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CORSO DE ESTRADA
M.ª JESÚS SOTO-BRUNA
M.ª IDOYA ZORROZA
(EDITORAS)
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ÁNGEL LUIS GONZÁLEZ
SUBDIRECTORES
Mª JESÚS SOTO-BRUNA
JOSÉ A. GARCÍA CUADRADO
SECRETARIA
Mª IDOYA ZORROZA
www.unav.es/pensamientoclasico
Nº 150
Laura E. Corso de Estrada / M.ª Jesús Soto-Bruna / M.ª Idoya Zorroza (Eds.),
Ley y razón práctica en el pensamiento medieval y renacentista
Facultad de Derecho
Pontificia Universidad Católica Argentina
© 2014. Laura E. Corso de Estrada / M.ª Jesús Soto-Bruna / M.ª Idoya Zorroza (Eds.)
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Depósito legal: NA 000-2014
Presentación ................................................................................................. 9
NATURALEZA, RAZÓN
Y FINALIDAD
HUMANITAS E IMPERIUM
EN LA TEORÍA POLÍTICA DE DANTE ALIGHIERI
Mariano Pérez Carrasco
1
J. B. Brenet, “Adunque”, en I. Atucha / D. Calma / C. König-Pralong / I. Zavattero (eds.),
Mots médiévaux offerts à Ruedi Imbach, Fédération Internationale des Instituts d’Études Médié-
vales, 57, Porto, 2011, p. 35. Brenet se refiere a la función específica que Dante asigna al comen-
tario filosófico de la poesía en el Convivio; aquí extiendo el sentido de la frase a los vínculos entre
poesía y filosofía en general. Sobre la relación entre la poesía y la filosofía en Dante, con impor-
tantes referencias a Santo Tomás: P. Boyde, Dante Philomythes and Philosopher. Man in the
Cosmos, Cambridge University Press, Oxford, 1981. Para la lectura alegórica: P. Dronke, Dante e
le tradizioni latine medievali, trad. M. Graziosi, Il Mulino, Bologna, 1990, en J. Pépin, Dante et la
tradition de l’allégorie (Conférence Albert-Le-Grand, 1969), Institut d’Études Médiévales / Vrin,
Montréal / Paris, 1970 y R. Hollander, Allegory in Dante’s Commedia, Princeton University
Press, New Jersey, 1969. En cuanto a los estudios interdisciplinarios filosófico-poéticos más
recientes, considero indispensables los trabajos de R. Dragonetti, Dante, la langue, le poème.
Recueil d’études, Belin, Genève, 2006.
262 Mariano Pérez Carrasco
2
Dante Alighieri, Inferno, XIV, 76-78: “Tacendo divenimmo là ‘ve spiccia / fuor de la selva un
picciol fiumicello, / lo cui rossore ancor mi raccapriccia”. Utilizo la edición de G. Petrocchi en
Dante Alighieri, Divina Commedia, vol. 3, con comentario de A. M. Chiavacci Leonardi, Monda-
dori, Milano, 2009, indico los cantos en romano y seguidamente los versos.
3
Cfr. Dante Alighieri, Inferno, XII, 46-48: “Ma ficca li occhi a valle, ché s’approccia / la ri-
viera del sangue in la qual bolle / qual che per vïolenza in altrui nocchia”.
4
Cfr. Dante Alighieri, Inferno, XII, 6.
5
Dante Alighieri, Inferno, XII, 85-90.
Humanitas e imperium en la teoría política de Dante Alighieri 263
6
Tal fue la opinión de los primeros comentadores, hoy canónica. Cfr., por ejemplo, Petri Alleg-
herii super Dantis ipsius genitoris Comoediam Commentarium, texto de la edición preparada por
Silvana Pagano como parte de su tesis doctoral, dirigida por F. Mazzoni en la Facultad de Letras
de la Universidad de Florencia, G. Puletti lo digitalizó para la Società Dantesca Italiana, comen-
tando: Dante Alighieri, Inferno, XIV, 103-114: “Et dico quod hunc talem senem sub typo maioris
mundi accipit, qui per tempora partitus est et tempora illa per etates. Et ex hoc dictus Saturnus pro
tempore poetice sub allegoria sumitur. Unde dicitur: Saturnus Grece Cronum, quod tempus inter-
pretatur. Ideoque cum prima pars temporis pura et innocua fuerit, ideo fingit sub Saturno dicta
prima etas ut aurea fuisse et inde in deterius processisse, ut faciunt etates in minore mundo, idest
in homine –unde Papia inquit: Microcosmus a Grecis homo appellatur idest minor mundus–.
Nam, ut dicit etiam Bernardus Silvestris in suo libro Megacosmi, homo dicitur minor mundus”. El
comentario podría fecharse c. 1344-1355. Cfr. también Giovanni Boccaccio, Esposizioni sopra la
Comedia di Dante, G. Padoan (ed.), en Tutte le opere di Giovanni Boccaccio, vol. VI, V. Branca
(ed.), Mondadori, Milano, 1965, ad locum, identifica al viejo de Creta con la humanidad: “Là
dove dice che in una montagna chiamata Ida sta diritta la statua d’un gran veglio; per la quale,
secondo il mio giudicio, l’autore vuol sentire la moltitudine della umana generazione”. Utilizo las
versiones electrónicas de los comentarios disponibles en Darmouth Dante Project, dirigido por
Robert Hollander, Stephen Campbell y Simone Marchesi, University of Princeton: http://dan-
te.dartmouth.edu.
264 Mariano Pérez Carrasco
estaba más apoyada sobre su pie más débil, la Iglesia, que sobre el Imperio. Así
parece haberlo interpretado ya Pietro Alighieri7.
Esta interpretación alegórica de la inestabilidad del género humano en el pre-
sente es teóricamente desarrollada por Dante en la Monarchia, una obra escrita
para demostrar la necesidad del poder político imperial para el buen gobierno
del género humano. Si la humanitas no se apoya en el firme pie político del
imperio, reina la inestabilidad, la paz se vuelve imposible y el fin natural del
hombre se ve frustrado. En el capítulo siguiente expondremos los argumentos
mediante los cuales Dante demuestra la necesidad de la existencia del Imperio.
7
Cfr. Petri Allegherii super Dantis ipsius genitoris Comoediam Commentarium: “Et hoc auctor
hic demonstrat dum dicit dictum figuratum senem dorsum habere versus dictam Damiatam, idest
ad regnum et monarchiam orientalem iam extinctam, et Romam respicere, ubi hodie viget scilicet
regnum mundi, scilicet imperium Romanum. Verum, quia dici potest divisum hodie dictum reg-
num Romanum et consistere magis sub pastoribus Ecclesie quam sub imperatoribus, ideo fingit
auctor hic stare dictum senem, idest mundum, magis erectum in dextro pede suo fictili quam in
ferreo. Ex qua additione possumus concludere ut per V etates, ita etiam per V regna procedendo
de optimo in bonum et de bonum in malum et de malo in deterius mundus hucusque processit”.
8
Cfr. C. Dolcini, “Per la cronologia del trattato politico dantesco. Risposta a Enrico Fenzi”,
Pensiero politico medievale, 2008 (5), pp. 145-150.
9
Para una visión histórico-doctrinal de los conflictos políticos entre el Papado y el Imperio, cfr.
J. Miethke, Ai confini del potere. Il dibattito sulla potestas papale da Tommaso d’Aquino a Gu-
glielmo d’Ockham, C. Storti (trad.), asesoría y revisón de R. Lambertini, Editrici Francescane,
Padova, 2005, pp. 173-185; A. Black, Political Thought in Europe. 1250-1450, Cambridge Uni-
versity Press, Cambridge, 1992, pp. 85-116.
Humanitas e imperium en la teoría política de Dante Alighieri 265
la Iglesia en cuanto al fin. En los tres libros se repite el mismo modelo argu-
mentativo. Cada uno de los argumentos tendientes a demostrar las tesis soste-
nidas dependen de un principio de la argumentación –“principium inquisitionis
directivum”, dice Dante10– que es considerado irrefragable. En el libro primero,
ese principio consiste en la afirmación de que el género humano tiene un fin
propio: la actualización del intelecto posible.
Para comprender el alcance de los argumentos sobre la justicia, es conve-
niente recordar el principio que rige todas las argumentaciones del libro pri-
mero11. Dante sostiene que perteneciendo la Monarchia al ámbito de la teoría
política, es decir, a la esfera de la práctica, y estando toda actividad humana
gobernada por un fin, si se desea explicar esa práctica o esas acciones humanas,
entonces es necesario conocer el fin al que están dirigidas. En otras palabras, el
fin es la razón o causa del proceso del que es fin, y, por eso mismo, constituye
la mejor explicación de ese proceso12. Sobre este fundamento teleológico Dante
construye un argumento que se inspira en la teoría aristotélica de las koinoníai o
communitates expuesta en la Politica (I, 1-2)13, y que procede por analogía: así
como cada una de las comunidades que integran la humana civilitas tiene un fin
que le es propio, así también la humanitas habrá de tener su propio fin. Ese fin
–que ha de consistir en una operación capaz de actualizar la esencia humana–
no puede ser compartido con ninguna otra especie, pues de otro modo no sería
algo propio del género humano. La esencia de la humanidad ha de ser algo
distinto de la esencia de este hombre singular, de otro modo el género humano
no tendría un fin propio. El sujeto que actualiza la esencia humana no puede ser
el individuo, sino el género, o, en todo caso, una “multitudo in humano gene-
re”14. El argumento se despliega como si la esencia humana en la cual está pen-
sando Dante fuera una Gattungswessen, una esencia genérica; de ahí que la acti-
vidad que la actualiza deba ser llevada a cabo por un sujeto colectivo, el genus
10
Dante Alighieri, Monarchia, I.iii.2. Utilizo la edición de P. G. Ricci, Mondadori, Milano,
1965, indicando libro, capítulo, y parágrafo).
11
Para un cuadro del pensamiento político dantesco sigue vigente B. Nardi, “Il concetto
dell’Impero nello svolgimento del pensiero dantesco”, en B. Nardi, Saggi di filosofia dantesca, La
Nuova Italia, Firenze, 1967, pp. 215-275; cfr. también V. Russo, Impero e stato di diritto. Studio
su Monarchia ed Epistole politiche di Dante, Bibliopolis, Napoli, 1987. Sobre el pensamiento
político de Dante en el contexto de las discusiones ético-políticas de medievales, cfr. F. Berte-
lloni, “Los límites de la política y su compromiso ético en la teoría política medieval”, en A. da
Rosa Oliveira / N. Afonso Oliveira (orgs.), Fides et Ratio. Festschrift em homenagem a Cláudio
Neutzling, Educat, Pelotas, pp. 239-255.
12
Cfr. Dante Alighieri, Monarchia, I.ii.6-8.
13
Aristóteles, Política, edición bilingüe y traducción de J. Marías y M. Araujo, introducción y
notas de J. Marías, Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, 1989.
14
Cfr. Dante Alighieri, Monarchia, I.iii.8.
266 Mariano Pérez Carrasco
15
Cfr. Dante Alighieri, Monarchia, I.iii.4: “Est ergo aliqua propria operatio humane universita-
tis, ad quam ipsa universitas hominum in tanta multitudine ordinatur; ad quam quidem opera-
tionem nec homo unus, nec domus una, nec una vicinia, nec una civitas, nec regnum particulare
pertingere potest. Que autem sit illa, manifestum fiet si ultimum de potentia totius humanitatis
appareat”.
16
Dante Alighieri, Monarchia, I.iii.6.
17
Dante Alighieri, Monarchia, I.iii.7. Cfr. Tomás de Aquino, De anima, a. 3, co. Hay traduc-
ción castellana: Tomás de Aquino, Cuestiones disputadas sobre el alma, traducción y notas E.
Téllez Maqueo, Estudio preliminar y revisión J. Cruz Cruz, Eunsa, Pamplona, 2001.
18
Sobre el problema de la naturaleza del intelecto en el aristotelismo, y en particular en las
corrientes más radicales, cfr. E. Coccia, Filosofía de la imaginación. Averroes y el averroísmo,
M. T. D’Meza (trad.), Adriana Hidalgo, Buenos Aires, 2007.
19
Dante Alighieri, Monarchia, I.iv.1.
Humanitas e imperium en la teoría política de Dante Alighieri 267
doble actividad que caracteriza la esencia humana –a la vez teórica y, per exten-
sionem, práctica– no puede realizarse satisfactoriamente a menos que el género
humano viva en paz. El establecimiento de la paz, que es competencia de la
autoridad política, aparece como la condición de posibilidad de la realización de
la esencia, es un medio para cumplir con la propia finalidad del hombre (“pax
universalis est optimum eorum que ad nostram beatitudinem ordinatur”20), pero
de ningún modo es un fin en sí misma, como afirma Dante: “El medio más
próximo por el que se va hacia aquello que, como hacia el fin último, todas
nuestras obras se ordenan, es la paz universal, que constituye el principio de los
siguientes argumentos”21.
El carácter ontológicamente necesario de la existencia del Imperio es demos-
trado, pues, a partir del descubrimiento del fin de la humanidad y del medio más
apropiado para el cumplimiento de ese fin. Todos los argumentos contenidos en
este libro primero tienden a demostrar que el Emperador es la única figura polí-
tica capaz de garantizar esa pax universalis, condición sin la cual no se puede
cumplir el fin de la humanidad.
20
Dante Alighieri, Monarchia, I.iv.2.
21
Dante Alighieri, Monarchia, I.iv.5.
22
Dante Alighieri, Monarchia, I.x.1: “Et ubicunque potest esse litigium, ibi debet esse iudi-
cium”.
23
Dante Alighieri, Monarchia, I.x.3: “Et cum alter de altero cognoscere non possit ex quo alter
alteri non subditur –nam par in parem non habet imperium– oportet esse tertium iurisdictionis
amplioris qui ambitu sui iuris ambobus principetur”.
268 Mariano Pérez Carrasco
24
Cfr. E. Ancona, All’origine della sovranità. Sistema gerarchico e ordinamento giuridico nella
disputa sui due poteri all’inizio del XIV secolo, G. Giappichelli, Torino, 2004.
25
Dante Alighieri, Monarchia, I.x.4-5: “Et hic aut erit Monarcha aut non. Si sic, habetur
propositum; si non, iterum habebit sibi coequalem extra ambitum sue iurisdictionis: tunc iterum
necessarius erit tertius alius. Et sic aut erit processus in infinitum, quod esse non potest, aut opor-
tebit devenire ad iudicem primum et summum, de cuis iudicio cuncta litigia dirimantur sive me-
diate sive inmediate: et hic erit Monarcha sive Imperator”.
26
Dante Alighieri, Monarchia, I.xi.3.
27
Dante Alighieri, Monarchia, I.xi.6-7: “Quantum ergo ad habitum, iustitia contrarietatem habet
quandoque in velle; nam ubi voluntas ab omni cupiditate sincera non est, etsi assit iustitia, non
tamen omnino inest in fulgore sue puritatis: habet enim subiectum, licet minime, aliqualiter tamen
sibi resistens; propter quod bene repelluntur qui iudicem passionare conantur. Quantum vero ad
operationem, iustitia contrarietatem habet in posse; nam cum iustitia sit virtus ad alterum, sine
potentia tribuendi cuique quod suum est quomodo quis operabitur secundum illam? Ex quo patet
quod quanto iustus potentior, tanto in operatione sua iustitia erit amplior”.
Humanitas e imperium en la teoría política de Dante Alighieri 269
hay algo que pueda desearse es imposible que exista el deseo [ubi ergo non est
quod possit optari, inpossibile est ibi cupiditatem esse]: destruidos los objetos,
no puede haber pasiones. Pero el Monarca no tiene nada que desear, pues su
jurisdicción sólo limita con el Océano”28.
En cuanto a la demostración de que el Monarca no carece de poder, y es, por
consiguiente, quien mejor puede ejercer la justicia, Dante es ciertamente muy
escueto, pero no por ello menos claro: “Que el Monarca puede realizar del
mejor modo la justicia, sólo lo duda quien no comprende la palabra [‘Mo-
narca’], porque, si es Monarca, no puede tener enemigos [si Monarcha est,
hostes habere non possit]”29. En efecto, si se atiende al sentido del término
“monarca”, se hace evidente que si existe de hecho alguien que corresponda a
ese concepto (si existe un monarca que corresponda a “Monarca”), entonces ese
sujeto no podrá tener igual; en otras palabras, si existe en la realidad, el Mo-
narca no puede reconocer a un superior [superiorem non recognoscens]30. Esto
significa que todo acto de oposición al Monarca por parte de un rey particular
no pasa de ser un acto de subversión o rebeldía contra un superior. Los reyes
particulares pueden entrar en conflicto bélico entre sí, dado que se encuentran
en un plano de igualdad, pero todo conflicto con el Monarca, de plantearse, será
resuelto mediante la fuerza policial, dado que no puede considerarse más que
como un disturbio interno.
Las dos características del Monarca que acabamos de señalar permiten com-
prender mejor el vínculo que se establece entre ese máximo representante del
género humano que es el Imperator sive Monarcha y los restantes poderes parti-
culares. La existencia de un poder universal –dice Dante– no vuelve superfluos
los poderes particulares; por el contrario, éstos aparecen como la instanciación
de aquél. Las leyes de carácter regional son necesarias en virtud de la variedad
de costumbres producidas por los diversos climas; y si son necesarias leyes par-
ticulares, serán también necesarios poderes particulares que promulguen esas le-
yes y velen por su cumplimiento. Pero esas leyes municipales no son auto-
suficientes; las leyes particulares o positivas precisan de la ley universal o natu-
ral para adquirir su pleno sentido y legitimidad (“leges municipales quandoque
deficiant et opus habeant directivo”)31. El opus directivum del Monarca no
28
Dante Alighieri, Monarchia, I.xi.11.
29
Dante Alighieri, Monarchia, I.xi.19.
30
Dante Alighieri define la “monarquía” como un “unicus principatus”; Monarchia, II.2;
“monarca”, en consecuencia, será un unicus princeps.
31
Dante Alighieri, Monarchia, I.xiv.4: “Propter quod advertendum sane quod cum dicitur ‘hu-
manum genus potest regi per unum suppremum principem’, non sic intelligendum est, ut minima
iudicia cuiuscunque municipii ab illo uno inmediate prodire possint: cum etiam leges municipales
quandoque deficiant et opus habeant directivo, ut patet per Phylosophum in quinto ad Nicomacum
epykiam commendantem”.
270 Mariano Pérez Carrasco
consiste en legislar directamente para los súbditos particulares, sino en velar por
la vigencia de aquéllas leyes universales que afectan por igual a todos los hom-
bres, esto es, que son comunes al género humano, “para que el género humano
sea gobernado por el [Monarca] en lo que hace a aquellas comunes a todos, que
a todos competen, y con una regla común sea conducido hacia la paz”32. Es esta
ley o regla común la que los príncipes particulares reciben del Monarca, al mo-
do en que el intelecto práctico recibe la premisa mayor del intelecto especulati-
vo: “La cual regla o ley [regulam sive legem] los príncipes particulares deben
recibir [del Monarca], como el intelecto práctico recibe la proposición mayor
del intelecto especulativo para la conclusión operativa, y bajo ésa subordina la
[proposición] particular, que es la suya propia, y en este modo particular llega a
la operación”33.
El uso de un modelo noético –el vínculo entre el intelecto especulativo y el
práctico– para explicar el vínculo entre instancias políticas no puede ser casual,
habida cuenta de que el fin del buen orden político consiste en el cumplimiento
de un opus intelectual: la actualización del intelecto posible del genus huma-
num. En conclusión, la función de este unum politicum que es el Monarca con-
siste en evitar toda confusión en los principios universales (“necesse est ab uno
procedere, ut omnis confusio de principiis universalibus auferatur”)34, mientras
que, al modo de un silogismo práctico, los poderes particulares –nationes, reg-
na, civitates– acomodan esos principios a los distintos hábitos propios de sus
regiones.
32
Dante Alighieri, Monarchia, I.xiv.7.
33
Dante Alighieri, Monarchia, I.xiv.7.
34
Dante Alighieri, Monarchia, I.xiv.8.
35
Cfr. J. Marenbon, “Dante’s Averroism”, en J. Marenbon (ed.), Poetry and Philosophy in the
Middle Ages. A Festschrift for Peter Dronke (Mittelalteinische Studien und Texte, XXIX), Brill,
Leiden / Boston / Köln, 2001, pp. 349-274, que puede contrastarse con los reparos esgrimidos por
I. Costa, “Principio di finalità e fine nella Monarchia dantesca”, en S. Caroti / R. Imbach / Z.
Kaluza / G. Stabile / L. Sturlese (eds.), «Ad Ingenii Acuitionem». Studies in Honour of Alfonso
Humanitas e imperium en la teoría política de Dante Alighieri 271
posible al que Dante alude no fuera uno para todos los hombres, sino que estu-
viese dividido según la división corporal, entonces no debería ser actualizado
por la humanitas o por una multitudo in humano genere, sino por cada indivi-
duo singular36. Toda la argumentación que hemos reconstruido muestra que el
fin del hombre –la actualización tota et simul de la potencia del intelecto posi-
ble– parece cumplirse enteramente en esta vida, y que es tarea propia del Mo-
narca establecer las condiciones para el cumplimiento de ese fin de la huma-
nidad.
En el último capítulo del libro primero, sin embargo, el poder político co-
mienza a adquirir una función providencial, i.e., una función que pareciera
exceder los límites de la naturaleza37. Esta nueva función no será demostrada a
través de argumentos racionales, sino gracias a una hermenéutica de la historia
que tiende a poner de relieve el carácter divino del Imperio Romano. El dato
clave de la interpretación dantesca consiste en la descripción del status
mortalium y de la dispositio hominum elegidos por Cristo para descender a la
Tierra. Cristo, sostiene Dante, esperó o dispuso para encarnarse que el mundo
estuviese completamente en paz, lo cual sólo tuvo lugar bajo Augusto: “Bajo el
divino emperador Augusto, existiendo la Monarquía perfecta, el mundo estuvo
en todas partes en paz”38. En el esplendor del Imperio Romano la humanidad
alcanzó la felicidad en la paz, pues “no faltó nadie que se ocupase de nuestra
felicidad”39. En ese momento se alcanzó la plenitudo temporis; en ese momento
Maierù, Fédération Internationale des Instituts d’Études Médiévales (Textes et Études du Moyen
Âge, 38), Louvain-la-Neuve, 2006, pp. 39-65, p. 60, n. 47.
36
Sobre las fuentes de Dante, cfr. I. Costa, “Felicitas, bonum commune. L’exégèse médiévale
de Ethica Nicomachea, I, 1099b 18-20”, en I. Atucha / D. Calma / C. König-Pralong / I. Zavattero
(eds.), Mots médiévaux offerts à Ruedi Imbach, pp. 302-317. El párrafo final del artículo resume
con precisión las diferencias entre las teorías de Alberto Magno, Tomás de Aquino y Dante:
“Dans la Monarchie de Dante, on est donc bien face à une théorie de la félicité commune, mais
tout à fait excentrique: Dante adopte une sorte de pan-énergisme (ou omni-opérativité) psycholo-
gique, sociale et communautaire, dans lequel il semble reprendre certains thèmes d’Albert et de
Thomas, et en même temps s’eloigner radicalement des deux auteurs. Avec Albert, il affirme que
la perfection (ou félicité) humaine se constitue à travers une activité politique collective, mais
contrairement à Albert, il n’a pas recours au complèxe système de la participation ni à l’analogie.
Avec Thomas, il fonde la félicité sur le concept de perfection de l’espèce humaine, mais contrai-
rement à Thomas, il identifie la perfection de l’espèce avec l’accomplisement actuel de la puis-
sance intellectuelle et affective de tout individu appartenant à l’espèce, c’est-à-dire, à l’empire
terrestre”.
37
Sobre el naturalismo de Dante, cfr. F. Bertelloni, “Reflexiones sobre el naturalismo político
de Dante”, en E. Stein (org.), A Cidade dos Homens e a Cidade de Deus, Est Edições, Porto Ale-
gre, 2007, pp. 156-165.
38
Dante Alighieri, Monarchia, I.xvi.1.
39
Dante Alighieri, Monarchia, I.xvi.2.
272 Mariano Pérez Carrasco
40
Dante Alighieri, Monarchia, I.xvi.2.
41
Cfr. Dante Alighieri, Monarchia, I.xvi.3: “Qualiter autem se habuerit orbis ex quo tunica ista
inconsutilis cupiditatis ungue scissuram primitus passa est, et legere possumus et utinam non
videre”.
42
En su comentario a estos pasajes, Gustavo Vinay señalaba las dificultades interpretativas que
surgen del hecho de que Dante acerca el Emperador a Cristo en su función ministerial. La difi-
cultad reside en que de ese modo el Emperador parecería ponerse en el mismo plano que Cristo.
Cfr. Dante Alighieri, Monarchia, texto, introducción y comentarios de G. Vinay (ed.), Sansoni,
Firenze, 1950, p. 101, n. 7.
43
Cfr. F. Bertelloni, “Filosofía política y teología de la historia en la teoría dantesca del Impe-
rio”, Patristica et Mediaevalia, 1981 (2), pp. 37-66.
44
Dante Alighieri, Monarchia, III.iv.13.
Humanitas e imperium en la teoría política de Dante Alighieri 273
45
Dante Alighieri, Monarchia, III.iv.14.
46
Cfr. el comentario de Mario Pizzica en Dante Alighieri, Monarchia, M. Pizzica (ed.),
introducción de G. Petrocchi, BUR, Milano, 2001, n. 16, p. 376.
47
Dante Alighieri, Paradiso, XX, 8: “segno del mondo e de’ suoi duci”.
48
Dante Alighieri, Paradiso, XVIII, 70-93.
49
Dante Alighieri, Paradiso, XVIII, 115-117: “O dolce stella, quali e quante gemme / mi
dimostraro che nostra giustizia / effetto sia del ciel che tu ingemme!”. Para la traducción utilizo
Dante Alighieri, Obras Completas, vol. I, A. Crespo (trad.), Aguilar, Barcelona, 2004.
274 Mariano Pérez Carrasco
50
Dante Alighieri, Paradiso, XIX, 7-12: “E quel che mi convien ritrar testeso, / non portò voce
mai, né scrisse incostro, / né fu per fantasia già mai compresso / ch’io vidi e anche udi parlar lo
rostro, / e sonar ne la voce e «io» e «mio», / quand’era nel concetto ‘noi’ e ‘nostro’”.
51
Dante Alighieri, Paradiso, VI, 4.
52
Dante Alighieri, Paradiso, XIX, 97-99 y 52-63.
Humanitas e imperium en la teoría política de Dante Alighieri 275
* * *
53
Utilizo el texto de la Editio Leonina tomado del Corpus Thomisticum dirigido por Enrique
Alarcón: www.corpusthomisticum.org. Tomo la traducción de Santo Tomás de Aquino, Suma
teológica, L. Castellani (trad.), Círculo de Lectores, Buenos Aires, 1948.
54
Cfr. Dante Alighieri, Monarchia, III.xv.9.
55
Dante Alighieri, Monarchia, III.xv.10.
276 Mariano Pérez Carrasco