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El Milenio

El instaurar el reino sobre la primera venida de Cristo resulta en un error teológico con
muchas ramificaciones serias. Al decir reino, me refiero al gobierno del Mesías en la tierra
como fue prometido a David (2 Samuel 7:12–16). El afirmar que Cristo estableció este reino
davídico en Su primer advenimiento requiere una deslateralización de las promesas hechas
a David, y resulta en confusión de la iglesia con el reino. Entre otras cosas, la ética de la
iglesia y la del reino son entremezcladas, usualmente con el resultado de que se promueve
la ética del reino más que la de la iglesia. De ese modo se insta a los cristianos a que vivan
el reino en este tiempo.
Algunos durante la vida terrenal de Cristo cometieron este error (Lucas 19:11). La verdad es
que el reino mesiánico será inaugurado a la segunda venida de Cristo. Entonces se cumplirá
la promesa hecha a Abraham y sus descendientes (Génesis 15:18–21). Y se cumplirá la
promesa hecha a David de que su Descendiente (Mesías) se sentaría en el trono del reino
para siempre. Sin un Milenio en el cual se puedan cumplir todas estas promesas, las
promesas tienen que cancelarse por alguna razón o ser cumplidas de otro modo que no sea
literal.

I. La Duración del Milenio


Seis veces en Apocalipsis 20:2–7 se declara que la duración del Milenio es de 1.000 años. La
repetición de esta cifra enfatiza tanto su literalidad como su importancia. George E. Ladd, un
premilenialista que niega la literalidad de la figura, dice: “Es difícil entender los mil años
durante los cuales él [Satanás] fue atado con literalidad estricta, en vista del obvio uso
simbólico de los números en Apocalipsis. Mil equivale a diez elevado a la tercera potencia
—un tiempo ideal” (A Commentary on the Revelation of John [Grand Rapids: Eerdmans, 1971],
p. 262).
Aparentemente Agustín fue el primero que concibió que 1.000, por ser el cubo de diez,
representaba la perfección o plenitud del tiempo (La ciudad de Dios, 20.7). Los amilenialistas
generalmente interpretan el número de la misma manera. Uno pudiera apropiadamente
preguntar por qué diez elevado a la tercera potencia es ideal en vez de diez elevado a la
décima potencia, o a alguna otra potencia. Además, negar la literalidad del número porque
Apocalipsis es un libro simbólico es ignorar que no todo en el libro es simbólico, y por lo
tanto sería necesario decir por qué cualquier pasaje dado es simbólico. No hay razón para
rechazar el significado literal de 1.000 como indicación de la duración del reino milenial de
Cristo.
II. El Gobierno del Milenio
A. La clase de gobierno
El gobierno del reino milenial mesiánico será una teocracia. Esta es la misma forma de
gobierno que Dios estableció en Israel en los tiempos del Antiguo Testamento; sólo que en
el Milenio el Señor Jesucristo reinará personal y visiblemente sobre los asuntos de la
humanidad (Daniel 7:14). Su gobierno será como el de un déspota bondadoso (Apocalipsis
19:15). Como resultado habrá justicia perfecta y completa para todos, y el pecado será
castigado inmediatamente (Isaías 11:4; 65:20).
B. La sede del gobierno
La topografía de la tierra será cambiada para el tiempo en que el reino comenzará a
funcionar, y la ciudad de Jerusalén será la sede del gobierno (2:3). Esa ciudad será exaltada
(Zacarías 14:10); será un lugar de gran gloria (Isaías 24:23); será el lugar del templo (33:20), y
el gozo de toda la tierra (Salmo 48:2). Jerusalén, la escena de mucha guerra y disturbio tanto
en el pasado como en el presente, y la víctima de juicios futuros durante la Tribulación,
nunca más tendrá que temer por su seguridad (Isaías 26:1–4).
C. Los dirigentes en el gobierno
David evidentemente será un regente en el reino milenial. Varias profecías hablan de la
posición importante de David en el reino (Jeremías 30:9; Ezequiel 37:24–25). Parece que
David, quien con otros creyentes del Antiguo Testamento resucitará a la segunda venida de
Cristo, actuará como príncipe bajo la autoridad de Cristo el Rey.
La autoridad sobre las doce tribus de Israel será conferida a los doce apóstoles (Mateo
19:28). Asimismo, otros príncipes y nobles participarán en las obligaciones gubernamentales
(Isaías 32:1; Jeremías 30:21). Parece también que muchos otros de rango inferior tendrán
responsabilidad en varios departamentos del gobierno del reino. La parábola de las minas
(Lucas 19:11–27) indica que aquellos que han mostrado fidelidad recibirán mucha autoridad.
La iglesia también tendrá parte en gobernar la tierra (Apocalipsis 5:10). Aunque muchos de
los procedimientos normales del gobierno serán llevados a cabo por subordinados, Cristo
será Rey sobre todo.
D. Los súbditos del gobierno
Los primeros súbditos del gobierno de Cristo durante el reino serán los judíos y los gentiles
que sobrevivan la Tribulación y entrarán en el reino con cuerpos terrenales. Al principio
mismo de la Tribulación todas las personas que habrá en la tierra serán redimidas, porque
todos los no redimidos habrán sido juzgados al regreso de Cristo. Por supuesto, ocurrirán
nacimientos inmediatamente, de modo que en unos pocos años habrá muchos de suficiente
edad para decidir por sí mismos su propia relación espiritual con el Rey.
Tendrán que estar sujetos a Él por lo menos exteriormente, pero el que le den o no fidelidad
de corazón será un asunto de elección personal. Todos tendrán que aceptarlo como Rey;
algunos también lo aceptarán como Salvador personal. Todas estas personas estarán
viviendo en cuerpos mortales. Los santos resucitados tendrán, por supuesto, cuerpos de
resurrección no sujetos a limitaciones físicas. Esto también significa que no contribuirán a
crear problemas de espacio, alimento, o gobierno durante el Milenio.
III. Las Características del Milenio
A. Espiritual
Algunos alegan que el reino milenial no puede ser espiritual si es terrenal. Pero “terrenal” y
“espiritual” no tienen por qué excluirse mutuamente. Si los dos conceptos fuesen
incompatibles, no se podría esperar que los cristianos de hoy vivieran vidas espirituales en
cuerpos terrenales. Durante el Milenio Dios unirá lo espiritual y lo terrenal en una plena
demostración de Su gloria en esta tierra. El reino terrenal manifestará las normas más altas
de espiritualidad.
B. Justo
Nuestro Señor será un Rey que reinará para justicia (Isaías 32:1). La justicia será el cinto de
Sus lomos (11:5). Con justicia El juzgará a los pobres (11:4; 16:5). Sion será llamada Ciudad
de justicia (1:26). Sólo los justos entrarán en el reino a su inauguración (Mateo 25:37), y los
que tienen sed de justicia serán saciados (5:6).
C. Pacífico
Como consecuencia de la justicia, el Milenio será una era de paz. Antiguos enemigos, como
Egipto, Israel, y Asiria estarán en paz los unos con los otros (Isaías 19:23–25). Jerusalén, sitio
de muchos conflictos por todos los siglos, estará en paz (Zacarías 8:4–5). Ciertamente, toda
la tierra estará en paz (Isaías 2:4). Un resultado de esto será la eliminación de presupuestos
para la defensa, lo cual economizará dinero que podrá usarse en otros propósitos.
D. Próspero
La tierra será cada vez más productiva durante el Milenio, ya que los lugares yermos y los
desiertos se harán útiles (35:1–7). Una cosecha será seguida por otra (Amós 9:14). Las
necesidades e injusticias sociales serán eliminadas (Salmo 72:12–13). La maldición a la cual
el mundo fue sometido cuando Adán pecó será revertida, aunque no completamente
quitada hasta el final del Milenio cuando la muerte finalmente será vencida.
E. Religioso
Conocimiento pleno del Señor cubrirá la tierra durante el Milenio (Isaías 2:2–3). Parece que
volverán a ofrecerse sacrificios en un templo que será construido y estará en operación
durante el Milenio (Ezequiel 40–48). Los premilenialistas entienden estos sacrificios como
medio de conmemorar la muerte de Cristo. Fiestas religiosas se observarán durante el
Milenio (46:1–15; Zacarías 14:16).
IV. Lo que el Milenio Significara para Cristo
En la escatología premilenial se enfatiza mucho lo que el Milenio significará para el mundo,
Jerusalén, Palestina, Israel, las naciones, etcétera, y con razón, porque efectuará muchos
cambios para el bien en toda la tierra. Pero hay otra perspectiva que es quizás más
importante que consideremos: ¿qué significará la edad milenial para nuestro Señor?
En el Salmo 2:7–8 al Rey Jesús se le prometió autoridad para gobernar la tierra en justicia.
Ciertamente El no vio cumplida esa promesa durante Su primer advenimiento, aunque pagó
por ella el precio de Su propia vida. En Apocalipsis 5 a Él se le declara digno de tomar el
libro sellado, abrirlo, y recibir la herencia que justamente le pertenece. Esto se cumplirá
cuando El venga de nuevo (11:15).
¿Por qué es necesario un reino terrenal? ¿No recibió El Su herencia cuando fue resucitado y
exaltado en el cielo? ¿No es Su presente gobierno Su herencia? ¿Por qué es necesario que
haya un reino terrenal? Porque Él tiene que ser triunfador en la misma arena en que fue
aparentemente derrotado. Y así será cuando regrese de nuevo para gobernar este mundo en
justicia. Él ha esperado largo tiempo por Su herencia; pronto la recibirá.

1
Ryrie, C. C. (2003). Teologı́a Básica (pp. 581-585). Editorial Unilit.

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