da apropiada
consideración a lo que en efecto dice Apocalipsis 20:1-4.
Los postmilenialistas también dicen que Satanás fue atado en la cruz,
aunque algunos consideran este atar como un proceso que todavía está
teniendo lugar. Tratan el periodo de mil años como una extensión de la era
de la iglesia en una nueva dimensión que traerá un gran esparcimiento del
evangelio de modo que «Cristo volverá a un mundo verdaderamente
cristianizado»." También toman el número «mil» como un símbolo del
tiempo que lleve cristianizar al mundo. En base a la Gran Comisión (Mateo
28:18-20) y la promesa de la obra poderosa del Espíritu (Lucas 24:49; Juan
16:7-11), afirman que las «agencias divinamente instituidas para la
evangelización del mundo» llevan «garantías divinas de triunfo».

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BASES DEL PREMILENIALISMO
El premilenialismo está basado en tres creencias principales.
En primer lugar, está en consonancia con el uso sistemático del método de
interpretación gramático-histórico para todos los ámbitos de la Biblia,
incluidos sus pasajes proféticos y escatológicos. Esto significa que los
pasajes proféticos deben entenderse de acuerdo con su sentido normal y
natural. Este enfoque toma en cuenta los diversos géneros que se
encuentran en la Biblia y el uso de símbolos que comunican verdades
literales. Como resultado, el premilenialismo espera un cumplimiento
literal de todas las bendiciones físicas, nacionales, territoriales y espirituales
recogidas en la Biblia, incluidas las de Israel y las de las naciones.
En segundo lugar, el premilenialismo mantiene la distinción bíblica entre
Israel y la iglesia, y entiende que la Biblia no las confunde. La identidad de
Israel en la Biblia siempre incluye a los descendientes físicos de Abraham,
Isaac y Jacob. En realidad, los setenta y siete usos de Israel en el Nuevo
Testamento se refieren al Israel étnico. En ocasiones, el término Israel solo
se usa para los creyentes judíos (Ro. 9:6; Gá. 6:16), pero nunca para hablar
de una comunidad espiritual independientemente de su etnicidad.
Asimismo, a la iglesia nunca se la llama Israel. Por ejemplo, en el libro de
Hechos, Lucas alude a la iglesia diecinueve veces y veinte a Israel, pero
jamás llama Israel a la iglesia. Esto demuestra de un modo convincente la
intención de Dios al conservar estas identidades distintas.
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El premilenialismo rechaza todas las formas de teología o supersesionismo
en el que se considera a la iglesia como el reemplazo o el cumplimiento de
las promesas al Israel nacional, de tal manera que elimina la relevancia
teológica de Israel en los planes de Dios. Afirma la gran importancia de la
iglesia en los propósitos del reino de Dios, aunque espera el cumplimiento
futuro de las promesas del pacto de Dios a Israel y a las naciones en un
futuro reino milenial. Israel será salvo y restaurado, y tendrá un papel de
liderazgo respecto a las naciones. El premilenialismo entiende que la
identidad de Israel no se expande para incluir a los gentiles. En su lugar, el
“pueblo de Dios” se ensancha para abarcar a los gentiles junto al Israel
creyente (Is. 19:24-25). El premilenialismo también afirma que el
cumplimiento de las promesas de Dios se produce por etapas. Lo que no se
cumplió con la primera venida de Jesús debe realizarse con los sucesos que
llevan a su segunda venida y la incluyen.
En tercer lugar, el premilenialismo reconoce que las Escrituras presentan
un cumplimiento futuro de la septuagésima semana de Daniel, un periodo
de tribulación de siete años que ocurre antes del reino milenial terrenal de
Jesús (Dn. 9:27). Un futuro periodo especial de tribulación implicará los
juicios únicos y catastróficos, así como la ira de toda la tierra (Ap. 6–19).
Esta tribulación incluye los juicios de los sellos, las trompetas y las copas
descritos en Apocalipsis 6–16. Esta tribulación venidera culmina con el
regreso de Jesús y el establecimiento de su reino de mil años en la tierra. El
premilenialismo contrasta con las creencias teológicas que, con frecuencia,
consideran esta era presente entre las dos venidas de Jesús como el periodo
de tribulación anunciado y el reino de Jesús. Para el premilenialismo la
tribulación de Apocalipsis 6–18 precede a la venida de Cristo, el
establecimiento de su reino (Ap. 19–20) y el estado eterno (Ap. 21–22).

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