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Dependencia Emocional

La dependencia emocional es un estado psicológico que se manifiesta en torno a las


relaciones que se establecen, fundamentalmente en la relación de pareja.

Estas relaciones se caracterizan por ser destructivas. En ellas se pone al otro por encima
de cualquier otra cosa incluso de uno mismo pese al sufrimiento y malestar que genera la
relación, siendo el otro, el principal motor de la vida, la cual gira en torno a la pareja y la
relación. Se relegan a un segundo plano otros aspectos importantes de su vida como la
familia, las relaciones sociales o las actividades personales.

Sí en tus relaciones personales sientes que adquieres un papel de sumisión, tienes la


sensación de no poder vivir sin tu pareja y la idea de ruptura te genera unos sentimientos
de ansiedad y depresión que te sobrepasan y que no puedes gestionar... es posible que
estés padeciendo una dependencia emocional.
Las persona dependientes emocionales construyen sus relaciones a través de las
siguientes fases:

Fase de conocimiento
En esta fase conocen a alguien que les interesa y experimentan un entusiasmo y
expectativas sobredimensionadas acerca de la posible relación. A la par, construyen una
imagen mental del otro idealizada en la que es la persona perfecta para construir la
relación que desean.

Fase de sumisión
Una vez embarcados en la relación y para preservar esta relación perfecta y a esta
persona ideal la estrategia que adoptan es la sumisión al otro. Los deseos y necesidades
de la otra persona se ponen por encima de las propias creando un desequilibrio en la
relación.

Fase de deterioro
Este desequilibrio se va acentuando y aumentan los sentimientos de inferioridad y la baja
autoestima. Esto crea la percepción de que a consecuencia de su poco valor serán
abandonados, este miedo les lleva a adoptar más sumisión y por tanto deteriora aún más
la relación.

Ruptura
Si se produce la ruptura la persona dependiente entra en un síndrome de abstinencia
caracterizado por estados de ansiedad por separación y procesos depresivos. Estos
sentimientos son tan fuertes y difíciles de gestionar para el dependiente que centra todos
sus esfuerzos en retomar la relación, aun siendo una relación destructiva.

Búsqueda de nuevas relaciones


En el caso de que la relación no se retomé, el dependiente centra a sus esfuerzos en
encontrar una nueva persona para paliar su sentimiento de soledad iniciando así, un
nuevo ciclo de dependencia.
SÍNTOMAS DE LA DEPENDENCIA EMOCIONAL
Los síntomas de la dependencia emocional son una amalgama de procesos psicológicos
emocionales y conductuales de los cuales podemos destacar los siguientes:

Idealización del otro


Los dependientes emocionales crea una imagen de la pareja idealizada. Los entienden
cómo seres excepcionales, especiales y perfectos. En esta imagen mental que crean
sobrestiman las virtudes y eliminan los defectos que puede presentar la otra persona.

Pánico ante el abandono o rechazo de la pareja


La idea de ser abandonados o rechazados por su pareja genera mucha ansiedad y les
hace anticipar escenarios en los que sufren de forma desmesurada. Para evitar este
posible sufrimiento su estrategia es la sumisión, ya que asumen que sí se adaptan
cumpliendo los deseos y necesidades del otro estos no los abandonaran.

Miedo a la soledad
La soledad para el dependiente emocional es un estado angustioso por lo que se aferran
obsesivamente a la persona de la cual dependen.

Autoestima baja
Las personas dependientes presentan una autoestima condicionada por los demás. Para
ellos su relación es su fuente autoestima, en la medida en qué tienen una relación sienten
que su valía personal aumenta. No obstante y en la medida en la que desarrollan
actitudes de sumisión su autoestima se va deteriorando.

Dificultad para la toma de decisiones


Las personas dependientes tienen verdaderas dificultades para tomar decisiones en
relación a situaciones de pareja. Tienden a delegar las decisiones en el otro.

Necesidad de agradar
La necesidad de agradar es un aspecto fundamental en el dependiente emocional. Para
conseguir la aceptación por parte de los demás se adapta y asume las necesidades
opiniones y deseos del otro, sin hacer manifiestos los propios relegándolos a un papel
secundario y sin importancia.Sumisión: la conducta de sumisión es el comportamiento
fundamental de un dependiente emocional. Los deseos y necesidades del otro son las
realmente importantes y las que se deben cubrir y por tanto sus esfuerzos van
encaminados a la satisfacción del otro aunque eso suponga el sacrificio de uno mismo.

Necesidad de acceso al otro en todo momento


El dependiente emocional sufre ante cualquier separación ya sea definitiva o temporal,
por ejemplo cuando el otro realiza actividades individuales como salir con los amigos o
estar en el trabajo. En estas situaciones el dependiente necesita saber que el otro está
cerca y establece múltiples contactos ya sea telefónico o mediante mensajes, mails etc.
Estos contactos tienen el objetivo de asegurar que el otro sigue vinculado a la relación y
apaciguar la ansiedad que le genera la separación.

Renuncias
En la dependencia emocional hay una pérdida importante de autonomía. En todas las
relaciones se producen ciertas renuncias en pos de la relación, pero el dependiente
emocional renuncia todo, familia amistades, a sus planes, necesidades porque estás ya
no son importantes lo verdaderamente importante es el otro. La importancia que se le
otorga a otros aspectos vitales diferentes a la pareja es mínima, orientando todos los
esfuerzos, tiempo y energía hacia el otro y la relación.

Sentimientos de vacío, preocupación y culpa


Los sentimientos de vacío son un eje principal en el mundo emocional del dependiente.
Se sienten vacíos y desesperanzados si no están con su pareja y en el contexto de una
relación, por lo que la perdida del ser amado es una preocupación constante en su vida y
mantienen cierto estado de alerta para percibir las señales de alerta de una posible
ruptura para así poder evitar que eso suceda. Por otro lado se sienten culpables por los
estados emocionales negativos de su pareja, consideran que si el otro se siente mal, ellos
son los responsables.

Ansiedad de separación y síndrome de abstinencia


El hecho de separarse genera una gran ansiedad que no pueden gestionar por lo que
entran en un síndrome de abstinencia que solo se controla sabiendo de la otra persona o
teniendo un acercamiento. Incluso habiendo finalizado la relación intentan mantener el
contacto.
LA DEPENDENCIA EMOCIONAL Y SUS CAUSAS
Las causas de la dependencia emocional remontan a la infancia. En este periodo vital no
se desarrollaron las habilidades de independencia y autonomía personal necesarias para
establecer relaciones equilibradas.

Falta de afecto
En esta etapa vital no se cubrieron las necesidades de afecto por parte de las personas
significativas de ese momento evolutivo y cuando fueron cubiertas fue gracias al
cumplimiento de las expectativas que tenían los otros, por tanto el afecto se conseguía
gracias a la adaptación a los deseos de los demás. En este periodo se creó la idea de qué
el amor, la aceptación, el cariño y el afecto se consiguen por medio de la acomodación y
el ajuste a las necesidades de los demás.

Desarrollo de una autoestima inestable o condicionada al entorno


Una autoestima inestable y que depende del refuerzo del entorno y de las personas que
nos rodean es otro factor para el desarrollo de la dependencia emocional. Los
dependientes emocionales modulan su autoestima a través de la retroalimentación que
tienen del entorno, es decir, sí el entorno los refuerza su autoestima aumentará, si por el
contrario, el entorno no les refuerza su autoestima se deteriorará y perderán su valor
autopercibido.

Creencias irracionales sobre las relaciones, los vínculos y los roles personales dentro de
las relaciones
Otro factor importante en el desarrollo de una dependencia son las creencias irracionales
sobre las relaciones. Creencias como que el amor significa desear estar en todo momento
juntos o que los intereses personales, objetivos y valores son iguales que los de la otra
persona y qué se debe estar siempre de acuerdo en todos los aspectos vitales.

CONSECUENCIAS DE SER DEPENDIENTE EMICIONAL


La dependencia emocional trae consigo diferentes consecuencias a nivel personal social y
emocional. Entre las consecuencias más habituales encontramos.
Relaciones inestables: las relaciones inestables son una de las consecuencias más
habituales de la dependencia emocional, fundamentalmente porque entran en un círculo
de rupturas y reconciliaciones que no les permite avanzar en su relación.

Insatisfacción en la relación: normalmente se sienten insatisfechos con la relación. Ésta,


es una fuente de frustración por un lado tener una relación es doloroso para ellos por
miedo a perderla y el no tenerla también lo es por estar solo.

Disminución de la autoestima: como la estrategia que adoptan los dependientes


emocionales es la sumisión a los deseos del otro generan una sensación de ser poco
importante y se sienten como un elemento secundario en la relación lo que les hace
sentirse poco valorado y querido.

Ansiedad: padecen procesos ansiosos que los acompañan de forma constante en su


relación. La idea del abandono siempre está presente en su mente y por tanto se sienten
amenazados y en peligro continuamente.

Empobrecimiento de la vida personal: Las personas dependientes cuando están en una


relación ponen en un segundo plano otros aspectos de su vida y por tanto pierden apoyo
social, también abandonan actividades individuales reforzantes qué equilibran el estado
de ánimo. Si se produce la ruptura entran en un estado de abatimiento que no les permite
seguir con sus rutinas habituales, toda su vida se paraliza.

PSICOLOGIA Y MENTE

DEPENDENCIA EMOCIONAL

Las consultas psicológicas reciben día a día un montón de personas que tienen un
problema en común: la dependencia emocional.

Este cuadro se puede observar cuando la persona que lo sufre permanece en un estado
de filiación extremada hacia su pareja sentimental, porque existe una gran necesidad de
mantener el vínculo emocional y el afecto.

Dependencia emocional: ¿qué es?


Como ocurre con otras dependencias, como en la adicción al consumo de sustancias
tóxicas, la dependencia emocional opera mediante mecanismos de refuerzo positivo, que
acaba generando dependencia psicológica en el sujeto. La dependencia emocional afecta
por igual a mujeres y hombres.

Sin embargo, los hombres suelen ocultar este problema pues se sienten menos capaces
de reconocer que están ‘atados emocionalmente’ a otra persona. A causa de la vergüenza
en expresar el problema, algunos hombres presentan cuadros de dependencia más
severos.

¿Quién sufre dependencia emocional?


Aunque muchas veces esta situación pueda ser transitoria, lo más habitual es que el
patrón de dependencia emocional en el sujeto se observe a lo largo de su vida y con las
diferentes parejas que tenga. Esta dependencia sentimental no hace referencia a motivos
materiales (como podría ser una dependencia de tipo económico), sino que alude a la
necesidad de amor y vínculo afectivo. Las personas que la sufren tienen un gran miedo a
estar solas y no pueden concebir su vida si no es al lado de una pareja sentimental.

Resulta significativo que muchas de las personas que son dependientes emocionales
buscan parejas con un carácter dominante, con un perfil psicológico que tiende hacia el
egoísmo y el narcisismo, posesivas, autoritarias y déspotas. En algunos casos, el
dependiente emocional refiere haber sufrido algún tipo de maltrato físico o psicológico por
parte de su pareja, lo cual no resulta extraño teniendo en cuenta el perfil que hemos
comentado. La persona dependiente tiende a idealizar a su cónyuge, viviendo en una
cierta sumisión hacia él.

La persona afectada es capaz de reconocer el maltrato y el menosprecio que sufre a


diario, pero no tiene la capacidad para dejar de estar ‘enganchada’ a su pareja. Pide
perdón incluso por cosas que no han hecho, con el fin de mostrarse tierno y sumiso ante
su pareja; para ganar su aprobación y amor. También pueden gastarse mucho dinero en
regalos y en general mantendrán una actitud de atenciones y gestos con los que tener
contenta a la pareja y satisfacerla en todo momento.

Causas
Normalmente, el fondo del problema de la dependencia se encuentra en una pobre
autoestima, que conduce al dependiente emocional a desvalorizarse sistemáticamente.
Se muestran críticos consigo mismos y con su forma de ser, hasta el punto de sentirse
inferiores y culpables, incluso, del menosprecio que puedan recibir por parte de sus
parejas sentimentales. La situación se torna aún más insostenible con el paso del tiempo,
en que el transcurso de la relación exacerba la relación subordinada del dependiente
emocional respecto a su pareja, que ejerce un rol dominante.

De este modo, el menosprecio de la persona dominante hacia el dependiente emocional


se incrementa, llevando al extremo su subordinación. También es común observar que
este tipo de relaciones acaban rompiéndose en poco tiempo, pero eso no soluciona el
problema. El dependiente intentará volver una y mil veces con su expareja, de la misma
manera que el drogadicto se las ingenia para obtener la sustancia y volver a consumir.
Esta dinámica conduce a una situación de círculo vicioso, puesto que el desprecio del
dominante aumenta, así como disminuye la autoestima y dignidad de la persona
dependiente emocional. La persona que padece este tipo de dependencia emocional
necesita permanecer en contacto con su pareja, y si el vínculo se rompe del todo, surge
una suerte de síndrome de abstinencia emocional.

Ruptura con amigos y familiares


En estos casos, se pueden producir enfrentamientos airados con amigos y familiares. El
dependiente emocional se percata de que sus allegados intentan aconsejarle de que su
situación psicológica ante la relación no es la más adecuada, pero éste insiste en
defender su relación. Aunque los familiares ven de cerca que el sufrimiento causado por
esa relación patológica no cesa, el dependiente suele enfrentarse a ellos y defenderá la
situación, llegando a reclamar a su allegados un trato especial hacia la otra persona.

La comorbilidad de la dependencia emocional se asocia con cuadros ansiosos o


depresivos, aparte de la falta de autoestima que ya hemos comentado, que se ve
aumentada al tomar conciencia de que se está arrastrando para recuperar el amor de
alguien que no solamente no le quiere sino que le desprecia y maltrata.

En este cuadro, es muy habitual observar que la persona dependiente cree firmemente
que su pareja es superior y por tanto merece que todo su entorno reconozca esto y le
colme de alabanzas y respetos. Esto puede acarrear un resquebrajamiento de la relación
con amigos y familiares, cosa que produce que su dependencia emocional se vea
reforzada puesto que solo encontrará el apoyo en la pareja. Como vemos, esta es otra
dinámica en que se entra en un círculo vicioso.

Altruismo patológico
El afectado puede llegar al punto de abandonar sus propias responsabilidades laborales a
fin de tener el tiempo necesario para complacer las necesidades del cónyuge. El
menoscabo familiar, laboral, social y psicológico del dependiente emocional puede
alcanzar límites preocupantes.
En el caso de que el dependiente tenga hijos, es frecuente que sus hijos tengan
conductas y actitudes de menosprecio hacia él. Aprenden a despreciar a alguien que no
muestra autoridad ni dignidad. También se suele percibir signos de deterioro de la
relación de los hijos hacia el progenitor autoritario, puesto que tiende a ser una persona
egoísta y déspota que no expresa demasiado amor ni preocupación por sus hijo.

Psicoterapia: abordando el problema


Resulta imprescindible iniciar rápidamente la terapia psicológica a fin de conseguir
desvincularse emocionalmente de la pareja. No hacerlo y seguir en dinámicas negativas
puede conllevar consecuencias nefastas, ya que no es raro que del menosprecio se pase
al maltrato psicológico y hasta al maltrato físico en último término. Para evitar entrar en las
dinámicas crecientemente peligrosas, es importante empezar tratamiento psicológico
temprano, aunque esto a la práctica es difícil de conseguir.

Tal como ocurre en las diferentes adicciones, el primer paso es que el afectado sea capaz
de reconocer que tiene un problema y decida buscar la manera de solucionarlo. Este
punto es muy difícil: el dependiente logrará encontrar múltiples excusas y justificaciones
para su conducta. Suelen ser del tipo: “Vosotros no lo/la conocéis bien”, “Me quiere
mucho”, “Nadie es perfecto”, “La culpa es mía también”… Es prácticamente imposible
lograr que funcione una terapia que no haya sido requerida por el propio afectado, e igual
que ocurre con las demás adicciones, será necesario una ruptura absoluta con la pareja.

¿Conoces a alguien que es dependiente emocional?


Los mejores consejos que se pueden dar a alguien cuyo familiar o amigo sea un
dependiente emocional son los siguientes:

No cedas nunca ante la exigencia de mantener un trato exquisito hacia la persona


dominante.

Debes permanecer al lado de la persona dependiente, pero no mostrarte cómplice de su


relación enfermiza.

Puedes dialogar con el afectado y hacerle entender que puede contar contigo y con la
familia.

Si finalmente decide pedir ayuda para romper con la situación, es necesario que le acojas
e impidas cualquier contacto con la pareja.
También es buena idea acompañarlo a terapia. El psicólogo no solo ayudará a encontrar
el mejor camino para el afectado, sino que también proporcionará algunas pautas a los
familiares y amigos para revertir la situación, así como algunos consejos para dudas
concretas.

RELACIONES TOXICAS
Qué es una relación tóxica? Una relación emocionalmente tóxica se da cuando una parte
de la pareja adopta un comportamiento dominante y la otra parte no puede hacer nada
para evitar ese dominio, debido a que se encuentra o cree encontrarse en situación de
inferioridad o subordinación. La parte que ejerce el abuso ha impuesto un clima hostil y de
miedo en la relación que dificulta el poder expresar y convivir de forma saludable con la
otra persona. Desde Psicología-Online, queremos dar a conocer las consecuencias de
una relación tóxica.

También te puede interesar: Por qué seguimos en una relación tóxica

aracterísticas de una relación tóxica


¿Qué conductas podemos observar en una relación tóxica?

Falta de comunicación asertiva y empática.


Humillar y ridiculizar a la otra persona, ya sea en público o en privado.
Atacarla psicológicamente: atacar a su autoestima y a su forma de ser. Por ejemplo:
“¡Estás loca!, ¡Eres una histérica, nadie te va aguantar como lo hago yo!”.
Violencia física: golpes, imponerte físicamente para que la persona se sienta amenazada.
Violencia ambiental: después de una discusión que rompa objetos de la casa o dar un
golpe en la mesa mientras se está discutiendo.
Violencia sexual: obligar a ejercer prácticas que la pareja no quiere.
Conductas celosas y de control sobre la otra persona: preguntar constantemente, dónde
está, con quién va e incluso llegar a aislar a la pareja de su círculo social.
En este artículo se describen los 15 tipos de violencia.
Todo ello son acciones y conductas que se pueden dar en una relación tóxica y que
pueden mermar mucho a la persona que se encuentra en ella. Por ello, veremos qué
consecuencias podemos tener después de haber estado en una relación tóxica.

Secuelas de una relación tóxica


Una vez terminada la relación tóxica puede suceder que aparezca:

Sentimiento de culpa
Miedo
Baja autoestima
Depresión
Aislamiento social
Vergüenza
Indefensión
Apatía
Somatizaciones
Desesperanza
Ansiedad
Dificultad para concentrarse
Ataques de pánico
Disfunciones sexuales
Desórdenes de tipo obsesivo-compulsivo
Abuso de sustancias (psicofármacos y OH)
Trastornos alimentarios
Trastornos del sueño
Todos esos síntomas son fuente de malestar para la persona que los padece y para el
entorno que ve sufrir a un ser querido.

¿Se puede tener traumas después de una relación tóxica?


Haber estado en una relación tóxica puede suponer un trauma para la persona. Las
posibles violencias vividas en la relación pueden generar dudas sobre la propia capacidad
en muchos ámbitos de su vida. Nos podemos encontrar con situaciones como:
Autoestima dañada
La autoestima es una poderosa necesidad humana. Esta es básica y efectúa una
contribución esencial al proceso de la vida; es indispensable para el desarrollo normal y
sano, además de tener un valor para la supervivencia. No tener una autoestima positiva
puede disminuir nuestra resistencia a hacer frente a las adversidades de la vida. En una
relación tóxica es de las primeras cosas que se pueden ver dañadas.

Aun así, cabe destacar que la autoestima no es un rasgo estático ni estable en el tiempo,
sino más bien un índice dinámico y sujeto a cambios. Aquí puedes ver cómo mejorar la
autoestima.

Secuestro emocional
Sensación de que no eras tú quien controla las emociones ya que tenías a otra persona
que las controlaba por ti. Esto puede derivar en una falta de confianza consigo mismo/a,
aparición de convicciones de no valer como persona y altos niveles de ansiedad.

Indefensión aprendida
En ocasiones, la relación tóxica también ha podido hacer que la persona adopte una
actitud de resignación y pasividad, ya que en el tiempo transcurrido en la relación
aprendió qué hiciese lo que hiciese no podía escapar de aquella situación dañina. Este
fenómeno se denomina: indefensión aprendida. En este artículo encontrarás más
información sobre la teoría de la indefensión aprendida de Seligman.

Todo ello puede marcar las relaciones futuras, haciendo que la persona adopté una
actitud de temor ante su futuro. Para muchas personas esa es una fuente de angustia, ya
que se tiene la sensación de que no se puede salir del recuerdo de la relación.

Estrés postraumático después de una relación tóxica


Cuando las secuelas de la relación tóxica van más allá, perduran en el tiempo y se
convierten en algo cotidiano y paralizante en la vida de la persona, lo más probable es
que nos encontremos ante un trastorno de estrés postraumático (TEPT).

El trastorno de estrés postraumático es un trastorno ansioso causado por un suceso


extremadamente estresante; como pueden ser el maltrato continuado, una violación,
tortura, etc.
Síntomas del TEPT
Revivir el trauma a través de recuerdos dolorosos “flasbacks”.
Evitar de forma persistente estímulos asociados al trauma.
Debilitación de la reactividad general de la persona, más apatía.
Falta de interés en actividades importantes.
Sentimiento de desapego: como si la persona fuera un observador del propio cuerpo o
proceso mental.
Además, suele estar asociado con altos niveles de ansiedad y depresión y dificultades de
adaptación. Los síntomas de depresión como apatía, indefensión, desesperanza y
sensación de culpabilidad contribuyen a dificultar más la decisión de buscar ayuda o de
adoptar medidas adecuadas.

Síndrome de la mujer maltratada


El también llamado TEPT complejo. En este caso, el impacto del trauma va más allá de
un listado de síntomas y abarca la totalidad del funcionamiento psicológico de la persona.

La exposición prolongada a la violencia en todas sus modalidades (física, psicológica,


ambiental, sexual, verbal, económica, etc.) en contextos de malos tratos es capaz de
provocar una afectación intensa en: la personalidad, la identidad, las relaciones y en todos
los ámbitos del funcionamiento psicológico de la mujer víctima de violencia de género.
Aquí encontrarás más información sobre síndrome de la mujer maltratada.

ESTRÉS POSTRAUMATICO
Tipos de eventos traumáticos
Los eventos traumáticos son,en la mayoría de las ocasiones,inesperados e incontrolables
y golpean de manera intensa la sensación de seguridad y auto-confianza del individuo
provocando intensas reacciones de vulnerabilidad y temor hacia el entorno. Ejemplos de
este tipo de situaciones son los siguientes:

Accidentes
Desastres naturales
huracanes, terremotos, inundaciones, avalanchas, erupciones volcánicas-
Inesperadas muertes de familiares
Asaltos/delitos/violaciones
Abusos físicos/sexuales infancia
Torturas Secuestros
Experiencias combate
Otras formas de estrés severo (pero no extremo) pueden afectar seriamente al individuo
pero generalmente no son los detonantes típicos de un trastorno por estrés
postraumático,como por ejemplo la pérdida del puesto de trabajo,divorcio,fracaso
escolar...etc.

Es importante destacar, tal como indica la investigación reciente, que a pesar de la


heterogeneidad de los sucesos traumáticos, los individuos que directa o indirectamente
han experimentado este tipo de situaciones muestran un perfil psicopatológico común
etiquetado en la actualidad bajo el rótulo de TRASTORNO POR ESTRÉS
POSTRAUMÁTICO y en algunas ocasiones se presentan otros trastornos asociados
como depresión,trastorno de ansiedad generalizada,ataques de pánico o abuso de
sustancias (Solomon, Gerrity, & Muff, 1992).

Evaluación
En primer lugar, se presentan algunas principios generales del proceso de evaluación
clínica de este tipo de trastornos, destacando el papel de la entrevista dentro del mismo y
enumerando algunos de los instrumentos más utilizados.

En segundo lugar, se enumeran los síntomas más comúnmente relacionados con el


TRASTORNO POR ESTRÉS POSTRAUMÁTICO y se describen brevemente algunas de
las patologías asociadas en este trastorno y que requieren en la mayoría de las ocasiones
de una evaluación y/o tratamientos específicos.
Aspectos generales
El profesional que trabaja con este tipo de pacientes debe considerar el carácter
multidimensional y necesariamente complejo de este tipo de trastornos.

Una entrevista clinica global y multidimensional es una estrategia de evaluación de primer


orden para el adecuado diagnóstico del estrés traumático.

Un adecuado proceso de entrevista permite al paciente relatar su experiencia y sus


impresiones del evento,teniendo la oportunidad de expresarse con libertad en un entorno
seguro,empático y no crítico.
Los pacientes (y a menudo sus familiares más cercanos) necesitan sentirse comprendidos
y apoyados mientras tratan de encontrar un significado a la experiencia recientemente
vivida.

La entrevista tambien facilita una "alianza de trabajo" efectiva,necesaria para el normal


desarrollo del proceso terapeutico en etapas posteriores,así como una ocasión única para
el establecimiento de una adecuada relación terapéutica (rapport),imprescindible para el
éxito terapéutico.

Además, la entrevista permite extraer los detalles de la experiencia vivida por el sujeto,
evaluar los niveles pasados y presentes de funcionamiento del sujeto y determinar la
modalidad de tratamiento asi como los objetivos terapéuticos más adecuados en cada
caso concreto.

Entre las entrevistas estructuradas más utilizadas se encuentran:

Síntomas del Trastorno por Estrés Postraumático


Podríamos agrupar la sintomatología asociada mas común en tres grandes bloques:

RE-EXPERIMENTACIÓN DEL EVENTO TRAUMÁTICO


Flashbacks.Sentimientos y sensaciones asociadas por el sujeto a la situación traumática
Pesadillas .El evento u otras imágenes asociadas al mismo recurren frecuentemente en
sueños.
Reacciones físicas y emocionales desproporcionadas ante acontecimientos asociados a
la situación traumática
INCREMENTO ACTIVACIÓN
Dificultades conciliar el sueño
Hipervigilancia
Problemas de concentración
Irratibilidad / impulsividad / agresividad
CONDUCTAS DE EVITACIÓN Y BLOQUEO EMOCIONAL
Intensa evitación/huida/rechazo del sujeto a situaciones,lugares,
pensamientos,sensaciones o conversaciones relacionadas con el evento traumático.
Pérdida de interés
Bloqueo emocional
Aislamiento social
Los tres grupos de síntomas mencionados son los que en mayor medida se presentan en
la población afectada por el trastorno por estrés postraumático,sin embargo es común
observar en la práctica clínica otros problemas asociados al mismo.

Entre los TRASTORNOS más comunmente asociados destacan:

ATAQUES DE PÁNICO
Los individuos que han experimentado un trauma tienen posibilidades de experimentar
ataques de pánico cuando son expuestos a situaciones relacionadas con el evento
traumático.

Estos ataques incluyen sensaciones intensas de miedo y angustia acompañadas de


síntomas como taquicardias,sudoración,nauseas,temblores...etc...

DEPRESIÓN
Muchas personas sufren episodios depresivos posteriores ,pérdida de interés,descenso
de la autoestima e incluso en los casos de mayor gravedad ideaciones suicidas
recurrentes.

Estudios recientes muestran,por ejemplo,que aproximadamente el 50% de las víctimas de


violación muestran ideas recurrentes de suicidio.

IRA Y AGRESIVIDAD
Se tratan de reacciones comunes y,hasta cierto punto lógicas,entre las víctimas de un
trauma.Sin embargo cuando alcanzan límites desproporcionados interfiere de forma
significativa con la posibilidad de éxito terapéutico así como en el funcionamiento diario
del sujeto.

ABUSO DE DROGAS
Es frecuente el recurso a drogas como el alcohol para tratar de huir/esconder el dolor
asociado.En ocasiones esta estrategia de huida aleja al sujeto de recibir la ayuda
adecuada y no hace más que prolongar la situación de sufrimiento.
CONDUCTAS EXTREMAS DE MIEDO / EVITACIÓN
La huida/evitación de todo aquello relacionado con la situación traumática es un signo
común en la mayoría de los casos,no obstante,en ocasiones este intenso miedo y
evitación se generaliza a otras situaciones,en principio no directamente asociadas con la
situación traumática lo que interfiere de forma muy significativa con el funcionamiento
diario del sujeto.

Estos y otros síntomas,en la mayoría de los casos,disminuyen de manera significativa


durante el tratamiento,sin embargo en ocasiones,y dada su gravedad,pueden requerir
intervenciones adicionales específicas.

Criterios Diagnósticos
En la práctica clínica los criterios diagnósticos más ampliamente utilizados como
referencia para la evaluación del trastorno por estrés postraumático son los recogidos en
el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV) y en la
Clasificación Internacional de las Enfermedades (CIE-10).

CRITERIOS DIAGNÓSTICOS MANUAL DIAGNÓSTICO Y ESTADÍSTICO DE LOS


TRASTORNOS MENTALES DSM-IV
A. La persona ha estado expuesta a un acontecimiento traumático en el que han existido
1 y 2:

La persona ha experimentado, presenciado o le han explicado uno (o más)


acontecimientos caracterizados por muertes o amenazas para su integridad física o la de
los demás.
La persona ha respondido con un temor, una desesperanza o un horror intensos. Nota: En
los niños estas respuestas pueden expresarse en comportamientos desestructurados o
agitados.
B. El acontecimiento traumático es reexperimentado persistentemente a través de una (o
más) de las siguientes formas:

Recuerdos del acontecimiento recurrentes e intrusos que provocan malestar y en los que
se incluyen imágenes, pensamientos o percepciones. Nota: En los niños pequeños esto
puede expresarse en juegos repetitivos donde aparecen temas o aspectos característicos
del trauma.
Sueños de carácter recurrente sobre el acontecimiento, que producen malestar. Nota: En
los niños puede haber sueños terroríficos de contenido irreconocible.
El individuo actúa o tiene la sensación de que el acontecimiento traumático está
ocurriendo (se incluye la sensación de estar reviviendo la experiencia, ilusiones,
alucinaciones y episodios disociativos de flashback, incluso los que aparecen al
despertarse o al intoxicarse). Nota: Los niños pequeños pueden reescenificar el
acontecimiento traumático específico.
Malestar psicológico intenso al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan
o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático.
Respuestas fisiológicas al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o
recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático.
C. Evitación persistente de estímulos asociados al trauma y embotamiento de la
reactividad general del individuo (ausente antes del trauma), tal y como indican tres (o
más) de los siguientes síntomas:

Esfuerzos para evitar pensamientos, sentimientos o conversaciones sobre el suceso


traumático.
Esfuerzos para evitar actividades, lugares o personas que motivan recuerdos del trauma.
Incapacidad para recordar un aspecto importante del trauma.
Reducción acusada del interés o la participación en actividades significativas.
Sensación de desapego o enajenación frente a los demás.
Restricción de la vida afectiva (p. ej., incapacidad para tener sentimientos de amor).
Sensación de un futuro desolador (p. ej., no espera obtener un empleo, casarse, formar
una familia o, en definitiva, llevar una vida normal).
D. Síntomas persistentes de aumento de la activación (arousal) (ausente antes del
trauma), tal y como indican dos (o más) de los siguientes síntomas:

Dificultades para conciliar o mantener el sueño.


Irritabilidad o ataques de ira.
Dificultades para concentrarse.
Hipervigilancia.
Respuestas exageradas de sobresalto.
E. Estas alteraciones (síntomas de los Criterios B, C y D) se prolongan más de 1 mes.

F. Estas alteraciones provocan malestar clínico significativo o deterioro social, laboral o de


otras áreas importantes de la actividad del individuo.
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS CLASIFICACIÓN INTERNACIONAL DE LAS
ENFERMEDADES CIE-10
Trastorno que surge como respuesta tardía o diferida a un acontecimiento estresante o a
una situación (breve o duradera) de naturaleza excepcionalmente amenazante o
catastrófica, que causarían por sí mismos malestar generalizado en casi todo el mundo
(por ejemplo, catástrofes naturales o producidas por el hombre, combates, accidentes
graves, el ser testigo de la muerte violenta de alguien, el ser víctima de tortura, terrorismo,
de una violación o de otro crimen).

Ciertos rasgos de personalidad (por ejemplo, compulsivos o asténicos) o antecedentes de


enfermedad neurótica, si están presentes, pueden ser factores predisponentes y hacer
que descienda el umbral para la aparición del síndrome o para agravar su curso, pero
estos factores no son necesarios ni suficientes para explicar la aparición del mismo.

Las características típicas del trastorno de estrés post-traumático son:

Episodios reiterados de volver a vivenciar el trauma en forma de reviviscencias o sueños


que tienen lugar sobre un fondo persistente de una sensación de "entumecimiento" y
embotamiento emocional, de despego de los demás, de falta de capacidad de respuesta
al medio, de anhedonia y de evitación de actividades y situaciones evocadoras del
trauma.

Suelen temerse, e incluso evitarse, las situaciones que recuerdan o sugieren el trauma.
En raras ocasiones pueden presentarse estallidos dramáticos y agudos de miedo, pánico
o agresividad, desencadenados por estímulos que evocan un repentino recuerdo, una
actualización del trauma o de la reacción original frente a él o ambos a la vez.

Por lo general, hay un estado de hiperactividad vegetativa con hipervigilancia, un


incremento de la reacción de sobresalto e insomnio. Los síntomas se acompañan de
ansiedad y de depresión y no son raras las ideaciones suicidas. El consumo excesivo de
sustancias psicotropas o alcohol puede ser un factor agravante.

El comienzo sigue al trauma con un período de latencia cuya duración varía desde unas
pocas semanas hasta meses (pero rara vez supera los seis meses).

El curso es fluctuante, pero se puede esperar la recuperación en la mayoría de los casos.


En una pequeña proporción de los enfermos, el trastorno puede tener durante muchos
años un curso crónico y evolución hacia una transformación persistente de la
personalidad .

Psicología-Online Psicología Psicología clínica Trastorno por estrés postraumático:


Conceptualización, evaluación y tratamiento
Trastorno por estrés postraumático: Conceptualización, evaluación y tratamiento
Por David Puchol Esparza. Actualizado: 21 marzo 2018
Trastorno por estrés postraumático: Conceptualización, evaluación y tratamiento
El presente trabajo pretende ofrecer una visión global e integradora de la concepción
actual del trastorno por estrés postraumático,así como de los criterios diagnósticos y de
las lineas de intervención más ampliamente utilizadas.

Te invitamos a seguir leyendo este artículo de PsicologíaOnline si quieres saber más


sobre el Trastorno por estrés postraumático: Conceptualización, evaluación y tratamiento.

También te puede interesar: Cómo ayudar a una persona con trastorno de estrés
postraumático

Índice
Esquema del trabajo
Conceptualización
Evaluación
Síntomas del Trastorno por Estrés Postraumático
Criterios Diagnósticos
Pautas para el diagnóstico
Tratamiento para el TEP - Enfoque Psicoeducativo y Terapia Cognitivo-Conductual
Tratamiento- Hipnosis, Terapias Psicodinámicas, Fármacos y Grupos de Ayuda
Tratamiento- Terapias Familiares y Otras Alternativas
Conclusión
Esquema del trabajo
El texto se divide en cuatro secciones:
En primer lugar y como introducción,se define el concepto de trastorno por estrés
postraumático.
En segundo lugar,se presentan los criterios diagnósticos más ampliamente utilizados en la
actualidad de acuerdo con el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales
(DSM-IV) y la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10)
En tercer lugar se describen los elementos básicos de las modalidades terapéuticas más
frecuentes,incluyendo la aproximación cognitivo-conductual,la terapia de grupo,el
tratamiento psicofarmacológico,la hipnosis clínica,los enfoques psicoeducativos,la terapia
psicodinámica,la terapia familiar y las terapias holísticas/alternativas.
Por último, se ofrece una selección de recursos terapéuticos en la red,brevemente
comentados,asi como una selección de bibliografia relevante,tanto en castellano como en
inglés,donde el lector interesado podrá ampliar la información ofrecida en el presente
trabajo.

Conceptualización
Introducción
El mundo conoce bien el poder de destrucción originado por catástrofes naturales como
temporales,huracanes y terremotos. Otros muchos conocen de igual forma la miseria
producida por el terrorismo,la violencia,la guerra o la delincuencia. En los últimos 25
años,más de 150 millones de personas anualmente han sido afectados directamente por
este tipo de desastres y acontecimientos traumáticos. Los efectos físicos de un desastre
son evidentes.Cientos o miles de personas pierden sus vidas o son gravemente
heridos.Los supervivientes arrastran las consecuencias durante toda su vida.

Dolor y sufrimiento se distribuyen a partes iguales.

Los efectos emocionales –miedo,ansiedad,estrés,ira,rabia,resentimiento,bloqueo


emocional- de los desastres son tambien obvios. Para muchas víctimas,estos efectos se
mitigan e incluso desaparecen con el tiempo. Sin embargo,para otros muchos,las
secuelas son a largo plazo y alcanzan en ocasiones la condición de crónicas si no reciben
el tratamiento adecuado. No existe,hasta el momento,una receta eficaz susceptible de ser
aplicada universalmente para responder desde el punto de vista psicosocial a los
desastres.

Probablemente parte del problema resida en la gran variabilidad que se produce en el


origen de estos acontecimientos traumáticos. Algunos ,como los huracanes o los
terremotos tienen un origen natural.Otros,como las guerras,la violencia o el terrorismo son
producto de los seres humanos.Unos ,como los actos delictivos con violencia afectan a un
reducido grupo de personas.Otros como las catástrofes naturales afectan a
comunidades,e incluso paises enteros.

Estas circunstancias no hacen sino añadir complejijad a la hora de abordar una


intervención efectiva sobre el TRASTORNO POR ESTRÉS POSTRAUMÁTICO, término
en sí mismo multidimensional y complejo, y que en los últimos años está gozando de un
mayor interés y reconocimiento,estando de especial actualidad en estos momentos por
los acontecimientos acaecidos el pasado 11 de Septiembre de 2001 en Nueva York . El
presente trabajo pretende ofrecer una visión global del concepto,desde una doble
perspectiva,tanto teórica (conceptualización) como práctica (evaluación y tratamiento). Se
ofrece,además,una selección de recursos,tanto bibliográficos como electrónicos,donde el
lector interesado podrá ampliar la información ofrecida en el presente documento.

Historia del estrés traumático


La exposición a eventos traumáticos y las consecuencias que de ello se derivan no es un
fenómeno nuevo. Los seres humanos han estado experimentando tragedias y desastres a
lo largo de toda la historia. Evidencias de reacciones postraumáticas datan del siglo sexto
antes de Jesucristo y se fundamentan en las reacciones de los soldados durante el
combate (Holmes,1985).

Las respuestas al estrés traumático han sido etiquetadas de muy diversas formas a lo
largo de los años.Algunos términos diagnósticos utilizados han incluido los de Neurosis de
Guerra,Neurosis Traumática,síndrome Post-Vietnam o Fatiga de Batalla
(Meichenbaum,1994)

El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-III) reconoció por


primera vez el trastorno por estrés postraumático como una entidad diagnóstica
diferenciada en el año 1980.

Fue categorizado como un trastorno de ansiedad por la característica presencia de


ansiedad persistente,hipervigilancia y conductas de evitación fóbica. En 1994,el Manual
Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV) fue publicado y en él se
recogen,respecto a los criterios diagnósticos del trastorno,los últimos avances e
investigaciones realizadas en el campo.

Tipos de eventos traumáticos


Los eventos traumáticos son,en la mayoría de las ocasiones,inesperados e incontrolables
y golpean de manera intensa la sensación de seguridad y auto-confianza del individuo
provocando intensas reacciones de vulnerabilidad y temor hacia el entorno. Ejemplos de
este tipo de situaciones son los siguientes:

Accidentes Desastres naturales –


huracanes,terremotos,inundaciones,avalanchas,erupciones volcánicas-
Inesperadas muertes de familiares
Asaltos/delitos/violaciones
Abusos físicos/sexuales infancia
Torturas Secuestros
Experiencias combate
Otras formas de estrés severo (pero no extremo) pueden afectar seriamente al individuo
pero generalmente no son los detonantes típicos de un trastorno por estrés
postraumático,como por ejemplo la pérdida del puesto de trabajo,divorcio,fracaso
escolar...etc.

Es importante destacar, tal como indica la investigación reciente, que a pesar de la


heterogeneidad de los sucesos traumáticos, los individuos que directa o indirectamente
han experimentado este tipo de situaciones muestran un perfil psicopatológico común
etiquetado en la actualidad bajo el rótulo de TRASTORNO POR ESTRÉS
POSTRAUMÁTICO y en algunas ocasiones se presentan otros trastornos asociados
como depresión,trastorno de ansiedad generalizada,ataques de pánico o abuso de
sustancias (Solomon, Gerrity, & Muff, 1992).

Evaluación
En primer lugar se presentan algunas principios generales del proceso de evaluación
clínica de este tipo de trastornos,destacando el papel de la entrevista dentro del mismo y
enumerando algunos de los instrumentos más utilizados.

En segundo lugar,se enumeran los síntomas mas comunmente relacionados con el


TRASTORNO POR ESTRÉS POSTRAUMÁTICO y se describen brevemente algunas de
las patologías asociadas en este trastorno y que requieren en la mayoría de las ocasiones
de una evaluación y/o tratamientos específicos.

Para terminar se presentan los criterios diagnósticos mas ampliamente utilizados en la


actualidad en la práctica clínica,tomando como referencia el Manual Diagnóstico y
Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV) y la Clasificación Internacional de las
Enfermedades (CIE-10).
Aspectos generales
El profesional que trabaja con este tipo de pacientes debe considerar el carácter
multidimensional y necesariamente complejo de este tipo de trastornos.

Una entrevista clinica global y multidimensional es una estrategia de evaluación de primer


orden para el adecuado diagnóstico del estrés traumático.

Un adecuado proceso de entrevista permite al paciente relatar su experiencia y sus


impresiones del evento,teniendo la oportunidad de expresarse con libertad en un entorno
seguro,empático y no crítico.

Los pacientes (y a menudo sus familiares más cercanos) necesitan sentirse comprendidos
y apoyados mientras tratan de encontrar un significado a la experiencia recientemente
vivida.

La entrevista tambien facilita una "alianza de trabajo" efectiva,necesaria para el normal


desarrollo del proceso terapeutico en etapas posteriores,así como una ocasión única para
el establecimiento de una adecuada relación terapéutica (rapport),imprescindible para el
éxito terapéutico.

Además,la entrevista permite extraer los detalles de la experiencia vivida por el


sujeto,evaluar los niveles pasados y presentes de funcionamiento del sujeto y determinar
la modalidad de tratamiento asi como los objetivos terapéuticos más adecuados en cada
caso concreto.

Entre las entrevistas estructuradas mas utilizadas se encuentran:

Clinician Administered PTSD scale (CAPS; Blake et al., 1990)


Anxiety Disorders Interview Schedule-IV (ADIS-IV; DiNardo, Brown, & Barlow, 1994).
Otros instrumentos de evaluación específicos utilizados son:

Subscala del Minnesota Multiphasic Personality Inventory (MMPI; Keane, Malloy, &
Fairbank, 1984; Schlenger & Kulka, 1987 ),
The Penn Inventory for PTSD (Hammarberg, 1992).
Es frecuente encontrar en este tipo de pacientes otros trastornos asociados,como
trastornos de pánico,depresión o ansiedad generalizada,por lo que la evaluación de este
tipo de trastornos debería ser parte del proceso evaluativo (Meichenbaum, 1994)

Un aproximación global que implique la recogida de información de diferentes


fuentes,utilizando diversos métodos y a lo largo de diversos momentos es especialmente
recomendable y necesario en el proceso de diagnóstico de este tipo de trastornos
(Meichenbaum, 1994).

Síntomas del Trastorno por Estrés Postraumático


Podríamos agrupar la sintomatología asociada mas común en tres grandes bloques:

RE-EXPERIMENTACIÓN DEL EVENTO TRAUMÁTICO


Flashbacks.Sentimientos y sensaciones asociadas por el sujeto a la situación traumática
Pesadillas .El evento u otras imágenes asociadas al mismo recurren frecuentemente en
sueños.
Reacciones físicas y emocionales desproporcionadas ante acontecimientos asociados a
la situación traumática
INCREMENTO ACTIVACIÓN
Dificultades conciliar el sueño
Hipervigilancia
Problemas de concentración
Irratibilidad / impulsividad / agresividad
CONDUCTAS DE EVITACIÓN Y BLOQUEO EMOCIONAL
Intensa evitación/huida/rechazo del sujeto a situaciones,lugares,
pensamientos,sensaciones o conversaciones relacionadas con el evento traumático.
Pérdida de interés
Bloqueo emocional
Aislamiento social
Los tres grupos de síntomas mencionados son los que en mayor medida se presentan en
la población afectada por el trastorno por estrés postraumático,sin embargo es común
observar en la práctica clínica otros problemas asociados al mismo.
Entre los TRASTORNOS más comunmente asociados destacan:

ATAQUES DE PÁNICO
Los individuos que han experimentado un trauma tienen posibilidades de experimentar
ataques de pánico cuando son expuestos a situaciones relacionadas con el evento
traumático.

Estos ataques incluyen sensaciones intensas de miedo y angustia acompañadas de


síntomas como taquicardias,sudoración,nauseas,temblores...etc...

DEPRESIÓN
Muchas personas sufren episodios depresivos posteriores ,pérdida de interés,descenso
de la autoestima e incluso en los casos de mayor gravedad ideaciones suicidas
recurrentes.

Estudios recientes muestran,por ejemplo,que aproximadamente el 50% de las víctimas de


violación muestran ideas recurrentes de suicidio.

IRA Y AGRESIVIDAD
Se tratan de reacciones comunes y,hasta cierto punto lógicas,entre las víctimas de un
trauma.Sin embargo cuando alcanzan límites desproporcionados interfiere de forma
significativa con la posibilidad de éxito terapéutico así como en el funcionamiento diario
del sujeto.

ABUSO DE DROGAS
Es frecuente el recurso a drogas como el alcohol para tratar de huir/esconder el dolor
asociado.En ocasiones esta estrategia de huida aleja al sujeto de recibir la ayuda
adecuada y no hace más que prolongar la situación de sufrimiento.

CONDUCTAS EXTREMAS DE MIEDO / EVITACIÓN


La huida/evitación de todo aquello relacionado con la situación traumática es un signo
común en la mayoría de los casos,no obstante,en ocasiones este intenso miedo y
evitación se generaliza a otras situaciones,en principio no directamente asociadas con la
situación traumática lo que interfiere de forma muy significativa con el funcionamiento
diario del sujeto.
Estos y otros síntomas,en la mayoría de los casos,disminuyen de manera significativa
durante el tratamiento,sin embargo en ocasiones,y dada su gravedad,pueden requerir
intervenciones adicionales específicas.

Criterios Diagnósticos
En la práctica clínica los criterios diagnósticos más ampliamente utilizados como
referencia para la evaluación del trastorno por estrés postraumático son los recogidos en
el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV) y en la
Clasificación Internacional de las Enfermedades (CIE-10).

CRITERIOS DIAGNÓSTICOS MANUAL DIAGNÓSTICO Y ESTADÍSTICO DE LOS


TRASTORNOS MENTALES DSM-IV
A. La persona ha estado expuesta a un acontecimiento traumático en el que han existido
1 y 2:

La persona ha experimentado, presenciado o le han explicado uno (o más)


acontecimientos caracterizados por muertes o amenazas para su integridad física o la de
los demás.
La persona ha respondido con un temor, una desesperanza o un horror intensos. Nota: En
los niños estas respuestas pueden expresarse en comportamientos desestructurados o
agitados.
B. El acontecimiento traumático es reexperimentado persistentemente a través de una (o
más) de las siguientes formas:

Recuerdos del acontecimiento recurrentes e intrusos que provocan malestar y en los que
se incluyen imágenes, pensamientos o percepciones. Nota: En los niños pequeños esto
puede expresarse en juegos repetitivos donde aparecen temas o aspectos característicos
del trauma.
Sueños de carácter recurrente sobre el acontecimiento, que producen malestar. Nota: En
los niños puede haber sueños terroríficos de contenido irreconocible.
El individuo actúa o tiene la sensación de que el acontecimiento traumático está
ocurriendo (se incluye la sensación de estar reviviendo la experiencia, ilusiones,
alucinaciones y episodios disociativos de flashback, incluso los que aparecen al
despertarse o al intoxicarse). Nota: Los niños pequeños pueden reescenificar el
acontecimiento traumático específico.
Malestar psicológico intenso al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan
o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático.
Respuestas fisiológicas al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o
recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático.
C. Evitación persistente de estímulos asociados al trauma y embotamiento de la
reactividad general del individuo (ausente antes del trauma), tal y como indican tres (o
más) de los siguientes síntomas:

Esfuerzos para evitar pensamientos, sentimientos o conversaciones sobre el suceso


traumático.
Esfuerzos para evitar actividades, lugares o personas que motivan recuerdos del trauma.
Incapacidad para recordar un aspecto importante del trauma.
Reducción acusada del interés o la participación en actividades significativas.
Sensación de desapego o enajenación frente a los demás.
Restricción de la vida afectiva (p. ej., incapacidad para tener sentimientos de amor).
Sensación de un futuro desolador (p. ej., no espera obtener un empleo, casarse, formar
una familia o, en definitiva, llevar una vida normal).
D. Síntomas persistentes de aumento de la activación (arousal) (ausente antes del
trauma), tal y como indican dos (o más) de los siguientes síntomas:

Dificultades para conciliar o mantener el sueño.


Irritabilidad o ataques de ira.
Dificultades para concentrarse.
Hipervigilancia.
Respuestas exageradas de sobresalto.
E. Estas alteraciones (síntomas de los Criterios B, C y D) se prolongan más de 1 mes.

F. Estas alteraciones provocan malestar clínico significativo o deterioro social, laboral o de


otras áreas importantes de la actividad del individuo.

CRITERIOS DIAGNÓSTICOS CLASIFICACIÓN INTERNACIONAL DE LAS


ENFERMEDADES CIE-10
Trastorno que surge como respuesta tardía o diferida a un acontecimiento estresante o a
una situación (breve o duradera) de naturaleza excepcionalmente amenazante o
catastrófica, que causarían por sí mismos malestar generalizado en casi todo el mundo
(por ejemplo, catástrofes naturales o producidas por el hombre, combates, accidentes
graves, el ser testigo de la muerte violenta de alguien, el ser víctima de tortura, terrorismo,
de una violación o de otro crimen).

Ciertos rasgos de personalidad (por ejemplo, compulsivos o asténicos) o antecedentes de


enfermedad neurótica, si están presentes, pueden ser factores predisponentes y hacer
que descienda el umbral para la aparición del síndrome o para agravar su curso, pero
estos factores no son necesarios ni suficientes para explicar la aparición del mismo.

Las características típicas del trastorno de estrés post-traumático son:

Episodios reiterados de volver a vivenciar el trauma en forma de reviviscencias o sueños


que tienen lugar sobre un fondo persistente de una sensación de "entumecimiento" y
embotamiento emocional, de despego de los demás, de falta de capacidad de respuesta
al medio, de anhedonia y de evitación de actividades y situaciones evocadoras del
trauma.

Suelen temerse, e incluso evitarse, las situaciones que recuerdan o sugieren el trauma.
En raras ocasiones pueden presentarse estallidos dramáticos y agudos de miedo, pánico
o agresividad, desencadenados por estímulos que evocan un repentino recuerdo, una
actualización del trauma o de la reacción original frente a él o ambos a la vez.

Por lo general, hay un estado de hiperactividad vegetativa con hipervigilancia, un


incremento de la reacción de sobresalto e insomnio. Los síntomas se acompañan de
ansiedad y de depresión y no son raras las ideaciones suicidas. El consumo excesivo de
sustancias psicotropas o alcohol puede ser un factor agravante.

El comienzo sigue al trauma con un período de latencia cuya duración varía desde unas
pocas semanas hasta meses (pero rara vez supera los seis meses).

El curso es fluctuante, pero se puede esperar la recuperación en la mayoría de los casos.


En una pequeña proporción de los enfermos, el trastorno puede tener durante muchos
años un curso crónico y evolución hacia una transformación persistente de la
personalidad .

Trastorno por estrés postraumático: Conceptualización, evaluación y tratamiento -


Criterios Diagnósticos
Pautas para el diagnóstico
Este trastorno no debe ser diagnosticado a menos que no esté totalmente claro que ha
aparecido dentro de los seis meses posteriores a un hecho traumático de excepcional
intensidad.

Un diagnostico "probable" podría aún ser posible si el lapso entre el hecho y el comienzo
de los síntomas es mayor de seis meses, con tal de que las manifestaciones clínicas sean
típicas y no sea verosímil ningún otro diagnóstico alternativo (por ejemplo, trastorno de
ansiedad, trastorno obsesivo-compulsivo o episodio depresivo).

Además del trauma, deben estar presentes evocaciones o representaciones del


acontecimiento en forma de recuerdos o imágenes durante la vigilia o de ensueños
reiterados.

También suelen estar presentes, pero no son esenciales para el diagnóstico, desapego
emocional claro, con embotamiento afectivo y la evitación de estímulos que podrían
reavivar el recuerdo del trauma. Los síntomas vegetativos, los trastornos del estado de
ánimo y el comportamiento anormal contribuyen también al diagnóstico, pero no son de
importancia capital para el mismo.

Tratamiento para el TEP - Enfoque Psicoeducativo y Terapia Cognitivo-Conductual


Muchas técnicas y estrategias,a menudo de enfoques teóricos contrapuestos,se han
utilizado y siguen siendo utilizadas en el abordaje terapéutico del TRASTORNO POR
ESTRÉS POSTRAUMÁTICO. En mi opinión,ninguna estrategia,considerada de forma
aislada puede ser etiquetada como superior al resto en cuanto a su efectividad para todo
tipo de pacientes o bajo todo tipo de circunstancias.

Parece evidente que la elección de una técnica sobre otra dependerá en buena medida
de la propia formación teórica y práctica del profesional de la salud mental.

En todo caso,y reconociendo la multidimensionalidad y complejidad del trastorno,parece


aconsejable en la mayoría de las ocasiones optar por un enfoque ecléctico,adaptable a
las circunstancias del paciente en la medida de lo posible.

A continuación se presenta una breve revisión de algunas de las modalidades


terapéuticas más comunmente utilizadas en la actualidad.

ENFOQUE PSICOEDUCATIVO
El enfoque psicoeducativo implica propocionar al paciente/familia información básica
sobre su enfermedad,síntomas característicos y diversas estrategias de afrontamiento.

Esta primera categoría de tratamientos incluye compartir información básica con el


sujeto,a través de libros, artículos y otros documentos de interés que permita adquirir al
paciente nociones esenciales de conceptos relacionados con el trastorno como
conocimientos de psicofisiología,introducción al concepto de respuesta de
estrés,conocimientos jurídicos básicos relacionados con el problema (como por ejemplo
en casos de violación/delincuencia )....etc...

A nivel familiar incluye la enseñanza de estrategias de afrontamiento y habilidades de


solución de problemas para facilitar la relación con la persona afectada por el trastorno.

Este enfoque psicoeducativo, a nivel familiar,parece reducir considerablemente las


sensaciones de estrés,confusión y ansiedad que suelen producirse dentro de la estructura
familiar y que pueden llegar a desestructurarla,ayudando de manera significativa en la
recuperación del paciente.

En todo caso,me parece importante destacar la necesidad de un enfoque


colaborativo,donde tanto paciente como terapeuta compartan información relevante,en
una y otra dirección,facilitando de esta manera el proceso terapéutico.
TERAPIA COGNITIVO-CONDUCTUAL
Surgida a partir de la segunda guerra mundial,originariamente bajo el concepto de
MODIFICACION DE CONDUCTA O TERAPIA DE CONDUCTA ,se fundamentaba en sus
primeros orígenes en técnicas de naturaleza basicamente conductista,basados en los
trabajos de Paulov y Skinner.

Posteriormente con la incorporación de los trabajos de autores como Bandura y más


recientemente Ellis, Beck, Meichenbaum o Cautela,la MODIFICACION DE CONDUCTA
ha ido "asimilando"a su repertorio de técnicas de intervención las estrategias y
procedimientos de la psicologia cognitiva,basada en la modificación de patrones de
pensamiento distorsionados y el entrenamiento en habilidades de solución de
problemas,manejo de ansiedad o inoculación de estrés.

Tanto por el número de estrategias eficaces de intervención disponibles como por la


propia naturaleza multi-dimensional del trastorno ,el enfoque cognitivo-conductual parece
especialmente adecuado en el abordaje psicoterapéutico de este tipo de trastornos.
A continuación se presenta,de forma esquemática,las técnicas de intervención
potencialmente útiles,desde una perspectiva cognitivo-conductual:

TECNICAS DE RELAJACION / CONTROL ACTIVACIÓN EMOCIONAL

La relajación progresiva de Jacobson


El entrenamiento autógeno
La meditación
Técnicas de respiración
Técnicas de biofeedback
Técnicas Imaginación / visualización
Técnicas de auto-hipnosis
Sofrología
DESENSIBILIZACIÓN SISTEMÁTICA

TECNICAS DE EXPOSICIÓN E INUNDACION

TECNICAS OPERANTES

Procedimientos operantes básicos


Reforzamiento positivo
Reforzamiento negativo
Castigo Positivo
Castigo Negativo
Extinción
Tecnicas operantes para desarrollar y mantener conductas
Moldeamiento
Desvanecimiento
Encadenamiento
Tecnicas para reducir y eliminar conductas
Reforzamiento diferencial
Coste de respuesta
Tiempo fuera
Saciación
Sobrecorrección
Sistemas de Organización de Contingencias
Economía de fichas
Contratos de contingencias
TECNICAS DE CONDICIONAMIENTO ENCUBIERTO

TECNICAS DE AUTOCONTROL

Técnicas de Planificación ambiental


Control de estímulos
Contratos de contingencias
Entrenamiento empleo respuestas alternativas
Técnicas de programación conductual
Autorrefuerzo
Autocastigo
Técnicas facilitar cambio de conducta
Autoobservación
Autorregistro
Tareas terapeuticas entre sesiones
TECNICAS AVERSIVAS

TECNICAS DE MODELADO

TECNICAS DE REESTRUCTURACION COGNITIVA

Terapia Racional Emotiva de Ellis


Terapia Cognitiva de Beck
Entrenamiento en Autoinstrucciones de Meichenbaum
Reestructuración racional sistemática de Goldfried y Goldfried
TECNICAS DE HABILIDADES DE ENFRENTAMIENTO

Inoculación de Estress de Meichenbaum


Entrenamiento manejo de ansiedad de Suinn y Richardson
Desensibilización de autocontrol de Goldfried
Modelado encubierto de Cautela
TECNICAS DE RESOLUCION DE PROBLEMAS

Terapia de Resolución de problemas de D'Zurilla y Goldfried


Tec.resolución de problemas interpersonales de Spivack y Shure

Ser dependiente significa llenar tus vacíos afectivos y carencias


emocionales con otra persona que pasa a ocupar un lugar central en la
satisfacción de tus necesidades y, por lo tanto, se convierte en un elemento
necesario para ser feliz.

O como decía una de mis compañeras, se parece a entregar el mando a


distancia de mi bienestar a otra persona.

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