EL IUSNATURALISMO RACIONALISTA
Desde el punto de vista histórico, se entiende por racionalismo la corriente filosófica que
dominó el pensamiento europeo a partir del Renacimiento y que se extendió hasta alcanzar
el siglo XIX. El racionalismo no es, por supuesto, una escuela filosófica, ni tampoco un
sistema, sino más bien una forma de pensamiento que afectó durante más de doscientos
años a diferentes escuelas; sistemas que se desarrollaron independientemente unos de
otros y a veces contradiciéndose entre sí, pero unidos por el denominador común de la
nueva concepción del mundo que el racionalismo aportó.
Para el racionalista todo lo que sucede no podía dejar de suceder, nada hay aleatorio ni
contingente, sino todo es necesario. Lo que ocurre es que no conocemos suficientemente
la estructura racional del universo.
El gran error de los racionalistas fue que hicieron de las matemáticas el “saber modelo” y
pretendieron que toda ciencia se construyera en modo matemático, con la misma
metodología, el mismo rigor y la misma certidumbre que esta ciencia.
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Dentro del racionalismo queda totalmente sancionada la separación entre filosofía y
teología, y se produce una gran revalorización de las ciencias de la naturaleza, que toman
a su cargo problemas antes reservados a la filosofía. Este crecimiento de la ciencia produce
sobre la filosofía el efecto de orientar la especulación hacia el hombre, su espíritu y sus
facultades, pasando a primer término el problema del conocimiento, que constituirá tema
preferente para todos los racionalistas.
La mentalidad racionalista, se centra en la confianza en la razón humana, de la que se
piensa que es capaz de llegar a desvelar todo misterio y a resolver todo problema; idea
ésta que se complementa con la del progreso.
Solo como referencia, durante la vigencia del racionalismo surgieron varias corrientes:
- racionalismo continental de Descartes a Leibniz
- empirismo inglés de Hobbes a Hume
- formalismo de Kant (que pretende reducir antinomias entre las dos primeras corrientes).
3.4. PACTISMO
El tránsito del status naturalis al status civilis está explicado en los diferentes autores por
la teoría del pacto, según la cual lo que da origen al nacimiento de la sociedad es un
contrato o convenio establecido entre los hombres en el estado de la naturaleza; suelen
distinguirse dos pactos sucesivos:
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1) pactum unionis, por el que se decide la constitución de un grupo social
2) pactum subjectionis, por el que dicho grupo acuerda someterse a una autoridad.
En consecuencia, el Estado es concebido no como una institución natural, sino como una
creación convencional y artificial que, en definitiva, debe su origen y existencia al individuo,
ya que ha nacido por voluntad de éste (esta doctrina será uno de los fundamentos del
liberalismo individualista imperante en el siglo XIX). Y como con el Estado, ocurre con las
demás instituciones de carácter social: la familia, las asociaciones corporativas, etc. La
misma Iglesia no se concibe más que como una libre fraternidad universal en la que los
hombres se han agrupado.
4.1. GROCIO
Grocio es, antes que filósofo, un jurista a quien interesan sobre todo los aspectos prácticos
del derecho, buscando llegar a la concepción de un ordenamiento jurídico que esté por
encima de los Estados y en el que éstos puedan coexistir pacíficamente. Su construcción
de un derecho natural no es resultado de unos presupuestos filosóficos, sino el intento de
un jurista amante de la paz, una paz que es constantemente quebrada en una época de
continuas guerras.
Grocio es el iniciador del derecho natural “racionalista”. El fundamento y fuente del derecho
natural es para él la naturaleza humana, y en consecuencia define al derecho natural como
dictamen de la recta razón que indica que un acto, por su conveniencia o disconveniencia
con la naturaleza racional, posee torpeza o necesidad moral, y consecuentemente ha sido
prohibido u ordenado por Dios, autor de la naturaleza.
Todo problema del derecho natural se hace gravitar sobre la naturaleza racional. Grocio
todavía cuenta con Dios, al que remite los mandatos y prohibiciones del derecho natural,
pero la función divina queda reducida a ordenar o prohibir lo que ya por sí mismo e
independientemente de Dios, es bueno o malo, según esté de acuerdo o contradiga la
naturaleza racional.
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La naturaleza humana no es sólo racional, también es social. Entre las cosas que son
propias del hombre, figura la tendencia a la sociedad, pero no a una comunidad cualquiera,
sino precisamente a la convivencia ordenada por la misma razón del hombre. De ahí que
la socialidad para Grocio sea un elemento indispensable del concepto de derecho natural
ya que sirve de punto de partida para la derivación o construcción racional del mismo.
Dado que esta socialidad sólo puede satisfacerse y desarrollarse plenamente dentro del
Estado, el hombre constituyó la sociedad civil a través de un doble contrato: uno de unión
de los hombres en el grupo social, que tiene lugar en el estado de naturaleza (es de
derecho natural), y otro de sometimiento a una autoridad, este segundo pacto ya es
derecho positivo, ya que se ha convenido una vez constituida la sociedad política, y por
ello son distintas las formas de Estado y los modos de ejercicio de la autoridad. Grocio
considera que la convención originadora del Estado ha sido un hecho histórico existente,
y de ahí que entienda que se han producido tantos pactos como comunidades estatales
existen.
Grocio es considerado por algunos autores como el iniciador del derecho natural
racionalista, si bien para otros sólo es el precedente de esta corriente ya que aún mantiene
la vinculación con los escolásticos. De cualquier modo su afirmación de que el derecho
natural existiría a pesar de que Dios no existiese supone la tesis capital del iusnaturalismo
racionalista situando en la naturaleza humana el fundamento de la ley natural. También su
dedicación a las relaciones entre naciones hizo que durante mucho tiempo se le
considerase como el fundador del derecho internacional si bien hoy se reconoce que en
este punto estuvo inspirado por los autores de la escolástica española.
1.2. PUFFENDORF
Samuel Puffendorf (1632-1694) es el primer titular de una cátedra de derecho natural
creada en la Universidad de Heidelberg en 1661. Poseedor de una gran capacidad
sistemática, elabora un amplio sistema jurídico que impacta en la ciencia jurisprudencial y
en el movimiento codificador europeo. Es el instaurador definitivo del racionalismo en el
Derecho, acaba con los restos de la escolástica en su lucha dialéctica contra los teólogos
luteranos (a pesar de ser luterano), último reducto de la doctrina escolástica católica.
Sigue a Grocio en su intento por construir un derecho común a todos los hombres y que
esté por encima de cualquier matiz religiosa, sin embargo, en la construcción de este
derecho natural profano se separa de Grocio. Este hacía intervenir a Dios en la ley natural
de una manera necesitada, era Él quien tenía que mandar o prohibir las acciones
congruentes o disconvenientes con la naturaleza humana. Puffendorf, sin embargo, enlaza
con la doctrina voluntarista, no admite que la naturaleza humana sea una existencia
matemática, con una necesidad intrínseca que obligue a la preceptuación divina. Afirma
que las cosas son buenas o malas en relación con la naturaleza humana pero ésta es un
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producto de la libre voluntad de Dios que quiso crearla así. Se coloca tan lejos de la
vinculación de la ley natural con Dios a través de la ley eterna como del objetivismo
iusnaturalista de Grocio.
Para descubrir el contenido del derecho natural habrá que examinar cómo es la naturaleza
humana, entendida no como esencia abstracta sino como se da empíricamente en la
realidad histórica y al analizar esta naturaleza empírica del hombre, Puffendorf descubre
como característica más destacada la “imbecillitas” o debilidad o desamparo en que se
encuentra el ser humano en el estado de naturaleza. Junto a esta imbecillitas la naturaleza
humana cuenta también con la nota de “socialitas” no en el sentido que le daba Grocio de
tendencia natural a construir grupos organizados, sino como simple posibilidad o facultad
que tiene el hombre de formar la sociedad, no es una necesidad y la actualización o
realización de esta posibilidad, es decir la integración en entes políticos, es lo que va a
permitir al hombre sobrevivir y remediar la indigencia de su natural imbecillitas. Por todo
ello Puffendorf afirma que el cumplimiento de la socialitas es de mandato divino.
Será derecho natural todo aquello que favorezca o fomente la socialitas, y contrario al
derecho natural lo que lo impida o perjudique. A partir de lo que es favorable a la socialitas
se podrán deducir racionalmente todos los preceptos del derecho natural llegando a
obtenerse preceptos concretísimos reguladores de detalles mínimos de la vida de
convivencia, construyendo así, un sistema de derecho natural tan amplio que casi no deja
sitio para el derecho positivo ya que la mayoría de las relaciones jurídicas están reguladas
por preceptos de derecho natural.
En el status naturalis el hombre tenía unos derechos y unos deberes que son por tanto,
naturales y cuando nace el Estado el derecho positivo tiene que inspirarse en ellos. El
derecho positivo es necesario, pues, para prevenir los malos instintos del hombre, éste
tiene que acatar las leyes del Estado por aplicación del derecho natural, porque
precisamente el Estado, que dicta estas normas, nace del pacto entre los hombres. Este
status naturalis debe considerarse como prevalente frente al estado social o político,
incluso respecto de sus propios preceptos ya que deben respetar los del derecho natural.
Puffendorf llama status adventitius (sobrevenido o accidental) a la situación del hombre
histórico encuadrado dentro de organizaciones políticas.
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1.3. TOMASIO
Cristian Tomasio (1655-1728), discípulo de Puffendorf, es un autor de sorprendente
precocidad, va más lejos que su maestro y constituye ejemplo del hombre de la Ilustración.
Parte, como Grocio y Puffendorf, de la necesidad de que los hombres se unan entre sí en
organizaciones civiles o políticas, pero lo que les lleva a esta unión no es ni la socialidad
de Grocio ni la socialitas de Puffendorf, sino la exigencia de buscar por todos los caminos
la consecución de una existencia feliz. Es la felicidad el norte de todas las acciones del
hombre, las debe realizar en cuanto favorezcan esa felicidad y se abstendrá de todo lo que
pueda perturbar la feliz y pacífica convivencia. El pacto que origina el Estado no busca otra
cosa, la paz exterior se garantiza mejor a través de poder coactivo de aquél
El derecho natural sigue fundamentado en la naturaleza humana y por tanto define la ley
natural como la ley divina inscrita en los corazones de todos los hombres, que les obliga a
hacer aquello que necesariamente conviene a la naturaleza racional humana y a omitir lo
que repugna a ésta. Dios no aparece como legislador, sino como creador de la naturaleza
humana y por referencia a ella se origina el derecho natural. No es legislador directo, sino
indirecto por cuanto crea la naturaleza.
La conducta humana está regulada por tres disciplinas: ética, política (usos sociales) y
jurisprudencia (derecho), separadas de tal modo que cada una de ellas afecta a un tipo
específico de conducta. Cada orden reguladora se funda en principios y tienen su
respectivo precepto fundamental. La ética tiene como principio lo que es honesto u honrado
y su precepto fundamental es: “Lo que quieras que otros hagan para sí mismos (en su vida
privada), hazlo tú para ti (en la tuya).” La ética se refiere al foro interno de la conducta
(conductas inmanentes).
La política (usos sociales) tiene como principio básico el decoro (respecto, educación,
urbanidad, corrección, cortesía), y su precepto: “Lo que quieras que otros hagan contigo
hazlo tú con ellos”. Se refiere a conductas externas.
La jurisprudencia presenta como principio la justicia y su precepto básico “No hagas a otros
lo que no quieras que te hagan a ti”. También se refiere al foro externo de la conducta.
Comparando los preceptos fundamentales de la moral y el derecho se puede observar que
ambos difieren notablemente, el primero se refiere a una conducta del sujeto aislado de los
demás, mientras que el segundo se refiere a la actuación del hombre dentro de la sociedad,
en relación con sus semejantes. Pero lo que realmente ilustra la doctrina separatista entre
moral y derecho establecida por Tomasio, es la afirmación de que la obligación jurídica es
esencialmente coactiva, ya que el derecho regula las acciones externas y sólo a lo externo
puede llegar la coacción. Esta por el contrario no puede alcanzar al foro interno de la
conciencia, donde se producen los actos regulados por la moral.
Es posible que, como se ha dicho, esta tesis de Tomasio tuviese una finalidad más
práctica, en el sentido de crear un reducto en el que el hombre se hallase a salvo de la
acción omnipotente del Estado, titular de una fuerza coactiva, que vería así limitada su
eficacia al fuero externo. Sea así o no, lo cierto es que la afirmación tuvo importantes
consecuencias para el concepto del derecho natural. Si la coacción externa resulta ser un
carácter esencial de lo jurídico y no se da en el derecho natural, la consecuencia es que
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éste no es tal derecho, sino simple consejo. Si el derecho natural no es derecho quedará
como ideal inspirador del auténtico derecho que es el positivo.
1.4. WOLF
Cristian Wolf (1679-1754) Es representante genuino del espíritu de la Ilustración, ejerció la
docencia universitaria, procuró la fundamentación filosófica de sus doctrinas de una forma
más constante.
Pone el fundamento de la ley natural en el hombre, afirma que esta ley tiene su razón
suficiente en la misma esencia del hombre y de las cosas, pero intenta armonizar la tesis
racionalista con la tradicional y afirma que el autor de la ley natural es Dios y por tanto la
ley natural es la ley divina. A pesar de ello sigue construyendo el derecho natural por el
procedimiento deductivo propio de la tradición racionalista. Así la verdad del derecho
positivo, como la del derecho natural, puede demostrarse con precisión y certeza, hay una
relación entre todas las obligaciones y todos los derechos, de manera que puede deducirse
el uno del otro mediante una cadena ininterrumpida de razonamientos.
Sigue dando entrada a la distinción entre el status naturalis y el status civilis atribuyendo a
cada uno de ellos derechos y deberes distintos, siendo los naturales inviolables por el
derecho positivo, el cual, debe limitarlos en su ejercicio para posibilitar la convivencia de
los hombres. Respecto al derecho y la moral no los separa claramente, llegando a veces a
una cierta confusión entre ambas normatividades. Concibe la moral como una ley
preceptiva y el derecho como una ley permisiva, lo cual es una inadecuada concepción de
lo jurídico ya que el derecho no se limita a permitir, sino que es también imperativo