Está en la página 1de 6

UNIVERSIDAD DEL ZULIA.

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS.


DIVISIÓN DE ESTUDIOS PARA GRADUADOS.
MAESTRÍA LATINOAMERICANA EN
CIENCIAS PENALES Y CRIMINOLÓGICAS.
TEORÍA CRIMINOLÓGICA I.
Dra. GYOMAR PÉREZ COBO.

Un enfoque general acerca de la psicopatocriminogénesis y el parkinson


como posible factor desencadenante de la criminalidad

Leonardo Guzmán Hernández.*

Introducción.

¿Cómo razona el delincuente? Es la pregunta que desde tiempos remotos se ha


hecho el hombre al juzgar la conducta de sus semejantes. La Biblia contiene un
particular relato de aplicación de conocimientos psicológicos al mundo de lo
jurídico. La sentencia del Rey Salomón frente al caso de dos prostitutas que
simultáneamente decían ser la madre de un niño pequeño y reclamaban la
entrega del niño. Para decidir el conflicto, Salomón mandó traer una espada y
ordenó partir en dos al niño vivo y darle una mitad a cada una de las mujeres. La
verdadera madre del niño conmocionada por el destino de su hijo, dijo al Rey que
le diera a la otra mujer el niño vivo, mientras la otra decía: “No será ni para ti, ni
para mí, que lo partan”. Salomón entonces observando la conducta de la primera
mujer sentenció que no se lo matara dado que ella era su madre (1 Reyes 3; 16 y
ss.). Tengamos en cuenta que la justicia fue necesitando de la comprensión de los
motivos que impulsaban a los criminales a actuar de la manera que lo hacían.
Antecedentes

Si bien el pensamiento de César Lombroso fue arquetipo de la criminología clínica


desde la perspectiva psicopatológica, hay antecedentes que remontan a su tiempo
y su obra, así como otras que le suceden con importantes aportes. Las primeras
referencias que aparecen sobre la importancia de la Psicología son en el campo
del Derecho y se sitúan en los finales del siglo XVIII. Eckardts Hausen, “Sobre la
necesidad de conocimientos psicológicos para juzgar los delitos” (1792); J. Chr.
Schaumann, “Idea de una psicología criminal” (1792) y Munch, “La influencia de la
psicología criminal sobre un sistema de derecho penal” (1799). En su trabajo
titulado “Los que delinquen por sentimiento inconsciente de culpabilidad”, Freud
sostiene que el delito constituye una transgresión a la ley cuyo motor es una
necesidad de castigo. También indica la existencia de delincuentes en los cuales
no hay indicadores de culpabilidad porque “no han desarrollado inhibiciones
morales”.

Psicopatología y criminogénesis

El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, nos refiere que


psicopatología es el “estudio de las enfermedades mentales”. Etimológicamente el
término psicopatología proviene del griego psykhe (alma), pathos (sufrimiento,
dolor) más el sufijo logía (estudio de). Ahora bien desde el punto de vista de la
psicología, el objeto de la psicopatología se centra en la descripción y evaluación
de la conducta o comportamiento considerado como “anormal”. La determinación
del origen de la conducta errática de una persona, sus repercusiones para sí
mismo y para su entorno social es la labor fundamental de los psicopatólogos y
psiquiatras. Por su lado la criminogénesis es el estudio del origen o principio de la
conducta criminal, a decir de Rodríguez Manzanera “…el conjunto de factores y
causas que dan por resultado la conducta antisocial”. Es precisamente ante el
fenómeno del crimen que la criminología trata de responder la gran interrogante:
¿Por qué delinque el hombre? Para motivar la respuesta los postulantes de la
criminogénesis consideran necesario conocer que existen unos conceptos
operacionales de orden explicativo, los cuales fundamentalmente son: la causa
criminógena y el factor criminógeno. La causa criminógena es la condición
necesaria sin la cual un cierto comportamiento no se habría jamás manifestado, y
tiene forzosamente un efecto, el efecto de la causa es la conducta antisocial; a la
criminología le interesa la conducta que fue causada por esa causa, por lo que la
causa de la causa es causa de lo causado, si se da la causa se da el efecto, si
quitamos la causa no se dará el efecto. Hay que tener en cuenta de que no hay
que confundir factores con causas, hay que distinguirlos claramente en el sentido
de que son conceptos que si bien pueden traslaparse no siempre están
mezclados. Cuando el sujeto comete una conducta antisocial esta tiene su causa y
viene concurrida por concausas y factores que contribuyen a su aparición. La
miseria es un factor criminógeno pues favorece la aparición del crimen, aunque
por sí solo es incapaz de producirlo, caso contrario no existiría la delincuencia de
cuello blanco. Por factor debemos entender todo aquello que favorece la comisión
de conductas antisociales. En cuanto al factor hay diversas clasificaciones,
tomemos el aporte de la Escuela de Criminología Clínica de la Universitá degli
Studi de Roma, Italia, que explica los factores criminógenos de acuerdo a su
función en predisponentes, preparantes y desencadenantes. “La predisposición a
la criminalidad es la expresión de aquel complejo de condiciones orgánicas y
psíquicas, hereditarias, congénitas o adquiridas…que hacen particularmente
proclive al individuo a llegar a ser un criminal…” (Di Tullio). Los factores
preparantes son exógenos, el alcohol es el factor preparante por excelencia. El
factor desencadenante es el que precipita los hechos, una agresión verbal o física,
la muerte de un familiar, los efectos secundarios de una medicación, el factor
desencadenante está condicionado por el predisponente pues lo que puede hacer
en un sujeto puede no hacerlo en otro. Ahora bien, desde nuestro punto de vista la
psicopatocriminogénesis, dentro del enfoque de la criminología clínica, tiene como
objetivo la observación y el análisis profundo de casos individuales, normales,
anormales o patológicos, la búsqueda multidisciplinaria de explicaciones
psicopatológicas al caso individual, a fin de conocer la génesis de su conducta
delictiva y aplicarle un tratamiento personalizado, procurar su reinserción a la
sociedad y poner los recursos sociales a favor de ello. El problema radica en que
la heterogeneidad de los marcos psico (pato) lógicos que subyacen a los brotes
de comportamientos violentos y repentinos siempre ha representado uno de los
temas más controvertidos y complejos de la psicopatología forense.

Parkinson como factor desencadenante del crimen.

“La mayoría de los estudios sitúan que la mayoría de los delincuentes tienen
deficiencias cognitivas de leves a severas…” (Pérez Cobo, 2021). En este sentido
cabe destacar que el Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales,
quinta edición (DSM-5) (Asociación Estadounidense de Psiquiatría, 2013), señala
a la enfermedad de parkinson como generador de neurocognitivos mayores y
leves (354). De igual forma en la Clasificación de Trastornos Mentales y del
Comportamiento, décima edición (CIE-10) (Organización Mundial de la Salud,
1992), describe la “Demencia que aparece en el curso de una clara enfermedad
de Parkinson (en especial en sus formas más graves)”, (F02.3 Demencia en la
enfermedad de Parkinson). Durante muchos años la enfermedad de parkinson se
consideró simplemente como una enfermedad neurológica. A raíz de los avances
en las investigaciones y observaciones clínicas, se la ha clasificado más
recientemente como un trastorno neuropsiquiátrico. El término “neuropsiquiátrico”
describe la combinación de síntomas tanto neurológicos como psicológicos. Esta
clasificación más reciente reconoce más propiamente los aspectos de salud
mental en la enfermedad de parkinson, además de los ya bien conocidos síntomas
motores. James Parkinson describía los cambios de ánimo causados por la
enfermedad. “Los cambios emocionales son muy comunes en la enfermedad de
parkinson y probablemente afectan a más de la mitad de los pacientes durante el
transcurso de su enfermedad. Puede ocurrir una amplia gama de cambios, desde
los trastornos comunes, como depresión y ansiedad, hasta los síntomas menos
comunes como la pérdida de control de los impulsos y el aumento de la
sensibilidad emocional”. (Weintraub, 2008). Las patologías neurodegenerativas
pueden causar disfunción de las estructuras neurales implicadas en el juicio, la
función ejecutiva, el procesamiento emocional, la conducta sexual, la violencia y la
autoconciencia, lo que puede conducir a un comportamiento antisocial y criminal
(Liljegren y Naasan, 2015).

Conclusión

Como conclusión, la relación entre los trastornos psicopatológicos y el crimen es


compleja. Son diversos los factores y las causas que intervienen, especialmente
cuando estudiamos enfermedades neurodegenerativas y particularmente el
parkinson como factor desencadenante. Aún se deben esclarecer las causas de
los trastornos y su etiología. El debate sigue abierto, en este sentido se irá
ampliando la psicopatocriminogénesis.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.

1.- Rodríguez M. Luis. Criminología. 2da. Ed. Edit. Porrúa. Mexico, 1.981.

2.- Nuñez, Jorge. Psicología Criminal y Criminalística. 4ta ed. Edit Original. La
Paz, 2.015.

3.-Asociación Americana de Psiquiatría, Guía de Consulta de los criterios


diagnósticos del DSM5. Arlington, VA. Asociación Americana de Psiquiatría, 2013.

4.- Clasificación de trastornos mentales CIE 10. OMS.

5.- Del Popolo, Juan. Psicología Judicial. Edic. Jurídicas Cuyo. Argentina, 1996.

6.-Pérez Ernesto, Rodríguez Ricardo, Loy Baldomer. La clasificación de la


criminología clínica en las investigaciones forenses actuales. Medicentro
Electrónica vol.22 no.1 Santa Clara ene.-mar. 2018. Disponible en:
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1029-30432018000100002
7.- National Parkinson Foundation. La enfermedad de parkinson: Mente, estado y
memoria. Agosto, 2.018.

8.- Pérez Cobo, Gyomar. Teoría Criminológica I. Sesión de clases 6 de la XXX


cohorte de la Maestría Latinoamericana en Ciencias Penales y Criminológicas,
2021.

9.- Liljegren Madeleine, Naasan Georges. Study Examines Criminal Behavior in


Patients with Neurodegenerative Diseases. 2.015.
https://media.jamanetwork.com/news-item/study-examines-criminal-behavior-in-
patients-with-neurodegenerative-diseases/

* Abogado. Paciente de Parkinson.

También podría gustarte